MARGARITA KALLSEN
Profesora Normal, graduada en la Escuela Normal de Profesores N° 1, y Bibliotecóloga, egresada de la Universidad de Antioquía, Medellín, Colombia. Becada por la OEA, y en dos oportunidades por el Gobierno de Francia para estudios y especialización en ambos países en el campo de la Bibliotecología.
Por muchos años, ha ejercido la docencia en primaria y secundaria; en la Escuela de Bibliotecología de la Universidad Nacional de Asunción, y actualmente en la Universidad Católica y el Centro "Juan de Salazar".
Co-fundadora de la Biblioteca Pública "Maestro Fermín López" de su pueblo natal Piribebuy, y de la "Biblioteca Infantil" de Asunción.
Ha ocupado cargos directivos en las Bibliotecas: Normal de Profesores N°s. 1 y 2; Biblioteca "Roosevelt" del Centro Cultural Paraguayo-Americano; asesora de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas (UNA); actual Directora de la Biblioteca "Pablo VI" de la Universidad Católica.
Ha asistido a numerosos Seminarios y Congresos en Brasil, Buenos Aires, Colombia y Asunción y ha realizado viajes de estudio a los Estados Unidos.
Actual Presidenta de la "Asociación de Bibliotecarios del Paraguay" (ABIPAR).
Ha publicado los libros:
· "TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN" (1976);
· "METODOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES" 2ed. (1977);
· "SISTEMA DE CLASIFICACIÓN DECIMAL DEWEY" (área Historia del Paraguay) 1979;
· “ANTOLOGÍA POÉTICA DE PIRIBEBUY". M. Kallsen - Roberto Romero (1987).
Serie BIBLIOGRAFÍA PARAGUAYA:
· "REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA HISTORIA PARAGUAYA: GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA - GUERRA DEL CHACO" (1973);
· "REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA GUERRA DEL CHACO", 2ed. (1982);
· "REVISTA DEL INSTITUTO PARAGUAYO: ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO" (1984);
· "REVISTA GUARANIA: ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO" (1984);
· "PARAGUAY CINCO AÑOS DE BIBLIOGRAFÍA: 1980-1984" (1986);
· "PARAGUAY DOS AÑOS DE BIBLIOGRAFÍA: 1985-1986" (1987).
De: ASUNCIÓN: 450 AÑOS DE SU FUNDACIÓN 1537-1987 – BIBLIOGRAFÍA por MARGARITA KALLSEN. Edición de la autora, Asunción-Paraguay, 1987. Prólogo: Roberto Quevedo.
SERIE: BIBLIOGRAFÍA NACIONAL
1. Referencia bibliográficas de la Guerra del Chaco;
2. Revista del Instituto Paraguayo;
3. Guarania (Revista);
4. Paraguay: cinco años de bibliografía: 1980 – 1984;
5. Paraguay: dos años de bibliografía: 1985 – 1986;
6. Asunción: 450 años de su fundación, 1537 – 1987;
7. Paraguay: un año de bibliografía: 1987;
8. Paraguay: dos años de bibliografía: 1988 – 1989;
9. Paraguay: dos años de bibliografía: 1990 – 1991;
10. Los poetas paraguayos y sus obras;
11. Paraguay: bibliografía 1800 – 1899;
12. Paraguay: bibliografía 1900 – 1919;
13. Paraguay: bibliografía: Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) (Año 2004).
MARGARITA KALLSEN (PIRIBEBUY, 1926)
(21-VII-1996 – NOTICIAS)
“LOS LIBROS SON INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN”
Entrevista por VICTORIO SUÁREZ
( GENERACIÓN DEL 60 - LITERATURA PARAGUAYA )
Felizmente, la bibliografía paraguaya se salvó del olvido gracias a la tesonera e inteligente labor de Margarita Kallsen, una verdadera pionera en la recopilación y difusión de la producción intelectual de nuestro país. En ese sentido, Margarita fue juntando datos –durante tres décadas– para dar a conocer una importante cantidad de libros que testimonian técnicamente la numerosa cantidad de publicaciones nacionales. En los próximos días presentará su libro LOS POETAS PARAGUAYOS Y SUS OBRAS, trabajo que sustenta la más completa bibliografía sobre los vates del Paraguay.
–Margarita Kallsen, ¿cómo se inicia tu contacto sistemático con los libros?
–Antes de estudiar bibliotecología en la ciudad colombiana de Medellín, yo estuve realizando tareas de bibliotecaria en el Centro Cultural Paraguayo Americano. Esa experiencia tan fresca y primeriza fue la que abrió algunas perspectivas que me encaminaron satisfactoriamente. En ese orden de cosas, me dieron la posibilidad de viajar a Buenos Aires para cerciorarme del manejo de las grandes bibliotecas. En otra oportunidad, tuve la suerte de visitar los centros culturales y bibliotecas de Montevideo. Luego, obtuve una beca para estudiar en Francia, país donde conocí la Biblioteca Nacional que funciona en París.
–Viajaste a Colombia, recibiste el título de bibliotecaria y volviste a Paraguay. ¿Qué sucedió entonces?
–Volví tras unos años de ausencia. Yo pensé que con un título podía abrirme paso y transmitir mis conocimientos. Pero la verdad fue otra cuando me llamaron de la Universidad Nacional de Asunción y me dijeron que había trabajo sólo si me afiliaba al Partido Colorado. No tengo nada contra el coloradismo, pero esa condición me pareció insoportable, humillante. A quienes propugnaron tal exigencia les dije: la mitad de mis estudios pagó el Gobierno paraguayo y la otra mitad pagó la OEA, por tal motivo yo quiero servir a mi país sin condicionamientos políticos. No acepté la afiliación, tampoco me contrataron. En esos días pasé por la UCA para saludar al padre Usher, quien acababa de tomar el cargo de Rector. Luego, entré en comunicación con un grupo de norteamericanos que trabajaban para el intercambio cultural en la misma Universidad Católica. Ellos ya habían manifestado sus intenciones de seguir brindando ayuda sólo si se daba un toque profesional en la biblioteca. En realidad, la incipiente biblioteca tenía alrededor de 5.000 volúmenes, eran los del doctor Stefanich que fueron traídos con mobiliario y todo por los hermanos Irala Burgos. En ese lapso regresé a Colombia con la intención de conseguir un permiso que me permitiera volver. Tuve la suerte de regresar y hacerme cargo de la Biblioteca Paulo VI de la UCA. Como primera medida impuse el sistema de préstamo a domicilio.
–¿Se dieron otras ofertas de trabajo?
–Cuando la Universidad Nacional de Asunción se estaba mudando a San Lorenzo, me llamó el doctor González Maya, quien me manifestó que esta vez la única condición era trabajar en la organización de la biblioteca. A pesar del magro emolumento acepté el trabajo, pero dos años después me sacaron del puesto sin previo aviso.
–¿Cómo funciona la Biblioteca Paulo VI?
–Se utilizaba el sistema de prestar libros a domicilio, esa ventaja es para los alumnos de la Facultad. Hoy día hemos extendido el servicio al habilitar la biblioteca (de 13 a 15 hs.) para todos aquellos que sin ser alumnos de la UCA quieren investigar o consultar textos. Ellos pueden fotocopiar, anotar, etc.
–¿Algún logro para desarrollar tu labor?
–Conseguir un presupuesto independiente para la Biblioteca Paulo VI. Eso fue un avance muy importante porque facilitó, amplió y consolidó los rubros destinados a la adquisición de libros, revistas, periódicos, etc. De los 5.000 libros iniciales, hemos llegado a los 60.000 aproximadamente. Alrededor de 20 personas trabajan incansablemente para ofrecer un buen servicio, conste que faltan espacios para mejorar la hemeroteca y el lugar destinado a las microfilmaciones.
–¿Cuándo se inicia tu trabajo de recopilación de datos para crear libros de bibliografías?
–Ya en Colombia me había dado cuenta de la pobreza de la bibliografía nacional. Cuando me preguntaban en la Facultad por libros que tenían que ver con nuestra carrera, mi respuesta siempre no era lo más deseable, pues hasta ese momento no había un trabajo sistemático a nivel bibliográfico. Ante ese vacío me puse a trabajar consultando innumerables textos que tenían que ver con Paraguay. Posteriormente, trabajé en un proyecto ambicioso: crear la mayor y más completa bibliografía de nuestro país. En realidad, he juntado la mayor cantidad de datos referenciales sobre bibliografía nacional. Esa larga labor he dado a conocer en algunos libros. Debo decir que sigo juntando materiales. El trabajo se facilita con el ingreso de la computadora como elemento indispensable para almacenar y componer.
–¿Se necesita verdadera pasión para llevar adelante una profesión que no goza de suficiente reconocimiento?
–Es una profesión que necesariamente hay que querer. De la sensibilidad se llega a la pasión sistematizadora del conocimiento técnico. El mundo de los libros es la cultura viviente. Si se comprendiera un poco más lo que significa una biblioteca hubiéramos tenido mayor calidad educativa. En ese sentido, lamento la falta de conocimiento bibliográfico. La gente que investiga, los estudiantes, los profesores, son los mejores destinatarios para los libros. Pero en realidad muy pocos educadores dan un programa bibliográfico para aquellos alumnos que se aprestan a investigar. Se trata de un grave problema que se vuelve muy común en colegios y universidades. Si tomamos conciencia de la situación vamos a mejorar el ya deficiente sistema educativo de nuestro país. Los jóvenes precisan de mayores perspectivas para enriquecer el intelecto, caso contrario, seguiremos en los pequeños fragmentos de datos superficiales que conducen directamente a la mediocridad. Personalmente, tengo el orgullo de haber enseñado a muchos estudiantes del probatorio de la Universidad Católica. Cuando mis alumnos llegaban a la biblioteca para llevar a cabo algún trabajo sabían manejarse correctamente, no estaban perdidos como generalmente ocurre.
–Un profesor me confesó amargamente: “Cuando salí becado pasé vergüenza por no saber cómo se trabaja en una biblioteca”. ¿Es una triste realidad?
–Muchos paraguayos que salen al exterior tienen ese problema. Es que en otros países los estudiantes tienen mucha práctica en biblioteca. Es decir, se acostumbraron a investigar desde niños. Lastimosamente en Paraguay esa práctica tan saludable pocos conocen.
–¿Quién dio muestras de interés por tu trabajo investigativo?
–Nadie tomó interés. Durante años tuve que ahorrar para publicar mis libros. En medio de esas limitaciones reeditamos LA REVISTA DEL INSTITUTO PARAGUAYO, que comenzó a aparecer en 1896. En esa magnífica obra –yo creo la mejor revista paraguaya–, aparecen las firmas de los intelectuales más connotados del 900. Yo le agregué el índice para facilitar el manejo de la citada publicación. Ese mismo sistema de índice analítico utilicé para la valiosa revista Guarania.
–Es muy alentador que hayas tomado interés por los libros paraguayos.
–Es que nos manejábamos en total precariedad. Eso me convenció de trabajar incansablemente por la bibliografía nacional. Hoy, después de tantos años, me siento orgullosa por lo que he logrado, conste que faltan muchas cosas.
–¿Qué debe ser un bibliotecario?
–Por sobre todo debe tener un vasto conocimiento, debe amar su profesión. La biblioteca es algo muy complejo, la cuestión no es hacer sólo fichas, hay que poner conocimiento y sensibilidad al servicio de los usuarios.
–Finalmente, ¿qué podés decir de tu nuevo libro “Los poetas paraguayos y sus obras”?
–Es un homenaje a los poetas. Celebro la perseverancia de quienes tienen la magia de la palabra para elevar la cultura paraguaya en el nivel que se merece. Los poetas son portadores del pensamiento, son los que casi en silencio trabajan con la herramienta de la sinceridad para enfrentar cotidianamente la realidad. A los poetas dedico mi último libro BIBLIOGRAFÍA DE LA POESÍA PARAGUAYA. Creo que el libro está técnicamente logrado y puede ser un material didáctico para encontrar rápida y actualizada información.
Fuente: PROCESO DE LA LITERATURA PARAGUAYA - PERFIL HISTÓRICO, BIBLIOGRAFÍA Y ENTREVISTAS A LOS MÁS DESTACADOS ESCRITORES PARAGUAYOS. Por VICTORIO V. SUÁREZ. Edición corregida y aumentada. Asunción, Paraguay. 2011 (654 páginas)