MODESTO DELGADO RODAS - RESUMEN BIOGRÁFICO
ca.1880 - Nace en Villeta el 2 de octubre. Hijo de Eugenia Rodas y Daniel Delgado
1903- Expone por primera vez en Asunción
1907 - Concluye sus estudios de pintura en Buenos Aires
1913 - Viaja becado a Europa
1924 - Contrae matrimonio en Roma con Marietta Vicario
1926 - Expone en Washington
1928 - Expone en Buenos Aires y Washington
1930 - Expone en Baltimore (E.E.U.U.)
1931- Expone en Cincinnati (E.E.U.U.) Exposición Continental "Cabeza de niño" Premio estímulo
1933 - Participa de exposición colectiva en Buenos Aires. Salón de Primavera, Asunción
1934/35 - Expone en Salón de Primavera - Asunción
1943 - Expone en el Centro Cultural Paraguayo Americano
1963 - Fallece en la casa paterna de Villeta el 15 de mayo
1973 - Exposición Retrospectiva Homenaje - Amigos del Arte
DELGADO RODAS: SU ÉPOCA Y SU OBRA. NÉLIDA AMÁBILE, 1
Existen muchas formas de hablar de un artista: dándole a conocer a través de los hechos más sobresalientes de su vida humana, o tratando de adivinarlo y encontrarlo mediante el estudio de su obra artística.
Cuando el hombre ha convivido con nuestra generación, cuando son muchos los que aún recuerdan los hechos de su vida, su manera de hablar, de enfrentar los acontecimientos o de huir de ellos, sumando también que pueden contar anécdotas compartidas, es por eso que a través de estas líneas, esta noche, sólo daremos los datos imprescindibles de toda biografía, para después reencontrarlo en cada una de sus obras, dentro del marco cambiante de su época.
MODESTO DELGADO RODAS fue hijo de la ciudad de Villeta, al igual que otro gran artista nuestro: ANDRÉS GUEVARA, el precursor del expresionismo en nuestro país. Realizó sus primeros estudios en Asunción, para proseguirlos más tarde en Buenos Aires, a comienzo del presente siglo. Uno de sus maestros fue EDUARDO SÍVORI (1847-1918) (Pintor argentino considerado el Introductor y máximo exponente del realismo pictórico en ese país) , destacado pintor argentino, autor de "EL DESPERTAR DE LA SIRVIENTA", en donde, fiel al espíritu de su época, se destaca el desnudo como tema, bajo la influencia del realismo francés y que Delgado Rodas cultivara con entusiasmo. En 1907 aproximadamente, concluye sus estudios en Buenos Aires recibiendo una mención de honor y una medalla. Con estos conocimientos básicos, regresó al país con las esperanzas de conseguir una beca para Europa, convencido de que sería difícil realizar un estudio serio, sin un respaldo económico.
Por aquel entonces ya habían viajado al Viejo Mundo dos grupos de artistas: el primero antes de la Guerra de la Triple Alianza. Ellos fueron SATURIO RÍOS y AURELIO GARCÍA. En el segundo: PABLO ALBORNO, CARLOS COLOMBO y JUAN A. SAMUDIO, a los que siguieron, más tarde, el pintor JULIÁN SÁNCHEZ y el escultor FRANCISCO ALMEIDA. Delgado Rodas tuvo que esperar hasta 1913 para que sus esperanzas se fueran haciendo realidad, gracias a la intervención del entonces Presidente de la República, el Doctor ELIGIO AYALA, quien fuera su profesor en el Colegio Nacional. (El Dr. Eligio Ayala apreciaba muy particularmente sus condiciones de buen dibujante, pues en sus años de estudiante, en más de una ocasión lo sorprendió haciendo caricaturas en los pizarrones, satirizando a sus contemporáneos y hasta a él mismo.).
Fue así como el artista consigue la esperada beca y parte rumbo a Roma es donde ingresa a una Academia realizando estudios de Dibujo y Pintura y Artes Decorativas. También estudia en Milán.
Con la declaración de la Guerra Mundial, vinieron los apuros económicos. En estas circunstancias, tuvo que recurrir a la comercialización de copias de cuadros famosos de los museos romanos. También en estos años llegó a ingresar como hermano lego a una comunidad de monjes con el fin de realizar algunos trabajos de pintura en el monasterio, en el cual encontró protección y ayuda.
En estas condiciones, siguió sus estudios por la noche, en una escuela de artes decorativas y pintura mural. Más tarde obtuvo un premio en un concurso sobre decorados, organizado por el municipio de Roma. También realizó estudios en Milán en especial en la academia de Brera, cuyo Museo es uno de los orgullos de esa ciudad.
De Italia viaja a los EE. UU., casado con la pintora norteamericana, MARIETTA VICARIO, a quien conoce en Italia. En este país, en la ciudad de Detroit, permanece varios años, enseñando dibujo y gramática castellana. Pero su amor a la tierra lo hacía soñar con el regreso. Al fin regresa, y se radica en Villeta con su esposa y su hija Elena, dueño de una sólida técnica pictórica que habría de desarrollar en sus posteriores obras. Radicado definitivamente en Villeta prosigue con su labor pictórica. Expone en Río de Janeiro, Buenos Aires y FE. UU., mereciendo conceptos elogiosos de la crítica especializada.
Sin embargo, la familia no permaneció unida por mucho tiempo. Marietta Vicario, después de agotar todos los recursos que el amor al hombre podía inspirarle para comprender y aceptar al artista, decidió volver a su patria con la hija. El artista es un solitario incapaz de hacerse comprender, plenamente, por el mundo exterior, y de integrarse a él, aún cuando sus obras tengan un gran poder de comunicación y lleguen fácilmente al público. Es por eso que frecuentemente tiene grandes dificultades para llevar una armoniosa vida familiar y social, como el común de los seres humanos. Sus defectos aparecen agrandados, porque del artista se exige la perfección. En todo el anecdotario de la historia del arte podemos encontrar hechos repetidos en este sentido, como lo fueron las vidas privadas de Gauguin, Utrillo, o Modigliani.
Liberado de los vínculos familiares su bohemia vida fue plena. Siguió pintando y además, se dedicó a la enseñanza, contándose entre sus discípulos a la conocida pintora OFELIA ECHAGÜE VERA DE KUNOS.
Cercano a los 80 años, el 14 de mayo de 1963, terminó su vida quizás con la certeza de que ya no le quedaba por hacer en el mundo del arte.
Pero al artista se lo comprende mejor a través de sus obras, verdadera expresión de su personalidad. Ver un cuadro es una compleja experiencia visual, emocional e intelectual, y toda obra de arte debe ser estudiada dentro de su contexto histórico. Los criterios que predominaron en las creaciones del pasado no pueden ser utilizados para las contemporáneas, porque aparecerían fuera de la respectiva época cultural y no estarían en relación con las otras artes y ciencias de su tiempo.
Por eso veamos las tendencias dominantes entre sus contemporáneos, sus antecedentes y quienes forjaron la historia de la pintura en el Paraguay.
Dejando de lado la actividad pictórica del coloniaje, consideremos la de la época independiente. Los temas religiosos del coloniaje fueron reemplazados por los relacionados con las personalidades más representativas de la época: héroes patrios, miembros de la alta sociedad o de la clase gobernante, o de acontecimientos relacionados con ellos. Se buscan los modelos en los movimientos pictóricos franceses. La corriente imperante a través de casi un siglo es la naturalista, sujeta a reglas académicas, de observación del objeto llevado hasta sus últimos detalles, donde el vuelo de la imaginación y la interpretación subjetiva estaban ausentes. Todo el arte se concentraba en representar al modelo lo más fielmente posible, que era aceptable como arte de ilustración, pero no como creación original.
Dentro de estas tendencias trabajaron las primeras escuelas de dibujo y pintura en nuestro país. Un estilo minucioso acompañado de un colorido armónico. Dentro de este sistema se destacaron nuestros primeros pintores de importancia: SATURIO RÍOS y AURELIO GARCÍA. Son obras del primero los retratos del PRESIDENTE JOVELLANOS y de su hermana, de la Colección del Doctor HÉCTOR RUIZ. La mayor parte de las obras de este autor se han perdido, por la misma destrucción a que él las sometió, víctima de la enajenación mental que lo llevó a la muerte. De AURELIO GARCÍA, en cambio, conocemos varias obras como los retratos del MARISCAL LÓPEZ, un boceto del que realizara a don CARLOS ANTONIO LÓPEZ y escenas de la guerra, además de muchas otras que no podemos ver aquí. Europa fue testigo del arte de un continente preso de violentos cambios sociales que afectaron al arte, en incesante búsqueda. Los estilos en esta época nacen bruscamente y con la misma facilidad pasan de moda. Desde este momento se establece una oposición entre "academicismo" y "creación".
El estilo conservador y tradicional de la academia resulta cada vez menos eficaz para expresar las inquietudes del artista de esa época. El aspira a inventarlo todo y rechaza la imitación de toda la pintura que le precedió. Ya no se pinta para evocar un acontecimiento, sino para explicar el propio sentimiento estético.
El artista se debate entre comercializar su producción pictórica, cediendo al gusto y a las exigencias del público, o soportar una precaria situación si quería mantenerse fiel a su propia inspiración, declarándose independiente e individualista, "un individualismo que a menudo se paga con la libertad de morirse de hambre".
Al comenzar el presente siglo, la mayoría de nuestros pintores fueron paisajistas, retratistas o ensayaban el desnudo. El país se reorganizaba culturalmente. En 1903 viajan a Europa, SAMUDIO, ALBORNO y COLOMBO. En 1913 lo hace DELGADO RODAS, y en 1923, BESTARD parte para Francia, y en 1924, HOLDEN JARA va a España y más tarde a Francia. Todos ellos practicaron un método semejante, con algunas variantes personales. Ponían la tela al contacto íntimo con la naturaleza, empleaban con relativa libertad, y pintaban la realidad que los rodeaba, toda la salvaje belleza de nuestra tierra, toda la sinfonía explosiva de la luz y del sol tropical.
Pintan cuadros realistas, suaves o muy coloridos; desnudos que se mueven entre la pornografía y un paganismo aparentemente ingenuo; asuntos que son minuciosamente fieles a la naturaleza. Es quizás JULIÁN DE LA HERRERÍA, el que se aparta en cierta manera de la tónica general, ensayando nuevas experiencias, como lo fue la cerámica y el grabado.
Ahora pasemos a estudiar algunas de las obras de Delgado Rocas, ya conocidas las raíces históricas, artísticas y humanas, que fueron el fundamento de su obra. Sus obras pueden ser agrupadas en paisajes y figuras, entre las que podemos incluir los retratos y algunos desnudos.
Paisajes: En todos ellos podemos notar un verismo impersonal de acuerdo a los cánones de la pintura, aunque con caracteres propios en la composición y el color. Una buena muestra de ello la tenemos en EL RANCHO perteneciente a la Colección de la Señora LIDIA FERREIRA DE ARCE, en el que predominan las tonalidades cálidas en la vivienda, la tierra, el árbol y en los matices verdes del campo y de la lejanía. Algo disminuida la intensidad del tono rojizo, lo encontramos en la vista del río Paraguay, en donde la ligereza y la soltura de las pinceladas se manifiesta.
En el lapacho lila, en cambio, las tonalidades violáceas inundan el campo, la lejanía y los árboles. Un verdadero contraste son las otras obras en las que los matices cálidos y fríos se mezclan y armonizan estupendamente, dando una sensación de soledad y calma. Otros paisajes están relacionados con temas históricos como ABAY y LOMAS VALENTINAS. En algunas de sus primeras obras dentro de este género notamos la influencia de algunos paisajistas argentinos que fueron contemporáneos a sus años de estudiante en Buenos Aires como FERNANDO FADER, fallecido en 1935, y RAMÓN SILVA, desaparecido tempranamente en 1919, con cuyos paisajes existe cierto parentesco técnico.
En todos ellos los colores de rica matización dominan el conjunto ajustadamente armonizado, abandonando los grises y los ocres, seleccionando tonalidades más luminosas.
FIGURA: Al parecer en ella vuelca todo su entusiasmo y demuestra su dominio de la técnica. Con sus obras ha creado un tipo invariable de mujer, de mirada ardiente y concentrada, fuerte y melancólica a la vez. Para lograrlo pide formas al pintor español Julio Romero de Torres, de quien dice la copla que "pintó a la mujer morena con los ojos de azabache y el alma llena de penas". Sus mujeres son morenas como la tierra en las que vierte su propia tristeza y sensualidad, con técnicas antiguas y modernas a la vez. El no fijó sus ojos en la clama de calidad, igual en todas las partes del mundo, sino en aquella mujer amasada con la originalidad de cada pueblo, con sus pobres vestidos y su rebozo. Todas ellas tienen un gesto suave y mudo, corno en la joven del abanico (de la Colección Cabrera Cardús), con transparente manto negro. Se destaca la figura sobre el fondo del Lago Ypacaraí, con tonalidades ocres, negros azulados y grises, colores que habrían podido haber ensombrecido la obra, pero que actúan para destacar mejor las pinceladas de vivo color del rostro y el paisaje del fondo. También Romero de Torres pintó una obra semejante.
La figura que representa a Juan de Salazar, perteneciente al Departamento de Cultura de la Municipalidad, tal vez de convencional colorido, reúne una hábil técnica aprendida, manifiesta en la precisión del trazo, la habilidad del movimiento, dando un resultado académico perfecto.
RETRATO: este género exige del artista la reunión de la técnica y del espíritu, porque se enfrenta a un ser humano con su sicología particular, su carácter que deben ser revelados a través de la forma.
En Delgado Rodas encontramos en primer término sus autorretratos. Ellos son el testimonio fiel del paso de los años y de la perennidad de sus facciones. El retrato de su madre, de expresión serena y realista. La figura del pintor Samudio, destacada sobre un fondo de pinturas, parece mirarnos cordialmente desde la transparencia de sus ojos claros, mientras sostiene en una mano el símbolo de la profesión. Es éste uno de sus mejores retratos. En el Museo de Bellas Artes, figura una interesante Cabeza de Niño; un morenito que encierra toda la melancolía de los hijos de nuestra tierra, en sus enormes ojos negros, sosteniendo con simplicidad su boina en una mano.
Nuevamente la composición tonal nos demuestra el grado de conocimientos alcanzados por el artista.
El Campeón es un retrato del hombre de campo, que sirve de pretexto para hacer unas combinaciones con matices cálidos, para dar forma a las figuras: hombre y caballo, unidos en el quehacer diario de la realidad y de la obra de arte.
DESNUDOS: Frecuentemente éstos son de pequeño tamaño, aunque existen algunas excepciones como el de la colección de la Señora Ofelia Echagüe de Kunos, que se exhibe en esta exposición. Casi todos ellos están realizados sobre tabla o cartón, soporte muy usado por Delgado Rodas incluso para sus paisajes, y causa de que los colores hayan sido absorbidos en forma despareja, y figuren hoy apagados y desteñidos, en algunos casos. La Durmiente, realizada en 1923, y perteneciente al Señor Antonio Darmi, nos recuerda a la "Musa Gitana" de Romero de Torres, premiada en 1908. Este tema resulta obligado a mediados del siglo XIX, bajo la influencia del academicismo de Ingres y el realismo de Courbet. En estos otros desnudos, vemos una vez más el recuerdo de la Venus clásica, reproducida en la Historia del Arte desde Giorgione y Boticelli, hasta Goya, Manet, y Modigliani.
Esta es la obra del pintor a quien recordamos hoy. A través de ella hemos tratado de adivinar su realidad interior. Esa intimidad a la cual es muy difícil llegar cuando se trata de un artista. Porque ser artista es buscarle una dimensión distinta al amor y al sufrimiento; es ser incomprendido y a pesar de ello, pretender ser aceptado.
1.- Conferencia presentada por Nélida Amábile en la ciudad de Villeta en homenaje al artista (Aproximadamente en la década del 70).Nélida Amábile Cabrera Abogada diplomada en España, cursó Historia del Arte en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, Dibujo y Pintura en la Escuela de Bellas Artes y la Escuela de cerámica de la Moncloa en Madrid y en el Ateneo Paraguayo de Asunción. Fue profesora de Historia del Arte en la Escuela de Bellas Artes, en la Facultad de Filosofía de la UNA, en la Universidad Católica. Actualmente el Departamento de Artes Visuales del Ateneo Paraguayo está bajo su dirección.
Fuente: MODESTO DELGADO RODAS. SERIE GRANDES PINTORES PARAGUAYOS - AMALIA RUIZ DÍAZ, Con el apoyo del FONDEC. Asunción – Paraguay, Marzo, 2011 (148 páginas)
DELGADO RODAS, MODESTO : Pintor paraguayo, nacido en Villeta. Ha estudiado desde 1903 en Roma, donde viajó por su cuenta, pero antes estuvo realizando estudios de pintura en Buenos Aires.
Se lo puede considerar el mejor pintor de figuras humanas dentro del período 1900-1950. Fue por vocación, el único pintor de desnudos, estimulada en Italia, sintonizó quizá una que se podría llamar “debilidad” local en el género, en aquella época. Y pintó muchos de esos cuadros, aunque también paisajes y retratos.
Expuso en 1926 en Washington, y en 1930 en Baltimore, de EE.UU; en 1933 en Buenos Aires, Argentina. Un cuadro suyo, Cabeza de niño, obtuvo premio estímulo en la exposición de Cincinnati, EE.UU. en 1931.
(Fuente: “DICCIONARIO DE LAS ARTES VISUALES DEL PARAGUAY”, de LISANDRO CARDOZO, editado con los auspicios del FONDEC (FONDO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES), Asunción-Paraguay 2005).
MODESTO DELGADO RODAS : Tras el terrible holocausto que culminó en Cerro Corá, el país se repuso lentamente de su terrible postración económica y espiritual. Contribuyeron sobremanera a ese resurgimiento, algunos extranjeros; Victorino Abente, con los primeros poemas dedicados a glorificar nuestro sacrificio y alentar nuestra resurrección; Guido Boggianí, cultor también de las letras, y esencialmente artista; Héctor Da Ponte y Julio Mornet, artistas también, quienes habilitaron en el Instituto Paraguayo, una incipiente Academia de Artes plásticas. Así fueron reencauzándose las manifestaciones estéticas en la Asunción de la post guerra. Con tantas penurias, que no se pudo salvar a uno de los pioneros - Saturio Ríos - inmerso en un sub-mundo de miserias y frustraciones.
De los pocos jóvenes a quienes su vocación les orientaba hacia el estudio de las bellas artes, cabe la mención de Modesto Delgado Rodas, oriundo de Villeta y nacido en 1887. Inició sus estudios en Asunción con aquellos maestros mencionados, y luego en Buenos Aires. Y como otros jóvenes de idénticas inquietudes, viajó a Europa - Italia y Francia - sin el beneficio de una beca, en consecuencia, por sus propios medios. Señala Josefina Pla que "Delgado Rodas estudió en academias italianas como los pintores compatriotas que le antecedieron en el viaje a Europa; pero en él encontramos rasgos ligeramente más modernizados, resultado de las inevitables corrientes que en esos años primeros del siglo renovaban el contenido académico... Cultivó preferentemente el paisaje y el desnudo. Fue el único pintor paraguayo que pintó desnudos con asiduidad, aunque casi todos estos cuadros fueron siempre de pequeñas dimensiones, y por tanto quedaron dentro del cuadro de género... Sus cuadros se distinguen por la pincelada suelta y amplia, y por la luz. De la Herrería, Bestard y Holdenjara pintaron también desnudos pero no hicieron de ello género predilecto como Delgado Rodas. Sus retratos son buenos; el que pintó de Samudio es celebrado con razón. Su pintura, sin embargo, no rebasa en general los módulos de sus compañeros y permanece dentro de un post-impresionismo académico, aunque gira eventualmente hacia un iluminismo, en ocasiones convencional". De sus obras, se conservan en el Museo Nacional de Bellas Artes; los sgts. óleos: - MITAÍ, sobre tela; - CABEZA, (autoretrato), sobre tela, y en el Museo de Cerámica y Bellas Artes "Julián de la Herrería"; - NARANJERAS, (Villeta). Y participó de varias exposiciones individuales y colectivas, locales y en el exterior.
Hijo de Daniel Delgado y Eugenia Rodas, nuestro artista contrajo matrimonio con la americana Marietta Vicario, con quien tuvo una hija, Elena. Delgado Rodas falleció en Villeta en 1963.
Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)
DELGADO RODAS, MODESTO : Pintor. Nació en Villeta del Guarnipitán el 2 de octubre de 1887, hijo de Daniel Delgado y Eugenia Rodas. Pertenece a la pléyade de jóvenes creadores que luego de la gran epopeya paraguaya del Siglo pasado, la genocida guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), ayudó a la forja de la reconstrucción desde el arte. Él, como no muchos, desde la pintura.
Inició sus estudios en Asunción en el Instituto Paraguayo, orientado por Héctor Da Ponte y Julio Mornet, prosiguiéndolos en Buenos Aires. Después fueron viajes a Europa donde, específicamente en Italia y Francia, pudo perfeccionar y definir su estilo. Al no haber apoyo oficial, tuvo que realizar este costoso aprendizaje por sus propios medios.
Cultivó preferentemente el paisaje y el desnudo, si bien algunos de sus pocos retratos son estéticamente válidos. Dice JOSEFINA PLÁ: "Fue el único pintor paraguayo que pintó desnudos con asiduidad, aunque casi todos esos cuadros fueron siempre de pequeñas dimensiones, y por tanto quedaron dentro del cuadro de género... Sus cuadros se distinguen por la pincelada suelta y amplia, y por la luz. Su pintura... permanece dentro de un posimpresionismo en ocasiones convencional".
Participó en numerosas exposiciones, colectivas e individuales, tanto en su país como en el extranjero.
A más de los ya mencionados "desnudos", que pintó en profusa cantidad, figuran entre sus óleos los que se conservan en el Museo de Bellas Artes de Asunción, y en el de cerámica y Bellas Artes "Julián de la Herrería": "Mita’i", "Cabeza" (un autorretrato), "Naranjeras".
Casó con la norteamericana Marietta Vicario. Falleció en su ciudad natal, el 15 de octubre de 1963.
Fuente: FORJADORES DEL PARAGUAY – DICCIONARIO BIOGRÁFICO. Realización y producción gráfica: ARAMÍ GRUPO EMPRESARIAL. Coordinación General: Ricardo Servín Gauto. Dirección de la obra: Oscar del Carmen Quevedo. Tel.: 595-21 373.594 – correo: arami@rieder.net.py– Asunción-Paraguay 2001 (716 páginas).
DELGADO RODAS, MODESTO (1887-1963) : Nacido en Villeta, pertenece, por su edad como CAMPOS CERVERA, a una promoción posterior a la de los becarios de 1903. Sus primeros estudios los realizó, como casi todos, con profesores locales. Fue a Europa por tanto unos años después que aquéllos, y por sus propios medios. Estudió en Buenos Aires primero; luego en Italia y en Francia. De regreso al país se radicó en Villeta al comienzo, después en Asunción. Cultivó preferentemente el paisaje y el desnudo: fue el único pintor paraguayo que pintó desnudos con asiduidad, aunque casi todos estos cuadros fueron siempre de pequeñas dimensiones y por tanto quedaron dentro del cuadro de género.
EXPOSICIONES:
INDIVIDUALES: Buenos Aires 1928/ Gimnasio Paraguayo, varias entre 1920 y 1934/ Centro Cultural Paraguayo -Americano 1943/ Washington (hacia 1928?)/ Asunción (retrospectiva homenaje) 1972 (Amigos del Arte)
COLECTIVAS: Cincinati, Exposición Continental 1931/ Buenos Aires (conjunta paraguaya) 1933/ Salones de Primavera de 1933, 1934, 1935
OBRAS EN MUSEOS:
MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES DE ASUNCIÓN:
-. N° 62. MITAI, óleo sobre tela
-. N° 63. CABEZA (AUTORRETRATO) óleo sobre tela
MUSEO DE CERÁMICA Y BELLAS ARTES JULIAN DE LA IIERRERIA:
-. NARANJERAS (Villeta) óleo, 0.40 x 0.30
UBICACION: DELGADO RODAS estudió en academias italianas como los pintores compatriotas que le antecedieron en el viaje a Europa; pero en él encontramos rasgos ligeramente más modernizados, resultado de las inevitables corrientes que en esos años primeros, de siglo renovaban el contenido académico. Sus cuadros se distinguen por la pincelada suelta y amplia, v por la luz. Es hasta ahora el único pintor de desnudos en el país (DE LA HERRERÍA, BESTARD y HOLDENJARA pintaron también desnudos pero no hicieron de ello género predilecto como DELGADO RODAS). Sus retratos son buenos; el que pintó de Samudio es celebrado con razón. Su pintura sin embargo no rebasa en general los módulos de sus compañeros y permanece dentro de un posimpresionismo académico, aunque gira eventualmente hacia un luminismo en ocasiones convencional.
Fuente: TREINTA Y TRES NOMBRES EN LAS ARTES PLÁSTICAS PARAGUAYAS por JOSEFINA PLÁ. Editorial Cultura, Asunción-Paraguay 1973 (59 páginas).