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RAMÓN CÉSAR BEJARANO (+)

  CONSULTA INDÍGENA LATINOAMERICANA, 1972 - Gral. Bgda. (S.R.) RAMÓN CÉSAR BEJARANO


CONSULTA INDÍGENA LATINOAMERICANA, 1972 - Gral. Bgda. (S.R.) RAMÓN CÉSAR BEJARANO

CONSULTA INDÍGENA LATINOAMERICANA

CRÍTICA A BARBADOS

Gral. Bgda. (S.R.) RAMÓN CÉSAR BEJARANO

Presidente de la Asociación Indigenista del Paraguay

Publicación auspiciada por la

ASOCIACIÓN INDIGENISTA DEL PARAGUAY

Editorial TOLEDO

Asunción – Paraguay

1972 (67 páginas)


Ilustración de tapa: Emblema de la Consulta

Indígena Latinoamericana realizada por la

Artista paraguaya OLGA BLINDER



LA QUEJA DEL CACIQUE

 

"Vosotros sois blancos;

Dios os ha dado todo el poder,

todas las riquezas de la tierra,

hasta el país que nos pertenecía;

tenéis lindes casas,

rebaños que os sirven de alimento

y esclavos que os sirven.

 

Nosotros, al contrario, somos pobres,

sin ropa, sin casa,

obligados a recorrer la selva

para no morir de hambre,

y reducidos a vivir en ella

mientras vosotros ocupáis

el hermoso país que fue nuestro.

 

Es por tanto, muy natural

que tú compartas con nosotros tus riquezas,

y que tú nos hagas regalos,

con el fin de reparar esta grande injusticia;

PUES NOSOTROS VALEMOS TANTO

COMO VOSOTROS.


(PALABRAS DE UN CACIQUE DE LOS TARUMÁ AL VIAJERO NATURALISTA RENGGER.

VER: DR. MOISES SANTIAGO BERTONI EN "LA CIVILIZACIÓN GUARANÍ", PARTE II — PÁGINA 175)




SUMARIO

Algunas informaciones del Dr. Spivey       6

a.       Objeto de este folleto     7

b. Antecedentes de la consulta         8

c. declaración de Barbados      10

d. iniciación de la consulta indígena           20

e.       Participantes de la consulta     25

f. desarrollo de las deliberaciones     29

g. opiniones de algunos participantes        31

h. Documento de Asunción     40

i. cómo se podría solucionar el problema indígena en el Paraguay           45

j. Algunas disposiciones legales del Paraguay referentes a indígenas        53

Indígenas en el Paraguay (cantidades)        57

Porcentaje población indígena en algunos países americanos          58

Fotos de participantes de la consulta         59

Potos de indígenas paraguayos         63

Datos biográficos del autor     67



ALGUNAS INFORMACIONES DADAS POR EL DR. CHARLES SPIVEY

Objetivos del concilio mundial de iglesias

“Realización de programas a distintos niveles, de modo a unificar la acción de las Iglesias que representa; reflexionar sobre el alcance de estos programas para una acción planificada y por lo tanto más efectiva; contribuir con esta misma labor a la unificación de las Iglesias en sus labores de ayuda y evangelización”.

Tareas del programa para combatir el racismo

El programa para combatir el racismo “... Fue creado por el concilio para actuar en nombre de las Iglesias en el enfrentamiento con los problemas de la segregación de grupos raciales, culturales y étnicos dentro de la sociedad... La forma de hacerlo es coordinar el trabajo de los grupos preocupados con el problema a cualesquiera de sus niveles.

“Creemos que hay que recuperar el derecho de los indígenas, perdido hace varios cientos de años a causa de los procesos de colonización; tal es el caso de Australia, Rodhesia y muchos otros países…”

Posición del programa y del concilio

“.. la opinión de los miembros del simposium (de Barbados), no es necesariamente la de los patrocinadores del mismo (programa y concilio).

“Nuestro interés es el de juntar grupos que estudian los problemas y aporten soluciones adecuadas a la realidad para un mejor encauzamiento de la acción del programa... En este plan estaría también esta Consulta.

“Queremos que todos los grupos colaboren; por ello buscamos la opinión de los científicos sociales que está en parte reflejada en la declaración, pero también recabamos informes de todos los organismos o personas que puedan aportar algo, así como las iglesias, organizaciones indigenistas, grupos indígenas, organizaciones indígenas, etc.

... el fin de estas reuniones sería determinar qué hacer y cómo hacerlo ..”

(Extraído de “Diálogo” nº 12, del 10-23-IV-72)

a. Objeto de este folleto

En el mes de enero de 1971 se realizó en la pequeña isla de Barbados el “Simposio sobre la fricción interétnica en América del Sur”, luego del cual sus participantes dieron a conocer la “Declaración de Barbados para la liberación del indígena”.

A raíz del resquemor que produjo en varios centros del mundo entero la mencionada Declaración, se organizó en Asunción del Paraguay, en marzo último, la “Consulta Indígena Latinoamericana”, la que al final de sus deliberaciones produjo un documento llamado “Documento de Asunción — la Iglesia y su misión entre los indígenas de América Latina”.

El objeto del presente folleto es el dar a conocer, aunque en forma somera, el origen de la reunión de Barbados, la Declaración subsecuente, la consulta Indígena realizada en nuestra capital, los participantes de la misma, opiniones de algunos de ellos, el documento de Asunción, y, por último, la idea sostenida por el autor de este trabajo a través de tres lustros, sobre la manera en que se podría solucionar, en forma integral, el problema Indígena en el Paraguay, evitándose la violencia.

De esta manera, creemos colaborar positivamente en el cumplimiento de una de las recomendaciones adoptadas en la consulta de Asunción: la de recoger y divulgar documentos y hechos que tiendan a lograr una mayor concientización sobre la realidad Indígena en América Latina, y contribuir así con el programa para combatir el racismo, del consejo mundial de Iglesias.

Dedico este pequeño trabajo para honrar la memoria del que fuera gran amigo mío, Cacique

Lambare, (Emok) quien, en III de 1914, salvó a mi padre, mayor de caballería Ramón Bejarano, de caer en una emboscada tendida por los Indígenas durante una de sus exploraciones al Chaco, y que falleció hace más de 16 años sin haber logrado solucionar el acuciante problema de conseguir tierra donde afincar definitivamente a su parcialidad, objetivo alcanzado posteriormente por sus descendientes.

b.      Antecedentes de la consulta

Entre los días 25/30 de enero de 1971 se realizó en Barbados el “Simposio sobre la fricción interétnica en América del Sur”, con la participación de los siguientes científicos: Miguel Alberto Bartolome, antropólogo Argentino; Guillermo Bonfil, antropólogo mexicano; Víctor Daniel Bonilla, sociólogo colombiano; Gonzalo Castillo-Cardenas, sociólogo colombiano; Miguel Chase-Sardi, antropólogo paraguayo; George Grunberg, antropólogo austríaco; Nelly Arvelo de Jiménez, antropóloga venezolana; Esteban Emilio Mosonyi, antropólogo venezolano; Darcy Ribeiro, antropólogo brasileño; Scott S. Robinson, antropólogo norteamericano; y Stefano Varese, antropólogo peruano.

El objeto de la reunión fue el de estudiar el problema de las relaciones entre la sociedad nacional de nuestros países y los grupos no andinos de los aborígenes americanos, de los cuales no se disponía de suficiente información.

Los párrafos que siguen fueron pronunciados por Miguel Chase-Sardi, participante del mencionado Simposio, quien nos explica mejor los antecedentes del mismo. (“la tribuna”, Asunción, 12-III-72).

“El consejo mundial de iglesias tiene un problema para combatir el racismo. Este programa necesita investigar dónde hay problemas raciales y allí envía su ayuda...

“.. .es por eso que ... Pidió al instituto de etnología de la universidad de Berna que hiciera una investigación sobre los problemas raciales en la América del sur. Este instituto coordinó el Simposio que se realizó en Barbados, para el cual se invitó a personas que estudian problemas sociales y antropológicos; y se evitó llamar a misioneros que estuviesen en el juego de los intereses raciales. Ahora bien. A Barbados ... Llegó un cúmulo muy grande de datos científicos...

“...esta declaración (la de Barbados) está asentada sobre datos eminentemente científicos...

“... Cree que las ciencias no pueden tener la frialdad de observar a los seres humanos como objeto de estudio, sino hacer que éstas tengan calor humano de considerar a estas poblaciones indígenas como núcleos humanos, con las mismas cualidades y necesidades que los integrados por nosotros ... ”.

El sociólogo colombiano Gonzalo castillo- Cardenas, nos dice al respecto: (“La Tribuna”, 12-III-72).

“... esas misiones han sido frontalmente criticadas por el grupo de científicos sociales que se reunió en Barbados.

“Este grupo, del cual yo he formado parte, vio a las misiones entre indígenas, fundamentalmente, como vanguardia de un proceso expansionista de sociedades nacionales latinoamericanas a su vez ligadas con centros mundiales de poder económico también expansionistas. Vio a las misiones cumpliendo un papel dentro de una dinámica mundial y nacional de tipo económico, colonizador, de predominio del etnocentrismo de occidente. Y por lo tanto hizo una fuerte crítica a las iglesias que cumplían ese propósito. Porque al cumplir ese propósito, de paso estaban sirviendo intereses nada religiosos, nada cristianos, como son los intereses económicos y políticos de esos centros de poder, con los cuales las iglesias están asociadas...

“...la declaración de Barbados plantea que, de esto seguir así, sería mejor para la propia autonomía moral de las iglesias y para el bienestar de las comunidades indígenas mismas, el que las mismas cesaran toda acción de dichas áreas.

“Lógicamente, a raíz de esta crítica y esta perspectiva, ha habido bastante inquietud en todos los grupos misioneros, y como parte de esa inquietud, se ha promovido esta consulta, para que respondan a esa crítica, que analicen si esa crítica tiene realmente una base realista o es producto de un prejuicio gremial de los científicos sociales, vis a vis les misioneros, y de sus análisis aquí surja una revisión de los términos en que se plantea la acción misionera en las áreas indígenas del continente”.

c.       Declaración de Barbados

por la liberación del indígena.

(Transcripción total)

Los antropólogos participantes en el simposio sobre la fricción interétnica en América del sur, reunidos en Barbados los días 25 al 30 de enero de 1971, después de analizar los informes presentados acerca de la situación de las poblaciones indígenas tribales de varios países del área, acordaron elaborar este documento y presentarlo a la opinión pública con la esperanza de que contribuya al esclarecimiento de este grave problema continental y a la lucha de liberación de los indígenas.

Los Indígenas de América continúan sujetos a una relación colonial de dominio que tuvo su origen en el memento de la conquista y que no se ha roto en el seno de las sociedades nacionales.

Esta estructura colonial se manifiesta en el hecho de que los territorios ocupados por indígenas se consideran y utilizan como tierras de nadie, abiertas a la conquista y la colonización.

El dominio colonial sobre las poblaciones aborígenes forma parte de la situación de dependencia externa que guardan la generalidad de los países latinoamericanos frente a las metrópolis imperialistas.

La estructura interna de nuestros países dependientes los lleva a actuar en forma colonialista en su relación con las poblaciones indígenas, lo que coloca a las sociedades nacionales en la doble calidad de explotados y explotadores.

Esto genera una falsa imagen de las sociedades indígenas y de perspectiva histórica, así como una autoconciencia deformada de la sociedad nacional.

Esta situación se expresa en agresiones reiteradas a las sociedades y culturas aborígenes, tanto a través de acciones intervencionistas supuestamente protectoras, como en los casos extremos de masacres y desplazamientos compulsivos, a los que no son ajenas las fuerzas armadas y otros órganos gubernamentales.

Las propias políticas indigenistas de los gobiernos latinoamericanos se orientan hacia la destrucción de las culturas aborígenes y se emplean para la manipulación y el control de los grupos indígenas en beneficio de la consolidación de las estructuras existentes. Postura que niega la posibilidad de que los indígenas se liberen de la dominación colonialista y decidan su propio destino.

Ante esta situación, los estados, las misiones religiosas y los científicos sociales, principalmente los antropólogos, deben asumir las responsabilidades ineludibles de acción inmediata para poner fin a esta agresión, contribuyendo de esta manera a propiciar la liberación del indígena.

Responsabilidad de! Estado

No caben planteamientos de acciones indigenistas que no busquen la postura radical de la situación actual: liquidación de las relaciones coloniales externas e internas, quebrantamiento del sistema clasista de explotación y de dominación étnica, desplazamiento del poder económico y político de una minoría oligárquica a las masas mayoritarias, creación de un estado verdaderamente multiétnico en el cual cada etnia tenga derecho a la autogestión y a la libre elección de alternativas sociales y culturales.

El análisis que realizamos demostró que la política indigenista de los estados nacionales latinoamericanos ha fracasado tanto por acción como por omisión. Por omisión, en razón de su incapacidad para garantizar a cada grupo indígena el amparo específico que el estado le debe y para imponer ley sobre los frentes de opresión nacional. Por acción, debido a la naturaleza colonialista y cláusula de sus políticas indigenistas.

Esté fracaso arroja sobra el estado culpabilidad directa o connivencia en muchos crímenes de genocidio y etnocidio que pudimos verificar. Estos crímenes tienden a repetirse y la culpabilidad recaerá directamente sobre el estado que no cumpla los siguientes requisitos mínimos:

1) El estado debe garantizar a todas las poblaciones indígenas el derecho de ser y permanecer ellas mismas, viviendo según sus costumbres y desarrollando su propia cultura por el hecho de constituir entidades étnicas específicas.

2) Las sociedades indígenas tienen derechos anteriores a toda sociedad nacional. El estado debe reconocer y garantizar a cada una de las poblaciones indígenas la propiedad de su territorio registrándolas debidamente y en forma de propiedad colectiva, continua, inalienable y suficientemente extensa para asegurar el incremento de las poblaciones aborígenes.

3) El estado debe reconocer el derecho de las entidades indígenas a organizarse y regirse según su propia especificidad cultural, lo que en ningún caso puede limitar a sus miembros para el ejercicio de todos los derechos ciudadanos, pero que, en cambio, les exime del cumplimiento de aquellas obligaciones que entren en contradicción, con su propia cultura.

4) Cumple al estado ofrecer a las poblaciones indígenas la misma asistencia económica, social, educacional y sanitaria que al resto de la población; pero además, tiene la obligación de atender las carencias específicas que son resultado de su sometimiento a la estructura colonial y, sobre todo, el deber de impedir que sean objeto de explotación por parte de cualquier sector de la población nacional, incluso por los agentes de la protección oficial.

5) El estado debe ser responsable de todos los contactos con grupos indígenas aislados, en vista de los peligros bióticos, sociales, culturales y ecológicos que representa para ellos el primer impacto con los agentes de la sociedad nacional.

6) Los crímenes y atropellos que resultan del proceso expansivo de la frontera nacional son de responsabilidad del estado, aunque no sean cometidos directamente por sus funcionarios civiles y militares.

7) El estado debe definir la autoridad pública nacional específica que tendrá a su cargo las relaciones con las entidades étnicas que sobreviven en su territorio; obligación que no es transferible ni delegable en ningún momento ni bajo ninguna circunstancia.

La Responsabilidad de las Misiones Religiosas

La obra evangelizadora de las misiones religiosas en la América latina corresponde a la situación colonial imperante, de cuyos valores está impregnada.

La presencia misionera ha significado una imposición de criterios y patrones ajenos a las sociedades indígenas dominadas, que bajo un manto religioso encubren la explotación económica y humana de las poblaciones aborígenes.

El contenido etnocéntrico de la actividad evangelizadora es un componente de la ideología colonialista, y está basado en:

1) Su carácter esencialmente discriminatorio originado en una relación hostil frente a las culturas indígenas, a las que conceptúan como paganas y heréticas;

2) Su naturaleza vicarial, que conlleva la reificación del indígena y su sometimiento a cambio de futuras compensaciones sobrenaturales;

3) Su carácter espúrio, debido a que los misioneros buscan en esa actividad una realización personal, sea esta material o espiritual; y

4) El hecho de que las misiones se han convertido en una empresa de recolonización y dominación, en connivencia con los intereses imperialistas dominantes.

En virtud de este análisis llegamos a la conclusión que lo mejor para las poblaciones indígenas, y también para preservar la integridad moral de las propias iglesias, es poner fin a toda actividad misionera. Hasta que se alcance este objetivo cabe a las misiones un papel en la liberación de las sociedades indígenas, siempre que se atengan a los siguientes requisitos:

1) Superar el herodianismo intrínseco a la actividad catequizadora como mecanismo de colonización, europeización y alienación de las poblaciones indígenas;

2) Asumir una posición de verdadero respeto frente a las culturas indígenas poniendo fin a la larga y vergonzosa historia de despotismo e intolerancia que ha caracterizado la labor de los misioneros, quienes rara vez revelaron sensibilidad frente a los valores religiosos indígenas;

3) Poner fin al robo de propiedades indígenas por parte de misiones religiosas que se apropian dé su trabajo, tierras y demás recursos naturales, y a su indiferencia frente a la constante expropiación de que son objeto por parte de terceros;

4) Extinguir el espíritu suntuario y faraónico de las misiones que se materializa en múltiples formas, pero que siempre se basa en la explotación del indio;

5) Poner fin a la competencia entre confesiones y agencias religiosas por las almas de los indígenas, que da lugar, muchas veces, a operaciones de compraventa de catecúmenos, y que, por la implantación de nuevas lealtades religiosas, los divide y los conduce a luchas intestinas;

6) Suprimir las prácticas seculares de ruptura de la familia indígena por internamiento de los niños en orfanatos donde son imbuidos de valores opuestos a los suyos, convirtiéndolos en seres marginados incapaces de vivir en la sociedad nacional como en sus propias comunidades de origen;

7) Romper con el aislamiento seudo-moralista que impone una ética falsa que inhabilita al indígena para una convivencia con la sociedad nacional; ética que, por otra parte, las iglesias no han sido capaces de imponer en la sociedad nacional;

8) Abandonar los procedimientos de chantaje consistente en ofrecer a los indígenas bienes y favores a cambio de su total sumisión;

9) Suspender inmediatamente toda práctica de desplazamiento o concentración de poblaciones indígenas con fines de catequización o asimilación, prácticas que se reflejan en el inmediato aumento de la morbilidad, la mortalidad y la descomposición familiar de las comunidades indígenas;

10) Abandonar la práctica criminal de servir de intermediarios para la explotación de la mano de obra indígena.

En la medida en que las misiones no asuman estas obligaciones mínimas incurren en el delito de etnocidio o de connivencia con el de genocidio.

Por último, reconocemos que recientemente elementos disidentes dentro de las iglesias están tomando una clara posición de autocrítica radical a la acción evangelizadora, y han denunciado el fracaso histórico de la actividad misional.

La responsabilidad de la antropología

1)      Desde su origen la antropología ha sido instrumento de la dominación colonial: ha racionalizado y justificado en términos académicos, abierta o subrepticiamente, la situación de dominio de unos pueblos sobre otros, y ha aportado conocimientos y técnicas de acción que sirven para mantener, reforzar o disfrazar la relación colonial. América latina no ha sido excepción y con frecuencia creciente programas nefastos de acción sobre los grupos indígenas y estereotipos y distorsiones que deforman y encubren la verdadera situación del indio, pretenden tener su fundamento científico en los resultados del trabajo antropológico.

2) Una falsa conciencia de esa situación ha conducido a muchos antropólogos a posiciones equivocadas. Estas pueden clasificarse en los siguientes tipos:

a) El cientificismo que niega cualquier vínculo entre la actividad académica y el destino de los pueblos que forman el objeto de esa misma actividad, eliminando la responsabilidad política que conlleva el conocimiento.

b) La hipocresía que se manifiesta en la protesta retórica sobre la base de principios generales, pero que evita cuidadosamente cualquier compromiso con situaciones concretas.

c) el oportunismo que aunque reconoce la penosa situación actual del indio, niega la posibilidad de transformarla, mientras afirma la necesidad de “hacer algo” dentro del esquema vigente; lo que en última instancia se traduce en un reforzamiento de ese mismo sistema.

3) La antropología que hoy se requiere en Latinoamérica no es aquella que toma a las poblaciones indígenas como meros objetos de estudio, sino la que los ve como pueblos colonizados y se compromete en su lucha de liberación.

4) En este contexto es función de la antropología:

— Por una parte, aportar a los pueblos colonizados todos los conocimientos antropológicos, tanto acerca de ellos mismos como de la sociedad que los oprime a fin de colaborar con su lucha de liberación;

- Por la otra, reestructurar la imagen distorsionada que existe en la sociedad nacional respecto a los pueblos indígenas desenmascarando su carácter ideológico colonialista.

5) Con miras a la realización de los anteriores objetivos, los antropólogos tienen la obligación de aprovechar todas las coyunturas que se presenten dentro del actual sistema para actuar en favor de las comunidades indígenas. Cumple al antropólogo denunciar por todos los medios los casos de genocidio y las prácticas conducentes al etnocidio, así como volverse hacia la realidad local para teorizar a partir de ella, a fin de superar la condición subalterna de simples ejemplificadores de teorías ajenas.

El Indígena como protagonista de su propio destino

1) Es necesario tener presente que la liberación de las poblaciones indígenas es realizada por ellas mismas, o no es liberación. Cuando elementos ajenos a ellas pretenden representarlas o tomar la dirección de su lucha de liberación, se crea una forma de colonialismo que expropia a las poblaciones indígenas su derecho inalienable a ser protagonistas de su propia lucha.

2) En esta perspectiva es importante valorar en todo su significado histórico la dinamización que se observa hoy en las poblaciones indígenas del continente, y que las está llevando a tomar en sus manos su propia defensa contra la acción etnocida y genocida de la sociedad colonial. En esta lucha, que no es nueva, se observa hoy la aspiración de realizar la unidad panindígena latinoamericana; y, en algunos casos, un sentimiento de solidaridad con otros grupos oprimidos.

3)      Reafirmamos aquí el derecho que tienen las poblaciones indígenas de experimentar sus propios esquemas de autogobierno, desarrollo y defensa, sin que estas experiencias tengan que adaptarse o someterse a esquemas económicos y socio-políticos que predominen en un predeterminado momento. La transformación de la sociedad nacional es imposible si esas poblaciones no sienten que tienen en sus manos la creación de su propio destino. Además, en la afirmación de su especificidad socio-cultural las poblaciones indígenas, a pesar de su pequeña magnitud numérica, están presentando claramente vías alternativas a los caminos ya transitados por la sociedad nacional.

Barbados, 30 de enero de 1971 (firman la declaración los científicos ya mencionados).

d.      INICIACION DE LA CONSULTA ÍNDIGENA DE ASUNCION

La declaración de Barbados, como explicó Gonzalo Castillo-Cardenas, produjo de inmediato reacciones en varios grupos de misioneros en el mundo entero, algunas de ellas en forma exagerada por falta de suficiente información, otras más recatadas y espectantes.

Así, en “selecciones del reader’s digest” de octubre de 1971, edición en inglés, apareció un artículo titulado “tienen nuestras iglesias que financiar la revolución?” firmaba por Clarence Hall.

El consejo mundial de iglesias contestó dicho artículo. “... después de demostrar que las acusaciones son gratuitas e infundadas, se pregunta si es lógico y conveniente dejar que las únicas ayudas que reciban los africanos que luchan por su liberación, sean originarias de países comunistas. Que la falta de ayuda cristiana deformará aún más las ideas que los pueblos oprimidos tienen del cristianismo. Y que, incluso, esto fue comprendido por países como los Estados Unidos, que últimamente han prestado apoyo económico a países del África que luchan contra el colonialismo”. (Miguel Chase-Sardi en “El Simposio de Barbados...”)

Por su parte, el concilio evangélico alemán emitió una “Respuesta del Concilio Misionero Evangélico Alemán a la Declaración de Barbados”, fechada en Berlín el 5 de mayo de 1971, donde leemos:

“1. El C. M. E. A. Aplaude todas las medidas que puedan ayudar a aclarar la situación de las minorías indias en los estados latinoamericanos y a mejorar su nivel, especialmente, si estas medidas parten de América Latina y no tienen el aspecto de una intromisión neo-colonial desde afuera.

"2. El C. M. E. A. También es consciente de la responsabilidad ecuménica que resulta de la herencia de la historia colonial latinoamericana... Está, por eso dispuesto a apoyar todas aquellas acciones que puedan retribuir algo de la deuda histórica de los blancos y sus iglesias frente a los indios, aun cuando fuere muy tarde y sólo parcialmente.

3. "3. Pero el C. M. E. A. No puede deducir de esto un mandato a denunciar de modo global e indistintamente la política de los diferentes gobiernos latinoamericanos y duda que se ayude a los indios con un mero apoyo verbal a tal tipo de denuncia...

“4. Se distancia además de todas las tentativas da hacer de la aceptación de una determinada ideología política la condición previa para la ayuda a las minorías indias.

“5. Declaraciones que no implican compromiso, vengan del lado que fuere, no pueden servir como reemplazantes de una información confiable basada en un análisis objetivo... Por lo mismo es necesario investigar quién tiene derechos legítimos en cada circunstancia para hablar en nombre de los intereses de los indígenas.

“6. El C. M. E. A. ... Considera imprescindible que no se deje de mencionar el bien que ha hecho la misión a los indios en el curso de la historia.; rechaza como ilógico e inadecuado que por un lado se le niegue a la misión cristiana el derecho de existir, pero que por otro lado se le dicten reglas de comportamiento, que además se refieren, en su mayoría, a afirmaciones infundadas.

“7. Existen numerosos ejemplos para una colaboración fructífera entre misión y etnología. No se puede servir a la causa de los indios... Al atribuirse una ciencia ideologizada la aureola del único salvador y al monopolio de lo humanitario.

“8. El C. M. E. A. Toma nota que las opiniones vertidas por los participantes del Simposio de Barbados no expresan necesariamente las opiniones de sus organizadores...”.

A raíz de esta reacción, el programa de combate contra el racismo dependiente del consejo mundial de iglesias, organizó en nuestra capital la consulta, indígena latinoamericana, por intermedio de la Unidad evangélica latinoamericana (UNELAM).

La reunión se realizó en la residencia “Notre Dame” de los padres canadienses, ubicada en las calles Lillo y Cap. Miranda del barrio Luis Alberto de Herrera, entre los días martes 7 y viernes 10 de marzo de 1972.

Todos los participantes de la consulta guardamos el más grato recuerdo de la solícita atención que recibimos de tan amables anfitrionas, como lo fueron las hermanas canadienses que rigen el local.

Era idea inicial que la consulta fuera únicamente realizada entre sacerdotes y pastores misioneros.

Sin embargo, fuimos invitados algunos que no éramos ni sacerdotes ni pastores, tales como el autor de este folleto, el señor Marcos Martínez Almada, el Dr. Daniel Fretes Ventre, etc. El Cnel. (Sr) Dr. Amadeo Báez allende, a su pedido, también fue admitido como participante unos días antes de iniciarse la consulta.

Esto produjo luego un momento de fricción.

El día de la inauguración de la consulta, por la mañana, se presentó el sacerdote argentino Dr. Emilio A. Martínez, director del departamento de aborígenes del ministerio de bienestar social de la república argentina, manifestando que no había recibido invitación, pero que deseaba participar de la consulta por el cargo oficial que ejercía.

Se sometió su deseo a consideración de los presentes, pero por mayoría, se resolvió no admitirlo, como es lógico, el padre Martínez se retiró muy disgustando, regresando de inmediato a su país.

Por la tarde del mismo día se presentaron dos antropólogas argentinas, Alcira Imazio y Else Waag, en las mismas condiciones que el P. Martínez.

Este nuevo pedido suscitó nuevamente una larga discusión, pero al final se las admitió, pues se resolvió que la consulta se haría “a puertas abiertas”, en contra de la posición anterior de realizarla “a puertas cerradas”, es decir, sólo con la participación de los invitados iniciales.

Entonces el subscripto manifestó que la no invitación al Cnel. Tristan Infanzon, en su calidad de director del departamento de asuntos indígenas dependiente del ministerio de defensa nacional del Paraguay, constituía un error, pues no se podría poner en práctica las recomendaciones que surgieran de la consulta, especialmente aquí en el Paraguay, y que en esta forma se daba impresión de que la reunión fuera algo que se deseaba mantener en secreto, terminando por solicitar la invitación para el mencionado Cnel. Infanzon.

Esta solicitud suscitó nuevamente una discusión que prometía ser larga, ya que pocas horas antes se había rechazado el pedido del R. P. Martínez, quien tiene un cargo equivalente al del Cnel. Infanzon.

Ante la resistencia de algunos participantes, retiré mi solicitud, a fin de que se encarara de inmediato el estudio de las cuestiones sometidas a consideración de la consulta, pues estábamos atrasados.

Posteriormente, fuera de sesión, se resolvió invitar al Cnel. Infanzon para una cena colectiva en la residencia. La invitación no pudo ser hecha, pues el Cnel. Infanzon había viajado al interior por varios días.

Al final, participaron de la consulta personas no incluidas en las primeras invitaciones: antropólogos, economistas, indígenas, observadores, etc., dejando de asistir otros que sí habían sido invitados, como veremos de inmediato.

e. PARTICIPANTES DE LA CONSULTA

1. Gonzalo Castillo-Cardenas, sociólogo colombiano, ex-pastor presbiteriano, del comité de defensa del indio de su país, autor de varios trabajos de su especialidad, firmante de la Declaración de Barbados.

2. Miguel Chase-Sardi, antropólogo paraguayo católico, coordinador del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, está realizando estudios especializados entre los chulupí, autor de varios folletos, firmante de la Declaración de Barbados.

3. Georg Grunberg, antropólogo austríaco, católico, de la Universidad de Berna, está realizando trabajos de investigación en el chaco, especialmente en Mcal. Estigarribia, firmante de la declaración de Barbados.

4. Víctor Vaca, sociólogo ecuatoriano, discípulo de cristo de la misión de la amistad de Asunción, organizador de la consulta de Asunción.

5. Bartomeu Melia, sacerdote jesuita, español, antropólogo, Presidente del Centro de Estudios Antropológicos y representante de la Conferencia Episcopal Paraguaya, está realizando trabajos de investigación entre los mbyá, autor de libros y folletos.

6. José Seelwische, sacerdote alemán de los Oblatos de María, con residencia en Mcal. Estigarribia (chaco); tiene publicado varios trabajos, entre ellos una cartilla, y una gramática en Chulupí para los alumnos de la primaria.

7. Ramón Cesar Bejarano, militar retirado, presidente de la Asociación Indigenista del Paraguay, católico, autor de varios libros y folletos, entre ellos “nuestro problema indígena y su posible solución”, de nacionalidad paraguaya.

8. Marcos Martínez Almada, Paraguayo, secretario de la asociación indigenista del Paraguay, católico, tiene una agencia de publicidad.

9. Amadeo Báez Allende, militar retirado, Abogado, Miembro de la Asociación Indigenista del Paraguay, autor de varios folletos; fue admitido a la consulta a su solicitud.

10. Han E. Epp, médico paraguayo, de la iglesia mennonita del chaco, con sede en Filadelfia chaco paraguayo.

11. Daniel Fretes Ventre, economista paraguayo, católico, profesor de la universidad católica del Paraguay.

12. Gerardo Vogel, sociólogo paraguayo, católico de la Secretaría Técnica de planificación; asistió como observador.

13. Rafael Reyes Parga, antropólogo y sociólogo colombiano, realizador del Programa de Alimentación y Educación Nutricional (PAEN) en nuestro país, asistió como observador de la OEA; reside en buenos aires.

14. José Barletti, católico peruano, sociólogo del instituto de promoción de la amazonia. Actuó como relator del tema “responsabilidad teológica”.

15. Luis González, antropólogo mexicano egresado de La Sorbona de parís, católico, del centro nacional de pastoral indigenista. Actuó como relator del tema “antropología y situación indígena”.

16. Franklin Canelos, pastor metodista ecuatoriano, de la fundación Brethren Unida Andina Indígena del Ecuador. Actuó como relator del tema “responsabilidad teológica”.

17. Humberto Cichetti, ex-oficial médico de la Marina Argentina, pastor de las Misiones Evangélicas Unidas, metodista, de la argentina.

18, Else Waag, antropóloga argentina de la Universidad de Buenos Aires.

19. Roberto Gullon, pastor de la Unión Incaica Adventista, del Perú,

20. Karl Ernest Neisel, pastor luterano de la Unidad Evangélica Latinoamericana (UNELAM), residente en Montevideo.

21. Alcira Imazio, antropóloga argentina, de la Asociación de Desarrollo Comunitario Aborigen, con sede en Buenos Aires.

22. Katerine Clark, misionera inglesa de la Misión Anglicana de Chile.

23. Oscar herreros, pastor de la obra rural metodista de chile.

24. Sor María P. Mellado, católica, de la Sagrada Familia de Burdeos, con sede en Asunción.

25. Leonidas Arias, panameño, indígena Cuna, pastor metodista.

26. Walter Flores, indígena chulupí, católico, residente en Asunción.

27. Alberto Santacruz, indígena chulupí, católico, residente en Asunción.

28. Severo Flores, indígena guaraní, católico, maestro de Escuela en la Misión Santa Teresita de Mcal. Estigarribia, chaco paraguayo.

Como puede verse, estuvieron representantes de las siguientes nacionalidades: alemana, argentina, austríaca, colombiana, chilena, ecuatoriana, española, inglesa, mexicana, panameña, paraguaya y peruana.

Invitados que no respondieron a la invitación:

1. Iglesia Morava de Surinam

2. C. E. L. A. M.

3. Artemio Paulocci, misión evangélica UMAS, Brasil.

4. Obispo Samuel Ruiz, Católico, México.

5. David Ostrogge, Instituto Lingüístico de Verano, Guatemala.

6. Marcelo Grondin, Instituto de Investigación Cultural para educación popular, de Bolivia.

7. A. Pederson, Pentescostal, Argentina.

Invitados que excusaron su inasistencia:

1. David Leaker, anglicano, Argentina.

2. David Farah, Nuevas Tribus, Bolivia.

3. C. Bazley, anglicano, Chile.

Las misiones nuevas tribus y anglicana, del Paraguay, publicaron sendas “solicitadas” en los diarios de Asunción aclarando que no asistirían a la Consulta Indígena Latinoamericana, sin expresar motivos.

El señor Charles Spivey, negro norteamericano, Director del Programa de Combate contra el Racismo, del Consejo Mundial de Iglesias, se hizo presente en la consulta el día 9, procedente de Ginebra. El señor Spivey es ministro de la iglesia africana episcopal metodista.

i. DESARROLLO DE LAS DELIBERACIONES

El día 7 de marzo, a las 8 hs., se dio lectura a los documentos mimeografiados puestos a disposición de los participantes. En esta ocasión es que se resolvió la no admisión del R. P. Martínez, ya relatado.

A las 11 hs. Hubo una meditación en la capilla de la residencia de “Notre Dame”, a cargo del R. P. Melia y del indígena Cuna Arias.

A las 11,30 hs., presentación de los participantes, los cuales dieron sus nombres y apellidos, y entidad a la que representaban, pasándose luego al comedor de la residencia.

A las 14,30 hs. Se presentaron las antropólogas argentinas Alcira y Else, quienes fueron admitidas, según ya relatamos.

A eso de las 15, todos los participantes fueron distribuidos en 4 grupos de trabajo para clarificar los objetivos del encuentro, los cuales fueron luego presentados en reunión plenaria para su discusión.

De 16,30 a 18,45, los antropólogos Georg Grunberg, Gonzalo Castillo-Cardenas y Miguel Chase-Sardi, que habían participado de la Reunión de Barbados, informaron sobre “la consulta de Barbados dentro del Programa de Combate Contra el Racismo del Consejo Mundial de Iglesias”, explicando cómo se había seleccionado a las personas que debían participar de dicha reunión, los documentos presentados en la misma, método de trabajo, conclusiones, etc.

En dicha oportunidad se distribuyó a los presentes parte de un libro próximo a aparecer, titulado “la Situación del Indígena en América del Sur”, que constará de unas 600 páginas, en inglés, francés y castellano, que contendrá todos los documentos presentados en Barbados y que sirvieron como base para la declaración.

A las 20 hs. Se estudió el programa a desarrollar al día siguiente, y se procedió a la lectura de algunos documentos.

Durante los días miércoles 8 y jueves 9 de marzo, continuaron las reuniones de estudio y discusión del “documento de Barbados”. Actuaron como relatores los señores Canelos (ecuador), Luis González (México) y José Barletti (Perú), los cuales abordaron las entidades atacadas en el documento de Barbados: estado, antropología y misiones.

El Dr. Charles Spivey, quien llegó el 9 de marzo, dio una información sobre el programa de combate contra el racismo.

El día viernes 10 de marzo por la mañana se pulió el proyecto del “Documento de Asunción” preparado por tres sacerdotes y tres pastores, el cual, luego de algunas correcciones, fue aprobado por unanimidad.

Sin embargo, ante la pregunta del moderador de la reunión, Dr. Luis González, de si se firmaría dicho documento, se resolvió no hacerlo.

A medio día se sirvió un almuerzo de despedida en el mismo local de la residencia “Notre Dame” en un ambiente de gran camaradería, en cuya oportunidad se hizo votos de éxito en la lucha por la liberación sin violencia del indígena americano en todos y cada uno de los países, objetivo que se lograría mediante una mayor comprensión de los problemas, y dentro del espíritu jesucristiano.

Algunos de los participantes viajaron de regreso a sus países por la tarde de ese día, mientras otros quedaron para visitar algunos lugares interesantes.

g. OPINIONES DE ALGUNOS PARTICIPANTES

Aparte de las opiniones vertidas por los participantes durante las discusiones en el curso de la consulta, varios de ellos dieron su parecer en reportajes realizados por periodistas de los diarios "La tribuna” y “ABC Color”, así como de Z. P. 11 Radio “Cháritas” de Asunción, todas ellas grabadas en cintas magnetofónicas.

Del diario “La tribuna” del domingo 12-III-72 extraemos las que siguen y que sintetizan las ideas desarrolladas durante el evento.

Karl Ernest neisel:         “UNELAM está convencida de que tal crítica no solamente puede venir y debe venir de dentro de las iglesias, sino que debemos oír también las críticas y la contestación de todos aquellos que están comprometidos con la causa del hombre en este nuestro mundo.

“Creemos también personalmente, que es un factor importante que el Consejo Mundial da Iglesias haya tenido la libertad de invitar a personas independientes para oír sus opiniones al respecto de la situación del indígena, y principalmente también el papel que están jugando las iglesias y las misiones con su expresión en este campo.

“Claro que como cristiano no podemos dejar de predicar el evangelio, pero debemos oír lo que estos cientistas nos dicen. Y como cristianos no podemos cumplir nuestra misión sin la actitud de penitencia y preguntarnos dónde pecamos y cómo podemos realizar nuestra tarea de una manera más responsable...

“Estamos reunidos para, frente a la Declaración de Barbados y la realidad como la experimentan las personas integradas a los trabajos de las iglesias con los indígenas, ayudarnos mutuamente a retomar nuestras tareas frente al hombre latinoamericano, especialmente el indígena, de la manera más responsable”.

José Barletti: “lo que hasta ahora ha surgido en su seno (de la consulta) es la gran complejidad del problema indígena. No hay soluciones fáciles.

“Yo considero que la declaración de Barbados es de mucha importancia, y si en ella se condena bastante duramente a las iglesias en su labor con los indígenas, tendrán razón en gran parte, pero también me parece que están en el error de la generalización, natural en una declaración así.

“Porque sabemos bien que en el trabajo de las iglesias con los indígenas hay ejemplos nobles de amor cristiano vivido, practicado, hacia esa gente marginada, segregada, explotada.

“Yo me pregunto, en el caso de que no hubiera habido ningún trabajo de las iglesias con los indígenas en la América Latina, hoy en día la situación del indígena sería mejor, o peor, o igual?

“Es muy difícil que haya alguien que pueda contestar categóricamente a esta pregunta.

“Pero a mí me parece que si no hubiera habido el trabajo de las iglesias con los indígenas, la situación de éstos sería peor de lo que está ahora. De eso estoy convencido.

“Ahora bien. Ha habido errores de las iglesias, es cierto. Pero yo digo que eso solamente comprueba la necesidad que tienen las iglesias como las otras entidades que trabajan con los indígenas, de reevaluar sus programas continuamente y reorientarlos de acuerdo a nuevas observaciones, nuevos entendimientos, nuevos descubrimientos, sobre todo el acuerdo a los aportes de los antropólogos, y así puedan llevar adelante la tarea en pro de la liberación del indígena.

“Lo importante es que no se haga el trabajo con intereses creados, con la real finalidad de ayudar al indígena, dándole todas las oportunidades para ser autor de su propio destino.

Humberto Cichetti: “es obvio que el observador antropológico frío, que ve algunos datos y que no puede verlos todos, tiene que adelantar su opinión y uno se siente realmente tocado, emocionado, cuando de pronto se dice que uno es agente de una potencia extranjera y de invasiones de capitales foráneos, y qué se yo. Eso nos toca profundamente.

“Posiblemente yo no logre encontrar la relación entre traer cultura, y una ayuda materialista que pueda favorecer intereses económicos en plena selva.

“Creo que será muy exitosa esta reunión para examinar la situación real de muchas misiones, porque conviene conocernos, somos muchos, y es admirable la obra que están haciendo muchos, en silencio, cumpliendo esa función del “mientras tanto”. (*) porque todo país tiene sus leyes indigenistas, toda nación se preocupa oficialmente de sus indígenas, pero llegado el momento en que hay que actuar, las cosas que se hacen son verdaderamente pocas...

“En resumen, se habla del enorme interés, profundo interés indigenista, pero es demasiado poco lo que se hace...

“De todos modos, hay en este momento un despegue positivo en este sentido en la argentina, porque creemos que defender al aborigen es defender realmente el tronco americanista étnico-biológico, esencial, que tenemos”.

Miguel Chase-Sardi: (extraído de “el Simposio de Barbados dentro del marco del programa para combatir el racismo”, leído por su autor durante la consulta). “Es claro que estamos en contra de la actividad misionera tradicional, por sus formas esencialmente discriminatorias, su naturaleza vicarial, su carácter espúrio y su conversión en empresas de recolonización y dominación. Es esa la misión que queremos que termine.

 “Porque la palabra misión, para los científicos sociales, lleva las connotaciones semánticas anotadas.

“Pero, por supuesto que si la misión se convierte en una de las palancas de liberación de las poblaciones indígenas; si, como dice un misionero aquí presente, el P. José Seelwische (OMI), ella debe Ser la manera de dar la absoluta libertad al indígena para que él pueda descubrir dentro de sí mismo la imagen de cristo que todos tenemos oculto en lo más íntimo de nuestro ser, entonces, sí, somos partidarios de la misión y queremos que ella continúe con los requisitos que enunciamos y con otros que se descubran...

“Lo importante es que, bien al influjo de esta declaración o en forma paralela, se está iniciando un cambio en la actitud de los misioneros y de las misiones.

“Voy a dar solamente dos ejemplos.

“El P. José Seelwische (OMI), escribe el catecismo para los indígenas chulupí y lo ejemplifica con la propia mitología de esta tribu, hasta hace poco considerada peyorativamente dentro de la misión de este sacerdote. Magnífica actitud de inteligente respeto.

“Por otro lado, el P. Bartomeu Melia (SJ), Director del departamento de misiones de la Conferencia Episcopal Paraguaya, no deja de repetir con admiración, que ha aprendido tanta profunda teología entre los indígenas Mbyá guaraní de la Región Oriental del Paraguay, como en las cátedras universitarias. No consideraría herético ni pagano dejarse iniciar en la religión guaraní. Y cree que es una falta de respeto, en las actuales circunstancias, querer enseñar los Evangelios a los Guaraní. Más bien cree necesario que ellos valoricen sus propios principios, que están deteriorados por los ataques y la persecución de que son objetos, para que, en pie de igualdad, tengan una libre opción.

“este respeto a otras formas diferentes de pensar y de creer, nace de un amor profundamente cristiano, un amor que sabe, como dijo Emilio Castro, “que dios no ha dejado sin testigos ninguna nación”.

Luis González: (extraído de “Antropología y Situaciones Indígenas” leído por su autor durante la consulta) “... La antropología es una ciencia aún en proceso de elaboración, y es demasiado joven en su incipiente sistematización para achacarle de los fracasos indigenistas.

“Habría, además, que definir qué especialidades de la misma han contribuido, y en qué medida al reforzamiento de determinadas políticas indigenistas.

“Por ejemplo qué perspectiva histórica de las situaciones indígenas han aportado, de la etnología y la etno-historia; qué visión del mundo han dado la antropología física y la arqueología; en qué ha contribuido la lingüística a interesarse o no por los indígenas; cuál ha sido el papel, más reciente aún, de la antropología socio-cultural, y el de la antropología aplicada o del desarrollo.

“Sin embargo, el documento (de Barbados) no habla sino de “antropología” en términos por demás vagos, y por lo mismo inoperantes. Y no toma en cuenta para nada la responsabilidad de otras ciencias sociales, como la economía, la sociología, la ciencia política, la psicología social. Es inexacto, o injusto, que toda la responsabilidad recaiga en la sola antropología y en los antropólogos.

“Por último, no se precisan en el documento de Barbados, los fundamentos teóricos de la posición antropológica que se pretende imponer como norma y criterio para juzgar los acontecimientos indígenas. En otras palabras, uno ignora cuál es el marco teórico de referencia de la posición que ahí se sustenta...

“...Nunca había oído que el objeto de la antropología fuere el “destino de los pueblos”.

“A mi modo de ver, la antropología, como ciencia humana y social, trata primero de describir la vida de los grupos humanos (etnografía), segundo,  de interpretarla (etnología), tercero, de sistematizarla para extraer principios transculturales (antropología socio-cultura), y cuarto, la orientación —no la imposición— en los posibles caminos que pueda escoger un pueblo (antropología aplicada).

“Es decir, la antropología trata de explicarse las conductas colectivas de los humanos, y de predecir —basado en el conocimiento de su cultura— los caminos alternativos que podrán seguir. Toda posición impositiva va contra la esencia de la antropología y traiciona su misión. Tal parece que la declaración de Barbados confía, en buena parte, a la antropología y a los antropólogos el decidir, junto a los indígenas, cuál será el mejor camino para la propia liberación indígena.

“Es necesario estudiar las culturas indígenas, es necesario entenderlas, es necesario compartir su vida para comprender sus problemáticas y poder colaborar mejor con ellos en la capacitación que tenga uno.

“Pero la antropología debe ser independiente en sí de cualquier partido político o ideología religiosa, sin que tenga que negar el antropólogo sus opiniones políticas o religiosas personales.

“Pero la antropología está al servicio de todo hombre, no solamente de un grupo, sea este privilegiado o discriminado. Precisamente una de las funciones de la antropología es coadyuvar a una mejor comprensión entre los hombres, sin tener connivencia ninguna con la injusticia o la opresión, y sin tampoco provocar unilateralmente conflictos humanos...

“...pensamos que no basta con fijar la atención exclusivamente en los indígenas. Hay que pensar que las situaciones de dominio rebazan el ámbito institucional señalado, y que hay que incluir a las poblaciones circundantes o inmersas entre los indígenas, y que representan otros tantos canales de opresión o de posible liberación...”.

Ramón Cesar Bejarano (“La Tribuna” del 12-III-72) “la Declaración de Barbados, en general, está bien. Hay solamente un punto que me parece muy difícil de aplicar.

“Como suele decir el presidente de la República, Gral. Stroessner, los problemas paraguayos deben ser solucionados por paraguayos y con criterio paraguayo; y al decir esto quiero significar que no se puede pretender aplicar fórmulas para solucionar los problemas de todos los pueblos indígenas de Latinoamérica, como muy bien lo dijo el antropólogo mexicano, Dr. Luis González.

“Aquí el gobierno está adoptando una serie de medidas en favor de los indígenas, siguiendo una tradición que nos viene de muy lejos. No debemos olvidar que el pueblo paraguayo, básicamente, tiene composición indígena, que forma parte de su idiosincracia, ya que es el resultado de la unión de españoles e indias. Incluso tiene dos idiomas, uno de ellos heredado de la fuente indígena y reconocido como idioma nacional...

“...en la declaración de Barbados se habla de la responsabilidad del estado, las iglesias y los antropólogos. Pero yo creo que debe ser más amplio el concepto de esta responsabilidad.

“no puede dejarse todo a iniciativa del estado, ni de las iglesias ni de los antropólogos. Hay una serie de entidades que conforman la sociedad que también deben colaborar —y muchas de ellas colaboran, desde luego— para ayudar al indígena.

“Lo que sí hace falta es una mayor concientización, porque, si bien hay decretos, resoluciones ministeriales y otras disposiciones gubernativas que apoyan al indígena, en los organismos inferiores hay aún fallas.

“Por eso es que me parece importante la realización, en esta hora, de una mayor divulgación de de las legislaciones y disposiciones que protegen a los indígenas.

“esperamos la colaboración de los diversos medios de comunicación audio-visuales para llevar adelante esta tarea, para que se comprenda bien que el indio no es un animal, que es un ser humano como nosotros, que es un hermano, que él también es hijo de dios”.

Víctor Vaca:        (“La Tribuna” del 12-III-72)

"Considero que en este servicio de amor al hombre ha habido más bien una cierta invasión cultural a través de las misiones. Una invasión cultural que ha degenerado en una colonialización y en muchos casos hasta en un imperialismo cultural religioso a través de diferentes tipos de misiones que han llegado a países sudamericanos...

“...Debemos mirar al hombre como hijo de dios. Lamentablemente al calor del trabajo misionero, los indígenas, ...Creo que se han sentido “nietos de Dios”. Y esto creo yo que es la imagen que tenemos en lo posible de borrar...

“...Lamentablemente éste ha sido en muchos casos la misión del hombre de la iglesia, tratar de cambiar al indígena a imagen y semejanza del misionero y no a través de un proceso socio-cultural de cambio que venga desde él...

“...Se está diciendo “vamos a ayudar al indígena” y les llevamos a un plan de colonización, que viene a terminar en un momento, en un plan de proletarización, es decir, crear proletarios en los sectores selvícolas. Creo yo que nada de esto es de una posición cristiana. Considero que es simplemente una forma de dar ayuda, pero que consciente o inconscientemente, estamos creando nuevas colonias, nuevos sistemas coloniales económicos, culturales, políticos y religiosos...

“...Creo yo que si sinceramente estamos en esa posición de apertura, encontraremos soluciones adecuadas para cada país. Es decir, para el Paraguay soluciones con sabor a tereré, para el Brasil con sabor a café, para ecuador con sabor a banano, etc., y es de esperar que las conclusiones a las que se lleguen aquí, tengan proyecciones en bien de la auténtica liberación del indígena”.


NOTA

(*) Se refiere a la frase “hasta que se alcance este objetivo...” (es decir, “poner fin a toda actividad misionera”, contenida en la declaración de Barbados al referirse a la responsabilidad de las misiones) .


h. Documento de Asunción — la iglesia y su misión entre los indígenas de América Latina.

(transcripción íntegra)

Bajo los auspicios del consejo mundial de iglesias y su programa para combatir el racismo, UNELAM (Movimiento Pro Unidad Evangélica Latinoamericana) convocó a una consulta de personas comprometidas en el trabajo misionero y en el servicio a las comunidades indígenas de América latina para intercambiar experiencias y cuestionarse sobre la misión de la iglesia entre los indígenas, teniendo en cuenta la declaración de Barbados.

En esta consulta, celebrada en Asunción del 7 al 10 de marzo de 1972, participaron miembros de las iglesias católica y evangélicas, provenientes de varios países del continente.

1.      Iglesia y misión.

La misión es la propia razón de ser de la iglesia: iglesia y misión son sinónimas. Reconocemos el mandato primordial de cristo (mt. 28,18) de, en su nombre, ir a predicar el evangelio a toda creatura.

Pero como “sin duda hay muchos idiomas en el mundo y todos tienen sentido” (I cor. 14,10), tarea primera y principal de auténtica misión de la iglesia es descubrir la presencia de dios salvador en todo pueblo y cultura, como lugar donde se encarna el evangelio de cristo, evangelio que es, también, juicio de todo aquello que deshumaniza y destruye al hombre.

La obra de cristo posibilita el acceso de los hombres a su plenitud; en efecto, el evangelio se cumple cuando “se trae la buena nueva a los pobres, se anuncia a los cautivos su libertad, y se devuelve la luz a los ciegos; se pone en libertad a los oprimidos y se proclama el año de gracia del señor” (LC. 4,18).

Por nuestra obediencia a cristo debemos “hacernos judíos con los judíos, sin ley con los sin ley” (I cor. 9,20-21), y por tanto, indígenas con los indígenas. Esto nos llevará, a veces, a tener que dar un testimonio silencioso de cristo, cuando por circunstancias históricas concretas, el cristianismo se identifica con estructuras de opresión que han hecho que el nombre de cristo sea blasfemado; en otros casos nos impelerá a proclamar con voz de denuncia, en palabra y en vida, que cristo es justicia y amor para todos, sin discriminación. La iglesia, signo de salvación y fermento en el mundo, no es refugio de los salvados, sino comunidad de hermanos en el amor de cristo para servir al mundo.

2.      Misión y colonialismo.

Reconocemos que nuestras iglesias, más de una vez, han sido solidarias o instrumentalizadas por ideologías y prácticas opresoras del hombre, de manera que “de hecho, como dice la escritura, los demás pueblos desprecian el nombre de dios por culpa de ustedes”. (Rom. 2,24).

A pesar de acciones concretas de defensa tenaz y a veces arriesgada, en favor de grupos indígenas, reconocemos que, históricamente, nuestras iglesias no han sido capaces de impregnar las sociedades latinoamericanas con un amor cristiano liberador, sin discriminación de raza, credo o cultura.

Sin embargo, esta confesión de las fallas y errores en las actividades misioneras no nos lleva a la conclusión de que se tenga que poner fin a toda actividad misionera, como lo afirma la declaración de Barbados. Tarea de la iglesia en su misión entre los indígenas será, primordialmente:

a)      Abandonar toda ideología o práctica connivente con cualquier clase de opresión, tanto más si se apoya en motivos religiosos y pretende justificarse “en el nombre del señor”.

b) denunciar con espíritu de verdad, no sólo con palabras, sino principalmente con hechos, los casos de explotación de nuestras sociedades nacionales y de nuestras mismas iglesias, aunque se llegue a la denuncia concreta de personas e instituciones.

c) Proclamar con confianza en el espíritu santo el evangelio de cristo que es esencial para la liberación plena del indígena, y que liberará a la iglesia, siempre de nuevo, para un testimonio auténtico.

Estamos seguros que, de actuar así, muchas divisiones que separan a las iglesias y a los cristianos desaparecerán en una única misión de liberación integralmente humana y profundamente cristiana.

3.      Iglesia y discriminación racial.

A pesar de que bajo múltiples formas se haya querido ocultar o negar la discriminación racial en América Latina, tenemos que admitir la existencia del racismo que se manifiesta de innumerables maneras, entre las cuales cabe señalar:

a) La legislación todavía vigente en algunos países es una legislación discriminatoria y aun abiertamente racista. En otros países en que la legislación no es racista, las situaciones, de hecho, se convierten en letra muerta dicha legislación (posesión de tierras, defensa de los derechos indígenas, documentación civil, etc.).

b) La enajenación de las tierras de los indígenas, como supuestas tierras de nadie, arrebatadas por procedimientos que van desde el engaño hasta la violencia y aún el genocidio.

c)       La administración de cuestiones indígenas se ejerce bajo formas paternalistas y hasta conminatorias que originan la explotación, la dependencia y el miedo en el indígena.

En muchos casos la iglesia no ha sido ajena a estas prácticas en las cuales criterios racistas han suplantado al criterio del evangelio.

4.      Misión de la iglesia.

Creemos que las iglesias en el momento actual deben entrar en un franco diálogo acerca de situaciones culturales de los indígenas, problemas de fricción interétnicas, discriminaciones raciales, expoliación de tierras, explotaciones salariales, etc.

En este diálogo ya no pueden faltar los mismos indígenas ni sus organizaciones como principales agentes que son de su propio destino.

También se debe contar con la participación crítica de los especialistas en las ciencias del hombre. Asimismo, la iglesia debe recurrir a equipos técnicos que realicen estudios de evaluación de sus programas y de factibilidad para nuevas áreas de trabajo.

Las iglesias no deben temer sino apoyar decididamente la formación de organizaciones propiamente indígenas. Además, con su fuerza moral, empeñarse en difundir a través de los medios masivos de comunicación la imagen del indígena sujeto a derechos inalienables.

Compete a los organismos ecuménicos nacionales y continentales, incentivar encuentros entre las entidades latinoamericanas que luchan contra el racismo y/o en favor de los indígenas, a nivel nacional o regional; recoger y divulgar informaciones, así como realizar estudios e investigaciones sobre situaciones de la realidad indígena, principalmente aquellas referentes a fricciones interétnicas y valores religiosos autóctonos sin ideologizarlas ni aceptarlos idílicamente.

Especialmente recomendamos que con la experiencia de esta Consulta, se realicen otras consultas, a nivel nacional o regional entre representantes de las distintas Iglesias, en las cuales se continúe el análisis de la realidad indígena y de las situaciones conflictivas en la actividad misionera, como base para una actuación responsable.

Asunción del Paraguay, 10 de marzo de 1972.

i. COMO SE PODRIA SOLUCIONAR EL PROBLEMA INDIGENA EN EL PARAGUAY

El Departamento de Asuntos Indígenas (D.A.I.) es una dependencia del Ministerio de Defensa Nacional, creado el 8 de noviembre de 1958 por Decreto Nº 1.341 del P. E., con el objeto de centralizar la actividad indigenista en el territorio de la República y reunir los elementos de juicio necesarios para formular una legislación específicamente indígena.

Poco después de su creación, en el mes de agosto de 1959, el mencionado D. A. I. organizó el I Congreso Indigenista Nacional.

En las sesiones realizadas durante los días l3 al 24 de agosto, se acordó hacer al D. A. I. más de 30 recomendaciones, de entre las cuales mencionamos:   

1. Que el D. A. I. reúna todas las leyes y disposiciones legales relacionadas con la situación legal de los indígenas;

2. Organizar una comisión especial para estudiar esas leyes y disposiciones, reunirías en un solo cuerpo y luego pasarlas, en forma de proyectos de leyes, a consideración de la comisión nacional de codificación;

3. Organizar un Consejo Indigenista Nacional que actúe como asesor del D. A. I. Para el estudio de los problemas derivados de la educación, el desarrollo, la dignificación y el bienestar de los indígenas, y proponer las soluciones que crea convenientes, necesarias y posibles, a efecto de convertirlos, con el tiempo, en buenos miembros de la familia y de la comunidad, y ciudadanos socialmente útiles;

4. Que el D. A. I. Sirva de intermediario entre las misiones y las autoridades superiores;

5. Gestionar la inclusión en el presupuesto de ciertas partidas para pago de sueldos a algunas personas y la adquisición de algunos equipos;

6. Promover los estudios necesarios que sirvan de base a la elaboración de planes de colonización entre los diferentes grupos; etc.

Debo aclarar que la recomendación contenida en el Nº 3 fue tomada a mi propuesta, aunque su redacción no expresa con exactitud la idea.

Según mi opinión, debe crearse un organismo que actúe, no sólo como asesor, sino de ejecutor, integrado por representantes de distintas entidades oficiales, autárquicas y privadas, cada uno de ellos con funciones y misiones bien definidas, a fin de coordinar el esfuerzo y la buena voluntad demostrados por muchas personas de elevada condición en la sociedad nacional.

“Por conversaciones mantenidas con el Excmo. Señor presidente de la república, puedo afirmar categóricamente que el General Stroessner está perfectamente enterado de las distintas facetas del problema indígena, y que su deseo es el de solucionarlo en forma integral, por lo que se puede contar con su decidido apoyo a todas las gestiones encaminadas con dicho fin”, (*) dije en mi conferencia nuestro problema indígena y su posible solución” desarrollada en el ateneo paraguayo el martes 25 de mayo de 1965.

Más adelante agregaba:“estoy convencido que debe encararse la solución integral de todas las necesidades expuestas, por medio de un grupo de personas y entidades especializadas en todas y cada una de ellas, trabajando coordinadamente por medio del D. A. I., tal como se dispuso al crear dicho departamento, para “centralizar la actividad indigenista en el territorio de la Republica”, y conforme al Nº 4 de las recomendaciones del I Congreso Indigenista Nacional, transcripto más arriba.

Las necesidades de los indígenas son las mismas que las de los demás integrantes de la sociedad nacional, y en algunos casos agravados: tierra, salud, alimentación, instrucción, protección y seguridad, para satisfacer las cuales científicamente debe encararse la financiación, investigación, divulgación y propaganda, lo que nos da idea de la necesidad de formar diversos equipos especializados para solucionar los mencionados problemas.

Problemas de tierras? Podrían colaborar para solucionarlos, por ejemplo, los representantes del Instituto de Bienestar Rural, de las FF. AA. Y de la facultad de ingeniería.

Problemas de salud? A cargo de los representantes del ministerio de salud, del instituto de previsión social, fundación “la piedad”, facultad de medicina, etc.

Problemas de alimentación? A cargo de los representantes del ministerio de agricultura, ministerio de educación, ministerio de industria y comercio, asociación rural, ministerio de salud, corporación de carnes, etc.

Problemas de instrucción y educación? A cargo de los representantes del ministerio de educación y culto, de la iglesia católica y de otras denominaciones, ministerio de agricultura, ministerio de industria, etc.

Protección y seguridad de sus derechos? A cargo de los representantes del ministerio del interior, del ministerio de justicia y trabajo, de las facultades de derecho de la Universidad Nacional y de la Universidad Católica, etc.

Financiación? A cargo de los representantes del ministerio de hacienda, bancos oficiales y privados, fundaciones benéficas, etc.

Investigación científica? A cargo de los representantes del centro de estudios antropológicos, secretaría técnica de planificación, asociación indigenista del Paraguay, Universidad Nacional, Universidad Católica, etc.

Divulgación y propaganda? A cargo de representantes de la prensa oral, escrita y televisada, agencias de publicidad, industrias gráficas, etc.

Partimos de la base de que el problema es nacional, amplio y complejo, de modo que el organismo encargado de encararlo debe ser a nivel nacional.

La asociación indigenista del Paraguay, por ejemplo, a pesar de la buena voluntad y el gran amor manifestado por sus componentes hacia los hermanos indígenas, no sería capaz de solucionar, ella sola, el problema, por falta de recursos de toda laya, y sobre todo, por falta de autoridad y posibilidad de ejecutar lo que resuelva, y menos aún para imponer a terceros cuando ello sea necesario. Lo mismo puede decirse de otras entidades que trabajan a favor del indígena.

El consejo indigenista nacional (C. I. N.), de acuerdo con lo que se viene bosquejando, estaría integrado por altos funcionarios de todos los ministerios, bajo la presidencia del sub-secretario de defensa; total, 10 personas, que se llamarían consejeros. El C. I. N. Podría reunirse una vez al mes; o cada dos meses.

Como secretaría del C. I. N. Actuaría el D.A.I., que tiene su oficina organizada y posee ya importantes datos referentes a nuestros indígenas.

Para el cumplimiento de sus fines, el C. I. N. Podría crear distintas comisiones de trabajo con los representantes de las entidades mencionadas más arriba, además de los de otras que sean necesarios, tales como: fuerzas armadas, transporte aéreo militar, líneas aéreas paraguayas, líneas aéreas de transporte nacional, etc.

Las comisiones de trabajo, cada una de ellas presididas por un consejero del C. I. N., podrían ser:

1- De patrimonio. Finalidad: consecución, administración y mejoramiento de los bienes inmuebles del C. I. N.  y de las distintas parcialidades indígenas del país, previendo reservas adecuadas para el desarrollo;

2. — de asuntos legales. Finalidad: reunir todas las disposiciones legales, nacionales y extranjeras, y proteger los derechos de los indígenas cuando ello sea menester en los estrados correspondientes;

3. — de asuntos culturales. Finalidad: encarar el mejoramiento cultural de los distintos grupos indígenas en todos los órdenes, respetando, sin embargo, sus tradiciones y religiones autóctonas;

4. — de asuntos médicos. Finalidad: estudiar todos los problemas sanitarios de los indígenas y la consecución de medios necesarios en construcciones, instrumentales, medicamentos y personal;

5 — de investigaciones. Finalidad: organizar trabajos de investigación científica por medio de especialistas nacionales o extranjeros agrupados en equipos adecuados; asesorar a las otras comisiones;

6.      — de finanzas finalidad: planear y ejecutar campañas financieras tendientes a satisfacer las necesidades de organización y funcionamiento del C. I. N. y al cumplimiento de su finalidad;

7, — de publicaciones. Finalidad: editar y administrar publicaciones como libros, revistas, folletos, boletines, volantes, etc., que sean necesarios como material didáctico o de divulgación, en los idiomas o dialectos que sean menester;

8 — de relaciones públicas. Finalidad: propaganda a favor del indígena utilizando todos los medios disponibles y en base a planes preparados previamente, a fin de lograr una mayor colaboración del pueblo;

La secretaría general, ya lo dijimos, estaría a cargo del D. A. I., y tendría por finalidad organizar la oficina del C. I. N. y coordinar las actividades de las distintas comisiones de trabajo, así como la guarda y conservación de los documentos, conforme directivas del presidente del C. I. N.

Los medios económicos y financieros con que podría contar el C. I. N.:

— fondos presupuestados en el ministerio de defensa, al efecto;

— contribuciones provenientes de entidades oficiales, privadas y autárquicas, nacionales y extranjeras;

— donativos, contribuciones y legados de particulares;

— eventualmente, rentas provenientes de otras actividades del C. I. N.: venta de artesanía indígena, libros, revistas, etc.

No pierde actualidad lo que como síntesis había expresado en mi conferencia mencionada:

“a. El problema existe, aunque algunos “civilizados” se sientan sin ninguna responsabilidad ante el mismo.

“b. Los indígenas tienen las mismas necesidades que los demás seres humanos, y en algunos casos en forma agudizada.

“c. Nosotros, que tenemos mayor cultura (desarrollo) y posibilidades, tenemos la obligación moral de acudir en auxilio de nuestros hermanos.

“d. Hasta ahora se han tomado muchas importantes medidas tendientes a solucionar los problemas espirituales y materiales de los indígenas, pero aún hay mucho por hacer.

“e. Hay buena predisposición en nuestro pueblo, en el gobierno y en todas las entidades. Pero hace falta coordinar mejor esta buena voluntad, para que el resultado sea más rápido y efectivo. (hace falta mayor divulgación y propaganda para lograr mayor concientización en el pueblo).

“f. El D. A. I., con la colaboración del consejo, puede encarar con mayor eficacia la solución integral de todos los problemas indígenas.

“g. En vista de que las necesidades de los indígenas son múltiples, difíciles y complejas, el organismo que debe encarar la satisfacción integral de las mismas, debe ser bastante grande (aunque dirigido por un pequeño número de personas: total 10) el órgano debe ser proporcional al esfuerzo y adecuado a las funciones a cumplir.

“h. El D. A. I., con este consejo, y sin salirse de las finalidades de su creación y de su organización, estaría en óptimas condiciones de cumplir con su cometido (toda vez que se lo refuerce con mayores medios en personal y en material).

“i. ….

“j. ….

“k. Sólo hay que buscar el procedimiento para la designación del personal necesario, reunirlos en un consejo, y distribuirlos en equipos de trabajo, cada uno de ellos con funciones bien definidas.

“l. El resultado positivo que se busca, sólo depende de un factor que puede ser desarrollado (utilizando los medios de comunicación masiva) :

Capacidad de amar a nuestros hermanos en dios, los indígenas.

“m. Por último, puedo asegurar que las FF. AA., siguiendo expresas directivas de su comandante en jefe, el Gral. De ejército D. Alfredo Stroessner, continuará, como hasta ahora, participando en los esfuerzos por lograr el bienestar y el progreso del país y de todos sus habitantes”, (incluso los indígenas).


NOTAS

(*) En cierta oportunidad, cuando un alto funcionario del instituto de bienestar rural comunicó al señor presidente que se iba a conceder cierta fracción de tierra a una parcialidad indígena, el primer magistrado le aclaró que lo que se iba a efectuar era una legalización, ya que, aunque más no fuera que por la ley de prescripción treintenaria, los indígenas eran los verdaderos dueños de la tierra por ellos ocupada desde tiempo inmemorial.


j. ALGUNAS DISPOSICIONES LEGALES DEL PARA¬GUAY REFERENTES A LOS INDIGENAS

Decreto Nº 81 del 7 de octubre de 1848 por el que se declara “ciudadanos de la república” a los componentes de 21 “pueblos de indios”.

Decreto Nº 4.005 del 9 de junio de 1944 por el cual se encarga de la asesoría jurídica del patronato nacional de los indígenas del Paraguay al asesor jurídico del Ministerio del Interior.

Decreto Nº 9.318 del 31-XII-49 por el cual se crea una curaduría de indios mbyá-guaraní del guairá con misión de “buscar y elaborar los medios necesarios y dignos para la adaptación a la vida civilizada de la importante población indígena del país”.

Circular Nº 249 del Obispado de Villarrica de fecha 23-III-56 en la que se recomienda: “S.R., en el púlpito y fuera de él, donde estime oportuno, predique sobre la consideración debida

A estos queridos prójimos, teniendo en cuanta los derechos que dios les acordara, congénitos y adquiridos, y trate siempre de defenderlos en la mejor forma, tanto más que ellos no se valen de los medios que la ley les otorga para la garantía y defensa de su vida e intereses que tuvieren’

Circular del Departamento de Enseñanza Primaria del Ministerio de Educación, de fecha lº-VI-56: “a los efectos de que ud. Pueda colaborar en la labor que, en defensa y reivindicación de nuestros indígenas se halla empeñado el ministerio de educación y culto... Para el efecto, los supervisores de escuelas... Impartirán instrucciones a los directores y maestras para que, dentro de lo posible, se den clases alusivas, lectura, actividades relacionadas al asunto indígena ..

Resolución Nº 391 del ministerio del interior, de fecha 22-VIII-57 “para que bajo ningún pretexto sean muertos, atropellados o secuestrados loa guayakíes de cualquier edad o sexo, bajo apercibimiento de que así procedan serán castigados con todo el rigor de la ley”.

Nota Nº 492 del Ministerio de Educación y culto al Presidente de la Corte Suprema de justicia, de fecha 22-VIII-57: “... En nuestra legislación vigente no existe discriminación alguna entre indígenas y civilizados ... Cabe señalar que en nuestra legislación civil los indios ni siquiera están incluidos entre los incapaces ..

Circular Nº 1 de la corte suprema de justicia de fecha 3-IX-57: “ ... Todos los indígenas, en su calidad de habitantes del territorio nacional, gozan al igual de las personas civilizadas, de los derechos y garantías que las leyes reconocen a estas últimas... Los indios son tan seres humanos como los otros habitantes del terruño..

Circular Nº 263 del obispado de Villarrica, de fecha 22-I-58. “en orden al pedido de colaboración en la noble campaña civilizadora iniciada por el superior gobierno en favor de la defensa y dignificación de nuestros indios... Toca muy de cerca a nuestra misión sacerdotal no descuidar aquella porción de seres humanos, a quienes es justo que llegue el fruto de nuestra Redención ...”.

Decreto Nº 1.341 de fecha 8-XI-58 por el cual se crea el departamento de asuntos indígenas dependiente del ministerio de defensa destinado a centralizar la actividad indigenista en el territorio nacional.

Resolución del Instituto de Bienestar Rural cede una fracción de 13.000 hectáreas en la zona Ypané-Ypanemí para la organización de una colonia para los guaraníes “Yvypyté” (Tavyterá). Año 1959.

Decreto Nº 2.190 de fecha 25-I-44 por el cual se concede a la asociación indigenista a título gratuito y en forma definitiva un lote de 335 has. Para asiento de la parcialidad macá.

Resolución Nº      23 del Instituto de Bienestar Rural de fecha 10-VI-64 por la que se declara reservadas para la formación de colonias guaraníes dos fracciones de tierras fiscales, ubicadas entre los ríos Ypané Guasú e Ypanemí, y en Cerro Sarambí.

Decreto Nº 12.107 del 24-VI-66 por el que se libera a la “misión la esperanza”, chaco paraguayo, del pago de derechos, adicionales, etc. Para la importación de elementos y herramientas.

Decreto Nº 22.538 del 8-XI-66 por el que se libera al departamento de asuntos indígenas del pago de derechos, adicionales, etc., para la importación de materiales.

Resolución del Instituto de Bienestar Rural, Nº 926, de fecha 8-VII-67 reservando una fracción de tierra ubicada al sur del cerro león, chaco paraguayo, para que la “misión nuevas tribus” establezcan en ella una reducción de indios moros.

Carta Orden Nº 24 del comando en jefe de las FF.AA. De la nación: expedir libreta de regularización del servicio militar obligatorio, en forma gratuita, a los nativos mayores de 25 años, de la zona de Laguna Escalante y San José del estero. (Chulupí).

Constitución nacional del 25-VIII-67 contiene una serie de disposiciones que favorecen al indígena como ciudadano nacido en el territorio de la república: son de nacionalidad paraguaya natural (Art. 24); tienen derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad (Art. 48); tienen derecho a ser protegidos por el estado (Art. 50); no existe ninguna discriminación (Art. 54); el domicilio es inviolable (Art. 68); libertad de conciencia y derecho de profesar cualquier religión libremente (art. 70) etc.


INDIGENAS EN EL PARAGUAY (*)

REGIÓN OCCIDENTAL - 82 COMUNIDADES

1. Chulupí - 4.900

2. Lengua - 3.375

3. Guarayos - 2.218

4. Monjuí - 1.800

5. Tapieté - 1.360

6. Angaité - 1.300

7. Chamacoco - 910

8. Toba - 799

9. Guana - 760

10. Macá - 710

11. Sanapaná - 703

12. Morotoco (moro) - 300

13. Choroti - 80

14. Chiriguanos  ? - (dispersos)

TOTAL EN EL CHACO - 19.026


REGIÓN ORIENTAL — 111 COMUNIDADES

Total región oriental total en el Paraguay

1. Tavyterá - 9.000

2. Mbyá      - 5.600

3. Chiripá   - 5.200

4. Guayakí   -   990

TOTAL REGION ORIENTAL: 20.790

TOTAL EN EL PARAGUAY    39.816


PORCENTAJE POBLACIÓN INDIGENA (*)

EN ALGUNOS PAISES AMERICANOS

Bolivia - 63%

Guatemala - 53.7%

Perú - 45.9%

El Salvador - 15%

Ecuador - 13.5%

México - 11.2%

Colombia - 7.0%

Venezuela - 7.0%

Honduras - 6.7%

Nicaragua - 2.5%

Paraguay - 1.8%

Chile - 1.1%


NOTAS

(*) según datos del D.A.I., o sea el 1,8 de la población total. El señor Miguel Chase-Sardi calcula que habría más de 70.000, o sea 3,2 %.

(*) según datos de la O.E.A.

 

 

 

 

 

 





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