Nombre real: Mónica Busto Benítez
Nació en Asunción
MÓNICA BUSTOS
Vida y obra
Hija del artista Porfirio Bustos. A los 19 años, publicó su primera novela, "León muerto", presentada por el guionista de cómics Robin Wood. Al año siguiente, en el 2004, publica de forma independiente (avalada por una editorial imaginaria a la que llamó Cría Cuervos) el libro de cuentos "Complejo de Bustos". En el 2006 obtuvo una mención de honor por el cuento La caída del Fuerte Fantasía en el concurso organizado por El Centro Cultural La Casona de Asunción.
En el 2008 su relato "La cuestión es sencilla" formó parte de la antología Comboio com asas, editada en Portugal por Antonio Fournier. Ese mismo año obtuvo el Primer Premio del Concurso Dr. Jorge Ritter, por el cuento Camas Calientes.
Participó del programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica en México 2010, y de la Tercera Muestra de Arte Iberoaméricano realizado en Ciudad de México en diciembre del 2010, organizado por FONCA-CONACULTA. Su segunda novela "Chico Bizarro y las moscas" obtuvo el I Premio Augusto Roa Bastos de Novela y fue publicada por Alfaguara en el 2010, resultando uno de los libros más vendidos en Paraguay en el 2010.
En el año 2015 participó como jurado en el Premio Cuento Digital Sub-18 organizado por la Fundación Itaú.
El crítico literario y periodista valenciano José Vicente Peiró dijo de esta obra:
«Nos debe resultar indiferente su juventud cuando la obra creada es inmensa, extraordinaria y digna de quien tiene una capacidad innata y una formación precisa del significado de la narratividad: Bustos tiene claro que no ha de contar lo que ella quiere, sino lo que su personaje desea. De esa forma, construye su Chico Bizarro, que pasa ya en letras grandes a la historia de los personajes literarios paraguayos, siguiendo a los Miguel Vera, Félix Moral o Francia, de Augusto Roa Bastos, o el Gilberto Torres de Gabriel Casaccia. Todo es mejorable. Pero difícil lo tiene Mónica Bustos para mejorar esta novela, por la solidez de su discurso, su desarrollo argumental fragmentario pero muy bien trabajado, y el manejo magistral de distintos registros culturales y lingüísticos. Y paro porque no tengo más espacio disponible. Pero tengan presente que no será la última vez que escriba sobre esta estupenda novela que marcará época y estilo. Espero que no solo en Paraguay. No saben lo que se perderán los lectores de los países adonde no llegue esta novela.»
Premios
"Chico Bizarro y las moscas" I Premio Augusto Roa Bastos de Novela (2010).
Jurado compuesto por Augusto DiMarco, Claudia Amengual,y Jorge Eduardo Benavides.
El jurado decidió otorgar el Premio a Chico Bizarro y las moscas “por su calidad narrativa que logra amalgamar potentes imágenes, personajes desopilantes y una visión descarnada de la realidad paraguaya con solvencia estilística”.
"Camas Calientes", Premio Dr. Jorge Ritter (2008)Jurado: Dirma Pardo, Susy Delgado y Guido Rodríguez Alcalá.
Fuente: Recopilación de PortalGuarani.com
MÓNICA BUSTOS - FILOSOFÍA DE LA COMPOSICIÓN
Es difícil contestar, o al menos a mí se me hace difícil, la pregunta sobre cómo hice para escribir tal o cual cuento, aunque sepa la respuesta me cuesta, de hecho me molesta, tener que responder verbalmente a tan trascendental pregunta, el proceso de composición de una obra es casi tan bello como la obra en sí. Aunque existen pasos inexplicables, la mayor parte del relato tiene sus razones de ser.
Me es tan difícil explicar verbalmente los detalles obstétricos de tal hazaña porque me incomoda saber que puedo estar cometiendo errores en mis precipitadas palabras que no los cometería si los escribiera, o al menos tendría el placer de darles mejores asientos. Cuando me propongo o cuando mis interlocutores son de mi agrado me es también muy fácil hablar y contestar todas las preguntas que se les ocurran; sin embargo, ante la menor interrupción puedo ofenderme tanto que nada de lo que diga después podrá ser una respuesta sincera o agradable a las inquisiciones.
Por eso, para todo aquel que se tomó la molestia de leer mis cuentos, o más que molestia, y preferiblemente, para aquel que los leyó con gusto, preparo esta filosofía a la composición tal y cual mi más remoto y latente maestro me lo ha enseñado: "He pensado a menudo cuán interesante sería un artículo escrito por un autor que quisiera y que pudiera describir, paso a paso, la marcha progresiva seguida en cualquiera de sus obras hasta llegar al término definitivo de su realización".
Para esta autopsia literaria me permito elegir el cuerpecito blanquecino de Neuronas Unabomber para someterlo al bisturí implacable del lector curioso y maquiavélico, ese lector al que le gusta desentrañar los misterios recónditos de las obras que acaricia. Neuronas Unanomber es concebido debido a las frecuentes noticias sobre amenazas de bomba en la ciudad de Asunción en la primera mitad del año 2004, me había preguntado más de una vez qué clase de bromista podía insistir tanto con una broma que no tiene sentido, que causa malestares generalizados y propone una caza de brujas, uno de esos anuncios pegados a las columnas roídas de la aldea, donde se insta a los pobladores a alzarse con antorchas y perseguir los rastros del llamador de mal gusto. Cada vez que oía de una nueva amenaza, siendo estas tan insistentes día tras día, trazaba en mi mente diferentes hipótesis sobre qué clase de hombre podría hacerlo, y entonces llegaban a mi cabeza las ideas de una gavilla de promotores del caos, una señal en clave para secuestradores del medio oriente, un terrorista idiota que se equivocaba día tras día del número de teléfono de su extorsionado, y así sucesivamente, hasta que un día escuché la noticia de que hallaron al bromista.
Resultó entonces que descubrieron que el de las llamadas de amenaza era un enfermo mental, y en ese momento mientras veía a una veintena de agentes antibomba con uno de esos arietes modernos tratando de derribar la puerta pensé, y repetí en mi cabeza, "un enfermo mental", todos lo hubieran dicho antes, cada vez que se avisaba sobre otra amenaza, que seguramente el que lo hacía estaba loco; pero de verdad un enfermo mental?, y entonces mientras veía en la televisión que al entrar las cámaras a la casa encontraron corazones pintados con aerosol me eché a reír diciéndome a mí misma que ese hombre podría ser perfectamente un personaje de alguno de mis cuentos, y luego cuando entraron a su habitación y hallaron miles de números de teléfono escritos por las paredes, dejé de sonreír para dar cabida a la luz que se había encendido en el sótano de mis ideas literarias, pensé en cuál pudo haber sido la causa para llamar a amenazar si fuera en realidad un enfermo mental:
- ¿Si tiene alguna enfermedad mental, qué lo hace llamar y amenazar de bomba a tantas personas?
Y comencé a fantasear, tratando de meterme en su mente, tratando de pensar como Freud, como Pavlov o como Jung, se me ocurrieron varias ideas, que pudieron ser las más adecuadas como que alguna vez escuchó a alguien hacer esa broma y él lo repitió varias veces, podría ser así o quién sabe qué, pero yo a ese personaje lo necesitaba para mis cuentos. Lo necesitaba.
Entonces decidí darle la explicación que le daría sentido a su estadía en el conjunto de cuentos sobre relatos de mentes enrarecidas. Él podría dar la explicación de cómo es saber que uno se está volviendo loco. Es decir, me enfoqué en el mensaje de los hechos, como cuando uno sueña y para saber lo que significa el sueño debe recordar qué sensación le causa, que sentimientos despierta y con qué lo relaciona. Entonces, tenemos ahí, que cuando uno recibe una llamada de una amenaza contra su vida o la de sus seres queridos, siente miedo, piensa en todo lo que irá a perder, y sabe que le queda muy poco tiempo y no sabe ni cuánto para hacer o para pensar por última vez en todo lo que le será arrebatado en un instante incierto. Entonces, este enfermo mental -refiriéndome al personaje de mi cuento, porque al de la realidad no sé qué le pasó ni cuál fue su historia- quería aprovechar ese tiempo para comunicarle al resto de las personas algo que ellos, quizá la mayoría, nunca iría a saber. Qué se siente estar enloqueciendo. ¿No es un misterio o algo casi tenebroso tratar de imaginar cómo sería estar volviéndose loco? Entonces, me permití tomar los hechos reales para transformarlos en un cuento donde el personaje nos relate sus llamadas y trate de hacernos entender que lo hacía para que los demás sientan lo que él siente. Una bomba a punto de estallar.
Comienzo contando en una casi irreconocible primera persona, para que al relatar los hechos notemos las relaciones extrañas que hace y como llena de sinónimos algunas palabras que explican por sí solas las acciones sin necesitar de otras, sin embargo yo concebí aquella necesidad a raíz de que quería que refleje un complejo enfermizo o reacciones anormales. Comienza a hablar de cosas que el lector podría no comprender primero, sino que sólo llega a entender que el que lo relata sufre de imprecisión para relatar. También es necesario que el lector entienda, que el personaje no está escribiendo el cuento, no lo ha dejado por escrito, sino que lo relata en su cabeza por eso da por sabido las situaciones que el comenta. Cuando aparecen los párrafos del Señor Presidente, y la bomba en el diario, es simplemente para hacer saber que ha amenazado al presidente de la República y también al edificio de un diario, y él imagina cómo fue la reacción de las personas al recibir ese llamado al comentarlo con otros, pero obviamente las acciones que recrea en su cabeza son tan extrañas como su propia conducta.
Para la siguiente parte creí conveniente volcarme a la tercera persona para explicar mejor aquellos hechos que hasta entonces eran incomprensibles, y así vemos que el cuento se trata sobre amenazas de bomba, llama a una familia X, una voz dice que hay una bomba en la casa y se puede contemplar una clase de reacción que pudo haber suscitado aquella falsa alarma.
A continuación, el cuento, aparte de mutarse una y otra vez en diferentes personas, también padece de mezclas cronológicas e imágenes que tienden al surrealismo para poder penetrar al angustiante mundo del personaje, los hechos van mezclándose y el mismo (y el lector) ya no entienden quién está relatando, sólo podemos imaginarnos que estamos viviendo con él un momento de confusión y pérdida de la realidad pero cuando las noticias van comunicando que se ha encontrado al responsable de las llamadas anónimas entonces entendemos que estamos en el presente, no sabemos qué sucederá porque ni él mismo puede anticiparlo, sólo reconocemos algo que nos parece un déjà vu porque antes el cuento nos había presagiado un pedazo del futuro, en medio de este popurrí de datos y relatos aprovecho el momento para que el personaje explique el propósito de aquellas llamadas. Y tal como yo lo había concebido desde el primer momento él confiesa que lo hacía para que los demás pudieran sentir lo que él siente: estar volviéndose loco. De esta manera, tal y como se venía desenvolviendo la historia y finalmente prediciéndose a sí misma, se redondea cuando culmina el proceso por el que el personaje está pasando, se pierde de la realidad, lo atrapa la locura.
De casi igual manera fueron escritos los demás cuentos, todos nacen a partir de un suceso real, por mínimo o insignificante que sea, fantaseo con el hecho o con la idea, y se lo doy a un personaje extravagante. Porque después de todo varios hechos curiosos e interesantes, estremecedores o graciosos no son fantasía si es que el que lo hace tiene algún problema psicológico, muchas personas poseen algún complejo extraño, alguna obsesión ridícula o un temor inexplicable, y esas situaciones son capaces de provocar cuentos interesantísimos, sobre todo si uno posee el sentido de arte de saber combinar los hechos, darle la justa medida de realismo y surrealismo, saber dónde ubicar los quiebres cronológicos, manejar con destreza la posición del relator, utilizar las palabras adecuadas y tener buena puntería para darle el final exacto en el momento preciso.
Con "LA ABUELA MECÁNICA" me alejo de los relatos psicológicos de inusuales personajes para poder crear una introducción a los demás cuentos, es decir, lo contrario a este comentario final donde me explayo sobre cómo los escribí. Lo imaginé primero como buscando una parodia a las clásicas respuestas sobre de dónde vienen los cuentos, tratando de acentuar la idea de que los cuentos los inventan las abuelas y sobre esta idea tratar de explicar, como se explican las leyendas, por qué se relacionan los cuentos con las abuelas. Y en verdad es una buena opción para el momento de responderla, ya que a la mayoría de los escritores o poetas les provoca hastío tener que contestar de dónde sacan las ideas, yo por mi parte considero que no hay razón alguna para ocultar los orígenes y el proceso de creación, sobre todo porque lo considero un proceso fascinante. Sin embargo, eso no quiere decir que podría hablar de eso todo el tiempo, realmente a veces llega a fastidiar tener que contarlo, tiene tantos recovecos que uno podría no terminar jamás.
Con respecto a "EL VIEJO DETRÁS DEL HIELO", nació a raíz de un comentario irrisorio de Jorge, delicioso humor negro durante una desarrolle la idea de un pescador obsesionado con una mujer y que intente atraparla de esa manera. Debo decir que me encantó la idea; de hecho me encanta que me lancen una idea a manera de reto y tener que darle forma. El cuento comienza con una mezcla de tiempos que se diferencian por su relator omnisciente y luego por el propio protagonista, todo para darle el sabor a misterio. Desde el comienzo se perfila el carácter de pescador obsesionado, y así se va desenvolviendo la trama, creo que la brevedad es un factor importante para esta clase cuentos.
Finalmente, "EDGAR Y YO", porque no podía dejar de rendirle un homenaje a mi maestro en mi primer libro de cuentos. Llegué a admirar tanto a Poe, a leerme todas sus obras una y otra vez y a analizarlos todos, a leer todas sus biografías y tratar de aprender cada aòo algo más de su tacto para escribir. Basándome en esa experiencia había pensado ya desde hacía mucho tiempo en hacer alguna vez una novela que se llamara Edgar y yo, sobre una mujer que quería ser escritora y que evidentemente su escritor favorito era Poe, de tanto leer sobre él y querer escribir como él se obsesiona, después de varias situaciones logra clonarlo, para poder estar más cerca de él y trata de darle una vida similar a la que él tuvo en el siglo XIX, pero hacer toda una novela sobre esto no hubiera sido un homenaje adecuado, ya que él siempre sostuvo que la brevedad es la que logra plasmar un sentimiento en una persona y es la mejor manera de llegar al lector. Entonces tuve el reto de resumir aquella novela, e hice lo mejor que pude para corresponderle adecuadamente y tratar de satisfacer a todos sus fanáticos que de alguna manera siempre se obsesionan con él, espero que de alguna manera signifique mi gratitud y el sentimiento de belleza que él describía en sus poemas. Para este cuento he utilizado palabras en común de las traducciones al español de sus obras, traté de darle más influencia de sus poemas que de sus cuentos, ya que me parece que le tenía más aprecio a estos, si hubiera querido que fuera al estilo de las narraciones hubiera enfatizado en el descubrimiento del niño sobre su origen y lo transformaría en algo más detectivesco, pero me mantuve al borde del Cuervo, y para dar sensaciones similares me conservé lejos de la consciencia del niño, sólo al final descubrimos lo que él pensó al respecto al descubrirlo y entonces creo, espero, que la melancolía se haya desatado en los corazones de los lectores de EDGAR Y YO.
Gracias por recorrer los humildes escritos de una señorita que espera llenar sus almas con los costales de imaginación de su cabeza. -MÓNICA BUSTOS
Fuente: COMPLEJO DE BUSTOS – HISTORIAS RARAS por MÓNICA BUSTOS. Es una publicación de Cría Cuervos – Plumas negras, Asunción-Paraguay 2004. Tapa: Julieta Bustos.
PREMIO AUGUSTO ROA BASTOS DE NOVELA: Chico bizarro y las moscas, obra de Mónica Bustos, había sido la revelación en el año 2010, cuando resultó ganadora de la primera edición del Premio Augusto Roa Bastos de Novela.
El “Chico” de Mónica : Mónica Bustos, la ganadora de la edición 2010 con su novela Chico bizarro y las moscas, comenta que se enteró del concurso a través de varias personas. La autora ni siquiera consideraba participar, porque no estaba motivada al principio y tenía tres opciones para participar del concurso, y no se decidió hasta el último minuto. “Yo soy una máquina de escribir, así que el día que decidí concursar no sabía qué enviar. Fue una decisión difícil, y enviar Chico bizarro y las moscas era lo más arriesgado que podía hacer. Por ejemplo, en uno de los primeros capítulos se ‘roban’ a Augusto Roa Bastos para llevarlo a Nueva York para una cena privada con un excéntrico multimillonario, y yo pensaba que como el premio se llama Augusto Roa Bastos, podían considerar ofensivo ese episodio y descartarme inmediatamente”.
En cuanto a la experiencia de participar en los actos de presentación y promoción de su obra, la escritora admite que primero se sintió insegura. “¡Uy!, ahora se van a dar cuenta de que no sé nada de nada”, pensaba. “Bueno, en realidad eso no lo niego, y algo así pasa, gente que no termina de creer que esa novela la escribí yo. Pero sí es difícil porque te exponés, dado que la literatura siempre fue para señores de traje que lo saben todo. Pero cuando no tenés que pretender ser alguien que no sos, no hay que tener miedo a nada”, explica.
Bustos alienta a los escritores que quieren presentarse pero no se animan. “No tienen nada que perder, más se pierde guardando el manuscrito en un cajón. Pierde el espíritu del escritor y pierde la cultura de nuestro país. Pero si amás escribir, es porque sos escritor, si sos escritor no perdés dinero ni tiempo imprimiendo la novela o llevándola a la editorial. Porque tu espíritu se alimenta cuando alguien la lee, cuando alguien le da vida a tus personajes en su cabeza, y cuando tu novela llegue al concurso, alguien la va a leer, sí o sí la va a leer, y esa inmortalidad no tiene precio”.
Fuente: Revista dominical del diario ABC COLOR, Artículo de MARISOL PALACIOS, Domingo, 29 de Enero del 2012. Fuente digital: http://www.abc.com.py