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OSCAR PINEDA
  ALMANAQUE 2014 - CIFRAS - DATOS - ESTADÍSTICAS - Por OSCAR PINEDAA


ALMANAQUE 2014 - CIFRAS - DATOS - ESTADÍSTICAS - Por OSCAR PINEDAA

ALMANAQUE 2014 - CIFRAS - DATOS - ESTADÍSTICAS

EN PAÍS EN NÚMEROS

Por OSCAR PINEDA

Editorial SERVILIBRO

Dirección Editorial: VIDALIA SÁNCHEZ

Diseño de cubierta y diagramación interior: OSCAR PINEDA

Asunción - Paraguay

2014



PARAGUAY,

UNA RÁPIDA SEMBLANZA

(Publicado en el ALMANAQUE PARAGUAY 2014 – EL PAÍS EN NÚMEROS)


"La geografía es la matriz de la historia,

su madre nutricia y su hogar disciplinario"

Will y Ariel Durant


El Paraguay nace por el norte donde mueren las últimas estribaciones andinas y los escasos peñascos van perdiendo altura ante la desafiante planicie vestida de arena fina y vegetación hirsuta, agreste y espinosa. Es la región que conocemos desde siempre como el Chaco Boreal y que fuera motivo de una sangrienta guerra de tres años con nuestro vecino del altiplano en los años treinta. La Región Occidental, como también se la conoce, se divide en dos mitades de acuerdo a las características de su suelo y vegetación. La parte norte es el Chaco seco y la del sur es el Chaco húmedo. También la ruta Nro. 9 Carlos Antonio López o Transchaco que nace en el puente Remanso y que se pierde 800 kilómetros más allá en la frontera con Bolivia divide al Chaco en dos pedazos de similar tamaño. En el Chaco seco escasea el agua y los caminos extremosos son un interminable reguero de talcal blanco en los meses de estío y un lodazal intransitable en los pocos días de lluvia que en esta zona tiene el año. La temperatura alcanza también aquí sus extremos más notables. Desde el frio que hiere en las madrugadas de invierno hasta el calor calcinante en los mediodías meridionales hay casi siempre una diferencia de pocas horas en el que la raya roja del termómetro hace un apresurado recorrido entre sus números más bajos y más altos. La frontera seca que nos separa de Bolivia está conformada por una decena de hitos que constituyen las marcas que nos dejo la paz definitiva firmada en 1938. Entre el hito I conformado por el fortín Esmeralda que es el punto más occidental del Paraguay y el hito X sobre el río epónimo, se levantan los otros 8 hitos que forman en conjunto un enorme arco de 744 kilómetros inclinado hacia la izquierda y con entrante irregular hacia el Parapití lejano que fuera cruzado por nuestras fuerzas armadas en 1935. Casi en el centro aunque más hacia el este se encuentra el hito VIII formado por el cerro Chovoreca que sobresale sobre la llanura por ser el único punto elevado en un plano bajo. El otro punto elevado en la zona lo constituye el cerro León ubicado a 170 kilómetros del Hito VIII, bien dentro del territorio paraguayo y que con sus 600 metros de altura y sus numerosas ramificaciones que forman como pequeños valles se alza como el principal atractivo del Parque Nacional Defensores del Chaco. Al suroeste de esta altura y recostado sobre el Pilcomayo que es el límite con la Argentina, y más al norte la frontera con Bolivia, se extienden una gran franja poblada de los cañadones, fortines y puestos de combate olvidados ya hoy en día pero que hace ochenta años reverberaban de verdes olivos, gritos de guerra, escupitajos de pólvora y estruendo de cañones, cuando el Paraguay todo como uno solo ser defendió con uñas y dientes su suelo sacrosanto. Allí, en esos campos blancos del baño interminable del sol reposan como guardianes eternos miles y miles de paraguayos. Sus restos que se funden con el suelo que defendieron descansan en un perpetuo silencio que no turba ni el pesado viento norte y las ventiscas sureñas, ni las ocasionales tormentas estivales. Tumbas sin nombres y hombres sin tumbas constituyen el abono hermoso de este terrible suelo que parece dejado de Dios. El Chaco es sin lugar a dudas el territorio más hostil que tiene la geografía patria. Algunos llegaron a llamarle el desierto esmeralda mientras que otros lo calificaban directamente como el infierno en la tierra. Y es que aparte de la naturaleza beligerante, se encuentra abundantemente poblado de venados, armadillos, comadrejas, jabalís, osos hormigueros y por un sinfín de alimañas y bestias que van desde las hormigas rojas y los alacranes de cola letal hasta algunos de los ejemplares más feroces de jaguareté, y de los ofídicos más venenosos que se puedan encontrar en el mundo. El Pilcomayo que conforma nuestra frontera con la Argentina en ese extremo es lo que se podría llamar un río móvil ya que cambia de trayecto de vez en cuando de acuerdo a los sedimentos que va trayendo su corriente desde suelo andino. En el punto medio se encuentra el Parque Nacional Tinfunqué que forma un triangulo recostado sobre el territorio argentino.

El Chaco, que constituye el 68% del territorio nacional contiene el 3% de toda la población de nuestro país. Políticamente se divide en Boquerón, Alto Paraguay y Pdte. Hayes que son los tres departamentos más grandes y menos poblados del Paraguay. Entre ellos se mueve uno de los pocos grupos indígenas que todavía es completamente silvícola en el mundo. La actividad económica principal es la ganadera. Todo este territorio agreste está cubierto por enormes estancias y poblado por millones de cabeza de ganado vacuno que es uno de los rubros más significativos de todo el país. De norte a sur la primera población importante que aparece en el Chaco seco es Mayor Pablo Lagerenza que es puesto avanzado de nuestra soberanía. Al sur se encuentra la localidad que lleva el nombre del héroe máximo de la Guerra del Chaco, Mariscal Estigarribia, y que posee el aeropuerto con pista de aterrizaje más larga de toda la república. En el centro del Chaco se encuentran las colonias menonitas, emporio de riqueza en el suelo inculto, levantada a base de grandes sacrificios. Neuland, Filadelfia y Loma Plata, son algunas de estas colonias que si bien no concentran gran cantidad de población, son como oasis de prosperidad en medio del territorio agreste. Hoy en día algunas de las cooperativas que la conforman constituyen los mayores productores lácteos del país y en las formas de empaque y distribución son pioneros en toda la república. Sobre la ruta 9 destaca el Parador Cruce de los Pioneros y más al sur la estancia Salazar que con su aguada es lugar de paso obligado de numerosas aves migratorias. En Pozo Colorado se encuentra la entrada que va hacia Concepción por Puerto Militar y el Parador Pirahú que es el más surtido de la zona.

La primera de las poblaciones paraguayas sobre el río Paraguay es Bahía Negra en la antesala de los humedales del Matto Grosso. Bajando el río se encuentran luego del lado del Chaco las localidades de Fuerte Olimpo, capital del Alto Paraguay, Puerto Guaraní, Colonia Carmelo Peralta y María Auxiliadora. Luego viene Puerto Casado, que fuera en el pasado cuartel general de la prospera industria taninera de la región y Puerto Pinasco, que con sus aserraderos construía los durmientes de quebrachos que utilizaban las vía del tren chaqueño. Casi todas estas localidades rivereñas son hasta hoy en día cuasi parroquias bajo la responsabilidad de los salesianos. Más al sur, luego de pasar Puerto Militar donde se ubica el puente que lo une a Concepción, se hallan las desembocaduras de los ríos San Carlos, Verde, Montelindo, Negro y Confuso cuyas nacientes se ubican en el corazón del Chaco húmedo. Ya mucho más próximo a Asunción sobre el río se localiza Villa Hayes, capital del departamento de Presidente Hayes y entrando tierra adentro Benjamín Aceval que tiene el único ingenio azucarero de todo el Chaco y es sede de importantes unidades militares. Ya en el vértice del Chaco, en la zona conocida como Chaco-í se ubican Nanawa y Puerto Falcón que son puertas de entrada al Paraguay de la provincia argentina de Formosa. Pegada se encuentra la localidad argentina de Clorinda con la que se mantiene comercio fluido.  

El río Paraguay nace en el norte, en los pantanales de Matto Grosso, y se une al Paraná luego de recorrer serpenteante 2.800 kilómetros y dividir el Paraguay en sus dos regiones naturales, la Región Occidental o Chaco y la Región Oriental. Al sur, donde contornea el Ñeembucú, formando un vértice acuoso,  es la zona más baja de todo el Paraguay y también donde se encuentra el punto más meridional de toda la república. En la punta misma se encuentra Paso de Patria y los restos del fuerte de Itapirú que en el siglo XIX controlaba el ingreso al Paraguay por ese sector. Desde lo alto se ve perfectamente como dos colores bien diferenciados, los del Paraná y el Paraguay, se unen para formar un triángulo de aguas turbulentas que alcanza a medir de costa a costa unos 4 kilómetros. La zona sur del Ñeembucú donde abundan los caruguás y los campos de carrizales es el sector donde se libraron algunas de las batallas más importantes de la Guerra de la Triple Alianza. Allí se encuentra Humaitá con su templo de San Carlos Borromeo hecho ruina, símbolo de la resistencia y que alguna vez maravillara por su colosal arquitectura, y más al norte el cuadrilátero de Curupayty donde Bartolomé Mitre enterrara un ejército y José Eduvigis Díaz se cubriera de gloria un 22 de setiembre de 1866. Al norte de este punto, justo donde el Paraguay se une con el Ñeembucú, se encuentra la ciudad de Pilar, que soportara heroica las terribles inundaciones de 1983 y que fuera durante mucho tiempo cuartel general de López. Su aeropuerto lleva el nombre del insigne poeta pilarense Carlos Miguel Giménez que en sublimes notas nos regalara "Flor de Pilar" y "Muchachita campesina". A Pilar se llega por la Ruta Nro. 4 que al estar rodeado de tierras bajas e inundables en época de lluvia significó, un verdadero hito en la construcción de caminos nacionales. Esta ruta nace en el este, a unos 120 kilómetros, en San Juan Bautista, capital del departamento de las Misiones, donde influenciados por la presencia histórica de los jesuitas, casi todas las localidades llevan nombres de santos y santas. San Juan Bautista es asiento de importantes unidades del ejército. Al sur se encuentra la ciudad de San Ignacio Guazú que fuera la primera de las reducciones jesuíticas de la misión guaraní fundada en las tierras del cacique Nezú en 1609. También allí, en un lugar denominado Tañarandy, se recrea todos los años la Semana Santa de manera fantástica donde a la luz de miles de candiles cobran vida los grandes cuadros del renacimiento clásico. Al norte, como entrada al departamento se encuentra la ciudad veraniega de Villa Florida, famosa por sus playas sobre el Tebicuary y los numerosos paradores que se llenan de turistas en verano. Misiones se distingue por su actividad pecuaria, ya que en sus campos, que fueran antes estancias jesuíticas se cría algunos de los mejores ejemplares de ganado vacuno que tiene el Paraguay. Cada año, un fin de semana de enero, se realiza en la localidad de Santiago, que en ese momento triplica su población, la Fiesta de la Tradición Misionera donde los troperos demuestran sus destrezas con el lazo, la doma de potro, la carrera de sortijas y el toreo mientras los visitantes que suman miles disfrutan de manjares a base de carne donde destacan el batiburrillo, la chastaka, el asado a la estaca y el chorizo misionero.  17 kilómetros al sur de Santiago se encuentra la localidad de Ayolas  sobre el río Paraná y enfrente mismo se ubica las islas de Yasyretá y la de Apipé Grande. Entre la isla de Yasyretá y la costa paraguaya se encuentra el brazo Aña Cuá y  entre la Isla de Yasyretá y la costa argentina se levanta la hidroeléctrica del mismo nombre que es la segunda más grande de la región. Al este de Ayolas, que aparte es famosa por la pesca del dorado, está la localidad de San Cosme y Damián que conserva las ruinas de la antigua reducción y que es el hogar del Observatorio Bicentenario Padre Buenaventura Suarez. Entre este punto y Carmen del Paraná, que se encuentra río arriba, el ancho del Paraná alcanza, gracias al embalse de Yasyretá, una dimensiones extraordinarias de hasta 30 kilómetros de ancho que dan la sensación de estar frente a un mar ya que la otra orilla la mayor parte de las veces no está a la vista. Este espejo de agua es utilizado últimamente para todo tipo de deportes náuticos, mientras que las playas y la costanera de Carmen del Paraná ganan cada vez más relevancia internacional. Al este de Carmen del Paraná se encuentra Encarnación, la perla del sur, capital del carnaval en el Paraguay y cabecera del departamento de Itapúa. 

Encarnación presenta toda una nueva fisonomía con la subida de las aguas del Paraná gracias al embalse de Yasyretá. Ya no existe la parte baja que quedó bajo las aguas y ahora media docena de puentes conectan la parte alta con el resto de los barrios. Han surgido de la noche a la mañana sitios de inigualable belleza como la amplia costanera que se extiende en total por 27 kilómetros y la hermosa playa de San José que se llena de veraneantes cada día de la semana en los meses estivales. Todo esto unido a la pujanza laboral de la zona, un buen parque hotelero y celebraciones únicas como las fiestas carnestolendas conceden a la ciudad un atractivo turístico de primera magnitud para paraguayos y extranjeros de la zona que ingresan al país por el puente de San Roque González de Santacruz que la une a la ciudad argentina de Posadas. A pocos kilómetros al noreste de Encarnación se encuentran las ruinas jesuíticas de Trinidad y Jesús del Tavarangüe, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y el hotel El Tirol de Capitán Miranda que con piscinas escavadas en la roca misma y cercada de abundante vegetación es punto de alojamiento obligado para los que aman la naturaleza. Encarnación se encuentra rodeado de prosperas localidades que en origen fueron colonias que se asentaron cuando el siglo XX todavía era joven. Allí se instalaron los inmigrantes alemanes, rusos, polacos, bielorrusos, ucranianos y japoneses que convirtieron la zona en un emporio de razas y un polo de producción agrícola que desarrolla cada año uno de los más altos PIB per cápita de todo el Paraguay. Obligado, Fram, Pirapó Nueva Alborada, Cambyretá y Hohenau con su supermercado que hasta vende tractores son muestras fehacientes del progreso que genera la labor cooperativa y las variadas técnicas de producción y trabajo traídas a veces del otro lado del globo para enraizarse de forma definitiva en nuestro rico suelo. Los enormes silos y campos de cultivo prácticamente llenan ambos extremos de la ruta 6ta. y se extienden desde la salida de Encarnación hasta Minga Guazú sobre la ruta 7ma., en el centro del Alto Paraná y a pocos kilómetros de la entrada a Ciudad del Este. Los cultivos sobresalientes son el trigo, el tártago, el girasol y los frutales pero por sobre todo la soja del cual el Paraguay es el 6to. productor mundial. En todo este tramo de 247 kilómetros sobresalen ciertas localidades como María Auxiliadora, Naranjal y Santa Rita que todos los años lleva a cabo una gran expo agropecuaria que muestra los muchos y variados productos de la zona. El Alto Paraná es la segunda zona más poblada de la república y una de las áreas de desarrollo más recientes, tanto así que solo 70 años atrás no existían ninguna de sus localidades. Ciudad del Este fundado en 1960 es el culmen de la llamada Marcha hacia el Este que significó para el Paraguay una segunda puerta de salida al mundo y que lo liberó de la eterna dependencia del Río de la Plata. Ciudad del Este, con múltiples tiendas de todo tipo, el segundo aeropuerto más importante de la república, el Puente de la Amistad que lo conecta de modo directo con el coloso brasileño, vía Foz de Iguazú, y a pocos kilómetros de la frontera argentina, es hoy en día el punto comercial de más movimiento en todo el país y uno de los más activos de la región, especialmente por sus ventajas en cuanto a precio final se refiere. Las marcas de nivel mundial que se hallan allí representadas lo convierten en el nudo focal de la triple frontera y la cercanía con las cataratas del Iguazú en lugar de paso obligado para todos aquellos que quieran observar una de las más grandes maravillas con que nos brinda la naturaleza. Al norte de Ciudad de Este se encuentra Hernandarias donde se ubica la represa hidroeléctrica de Itaipú, la más grande de todo el occidente y el hemisferio sur y la segunda más grande del mundo, y que con su enorme mole de hormigón armado constituye la estructura más notable por sus dimensiones de toda la región y un verdadero portento de la ingeniería del hombre. Itaipú, mas Yasyreta y la represa de Acaray, también ubicada en las cercanías, hacen del Paraguay el segundo mayor exportador mundial de energía hidroeléctrica y un país donde la energía limpia, no contaminante abunda en grado sumo. El embalse de Itaipú mide aproximadamente 1.400 kilómetros cuadrados y forma un hermoso y nervudo lago con múltiples entrantes que se extiende 200 kilómetros rio arriba que es explotado por su riqueza pesquera y su atractivo turístico, especialmente del lado brasileño, mientras que el lado paraguayo sobresale por sus reservas biológicas Mbaracayú, Carapá, Limoy, Itabó, Pikyry, Tatí Yupí y el Monumento Científico Moisés Bertoni que recuerda al sabio suizo que tanto aportara a las ciencias en nuestro país. Toda esta región del país, recostada contra el Paraná es la zona del bosque Atlántico o Paranaense, de extraordinaria riqueza ecológica y también es el lugar donde se halla ubicado una buena parte del Acuífero Guaraní, el tercero más grande de la tierra.

Al norte de Hernandarias, prosiguiendo por la Ruta 5ta., se encuentran las localidades de San Alberto y Minga Porá y luego se ingresa al departamento de Canindeyú donde esta vía se encuentra con la Ruta 10ma. 130 kilómetros al este de este empalme se encuentra la localidad de Curuguaty que ha parido hijos ilustres que han tenido mucho que ver con la independencia patria y que fuera 4ta. capital de la república en las postrimerías de la Guerra de la Triple Alianza. Hacia el noreste, en el ángulo, se encuentra Salto del Guaira, capital del departamento y emporio comercial sobre el Paraná. Su frontera acuática y seca con el Brasil la están convirtiendo rápidamente en una opción de negocios parecida a la de Ciudad del Este. Un poco al oeste de Salto del Guairá es donde comienza o termina, depende de cómo se lo vea, la Cordillera del Mbaracayú que se extiende hacia occidente formando la frontera de tierra con el Brasil. Al noroeste de Corpus Cristi y ya en el distrito de Villa Ygatimí, la cordillera se bifurca en dos brazos, uno con intermitencia de llanos va para el sur oeste y el otro con elevaciones continúas va para el norte. La primera es la cordillera de San Joaquín que se interna hacia Caaguazú en territorio nacional y la segunda que se extiende hacia el norte en línea casi recta es la cordillera del Amambay, que bordea el departamento del mismo nombre y sirve de frontera natural con el gigante lusitano. El punto culminante entre estas elevaciones, luego de pasar por Capitán Bado, es la ciudad de Pedro Juan Caballero, conocida como la Terraza del País. Separada de la localidad brasileña de Ponta Porá por una avenida, sus numerosos comercios la convierten en el sitio ideal para el turismo de compra. Cincuenta kilómetros hacia el oeste se ubica el Parque Nacional Cerro Corá que marca el sitio exacto, rodeado de elevaciones y regado por el Aquidaban Niguí, donde el 1ro de Marzo de 1870 sucumbiera con los restos de sus ejércitos el Mariscal Francisco Solano López, héroe máximo de la nacionalidad paraguaya. Al septentrión de este punto se unen la cordillera del Amambay con el rio Apa que desde su desembocadura en el rio Paraguay constituye la frontera norte de la región oriental con el Brasil. En el punto medio del recorrido de 380 kilómetros del rio Apa y luego de formar una saliente donde se ubica Bella Vista norte, se encuentran las ruinas del Fuerte de San Carlos que en tiempos de la colonia fuera guardián de la soberanía provincial ante la repetidas incursiones paulistas. A poca distancia donde se unen el Paraguay y el Apa y luego de bordear la Serranía de San Luis, se ubican las localidades de San Lázaro y de Vallemí, que es de donde se extrae gran parte de todo el cemento consumido en nuestro país. Al sur, sobre el rio Paraguay, está emplazada la ciudad de Concepción, cabecera del primer departamento y que tantas veces fuera relegada políticamente por su activa participación en la Revolución del 47. Allí se encuentra uno de los dos puentes que unen la región oriental con la occidental. Familias de abolengo la han poblado desde antaño y es uno de los baluartes de los salesianos en el Paraguay. Al este de Concepción se ubican las localidades de Loreto, Horqueta y Belén que es la ciudad por donde pasa el Trópico de Capricornio. Bajando por el rio Paraguay se atraviesa el río Ypané que conforma la frontera entre los departamentos de Concepción y San Pedro. Encontramos luego Villa del Rosario y adentrándonos por el río Jejuí Guazú, la localidad de San Pedro del Ycuamandiyú que es la capital del segundo departamento. Cercándola se hallan Nueva Germania, Choré, Lima, Itacurubí del Rosario y Elizardo Aquino, mientras que en el suroeste del departamento está San Estanislao más conocido como Santaní.

Siguiendo el recorrido hacia el sur por el río Paraguay están Arroyos y Esteros y Emboscada que fuera antiguamente plaza de pardos libres. Luego aparecen los antiguos campos de Tapuá, de donde procediera el prócer Fernando de la Mora y que hoy son parte de la localidad de Limpio y Mariano Roque Alonso con su puente de Remanso Castillo que cruzando el rio Paraguay lo comunica con la región Occidental. Mariano Roque Alonso es también donde se encuentran las instalaciones de la Asociación Rural del Paraguay que cada año realiza la Expo que muestra al mundo todo lo que el Paraguay produce, comercializa y consume. La muestra que es la más grande de nuestro país se extiende por 15 días de julio y asisten a ella un millón de personas. Pegado a Mariano Roque Alonso se halla la localidad de Luque que aparte de ser famosa por los trabajos de filigrana en oro y plata y por la proliferación de luthiers de excelente calidad también tiene instalado dentro de sus límites la sede de la Commebol y el aeropuerto internacional Silvio Petirossi, el más importante del país. Y es que Luque y Mariano Roque Alonso son la antesala norteña de Nuestra Sra. Santa María de la Asunción, eterna capital de la República del Paraguay. Fundada un 15 de Agosto de 1537 en la margen izquierda del Rio Paraguay sobre las siete colinas que se divisaban desde la agradable bahía de los carios guaraníes, por el Capitán Juan de Salazar y Espinosa, fue el primer asentamiento europeo permanente en esta zona del mundo. Punto focal de la expansión española en la región, ganó con sobrados méritos los títulos de Madre de Ciudades, Amparo y Reparo de la Conquista y Cuna del Primer Grito de Libertad en América. Está a dos décadas y media de ser cinco veces centenaria y su nombre en guaraní es Paragua-y, seguramente porque para los habitantes de la zona es tanta la identificación que tiene esta ciudad con el país que ambos términos y conceptos simplemente se confunden...se funden... Poetas, músicos y bardos la han cantado desde siempre y Manuel Ortiz Guerrero, uno de los más grandes poetas que ha dado la nación, la llamó con justa razón "Flor de las Flores del Paraguay". Aparte de sus numerosos centros de compras y su nueva costanera que está siendo construida por partes, destacan los edificios históricos como la Casa de la Independencia, el Panteón Nacional de los Héroes, el Teatro Municipal, el Cabildo, el Palacio de los López y la catedral metropolitana, sede del Arzobispado y santuario donde se venera a la Virgen de la Asunción que es Mariscala de los Ejércitos del Paraguay. Asunción es asiento de todos los poderes del estado y es junto con su área metropolitana el conjunto urbano más poblado de toda la república. Tanto así que si se hiciese un semicírculo imaginario que se extendiese hasta cien kilómetros de la capital, dentro estaría por lo menos un tercio de toda la población paraguaya. Pegado al sur de Asunción está la localidad de Lambaré y el cerro coronado con la estatua del antiguo cacique, dueño de esas tierras. Más al este se ubica Villa Elisa con su refinería petrolífera y Ñemby que es por donde se llega a la capital del lado del Acceso Sur. Siguiendo río abajo se encuentran los puertos de San Antonio y Villeta. Esta última fundada en 1714 como fortín de alerta temprana contra los guaraní pytá, de allí el nombre apocopado del valle del Guarnipitán donde está asentada. Con dos puertos, uno en Villeta misma y otro en Angostura, la veintena de fábricas que tienen su sede allí la convierten en una ciudad industrial. Hacia el este de Villeta se encuentran Itá, donde se venera a San Blas, patrono del Paraguay y donde se hace todos los años la Fiesta de la República, y Guarambaré que es famosa por su ingenio azucarero y su Festival del Takuareé. Un poco más abajo en el mapa está Nueva Italia que es tierra de labriegos que se asentaron a principios del siglo XX, y hacia el sur se extienden grandes campos con numerosos esterales hasta los límites del departamento Central con el Ñeembucú. Hacia el sureste se encuentra el Ypoá, que es el más extenso lago natural de la república. De límites indefinidos y variables ya que en tiempos de crecidas funde sus aguas con la de los esteros y lagunas vecinas, sus costas riegan los departamentos de Central y Paraguarí y el Parque Nacional que lo cobija incluye inclusive porciones extensas del Ñeembucú. No tiene ninguna localidad en sus costas y llegar hasta alli implica largas caminatas a campo traviesa y el sorteo de numerosos potreros de estancias. Hacia el oeste la localidad más cercana es Villa Oliva y hacia el este Quiindy y San Roque González y la Ruta Nro. 1 que es por donde generalmente se accede. Pegada a Asunción se localiza Fernando de la Mora, la ciudad Joven y Feliz que es como lo llaman sus pobladores. Más allá está San Lorenzo que cobija la Universidad Nacional de Asunción y que es la puerta de acceso principal a la capital. Entre San Lorenzo y Fernando de la Mora se encuentra Camba Cuá que cada 6 de enero festeja con fiestas y tambores a su santo patrono San Baltazar. Por la Ruta Nro. 2 luego de San Lorenzo alejándonos de la capital está Capiatá y luego Itauguá, famosa por sus trabajos en ñanduti. Ypacaraí es por este lado la última localidad del departamento Central y la antesala de la entrada al departamento de las Cordilleras, uno de los más hermosos del país. Por el sur se encuentra Pirayú mientras que por el desvío de la Ruta Nro. 2 se encuentra San Bernardino a orillas del lago azul de Ypacaraí. Ciudad veraniega por excelencia, en enero su población se multiplica y los hoteles y mansiones de la zona están al completo. Es cuando muchos de los pub y discotecas de la capital hacen funcionar sucursales allí. Al otro lado del lago azul está la capital del departamento central, Areguá, reconocida internacionalmente por sus cantaros, macetas y trabajos en barro cocido. Subiendo la Ruta Nro. 2 se atraviesan los cerros y allí en medio de ellos se encuentra la capital espiritual de la república y capital del departamento de las Cordilleras. Allí se erige perfilándose nítidamente en el contorno de la ciudad la basílica de la Virgen Azul de los Milagros de Caacupé que cada 8 de diciembre concentra una buena parte de toda la población del Paraguay que acude a venerarla y darle gracias por los favores recibidos. Pasando Caacupé se ingresa en el Barrero Grande – hoy Eusebio Ayala - famosa por sus exquisitas chipas y porque en su campo de Acosta Ñu se libró la trágica batalla de los niños que defendieron hasta el holocausto el suelo patrio durante la Guerra del Setenta. Cerca de allí hacia el norte se ubica el jardín de las cordilleras conformado por las localidades de Itacurubi de las Cordilleras y sus balnearios, Tobatí con su artesanía y sus olerías, Santa Helena y sus estancias, Altos con sus vistas hermosas y Atyrá, de gran fama por ser considerada una de las más limpias del planeta. Al sur se encuentra la mil veces heroica Piribebuy con sus balnearios que riegan el camino hasta Paraguarí. La capital del IX departamento, eterna sede de la artillería del ejército es el lugar donde se libró la primera batalla de la independencia paraguaya en 1811 y sus hermosos cerros fueron testigos del nacimiento del sentimiento de patria. Hacia el este de Paraguarí está Yaguarón que además de su cerro coronado posee el templo y altar más hermoso de toda la república. De exquisita y delicada talla franciscana, es patrimonio cultural del Paraguay. Al este de Paraguarí se ubican las localidades de Escobar, Sapucai, Caballero e Ybytimi que fueran en su tiempo importantes estaciones del tren que llegaba hasta Encarnación. Al sur de Paraguarí se ubica entre dorados campos la localidad de Carapeguá donde está el desvío que lleva a Acahay con su grupo de cerros en ronda que hace millones de años formaran parte de la copa de un gigantesco volcán que estalló y que ahora está apagado. Treinta kilómetros al este, bajo la sombra de un cerro en forma de cono, parecido al monte Fuji, se encuentra la prospera colonia japonesa de La Colmena que produce hasta ahora algunas de las mejores frutas del país. Al sur de este punto una serie de cerros y cascadas entre las que destaca el Salto Cristal, y monumentos como la antigua fundición de La Rosada hacen de esta región una de las más pintorescas de toda la república. Todo esto se encuentra protegido dentro del Parque Nacional Ybycuí.

En el centro de la Región Oriental está la antigua localidad de Ajos hoy conocida como Cnel. Oviedo. Es el punto de confluencia más importante de todo el sistema vial paraguayo porque allí se unen la Ruta Nro. 2 que viene de Asunción, la Ruta Nro. 7 que viene de Ciudad del Este, la Ruta Nro. 3 que viene del norte y de localidades como Pedro Juan Caballero y Concepción y la Ruta Nro. 8 que viene del sur uniendo las localidades de Caazapá y Villarrica. A unos 30 kilómetros al este se encuentra la localidad de Caaguazú famosa por sus aserraderos y los trabajos en madera y al noreste se encuentran los distritos de Raúl Oviedo y Yataity que son adornadas en sus límites norteños por la Cordillera de San Joaquín mientras que por el oeste baña sus fronteras el embalse del rio Yguazú. Todo este sector donde abundan las lomadas y los cursos de agua forman valles floridos que se pueden apreciar en parte viajando por la Ruta Nro. 7. Ubicada a solo 20 kilómetros al sur de Cnel. Oviedo, Villarrica del Espíritu Santo es llamada históricamente "La andariega" por las veces que tuvo que mudarse de ubicación en tiempos de las persecuciones bandeirantes, o la "Muy Culta" porque es madre de un gran número de escritores e intelectuales paraguayos, aparte de ser la capital del departamento del Guaira. Este departamento esta surcado de norte a sur por la cordillera del Ybyturuzú donde se encuentra el cerro de Tres Kandú que con sus 842 metros es el más alto de todo el territorio paraguayo. En los alrededores de Villarrica se encuentran los pueblos de Félix Pérez Cardozo, Salvador, Borja, Ñumí, Natalicio Talavera y Cnel. Martínez. Un poco más alejado se encuentran Mauricio José Troche con sus campos de caña dulce, Iturbe con su ingenio azucarero, Itapé con su Virgen cuya festividad es una de las más populares de la república y Colonia Independencia, famosa por su producción de vinos y por los balnearios que tiene sobre el Tebycuarymi. Al sur se encuentra el VI departamento de Caazapá contorneado en el occidente por el Pirapó y el Tebycuarymi, y por el oriente por el Capiibary y el Yñaró. La capital es Caazapá, fundada por Fray Luis de Bolaños y antiguamente conocida como San José del Tebycuary. En sus proximidades se halla el celebrado Ykuá Bolaños que según la tradición nunca se secó, ni en tiempos de sequia. Las otras localidades próximas son Maciel, Yegros, Yuty, Buena Vista y San Juan Nepomuceno que es la más populosa de toda la región. La cordillera del Ybytyruzú atraviesa el centro del departamento para morir un poco más al sur. En el lado meridional corre la serranía de Monte Rosario que luego se funde con la cordillera de San Rafael que se adentra en el departamento de Itapuá donde genera su pico más alto que da nombre a todo el sistema orográfico y que hoy día es Parque Nacional.

Este es el Paraguay, con sus 406.752 Km2, donde abunda el verde de sus campos, el rojo de la tierra y el azul de sus ríos y de su cielo... Donde viven y tratan de prosperar y ser felices 7 millones de paraguayos... 


Oscar Pineda




VILLETA - TRICENTENARIA

(Publicado en el ALMANAQUE PARAGUAY 2014 - EL PAÍS EN NÚMEROS)


Era la fresca mañana del lunes 5 de marzo de 1714 cuando, en una saliente de tierra con forma generosa de pecho de mujer, en la margen izquierda del río Paraguay, a sólo cuarenta kilómetros al sur de Asunción, se presentó el gobernador maestre de campo Juan Gregorio Bazán de Pedraza con toda su comitiva compuesta de los principales hombres de la provincia y los comandantes del ejército. El lugar era inmejorable. Por un lado la punta del saliente otorgaba a las actividades comerciales del hombre un puerto natural de gran calado, mientras que las tierras que lo rodeaban estaban conformadas de pequeños bosques frondosos y campos fértiles con suaves ondulaciones que hacían recordar a los españoles las olas del mar. En algunas partes pequeñas vetas de rocas sobresalían sobre la uniformidad del terreno. Los estandartes reales de la poderosa casa de Borbón volaban al viento y los tonos marciales sonaban a solemnidad cuanto el gobernador clavó en tierra su toledana y junto con los sacerdotes que impartieron la bendición y los escribanos que documentaron el acto, dejó fundada San Felipe de Borbón en el Valle del Bastán en los Campos del Guarnipitán. Con esto se daba el primer paso del imperativo provincial que ordenaba poblar el valle del Guarnipitán. Se lo llamó San Felipe en honor al santo de Felipe V, apodado el "Animoso", primer monarca español de la casa de Borbón que había sustituido a los Habsburgo, también conocidos como los Austria. El Valle del Bastán (Baztán en euskera) era un paraje grato de la geografía de Navarra de donde eran oriundos varios de los principales hombres de la provincia, y Guarnipitán era el modo con que los íberos, incapaces de pronunciar "pytá", llamaban a los guaraní pytas que habitaban desde tiempo inmemorial la zona. Los guaraní pyta eran en extremo belicosos y asolaban la región. Su característica principal era que se pintaban el cuerpo con urucú, lo que les daba la tonalidad carmín, de donde viene su nombre y que les confería un aspecto siniestro que intimidaba a sus ocasionales adversarios. Por eso las primeras funciones de la nueva fundación eran las de ser un fortín avanzado de alerta temprana y defensa en vanguardia contra cualquier amenaza de incursión que Asunción pudiera sufrir desde el sur. Los primeros pobladores fueron cuarenta y tres hombres y mujeres donde destacaban los militares que guardaban noche y día el fortín. A estos se los unieron indios que venían de otros pueblos. La primera edificación de importancia fue la iglesia que se comenzó a levantar apenas fundado el fortín con recursos reunidos por el gobernador, los vecinos, ocasionales visitantes y las donaciones en tejas de Itá, Ypané, Guarambaré y Yaguarón. La imagen y patrona desde entonces es la de la Virgen del Rosario con su manto rosado y sus alhajas donadas por el capitán Diego de Aguirre de Piribebuy y aceptada como tal por el gobernador Bazán de Pedraza el 4 de abril de 1715. Para 1729 el templo estaba terminado y era de buena dimensión para los parámetros de la época. En ella habían trabajado indios carpinteros de Yuty y Caazapá y su frente al poniente sobresalía sobre el caserío que bordeaba una única plaza central. Los malones los guaraníes se suceden y hacen peligrar todo el fortín, tanto así que en 1738 el cura párroco, ante la amenaza de saqueo, recomienda llevar las imágenes y el sagrario del templo a otro lugar más protegido. Como consecuencia de estos constantes choques con los indios, en 1744 la fundación está casi desierta y con riesgo de ser abandonada definitivamente. Rafael de la Moneda, gobernador provincial de los mejores que tuvo el Paraguay, y completamente ciego a esta altura de la historia, interviene entonces y vuelve a repoblar la fundación y hasta hace llover recursos para convertirla en su baluarte de defensa de río abajo y amparo colonizador en la zona. A partir de allí la población vuelve a crecer, el indio va amansándose y las escamaruzas se vuelven más esporádicas. En este ambiente más propicio la fundación fue adquiriendo notoriedad y el kilométrico nombre quedó reducido a Villeta, que quiere decir villa pequeña. A fines del siglo XVIII ya no era un fortín y pasó a convertirse en un poblado agropecuario y portuario netamente comercial. Félix de Azara menciona que por ese tiempo la población llega a las 3.814 almas pero que el templo que poco después se incendió estaba en pésimas condiciones. En 1803 se juntaban limosnas para volver a reconstruirlo. La independencia del Paraguay en 1811 encuentra a Villeta en plena efervescencia mercantil pero plegada a la causa de los Próceres de Mayo. La subida de José Gaspar Rodríguez de Francia, primero como Dictador Temporal y luego como Dictador Perpetuo hace que el comercio languidezca hasta casi la inanición en todo el Paraguay cuando cierra herméticamente y con mano de hierro las fronteras de la patria. Villeta por aquel entonces es uno de los pocos puntos por donde el tirano permite la entrada al país de ciertos productos esenciales. Y siendo Francia un gobernante que perjudicó mucho a la religión en Paraguay, sin embargo es el que consiente que Villeta renueve completamente su templo que cuando termina de construirse es uno de los mejores y más amplios de la región. Cuando sube Don Carlos Antonio López al poder lleva a cabo una política completamente opuesta a la de Francia y abre todos los puertos al comercio interno y externo. Villeta entonces participa activamente del progreso de la nación que da pasos agigantados hacia el modernismo del siglo XIX. Aparte de puerto también se nutre de astilleros, construye pequeños navíos de todo tipo, calafatea las naves y contribuye a la vigilancia del río. Ya en tiempos de Francisco Solano López se instala el telégrafo y Villeta es la primera localidad en estar unida a la capital por el entonces innovador medio de comunicación. El primer parte telegráfico se transmite a las siete y cuarto de la mañana del día domingo 16 de octubre de 1864, cuando ya los negros nubarrones del imperio de Marte se cernían aviesos sobre el país. Y ya dando rienda suelta a las pasiones ese año se desata furibunda la Guerra de la Triple Alianza que cubre de sangre y luto a todo el Paraguay. Villeta contribuye a la guerra enviando recursos al gobierno central y aportando una ingente cantidad de hijos mozos que descuellan por valor guerrero en los diversos escenarios en los que les toca pelear. Así llegan las fatídicas fechas de la Campaña del Pykysyry a fines de 1868 y principios de 1869, que tuvo por dantesco escenario las campiñas y arroyos del distrito de Villeta y las cercanías de su radio urbano. Por primera vez en su historia Villeta no pudo proteger a Asunción de las amenazas que venían del sur. Los sangrientos combates de Avay, Ytororó y la batalla de los siete días de Lomas Valentinas en la que fue destruido el ejército paraguayo ante fuerzas infinitamente superiores dejaron abiertos los caminos a la Madre de Ciudades que fue vilmente bombardeada, violada y saqueada por los Aliados. El templo de Villeta fue convertido en hospital de sangre y la torre bombardeada por la artillería imperial que creía que estaba siendo ocupada por vigías que informaban sobre el movimiento enemigo. El Mariscal López con puño de titán levantó un nuevo ejército de niños y ancianos en las estribaciones de los cerros de Azcurra y comenzó el vía crucis de la Campaña de las Cordilleras que culminó el 1ro. de Marzo de 1870 en el escenario elegido de Cerro Corá donde se consumó para recuerdo y loas perpetuas el máximo sacrificio que los hijos pueden brindar a su nación. Al finalizar la guerra el Paraguay está devastado, y el tercio de población que queda está conformada mayoritariamente por ancianos, niños, lisiados y mujeres que son las que con esfuerzos indecibles vuelven a levantar la nación. Villeta al igual que el resto del país resiente la falta de mozos para trabajar la tierra y aportar al comercio pero poco a poco por su privilegiada posición costera vuelve a adquirir notoriedad. El 16 de Mayo de 1884, conforme a la Ley Orgánica Municipal del 7 de junio de 1882 se crea el municipio de Villeta siendo el primer Intendente Municipal el Sr. Miguel Antonio Alvarenga. Nuevas familias van poblando la ciudad portuaria y el lustre de algunas de ellas se puede equiparar con las de más alto abolengo de todo el país. Para 1886 la población ascendía a 3.311 personas que realizaban trabajos de campo y comercio. Al finalizar el siglo XIX, Villeta es nuevamente uno de los puertos más importantes del país. A principios del 1900 es desde hace rato un puerto naranjero y así lo reconocen todos. Tanto que hasta en un cuaderno calígrafo popular en la época, una de las frases impresas para repetir en las líneas paralelas hasta el cansancio era: "Villeta exporta naranja". En 1903 se terminó de construir la emblemática casa Navarro en la que era por aquel entonces, y en cierto sentido lo es hasta ahora, la entrada a la ciudad. En 1904 el país está envuelto en una guerra civil de grandes proporciones, donde los liberales tratan de tumbar del poder a los colorados que se hallan divididos a tal punto que muchos de ellos apoyan la rebelión. Los revolucionarios pronto toman Villeta, y lo convierten en su cuartel general de donde envían tropas a ocupar otros puntos del país. El "Sajonia", barco insignia de la rebelión, se instala en el puerto de Villeta y el 15 de agosto los principales jefes lanzan un manifiesto donde defienden su causa y exponen sus reivindicaciones. Entre los jefes sobresale el villetano Manuel Gondra, uno de los más connotados intelectuales paraguayos de la época y que llegaría a ser en dos ocasiones presidente de la república. Hasta Villeta llega Rafael Barret que con brillante pluma e ímpetu desbocado vive y siente las peripecias revolucionarias. Las batallas se suceden y a pesar de los éxitos liberales el gobierno en Asunción no termina de caer por lo que los jefes se reúnen en los caserones del centro de Villeta a discutir las diferentes opciones. Allí se cuaja lo que sería el Pacto del Pilcomayo, firmado el 12 de diciembre y por el que los colorados se retiran del poder y se inicia la era de los gobiernos liberales. Las diversas revoluciones que se suceden hasta 1923 dejan a Villeta sin el protagonismo de la de 1904.

Villeta siguió creciendo aunque a un ritmo lento. Comerciantes de varias nacionalidades se hacen presente y consulados de países vecinos abren oficinas permanentes en la ciudad. Llegan los sirios, la mayoría de ellos comerciantes, y algunos de sus vástagos se casan con villetanas dando nueva vida a las antiguas y tradicionales familias. En los años veinte y treinta lo más llamativo que tenía Villeta era su actividad como puerto naranjero. Todos los días sus muelles se llenaban de naranjeras que con canastos llenos hacían malabarismos sobre endebles tablones puestos sobre el río para descargar los preciados cítricos en las bodegas de los barcos surtos en el puerto. Por aquel entonces Paraguay inundaba las ciudades argentinas con las naranjas que producía su rico suelo y era en Villeta donde a fuerza de carretadas se concentraba lo cosechado y donde luego era puntillosamente embarcado en montones los de menor calidad y en cajas selladas las de alta calidad. Los más antiguos y más memoriosos pobladores recuerdan nítidamente cómo se escuchaba, desde varias cuadras a la redonda, las voces de las naranjeras contando en voz alta las unidades que iban descargando. Villeta no solo acopiaba la naranja sino que también en sus alrededores la producía en grandes cantidades y los campos se inundan de colores amarillo-rojizo. Tanto es así que una de sus compañías, Naranjaisý, lleva hasta ahora un nombre evocativo de dicha actividad agrícola. Naranjaisý es también muy conocida porque allí se encuentra la imagen de la Virgen de los Remedios, muy venerada en todo el Paraguay. Cada 12 de octubre miles de fieles acuden a venerarla y luego de Caacupé, San Blas y María Auxiliadora es probablemente la fiesta religiosa más popular de toda la república. Según se cuenta la imagen fue hallada en una casa destruida justo después de la Guerra Grande y conservada en el sector por varias generaciones de familias devotas. 

En 1932 se desencadenó la guerra con Bolivia y Villeta, al igual que las otras poblaciones del Paraguay, contribuyó con ingente cantidad de jóvenes que luego de encomendarse a la Virgen de los Remedios y a la Virgen del Rosario iban a los campos de combate. Los principales edificios se convirtieron en hospitales de sangre, puntos de refugio de prisioneros, centros de reclutamiento y almacenes de provisiones. Muchos villetanos murieron en la contienda chaqueña y sus cuerpos reposan en los cañadones sin nombre del enorme Chaco Boreal, territorio paraguayo de horizontes infinitos. En 1933, en pleno desarrollo de la Guerra del Chaco, se instaló en Villeta la fábrica de Anderson Clayton y Cia., que luego se convirtió en la Algodonera S.A. Esta planta fabril es la primera industria que se emplaza en Villeta, y hoy en día sus instalaciones, ya abandonadas y derruidas, en especial su tanque de agua que se perfila nítidamente en la silueta urbana, son algunas de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad. De los generadores de las primeras fábricas es que Villeta se nutre de luz eléctrica hasta que más adelante se conecta a la red nacional. En 1942 abrió sus puertas el que sería Colegio Nacional Carlos Antonio López, institución educativa de gestión oficial, cabecera en la localidad.

En 1947 estalla una revolución de primera magnitud que abarca gran parte del país. Varias unidades del ejército y la marina de guerra se han rebelado contra el gobierno del Gral. Higinio Morínigo y éste se apresta a combatirlos con la ayuda de los colorados que aportan a la guerra civil sus combativos pynandy. Los rebeldes se hacen fuertes en el norte, en especial en Concepción donde va a batallarles el ejército gubernista. Luego de varias batallas, en un desprendimiento notable, el ejército rebelde baja en todo tipo de embarcaciones por el río Paraguay, deja engañado y atrás al ejército leal al gobierno y en menos de cuarenta y ocho horas esta atosigando la capital con bombardeos y la ocupación de muchos de sus barrios. Sin embargo no consiguen capitalizar el brillante movimiento y las pocas fuerzas de Morínigo resisten en los puntos claves mientras que el ejército gubernista del norte a grandes trancos hace hasta lo imposible por llegar a tiempo a Asunción. A medida que van llegando las unidades leales a Morínigo los rebeldes comienzan a ser rechazados hacia el sur tras fuertes combates. Y es así como Villeta vuelve a tener triste preponderancia en la última fase de la terrible guerra civil. El ejército rebelde se retira hacia Guarambaré, Ñemby e Ypané y cuando la causa está perdida se dirige a Villeta para hacerse fuerte allí, combatir hasta el final o surtirse de barcos para huir. Apenas comienza a entrar el ejército rebelde en la ciudad, gran parte de los villetanos son evacuados mediante barcos que la Argentina pone a disposición en medio del río para evitarles el encontronazo entre dos fuegos. Muchas casas son saqueadas por la soldadesca y las montoneras que atropellaban los hogares. La batalla final se da en la ciudad, especialmente en la playa y en el puerto. El ejército gubernamental lanza una ofensiva y en un golpe de mano se apodera del centro y encajona en la playa a las pocas unidades rebeldes que no habían podido sortear el río. Allí se libra el último combate donde el gobierno aplasta la rebelión a sangre y fuego contra el río Paraguay. La Guerra Civil del 47, si bien no fue la más larga de la historia paraguaya, sí se inscribe entre las más violentas por la que haya pasado alguna vez nuestro país. Hay quienes aseguran que el número de muertos es tan alto como el que tuvo el Paraguay en tres años de guerra con Bolivia. Aparte de esto los desplazados sumaron miles que fueron a parar en su mayoría a la Argentina. Muchos de ellos nunca volvieron al país. Muchos de ellos eran villetanos.

En 1957 comenzó a funcionar la Escuela Parroquial Virgen del Rosario y en 1964 llegan a la ciudad las Hijas de María Auxiliadora, de la gran familia salesiana, e instalan en la propiedad de la familia Miers, donada por Sor Mónica Miers, su obra social conocida como Casa de los Hermanas que se caracteriza por ser fecunda formadora de jóvenes.

A nivel vial en este tiempo se asfalta el desvío de la Ruta Nro. 1 que pasando por Guarambaré termina en Villeta, conectando el Guarnipitán con el resto del país. Sin embargo a fines de los años sesenta y principios de los setenta, Villeta ya no era el próspero puerto naranjero de antaño y la planta fabril de la Algodonera S.A. estaba decayendo en sus actividades rápidamente lo que generaba en la ciudad una aguda crisis económica y social de grandes proporciones ante la falta ostensible de empleo. Muchos jóvenes parten a Asunción y otros puntos del país y del extranjero en busca de sustento para sus familias. La población decae rápidamente y es cuando los líderes comunales se alarman y comienzan a generar proyectos para revitalizar la alicaída ciudad. Así surge en 1973 la idea de convertirla en una ciudad industrial y rápidamente se procede a inaugurar el primer Parque Industrial, que luego se replicaría en el lado opuesto del casco urbano y que hoy son en conjunto las zonas industriales norte y sur. Ayudado por el Gobierno que da facilidades y por el Centro de Villetanos residentes en Asunción que no cejan en gritar a los cuatro vientos las muchas ventajas que Villeta ofrecía, poco a poco se instalan nuevas industrias y la situación comienza a revertirse y ya son jóvenes de otras localidades los que vienen a Villeta a conseguir empleo. La población vuelve a crecer sostenidamente y se comienzan a poblar nuevos sectores como el que sería el barrio 3 de Noviembre. En 1974, como una forma de colaborar con el esfuerzo comunal un grupo de personas se unen y forman la Cooperativa Multiactiva de Ahorro y Crédito, más conocida hoy en día como Credivil Ltda. Después del Golpe de Estado del 89 que trajo la transición democrática, se aceleraron los proyectos viales y se asfaltó el llamado Acceso Sur que comunica mediante un desvío a Villeta con el resto del país ya siendo entonces dos los accesos viales todo tiempo que se juntan cerca de la entrada de la ciudad. En 1993 el puerto es ampliado y mejorado toda su infraestructura con amplios depósitos de almacenaje y maquinarias para movimientos de carga pesada. Ya en el siglo XXI se habilitaron las reformas del puerto de Angostura que es uno de los más modernos de todo el país. Y mientras que el puerto de Asunción va mermando en sus actividades debido principalmente a la implementación de políticas descentralizadoras, Villeta con sus dos puertos completamente equipados comienza a absorber a pasos acelerados el movimiento portuario de la capital para convertirse en la terminal de este tipo más importante de toda la república. 

Villeta hoy en día y a pesar de las sucesivas desmembraciones, como la de Nueva Italia en los ochenta, es el distrito más extenso de todo el departamento central. En su territorio que posee 72 km de costa sobre el río Paraguay y que abarca 995 km2, están ubicadas una decena de compañías. La más cercana está a solo 4 kilómetros de distancia del casco urbano principal, mientras que la más lejana se ubica a 60 kilómetros. La población total del distrito se acerca a las 40.000 personas de las cuales la mayoría, por pequeño margen, corresponde a los varones. Villeta a la fecha sobresale por sus industrias, su potencia manufacturera y con justa razón se la llama Ciudad Industrial. Medio centenar de firmas tienen allí su planta fabril o su centro de producción. Sin embargo esta febril actividad fabril concentrada en las zonas industriales, no roba la calma que reina en la ciudad a casi toda hora del día. Tanto es así que es sitio ideal para el descanso, el relax y ya desde hace décadas se han ido trazando planes para proyectarla también como destino turístico explotando su extensa costa, sus playas, sus áreas de pesca y sus sitios y edificaciones históricas. Sin embargo estas ideas hasta ahora no han tenido el suficiente estímulo y no han despegado del papel por lo que la actividad económica más importante de la ciudad sigue siendo la industrial. La abundancia de energía eléctrica que le llega de las binacionales, el río y sus puertos de gran calado e inmejorable infraestructura, los caminos de todo tiempo, la cercanía al área metropolitana de Asunción que es la más poblada del Paraguay, y las facilidades fiscales tanto gubernamentales como municipales, hacen de Villeta el punto ideal para la instalación de cualquier industria. Por lo que no es difícil profetizar que Villeta en un futuro casi con seguridad seguirá siendo el hogar de muchas de las firmas más importantes del país y continuará contribuyendo al Paraguay con su trabajo, su esfuerzo y su producción industrial de calidad que maravilla a propios y extraños. 

Las sombras de la noche y el silencio del descanso reinan en la ciudad. A lo lejos se ven las luces de seguridad de las fábricas, de los puertos y de los barcos que impertérritos sesgan la negrura del horizonte, mientras el río rumoroso fluye eterno e inmutable en su lento transitar. Arriba en el cielo estrellado hileras interminables de blancas nubes avanzan lentamente imitando las columnas de carretas de tiempos que se fueron, mientras que abajo los lánguidos faroles de las esquinas perdidas dan luz a la monotonía de la madrugada. Bajo las arcadas de antiguos caserones de planta ciclópea y en los jardines perfumados y de enrejados lindes el suelo revive viejos recuerdos que trae consigo la insomne brisa nocturna... Un caballero de yelmo, gola, armadura y daga florentina, Bazán de Pedraza, sonríe mientras contempla satisfecho la primera empalizada de su nobel fortín a pasos del manso curso de agua... Temibles y feroces indios teñidos de rojo y armados de macanas, arcos y flechas se aproximan sigilosos en la espesura de la floresta para ver curiosos el movimiento de los hombres pálidos y barbados venidos de lejanas tierras y que ostentan la cruz y la espada... Un sacerdote esconde presuroso y desesperado las imágenes sagradas en un cofre hermético porque afuera vocifera blasfemo el malón... De la Moneda reflexiona, sopesa en soledad los pros y los contras y luego en su infinita ceguera ve con nitidez profética el futuro promisorio del puerto y procurando recursos no lo deja morir... Un grupo de patriotas acaban de cortar las cadenas que nos ataban a España. Se gritó el basta dijo y el cetro rompió. Muchos festejan la buena nueva y resuenan en la plaza los vivas... Francia muestra insolente su larga y negra trenza, y de espalda a la cruz da los recursos para levantar un templo magnífico... Y luego el fuego, la noche se llena de gritos de horror y el río se vuelve rojo sangre. Los cañones trepidan su lúgubre acento y el mariscal eterno espada en mano pasa al galope en su blanco Mandiyú perdiendose en la noche rumbo a su sino inevitable. Luego del paroxismo viene la calma y el silencio absoluto, todo está quieto, todo está muerto, solo la parca vaga nefanda en los campos... Alguien enciende la luz de las velas, en un salón colonial de alto techo, travesaños geométricos y muebles rústicos. Políticos de levita y militares con entorchados levantan la voz, golpean la mesa y discuten acaloradamente. Uno de ellos con seño fruncido se soba el mostacho, se aclara la garganta e impulsivo toma la palabra. Es Manuel Gondra, quien argumenta, reflexiona y tumba el rumbo de los alegatos que le siguen. Son liberales que deciden la suerte del Paraguay... Mucho ruido y ajetreo, martillazos y andamios, soldaduras y chapas. Obreros construyen una fábrica, con un alto tanque de agua cerca del río mientras los más zafados piropean a las naranjeras de ojos cándidos y risas de perlas que se dirigen al puerto con sus canastos llenos. Más allá se ven los barcos, como una armada naranja lista para bombardear de frutas el mercado argentino... De pronto el puerto cambia de ambiente y se llena de familias que despiden a jóvenes vestidos de verde olivo. Algunos rién nerviosos, muchos lloran. Hay tantos que no retornarán y que por hogar eterno tendrán un frío cañadón en medio de la desolación chaqueña... Un taller lleno de cuadros, un niño morocho sentado en un taburete, unos pomos esparcidos de colores, un lienzo y un maestro de manos mágicas pintando un retrato. Modesto Delgado Rodas lanza los pinceles como estoques y los matices bullen como cascadas para formar figuras sobre la tela blanca... Una familia se alarma. A lo lejos se escuchan los cañones y el tableteo incesante de la ametralladora. La hija menor quita la tranca y abre la ventana. Por el oriente se ven columnas de soldados y montoneras con banderolas azules que van entrando a la ciudad del lado del cementerio. Humo negro cubre el cielo y fuerzas de rojo vienen detrás pisándoles los talones, se producen encontronazos y la batalla arrecia en pleno puerto. La madre cierra bruscamente la ventana, es un capítulo para olvidar... Mucha gente aplaude, se pone de pie y grita de alegría, ríen hasta llorar. Arriba del escenario una dicharachera Máxima Lugo gesticula graciosa, hace muecas, guiña un ojo, cortorsiona su rostro, suelta una sentencia y enciende de vida al teatro guaraní... Una imagen de la reina de los cielos María Auxiliadora. A sus pies un ramo de rosas almizcla el ambiente y una hermana está dando la lección de catecismo a las niñas. A la más aplicada le regala un relicario conteniendo un pedacito de la ropa de Laura Vicuña. Sor Mónica Miers no se cansa de enseñar con el estilo de Don Bosco... Otra vez el silencio, rumores corren de que un general de apellido alemán ha tomado el poder en Asunción. Poco después un larguirucho Gregorio Gómez desde cerca y un hirsuto Rubén Bareiro Saguier desde lejos desgañitan contra el gobierno represor, y más que nunca un soñador Víctor Montórfano grita a los cuatro vientos su Tetaguá Sapucai... El puerto está sin barcos, la algodonera abandonada y en el campo los naranjos "mueren de tristeza". Un colectivo de colores amarillo y marrón espera en la esquina. Un joven parte en un super pulman de La Villetana para buscar trabajo... Suenan los arpegios de una guitarra, un maestro está enseñando una nueva música a una pléyade de jóvenes. Rudy Hein rasguea la brisa y puntea las pasiones del sonido con forma de mujer... Un grupo de notables se reúne y con marcadores hacen grandes trazos sobre los extremos norte y sur de la ciudad. A uno de los sectores definidos le llaman Parque Industrial Avay y un nuevo barrio comienza a brotar más allá de los límites históricos... Dos idealistas pergueñan por el camino anchuroso del río del patrio nombre y con voz de oro y bronce de la gente villetana buscan honrar al Paraguay. Jorge Frachi y Blas Fretes lanzan un mensaje de patria que va diciendo a los pueblos, que bajo el nativo cielo, ya no caben los rencores... La noche se vuelve incierta, los cañones suenan en Asunción, ha caído la dictadura y la transición democrática está en puertas. La incertidumbre reina en la ciudad. Una nueva era comienza... Una mujer inquieta se pasea, hurga en los recovecos de las casas, en las rendijas de los muros donde se esconden los secretos, y va desgranando historia de vivos y leyendas de muertos. En el Romancero de mi Pueblo y tantos otros escritos, Delfina Acosta con pluma magistral desvela los arcanos de la casa de los Navarro, los chismes de las burreras y hasta los enigmas del cementerio...

Ha pasado la noche, la luz rasga el velo negro sedoso y la alborada asoma con borbotones de matices naranja que inundan todo el  horizonte. El río refleja los colores y le da un tono azulado. Los primeros rayos del sol dan de lleno con el tanque de agua de La Algodonera y luego los silos y las torres de las fábricas y el campanario de la iglesia, testigo mudo de tantos acontecimientos y la casa embrujada que silba misterio... Los gritos de los niños inundan las escuelas y los jóvenes con sus flirteos susurran en las plazas mientras que el rumor de máquinas sacude las fábricas... Hay algarabía en las calles, los jardines rebosan de flores y las casas se visten de fiesta. Hay sonrisas en los rostros, ilusión en los ojos y esperanza en los corazones. La antigua San Felipe de Bordón del Valle del Bastán en los campos del Guarnipitán está cumpliendo un año más de vida... VILLETA ya es TRICENTENARIA.


Oscar Pineda - 2014






VILLETA EN NÚMEROS Y ALGO MÁS


Fecha de fundación


5 de Marzo de 1714

(trescientos años en 2014)


Fundador


Gobernador y Maestre de Campo

Juan Gregorio Bazán de Pedraza


Nombre original


San Felipe del Bordón en el Valle del Bastán

en los Campos del Guarnipitán


Numero de los primeros habitantes


43


Número total de habitantes en la actualidad


36.228


Número de mujeres


17.866


Numero de varones


18.362


Densidad


25 habitantes por Km2


Gentilicio


Villetano - Villetana


Superficie total del distrito


995 Km2


Altitud


55 msnm


Costas sobre el río Paraguay


75 Km


Departamento en el que se halla ubicado


Central


Coordenadas de la ubicación


25°31′S 57°34′O


Distancia de Asunción


35 Km


Fiesta mayores


7 de Octubre y 5 de Marzo


Patrona


Virgen del Rosario


Horario


UTC/GMT - 4 hora/ 1 hora (-3 horas) horario de verano


Código Postal


2680


Prefijo telefónico


(595) (225)


Idiomas


Español y Guaraní


Temperatura


Máximas de 40° en verano,

mínimas de 0° en invierno y media de 20-22°


Número de compañías


10


Número de puertos de primera magnitud


2 (uno en Villeta misma y otra en el paso de Angostura)

Fecha de creación del municipio


16 de Mayo de 1884


Número de empresas e industrias con asiento en Villeta


51


Número de clubes de futbol


18







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