MUJERES A LA BÚSQUEDA DE NUEVOS CAMINOS

Por CARLOS MARTINI

carlosfmartini@gmail.com

Un lector solo. En una cafetería. Con un libro. Sobre un escritor solo. En una cafetería. Una reseña. (¿En una cafetería?). Carlos Martini reseña hoy la última novela de José Eduardo Alcázar, ‘¿Termina el mundo si te invito a salir?’ (Asunción, Arandurã, 2018).

Un escritor solo. Una cafetería. Se acerca una mujer a la que el escritor conocía. Le dice que tiene que escribir un libro sobre algo que ella conoce. Se trata de lo que les pasa a mujeres de más de cuarenta años, casadas, sin apuros económicos, con hijos adolescentes. Pero en las que habita un vacío. Es la falta, no de sexo, sino de placer sexual. Esto sucedió más o menos así, de acuerdo a lo que me contó José Eduardo Alcázar en Un mundo alucinante.

Y nació la novela ¿Termina el mundo si te invito a salir? (Arandurã, 2018). Es la historia de cuatro mujeres a las cuales les faltaba placer en el sexo… «nuestros maridos, por una u otra razón, no nos lo daban». Y cada una lo buscó, siguiendo su propio camino. «Hubo heridos, hubo muertos, hubo ganadores y perdedores… pero todas aprendimos a buscarlo, con derrotas, éxitos, tropiezos. Dolor».

El libro se divide en cuatro capítulos, cada uno contado por una de las mujeres. Así, una de ellas empieza contando que la noche anterior, un domingo, estuvieron reunidos ocho matrimonios para celebrar el cumpleaños de una de las esposas. Y de repente uno de los hombres la mira con especial atención. «Me mira, yo lo miro. Y entonces él me dice: ¿Termina el mundo si te invito a salir?» Y la respuesta: «No termina, ¿por qué habría de terminar?» Y allí comienza el recorrido de esta mujer con el marido de una de las amigas. El final de este capítulo es conmovedor.

Otro capítulo es el relato de una de las amigas en un gimnasio. Otra vez las miradas, el palpar que algo se siente. El hombre es mucho más joven que ella. «Dicen que el tiempo es el peor de los enemigos… y el espejo te ayuda en esa apreciación… pero hay otras cosas que el tiempo fabrica y que no se ven en el espejo. Es el desgaste de una relación».

El tercer capítulo es el de una de ellas a la cual, en Buenos Aires, una amiga le dice que «le falta cama». En palabras claras, «un tipo en la cama para darnos el placer que necesitamos, se termina y cada uno se levanta y sigue su destino». Es sexo a través del pago a un hombre, «amantes de alquiler, hombres pagados para hacerte el amor. Putas en masculino».

El cuarto capítulo es el de una de las cuatro que se reencuentra con un amigo de la infancia. Pero el camino estaba en otra parte, con un brasileño de San Pablo. La llevó a fiestas «donde todos eran de todos y nadie se quedaba con el que había llegado». Una suerte peculiar de intercambio de parejas.

¿Se separaron de sus maridos estas cuatro mujeres? Solo una. Pero caminaron sus propios caminos cuando el sexo matrimonial se convirtió en rutina y hastío.

La novela de José Eduardo Alcázar me recuerda otra, El albergue de las mujeres tristes, de Marcela Serrano. Trata de un lugar al que van aquellas mujeres que en algún momento sienten el desamor. Ese albergue está en la Isla de Chiloé.

El final es un muy buen resumen de lo vivido por estas cuatro amigas.

«Descubrimos todas que podemos, que tenemos el poder de buscar el momento feliz, aunque no dure, podemos buscar la felicidad de un momento, aunque sea pequeño el momento. No importa estar feliz, por un instante, es mejor que no ser feliz en ningún instante».

Fuente: Suplemento Cultural del diario ABC COLOR

Domingo, 09 de Diciembre de 2018

www.abc.com.py

ENLACE INTERNO A

¿Termina el mundo si te invito a salir?

(Hacer click sobre la imagen)

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

(Hacer click sobre la imagen)