LA POLÍTICA DE DEFENSA PARAGUAYA
A TRAVÉS DE LOS DISCURSOS PRESIDENCIALES
(1844-2008).
DON JUAN GUALBERTO GONZÁLEZ
Periodo presidencial 1890 - 1894
Abog. SHIRLEY ROMINA ROLÓN LÓPEZ
Dra. MARÍA MERCEDES PORTILLO
1. INTRODUCCIÓN
La tarea encomendada se apoya en un exhaustivo análisis bibliográfico, tanto de los mensajes emitidos ante el Honorable Congreso de la Nación, como también en abundante bibliografía de connotados historiadores, con el fin de contextualizar el estudio al plano histórico de 1890, considerando cada hecho ocurrido en el pasado según sus propias connotaciones, confiriendo a estas experiencias una significación singular en el presente, permitiendo el análisis fruto del razonamiento crítico como paradigma del investigador.
Tras la lectura de los mensajes presidenciales, surgen interrogantes necesarias para arribar a una conclusión: El Presidente Juan Gualberto González se adscribió al modelo de implementación de Políticas de Defensa Nacional durante el periodo presidencial que abarca los años 1890 a 1894? En que ordenes del Poder Nacional se implementaron Las Políticas de Defensa Nacional? Las Políticas implementadas, en su caso, fueron útiles y necesarias para el mantenimiento de la paz interna y la subsistencia de la nación?
El presente trabajo pretende responder estas interrogantes, siempre inspirado en el razonamiento crítico y contextualizado de los hechos puestos, como aspiración de formación académica del cursante, del Instituto de Altos Estudios Estratégicos.
Ya en las primeras líneas de éste trabajo, corresponde destacar el patriotismo del Presidente Juan Gualberto González, además de su férrea convicción democrática y republicana en los albores de la patria.
Su gobierno trascurrió inmerso en amenazas internas y externas para la subsistencia de la nación, cuyas manifestaciones se extendieron a todos los planos del Poder Nacional, asumiendo desde el 25 de Noviembre de 1890, el fiel compromiso de proteger la institucionalidad del país, la convivencia pacífica de todos sus habitantes, la preservación de la soberanía y la moralización de la Administración Pública.
Este trabajo es apenas un esbozo del periodo comprendido entre los años 1890 al 1894, cuya finalidad última es invitar al lector a la investigación detenida, analítica y profunda de nuestra historia, cuyos frutos se verán en la memoria colectiva de un pueblo que no olvida a los hombres ilustres como muestra de patriotismo.
Podrá notarse ya desde el inicio, el énfasis puesto por el Presidente Juan Gualberto González en la recuperación de la desolada economía de 1890, como medio para preservar la subsistencia de la nación, la seguridad interna y la convivencia pacífica de sus habitantes, en momentos de angustia vivida por la población en general, a raíz de una Crisis Económica que dominó el periodo de Gobierno de Juan Gualberto González, pero sin doblegar sus esfuerzos en aras del bien común de la Nación toda.
OBJETIVO
El presente trabajo tiene por objetivo investigar las Políticas de Defensa Nacional a través de los Mensajes Presidenciales, y su efectiva implementación durante el mandato presidencial del Presidente Juan Gualberto González durante el periodo que abarca los años 1890-1894.
2. POLÍTICA DE DEFENSA
2.1 CONCEPTO DE DEFENSA NACIONAL
Para mejor interpretación es necesario tener un concepto acabado de la Defensa Nacional y de las Políticas de Defensa Nacional. Así, la Defensa Nacional «Es el conjunto de previsiones y acciones que adopta el gobierno permanentemente, para permitir la supervivencia y la permanencia del Estado Nación, incluyendo su integridad, unidad y facultad de actuar con autonomía en lo interno y libre de toda subordinación en lo externo, posibilitando que el proceso de desarrollo se realice en las mejores condiciones; es decir, que permitan el Estado Nación alcanzar y mantener los Objetivos Nacionales, pese a los antagonismos o las presiones, tanto en el campo externo con en el interno».(4)
Respeto a las Políticas de Defensa Nacional, refiere el mismo autor, que «es el conjunto de objetivos de gobierno orientados por el Poder nacional para conquistarlos y mantenerlos superando amenazas y agresiones de origen interno o externo que se manifiestan o pueden manifestarse contra la seguridad y el desarrollo de la Nación.»
2. 2 ANÁLISIS DE LOS MENSAJES PRESIDENCIALES
El escenario político y económico imperante en el país inmediatamente antes de la asunción al gobierno de Juan Gualberto González a la Presidencia de la República, era sencillamente desolador.
Su antecesor, Patricio Escobar se enfrentaba ya en los últimos años de su gobierno, a la difícil tarea de entregar el país sin sucumbir ante lo que aparecía como el retorno a la indigencia de las arcas del estado, como consecuencia de las Ventas de las Tierras del Dominio Público, y del ofrecimiento de garantías por concesión de créditos a favor de Londres, los cuales permitieron al país, por un breve periodo de tiempo, disfrutar del espejismo que representaba el capital extranjero circulando para satisfacer las ilimitadas y cuantiosas necesidades de un país de post guerra.
El año electoral de 1890, se vio notablemente influenciado por la grave situación económica por la que atravesaba el país, sumado a ello la Depresión Financiera del Rio de la Plata, cuyos efectos inmediatos se instalaron en nuestro país, devastando el frágil equilibrio de nuestra situación financiera.
Tras las elecciones, el 25 de Noviembre de 1890, durante el «Año Critico,» asume el poder Juan Gualberto González, candidato del caballerismo. Difícil la tarea encomendada al ciudadano Juan Gualberto González, joven pero notable estadista de 39 años, quien en publicaciones periodísticas se definiera como «Ciudadano Paraguayo», quizás con la intención de denotar su alto sentido del patriotismo, y el arraigado sentido de pertenencia a esta tierra, tras la heroica Guerra de la Triple Alianza.
Juan Gualberto González, en el convencimiento pleno de que la situación reinante requería de hombres connotados al mando de las secretarias de estado, nombra a José Segundo Decoud como Ministro de Hacienda, ciudadano paraguayo prestigiado por sus pares y por la ciudadanía, por su quehacer político en gobiernos anteriores, y su notable condición de estadista.
Las medidas adoptadas por José Segundo Decoud, y tenazmente respaldadas por el Presidente, se tradujeron en Políticas de Austeridad y Racionalidad del Gasto Publico, si bien, impopulares entre algunos sectores, era considerada por Juan Gualberto González como la única herramienta al alcance del gobierno ante la situación imperante.
En Abril de 1891, el Presidente se dirige al Congreso por primera vez, todavía compungido por el estado del país, solicitando el patriotismo y la deposición de los intereses personales ante los altares de la patria, llamando a la reconciliación y a la concordia de todos los habitantes de la nación diciendo: «Ruda labor impone, hoy más que nunca, la situación del país, y en ninguna ocasión es tanto más necesaria la colaboración patriótica de los buenos ciudadanos como en los momentos porque atravesamos, cuando una sensible perturbación económica ha venido a paralizar el desarrollo del comercio y de las industrias.(3)
Durante el ejercicio de su mandato presidencial, el cual se extiende entre los años 1890 y 1894, el gobierno desplegó Políticas de Austeridad, Racionalización del Gasto Público y Moralización de la Administración Pública, a fin de preservar la existencia de la nación, salvarla de la bancarrota y del descreimiento internacional.
Como consecuencia inmediata de la aplicación de tales políticas, orientadas al sector socio económico, tuvieron eco favorable en el Honorable Congreso de la Nación, la aprobación de leyes dirigidas al acrecentamiento de la población del país y consecuentemente de la producción nacional, el aumento de las rentas internas, y la disminución del gasto público, entre ellas, significativamente, la Ley de Rebajas de Sueldos de todos los funcionarios del estado, incluidos los propios congresistas, en prueba del acatamiento a las políticas implementadas por el Presidente.
Al poco tiempo de asumir al gobierno, y en el mismo lineamiento de apuntar las Políticas de Defensa Nacional hacia el sector socio económico, se aprueba la Ley de Incentivos para Agricultores, con el objetivo de fortalecer la producción nacional, y con ello, las rentas del tesoro público. Días después, se aprueba la Ley de Colonización, la cual ofrecía generosas concesiones a los inmigrantes que quisieran asentarse en territorio de la república, con la finalidad de atraer al país a la clase útil, capaz de trabajar la tierra y generar recursos a las arcas del empobrecido erario público.
Las Políticas adoptadas por el gobierno permitieron en el primer año del mandato de Juan Gualberto González, con desmesurados esfuerzos, honrar la deuda externa en Londres y la garantía del Ferrocarril de Asunción.
De hecho, para el Presidente Juan Gualberto González, el crédito extranjero significaba, junto con la inmigración, factores de desarrollo y progreso, razón por la que durante su periodo, se empeño afanosamente en el pago puntual de los créditos con el exterior.
Ya en 1893, encontrándose en vigencia la Ley de Colonización, en la implementación de una Política clara de Inmigración como factor de aumento de la población y de la riqueza nacional para asegurar la subsistencia de la nación, la ley concebida a tal efecto era generosa y hospitalaria para los inmigrantes. Bajo los auspicios de tan generosa Ley de colonización, se funda en Caazapá la Colonia Pte. González. Además, se establecen otras 5 colonias Villa Hayes, Nueva Germania, Risso y San Antonio, cuyos primeros trabajos ya generaban ingresos para el erario público.
La Agricultura era considera por el Presidente González como el primer factor del comercio de exportación, por lo que las acciones del gobierno se encaminaron siempre a impulsar vigorosamente a este sector. A tal efecto se establece el Banco Agrícola, facilitando la distribución de semillas, alambres y útiles de labranza, y la obtención de créditos con un sinnúmero de facilidades, y se crea la Escuela Práctica de Agricultura.
Las Políticas de Defensa también se extendieron a la Administración de Justicia PRONTA, BUENA Y BARATA, reorganizándola de acuerdo al modelo constitucional, y en la inteligencia de implementar Políticas de Defensa Nacional en el orden interno, traducidas en la seguridad jurídica de los habitantes de la nación, sancionándose la Ley de Procedimientos Penales y la Ley de Jurados, el 10 de Enero de 1891.
En el campo educativo, se esbozaron Políticas de Defensa Nacional, en la consigna de la Regeneración Moral e Intelectual de los habitantes de la República, con el fin de consolidar la democracia sobre la base de ciudadanos educados e instruidos en los ideales republicanos, por lo qué la multiplicación de las escuelas y la lucha frontal contra el analfabetismo se constituyeron en verdaderos ejes del gobierno.
Las Políticas de Defensa Nacional en el campo militar, se vieron reflejadas en la notable atención que mereciera del Presidente Juan Gualberto González consideraba que el ejército paraguayo era inmejorable por sus cualidades nativas, exaltaba la obediencia y la lealtad de sus miembros, y tuvo como misión primordial dignificar la carrera militar, y levantarla al más alto nivel, al modelo de los países más desarrollados. Para dicho fin, propuso en reiteradas ocasiones al Honorable Congreso, la sanción de leyes que permitieran la organización cabal de las fuerzas militares, y de esta manera hacerlo poderoso. El 28 de Marzo de 1982 se establece el Tribunal Militar, con el objeto de asegurar la disciplina de sus miembros.
Era imperiosa la necesidad de fortalecer la obediencia y subordinación del Ejército, en momentos de agitaciones políticas, donde los golpes palaciegos se perpetraban contra la institucionalidad. Durante su gobierno, propuso al Congreso
de la Nación, la adquisición de un buque de guerra, y proveer al ejército de los mejores armamentos de precisión a la altura de las naciones más adelantadas. Los sucesos acaecidos el 18 de Octubre de 1891, conocidos en la Historia como La Revolución del Comité del 18 de Octubre, son tenidos en cuenta por el mandatario para exaltar la lealtad y la obediencia del soldado paraguayo, y adjudica el episodio a la situación financiera del país, y a las férreas políticas implementadas por su gobierno, las cuales resultaron impopulares para algunos sectores de la oposición, quienes al mando del Mayor Eduardo Vera, y apoyados por Pedro Pablo Caballero, Antonio Taboada y Juan Bautista Rivarola, atacaron el Cuartel de la Caballería, pero socavados con extrema eficacia por el Ministro de Guerra y Marina Cnel. Juan Bautista Egusquiza, restableciéndose el orden institucional de la República.
En el marco de las Relaciones Exteriores, las Políticas de Defensa se tradujeron en el mantenimiento de las relaciones más cordiales y amistosas con los demás países, quienes acreditaron enviados extranjeros, y en su caso, el establecimiento de Ministros Plenipotenciarios. En ese mismo orden, se produjo la designación de José Segundo Decoud, como Ministro Plenipotenciario ante los Gobiernos de Brasil y Uruguay.
La defensa integral de la soberanía territorial dependía en gran medida del acierto en las relaciones diplomáticas, a fin de evitar conflictos bélicos sin el previo agotamiento de las vías diplomáticas.
La cuestión de Límites con Bolivia, fue tratado con suma delicadeza, hasta el punto de establecerse la necesidad de otorgarle un mayor estudio que concluyera en el Derecho perfecto que poseía el Paraguay sobre la Región Occidental, pero sin que ello significara de modo alguno la negación de la exposición de derechos de Bolivia sobre el mismo territorio, canalizadas por las vías diplomáticas, encabezada por la misión diplomática del Ministro Boliviano Dr. Baptista.
Las tratativas se orientaban a la solución decorosa de divergencias sobre límites, y ya en el año 1893, se establecen los Tratados ad referéndum Quijarro-Decoud y Tamayo - Aceval, los cuales se hicieran sin examen de títulos, y en un marco de confraternidad.
Sin embargo, con posterioridad Bolivia se creyó con derechos a todo el territorio del Chaco, desde el Norte del Pilcomayo hasta bahía Blanca. Sin embargo, el gobierno de González no sucumbió a lo que pareciera una afrenta del país vecino, y encomendó una vez más el estudio minucioso y acabado del derecho perfecto que poseía Paraguay sobre esas tierras, pero siempre agotando las vías diplomáticas. La implementación de Políticas de Defensa Nacional ante posibles amenazas exteriores se mantuvo incólume.
En 1890, José Martí, estadista de talla universal, es designado Cónsul del Paraguay en Nueva York, como igualmente lo fuera de Argentina y Uruguay, en momentos en que los países sudamericanos compartían los ideales de Martí y su visión de una América Independiente, y coincidiendo con la situación de Inglaterra quien se aferraba a sus enclaves latinoamericanos, a cuyos designios se oponían los Estados Unidos, inspirados en la Obra de Alfred T. Mahan.
Con posterioridad, Don Cesar Londra es nombrado en Estados Unidos de Norteamérica como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en 1893. La Democracia se afianzaba en las convicciones más profundas de Juan G. González, cuando en su mensaje al Congreso de 1893 manifiesta «Al amparo de la paz es que el Poder Ejecutivo continuará consagrando toda su atención a estudiar al perfeccionamiento de esa máquina complicada y llena de resortes que se llama gobierno de los pueblos» (3)
3. CONCLUSIÓN
Cuando al inicio de este trabajo de investigación nos proponíamos investigar las Políticas de Defensa Nacional y su implementación durante el gobierno del Presidente Juan Gualberto González, surgieron interrogantes que al concluir el análisis bibliográfico pueden ser respondidos a la luz del razonamiento crítico y objetivo como premisa de la investigación realizada.
Lo cierto es que el escenario político y económico de los años 1890 a 1894, forzaron la implementación de Políticas de Defensa Nacional en todos los ámbitos. Desde el punto de vista socio económico, las medidas de austeridad y reducción del gasto público se ejercieron como verdades Políticas de Defensa Nacional.
Salvar al país de la bancarrota requirió que las medidas adoptadas por el gobierno sean conducidas como políticas de estado, cuya finalidad no era otra que salvaguardar la integridad de la nación y de sus habitantes, y preservar la convivencia pacífica de los mismos, en momentos de grandes agitaciones y de extrema vulnerabilidad para levantamientos armados y civiles.
Las Leyes de incentivo a los agricultores y las Leyes de Colonización, respondieron a la impostergable necesidad de la nación de acrecentar riquezas y concentrar mano de obra útil que pudiera impulsar las rentas de un empobrecido erario público. Las acciones fueron encaminadas por la senda de verdaderas Políticas de Defensa Nacional.
El robustecimiento de las Fuerzas Públicas, y el mantenimiento de la lealtad y la disciplina se vio fortalecido por la incansable labor del Presidente, en la inteligencia de mantener la subordinación de las fuerzas, ante posibles insurrecciones, habida cuenta la situación desoladora del país y fueron implementadas como Políticas, respaldadas por el Congreso Nacional, sin embargo, no fue en el campo militar donde las Políticas de Defensa Nacional encontraron su punto cúspide, sino en el campo socio económico, y respondiendo a las circunstancias del momento.
Todas las decisiones del gobierno estaban encaminadas a la preservación del bienestar general, y consecuentemente a la institucionalidad.
Fuente: INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS ESTRATEGICOS. LA POLÍTICA DE DEFENSA PARAGUAYA A TRAVÉS DE LOS DISCURSOS PRESIDENCIALES (1844-2008). TRABAJO COLECTIVO DE LA PROMOCIÓN. GRAL. BRIG. HUGO MENDOZA . Director General , Asunción - Paraguay 2010 (198 páginas)
