¿AZUL PLATA = 9? (*)

Por  JORGE RUBIANI

En elecciones, dos candidatos que se juntan no siempre suman los votos que pretenden. El reciente acuerdo entre la Alianza Paraguay Alegre y Unace no será -de seguro- la excepción. Por el contrario, los “efectos colaterales” del gesto puede llevarlos a la derrota. Y es que en cada lista, especialmente en la de mayoría azul, habrá descontentos por la cesión de “espacios”. En la otra, están los afiliados de matriz colorada que, fuera del “reparto”, simularán una dignidad herida para no votar “por un candidato liberal”.

El acuerdo, como los anteriores con el mismo objeto, tampoco propone una suma de ideas para un mejor gobierno. Como si el asunto no fuera archisabido, el mismísimo Gral. Oviedo declaraba que... “En democracia, una cosa es ganar y otra cosa es gobernar” (ver La Nación, Agosto 7, 2011). De manera que si de “ganar nomás se trata“, la masa de anónimos votantes verificaremos otra oportunidad perdida y la desilusión de los que todavía se ilusionan. Todo, en medio de la catarata de insultos y dispendio de dinero que son las campañas. Sin debates, ideas ni proyectos y cada vez más lejos del Paraguay que se debate en medio de indecibles carencias.

Otra consecuencia bastante lógica que podría resultar del acuerdo sería que los del Partido Colorado “cierren filas” en torno a su candidato evitando las fugas -en realidad es libertad de opción- que propone el libre juego de propuestas y contrapropuestas. Porque una cosa es programar una concertación, a tiempo y con un Proyecto de Gobierno detallado y posible; y otra muy distinta es convocar a quien se preste para que el “otro” no gane. De cualquier forma y a alto precio. Dejando traslucir, de paso, un tácito reconocimiento de que el “sujeto” va adelante en las posibilidades.

En medio de todo, aparecen algunas honorables personas anunciando que de ganar el candidato colorado, habría una “vuelta al pasado”. Presumiendo la buena fe de quienes así piensan, habría que establecer, sin embargo, algunas diferencias: Que si las listas coloradas y las de Unace -vale la pena aclararlo- contienen nombres de antiguos y devotos admiradores del finado único líder, es un hecho admisible, legal y democráticamente. El hecho NO SIGNIFICA que la dictadura -como tal- pueda volver. Pero convengamos que el persistente protagonismo de sus beneficiarios se debe a la legitimidad que adquirieron negociando acuerdos, muchas veces, con nuestros briosos luchadores del pasado. ¿O nos olvidamos que el “Gobierno de Unidad Nacional” se gestó y concretó con estos personajes para desatar una feroz cacería precisamente contra el extinto Gral. Oviedo, líder de los hoy aliados? ¿Olvidamos que la denostada Justicia es producto de negociaciones entre los partidos tradicionales? Es decir, de quienes advierten sobre una “posible vuelta al pasado” y los que fueron protagonistas y SON producto de ese pasado! ¿Se olvidan de que la Ley Electoral es consecuencia de los mismos partidos que ¡por supuesto! se otorgaron -mutua y correspondientemente- facilidades, inmunidades, privilegios, subsidios ... y que TAMBIÉN la Ley Electoral, como la composición del Tribunal Superior de Justicia ídem, fue negociada entre los que hoy, por imperio de las demandas de campaña, se acusan de todo y con el peor arsenal de insultos que recuerde la brevísima historia democrática de nuestro país?

Tal vez tengamos que olvidar. Podríamos aceptar que estamos mal y que nuestra democracia -tal cual está- no nos llevará ni siquiera cerca de un buen puerto. Reconozcamos que carecemos de rumbo y liderazgo. Todo sería muy poco y subsanable si no fuera por este terrible ambiente en el que se tergiversan valores y las palabras varían de significado según las conveniencias del momento. Como botón de muestra puede mencionarse que Unace consagra en sus siglas lo que debería ser el concepto fundamental de su creación: Unión Nacional de Colorados Éticos. Pero sus dirigentes están lejos, muy lejos, de practicar lo que proclaman. Quedó en evidencia que fallecido su líder, había que permanecer cerca de lo que -ellos imaginan- será el poder de la República.

Lejos de toda racionalidad, la decisión de liberales y colorados de Unace se asemeja a la alucinada idea de algunos dirigentes de fútbol quienes están convencidos de que nacionalizar jugadores o paraguayizar extranjeros ayudan a mejorar nuestro nivel de juego. Si alguien creyó semejante tontería, los resultados están a la vista.

(*) Azul y Plata son los colores acordados por el TSJE a los partidos Liberal y Unace.
9 es la suma de los números asignados a ambos Partidos (2 y 7).

Fuente: ABC Color

www.abc.com.py

Sección OPINIÓN

Martes, 09 de Abril de 2013

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