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JORGE (LOBITO) MARTÍNEZ (+)
11 de Mayo de 1952 - 25 de Enero de 2003
 
JORGE (LOBITO) MARTÍNEZ (+)






Biografía

MARTÍNEZ, JORGE "LOBITO"

Pianista y Compositor

Nació en Asunción el 11 de mayo de 1952.

Estudió piano con Margarita Morosoli de Picardo desde los 6 hasta los 11 años y luego en 1974, por 4 años con Nelly Jiménez, Pedro Burián,  y últimos dos años en el Instituto de Altos Estudios Pianísticos de Leonor Aranda.

Estudió armonía con Luis Cañete y Carlos Schvartzman.

A partir de los 12 años y hasta 1983 integró el GRUPO LOS AFTERMAD’S con el que grabó numerosos discos, incluyendo temas de su autoría.

Con el correr de los años se destacó como arreglador orquestal.

En la década del 80 formó parte del GRUPO DE JAZZ OPUS 572 y ofreció recitales de música clásica como solista de piano, luego de egresar en 1983.

En 1986 participó, en Buenos Aires, Argentina de la clínica Berklee College of Music durante una semana. Con motivo de su excelente participación recibió una beca para estudiar en la central de EUA.

En 1988 obtuvo una beca Fulbright y se trasladó a EUA donde ingresó en el Berklee College of Music de Boston graduándose años más tarde en ejecución, composición, arreglos e improvización de jazz.

Desde 1991 fue nombrado profesor titular del Departamento de Piano del mismo instituto, en el que desarrolló la materia de música con ritmos latinos, otros 2 años.

Fue galardonado con el premio Count Basie el Berklee Summer School de Argentina.

Regresó al Paraguay en la década del 90 ofreciendo recitales como solista, y dedicándose fundamentalmente a la docencia y la composición.

Entre sus principales composiciones se encuentran las canciones: CANTO PARA TI, QUE MÁS DA, y otras grabadas por los Aftermads. En jazz, su tema CAROLA fue grabado por Andres Boiarsky en Buenos Aires en 1986, compuso la banda sonora para la película El portón de los sueños.

Dirigió orquestas para las ediciones nacionales de la OTI, en la edición de 1994 se incluyó su arreglo en la gran final, en Sevilla, España.

Actualmente compone dentro de la vena folklórica, combinando con jazz-fusión y clásico. 

Grabó un CD en solo de piano con su obra más reciente,  JUEGO DE NIÑOS.

Como creador, su pensamiento se resume en sus propias palabras “para mí la melodía y la rítmica de la música paraguaya son de una riqueza profunda, sobre todo por la polirrítmia; las limitaciones para su proyección, se debe a la falta de una adecuada elaboración armónica  con incorporación de improvisaciones”.

En 1997 tuvo a su cargo la dirección musical del CD Abc en el foklore.

Fuente: DICCIONARIO DE LA MÚSICA EN EL PARAGUAY  por LUIS SZARAN. Edición de la Jesuitenmission Nürnberg, Alemania 2007. 507 páginas. Edición digital: www.luisszaran.org.


 

DIEZ AÑOS SIN LOBITO MARTÍNEZ,

NAVEGANTE DE LOS SONIDOS DE LA LUZ

 

UN MÚSICO MUY COMPLETO

Por CARLOS SCHVARTZMAN, Músico

Conocí a Lobito en el Colegio Internacional en donde él y yo éramos alumnos (yo estaba en dos o tres cursos más adelantados que él), así como también su hermano Rubén Darío ("Lobo"). Su apodo le fue otorgado por el parecido de su cara con el hijo del "Lobo Feroz", que se llamaba "Lobito", uno de los personajes de historietas de Walt Disney, que aparecían en la revista "El Pato Donald".

Su hermano mayor, Rubén Darío, recibió también un apodo, el de "Lobo", tal vez por ser más alto y grande físicamente que Lobito. En esos días del colegio, Lobo tocaba (como en sus primeros grupos) el bajo eléctrico, Lobito, los órganos del momento (pero también piano acústico), y yo, guitarra. Alguna que otra vez tocamos todos juntos.

Jorge "Lobito" Martínez tenía ya desde los 14 o 15 años un oído prodigioso y mucho talento para la música popular. Fue alumno mío (a pesar de la poca diferencia de edad) de Armonía Tradicional, armonía de jazz, y yo lo fui alimentando con ese sonido particular de "jazz", ya que lo introduje a dicho estilo. Vivía en esa época con sus padres en el barrio Sajonia, sobre la Avda. Carlos A. López (década del '60). Su padre fue el famoso folklorista cantante y autor de canciones, Eladio Martínez. Yo (que vivía en pleno centro) llevaba mi guitarra criolla (española) a su casa, y él tocaba el piano acústico vertical que tenía y practicábamos copiando discos de Wes Montgomery, en un principio. Un poco después ya estaba tocando en el famoso grupo "Los Aftermad's" como tecladista, creo que en reemplazo del Arquitecto John Baldwin (el padre del ahora famoso dibujante que trabaja en los estudios de Disney, Joaquín). Paralelamente, y sobre todo una vez que dejó a "Los Aftermads", se dedicó a tocar jazz en piano (generalmente eléctrico). Al mismo tiempo, comenzó estudios serios académicos de piano clásico, y se recibió de Profesor Superior, dando su concierto de graduación en el Unión Club.

Habiéndo sido yo (creo) el primer paraguayo que salió a estudiar música popular contemporánea y jazz al exterior, específicamente en la Universidad "Berklee College of Music", en Boston, Massachusetts, EE.UU., a mi vuelta insistí a Lobito que estaba más que preparado para ir a Berklee directamente a cursos superiores. Para entonces yo había formado un grupo que llamé "Strongwind". A veces fuimos un quinteto y a veces un cuarteto. Lobito era el pianista. Tocamos en muchos jazz pubs como "Picadilly" y el legendariio "Siddharta" (el primer jazz pub del Paraguay). En el Siddharta yo actuaba con mi trío de jazz (guitarra/piano, Mario Rodríguez en bajo eléctrico, y "Bicho" Chase en batería) tres noches por semana, jueves a sábado. A veces, integraba con nosotros Lobito en el piano, un piano del dueño, Luis Acosta, un vertical blanco. Allí tuvimos el honor de tenerlos nada menos que Dexter Gordon y su cuarteto, quienes fueron al pub (increíblemente) a escucharnos y tomar algo. El año era 1980. Después con "Strongwind" fuimos lo que hoy se denomina "teloneros" del Billy Harper Quintet, que vinieron traídos por la Embajada de los EE.UU. Esa vuelta tocamos exclusivamente temas míos y dos de Lobito. Compartimos escenario en Asunción con Phil Woods, Barney Kessel, Bill Goodwin, Carlos Franzetti, Ricardo Lew, todas estrellas internacionales de jazz (los dos últimos, argentinos, y mi tocayo y amigo Franzetti radicado desde hace muchas décadas en New York).

Lobito asistió a un taller de meses de duración de la filial de Berklee en Bs.As., Argentina. Allí, salió seleccionado como uno de los mejores y le fue concedido un 10% de una beca para asistir al Berklee en Boston. Después de mucho trajinar, consiguió una beca Fullbright y pudo viajar y estudiar (ya a nivel profesional) en Berklee. Su "Major" (especialización) fue: "Intérprete". Radicado luego un tiempo en EE.UU. realizó dos producciones discográficas y algunos arreglos para un arpista uruguayo que tocaba música popular con un arpa paraguaya, llamado Roberto Perera. A su vuelta, fue contratado por ABC Color para producir y hacer arreglos de una serie de CDs que fueron lanzados, con lo que cumplió enteramente (así me lo comentó) con "devolver" a la sociedad paraguaya durante dos años mediante su talento, el intercambio de haber sido elegido para accedeer a la beca Fullbright en nuestro país y viajar a Berklee. En algunas de esas grabaciones Lobito me contrató como arreglador y trabajamos juntos (el CD de guaranias, el de "Canción para Mamá", y el de canciones infantiles).

El fuerte de Lobito (además de su prodigioso oído), consistía en que era un músico muy completo, que tocaba con alta precisión y sentimiento, y era muy versátil. Conocía mucho de armonía moderna. Participó como pianista en varias grabaciones que realicé con mis arreglos, en donde las partes que le escribía para piano eran leídas casi a primera vista (algo que ambos solíamos practicar mucho en su casa, ya en la propia, y en donde encontró la muerte). Lobito podía ejecutar bien jazz, polkas, guaranias, música popular, y temas con un toque "clásico", aunque nunca fue propiamente un concertista clásico, con excepción de su concierto de graduación anteriormente mencionado.

Lobito fue una persona de una personalidad introvertida, a veces compleja, y era muy reservado. En algún momento de su trayectoria vino a mi casa (yo ya estaba casado con un primogénito, después vinieron dos más) y me consultó con dudas si él era "realmente" un pianista de jazz, o debería enfocarse a conciertos de música clásica. Recuerdo nítidamente sus palabras en mi estudio particular, en donde también daba clases a mis alumnos particulares: "...Tide Smith es un pianista de jazz...., yo no estoy seguro de que lo soy...". Menciono esto sólo para hacer entender que llevaba esa "duda músico-existencial".

Tengo muchas, muchísimas grabaciones inéditas de Lobito en mis grupos de jazz, en ensayos, en ensayos de grabaciones que luego se realizaron en estudios profesionales, etc., que algún día espero (con ayuda de algún productor) lanzar en CDs.

Extraño aquellos días en que nos juntábamos para estudiar juntos, transcribir solos de jazz e intercambiarlos, escuchar CDs de jazz, analizar, y probar todo en talleres de jazz que hacíamos. Será siempre recordado como un gran músico.

 

LOBITO MARTÍNEZ: UN ARTISTA DE ALMA

Por CARLOS BÁEZ, Músico

Recordar a Lobito Martínez, para mí, no es recordarlo solo como músico, sino también como un amigo, un hermano, que dejó huellas imborrables en nuestro camino, huellas que se traducen en tantas horas compartiendo escenarios y viajes, y tantos ensayos con Los Aftermad's.

Tanto tiempo compartido en tantos viajes en nuestro país (pioneros en los recitales, beatlemanía, y en donde la primera parte del show era exclusivo de temas propios) y mas allá de nuestras fronteras, como EE. UU. (grabaciones en Criteria Recording Studios, en Miami), Sudamérica (Red Globo - Brasil), Europa (Madrid - Televisión Española, programa "300 Millones"; BBC, de Londres)... Y en cada viaje una historia, un detalle, un motivo, una imagen que nos inspiraba para componer una próxima canción. Lobito fue siempre el amigo, el hermano, el músico del oído absoluto; él podía detectar un acorde, una nota con solo escucharla. Ingresó a Los Aftermad's en los años 70 y permaneció hasta el 84, aproximadamente. A veces componíamos en un viaje, en el ensayo; yo traía parte de una melodía y la completábamos juntos; luego trabajábamos en la lírica, en la letra de la canción, la repasábamos, la volvíamos a escuchar, hasta que nos complacía; luego la grabábamos y de vuelta a escucharla. Llevábamos el tema a nuestra casa y a día siguiente veníamos con nuevas ideas y la volvíamos a retocar. Esto nos obligaba a compartir juntos mucho tiempo, a contarnos tantas historias, tantos sentimientos, a pensar, a reírnos... y a seguir componiendo.

¡Lobito era un músico de alma, de vida! Buscaba siempre la perfección, en cada acorde, en cada voz en el coro (trabajábamos mucho en las distintas voces del coro). Él se encargaba de la dirección musical y de los arreglos orquestales junto a los guitarristas José Marín y Fernando Velázquez. Compusimos juntos muchas canciones: "Canto para ti", "Aquel parque, aquel sol", "Gabriela en otoño", junto a Piteta de Elizeche (la madre de otro integrante de Los Aftermad's, Óscar Elizeche), "El arco iris de Silvana"... Y también compuso "Qué más da" junto a nuestro recordado Rodolfo Kramer.

Lobito poseía un carácter muy peculiar: a veces lo sentíamos retraído, distante, como sumido y enfrascado mentalmente en algún arreglo musical, que luego lo traducía en las teclas del piano, en las cuerdas del mellotrón o en el sintetizador. Más tarde, sin embargo, volvía a ser locuaz, conversador.

Posteriormente deja Los Aftermad's para ir a los EE. UU. a perfeccionarse en la Berklee, la mejor universidad musical de los Estados Unidos.

Lobito nos dejo físicamente, pero sigue viviendo en cada acorde, en cada melodía que seguimos entonando en todas nuestras actuaciones, en cualquier escenario que entonamos nuestro "Canto para ti" y que es coreado por todo el público que lo escucha, haciendo volar palomas de pañuelos al viento mientras cantan los versos:

"Canto para ti, siento tanto amor para mí.

Canto para ti, con tus besos siento revivir.

Hoy digo que soy feliz, porque estás muy dentro de mí.

Y cantaré siempre para ti,

por siempre... para ti..."

 

GRAN PIANISTA Y DOCENTE

Por CARLOS NOGUERA, Compositor

Al cumplirse los diez años de la muerte del gran pianista, compositor y docente, Lobito Martinez, me permito reflexionar sobre el aciago destino de nuestro país, de ver partir tempranamente a algunos de sus grandes talentos artísticos e intelectuales.

Me vienen a la memoria, los nombres de Maneco Galeano, René Dávalos, Nelson Roura, Alfredo Seiferheld y tantos otros, que nos dejaron en plena juventud, trabajando en nuevos proyectos, que quedaron inconclusos. Cuanto patrimonio se perdió la cultura paraguaya ! Cuanta belleza truncada por la insaciable sed de la dama de la obscura figura, que nos arrebata a nuestros grandes creadores.

Lobito perteneció a una familia de músicos talentosos y desde niño se enamoró del piano, su instrumento preferido, al que no abandonaría jamás a lo largo de su vida. Le gustaba el jazz y la música paraguaya de proyección folklórica. Compuso obras valiosas y enseñó a otros pianistas los secretos del noble instrumento. Siempre se mostró abierto a emprender otros proyectos y varias veces conversamos sobre la posibilidad de realizar algo juntos, aunque finalmente nunca lo concretamos. Lo recuerdo siempre, con su sonrisa jovial de hombre bueno, siempre despierto, siempre curioso en cuanto a los sonidos, melodías, armonías e ideas musicales nuevas. Actuó en diversos países del mundo y se radicó un tiempo en el Japón. Quería embeberse de otras culturas para enriquecer su música. Enseñaba con su ejemplo a los mas jóvenes y siempre tenía tiempo para todos.

A Lobito, lo extrañamos. Pero nos quedan sus obras, algunas de las cuales todavía no han sido suficientemente comprendidas, ya que el fue un hombre que se adelantó a su tiempo. Lobito es ya, desde hace tiempo, una figura importante y se ha ganado, merecidamente, un lugar de honor, en la historia de la música paraguaya.

 

SU HOMENAJE A FLORES Y LA AMISTAD CON ROA BASTOS

Por ANTONIO PECCI, Periodista

En el 2002 me hallaba trabajando en la preparación del libro Tributo a Flores, de homenaje al creador de la guarania.

El nombre de Lobito Martínez me surgió debido al excelente disco "Sólo guaranias", que el mismo, al frente de un destacado grupo de artistas, había preparado para el diario ABC Color. Era un tributo que él había ofrecido al género musical más profundamente paraguayo, en 1997. El material, grabado en los estudios de Luis Álvarez, congregó a figuras como el ya citado, a Dani Cortaza, a la cantante Teresita Stipanovich, a los arpistas César Cataldo, Mariano González y Miguel Ángel Valdez; al percusionista Riolo Alvarenga, al requintista Rigoberto Arévalo, al bandoneonista Catalino Argüello, entre otros.

Las obras clásicas de dicho género estarían plasmadas en dicho cedé, dándoles un nuevo sonido a los temas, exhibiendo buen gusto y apropiado uso de las nuevas tecnologías. Algunos de los arreglos, como el de "Asunción", resultaron antológicos, tanto que fueron tomados por otros artistas para su interpretación. Lo que se dice, un disco de colección.

A principios del 2002 lo llamé por teléfono para pedirle que escribiera unas líneas para el libro "Tributo a Flores". Se mostró dubitativo. Me dijo que no creía poder aportar nada nuevo. "José Asunción Flores es un gigante de la música", me dijo. Le recordé la gran amistad que habían tenido su padre y Flores. Pasaron varias semanas hasta que lo volví a llamar, y me sorprendió diciéndome que había escrito unas líneas. Un texto preciso y valorativo del legado del gran maestro.

Al día siguiente de su fallecimiento, en enero de 2003, recibí estando en casa la llamada de Roa Bastos. Estaba desolado, como si fuera un hijo el que se le había muerto, situación que me sorprendió. "Estábamos trabajando juntos en una ópera sobre Elisa Lynch y el Mariscal", me dijo, relatándome los diversos encuentros que habían tenido en su departamento con el joven músico, desarrollando ideas para el proyecto. No sé si la amistad nació ya años atrás, cuando la filmación de "El portón de los sueños", el documental de Hugo Gamarra sobre Roa Bastos, cuya banda sonora estuvo a cargo de Lobito. Congeniaron ambos, al punto de lanzarse a un nuevo desafío en el terreno de la ópera.

Un proyecto que la muerte truncó.

Fuente de los artículos: SUPLEMENTO CULTURAL, diario ULTIMA HORA

Sábado, 12 de enero del 2013

Fuente en Internet: ULTIMA HORA DIGITAL/ PARAGUAY

 

 



JORGE (LOBITO) MARTÍNEZ (+)



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