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RICARDO DE LA VEGA
24 de Noviembre de 1956
 
RICARDO DE LA VEGA






Biografía:

RICARDO OSCAR DE LA VEGA.-

Poeta y Narrador, nacido en Mendoza, República Argentina y residente en el Paraguay desde el 21 de Septiembre de 1977, es uno de los más destacados integrantes de la generación del 80, que se congregó alrededor del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero.

Su primer libro de poemas, Sin opciones después de la cena, apareció en 1985. Posteriormente ha publicado seis libros de poesía:

NOTABLE PARAÍSO, (1995);

LA CANCIÓN DE R (1999);

AFUERA (2002);

CINCUENTA Y CUATRO (2004);

CANTO AL MARISCAL FRANCISCO SOLANO LÓPEZ, (2006)

y CUÍDAME EL CORAZÓN (2012).

Es autor, así mismo, de dos libros de cuentos: LOS HOMBRES YA NO INVITAN A CENAR (2001) y NO SE PREOCUPE USTED DE NADA (todavía inédito).

Figura activa de la vida cultural, gremial y política paraguaya, fue miembro fundador la Sociedad de Escritores del Paraguay y de otras entidades gremiales y sociales.

Poeta desde muy joven, su obra fue traducida a varios idiomas y está incluida en diversas antologías nacionales y extranjeras, y ha sido premiada en numerosas ocasiones siendo su más reciente título: CUÍDAME EL CORAZÓN considerado el mejor libro de poemas del año 2012. El universo literario de Ricardo de la Vega, cuyo estilo desgarra muchas veces los esquemas tradicionales, se nutre tanto del desencanto y el padecer existencial como así también de las pequeñas nociones de esperanza que emite un medio muchas veces asfixiante como el nuestro. QUÉ TRAES ENTRE LAS PIERNAS es su primera novela y describe en ella en forma descarnada, casi sin piedad, pero muy poéticamente también, la sociedad actual, y, sobre todo, el mundo cultural del Paraguay.

Ricardo de la Vega dirige TREN ROJO, la revista literaria más reconocida de nuestros días.

Fuente: QUÉ TRAES ENTRE LAS PIERNAS. Novela de RICARDO DE LA VEGA . Criterio Ediciones. Librería Intercontinental. Diagramación: GILBERTO RIVEROS ARCE. Asunción – Paraguay, Abril 2013 (198 páginas)



DE LA VEGA, RICARDO : Ciudad de Mendoza/Argentina, 1956. Poeta y narrador.

Aunque nacido en la Argentina, reside en el Paraguay desde 1976.

Miembro fundador de la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP) e integrante de su comisión directiva en varios períodos, Ricardo de la Vega pertenece a la denominada «PROMOCIÓN DEL 80» y es cofundador ( con Moncho Azuaga y Emilio Lugo ) de la revista CABICHU'Í 2.-

Dos veces galardonado con la Primera Mención en el Concurso Poesía Joven del Instituto de Cultura Hispánica (1980 y 1983), también ha sido premiado en otros concursos similares como el del Instituto Paraguayo-Alemán (1983) y el del Instituto de Cultura Hispánica (1985), entre ellos.

Más recientemente uno de sus cuentos obtuvo el Segundo Premio del Concurso de Cuentos del Club Centenario (1995).-

Publicó parte de su obra poética en dos de los libros colectivos del Taller Manuel Ortiz Guerrero:

·         “Poesía-Taller” (1982) y

·         “Poesía Itinerante” (1984).

Obras publicadas:

·         En 1985 apareció “SIN OPCIONES DESPUÉS DE LA CENA”, su primer poemario, Ediciones Taller

·         En 1995 “NOTABLE PARAÍSO”, su segundo libro de poemas, Ediciones Diálogo;

·         LA CANCIÓN DE R. (Poesía), 1999, Editorial Arandurã;

·         LOS HOMBRES YA NO INVITAN A CENAR, (Cuentos), 2001, Editorial Arandurã;

·         AFUERA (poesía), 2002, Editorial Arandurã;

·         CINCUENTA Y CUATRO (poesía), 2005, Editorial Arandurã;

·         CANTO AL MARISCAL FRANCISCO SOLANO LÓPEZ, 2006, Editorial Arandurã.

(Fuente: "BREVE DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 2da. Edición – AUTORA: TERESA MENDEZ-FAITH. Editorial EL LECTOR, Asunción-Paraguay 1997 y del libro CANTO AL MARISCAL FRANCISCO SOLANO LÓPEZ de RICARDO DE LA VEGA. Arandurã Editorial, 2006)



RICARDO DE LA VEGA (Argentina, 1956). A los veinte años emigró al Paraguay y aquí parece definitivamente aquerenciado. Poeta y narrador, integrante del Taller Ortiz Guerrero, publicó su primer poemario con el extraño título de Sin opciones después de la cena, en 1985. Posteriormente ha sido galardonado en varios concursos literarios como autor de poemas y como narrador. En 1995, por ejemplo, obtuvo el segundo premio en el concurso del Club Centenario, así como diez años antes, el Instituto de Cultura Hispánica le confirió el segundo premio de poesía.

El profesor Gonzalo Zubizarreta ha escrito acerca del poemario Notable paraíso... "No nos engañemos con el tono conversacional de su palabra. El arsenal retórico del poeta está bien provisto de reactivos para transmutar el lenguaje común en síntesis poética". Más abajo asevera: "La poesía no tiene limitaciones temáticas. Sin embargo, lo político y lo social producen con frecuencia toneladas de panfletos. Ricardo de la Vega no cae en esta trampa. Aunque se acerca a la vida, su lenguaje es rico en oficio poético".

(Ver Victorio V. Suárez, "Conversación con Ricardo de la Vega, poeta del Taller Ortiz Guerrero", diario Noticias, 5 de noviembre de 1995).

Fuente: HISTORIA DE LA LITERATURA PARAGUAYA. Por HUGO RODRÍGUEZ – ALCALÁ. Universidad de California, RIVERSIDE - Colección Studium-63 - México 1970 © HUGO RODRÍGUEZ – ALCALÁ/ DIRMA PARDO CARUGATTI. Editorial El Lector, Diseño de tapa: Ca´avo-Goiriz. Asunción – Paraguay. 1999 (434 páginas)



RICARDO DE LA VEGA (MENDOZA, ARGENTINA,1954)

(5-XI-95 - NOTICIAS)

“ME DA PENA LA CLAUDICACIÓN DE MUCHOS POETAS”

Entrevista por VICTORIO SUÁREZ

( GENERACIÓN DEL 80 - LITERATURA PARAGUAYA )

 

Ricardo de la Vega, autor de “Sin opciones después de la cena”, “Notable paraíso” y “Los hombres ya no invitan a cenar” (este último, libro de narrativa), pertenece a la promoción poética de los años ochenta que se agrupó en el Taller de Poesía “Manuel Ortiz Guerrero”. En la presente entrevista el poeta explica su proceso creativo y su experiencia literaria de la siguiente forma.

 

–¿Cuándo comenzó tu interés por la palabra como proceso de creación?

–Tuve una adolescencia muy agitada. Entonces, yo era jugador profesional de ajedrez. Esa experiencia me llevó a conocer mucha gente de gran riqueza mental. El ajedrez y la escritura (eso fue lo que descubrí) tienen el poder de hacernos ver la creación interior. A la militancia deportiva se suma mi participación en el campo político donde tuve una vivencia muy fuerte. Una vez, en una marcha de protesta me explotó una bomba de gas lacrimógeno. Aquella cercanía con el horror me llevó a interesarme totalmente por el problema que vivía mi país, y de hecho me lancé a la lectura y al protagonismo en filas de la izquierda. Eso yo hacía a pesar de mi posición económica acomodada y la reprobación de mis padres, que un día tuvieron que expulsarme de casa. Pienso que un libro sostén de aquellos años fue “La condición humana”, de Malraux. Con ese libro se inician el proceso y la búsqueda de comunicación literaria.

–¿De tu casa pasaste a una itinerancia existencial?

–La expulsión de mi casa paterna me llevó a deambular por pensiones de bajo costo, hasta que llegué a Córdoba para trabajar como obrero en una fábrica. Pero no perdí mi tiempo, pues leí apasionadamente y tomé contacto con los intelectuales cordobeses.

–¿Se trata de vivencias que fueron marcando tu vida y cambiando tu visión?

–Exactamente. Entre tantas cosas y como hecho trascendental, recuerdo el día en que mi padre me llevó a conocer el mar. Viajamos a Mar del Plata, el primer día casi me ahogué y si no fuera por unos salvavidas no hubiera contado la historia. Me quedé a vivir en esa ciudad veraniega por espacio de seis meses. Volví a Córdoba y, haciendo dedo, me puse a recorrer la Argentina. En todo ese proceso me pasé trabajando y mendigando un poco, pero fue una época hermosa. Al volver nuevamente a mi hogar supe que las cosas ya habían cambiado: mis padres no sabían qué hacer de mí, hasta que un día ellos deciden que yo venga a Paraguay. De esa forma llegué a este país y me puse a trabajar. En momentos de hermosa soledad, leía mucho hasta que descubrí un libro fundamental: “Yo el Supremo”, obra estupenda que me hizo ver la utopía posible. Ese descubrimiento cambió mi vida y decidí quedarme. No olvido a otros autores que también influyeron notablemente en mis ideales: Neruda, Cortázar, Gianuzzi, Vallejo, Eliot, Pound, Borges, Octavio Paz... con ellos descubrí la poesía.

–¿Qué podés decir acerca de tu experiencia con el Taller “Ortiz Guerrero”?

–La historia viene así: antes de ingresar como miembro del Taller me puse a leer con mucho detenimiento la literatura paraguaya. Luego, en un curso de antropología, conocí a Joaquín Morales (Lito Pesolani), con quien compartíamos gustos literarios comunes. Tiempo después gané un premio en un concurso de poesía organizado por el Instituto de Cultura Hispánica y me incorporo a un solidario grupo de poetas, que luego conformaría la promoción del 80. La experiencia en el “Ortiz Guerrero” fue sumamente interesante porque el trabajo colectivo me enseñó la disciplina y el diálogo en un ambiente de discusión pluralista. A pesar de la heterogeneidad, nos uníamos a través de la amistad, el respeto y la fraternidad. Lo importante de todo aquello es la aparición de nuevos nombres en la literatura paraguaya. Eso quiere decir que se produjo la irrupción de gente que hasta ese entonces tenía escaso acceso a los canales literarios. Si bien el Taller tenía problemas de formación, creo que eso mismo ayudó para que los muchachos tomen con seriedad la lectura y el trabajo creativo. Hemos tenido las mejores vivencias en momentos tan difíciles políticamente. A pesar de todo, recorrimos muchas ciudades enarbolando la poesía como bandera de redención.

–¿Cómo se produce tu pleno acercamiento a la poesía?

–Yo me acerco a la poesía por una necesidad visceral. Porque siempre hay cosas que incitan desde muy adentro. Si bien hay personajes que siempre aparecen en mi vida, yo los redescubro a través de la poesía y últimamente mediante la prosa que me lleva a contar algo de esas imágenes eternas, ricas, inamovibles. Toda mi experiencia se forja mediante una óptica vital sobre la realidad. No quiero quedarme quieto.

–¿Cuál es tu idea respecto al papel del poeta?

–Creo que el escritor está siempre comprometido. Mis necesidades de hoy son las mismas, pues sigo manteniendo la inocencia y la rebeldía al entrar en contacto con la escritura. Creo que el poeta es el nexo más valioso para cambiar el mundo, eso puede ser una arrogancia, una inocentada o un idealismo exacerbado, pero yo particularmente escribo para cambiar el mundo.

–Parece que en la actual poesía latinoamericana se dan nuevos rasgos definitorios. ¿Se puede pensar que eso llega a paliar el desmoronamiento de las utopías?

–La buena poesía siempre enfrentó las vicisitudes. Un ejemplo tenemos en Neruda o Vallejo, poetas capitales de este siglo. El mismo Hérib Campos Cervera testimonia la gran poesía que sigue latente en las utopías que permanecen, a pesar de la hegemonía de un solo sistema. Creo que más allá de la muerte de las utopías, lo que ha fenecido es el sistema totalitario de la Unión Soviética, aquello nunca fue un paraíso, su estructura se pareció más a una cárcel. La izquierda internacional lo había criticado desde mucho antes, no olvidemos las ideas de Mao, el Che, Sartre, Camus, Sábato, etc., ellos se pronunciaron en contra de las prácticas autoritarias del comunismo soviético. Creo que quienes están desorientados son los comunistas ortodoxos, o aquellos que vivían a costa de las embajadas de la URSS. Ahora, lo que me da pena de todo esto es la claudicación de muchos poetas que se pasan mendigando puestos públicos. Me da pena también ver a un Elvio Romero, otrora verdadera brújula para los jóvenes, agachar la cabeza ante las barbaridades que comete el Gobierno en contra de campesinos y dirigentes sindicales. En el Paraguay y en Latinoamérica siguen las mismas contradicciones. Cayó el capitalismo de Estado de la URSS, pero sigue el sistema inclemente del capitalismo neoliberal.

–¿Cómo hacer para que la gente recupere la credibilidad?

–Cada uno tiene su cruz. Tanto los autores que no quieren comprometerse con la realidad como aquellos comprometidos. Los poetas están tratando de resolver muchas cosas desde el punto de vista de la estética, del conocimiento. Tenemos la obligación de apuntar hacia la transformación para recuperar la credibilidad. Hay que terminar con las hipocresías. Tenemos dignos ejemplos de grandeza en muchos escritores paraguayos: Roa, Luis María Martínez, Oscar Ferreiro, Carlos Garcete y otros que siguen sin callar, a diferencia de quienes se desmayan por una embajada o por algún puesto de director o capataz intelectual en alguna institución estatal.

–¿Te estás refiriendo a un grupo de oportunistas?

–La necesidad tiene cara de hereje, pero uno no precisa la humillación para buscar alguna “agregaduría”, algún “ministerio”. Eso es más que ambición.

Fuente: PROCESO DE LA LITERATURA PARAGUAYA - PERFIL HISTÓRICO, BIBLIOGRAFÍA Y ENTREVISTAS A LOS MÁS DESTACADOS ESCRITORES PARAGUAYOS. Por VICTORIO V. SUÁREZ. Edición corregida y aumentada. Asunción, Paraguay. 2011 (654 páginas)



Títulos digitalizados en BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES


o    LA ABUELA : SAINETE LÍRICO-TRÁGICO-REALISTA EN UN ACTO Y EN VERSO

o    LA CANCIÓN DE R.

o    LOS HOMBRES YA NO INVITAN A CENAR

o    NOTABLE PARAÍSO : POEMAS 1985-1989

o    SIN OPCIONES DESPUÉS DE LA CENA



RICARDO DE LA VEGA



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