MOVILIZACIÓN DE 1928
Por CARLOS PASTORE
En la movilización de 1928, el pueblo acudió al llamamiento a las armas como si se tratase de participar en una fiesta cívica, y los estudiantes universitarios, los bachilleres, los maestros y los profesores nos incorporamos en número de 180 aproximadamente al Batallón de Aspirantes a oficiales de Reserva. A pocas semanas de la organización del batallón, su Comandante nos informó en la formación del alba, que el Comandante del sector central con asiento en Concepción, José Félix Estigarribia, reclamaba la presencia de estudiantes Aspirantes a Oficiales de Reserva para ser incorporados a las tropas de los fortines del interior del Chaco, e invitó a que dieran un paso adelante los Aspirantes que se encontraban en condiciones de partir de inmediato con destino a Concepción y de esta ciudad a los fortines del Sector Central del Chaco. Dimos el paso pedido por el Jefe de la Unidad los aspirantes Salvador Villagra Maffiodo, Rubén Benítez, Aristides Díaz Peña, Antonio Castagnino y Carlos Pastore, autor de este trabajo.
Tenemos a la vista la fotografía del embarque de los nombrados estudiantes con otros voluntarios de distintos sectores sociales de la población con destino a Concepción y también la fotografía de los 4 Aspirantes a Oficiales de Reserva, que el 31 de diciembre de 1932 —cuatro años después— nos embarcamos en el Puerto de la Asunción en cumplimiento de la orden de presentarnos al Gran Cuartel General del Coronel José Félix Estigarribia, en Isla Poí.
El primer gráfico podía ser una muestra de tropas irregulares; la reproducción de una toma del ejército comunero de José de Antequera, o de los combatientes de Paraguarí y Tacuary contra la invasión de Belgrano; y el segundo presenta, con relación al primero, a Aspirantes a conquistar los grados superiores del Ejército que concurrían a una parada militar, cosecha ésta de una intensa labor de cuatro años en la preparación de la replica watches uk defensa nacional con la estructura de un Estado democrático. En este lapso, los Aspirantes del Batallón de 1928 habían adelantado en sus estudios superiores unos, y dado término a los cursos de sus carreras universitarias otros, en un estado espiritual de intensa preocupación por la amenaza de la agresión militar de Bolivia. La actividad intelectual de la juventud, guiada por los principios de la civilización cristiana liberal, concentraba su atención en la defensa del Chaco Boreal. El objetivo nacional era entonces mantener la soberanía del Paraguay sobre este territorio, y con tal programa la juventud estudiosa (bachilleres, universitarios, maestros y profesores) se alistó en la Escuela de Aspirantes a Oficiales de Reserva. Había predilección en aquellos años entre los universitarios por la lectura de biografías y novelas históricas de hombres de pensamiento y de acción. Plutarco, Stefan Zweig, André Mourois, Emil Ludwig y Pío Baroja, entre otros, nos hicieron conocer la vida de los estadistas y conductores del pasado; José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno y los pensadores de su generación de habla castellana nos conectaron con el pensamiento europeo en su nueva versión.
La experiencia de la revolución rusa avivaba la curiosidad de la juventud. A las librerías de la Asunción llegaban documentos oficiales y trabajos de sociólogos sobre el desarrollo de aquella revolución. Conocíamos el Plan Quinquenal ruso y los propósitos políticos internacionales de los conductores soviéticos; el pensamiento de replica watches Alexis de Tocqueville, sociólogo francés, dado en su obra “La Democracia en América”, publicada en francés y español en 1835 y 1836, respectivamente, sobre el choque futuro de los dos grandes Estados que iniciaban la marcha por el dominio del poder en el mundo: el norteamericano y el ruso. Y el final victorioso de los norteamericanos basados en la libertad del hombre frente al ruso que tenía una organización en aquellos tiempos todavía feudal (1). Y el sociólogo francés Henry Rollin, en su trabajo "La Revolución Rusa” —del marxismo al socialismo— nos aclaró el sentido nacionalista de la propaganda de Moscú (2).
Pero el tema que despertaba la primera y más viva curiosidad era la teoría y la práctica de la guerra, explicadas por Carlos Von Clausewits, en su trabajo “De la Guerra”, publicado en idioma castellano por la Biblioteca del “Oficial argentino”, en 1922, citado su autor en los centros científicos europeos como el maestro de la ciencia de la guerra. La guerra era antes de la iniciación de las operaciones militares el tema central de las generaciones del Chaco en su preocupación de conservar este territorio bajo la soberanía paraguaya; lo fue durante los tres años de duro batallar; y se mantiene en la memoria de los que viven todavía con el recuerdo del deber cumplido, que los inmuniza de sentimientos de amargura y desaliento producidos por las injusticias y vejámenes que a diario padecen.
La experiencia de la movilización de 1928 no fue olvidada por las generaciones del Chaco; el ánimo que guiaba sus pasos rumbo al “infierno verde” al despedirse de sus “valles”; y el lugar que conquistó en su recuerdo la imagen del canciller chileno Conrado Ríos Gallardo por su contribución para la concertación de una solución diplomática a la crisis producida por el incidente del Fortín Vanguardia, con la aplicación de los principios que inspiraron el “Pacto Gondra”, aprobado por la V Conferencia Panamericana de Santiago de Chile, que suspendió la iniciación de las operaciones militares de la guerra hasta junio de 1932.
Funciones del Teniente Coronel José Félix Estigarribia después de la movilización de 1928, y antes de la Campaña de Boquerón.
En la oportunidad de replica watches nuestra presentación al P.C. de Comanchaco, en el mes de enero de 1933, lo vi y conocí, en persona, por primera vez, al Comandante Estigarribia, aunque su nombre y su actuación en el Ejército antes de la iniciación de las hostilidades en el Chaco ya los conocía. Durante la Revolución Militar de 1922, su nombre fue popular y el eco de su actuación militar llegó hasta las aulas de los estudiantes secundarios del Colegio de San José de la Asunción, donde iniciaba mis estudios (3). En la movilización de 1928, los universitarios que lo conocieron en Concepción, apreciaron sus condiciones humanas en las relaciones con los subordinados a su mando. Posteriormente, cuando ejercimos funciones en la Administración Pública, en la Secretaría de la Presidencia de la República, tuvimos referencias más completas sobre su personalidad (4). En aquellos últimos años, siendo Estigarribia Jefe del Estado Mayor General del Ejército, organizó una maniobra militar en Campo Grande que terminó con su renuncia del cargo que ejercía, como consecuencia de un entredicho de carácter profesional con un subordinado, amigo del Ministro de Guerra, a quien éste apoyó; Estigarribia abandonó en forma brusca el lugar donde se realizaba la crítica de la maniobra. En aquella oportunidad, defendió los principios de la disciplina y de la jerarquía aplicadas en las Fuerzas Armadas. Su conducta de entonces contribuyó a detener el proceso de desintegración del Ejército profesional, producido después de la guerra, y creó oportunidades favorables a su brillante carrera militar en la guerra del Chaco. Así fue corno en enero de 1931 ocupó la Jefatura de la Inspección General del Ejército, y a mediados de junio del mismo año se hizo cargo del Comando de la Primera División de Infantería, oportunidad en la cual dirigió a esta unidad militar el siguiente mensaje:
“Asunción, junio 18 de 1931
Al asumir la grande y honrosa misión de comandar la D.l, además del alto cargo que ejerzo en momentos en que nuevas amenazas se ciernen sobre la patria, hago un llamamiento a todos los comandos a redoblar actividad y energía para la mejor preparación de la Victoria. Cuento con la lealtad y la ya proverbial abnegación y espíritu de sacrificio de los señores Jefes y Oficiales así como del personal de clases y soldados, para la realización de la magna obra.
Con el profundo convencimiento de que el Gobierno Nacional y el pueblo íntegramente nos acompañan con plena fe en nuestro patriotismo, llevaremos nuestros esfuerzos a límites extremos sin desfallecimientos de ninguna clase y lograremos nuestra finalidad.
Con estos sentimientos envío mis saludos a todo el personal de Jefes y Oficiales y tropas de la Primera División de Infantería.
José Félix Estigarribia, Tte. Coronel Comandante de la D.l” (5)
Colección Adolfo Acosta Melgarejo
Tte. Coronel José Félix Estigarribia. Fotografía tomada cuando se desempeñaba
en el Comando de la I División de Infantería Paraguaya, 1 año ántes de iniciarse
las operaciones militares en el chaco.
El mensaje destaca la preocupación de Estigarribia por la amenaza de la agresión de Bolivia que estimaba cercana, su fe en las virtudes del pueblo y en la capacidad de su gobierno.
Instalado en su P.C. de Puerto Casado, organizó el Servicio de Informaciones del enemigo con la colaboración de Benjamín Velilla; las comunicaciones por radiotelegrafía con Nanawa, Boquerón. Toledo y Concepción; y dictó órdenes para asegurar el secreto de sus actos, al mismo tiempo que realizaba una intensa labor docente dirigida a los Jefes y Oficiales de la Unidad. En esta oportunidad dictó conferencias a los Oficiales del grupo de Artillería de la Primera División de Infantería con asiento en Puerto Casado.
El 1º. de julio de 1931, partió al interior del Chaco para realizar los estudios básicos del terreno, y regresó a Puerto Casado el 13 del mismo mes. Los estudios sobre el terreno fueron concretados en la elección de las posiciones sucesivas que la División de Infantería a su mando debía defender en “Pozo Azul” e “Isla Poí”.
La disciplina en la D. 1, perturbada antes de que Estigarribia se hiciera cargo de la Unidad, y que dio lugar a la incorporación a la misma de un selecto grupo de Jefes y Oficiales encabezado por el Mayor Juan Manuel Garay, fue restablecida a mediados de julio. Cesaron las deserciones, pero Estigarribia pidió que se impartieran instrucciones a las autoridades del interior del país “para la persecución sin cuartel a estos malos ciudadanos”; y al mismo tiempo de solicitar tan severas medidas hizo anular las causas que crearon las condiciones para las deserciones, relacionadas con la alimentación, el estado sanitario y el trato personal a los soldados. La constante apreciación de las causas de los hechos producidos durante el transcurso de la guerra ocupó su atención, al mismo tiempo que los efectos de los mismos. Esta situación de la D. 1. produjo efectos finales durante el tiempo de la defensa de Toledo ante la ofensiva de Kundt, en que un sargento dio muerte de un tiro de arma de fuego en su carpa, a medianoche, a un oficial, en replica watches venganza de los malos tratos de que el sargento fuera víctima por el oficial cuando ambos prestaban servicios en Casanillo.
La mayor preocupación del Comandante de la D.1. se concentró en la futura acción del Ejército boliviano, cuya agresión consideraba inminente. A su actitud provocativa en Boquerón, respondió con la orden a la guarnición de este Fortín de no disparar (6). En un choque en Samaclay mueren un soldado paraguayo y un oficial y cuatro soldados bolivianos. En este estado de tensión, la orden recibida de disminuir la guardia de Pitiantuta, le causó, según dijo, pesar. Quedaría en el Fortín un puesto de Suboficial con riesgo de exterminio en el caso de ser atacado por los indios bravos de la región (7). Estigarribia quería mantener la ocupación de Pitiantuta y preservarlo del peligro de ser destruido u ocupado por los bolivianos o por los nativos salvajes. A la provocación de las tropas de Bolivia se respondió con actos conciliatorios. Una patrulla capturada, compuesta de un sargento y dos soldados bolivianos, fue entregada a su unidad en Fortín Yucra (8). Conservar la paz, evitar por el mayor tiempo posible el estallido de la guerra franca, constituían los planteamientos básicos de la estrategia paraguaya en la conducción de la defensa del Chaco de la agresión boliviana que estuvo en vigencia hasta junio de 1932. La experiencia de Vanguardia, aunque con elevado costo, fue finalmente positiva. Esta vez el Comando de la D.1. se ajustó estrictamente a las instrucciones estratégicas vigentes para el Ejército desde 1924 y no se propuso como en el caso del Fortín “Vanguardia” en 1928, apartarse de ellas, por las graves consecuencias conocidas derivadas de aquel caso.
Planes defensivos del Ejército paraguayo de julio de 1931 en el sector central del Chaco
En nota al Ministerio de Guerra y Marina, de fecha 15 de julio de 1931, decía el Teniente Coronel José Félix Estigarribia, Comandante de la Primera División: “Acabo de regresar de hacer los estudios necesarios de las posiciones sucesivas que la división deberá defender. Hasta este momento me he limitado a la elección de dos líneas sucesivas: la de “Pozo Azul” e “Isla Poí”.
“Pozo Azul”
He ordenado la ejecución de las obras de defensa de toda urgencia a fin de estar en condiciones en muy poco tiempo. Hasta este momento es la única posición que nos conviene, dadas las condiciones generales de nuestra preparación.
“Ventajas”: se necesita poca replica watches tropa para su defensa, a lo más un Regimiento de Infantería. Proximidad a la vía férrea: 32 kilómetros del kilómetro 145. Tiene caminos y terraplenes que con pocas mejoras estarán en buenas condiciones de transitabilidad. Es llave de todos los caminos hoy existentes hacia el Puerto.
“Inconvenientes”: de parte de la defensa no permite casi ninguna maniobra. No hay espacio para el empleo de tropas importantes. No permitirá la decisión de la campaña, la cual debemos perseguir y obtener a toda costa. De parte del enemigo existe posibilidad de empleo de tropas más importantes, es decir de mayores elementos, los cuales podrán concentrar su poder de destrucción sobre su posición No defiende la región de las colonias mennonitas, que es un emporio de recursos de todo orden, de evacuación casi imposible en el breve tiempo de que podrá disponerse para este trabajo. El sacrificio territorial a consentirse tendrá las más funestas repercusiones sobre la moral de nuestro pueblo.
“Isla Poí”
He trazado la línea de la posición que se debe organizar para la defensa.
“Ventajas”: se pueden emplear muchas tropas y maniobrar para obtener la decisión. La defensa estricta puede hacerse con los efectivos de la división de Infantería. Cubre las colonias mennonitas y detendrá al enemigo en una región desprovista de toda clase de recursos. Los caminos son buenos.
“Inconvenientes”: aumenta en 52 kilómetros nuestra línea de etapas. Hay que prever alguna acción del enemigo, aunque forzosamente insignificante, del lado de “Toledo”, por donde puede dirigirse hacia nuestras espaldas.
“Otros datos”
De la llamada Punta Rieles actual, la empresa Casado está construyendo un camino para automóvil que se dirigirá en línea recta a Campo Esperanza y que deberá estar terminado para fines del presente año. Dicho camino conducirá a Campo Esperanza desde Punta Rieles, con un recorrido de 43 kilómetros, apenas una hora de automóvil y dos horas para camiones cargados. De Campo Esperanza dista Isla Poí 22 kilómetros. Una vez terminado este camino, Isla Poí quedaría de Punta Rieles 65 kilómetros de buenos caminos. Actualmente, Isla Poí dista 84 Km. por el camino existente —en malas condiciones en varias partes— y que arranca del kilómetro 145 de la vía férrea.
"Conclusión”
“Pozo Azul” podemos rokas pulksteņu defenderlo desde ahora con los elementos de que disponemos, pero sus inconvenientes de carácter fundamental son irremediables. “Isla Poí” no defendible de inmediato, por falta de medios de transporte, principalmente, promete resultados decisivos, a poco tiempo de iniciada la campaña. Por estas razones, he dispuesto la inmediata organización defensiva de Pozo Azul. Y me permito insinuar muy respetuosamente la conveniencia de aplicar todos los recursos necesarios para poder defender Isla Poí. José Félix Estigarribia. Teniente Coronel, Comandante de la Primera División de Infantería” (9).
OFENSIVA DEL EJÉRCITO PARAGUAYO INICIADA EN SETIEMBRE DE 1932
Reconquistado por los paraguayos el fortín “Pitiantuta”, asaltado y fortificado por el Ejército boliviano en junio de 1932, los gobernantes de La Paz y sus consejeros militares consideraron que había llegado la oportunidad de iniciar operaciones militares de guerra contra el Paraguay, y ordenaron la ocupación de Boquerón y de otros fortines fundados por el Ejército nacional. Estos hechos se produjeron en momentos en que una comisión mediadora, reunida en Washington, buscaba una solución pacífica al conflicto del Chaco entre el Paraguay y Bolivia, agravado por la fundación del fortín “Vanguardia’' por los bolivianos y tomado por tropas paraguayas.
De nuestra parte, el Comandante de las unidades militares del Sector Central del Chaco, integradas en la Primera División de Infantería, consideró a su vez presentada la oportunidad de destruir el Ejército boliviano que ocupaba el centro del territorio en disputa, y que, distribuido en distintos fortines, facilitaba la operación antes de producirse su concentración en uno de ellos, con el objetivo adicional de ocupar la zona de agua del Chaco Central y de defender las colonias mennonitas de la agresión boliviana.
La ofensiva paraguaya, ordenada el 3 de setiembre de 1932, se prolongó hasta el 23 de diciembre del mismo año, después de haber conquistado los objetivos fijados en la orden de operaciones, al decir de Estigarribia, con “exactitud matemática”.
En los primeros días de setiembre, la guarnición de Nanawa fue instruida para realizar operaciones de amarre del enemigo en la zona de Samaclay, Murgia y alrededores; y fue resuelta la ocupación de Bahía Negra, Coronel Bogado, Pitiantuta y Toledo por débiles efectivos. Era propósito del Comandante Estigarribia fijar en la región de Nanawa la mayor cantidad de tropas enemigas, evitando la concurrencia de éstas a la zona de acción principal preparada por el Comando.
El 6 de setiembre fue dictada la orden de marcha sobre Boquerón, iniciada al día siguiente, a las 4 del día 7. Partieron de Isla Poí (Villa Militar) tres mil quinientos hombres, en dos columnas, de las tres armas, encabezados por el Tte. Coronel José Félix Estigarribia, mientras las patrullas de la vanguardia mantenían contacto con el enemigo de Boquerón, y los aviones bolivianos iniciaron el bombardeo de nuestras tropas en marcha. Establecido el contacto con las primeras posiciones defensivas del fortín, fue ordenada la maniobra envolvente para cortar los caminos de acceso de auxilios y refuerzos de los defensores de Boquerón, de acuerdo con la idea central de operaciones de Estigarribia, de que esta guerra sería de comunicaciones, del tipo colonial. En pocos días fue confirmada la decisión del Comando enemigo de hacer intervenir en la defensa de Boquerón sucesivas unidades de auxilio, lo que facilitó a los paraguayos la dispersión y destrucción de las mismas. Boquerón dejó de ser un objetivo que debía ser conquistado de inmediato a viva fuerza, al convertirse en un centro de atracción del enemigo en condiciones que favorecían la sucesiva y sistemática destrucción de las unidades de socorro. La lucha se desplazó a los caminos de comunicación y tránsito del fortín asediado con el exterior. Los defensores de Boquerón quedaron amarrados en sus posiciones, mientras el mayor esfuerzo paraguayo se desplazó hacia los objetivos de intersección, dispersión y destrucción de las unidades de auxilio a los defensores del fortín. El Regimiento boliviano de Infantería Nº. 14, organizado con la juventud de la ciudad de Oruro, fue aniquilado; dejó en nuestro poder su rico material de guerra en uso, y fue tomado prisionero su Comandante. Esta acción fue ordenada después de que la reconquista a viva fuerza de Boquerón fuera suspendida y reforzadas las tropas que debían enfrentar a las unidades atrapadas en el fortín, con lo que se trasladó el centro de gravedad de la batalla al norte de Boquerón, y quedaron aislados sus defensores con la interceptación de sus caminos de comunicación. Otras columnas bolivianas que llegaron a la zona, fueron, a su turno, destruidas o dispersadas por los bosques, o se entregaban prisioneras, vencidas por la sed. La escasez de agua, que también afectaba a las tropas paraguayas, obligó a limitar en el tiempo el plan de destrucción de las unidades bolivianas de socorro a los defensores del fortín cercado. El día 24 de setiembre el parte sobre la existencia de agua en la laguna de Isla Poí, que proveía a las tropas combatientes de la zona, denunciaba que estaba próxima a agotarse en manifiesto estado de descomposición, con la amenaza de obligar al Comando a proveer a las tropas de agua transportada del río Paraguay, circunstancias que impusieron la alternativa de tomar Boquerón y doblegar a sus defensores a viva fuerza con la estimación de que las pérdidas humanas en el asalto final de las posiciones enemigas serían inferiores al costo replica watches uk proveniente de la falta de agua para las tropas. El día 25 fue aniquilada una columna enemiga de socorro de 400 hombres. Ese mismo día fue dictada la orden de toma de Boquerón a viva fuerza. El día 26 por la noche se llegó a distancia de asalto de la segunda línea defensiva del enemigo. El 27 se preparó la acción del 28 que permitió ocupar la segunda línea de la defensa boliviana que a primera hora del 29 pidió parlamento, levantando banderas blancas y rindiéndose. El primer acto de la ofensiva paraguaya de la Guerra del Chaco de tres años terminó aquel día, 29 de setiembre de 1932.
El éxito paraguayo fortaleció a su Ejército con la unidad conquistada en la experiencia de la lucha. Fue la confirmación de la repetida afirmación de su Comandante, en el sentido de que la guerra sería ganada por los paraguayos. La fórmula “Vencer o Morir” perdió entonces el valor de una consigna nacional, para ocupar su lugar la idea de “Vencer y Vivir”, valor cultural, el primero, heredado por los paraguayos de un pueblo ibérico que exaltaba el valor social de lo negativo como el dolor, la pobreza y la muerte. En 20 días de cruenta pelea, fueron reconquistados Boquerón y sus coberturas, y aniquilado el Ejército boliviano del Chaco. Fue muerto en combate el Capitán Ustarez, guía de la penetración militar de Bolivia en el Chaco. Este esfuerzo exigió un período de descanso y de organización para emprender la acción de la conquista de la zona de agua y de los depósitos de materiales de guerra y aprovisionamiento de Arce y Alihuatá, abandonados por el enemigo. El 8 de octubre, las columnas estaban en movimiento con el fortín Arce (Rodríguez Francia) como objetivo central. La cobertura de Arce fue ocupada con poca resistencia boliviana, y el 23 de octubre era ocupado el fortín, con lo que quedaba en poder de los paraguayos toda la zona de agua de esa región, al mismo tiempo que los depósitos de material de guerra y aprovisionamiento de Arce y Alihuatá. Después de Arce fueron ocupados hasta el día 30, sucesivamente, Falcón, Alihuatá y Fernández y en los primeros días de noviembre, el fortín Platanillos. Con la ocupación de Falcón quedó restablecida la comunicación con Nanawa, y con la ocupación de Corrales y los fortines bolivianos de la zona fue aclarada para el Comando la verdadera situación estratégica de Camacho, por su enlace con Carandayty por la vía de Picuiba. La marcha en dirección a Saavedra fue detenida en el kilómetro 10, y pocos días después fue reconquistado Platanillos por el enemigo. Estos últimos acontecimientos fijaron el límite de la ofensiva paraguaya iniciada en Boquerón, que duró 107 días.
NOTAS
(1) TOCQUEVILLE, Alexis de: “LA DEMOCRACIA EN AMERICA”. Ed. francesa, 1835 y española, 1836.
"Hay actualmente sobre la tierra dos grandes pueblos que, partiendo de puntos diferentes, parecen adelantarse hacia la misma meta: son los rusos y los angloamericanos.
Los dos crecieron en la oscuridad y, en tanto que las miradas de los hombres estaban ocupadas en otra parte, ellos se colocaron en el primer rango de las naciones y el mundo conoció casi al mismo tiempo su nacimiento y su grandeza.
Todos los demás pueblos parecen haber alcanzado poco más o menos los límites trazados por la naturaleza, y no tener que conservarlos; pero ellos están en crecimiento; todos los demás están detenidos o no adelantan sino con mil esfuerzos; sólo ellos marchan con paso fácil y rápido en una carrera cuyo límite no puede todavía alcanzar la mirada.
El norteamericano lucha contra los obstáculos que le opone la naturaleza; el ruso está en pugna con los hombres. El uno combate el desierto y la barbarie; el otro la civilización revestida de todas sus armas: así las conquistas del norteamericano se hacen con la reja del labrador y las del ruso con la espada del soldado.
Para alcanzar su objeto, el primero descansa en el interés personal, y deja obrar sin dirigirlas la fuerza y la razón de los individuos.
El segundo concentra en cierto modo en un hombre todo el poder de la sociedad.
El uno tiene por principal medio de orologi replica acción la libertad; el otro la servidumbre.
Su punto de vista es diferente, sus caminos son diversos; sin embargo, cada uno de ellos parece llamado por un designio secreto de la Providencia a sostener un día en sus manos los destinos de la mitad del mundo” (Págs. 382 y 383).
2) ROLLIN. Henry: “La Revolución Rusa”. Tomo I: Su Génesis Histórica. Tomo II: Del Marxino al Nacionalismo. Traducido del francés por Jorge Rubio y Javier Bueno. Edit. ESPAÑA. Madrid, 1931 (I) y 1932 (II).
(3) El local del Colegio de San José sirvió de hospital de sangre para los heridos en el ataque a la capital, del Ejército sublevado de Paraguarí, Encarnación y Concepción.
(4) 1929, 1930 y 1931, en funciones de confianza.
(6) Documentación de la D.1. 18 de julio de 1931. Copia en la Colección Documental del autor.
(7) Documentación de la D.l del 14 de agosto de 1931. Copia de la Colección Documental del autor.
(8) Idem del 4 de julio de 1931. Idem.
(9) Documentación de la D.1. del 15 de julio de 1931. Copia en la Colección Documental del autor.
Enlace interno a documento fuente:
RELACIÓN HISTÓRICA Y SOCIOLÓGICA DE EPISODIOS DE LA GUERRA DEL CHACO
Por CARLOS PASTORE
CRITERIO EDICIONES
Asunción – Paraguay. 1987 (122 páginas)
POSTALES DE NUESTRO PARAGUAY ETERNO
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