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MOISÉS SANTIAGO BERTONI (+)

  VIDA Y OBRA DEL SABIO BERTONI - SEGUNDA EDICIÓN CORREGIDA Y AUMENTADA - Autores: DANILO BARATTI / PATRIZIA CANDOLFI - Año 2019


VIDA Y OBRA DEL SABIO BERTONI - SEGUNDA EDICIÓN CORREGIDA Y AUMENTADA - Autores: DANILO BARATTI / PATRIZIA CANDOLFI - Año 2019

VIDA Y OBRA DEL SABIO BERTONI

Moisés Santiago Bertoni (1857-1929)

Un naturalista suizo en Paraguay

 

SEGUNDA EDICIÓN CORREGIDA Y AUMENTADA

 

Autores: DANILO BARATTI/ PATRIZIA CANDOLFI

 

Editor: SERVILIBRO

ISBN: 978-99967-931-7-2

Páginas: 336

Tamaño: 14 x 22 cm

Año: 2019

Libro Paraguayo

 

 

 

Prólogo

Moisés Santiago Bertoni, el Sabio. En Paraguay su nombre suena familiar, inspira respeto. ¿Pero quién era verdaderamente Moisés Bertoni? Como en muchas biografías cinematográficas, podríamos empezar con la escena solemne de sus funerales de estado, descrita en un artículo del Diario de Asunción del 9 de octubre de 1929.

Sobrepasando los cálculos más optimistas el solemne y grandioso acto celebrado anoche en el Teatro Nacional en homenaje al doctor Moisés Bertoni, alcanzó las magnas proporciones de una verdadera apoteosis.

Un inmenso público, en el que estaban representados los más diversos círculos sociales, llenó por completo las localidades del Viejo Coliseo, testimoniando así el unánime y hondo dolor provocado por la desaparición del ilustre sabio en el seno de nuestra sociedad.

Tanto la sala como el escenario se hallaban adornados con hojas de palmera y crespones, dispuestos con sobriedad y buen gusto.

En el proscenio que se hallaba enlutado con un gran telón de fondo negro, se exhibía un monumental retrato del doctor Bertoni, obra del pintor Juan A. Samudio, a cuyo frente ardían las resinas rituales en artísticos pebeteros.

El coro mixto del Colegio Alemán inició el solemne acto entonando con toda perfección y sentimiento el coro del Salve Caput Cruentatum del maestro Bach. El doctor Rodolfo Ritter dió lectura luego a un meduloso e interesante estudio sobre la vida del extinto sabio, titulado Recordación. En representación del Centro Estudiantil, del cual es presidente, el señor Elpidio Yegros dió lectura a su sentida y hermosa oración.

«Oración singular» es el título de la inspirada y bella poesía que el señor Leopoldo Ramos Jiménez recitó luego con toda propiedad, arrancando lágrimas de emoción a los presentes. El poeta Ramos Jiménez escribió esa poesía especialmente para el funeral civil de anoche.

La interpretación magistral del Adagio del Cuarteto Nº 1 de Beethoven por el Cuarteto de Asunción, fue uno de los números más bellos por la fuerza emotiva de esa joya musical y por el sentimiento y ternura con que fue interpretado por el armonioso conjunto orquestal que dirige el maestro Remberto Jiménez.

Luego ocupó el escenario el prestigioso intelectual doctor Juan Stefanich, pronunciando un magistral discurso con la arrebatadora elocuencia característica de su verba florida y armoniosa.

La señorita Chela Cuevas tuvo a su cargo el recitado de una hermosa página lírica con que el doctor Moisés Bertoni dedicó su obra maestra «Civilización guaraní» a su hijo Lineo. 24 vida y obra del sabio bertoni

La bella e imponente velada recordatoria de anoche, se clausuró con el canto del Interger vitae de Flemming, a cargo del disciplinado y armónico coro del Colegio Alemán.

Entre los asistentes a la ceremonia de anoche, que como dijimos colmaron totalmente las localidades del Teatro Nacional, notamos la presencia del Presidente de la República, doctor José P. Guggiari que en compañía del Ministro de Instrucción Pública, doctor Rodolfo González, acudió al acto, prestándole prestigio oficial.

Casi todos los representantes del cuerpo diplomático y otras distinguidas personalidades también se hallaban presentes en la velada de anoche que constituyó un lúcido acontecimiento de alta cultura.

Desde luego el mejor homenaje que podía tributarse a la memoria venerada del llorado maestro no podría ser sino un acto de esta naturaleza, que dentro de su imponencia y severidad fue una justa de espiritualidad y belleza, ornada con el prestigio doloroso del recuerdo1.

Henos aquí, de repente, frente a un país entero que, a través de los representantes del mundo de la cultura y de las autoridades políticas, tributa el último homenaje, lleno de emoción y gratitud, «al ilustre antropólogo, al eminente sabio, al paraguayo de corazón», en un funeral civil «que resultó imponente y novedoso por ser la primera vez que en nuestro país se llevaba a cabo una ceremonia de esta índole»2. La imagen de un Bertoni justamente apreciado y apoyado por gobiernos paraguayos conscientes de sus méritos ya había empezado a circular veinte años antes, cuando Puerto Bertoni comenzó a ser meta de turistas intrigados por la fama de esta celebridad nacional. Pero ya en aquella época Bertoni se desesperaba porque las subvenciones estatales, prometidas desde hacía ya largo tiempo, no llegaban, lo que le impedía publicar sus obras y lo obligaba a hacer esfuerzos por esconder a los ojos de los visitantes las dificultades en las que se debatía Puerto Bertoni…

Volvamos al 1929, año de la muerte de Moisés. El poeta indigenista Narciso Colmán cierra el poema «Guaránia rerecuára» (El ayo de los pueblos guaraníes) con estas palabras: 1. «En el teatro nacional», El Diario, 9 de octubre de 1929 (tomado de Revista Agropecuaria y de Industrias Rurales, 1931, No 24, pp. 369-371). 2. Narciso R. Colmán (Rosicrán), Ñande ipi cuéra (Nuestros antepasados), poema etnogenético y mitológico, Asunción, El Arte, 1929, pp. 267-9.

 

Caraí Doctor Bertoni torı˘pápe o pı˘tu’úne

Amo ité… Paraná ári jhete cué toñe ñomí;

Upe ı˘ o chororóva i kegüı˘pente o jhendúne,

Jha jhesé cu oñombo’éne… pe i raza guarani! 3

 

Colmán se hace aquí intérprete de la gratitud del pueblo guaraní con quien fuera, según la expresión de otro contemporaneo, Efraím Cardozo, el «descubridor de la raza guaraní, o mejor, su glorioso reivindicador»4. Pero si diéramos la palabra a los pocos antropólogos que hoy día hablan de él, el juicio que merece su obra sería completamente distinto, ya que la opinión más difundida es que Moisés se vio «arrastrado por un romanticismo que vuelve inservibles sus estudios para la Antropología paraguaya»5.

Podríamos continuar agregando testimonios y juicios sobre el hombre y su obra y no haríamos mas que aumentar las dudas y la confusión: ¿fue un idealizador del «buen salvaje» guaraní o un colonialista que quería cristianizar y civilizar a los indios? ¿Un anarquista internacionalista, un nacionalista paraguayo, un patriota suizo? ¿Un positivista liberal, un cristiano tolstoiano, un católico, un espiritista? ¿Un marido y padre ejemplar, un patriarca tiránico? ¿Un hombre simple y frugal, un hombre con ambiciones desmesuradas? ¿Un vencedor o un derrotado?

En nuestro viaje en busca del «verdadero» Moisés Bertoni hemos escuchado diferentes voces: la suya (tanto la más privada e íntima de las cartas a los familiares y los amigos como la más pública de la correspondencia científica y de trabajo, y de sus obras), la del amplio círculo de sus corresponsales, la de otros testimonios de la época... Hemos repasado muchas de las lecturas con las que se formó y las interpretaciones que se hicieron de él y de su obra. Al final, nos hemos formado una imagen cuyos rasgos esenciales procuraremos definir en las siguientes páginas. Como dejan entrever las dudas a las que hemos aludido en las líneas precedentes, el personaje es mucho más complejo y contradictorio de lo que 3. N. R. Colmán, «Guaránia rerecuára» (El ayo de los pueblos guaraníes), en Ñande ipi cuéra (y en Revista Agropecuaria…, 1931, p. 364). «Que el señor Dr. Bertoni descanse muy gratamente/ a la orilla del Paraná donde se le llevó a enterrar;/ a ese río y sus rumores oirá eternamente,/ y su Raza Guaraní por siempre por él ha de orar» (traducción de Narciso R. Colmán hijo, 1984). 4. Efraím Cardozo a Moisés Bertoni, 10 de julio de 1924. 5. Miguel Chase-Sardi, El derecho consuetudinario indígena y su bibliografía antropológica en el Paraguay, Asunción, ceaduc, 1990, p. 95. 26 vida y obra del sabio bertoni suelen sugerir las evocaciones oficiales y la memoria colectiva paraguaya, que se fundan principalmente en unos pocos lugares comunes que nunca han sido verificados. Pero si no cesa de indignarnos lo que ha ocurrido hasta hace poco a nivel oficial – la instrumentalización y deformación del mensaje humano y político de Bertoni, junto con un total desinterés por su obra –, vemos con otros ojos, en cambio, la supervivencia de Bertoni en la memoria popular. También Moisés Bertoni se hubiese sentido conmovido, como nos lo sentimos nosotros, al oír hablar con admiración del «sabio suizo» a un lustrabotas de la Plaza Uruguaya de Asunción; o a un mozo paraguayo – Federico se llamaba – que nos servía con afabilidad y destreza en el restaurante «Las deliciosas papas fritas» de Buenos Aires, que ya no existe, en los días en que estábamos concluyendo este libro. A fin de cuentas, éstas también son voces que nos ayudan a entender quién era Moisés Santiago Bertoni.

 

Dos palabras preliminares sobre este libro

Antes de sumergirnos en la vida de Moisés, debemos dar algunas informaciones técnicas y de archivo. Comenzamos a ocuparnos de él en 1990, trabajando inicialmente con los numerosos documentos conservados en el Tesino, desde hace tiempo, por el Archivio Cantonale de Bellinzona (Archivio di Stato en la denominación actual), por la Biblioteca Cantonale de Lugano, y por particulares6. En 1992 estuvimos en Puerto Bertoni, y nos dimos cuenta de que allí, amontonados en el rincón más descuidado del estudio de Moisés, había miles de documentos, dañados, en parte, por la humedad, el moho y los insectos. Comprobamos con estupefacción que Moisés había conservado todas las cartas escritas y recibidas7, y que el material conservado en Suiza, ya de por sí abundante, constituía solo una pequeña parte de la documentación relacionada con él. Gracias a la sensibilidad del Ing. Aníbal Benítez, jefe del Departamento Vida Silvestre, que nos había acompañado a Puerto Bertoni, y del Ing. Oscar 6. En total: alrededor de 400 cartas de Moisés (sobre todo a familiares), otras tantas cartas de familiares a Moisés, algunos centenares de cartas dirigidas a Moisés o a la familia Bertoni. 7. Leyendo la documentación nos dimos cuenta, más tarde, de que existen lagunas, pero la tendencia de Moisés era conservarlo todo.   Ferreiro, entonces director de Parques Nacionales y Vida Silvestre, pudimos llevar a Asunción y consultar durante dos semanas una parte de esos escritos – los que en una primera revisión nos parecieron más interesantes. De esta primera fase de nuestra investigación nació el libro L’ arca di Mosè, una voluminosa biografía epistolar publicada en Suiza en noviembre de 1994 (y presentada en Paraguay en julio de 1995)8. En el intervalo, como resultado del acuerdo preliminar de 1993, los Ministerios de Agricultura y Ganadería y de Educación y Culto (Dirección general de Bienes Culturales) permitieron la exportación temporal a Suiza de los manuscritos encontrados en Puerto Bertoni (un total de más de 24 mil hojas9). Llegados al Archivio di Stato de Bellinzona en el curso del año 1994, los manuscritos fueron limpiados, ordenados, catalogados y microfilmados durante los años 1995-96, para ser luego restituidos al Paraguay10.

En 1995, la ONG suiza Helvetas decidió promover, en el contexto del Proyecto Bertoni, la publicación en Paraguay de un libro que hiciese conocer mejor a Moisés, y nos encargó escribirlo. Helo aquí, en su segunda edición: no es una traducción del Arca di Mosè, aunque retome algunas de sus partes, sino un libro muy diferente. Gracias a la rica documentación encontrada en Puerto Bertoni, que no habíamos utilizado antes sino parcialmente, hemos podido conocer mejor algunos momentos de la vida de Moisés en Paraguay (lo que no significa, por suerte para nosotros, que los nuevos documentos nos hayan inducido a cuestionar la interpretación propuesta en el Arca di Mosè, que sigue siendo, en virtud de su extensión, la biografía de referencia). En comparación con el texto de 1994, éste se presenta más ágil y menos complejo en su estructura: a una primera parte biográfica le sigue un ensayo que toca algunos aspectos de la producción científica y de las ideas de Bertoni. En la biografía dejamos de lado muchos detalles de los años juveniles vividos en Suiza, desarrollando, en cambio, capítulos que antes no habíamos tratado en profundidad, como 8. Ver Biografía Nº 17, en la «Reseña crítica de las biografías» al final del volumen. 9. Entre ellas, más de 1500 cartas de Moisés Bertoni, alrededor de 900 cartas de los familiares a Moisés, y más de 4000 de otros remitentes dirigidas a él, sin contar la correspondencia recibida o enviada por Moisés en calidad de director de la Escuela de Agricultura. Existen numerosos otros materiales relacionados con la Escuela de Agricultura (programas, horarios, cuadernos escolares, contabilidad), libros contables de Puerto Bertoni, algunos manuscritos científicos, y fotografías. 10. D. Baratti, P. Candolfi, Catálogo del Archivo de Moisés Santiago Bertoni y Familia - Puerto Bertoni, Bellinzona, Archivio Cantonale, 1996 (consultable online en archivonacional.gov.py). 28 vida y obra del sabio bertoni el período obscuro de Yaguarazapá o los años que pasó al frente de la Escuela Nacional de Agricultura. Una tercera parte (Documentos) presenta una selección de 28 cartas y escritos, cinco de los cuales no están incluidos en la amplia selección de cartas (143) publicadas en el Arca di Mosè. A algunos temas les dedicamos breves fichas (a las que remitimos, en el texto, con un *asterisco) dispersas en las tres secciones del volumen. El lector encontrará un índice de estas fichas al final del libro.

Para concluir, dos palabras sobre los criterios de transcripción y sobre la ubicación de los documentos: – todo lo que está en castellano se transcribe en su forma original. Para facilitar la lectura, intervinimos una que otra vez con pequeñas modificaciones ortográficas, por ejemplo, en el caso de acentos olvidados, signos de puntuación que se prestan a confusión y – en las cartas dactilografiadas – evidentes errores de pulsación. Eliminamos sistemáticamente los acentos de la preposición á y las conjunciones é, ó, ú, que Moisés y muchos con quienes mantuvo correspondencia utilizaron hasta el 1915, y pusimos los acentos a las palabras terminadas en -ón, omitidos por Moisés hasta esa misma época. Además, escribimos regularmente Vd sin punto (Moisés alterna las dos formas), y unificamos los puntos suspensivos … poniendo siempre tres (pues varían de tres a cinco). No modificamos, en cambio, elementos léxicos ni sintácticos. Siempre para facilitar la lectura, se tradujeron los párrafos de cartas y libros en italiano (escritos por lo general antes de 1885) y en francés (en particular las cartas al hermano Brenno)11. Los subrayados en las cartas manuscritas los reprodujimos en cursiva o itálica, así como todas las partes en mayúscula de las dactilografiadas (en las que Moisés usa a menudo la mayúscula en vez del subrayado). 11. Llegado a América, Moisés abandona el italiano, que sólo utiliza ocasionalmente y con creciente esfuerzo para escribir a los parientes que se quedaron en Suiza. Con el hermano Brenno pasa enseguida al francés, lengua que utiliza también en las relaciones internacionales de carácter científico. Ya un año después de la emigración, todos los otros escritos, incluso las cartas a la esposa, son en español. En algunas cartas del período argentino (por razones de secreto) y en algunos apuntes personales, Moisés utiliza también el romanche (rumantsch), la cuarta lengua nacional suiza, hablada por una pequeña minoría en la región que confina con el valle de Blenio. Moisés leía corrientemente el alemán, el inglés y conocía el latín, aunque no perfectamente. En Paraguay aprendió, además, el portugués y el guaraní.  

 – En las numerosas citas de cartas y otros manuscritos nos limitamos – para no volver excesivamente pesada la lectura – a indicar autor, destinatario y fecha, sin dar cada vez la ubicación en el archivo. Salvo indicación contraria, los documentos citados se hallan en el Archivo Moisés Bertoni recuperado en Puerto Bertoni (ahora conservado en el Archivo Nacional de Asunción), o bien en el Fondo Bertoni del Archivio di Stato de Bellinzona.

– Señalamos, finalmente, que la biblioteca del Conservatoire et Jardin Botaniques de Genève conserva una colección completa de las publicaciones de Moisés, en original o en fotocopia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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