MUELLE EN LEJANIA
Poemario de GONZALO A. RAMOS
Composición y armado: M. CECILIA AQUINO
Imprenta KO’EYU
Mayo 1999 (71 páginas)
Al dar a luz estos poemas, es mi deseo que ellos lleguen al lector con la misma intensidad y pasión que los sentí al crearlos. Conjugan mis anhelos e ilusiones, amores generosos y no pocas veces doloridos. Hay también en ellos vivencias de gran felicidad y heridas silenciosas. Si el amable lector los acepta, el objetivo ha sido cumplido.
G. R.
A YOLA
Ojos abiertos
en cruel vacío.
Te fuiste...
no te olvido.
Siento
tu aliento,
tu lienzo,
tus pinceles,
tus caricias.
Adiós...
Desmoronar suave.
Frío...
Setiembre de 1984.
OJERAS
Las ojeras en abanicos
visten
al muelle en lejanía
de azul lluvioso.
Como ríos montañosos.
Como ondas encendidas.
Como beso virginal.
Qué surcos de caricias
arropadas
por chimeneas de licores
sembradas de ilusiones.
PESARES
Ilusiones
dormidas
con alas.
Adiós.
Vientos
desnudos,
al garete
sin olas.
Muelle
en lejanía,
vacío
de flores...
Espinas
de licores
en soledades,
olvidos...
La vida
es reloj,
pesares...
abismo...
NOCHES DE GRILLOS
Busco el verdor de los bosques,
barricadas al viento,
meditando
con atardecer de cometas.
Sus alas libertarias
susurran a la luna
amores destartalados.
Cubierta la noche de grillos
despierta a la oscuridad
para contemplar consternado
a la luna llorar.
NO SOY YO EL DE AYER
No soy yo el de ayer;
me perdí
en el tiempo
de un caminar borroso.
No soy yo el de ayer;
a lo lejos
el tiritar de soles
y el trinar de cerros
colapsó en cenizas.
No soy yo el de ayer;
las mortajas frías
de ateridas venas
agitan sombras
de profundo mar.
CARCAJADAS
Carcajadas de globos y serpentinas
a la puerta del bosque
avivan
la noche de luces.
Son campanarios aniquilados
de muelles en lejanías,
mecidos
con soles de golondrinas.
Deshojando ausencias
de ermitañas candilejas
repican
serranías de nostalgias.
VIENTOS
A Helena González Pussineri
Vientos de madreselvas,
aromas
de bergantín,
sonoro surco
de tus ojos.
Mis nostalgias
albergan rosales
en arroyos de luces.
Es un atajo
de tus lunares.
Hay fogatas.
Hay carcajadas
de globos
que centellean
como la primavera.
YOLA
Tus manos perfumadas
acarician
recuerdos
derramados en atardeceres
de coloquios
en la galería.
Tu cariño
de labios rojos
y cabellera rubia
vuela
en olas de guaranias
con viento tembloroso
de embriagada luna.
RESCOLDOS
Caminando lejanías
sin frescor mañanero
bailan nubes marineras
desnudas.
Mis barandas lánguidas
de rescoldos
guardan cicatrices
doloridas.
Espigas de luces
secas al viento
iluminan mis ventanas
ciegas.
GRITO
Mi grito silencioso
derriba muros
de resistencias
acariciando vientos.
Nerviosos pabellones
de tambores destrozados
arropan mis ventanas
abiertas al huracán
Herida la oscuridad,
mis venas
señalan
horizontes a la costanera.
JUVENTUD
Sombras caminantes
con aromas de alboradas
centellean
vientos de ilusiones.
PLAZA URUGUAYA
Despierta la plaza con el vigor de las
mañanas y el suave vuelo de las palomas.
Hay como una vivencia de nostalgias viajeras,
arropadas en un viento azul. Cobijados
los ensueños en sus cálidos arbustos,
cuántas veces sentí el aroma de sus venas,
ardiendo en el loco transitar de
la existencia.
En el bullicio de sus bancos, vendedores
y fotógrafos ofrecen mercancías para el
recuerdo de una Asunción en lejanía...
HERIDAS ANONIMAS
Ilusiones marginadas
con lunas otoñales
anunciar
heridas silenciosas.
Del desierto, brotan
alaridos rococó
balando ceniza
con polvos del tiempo.
Y el eco,
de vacíos campanarios
arropan
volcanes doloridos.
BARRANCOS
Frágiles barandas
de lánguido barranco
cercan
ventanas vacías.
Como amores silenciosos
de torrenciales vientos
derretidos
en manantiales.
Como umbrales
de tormentoso horizonte
con vértigo
de azuladas ilusiones.
MADERA
A Emilio Duarte Pallarés
Eres
cimiento
de tertulias amicales
con sabor a tereré.
Eres
ventana
sobre andares descalzos
de sombrero pirí.
Eres
puerta
de labriego sudoroso
en guiso popó.
Eres
artesanía
de inspiración manual
vistiendo
señoriales consolas.
ROSAS
A Cynthia del Carmen Heisecke González
Rosas de amores ardientes
soplan
con campanas de misterios
en esquinas de alegres coqueteos
Abiertas con soles tropicales
de verbenas
en portales embriagados
de algarabías.
Las rocíos de rumores musicales
con aromas de la noche
dan ritmo
a rosas de cerezos
NOCHE
Tinieblas
de vacíos.
Tienen olas
quietas.
Los ojos
están abiertos
descansando
en la lejanía.
Qué páramo
sin tiempo
sin espacio
es la soledad...
Puerto.
No hace
frío
ay! cenizas por doquier.
AMANECER
Es
beso de magnolias
flameando ilusiones,
en rocíos de portones
abiertos al amor.
Es
aroma de claveles
en noches de banderas,
arropadas en catedrales
con cantos gregorianos.
Es
ternura
en abanico de suspiros,
bailando
ventarrones de esplendor.
Es
rubia cabellera
de vistoso andar,
con muslos
de finas ojeras.
JAZMINES
A Mata del Carmín Villamayor Giménez
Arropan tus ojos
vientos de serpentinas
mojando ilusiones
torrenciales.
Desnudas palmeras
con luces del mar
besan tus venas
sedientas de horizontes.
Jazmines, amores y costaneras
derraman florilegios
bailando destellos
de soledades...
MARIA TAROVA
De niño
la veíamos pasar
a la mujer
vieja
y deformada
caminando
a saltitos.
Le tentábamos
gritando en corrillo
María tarová.
Hoy, al evocarla,
siento
su congoja,
su soledad...
CARICIAS
Tus caricias viven con luces
de guitarras
en hoyuelos embrujados
de esplendor.
Ellas bailan
musitando
a costaneras arropadas
en olas.
La chimenea de tus ojos
centellea
con cantos gregorianos
mis amores.
DESTELLOS
A María Raquel Villarejo Codas
Tus hoyuelos
de suave dulzura
son ventanas
de luciérnagas.
Tus ojos,
vigías del sol
son horizontes
de torrenciales vientos.
Tu corazón
vibra en mis venas
con roncos destellos
de Hale-Bopp.
CANAS
Cerros del bosque
en florido sol
besan tus ojos
salpicados de misterios.
Son sombras
de amores borrosos
que hamacan el ayer
en licores.
Ardientes mis venas
de solariegas canas
visten
huracanes de luces.
LUCES
El sol da ternura a la mar
del horizonte lluvioso
con luces
de solitarias colinas.
Ellas bailan con banderas
de alas viajeras
derretidas
en crepúsculo barroco.
Cruje el puente de volcanes
en avenidas
de olas musicales
en amanecer de burbujas.
BESOS DE OTOÑO
Besos de otoño
acarician
la mañana lluviosa, fría...
en colinas de recuerdos.
Son destellos silenciosos
con alas
de melancolía herida
en sombras.
Inerte
en el túnel
con escalofríos
de tinieblas.
TORRENTE
Aislado, el torrente musical
rompe campanas
de reminiscencias
en caricias de vértebras.
Es el suave atardecer
de amores
en costaneras de ojos claros
y ronco galopar de montañas.
Derretido el torrente
de tu sombra viajera,
vivo
en cordillera de burbujas.
BALANCEO
Cabellos rubios
surcando canales tibios
en delicioso balanceo
amoroso.
Son clamores
escondidos
en cálidos rocíos
de estrellas.
Y el recuerdo
esparce tu aroma
en locas tormentas
íntimas.
PANCISTA
Pancista...
el que habla,
el que calla,
el que dice loas
según sus conveniencias...
Pancista...
el que usa,
el que se ufana,
el que se cubre
con sombreros ajenos.
Qué tristeza ser pancista
alabando polvaredas...
Qué tristeza ser alquilado
qué tristeza ser bufón.
Sólo queda del pancista
el desprecio del olvido.
EL ADIOS
En soledad
viajan los sueños
desnudos de alas
sangrando ...
Es el adiós
de las hojas
vacías de ritmos
sin ojos.
Y el calor de la aurora
derrite la llaga
en el umbral
de roncos destellos.
PENUMBRAS
Penumbras
en faroles de rosas
suavemente
repican...
Son caireles misteriosos
de nubes londinenses
y secretos
marchitos.
En tanto...
la vida camina en el viento
delirando
aromas de melancolía.
MIS BANDERAS
A mi prima hermana Stella Colnago Valdovinos
Vibran mis banderas
enhiestas
en trinar
de cerros.
Gallardas palmeras
cobijan
sufridas mariposas
sin alas.
Banderas
arropadas de recuerdos
en metrallas
resuellan.
A CRISTINA REBULL
Tus ojos, en regaderas
de hoyuelos,
viven en burbujas
de luciérnagas.
Sombras
de guitarras y poemas.
Torrencial...
tu solariego paso.
Sombrerito juvenil
en noche de misterio
centellea
a Cristina en el adiós.
FLORILEGIOS
A Teresa Peña Ugarte de Fernández y Alcázar
Cristales de rosas,
custodian
costaneras aromadas
en florilegios.
Son resplandores
derretidos
por tus ojos, faroles de ayer
en mares de ilusiones.
Silenciosas brumas
de lluvioso meridiano
entrelazan
a la luna con el mar.
ATARDECER
Es
pluma de faroles
al viento,
de árboles vacíos
y cóndores sin alas.
Es
nido
de pendientes impenetrables
en sombras
reposando.
Es
arruga
de crepúsculos
tiritando
en obstruidas venas.
Es
hamaca
de patios coloniales
con aljibes y arroyos
de jazmines silenciosos.
SAN BERNARDINO DE ANTAÑO
A Chatita, Josefina y Raquel Vargas Peña.
Evocar a San Bernardino de antaño es pisar
pedregullo, escalar el cerro y gozar del romántico lago.
La rotonda y el muelle salpican guaranias
con juvenil algarabías, con guitarras de tibios recuerdos.
Cómo olvidar a Bauer y sus gatos, la panadería de Foling
y el codiciado hielo de los Büttner. La mañana del Náutico
es trajinar de bellezas y, a la tarde, la merienda se vive
en Wald Frieden. Sus luces, oscurecidas a media noche,
son serenatas, con ojos de estrellas y sombras de amores.