12 DE NOVIEMBRE DE 1864 / LA CAPTURA DEL BUQUE BRASILEÑO “MARQUÉS DE OLINDA”
HACE 150 (2014) AÑOS COMENZÓ LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA
Por LUIS VERÓN
La captura por la marina paraguaya del vapor brasileño “Marqués de Olinda”, realizada el 12 de noviembre de 1864, hoy hace 150 años, originó el más grande y prolongado conflicto bélico que soportó Sudamérica en toda su historia.
El horno no estaba para bollos... Una tensa situación política hacía irrespirable el ambiente en toda la región desde hacía un tiempo. Cuestiones de política interna en la República Oriental del Uruguay, con manifiesta intromisión brasileña, llevó al Gobierno paraguayo a adoptar una importante actitud que derivó en una situación bélica que involucró a cuatro países americanos.
DELICADA SITUACIÓN INTERNACIONAL
Desde abril de 1863, el ambiente político regional se venía enturbiando: En el Uruguay, ocupaban el poder los conservadores (blancos), con Bernardo Berro en la presidencia. La oposición estaba dirigida por Venancio Flores (colorados), quien tuvo destacada actuación en la batalla de Pavón, en la que los porteños, encabezados por Mitre, habían derrotado a los confederados de Urquiza.
Flores se había levantado contra el gobierno de Berro, con el apoyo del gobierno argentino y los liberales del Brasil. En el Paraguay, el presidente Francisco Solano López se adhería a la causa de Berro, pues consideraba que un gobierno conservador en el Uruguay era una garantía para la independencia del Paraguay. Esa fue la razón por la que, tras la intervención del Gobierno brasileño (motivada por supuestas injurias sufridas por súbditos brasileños por parte de ciudadanos uruguayos), el presidente López aceptó mediar a favor del gobierno de Berro.
La situación fue agravándose rápidamente, y desembocó en un ultimátum brasileño al gobierno uruguayo. El gobierno paraguayo protestó airadamente y se empeñó en acelerar los aprestos militares.
Efectivamente, el 30 de agosto de 1864, el gobierno paraguayo protestó enérgicamente ante la decisión tomada por el Brasil 26 días antes, de intervenir en las cuestiones internas del Uruguay. En dicho documento, en realidad –como diría Efraín Cardozo–, un contraultimátum, el Paraguay consideró “atentatorio al equilibrio de los Estados del Plata” y se erigió como “garantía de su seguridad, paz y prosperidad”.
Esta situación fue el corolario de la crisis desatada en la región con la revolución encabezada por Venancio Flores, apoyado por el presidente argentino Bartolomé Mitre. Esta situación mereció, en su momento, la protesta paraguaya.
Si bien el gobierno uruguayo había buscado insistentemente el apoyo paraguayo, la decisión tomada por el Paraguay fue de entera responsabilidad de este, en “precautelación del equilibrio de las naciones que veía seriamente amenazado por la intervención del Brasil en la República Oriental del Uruguay”, según escribió Cardozo.
Toda esta situación llevó a López a tomar la dirección efectiva de los preparativos para un enfrentamiento bélico inminente y se trasladó al campamento de Cerro León.
OÍDOS SORDOS BRASILEÑOS
A pesar de la advertencia paraguaya, el 12 de octubre de 1864, el Brasil invadió territorio uruguayo y ocupó el departamento de Cerro Largo. Si bien se trató de ocultar este hecho, la noticia se conoció en los últimos días de octubre y primeros de noviembre.
El 4 de dicho mes, zarpaba de Buenos Aires, rumbo a los puertos del norte, el mercante brasileño “Marqués de Olinda”, teniendo como uno de sus pasajeros al coronel Frederico Corneiro de Campos, quien viajaba a Corumbá para asumir su flamante cargo de gobernador del estado de Mato Grosso.
LA CAPTURA
El 10 de noviembre de 1864 recaló en el puerto asunceño el vapor “Marqués de Olinda”, buque de una compañía brasileña de navegación, que hacía viajes por los ríos Paraná y Paraguay.
El buque llevaba, además, un grueso cargamento de armas (unos 2.000 mosquetes) y los fondos del gobierno. Al atardecer del día siguiente, el “Marqués de Olinda” levó anclas rumbo a su destino.
En represalia por la acción brasileña contra el gobierno conservador uruguayo, y enterado López por medio de un uruguayo, espía suyo, del cargamento del buque, ordenó al comandante del buque insignia paraguayo Tacuary, capitán Remigio Cabral, la captura del “Marqués de Olinda”, y su retorno a Asunción.
El buque brasileño llevaba una ventaja de unas 300 millas, pero el Tacuary era más veloz y pudo darle alcance. Eso ocurrió el 12 de noviembre de 1864, hace exactamente 150 años.
Al amanecer del día siguiente, ambos buques entraban al puerto asunceño. El representante diplomático brasileño en Asunción, Viana de Lima, protestó por el hecho, pero la explicación que la cancillería paraguaya le dio fue que desde el día anterior estaban rotas las relaciones con el Brasil, por lo que no se permitiría la navegación de ningún buque de esa bandera por los ríos del país.
Ante la situación, Viana de Lima solicitó la provisión de su pasaporte y la de los demás funcionarios de la legación, y el permiso para embarcarse en el buque retenido. El 15 de diciembre le fueron entregados los documentos, pero no el permiso de embarcarse, pues le dijeron que el “Marqués de Olinda” era botín de guerra, con la tripulación hecha prisionera y confiscado su cargamento.
Tampoco se le permitió embarcarse en ningún otro buque, por lo que el diplomático y los demás funcionarios se vieron ante la posibilidad de regresar a su país por tierra. La oportuna mediación del ministro norteamericano Charles A. Washburn, el diplomático brasileño y los miembros de su legación pudieron partir en un buque rumbo a Buenos Aires.
El “Marqués de Olinda” no fue devuelto a la empresa propietaria, y pasó a engrosar la flota paraguaya.
Las protestas y represalias no tardaron en concretarse, y las fuerzas brasileñas atacaron y ocuparon la población uruguaya de Paysandú, lo que aceleró la rendición de Montevideo. Venancio Flores, victorioso, ocupó el gobierno.
Por su parte, fuera de toda previsión, López dirigió su ataque al Brasil, pero no hacia donde parecería lógico, sino hacia una región apartada y, con el dominio paraguayo del río, hasta donde el gobierno de Río de Janeiro no podría reaccionar inmediatamente, ni auxiliar prontamente a sus súbditos: el Mato Grosso. Un intento en ese sentido tardó más de dos años en llegar en las proximidades de la zona (la Campaña de Laguna).
Con la captura del buque brasileño, aquel 12 de noviembre, hace 150 años, y la siguiente expedición militar que invadió Mato Grosso, se desencadenó cinco años de sangrienta guerra, una vorágine que envolvió a cuatro países sudamericanos.
EL BUQUE “MARQUÉS DE OLINDA”
Era un buque de vapor, mercante, de casco de madera, de poco calado, lo que le hacía ideal para la navegación fluvial y que hacía la carrera río Paraná-Paraguay. Tenía un desplazamiento de 180 toneladas era impulsado por un motor de 80 HP.
Perteneció, primeramente, a la compañía Bernal y Cárrega; luego, a la G. Matti & Cía.
Después de su captura, fue artillado y pasó a integrar la flota paraguaya que atacó los buques aliados en la batalla naval de Riachuelo, durante la cual resultó hundido.
Fuente: Artículo publicado el 12 de Noviembre del 2014
Fuente en Internet: www.abc.com.py
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Redactores: Lic. ANTONIO MARÍA BOERO y RAMIRO ANTONIO BOERO RUIZ
Abril del 2005 – Rivera Uruguay