MUSEO VIRTUAL DE LA MEMORIA Y VERDAD SOBRE EL STRONISMO
EL STRONISMO – GRUPOS VULNERABLES
Fuente: http://www.meves.org.py
Registro: Julio 2011
INTRODUCCIÓN - TESTIMONIO DE VARIOS PROTAGONISTAS
EL ANÁLISIS DE LA CVJ CON ENFOQUE DE GÉNERO
Al mismo tiempo que la CVJ realizó un análisis general sobre las violaciones de los derechos humanos con enfoque de género a todo el Informe Final, se propuso como relevante revisar también de manera especial y haciendo hincapié en los hechos violatorios que afectaron específicamente a las mujeres. La inclusión de un enfoque de género en el análisis de la violencia política ejercida en contra de las mujeres identifica la represión y violencia por parte del Estado, las características de estas violaciones sufridas y la relación de dichas violaciones con un papel subordinado de las mujeres en la sociedad, así como la consideración de la ideología del régimen respecto al papel de ellas y de su influencia en las violaciones de que fueron víctimas. Un problema frecuente es la invisibilización de las violaciones contra las mujeres debido a este papel subordinado y la no consideración de la importancia de las violaciones y el estigma que acompaña a algunas de ellas, además de ser considerados como “normales” o “naturales”
VIOLENCIA EJERCIDA CONTRA LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
La Comisión de Verdad y Justicia intentó abarcar los diferentes mecanismos que utilizó el sistema represivo y se pudo registrar y sistematizar la forma de accionar de las fuerzas estatales contra los niños y niñas, las torturas físicas y psicológicas que sufrieron las personas, incluyendo los dolores extremos de la asfixia por inmersión en agua (pileteada) y la electricidad, la violación sexual por una o varias personas y otras situaciones, como las detenciones arbitrarias, los sitios militares a las comunidades y el exilio. También se pudo registrar la ejecución extrajudicial en niños y niñas víctimas de tortura o por falta de atención médica. El grupo de la CVJ obtuvo información de los niños nacidos en prisión y cuenta con un testimonio de gran importancia sobre la esclavitud sexual, de la cual eran víctimas algunas niñas, generalmente del interior del país. (Osorio, Julia; 2008) La situación de criadazgo y los niños soldados eran prácticas normales y cotidianas y posiblemente por esta razón las personas no se acercaron a dar su testimonio, y las que vinieron no los reconocieron como una violación de derechos humanos.
VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Como caso paradigmático, la CVJ presenta las violaciones que sufriera en el marco de crímenes de lesa humanidad el pueblo Aché, para seguidamente dar paso a la exposición de violaciones cometidas contra otros pueblos indígenas, presentando el testimonio de líderes y representantes de otros pueblos y organizaciones indígenas, que la Comisión entiende, ratifican la presencia durante la dictadura de un patrón continuo de exclusión y violencia estructural respecto a estos pueblos, fundado en el racismo y en la dinámica de la apropiación y despojo de recursos naturales de propiedad y posesión ancestral de los indígenas en el país.
NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
LA VIOLENCIA POLÍTICA - TESTIMONIO DE CELSA RAMIREZ
La violencia política ejercida contra los niños, niñas y adolescentes durante la dictadura de Stroessner se tradujo en la falta de garantías legales de protección y de cómo fueron violados sus derechos. Hoy ya son personas adultas que viven con las secuelas de los momentos de represión. Los niños y niñas también fueron víctimas de las torturas físicas y psicológicas que sufrieron las personas adultas, incluyendo los dolores extremos de la asfixia por inmersión en agua (pileteada) y la electricidad, la violación sexual por una o varias personas y otras situaciones, como las detenciones arbitrarias, los sitios militares a las comunidades y el exilio. También se pudo registrar la ejecución extrajudicial en niños y niñas víctimas de tortura o por falta de atención médica. Los niños y niñas debido a su vulnerabilidad física y emocional dependen directamente de los padres y la comunidad, e indirectamente de las estructuras de poder político y económico, para su bienestar. En la época de la dictadura fueron violentados sus derechos humanos sin que tuvieran la posibilidad de defenderse o esconderse.
DUROS AÑOS PARA LA INFANCIA
Los años más duros para la infancia fueron 1976 y 1980, época en que existió mayor cantidad de episodios según los testimonios; esto se debe a que en esos años sitiaron a comunidades enteras donde se practicó violencia directa contra los niños, niñas y adolescentes. En 1976 y 1980 existieron hechos de tortura física, que van desde golpes de puño a asfixia por inmersión (pileteadas), torturas psicológicas, como humillaciones, amenazas de muerte a los padres, presenciar la detención o tortura de los padres y hechos de violencia sexual como manoseo o violación. Aunque no fueron tan comunes, los niños y niñas fueron víctimas del paso de electricidad en el cuerpo. El 6,6% tuvieron que padecer descargas eléctricas en cualquier parte del cuerpo. Los niños y niñas mencionan haber sido obligados a realizar tareas contra su voluntad para servir a los represores o como forma de castigo dentro de los centros de reclusión, el 8,3% de los niños y niñas tuvieron que realizar trabajos forzadamente de diferente índole. En el año 1976 se encuentra el 28,1% de los casos de violencia contra los niños, niñas y adolescentes y en el año 1980 se encuentra el 21%, totalizando 49,1% de los casos de violencia política contra la infancia en la época de la dictadura.
SUFRIMIENTO POR LA VIOLENCIA APLICADA A SUS FAMILIAS
La violencia del régimen stronista contra los movimientos organizados era expansiva, se ejercía violencia contra los dirigentes y contra su entorno o a su familia y a su comunidad. Sitiar a comunidades que practicaban la experiencia de las Ligas Agrarias se explicaba en la hipótesis que manejaba el sistema represivo que estas comunidades colaboraban con los grupos armados y por lo tanto había que controlarlas con la policía y el ejército. En estos sitios a las comunidades se cometían actos de violación de los derechos humanos de los pobladores, lo que incluía a los niños, niñas y adolescentes que también sufrían las consecuencias de la violencia política directa e indirectamente. La violencia estatal contra los niños, niñas y adolescentes no se debió a un hecho fortuito o al azar de la situación, sino se debió a la direccionalidad de las agresiones del aparato represivo a sectores de la sociedad que, según el gobierno, estaban en contra del orden y el bien público. Los padres de los niños y niñas, así como los adolescentes que pertenecían a alguna organización política, gremial u organización campesina o civil sufrieron la persecución y represión policial y/o militar; en las situaciones en que los padres eran violentados, los niños también eran agredidos.
DIFERENCIAS SOCIALES EN EL TRATO
En las violaciones de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes se evidenciaron también diferencias sociales en el trato. En el marco de las diferentes formas de accionar de las fuerzas represivas y las violaciones de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, se evidenciaron también las diferencias sociales en el trato, puesto que no fue el mismo procedimiento en las diferentes etapas de la dictadura como tampoco era la misma según el tipo de víctima.
ENTREGA A TERCEROS CON FINES DE ESCLAVITUD "EL CRIADAZGO"
La utilización de niñas y niños como “criados/as” es una forma moderna de esclavitud. Esta práctica era y es común en Paraguay y muchos agentes del Estado utilizaron a los niños y niñas como criaditos para servicios domésticos, violando así varios derechos de la niñez, como el derecho a la familia, a la libertad, a la integridad personal, a la educación, entre otros. La institución de las ‘criaditas’ tiene larga data en el Paraguay y se estiman unas 40.000 ‘criaditas’ entre los 6 y 12 años, de las cuales 12.000, en Asunción.
NIÑAS ESCLAVAS SEXUALES - TESTIMONIO DE JULIA OZORIO
Una práctica utilizada por agentes del Estado cercanos al gobierno de la dictadura era la esclavitud sexual de niñas entre 7 a 15 años, generalmente del interior del país. Militares de alto rango engañaban a las familias para que entregaran a las niñas o directamente las amenazaban, mantenían recluidas a las niñas y abusaban de ellas. También existió gente vinculada al poder que actuaban como cazadores de niñas, las traían y las vendían o las cambiaban por un puesto público. En otros casos las niñas eran obligadas a realizar todas las tareas domésticas dentro del lugar de reclusión y sistemáticamente eran violadas sexualmente. Esta situación era de servidumbre, sometimiento y esclavitud sexual. La CVJ sí tiene la certeza de que esta práctica fue perpetrada de manera más generalizada en otros lugares y en distintas épocas de la dictadura. Esto demuestra que la violencia sexual fue ejercida de muy diversas maneras y que afectó sobre todo a niñas y adolescentes, lo que permite concluir que fue una práctica sistemática en el Paraguay, lo que permitiría concluir que fue un crimen de lesa humanidad.
MUJERES
LOS ROLES DE LA MUJER DURANTE LA DICTADURA
Dentro de los grupos más vulnerables a la dictadura stronista ubicamos a la mujer, que fue víctima ya sea como madre, como hija, como pareja. En un principio, muchas mujeres que brindaron su declaración lo hacían en calidad de testigos o en nombre de alguna otra persona, como su padre, su pareja, su hijo, pero no como víctimas ni como personas afectadas por la represión. La investigación de la CVJ refleja que las mujeres no fueron consideradas como sujetos directos de las violaciones de derechos humanos, por dar prioridad a las violaciones que sufrieron sus familiares. Sin embargo, el estudio de la CVJ demuestra que la mujer fue sujeto permanente de violaciones de los derechos humanos durante la dictadura. A pesar de tener roles establecidos e impuestos por la sociedad, muchas mujeres decidieron organizarse y participar en grupos políticos, grupos armados, movimientos campesinos, sindicatos y otros, con muy diversos fines: mejorar la calidad de vida, la búsqueda de una sociedad democrática, la liberación de la dictadura, la igualdad social, para lo cual realizaron diversas actividades, como reuniones, manifestaciones, trabajos cooperativos, lucha armada, tareas de educación, entre otras.
INVISIBLES
Una situación que queda invisibilizada la mayoría de las ocasiones es que las mujeres sufrieron consecuencias familiares que terminaron recayendo en los hombros de ellas, como el hecho de quedarse solas a mantener el hogar, teniendo que salir a recolectar la siembra para alimentar a sus hijos e hijas, pasando hambre cuando terminaba la cosecha y sin tener nada más que comer. Algunas quedaron con varios hijos e hijas, otras quedaron embarazadas, con el miedo de que en cualquier momento podían ser también llevadas ellas, con la incertidumbre sobre lo que pasaría con su pareja, sin saber sobre su paradero en muchos casos, si regresaría vivo o no. Además de la sobrecarga de roles, ya que hasta ese momento la recolección era desempeñada en su mayoría por los hombres.
LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO
Un análisis comparativo entre los testimonios de hombres y mujeres muestra que las mujeres, además de la violencia ejercida hacia ellas, sobre todo hacen referencia generalmente a las pérdidas de familiares, mientras los hombres describen más su experiencia en la militancia, su detención y tortura. Las mujeres narran más el impacto que produjo toda la represión en ellas, en la familia, y expresan cómo se sintieron en aquel momento. Las mujeres refieren más impactos psicológicos de amenazas y tristeza, sobrecargas de roles, la pérdida de sus propios proyectos personales y oportunidades de desarrollo. Aunque la discriminación de género no puede considerarse solamente una consecuencia del sistema represivo, las violaciones de derechos humanos refuerzan, amplifican y profundizan esa discriminación validando la injusticia de género como normatividad social e instalan nuevas y peores formas de discriminación y violencia basadas precisamente en el género, tales como la esclavitud sexual, las distintas modalidades de tortura sexual, la privación de la libertad de hijos e hijas, la desintegración familiar, la exclusión social, entre otras. Las mujeres aprendieron desde niñas, por el hecho de vivir en una sociedad patriarcal y machista, a asumir roles socialmente establecidas para mujeres, como las tareas del hogar, ser madres, cuidar de sus hijos e hijas, hacerse cargo de su marido, entre otros. En el contexto de la dictadura estos roles fueron reasignados haciendo énfasis en el papel subordinado de las mujeres frente a sus maridos o los hombres en general. Muchas mujeres no dejaron de cumplir ninguno de los roles tradicionales asignados, pero asumieron además el de militantes y luchadoras. Las mujeres sufrieron de manera directa detenciones arbitrarias, privaciones ilegales de la libertad, torturas y otros tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes. La cantidad de mujeres que fueron detenidas (2.571) y procesadas (136) fue muy inferior a la cantidad de varones detenidos (17.292) y procesados (1.659). Esto supone que el 13% del total de detenidos eran mujeres. En términos proporcionales, fueron procesados el 9,6% de los varones detenidos y el 5,3% de las mujeres detenidas; el total procesado fue de un 8,9% de hombres y mujeres detenidas.
HOMBRES Y MUJERES, TORTURADOS CON LA MISMA SAÑA
Hay una poca diferencia entre la proporción de torturados, entre los varones alcanza 95% y entre las mujeres alcanza el 85%. En ambos casos la proporción de torturados es enorme, y, aunque los análisis cuantitativos señalen que las mujeres relatan menos episodios de torturas y secuelas, sí denuncian muchos más casos de violencia sexual que los hombres. Numerosas mujeres sufrieron violaciones a sus derechos, ya sea por haber sido detenidas, exiliadas, desaparecidas ellas o algún familiar, por haber sido sometidas a violaciones sexuales, así como a trabajos forzados, en muchos casos, cuando la comunidad entera fue sitiada por militares o policías, algunas fueron confinadas y otras también muertas. Un análisis comparativo entre los testimonios de hombres y mujeres muestra que las mujeres, además de la violencia ejercida hacia ellas, sobre todo hacen referencia a las pérdidas de familiares, mientras los hombres describen más su experiencia en la militancia, su detención y tortura. Las mujeres narran más el impacto que produjo toda la represión en ellas y expresan cómo se sintieron en aquel momento. Las razones o motivos de las violaciones de derechos humanos de las mujeres están sobredeterminadas por relaciones de poder y humillación precisamente por su condición de mujer. El cuerpo de las mujeres es cosificado, es decir que se lo ve como algo que se puede poseer, conquistar y dominar. El cuerpo de las mujeres fue utilizado por los agentes del Estado para generar terror en las víctimas, en otras mujeres, y además para mostrar dominio ante sus opositores, es decir, las parejas de estas mujeres. Al ser los violadores de estos derechos quienes deberían ser los garantes de los mismos, se generó una sensación de inseguridad, de incertidumbre y sobre todo de desconfianza.
PUEBLOS INDÍGENAS
EL DESPOJO DE SUS DERECHOS
Los pueblos indígenas que habitan el país han sido víctimas del despojo continuado de sus territorios, antes, durante y después de la dictadura del general Stroessner, siendo el Estado el responsable porque le compete respetar y garantizar los derechos. El despojo de los territorios indígenas fue parte de una política del Estado fundada en el desconocimiento de los indígenas, como personas y como pueblos, negándoseles no solo el derecho de propiedad sobre sus tierras y territorios sino además derechos fundamentales como el derecho a la vida, a la identidad, a la libertad e integridad personales. No existen espacios adecuados de participación indígena en distintos niveles de gestión y decisión estatal y en la elaboración de políticas públicas.
DESCONOCIMIENTO DE LA DIGNIDAD HUMANA - TESTIMONIO DE EDWIN BRÍTEZ
Durante la dictadura de Stroessner se dio un total desconocimiento de la dignidad humana de los indígenas y se cometieron graves violaciones de los derechos humanos, como los ataques de civiles y militares contra comunidades de los pueblos Aché, Ayoreo, Maskoy y Toba Qom, como ejecuciones extrajudiciales de adultos y también de niños y ancianos, así como violaciones sexuales a las mujeres.
PRÁCTICAS CONTRARIAS A LA CONDICIÓN HUMANA - TESTIMONIO DE JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ
Otras prácticas contrarias a la condición humana impuestas a los indígenas y que ha conocido la Comisión fueron la apropiación de niños y niñas indígenas para ser destinados al criadazgo, a la venta u otras formas de servidumbre, como en el caso del pueblo Aché, así como el trabajo forzado u otras prácticas análogas a la esclavitud que afligieran a pueblos del Chaco, como el Enxet y el Maskoy. Otros casos refieren también a métodos de esterilización forzosa para prevenir nacimientos de niños y niñas indígenas aplicados con aquiescencia del Estado.