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Historia Política


Presidencia del Coronel Rafael de la Cruz Franco Ojeda (17 de febrero de 1936 al 13 de agosto de 1937)
(08/06/2010)

GOBIERNO DE RAFAEL FRANCO

(17-II-1936 AL 13-VIII-1937)




El coronel Rafael Franco ejerció la Presidencia provisional del Paraguay

entre el 20 de febrero de 1936, cuando asumió luego del golpe del 17 de febrero de ese año,

y el 13 de agosto de 1937, fecha en que fue derrocado por un contragolpe militar

 

            Los militares sublevados suscribieron un acta por el cual se designaba Presidente provisional al Coronel Rafael Franco y promulgaron un decreto de índole fascista, el N° 152, mediante el cual se identificaba a la Revolución Liberadora del 17 de febrero de 1936 con el Estado de la República del Paraguay. En mismo versaba lo siguiente:

            "Las actividades que no emanen del Estado quedan prohibidas. Se suprimen por término de un año todas las actividades de los partidos políticos. Quedan bajo jurisdicción del Ministerio del Interior todas las cuestiones relacionadas con la política social del Estado. Se crea un Departamento Nacional del Trabajo y se somete a todo movimiento obrero bajo el mismo".

            El nuevo gobierno se declaró antiliberal y anti oligárquico, pero sobre todo nacionalista. Se derogó la Constitución de 1870 y en nombre de la revolución se disolvió el Parlamento. La nueva estructura política paraguaya revestía la misma naturaleza de las transformaciones totalitarias vigentes en algunos países europeos durante ese tiempo.

            Una de las consecuencias inmediatas de la Revolución de Febrero fue la creación de la Unión Nacional Revolucionaria (Posteriormente, Partido Revolucionario Febrerista). Asimismo, debemos señalar que los protagonistas de la revolución no se apoyaron ni solicitaron colaboración a ninguno de los dos partidos políticos tradicionales. El Liberal fue relegado y los dos conductores de la contienda chaqueña Eusebio Ayala y José F. Estigarribia abandonaron el país, tras el exilio. El militarismo irrumpía en el escenario político del país y se sentía con suficientes fuerzas para reemplazar a los partidos organizados en la conducción del Estado. Se debe indicar que durante este período, las doctrinas nazis-fascistas y comunistas se hallaban en pleno auge. Sus ideas se expandían por todo el mundo, especialmente en América Latina y por consiguiente también en nuestro país.

 

            OBRAS DE GOBIERNO

 

            Durante el mandato de Franco se promulgaron varias leyes que crearon nuevas instituciones como los ministerios de Agricultura y de Salud Pública, el Banco de la República del Paraguay (ex Oficina de Cambios). Se dictó además la ley de reforma agraria y se concluyó el Oratorio de la Virgen de la Asunción, que fue destinado a Panteón de los Héroes.

            Con el propósito de remodelar la zona y crear una plaza adyacente al nuevo edificio del Panteón, tuvieron que demolerse varias viviendas y comercios, entre ellos el restaurante "Español", de donde partía el famoso trencito a San Lorenzo, cuyas locomotoras despedían tanta chispa que las vestimentas de los pasajeros casi nunca salían ilesas de las quemaduras.

            El Coronel Franco, a diferencia de otros gobiernos militares, intentó realizar algunas reformas en beneficio de los sectores populares. La clase trabajadora encontró situaciones propicias para reorganizarse y la militancia sindical aumentó considerablemente. En el mes de marzo de 1936 se creó la Confederación Nacional de Trabajadores, agremiando a 67 sindicatos. Las primeras reclamaciones presentadas al gobierno por esta organización fueron:

-           Implantación en todo el país de las jornadas laborales de ocho horas.

-           Reajuste de los sueldos y salarios de acuerdo al costo de vida.

-           Anulación de las leyes que restringían la actividad política y sindical.

            Estas demandas fueron atendidas, pero solo en forma parcial. Por otra parte, varias mujeres vinculadas al comunismo y febrerismo se unieron para formar una institución que agrupase a todas las mujeres identificadas con la nueva política. La Unión Femenina del Paraguay fue la primera organización de género que contó con estatutos y un programa de 27 puntos.

            Por ese tiempo, empezó a circular un periódico llamado Por la Mujer, para las mujeres que trabajan y piensan. Considerado el medio de comunicación feminista más combativo que se haya editado en el país. El mismo era dirigido por la señora María de Casati, directora de una institución de Corte y Confección, en donde desarrolló un método conocido como sistema Casati.

            Por otra parte, fueron repatriados los prisioneros de guerra bolivianos y paraguayos. En el orden religioso, en 1937 se llevó a cabo el primer Congreso Eucarístico Nacional. Ese mismo año se resolvió vender gran cantidad de material bélico del parque de guerra. La mayoría estaba constituida por armas bolivianas capturadas durante la guerra.

            La implantación del nuevo régimen político fue demasiado brusco. El pueblo no estaba habituado a transformaciones muy radicales y en consecuencia fue creándose una atmósfera opresiva. Los militares exigieron cambios en el gabinete y nuevamente se produjo otro golpe militar el 13 de agosto de 1937. El Coronel Franco tuvo que renunciar para evitar derramamiento de sangre. Fue designado para ocupar la presidencia, un miembro del liberalismo: Félix Paiva.

Fuente: HISTORIA DEL PARAGUAY. Por MARY MONTE DE LÓPEZ MOREIRA - FACULTAD DE FILOSOFÍA - UNA. Editorial SERVILIBRO - www.servilibro.com.py  . Tel. 595 21 444770. Asunción – Paraguay, 2011 (334 páginas)



Cnel. RAFAEL FRANCO, Presidente provisional de la Rca. del Paraguay, jura el 17 de febrero de 1936



Presidencia Provisional del Coronel RAFAEL FRANCO.

17 de febrero de 1936 hasta el 13 de agosto de 1937.

 

Biografía del Cnel. Franco.


Nació en Asunción el 22 de octubre de 1896. Estudió en el Colegio Nacional hasta el 50 curso y luego ingresa en la Escuela Militar, creada ley del 23 de junio de 1915, egresando de Teniente 2º en la primera remesa de dicha institución, en marzo de 1918. Fueron sus compañeros de promoción, entre otros, Juan Manuel Garay, Sigifredo Melgarejo, Alberto Gardel, José D. Melgarejo, Nicasio Franco.

El Coronel FRANCO tuvo brillante foja de servicios. En 1921 asciende a Tte. 1º; a Capitán en 1924; a Mayor en 1928. Prestó servicios en el Chaco en época de paz, fundando los fortines Mariscal López y Falcón.

En 1928 asume la responsabilidad, cegado por la indignación, y expulsa a los bolivianos del fortín Vanguardia. Era jefe del R.I 5 "Gral. Díaz". Este hecho tuvo grave repercusión y casi provoca la guerra.

En 1930 fue nombrado comandante del R.I. 2 con asiento en Campo Grande.

En 1931 es declarado en disponibilidad, pero el año siguiente es reincorporado. Ya era Tte. Coronel. En la guerra combatió en la batalla de Saavedra y después dirige la retirada de frente de este bastión, ante la imposibilidad de capturar dicha fortaleza, que caería recién después de la rendición de Campo Vía (Cañada Gilberto López). La retirada de Saavedra se efectuó en perfecto orden.

Defiende a capa y espada el fortín Gondra, que se mantuvo inconmovible, soportando violentos ataques. En la batalla de Zenteno-Gondra le cupo relevante desempeño, cayendo en sus manos millares de prisioneros. En aquella ocasión comandaba la I División de Infantería.

Recibe el 15 de diciembre de 1933 su despacho de Coronel. Se le designa jefe del 2º Cuerpo de Ejército, gran unidad que se cubrió de gloria en las áridas planicies chaqueñas y, en su impetuoso avance, llegó hasta las primeras estribaciones andinas, en pleno territorio boliviano.

Obtuvo la condecoración de la CRUZ DEL CHACO (22-II-35). El Gral. HANS KUNDT dijo de él: "Es el jefe más activo y peligroso del ejército paraguayo". Finalizada la contienda, los vaivenes de la política lo llevaron al exilio.

A raíz del golpe del 17 de febrero del 36, fue llamado para desempeñar la primera magistratura, que la ejerció por Decreto Plebiscitario de los Jefes y Oficiales del Ejército y la Armada hasta el 13 de agosto de 1937. En dicha fecha estalla un movimiento armado dirigido por el Tte. Cnel. RAMÓN L. PAREDES, y FRANCO renuncia, retornando al exilio.

Cronológicamente fue el 33° Presidente de la era constitucional.

Regresa a la patria en 1946, interviniendo en la revolución de 1947 en filas de los insurrectos.

Refugiado en Montevideo tras la derrota de la coalición libero - franco - comunista, regresa más tarde al país.

Su fallecimiento ocurre el 16 de setiembre de 1973, a los 77 años de edad.

Fue autor de varias publicaciones sobre la guerra del Chaco.

Contrajo nupcias con doña DEIDAMIA SOLALINDE.

El Coronel Franco fue el líder del "franquismo" o Partido Revolucionario Febrerista (aludía al 17 de febrero de 1936).

Le llamaban "LEÓN CARÉ" porque siendo cadete, se había fracturado una pierna haciendo ejercicio en los bajos del Cabildo, y quedó con un impedimento toda su vida.

AL ASUMIR EN 1936, INTEGRÓ ASÍ SU GABINETE:

INTERIOR: Dr. Gomes Freire Esteves, hasta mayo del 36; había sido nombrado por Decreto Nº 1 del 20 de febrero/36; le sucede el Dr. Germán Soler; RELACIONES EXTERIORES: Dr. Juan Stefanich; HACIENDA: Dr. Luis Freire Esteves (hasta V-36). Interina un tiempo el cargo el Dr. Alfredo J. Jacquet y le sucede el Dr. Emilio Gardel; JUSTICIA, CULTO E INSTRUCCIÓN PÚBLICA: Anselmo Jover Peralta (hasta mayo del 36). Luego el Dr. Emilio Gardel, Dr. Crescencio Lezcano y Damián Bruyn; MINISTERIO DE GUERRA Y MARINA. Nuevamente se denomina así. Lo desempeñó el Coronel Arístides, Rivas Ortellado. El Dr. Juan Stefanich lo interinó antes; AGRICULTURA: este ministerio fue creado por Decreto N° 2 del 20 de febrero. Lo desempeñó el Dr. Bernardino Caballero, nieto del General Caballero, quien había estudiado en Alemania, de donde regresa embebido de la doctrina Nacionalsocialista. Al Dr. Caballero le sucede el Profesor Guillermo Tell Bertoni, hijo del sabio Moisés Bertoni; SALUD PÚBLICA: Dr. Pedro Duarte Ortellado. Fue el primer Ministro de Salud, secretaría de estado creada en 1936.

El 10 de marzo se resuelve cancelar todos los decretos que declaran fuera de ley y traidor al Mariscal López y se lo declara Héroe Nacional, al cumplirse 66 años de su inmolación. Ya en julio de 1926, durante el gobierno del Dr. ELIGIO AYALA, se presentó en el Congreso un proyecto de ley - que no prosperó - para derogar el decreto del Triunvirato de 1869 (17 de agosto), que lo declaraba fuera de ley.

Por Decreto 152 se declara identificada la REVOLUCIÓN LIBERTADORA del 17 de febrero de 1936 con el Estado de la República del Paraguay. Según el mismo, la nueva estructura revolucionaria paraguaya reviste la misma índole de las transformaciones sociales totalitarias de la Europa contemporánea. El "FEBRERISMO" impera en el país.

Durante el gobierno del Coronel Franco se crean los ministerios de Agricultura y de Salud Pública. Igualmente el Banco de la República del Paraguay (ex Oficina de Cambios); se dicta la ley de reforma agraria; se concluye el Oratorio de la Virgen de la Asunción, que es destinado a Panteón Nacional de los Héroes. Respecto al panteón, decía el egregio poeta VICTORINO ABENTE, en 1895, en la estrofa final de una larga poesía:

 

"Presiento con placer cercano el día,

En que abata a esa impía

Indiferencia la virtud cristiana.

Y lo que es hoy baldón que nos deprime,

Si el arte lo redime,

Artístico primor será mañana".

 

Y la profecía del vate se cumplió en el año 1936. El Panteón es orgullo asunceno. Se demuelen las viejas casas adyacentes de dicha manzana, entre ellas las ocupadas por la armería y óptica de Otto Zinnert, el restaurante "Español", la casa Cuevas Hnos. (Estrella y 25 de Noviembre), restaurante el "Corralito" y en la esquina Chile y Estrella el negocio de Pozzo, Hnos. y Uriarte, conocido por los asuncenos por “el rey de los quesos". De frente del restaurante "Español" partía el famoso trencito a San Lorenzo, de trocha angosta, cuyas locomotoras despedían un mar de chispas, que constituían el terror de los pasajeros que lo utilizaban, cuyas vestimentas casi nunca salían ilesas de las quemaduras.

La construcción del Oratorio de la Virgen de la Asunción se había autorizado por Decreto del 13 de octubre de 1863 del Presidente General FRANCISCO SOLANO LÓPEZ, quedando inconcluso.

En otro orden de cosas, son repatriados los prisioneros de guerra bolivianos y paraguayos. En el orden religioso, se lleva a cabo en 1937 el primer Congreso Eucarístico Nacional. La Constitución de 1870, vigente, fue derogada, disposición totalmente arbitraria e inconsulta. La misma fue restablecida durante el gobierno del Dr. PAIVA. Se decreta la disolución del Congreso. Los liberales son desplazados del poder. Casi todos los que ocupaban cargos públicos son declarados cesantes. El régimen liberal que imperaba desde 1904, es proscripto. Se constituye la U.N.R. (Unión Nacional Revolucionaria), nuevo partido político, al cual se adhieren varios integrantes del la Liga Nacional Independiente. Pero el nuevo partido no contó con el apoyo popular. Tampoco la Asociación de Ex Combatientes le prestó mucha cooperación. Tanto la Liga como la Unión desaparecieron un tiempo después.

Por Decreto-Ley del 15 de enero de 1937 se resuelve vender gran cantidad de material bélico del parque de guerra, casi totalmente armas capturadas durante la guerra. El comprador fue el Sr. Thorwald G. Ehrich.

Pero el período de transición del nuevo régimen fue demasiado brusco; el pueblo no estaba habituado a estas radicales transformaciones. Se crea una atmósfera asfixiante. Los militares exigen cambios en el gabinete. Y nuevamente se produce el 13 de agosto de 1937 un golpe militar, dirigido por el Tte. Cnel. RAMÓN L. PAREDES y por el Mayor DÁMASO SOSA VALDEZ.

El CORONEL FRANCO opta por renunciar, para evitar nuevo derramamiento de sangre.

Es designado para ocupar la presidencia de la República el Dr. FÉLIX PAIVA, señera figura, profesor y decano de Derecho, que siempre andaba con la Constitución en sus faltriqueras. Asume el 16 de agosto de 1937.

Fuente: HISTORIA DEL PARAGUAY CONTEMPORANEO 1869 - 1983. Autor: OSVALDO KALLSEN, Imprenta Modelo S.A., Asunción – Paraguay 1983 (215 páginas).

 


PRESIDENTE FÉLIX PAIVA


SEUDO-RESTAURACIÓN CONSITUCIONAL - GOLPE DEPONE A FRANCO, NOMBRA A PAIVA

El 13 de Agosto de 1937, se llevaba a cabo un Congreso Eucarístico. Ese fue uno de los motivos dados por el presidente Rafael Franco para no batirse por la continuidad de su gobierno, contra el pronunciamiento militar. Es posible que hubiera causas más reales. Franco no dio el golpe que lo puso, ni resistió el golpe que lo depuso, porque el elector del gobierno estaba en los cuarteles y no podía ser desafiado. El gobierno de Félix Paiva y su gabinete, también nombrados por las jefaturas militares, se presentó formalmente como la vuelta al orden constitucional. Pero persistía la convicción y la práctica castrense según la cual, como decía un artículo de la época, "Todo lo popular y el sujeto histórico, es el ejército".

Los militares sublevados, si puede llamarse sublevación al acto del cambio del gobierno que previamente ellos mismos habían nombrado, eran anti liberales en su mayoría. Buscaban un gobierno apolítico y así eligieron a un ex liberal, retirado de toda actividad y dedicado a la cátedra universitaria, que había presidido el Poder Judicial y el Legislativo. En 1937 asume el poder Ejecutivo y forma el llamado Gobierno Universitario. La toma de mando de Paiva no tuvo lucimiento. Se cumplió en la Escuela de Guerra, a puertas cerradas. El País del día 13 de agosto informó que la toma de mando había realizada frente a los cadetes de la Escuela de Guerra. En su discurso, el nuevo presidente se refiere a ellos, alentándoles a que sean fieles a su profesión y a mantener buena conducta. No hace ninguna referencia al país, al gobierno, al programa, a su ascenso y mucho menos, a la historia, como solía hacerse entonces. Según el breve relato de prensa, para terminar hubo un lunch (sic) en el casino de oficiales.

El gobierno de Paiva, de 1937, fue un intento de reconciliación de las Fuerzas Armadas con el Partido Liberal, un intento que duró hasta el retiro liberal del gobierno de Estigarribia, en 1940. En ese tiempo tomó la palabra una fuerte fraseo 'contra-revolucionario', con lo cual, el pensamiento conservador se tomaba la revancha. El gobierno de Franco fue considerado por la prensa y por los manifiestos partidarios, por los gremios universitarios anti franquistas y por el discurso oficial como la horda roja, pro soviética, antidemocrática y nazi-fascista.

REGENCIA Y PACTO MILITAR LIBERAL

Con Paiva se reivindicó haber repuesto la democracia cancelada, el orden de la Constitución y con él, las garantías personales y las libertades canceladas por el totalitarismo. La versión oficial dice que Félix Paiva aceptó el gobierno, sin mandato del Partido Liberal pero, con la condición que se restablezca la vigencia de la Constitución del 70. Condición que fue aceptada por quienes lo nombraron.

El 3 de septiembre el gobierno decretó la vigencia de las libertades. “Artículo 1° Ordenar a las autoridades civiles y militares de la República para que no (sic) obstaculice la libre entrada al país de los exilados políticos. Artículo 2° Restablecer las garantías constitucionales, en toda amplitud, a condición de que las actividades ciudadanas se desenvuelvan lícitamente. Artículo 3° Los beneficios de este Decreto no se hacen extensivos a la propaganda y actividades comunistas."

Cuatro días más tarde, en la madrugada del 7 de septiembre, el mayor Juan Martincich entró al regimiento de Zapadores y logró que éste se rebele contra el gobierno. De ahí fue al cuartel de Policía y, al poco tiempo, había ganado para su causa a las comisarías de la capital. Ocupó las radios, y a través de ellas llamó a la gente a la calle, a favor de la reposición del coronel Franco. Las calles de Asunción se llenaron de jóvenes, sobre todo de estudiantes. La revuelta fue sofocada por la Caballería.

Los cuarteles y su nuevo gabinete contaban con muy poco respaldo. La Tribuna (8/9/37) describió sin simpatía con dudosa objetividad las manifestaciones juveniles favorables a Rafael Franco “Jovenzuelos insolventes de toda responsabilidad, declamadores vacuos incógnitos, energúmenos enardecidos por el alcohol y simulados representantes de la Universidad, titulados dirigentes de los centros estudiantiles o usurpando su representación, gritaban la venganza, el odio y la muerte para los ciudadanos que no comulgaran con su fiebre comunista". La osadía y la resonancia del acto del legendario Martincich mostraron que el gobierno tenía poco respaldo. Una chispa podía incendiar la pradera.

Esa no fue la única contestación a la restauración liberal. El 2 de noviembre, del mismo año 1937, en que se inauguró el gobierno de Paiva, se produjo un levantamiento en Concepción. El capitán Ciancio López y el teniente coronel Restituto Bogado encabezaron una revuelta y se hicieron con el Regimiento N° 3, "Corrales". El teniente coronel Paulino Antola se dirigió al norte y derrotó la rebelión. La prensa hablaba de más de cien muertos, cifra que parece exagerada.

El gobierno del 13 agosto de 1937 no repuso las libertades, gobernó con Estado de Sitio y sin un proyecto propio. Actuó como un regente, mientras se negociaba un 'puente de oro' entre las Fuerzas Armadas y el Partido Liberal, el otro gran héroe de la guerra, afín al liberalismo, el General José Félix Estigarribia. Ni jurídica ni políticamente el gobierno de Paiva tenía visos de estabilidad. Tampoco se restauró la Constitución. El parlamento disuelto a inicios de 1936 no fue repuesto. El presidente 'provisional' había sido designado por un golpe y no se sometió a elecciones. Los sufragios tuvieron lugar a inicios del año entrante, pero sólo para nombrar el parlamento. Éste proclamó a Paiva, que no había sido electo, presidente constitucional.

En diciembre del 1937 se convocó a elecciones legislativas que se realizaron en marzo del 1938. Para entonces el liberalismo ya 'participaba' en el gabinete presidencial. Y estaba convenciendo a su electorado, en realidad a sus principales líderes, sobre la conveniencia de apoyar la candidatura de Estigarribia, lo que era ineludible en esa coyuntura. Las elecciones parlamentarias no fueron competitivas, sino de lista única liberal. Según las cifras oficiales votaron 111.889 personas, de las cuales 82.572 aprobaron las candidaturas y 29.317 votaron en contra. El parlamento se atribuyó entonces un 74% de votos favorables, con una veracidad difícil de verificar.

Fuente: EL PARAGUAY BAJO EL NACIONALISMO (1936-1947) . COLECCIÓN “LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 11” © Editorial El Lector - www.ellector.com.py- Asunción – Paraguay. 2010 (120 páginas).

 

 


UN CAPÍTULO DE NACINALISMO EN EL PARAGUAY: EL GOBIERNO DE RAFAEL FRANCO

Escribe HERMES RAMOS DÁVALOS


En el ideario político estructurado a través del tiempo a nivel mundial, el nacionalismo se destaca como la doctrina surgida a partir del concepto moderno de Estado, en que una nación se encuentra unificada mediante la integración de su territorio, lengua, cultura y tradiciones. Este proyecto político de fusión entre Estado y nación, fue originándose a partir de la Revolución Francesa, y sirvió de inspiración para la mayoría de los movimientos revolucionarios producidos entre 1815 y 1848 en Italia, Alemania, Polonia o el Imperio Austro-húngaro. Ya en el siglo XX, se presenta como la alternativa política que ofrece los únicos criterios válidos de legitimidad para la consolidación de un Estado independiente y soberano.

En el periodo de postguerra del 70, el Paraguay encontró las condiciones para el ejercicio de los derechos cívicos y políticos de sus ciudadanos, lo que se tradujo en la fundación de la Asociación Nacional Republicana y el Centro Democrático (posteriormente Partido Liberal) en el año 1887. Se destaca como punto de divergencia entre estas agrupaciones la percepción polarizada sobre los gobiernos de los López y Rodríguez de Francia, siendo estos gobernantes tachados de despóticos por los liberales (1). Varias autoridades ocuparon la primera magistratura hasta el inicio del siglo XX, muchos de ellos sin llegar a completar el periodo de cuatro años dispuesto por la Constitución de 1870, debido a la inestabilidad política de aquellos años.

En 1904 se gesta un Golpe de Estado contra el Gobierno de Juan Antonio Escurra, siendo designado como Presidente Provisional por el Congreso Nacional el señor Juan Bautista Gaona, mediante un acuerdo conocido como el Pacto de Pilcomayo. Se inicia entonces la etapa de gobiernos liberales en el Paraguay en que pasaron por el Palacio de Gobierno diecisiete gobernantes que respondían a distintos sectores del Partido Liberal. Este periodo tiene como corolario la ejemplar gestión pública de Eligio Ayala y la exitosa campaña de defensa del Chaco Paraguayo durante el gobierno de Eusebio Ayala. Paradójicamente, el periodo liberal se interrumpe poco después de la victoria chaqueña a partir de la intervención de las Fuerzas Armadas que depusieron a Ayala del poder un lunes 17 de febrero de 1936.

En ese entonces, dos días después del levantamiento armado los comandantes de las fuerzas militares se reúnen para “deliberar sobre las medidas de emergencia que corresponde adoptar en previsión de necesidades perentorias de reorganización nacional”(2) designando como Presidente Provisional al Cnel. Rafael Franco. El Golpe de Estado fue comandado por los Coroneles Federico Smith y Camilo Recalde desde el cuartel de Campo Grande.

La reorganización nacional aludida se entiende como una respuesta al régimen que desatendió a una sociedad con legítimos reclamos y cuyos combatientes se habían sacrificado con creces en el inhóspito territorio chaqueño, expulsando al enemigo más allá del río Parapití. A partir del citado decreto y de otros instrumentos administrativos, así como discursos y artículos periodísticos, se interpreta que el “gobierno revolucionario” surge en clara contraposición al régimen liberal que gobernara el Paraguay durante treinta y dos años.

Sin embargo, el gabinete de Franco tenía la peculiaridad de reunir protagonistas de distintas y hasta antagónicas ideologías políticas. El Dr. Juan Stefanich, quien se desempeñara como Ministro de Relaciones Exteriores (3) explica esta situación narrando la primera reunión del gabinete el día 20 de febrero, en que se discutió el programa de la revolución y los objetivos del gobierno. Policarpo Artaza extrajo del libro Capítulos de la revolución paraguaya, de autoría de Stefanich, lo siguiente: Debatióse largamente el asunto… Un grave problema de sentimiento y de razón mantenía tensos los espíritus y el choque enconado de ideologías en boga, creaba al gobierno la más difícil coyuntura. Doctrinas universalistas y nacionalistas pugnaban por imponerse (…) Me tocó iniciar la exposición haciendo conocer en líneas generales mi doctrina solidarista. Abogué por una nueva democracia y movimiento paraguayo. El ministro de Justicia, doctor Jover Peralta, tomó a su turno la palabra y expuso su pensamiento y orientación doctrinaria. Era convencidamente izquierdista, no compartía mi posición ni mis puntos de vista y se declaró categóricamente marxista. Terció en el debate el ministro del interior. El solidarismo y el marxismo habían hecho su presentación en el gobierno. El doctor Freire Esteves no estaba ni con el uno ni con el otro. Tenía su propia doctrina, la que sería conocida más tarde, pero en aquella ocasión la omitió, limitándose a expresar que existía entre nosotros los vínculos comunes de nuestra historia para unirnos y en particular la memoria del gran gobernante paraguayo don Carlos Antonio López. Refiriéndose luego a Freire Esteves y al ministro de Agricultura, Bernardino Caballero, respectivamente, dice: El primero era de franca y decidida convicción fascista y totalitaria, mientras el segundo, como efecto de su larga estadía en Alemania, aspiraba a dar a la revolución la tendencia nazista (4).

La doctrina nacionalista se destaca como aglutinadora de elementos o caracteres compartidos, que comúnmente tienen carácter grandilocuente y se sustenta en la historia idílica, con personajes heroicos en gran dimensión. De lo narrado por Stefanich en la primera reunión de los secretarios de Estado, resalta especialmente lo manifestado por Freire Esteves respecto a los vínculos comunes y el paradigma de gobierno de Don Carlos, pues confirma el hilo conductor que guió a la administración de Franco en la construcción de una estructura nacionalista, la cual fue consolidada durante varias décadas venideras con los gobiernos de Higinio Morínigo y Alfredo Stroessner.

Numerosas y relevantes fueron las obras desarrolladas por Franco en sus escasos 18 meses de gestión. Entre las determinantes disposiciones gubernamentales citamos la creación del Ministerio de Salud, del Departamento Nacional del Trabajo (antecesor del Ministerio de Justicia y Trabajo), constitución de un Consejo para la Reforma Agraria, la creación de la Escuela de Artes y Oficios, entre otras. En consecuencia, se analiza a continuación varios documentos oficiales que con profunda significación nacionalista estructuró lo que sus mismos precursores llamaron la “restauración histórica del Paraguay”.

En las primeras declaraciones de Franco a la prensa internacional se reconocen los elementos nacionalistas motivados hacia el cambio del régimen liberal. Dijo entonces que: la estructura del nuevo Estado paraguayo será una expresión fiel como sea posible de su fisonomía y de la realidad orgánica natural de nuestra nación. No copiaremos ninguna de las constituciones presentes pero aprovecharemos las experiencias de todas ellas y daremos a la nueva organización nacional, al mismo tiempo que el espíritu de la época, la sustancia medular de nuestro pueblo y nuestra raza. En tal sentido el Estado paraguayo no será comunista, ni fascista ni racista y no adoptará las formas políticas referidas. El Paraguay es una democracia natural cuya estabilidad económica espiritual y moral reposan esencialmente sobre la gran masa campesina y obrera (5). Es importante señalar que la tendencia política europea ejercía una notable influencia en varias naciones en aquella década del 30, el nacionalismo era visto como una eficaz receta gubernativa de la mano de gobiernos autoritarios, destacándose como un modelo de superación estatal. De la declaración trascripta se infiere la expectativa que existía respecto a la línea doctrinaria que adoptaría el nuevo régimen.

El siguiente acto gubernativo a examinar, constituye el inicio de la tarea de reconstrucción nacional, según se expresa en su considerando. Se trata del Decreto Nº 66 del 1 de marzo de 1936, por el cual se declaró al Mcal. Francisco Solano López como Héroe Nacional sin ejemplar, con un profundo sentido de resignificación de los hechos pasados. La relectura de la historia paraguaya pareciera iniciarse con el art. 1 de esta disposición que decía:Quedan cancelados para siempre de los Archivos Nacionales reputándoselos como inexistentes todos los decretos-libelos dictados contra el Mariscal Presidente de la República del Paraguay don Francisco Solano López, por los primeros gobiernos establecidos en la República a raíz de la conclusión de la guerra de 1865. El día de promulgación de este Decreto tuvo lugar el primer acto oficial de conmemoración del aniversario de muerte del Mcal. López, en el Palacio de Gobierno, en que el Presidente Franco pronunció un encendido discurso partiendo de lo que él llamó una “conjunción espiritual entre Gobernantes y gobernados”.

Otro Decreto destacable es el Nº 4.834 por el cual se declaró al Doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, a Don Carlos Antonio López y al Mariscal Francisco Solano López como Próceres beneméritos de la nación. También mediante este mandato, el Oratorio de la Ciudad de Asunción culminó su construcción convirtiéndose además en el Panteón de los Héroes. Al respecto, Stefanich declaró: “La restauración de un pueblo, de una raza o una Nación se logra restaurando únicamente sus valores materiales, su bienestar utilitario y su economía.” (…) “Tres grandes revoluciones determinan y fijan los destinos auténticos de la nacionalidad y de la democracia paraguaya: la Revolución de los Comuneros; la Revolución de la Independencia de 1811; la Revolución de febrero de 1936. Fue la primera, una explosión de democracia en gestión contra el absolutismo colonial y la primera manifestación vigorosa de una conciencia paraguaya en formación. Fue la Segunda, la carta de manumisión política de la patria; su mayoridad como nación soberana y su afirmación como democracia republicana. Y es la tercera, la restauración moral y material de la nación, su emancipación mental, espiritual y económica y su liberación integral. La historia del Paraguay, deformada y mutilada debía merecer y mereció de la Revolución de Febrero la atención especial y preferente que sus hombres le dieron al abocarse a la solución de los grandes problemas nacionales, etc.”(6) Desde entonces los restos del Mcal. López descansan en el simbólico edificio conocido también como el “templo de la patria”.

Cualquier referencia al gobierno de Rafael Franco será incompleta de no tratar el Decreto Nº 152 del 10 de marzo de 1936. Esta determinación pretendía amalgamar todo el contenido revolucionario con el propio Estado paraguayo, unificándolos en el mismo sentido con la intención de constituir una verdadera unidad nacional. Se interpreta que la constitución de un Comité de Movilización Civil creada por el art. 5º del Decreto, sería la estructura oficial para la participación política de la sociedad civil. De hecho, los derechos políticos eran suspendidos según el art. 3º que ordenó: Toda actividad de carácter político, de organización partidista, sindical o de intereses creados o por crear, de naturaleza política dentro de la Nación, que no emane explícitamente del Estado o de la Revolución identificada con el Estado, se prohíbe, por el término de un año. La disposición es clara, exclusivamente el Estado reconocería la legitimidad de un partido político único en todo el país.

La política social del Estado, comprendiéndose en ella las relaciones y conflictos entre el trabajo y el capital, las organizaciones y necesidades de obreros, trabajadores y patronos quedaban bajo jurisdicción del Ministerio del Interior, según el art. 4. Además fue creado el Departamento Nacional del Trabajo, que según se entiende dependería de la citada secretaría de Estado, centralizando las relaciones obrero-patronales en una sola dependencia oficial. Esta determinación originó una huelga general de los sindicatos obreros, además de periódicas manifestaciones.

Esta resolución administrativa adquiere aún más destaque en su parte del considerando, pues a partir de ella se considera efectiva la revocación de la Constitución de 1870. En su primer párrafo se nomina al Decreto Plebiscitario como “Acta Constitucional de institución del Primer Gobierno de la Revolución, incorporado al Derecho Constitucional de la República con la trascendencia de una Carta Magna”. Aunque no constituya una derogación expresa, el hecho de no haberse observado sus preceptos restó vigencia a aquella Constitución.

El apego a las tendencias autoritarias imperantes en el viejo mundo sí son explicitadas en el tercer párrafo del considerando del polémico Decreto, al decir que la Revolución Libertadora en el Paraguay reviste la misma índole de las transformaciones sociales totalitarias de la Europa contemporánea, en el sentido que la Revolución Libertadora y el Estado son ya una misma e idéntica cosa. A partir de entonces el gobierno de Franco ha sido tachado de fascista, aunque existieron sectores que no lo responsabilizaban de manera directa al militar sino a su Ministro del Interior Freire Esteves.

Es importante señalar la existencia de un punto de confluencia entre el nacionalismo y el autoritarismo. Desde el momento de imposición de un partido político único emanado del propio Estado, nos encontramos ante una medida antidemocrática que cercena los derechos políticos de los ciudadanos, pudiendo interpretarse como el inicio del totalitarismo. Esto constituye una paradoja pues la opción nacionalista que fue tomando forma en las últimas décadas del siglo XVIII fue una reacción a los largos años de imposiciones monárquicas en que el ciudadano común no poseía representación.

En la actualidad existe una tendencia a considerar al nacionalismo como sinónimo de un patriotismo exacerbado, excluyente y rígido, capaz de influir considerablemente en conflictos bélicos nacionales e internacionales. Asumiendo que todo fanatismo es negativo, la radicalización de las posiciones nos resta perspectiva para apreciar aspectos positivos de cualquier doctrina política o corriente de pensamiento. El Gobierno de Rafael Franco, entre la crítica y el elogio, permanecerá en nuestra historia con la peculiaridad de sus hechos y la trascendencia de sus obras, habiendo sentado las bases para un nacionalismo cultivado durante varias décadas en el Paraguay.

1. Ya en el año 1869 el triunvirato gobernante con aquiescencia de las fuerzas aliadas, dispuso por Decreto:“El desnaturalizado paraguayo Francisco Solano López, queda fuera de la ley y para siempre arrojado del suelo paraguayo como asesino de su Patria y enemigo del género humano.”

2. Decreto Plebiscitario del 19/02/1936 firmado por el Cdte. en Jefe de las FF.AA. Federico W. Smith. En su art. 4° dispuso “El presente Decreto Plebiscitario del Ejército Libertador será igualmente suscrito por los demás compañeros de armas solidarios ausentes a la fecha de la Capital, con efecto retroactivo al día de la fecha.”

3. El Decreto Nº 1 lo designaba además Ministro de Guerra interino.

4. ARTAZA, Policarpo. Ayala Estigarribia y el Partido Liberal. Narciso F. Palacios Editor. 3º ed. Asunción, Paraguay. 1988. Pág. 146.

5. Declaración de Rafael Franco a la United Press, recogida del libro La Revolución del 17 de febrero de 1936. Imprenta Nacional. Asunción. 1941.

6. SPERATTI, Juan. La Revolución del 17 de febrero de 1936. Gestación. Desarrollo. Ideología. Obras. Ed. del autor. Asunción, Paraguay. 1984. Págs. 219, 220.

BIBLIOGRAFIA

ARTAZA, Policarpo. Ayala Estigarribia y el Partido Liberal. Narciso F. Palacios Editor. 3º ed.

Asunción, Paraguay. 1988.

BOBBIO, Norberto. Dicionário Político. Editora UnB. 11ª edición. Brasilia, Brasil. 1983.

La Revolución del 17 de febrero de 1936. Imprenta Nacional. Asunción. 1941.

RODRÍGUEZ, José Carlos en El Paraguay bajo el Nacionalismo (1936-1947). Editorial El Lector. Asunción, Paraguay. 2010.

SPERATTI, Juan. La Revolución del 17 de febrero de 1936. Gestación. Desarrollo. Ideología. Obras. Ed. del autor. Asunción, Paraguay. 1984.

Fuente en Internet: http://e-ccss.blogspot.com/2012/06/un-capitulo-de-nacionalismo-en-el.html (Extraído en Agosto 2014)



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