ERAS DIOS Y TE HICE HOMBRE…
(VERSOS DE UNA MAGDALENA DESNUDA)
Poesía de MÓNICA LANERI
EDITORIAL SERVILIBRO
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Diseño de tapa e ilustración:
ANY UGHELLI
Asunción – Paraguay
Junio de 2003 (75 páginas)
“La única religión es el Amor”
Brian Weiss
A MODO DE EXPLICACIÓN...
"Eras Dios y te hice Hombre" cuenta en versos libres la historia de un improbable amor eterno entre Jesús y María Magdalena. Allí comienza el conflicto para el Dios-Hombre; así como las alegrías y frustraciones de una mujer poco aceptada por la sociedad de la época; pero reivindicada por Cristo que le devolvió en parte su dignidad; pero no tuvo la fuerza de reconocer ante la historia, el sentimiento carnal y espiritual que existía entre ambos. Por eso, ella de repente está feliz sabiéndose amada y deseada; por momentos le reclama amargamente, y en otros, vuelve a su propio menosprecio diciéndose: "Señor, no soy digna de que te acuestes en mi cama...".
No pretende ser una obra teológica y mucho menos filosófica o histórica. Es pura y simple poesía sobre algo que me pareció fascinante y conmovedor: Dios y una Prostituta amándose a lo largo de los siglos, en muchas vidas donde reencarnan en diferentes personajes y situaciones; y aún en la eternidad. Dios con sus cosillas...al igual que sus colegas los dioses griegos.
No pretendo insultar las creencias religiosas. Soy parte de una iglesia y como ella me considero santa y pecadora. Agradezco a estos nuevos tiempos que me permiten ejercitar la libertad de expresión. En alguna vida pasada; estos versos me habrían costado la vida (valga la redundancia), alguna tortura (tipo bruja), la excomunión, la cárcel o el exilio. A Dios gracias, creo que nada de eso ocurre ya por estos lares. Y en especial por causa de unos poemas tontos.
MÓNICA LANERI
Asunción, 8 de mayo de 2003
ANTIGUO TESTAMENTO
I
Soy una manzana
una víbora
una Eva.
Un jardín.
Un paraíso.
(hay un Adán genuflexo)
Soy
todo
lo prohibido.
II
Añoranzas de mujer
que recuerda
la existencia
de Adán,
un paraíso
y alguna fruta
a la cual sellar
con un beso en la boca.
Olvidando
a conciencia
como son los
grandes
olvidos –
que está
prohibido
fornicar.
III
Perdida
en la torre
de Babel
busco tu cuerpo.
Único lenguaje
que comprendo.
NUEVO TESTAMENTO
I
Porque
tal vez
fuimos
amantes
en Jerusalén
en otros tiempos.
Vos eras
un Mesías
salvador
Y yo...
la que más quería
ser redimida.
II
Y nuestros cuerpos
se encontraron
con ansias
de recién nacido
que sorbe
del pezón
generoso
de su madre.
III
Siempre añoraré
no haber bebido
el vino
de los milagros.
El néctar
de las bodas
de Cana.
Es claro;
no estaba invitada.
IV
Si solo fui
una oscura
Magdalena
que limpió tus pies
con sus lágrimas.
V
“Antes de que cante el gallo,
me negarás tres veces...”.
Y las noches
de tu sangre:
la pasión...
¿en dónde quedaron?
tu cuerpo...
¿No merezco acaso
llamarme tu esposa?
Ya lo sé.
Me tardé vidas
en reclamarlo.
Ya no hay escrituras
ni antiguas
ni nuevas
en donde profeticen
nuestro amor
sagrado,
olvidado
eterno
y sacrílego.
VI
¿Pero no sabés,
Gran Señor,
que mi pasión
es un manantial
sin tiempo
ni fronteras?
Todavía
nos quedan
interminables
noches
de sangre.
Mucho fuego
en las sábanas.
VII
Apagaremos
con sudor
las llamas
encendidas
en tu traje de muerte.
Santo Sudario.
VIII
"Y al tercer día
resucitó de entre
los muertos".
Tres días de pasión
sólo rubricadas
en las escrituras
non - sanctas
..que la muerte es corta
cuando el sacrilegio
es grande.
IX
"Y se elevó
a los cielos".
Me negué
a morir
en vida.
Soy
prisionera
de tu sepulcro.
X
"Y está sentado
a la derecha
del Padre".
Tal vez seas
demasiado
decente
para mí libido
impertinente
y mis profundas
liviandades.
XI
"Desde allí vendrá
a juzgar
a vivos y muertos".
Veneré tu cuerpo
y sangre
- la pasión -.
Pan
y vino
de nuestra última
cena.
XII
"Y su reino
no tendrá fin".
Nunca se muere
cuando el amor
es grande
y la pasión
se escapa
de entre
las sombras.
XIII
“No juzgues
y no serás juzgado”
Ustedes
que me acusan
como si en ello
se les fuera la vida.
Ustedes ...
fariseos
sepulcros blanqueados;
así yo los llamo.
XIV
"Que quien no tenga pecados,
arroje la primera piedra..."
Tan solo
arrójenme
la primera piedra.
Siglos después
nada ni nadie
me quita
lo bailado.
XV
“Ave María purísima,
sin pecado concebida”.
Ignorada.
Despreciada por muchos...
Yo sé que viví
un gran amor.
El mejor de todos.
Y como a tantas otras;
apenas me quedó
el recuerdo.
XVI
"Señor, aparta de mí este cáliz".
Mesías...
viniste para
lacerarme.
Rompiste
mi corazón
en mil pedazos.
Mi comunión:
tu cuerpo
y tu sangre.
¿Hasta cuándo
tengo
que ocultarlo?
XVII
Si yo no tengo
tu Amor
nada soy..
XVIII
«Amaos los unos a los otros».
A vos te da miedo amar.
A mí me asusta
no amar.
XIX
Señor,
no soy digna
de que te acuestes
en mi cama...
XX
Será más fácil
que olvidarte;
mi amor
pasará
por el ojo
de una aguja...
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