Los ejemplares de animales, plantas y rocas del Paraguay

que se exhiben en el

Museo de Historia Natural del Colegio Internacional

complementan la formación educativa de niños y jóvenes.

 

El ingeniero forestal Eugenio Oge de Morvil fundó el Museo de Historia Natural del Colegio Internacional, el 7 de octubre de 1944. Inició las colecciones con el objetivo de fomentar la investigación científica, la preservación de la biodiversidad y el patrimonio cultural por medio de la interacción social. Consideró válida la colecta de ejemplares de animales y plantas para enriquecer la educación de niños y jóvenes.

En la actualidad, el acervo reúne 2.500 piezas que se hallan expuestas en vitrinas distribuidas en cuatro salas climatizadas. En la primera, se pueden observar muestras de aves, esqueletos, vertebrados, huevos, reptiles, cuernos y astas, mamíferos, artrópodos, rocas, minerales y moluscos.

El segundo espacio contiene ejemplares de peces y reptiles, en frascos con formol. La tercera sala está destinada a xiloteca y en la cuarta se aprecian árboles maderables del Paraguay, tallos petrificados, fósiles, rocas y minerales y un rincón de numismática, con exhibición de billetes y monedas nacionales y extranjeras.

“Nuestra misión es seguir aportando a la educación de nuestro país, desde una perspectiva histórica, cultural, ambiental. Tenemos el desafío de formar ciudadanos que cuiden su entorno, que valoren su medioambiente y que colaboren para que las especies con las que interactuamos se puedan preservar, porque no somos los únicos habitantes de este planeta”, dice la licenciada María Inés Riveros de Cuenca, coordinadora del museo.
 

Destaca la anfitriona que el muestrario de aves abarca el 95% de las especies paraguayas, varias de ellas en vías de extinción. “Tenemos ejemplares de pájaros que prácticamente están desaparecidos y son muy importantes para las investigaciones científicas”.

Búhos, loritos, pato bragado y tuyuyú cuartelero son los más conocidos en el conjunto de aves que mezcla diversidad, rareza y colorido.

Curiosidades de la naturaleza y animales poco conocidos llaman la atención en las vitrinas que contienen los datos científicos de cada pieza. Hay un ternerito de dos cabezas, fetos, nutrias de agua, puerco espín, venados, tigres, leopardos, monos y oso hormiguero.

Remarca María Inés Riveros de Cuenca que las recolecciones fueron hechas en su mayoría por los pioneros del museo, aunque —añade— el acervo se sigue ampliando con donaciones de padres, ex alumnos y alumnos del colegio. “Pedimos a los niños que nos traigan piedras, rocas, maderas, caracoles o cualquier ejemplar que encuentren en sus patios, en sus estancias para que podamos acrecentar el acervo”.

Al tiempo de celebrar los 90 años de fundación del Inter, las autoridades de la institución enfatizan su interés por brindar a investigadores, científicos y estudiantes de todos los centros de enseñanzas del país la posibilidad de acceder al Museo de Historia Natural.

“Aquí son bienvenidas las delegaciones estudiantiles. Teniendo en cuenta el 90 aniversario del Colegio Internacional estamos abriendo este espacio educativo a todo el país. Un museo como este se constituye en el mejor centro de aprendizaje, porque otorga la oportunidad de entrar en contacto con muestras de otros tiempos, con especies extintas o en vías de extinción, es decir, con diversos componentes de la naturaleza. Las escuelas, colegios pueden comunicarse para traer grupos de alumnos y venir a compartir experiencias”, invita el químico farmacéutico Rubén Zacarías, profesor de Ciencias Básicas.

“Este es un museo activo, considerado un rincón didáctico donde se investiga sobre plantas, animales. También tenemos la parte de numismática, rocas, minerales, inclusive contamos con restos fósiles que los niños y jóvenes de nuestro colegio investigan con sus profesores y luego amplían la información para ejercitar la educación integral”, señala la licenciada Riveros de Cuenca.

El Museo de Historia Natural del Colegio Internacional es un espacio donde el visitante puede recrearse aprendiendo. Y puede ser el punto de partida de un cambio de actitud en la relación del hombre con el medio que lo rodea. Fundamental es conocer a los componentes de la naturaleza para entender y valorar su existencia, imprescindible para la vida del ser humano.  

 

 

Estudios científicos.