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RAMÓN FOGEL

  PROTESTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES. CONVERGENCIAS Y DIVERGENCIAS (RAMÓN FOGEL)


PROTESTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES. CONVERGENCIAS Y DIVERGENCIAS (RAMÓN FOGEL)

PROTESTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES.

CONVERGENCIAS Y DIVERGENCIAS
 
RAMÓN FOGEL

 

1. ALCANCE DE ESTA REFLEXIÓN

En estas notas se buscan más resaltar los aspectos novedosos de las protestas y movimientos sociales en los últimos dos años más que plantear un análisis exhaustivo de los mismos, lo que requiere algo más que un recuento de episodios; se asume que esto último puede constituir insumos útiles para un análisis de las tendencias y la elaboración de una agenda social; se incorporan así mismo algunos elementos del contexto político regional que condicionan las movilizaciones en cuestión. Se entiende que las protestas, resistencias y movimientos sociales se dan en prosecución del interés común de sus adherentes y plantean ciertas demandas al estado y/o a otros actores sociales; lo habitual es que las movilizaciones sean promovidas por actores subalternos y se orientan contra los grupos dominantes que favorecen y se ven favorecidos por el orden -o desorden-establecido . En el caso paraguayo sin embargo es tal el descontento contra el gobierno que comenzaron protestas levantadas desde segmentos del propio empresariado; estas expresiones de protesta se incluyen en estas formulaciones en la medida que pudieran tener proyecciones en los movimientos sociales propiamente dichos en el futuro.

 

2. ELEMENTOS DEL CONTEXTO POLÍTICO REGIONAL

2.1. ALGUNOS PELIGROS QUE ACECHAN LA DEMOCRACIA EN LA REGIÓN

 

Pensando en términos de relaciones de poder hegemónicas los riesgos a la democracia latinoamericana deberían ser analizados a partir de las formas que asume el sistema de dominación capitalista y las expresiones de diversas formas de resistencias de actores populares; ciertamente la hegemonía norteamericana expresada en el nuevo pacto colonial que sigue al fin de la guerra fría articula ideas y mecanismos de libre mercado sin límites con sistemas políticos y de seguridad se basa en el supuesto que las sociedades latinoamericanas no son capaces de autodeterminación democrática. (1)  Más allá de los alcances y fundamentos del supuesto el nuevo orden internacional pasa a constituir un condicionamiento relevante de las luchas sociales en la región y en nuestro país..

 

EL DESENCANTO DE LA DEMOCRACIA Y LOS PELIGROS EMERGENTES

 

EL DEBILITAMIENTO DE GOBIERNOS POSTDICTADURAS

 

Cuál es la democracia que está peligro o qué tan democráticos somos en América Latina parecen preguntas iniciales pertinentes, y en la respuesta tenemos que tener presente que en las últimas dos décadas salimos de sistemas dictatoriales e ingresamos a formas democráticas de gobierno, sin que la democracia como sistema de representación de intereses atienda en el proceso de formulación de las políticas públicas las demandas y preferencias de la ciudadanía.

En las formas de gobierno postdictaduras muy pronto se notó la ausencia de algunas de las condiciones básicas para el funcionamiento de la democracia delegativa efectiva (respeto a los derechos de las personas, libertades civiles, libertad de expresión, elecciones libres, fuentes alternativas de información), que ciertamente comprende el funcionamiento de instituciones de coerción bajo el control ciudadano, con agentes fiscalizables y removibles. Un cúmulo de factores contribuyó a la rápida degradación de las nuevas democracias; la réplica del sistema de elecciones a lo norteamericano, con un sistema político transmutado en mercado controlado por grandes contribuyentes que financian campañas muy costosas minó rápidamente el sistema.

La actuación de políticos venales y partidos políticos independizados de la representación de intereses sociales contribuyeron al descrédito de la política y a la devaluación de la democracia como régimen político. Los actores individuales, constituidos con políticos de diversa calaña y, actores colectivos conformados por partidos uniformizados por los mismos vicios determinan la obsolescencia de los canales tradicionales para la representación y canalización de las demandas, y plantean la necesidad de un nuevo imaginario; el propósito de las masas de barrer las "cúpulas podridas" de los partidos que gobiernan para su propio provecho y a costa de los más pobres es bien explotado por lideres emergentes que plantean propuestas para acabar con la corrupción, aunque la honestidad de los propulsores no está probada.

 

INSEGURIDAD PÚBLICA, POBREZA Y CRISIS DE GOBERNABILIDAD

 

La ausencia de respuestas sociales y políticas efectivas a los elevados niveles de inseguridad impulsados por la violencia delincuencial es otro factor que contribuye a la desconfianza ciudadana en relación a instituciones y mecanismos legales; esta circunstancia implica caída de la participación y adhesión creciente a figuras políticas comprometidas con posturas autoritarias o cuanto menos mesiánicas o populistas, la otra cara de la convicción que las libertades públicas deben restringirse.

En tanto el sistema político ya no puede dar respuesta eficiente a las demandas que la sociedad plantea al estado se torna visible la crisis de gobernabilidad, en la medida que los gobiernos no son capaces de mantener un determinado orden político con un nivel de legitimación aceptable; la incapacidad se evidencia aún más con el crecimiento de los niveles de pobreza que se van generalizando. En esas condiciones históricas los representantes ya no son portadores y promotores de intereses generales que superen intereses particulares y mayorías circunstanciales, y en esa medida lo público se desliga de ese interés general especificado frente a intereses individuales y de empresas; en un contexto de desregulación de los mercados sociedades latinoamericanas se ven afectadas por procesos de desindustrialización y desarticulación productiva que se proyectan en aumento de la desocupación, la pobreza y la deuda que pasó del 30 % del PIB a principios de los noventa al 37 % en el año 2.000. (2)

El surgimiento de líderes personalistas es otra manifestación de la crisis institucional del estado y los partidos, y particularmente del desencanto frente a la política que resulta del

agotamiento de la identidad construida en torno a los partidos --que monopolizaban la mediación entre el estado y los particulares-- y a las elecciones; una propuesta mediática es otra respuesta a la creciente apatía política ensayada por sectores con control sobre medios de prensa. En el caso paraguayo la marcada apatía contrasta con la dura lucha por comicios limpios librada --que se presentaron como inseparables de la búsqueda de bienestar y libertades-- durante la dictadura; actualmente la abstención previa de quienes no llegan a inscribirse, debido al escepticismo frente a lo político representa una proporción importante de los empadronados.

 

2.2. PARTICIPACIÓN LOCAL, LÓGICA DEL MERCADO Y FRAGMENTACIÓN SOCIAL

 

La lectura del clima de desconfianza hacia los partidos políticos y el estado y el planteo de soluciones por parte de los organismos de cooperación al desarrollo está teniendo consecuencias insospechadas no solo en el futuro de las democracias sino en su presente; en un primer análisis del problema se constata que en el contexto de partidos corruptos controlados por políticos también corruptos la delegación de poder trae aparejada abusos por falta de participación del ciudadano en la toma de decisiones, y en la formulación de soluciones se plantea por una parte reformas que permitan eficiencia del gasto y en la administración de los recursos públicos, y por otra se promueve la democracia ya no en las grandes decisiones políticas y económicas en el escenario nacional, sino en la esfera del mercado y en microespacios referidos a la familia, las relaciones de género, y al plano local.

En la construcción neoliberal la importancia de la sociedad civil es decisiva, y ella está constituida por la red de relaciones de asociaciones voluntarias independientes del estado y del mercado que aprovechan valores tales como confianza mutua, solidaridad y reciprocidad -que se expresan básicamente en el plano local-- y que facilitan los intercambios de mercado y en esa medida son apreciados; la reciprocidad, la solidaridad y la confianza mutua interesa si son funcionales a la operación de los mercados.

En el nuevo discurso se asume que la democracia participativa que se corporiza en el plano local y en proyectos y micro proyectos de desarrollo permite la incorporación de más actores que se mueven en nuevos escenarios, y en esa medida intensifica la democracia; diversos son los riesgos de esta concepción de la democracia, así en el caso peruano esa intensificación de la participación y de las decisiones en el plano local desbordando las instituciones nacionales que monopolizan la coerción se proyecta en desbordes locales tales como el linchamiento popular de delincuentes.

En esa visión neoliberal de la democracia la participación de individuos desplaza a la participación de colectivos que pudieran fungir de interlocutores sociales de las políticas públicas. En esa lógica la agenda de los estados y de los partidos políticos pasa a ser definida por una burocracia empresarial y por el staff de los organismos de cooperación al desarrollo que defienden el libre mercado sin límites (3) y a través de acuerdos de comercio permiten el "tratamiento nacional" de las grandes corporaciones que pueden demandar en terceros países aunque ellas no pueden ser demandas en los países centrales; (4)  los acuerdos de comercio en cuestión permiten atacar las regulaciones gubernamentales relativas a la salud, medio ambiente o derechos laborales, en la medida que las mismas equivalen a medidas de expropiación.

La inspiración y obsesión por el mercado y por la empresa privada lleva a la propuesta neoliberal a extender el principio de la competencia a gobiernos locales, lo mismo que el principio del beneficio, conforme al cual la participación ciudadana se equipara a la soberanía del consumidor que escoge la compra de bienes públicos y privados según sus preferencias; la participación parcial y fragmentada que se propone permite la intervención de organizaciones sociales y del sector privado en el monitoreo de acciones de desarrollo y en la presentación de proyectos en convocatorias competitivas.

La participación de organizaciones limitada a cuestiones de acceso a bienes o servicios o a emprendimientos de generación de ingresos ligados a la lógica del mercado inevitablemente desmantela el estado de bienestar, limita el campo y el poder de la democracia y agudiza la fragmentación social; el proceso que liberaliza el capital vacía la democracia, que claudica ante procesos de globalización, el mercado y los gobiernos locales, en tanto las formas de participación inducidas son ajenas a las formas de organización y representación ligadas a las decisiones sobre cuestiones centrales en escenarios nacionales tales como los procesos de concentración de riquezas y oportunidades políticas en muy pocos, y fundamentalmente las relativas a la construcción de alternativas a las propuestas hegemónicas a nivel de los estados. En esa propuesta estas grandes decisiones quedarían a cargo de los técnicos de organismos de cooperación al desarrollo y del staff de las grandes corporaciones.

En el nuevo orden mundial las decisiones socio-económicas más importantes son tomadas por las grandes corporaciones que ejercen su capacidad de veto a las decisiones de los gobiernos si estas no les resultan favorables, ya sea atacando las monedas nacionales, retirando su capital y/o impidiendo la llegada de nuevas partidas. Por lo menos eso es lo que se propone desde el orden.

 

2.3. LOS PELIGROS DESPUÉS DEL 11 DE SETIEMBRE

 

Ante el crecimiento de las resistencias a las políticas neoliberales y los atentados del 11 de Setiembre los Estados Unidos que se sienten único centro del poder mundial definen un nuevo escenario mundial con su planteo de extender la guerra y combatir nuevas amenazas ligadas al terrorismo; para asegurar su dominación por medios militares reafirma su derecho de intervenir con acciones preventivas y de castigo en cualquier punto fuera de su territorio, en defensa de principios del nuevo orden mundial que busca la profundización de políticas neoliberales basados en el libre mercado --fuera del control de los otros estados-- y a las ideas de democracia consistente con aquellas. (5) Se entiende que las acciones preventivas y de castigo pueden desarrollarse en todo el mundo, en la medida que el interés nacional norteamericano lo requiera; esta nueva visión de las cuestiones globales supone crecientes fuerzas, más ágiles y letales, con componentes de inteligencia, operaciones psicológicas y civiles. (6)

Los riesgos de desestabilización referidos a los intereses del capital financiero comprometen también al ALCA que busca abrir aún más los mercados y es previsible que, en esa visión, las posturas críticas sean vistas como poco compatibles "con los principios de la comunidad internacional" y en zona de riesgo en la guerra antiterrorista, y cuanto menos objeto de control. de los organismos de seguridad. (7)

En el contexto del nuevo orden mundial se observan diversas reacciones, entre las cuales destacamos la desinformación a través de medios masivos y la obsesión por la seguridad, que son dos peligros relativamente recientes. En ese marco se discuten proyectos de leyes antiterroristas formuladas con apoyo de los Estados Unidos que facilitarán la persecución de disidencias sociales y políticas y se prestarán a abusos de autoridad; en vez de atacar la pobreza y los procesos e instituciones que están generando exclusión social los estrategas militares del ALCA proyectan sobre el futuro el uso de recursos de violencia como medio para controlar a los pobres; en ese contexto los analistas del Pentágono se prefiguran insurgencias en los Andes que pueden extenderse más allá de sus fronteras y poner en peligro intereses económicos y políticos de los Estados Unidos,

Entre los aspectos preocupantes de proyectos de ley antiterroristas se puede mencionar el peso asignado a agentes encubiertos con la misión de utilizar información para producir pruebas secretas. La desinformación a través de los medios de comunicación es la otra respuesta y permite atribuir al enemigo circunstancial características indeseables tales que justifiquen su eliminación; el mecanismo utilizado es el que Francisco Pineda llama transformación imaginaria de los adversarios en seres satánicos, asesinos peligrosos, expresión de fuerzas malignas, en base al control pleno de la imagen de modo que la realidad sea reemplazada por la fantasía. (8) En el Marzo paraguayo (1999) se probaron variantes de este mecanismo; en un mar de desinformación con un gobierno democrático ya abatido la prensa pintó la gran epopeya de la democracia.

En Caracas se quiso repetir la historia con Carmona pero algunas cosas fallaron; en una intervención poco afortunada y muy apresurada el portavoz del Departamento de Estado anunciaba aliviado que el Presidente Chavez había renunciado. Los informes de prensa buscaban convencer a la opinión pública que Chavez renunció y, que la misma fue aceptada y que el cambio era para mejorar las cosas; lo insólito es que el Presidente Venezolano elegido democráticamente era presentado como un tirano en contraste con el "demócrata Carmona" a quien nadie había votado y que disolvió el Congreso. Ciertamente la fantasía debía reemplazar a la realidad pero esa vez fueron demasiado lejos.

 

2.4. LAS RESISTENCIAS A LA PROPUESTA HEGEMÓNICA

 

Las propuestas del nuevo pacto colonial logran adhesiones de actores dominantes de la comunidad internacional y el rechazo a través de formas crecientes y abiertas de resistencia de actores populares; los acuerdos para agresiones unilaterales en situaciones de riesgos de desestabilización permiten mayor margen de acción a los centros de dominación del sistema, mientras en un proceso contradictorio de cara a grandes sectores las ideas que pretenden hegemonía pierden la fuerza del sentido común y son crecientemente cuestionadas.

En esa dinámica que pretende desmantelar el poder de la democracia paradójicamente las resistencias permiten revalorizar la democracia en cuanto ella suponga ejercicio efectivo de la ciudadanía; los actores movilizados plantean una participación directa --en alguna medida sin las mediaciones de la democracia representativa-- en la formulación de las políticas y una integración política que institucionalice el conflicto orientando formas de manejo y resolución de los mismos. La sociedad civil neoliberal es reemplazada en el imaginario emergente en un espacio público abierto a la confrontación y a la negociación.

A medida que crecen la pobreza y la exclusión social los sectores que eran atendidos por las políticas públicas tienden a defender al estado en la medida que el mismo corporiza conquistas de la sociedad en su conjunto. En las movilizaciones los sectores más castigados por las reformas caracterizados por su posición social y política subalterna recuperan parcialmente el papel de soberano de la sociedad, pero todavía limitándose con frecuencia al uso de la capacidad de veto a propuestas de políticas sin plantear alternativas en los espacios de decisión política.

Diversas son las resistencias sociales portadoras de cambio de la sociedad y centenares de ellas participan en la construcción y mundialización del Foro Social que recientemente reunió en Porto Alegre a 170.000 personas, más del doble que en el encuentro del 2002; una de las coaliciones de nuevos movimientos sociales es la alianza Social Hemisférica que plantea posturas críticas ante el ALCA y logró la suspensión temporal del acuerdo multilateral de inversiones que hubiera eliminado lo que quedaba de soberanía nacional en materia ambiental y de dotación de servicios públicos.

Expresiones más auspiciosas de las resistencias al proyecto hegemónico son los triunfos electorales de Lula en Brasil y Gutiérrez en Ecuador, y el eventual triunfo de Tavaré Vázquez en el Uruguay, que sin duda facilitarán las alianzas de los sectores populares movilizados con agrupaciones progresistas.

Los referidos avances que cuestionan las prácticas hegemónicas son sin embargo aún insuficientes ante la creciente fragmentación social, la contra cara de la pobreza que se extiende, y que dificulta la percepción de intereses materiales compartidos.

 

3. LAS FORMAS NOVEDOSAS Y LAS REPETIDAS DE MOVILIZACIONES EN NUESTRO PAÍS

 

3.1. LUCHAS SOCIALES DEL 2.001

 

ALGUNAS MOVILIZACIONES DE GRUPOS SUBALTERNOS

 

Las movilizaciones y expresiones de resistencia social tuvieron componentes repetidos pero también nuevos; en efecto, en el primer año del nuevo milenio continuaron los tipos de movilizaciones del año 2000, aunque las mismas se agudizaron y aparecieron formas novedosas: a las manifestaciones frente al Congreso y a los cortes de ruta por piqueteros como expresión de protesta y medida de negociación se sumaron cortes de ríos, marchas en la capital de un pequeño grupo de indígenas Mbya Guaraní, que reivindicaron con notable éxito la recuperación de sus tierras invadidas por campesinos, y marchas a la capital de mujeres campesinas e indígenas. Los logros de los indígenas implican el reconocimiento del derecho a la diferencia y ponen en entredicho la leyenda de Pecos Bil admirado por matar Apaches, Cherokees y Pieles Rojas.

Los movilizados abarcaron una gama amplia de sectores sociales, desde los empresarios agrícolas asociados a la Coordinadora Agrícola del Paraguay, hasta los "ahorristas estafados" marcados por la heterogeneidad social de sus adherentes, pasando por las organizaciones campesinas que constituyeron el actor subalterno con mayor presencia en el escenario nacional y subnacional. Los empresarios agrícolas cortaron rutas con sus tractores reclamando la reducción del precio del gasoil para sus máquinas y notablemente consiguieron la adhesión de muchos campesinos que ni siquiera tienen carretillas, pero coincidían con los grandes productores en la necesidad de cambiar al Ministro de Agricultura, aún cuando ello no constituía necesariamente la alteración de las políticas agrarias.

La cronología de los conflictos del 2.001 comienza en febrero con cortes del Río Paraguay en el Alto Paraguay cuyos pobladores se movilizan contra una gran empresa transnacional de los moomies (de la secta Moon) que adquirió grandes extensiones de tierra incluyendo el casco urbano de Puerto Casado; en marzo son los docentes los que se suman a los cortes de ruta en prosecución de sus reivindicaciones, y como en otros años la Federación Nacional Campesina (FNC) se moviliza esta vez pidiendo la industrialización del algodón y protestando contra expresiones del imperialismo, reclamando la suspensión de las misiones y/o ejercicios de tropas del Comando Sur aunque tomen la apariencia de asistencia humanitaria a la población civil; esta presencia se torna cada vez más frecuente y son percibidas como expresión de la globalización neoliberal en tanto se la vincula a acciones de seguridad hemisférica en el marco del ALCA.

También la MCNOC otra coordinadora de organizaciones campesinas, los trabajadores del Frente Sindical y Social y adherentes al Congreso Popular Permanente plantearon reivindicaciones diversas incluyendo la reforma agraria y la implementación de proyectos productivos específicos en el campo. Se incorpora también a estas movilizaciones la ONAC, que en una incongruencia con sus propias demandas defiende la ocupación campesina de tierras indígenas, entrando en colisión con la orientación de grupos campesinos que apoyan la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMIRI).

Los ahorristas estafados, aunque heterogéneos en su composición, fueron los más persistentes y al definir antagonistas concretos fueron ganando aliados. Sus movilizaciones y denuncias se dirigieron frontalmente al ex presidente con numerosos aliados en la esfera del estado; el cuestionamiento en este caso se orienta al grupo que amasó una gran fortuna a las sombras del estado autoritario, con especulaciones al margen del mercado. Esa eventual condena resulta sin embargo muy improbable dada la fuerza que han ido ganando los grupos de intereses ultraconservadores ligados a barones y marqueses de Itaipú, que se protegen recíprocamente y actualmente con recursos crecientes -a partir de diversas bocas de recaudación-- pueden neutralizar cualquier intento de saneamiento de la sociedad, considerando la magnitud de los recursos que manejan y las dificultades de una estrategia bien definida desde los grupos subalternos. Estos se caracterizan por su atomización y coordinan esfuerzos solo para acciones puntuales.

Las huelgas y manifestaciones de empleados públicos amenazados por la reforma del estado pierden fuerza a medida a obtienen acuerdos sobre condiciones formales de despido. De hecho la privatización y/o tercerización de servicios públicos están postergados no por razones doctrinarias o programáticas sino más bien para proteger clientelas incorporadas a un sistema político marcado por la corrupción y manejado por mafiosos. En un contexto poco esperanzador la alternancia en el ejercicio del poder del estado tampoco representa una alternativa atrayente dado que sectores mayoritarios de la "oposición" están cooptados por los intereses económicos mal habidos y la minoría no cooptada no fue capaz de pergueñar un proyecto alternativo.

También la organización de mujeres campesinas e indígenas, nucleadas en la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI) demandaron al gobierno a finales del año pasado la financiación de proyectos productivos por un monto aproximado de dos millones y medio de dólares, pero los interlocutores del gobierno aceptaron la demanda hasta medio millón, pero finalmente se olvidaron de su promesa, lo que motivó la primera marcha de la dignidad, reclamando mejores condiciones de vida, rubros para escuelas y centros de salud. Resulta sintomático el hecho que la marcha de más de un millar de mujeres, muchas de ellas con sus hijos, que se inició a 50 kilómetros de la capital, solo llegó hasta las proximidades de Asunción, desde donde retornaron exhaustas, con una nueva promesa de financiación, pero ya solo de 250.000 dólares para 79 proyectos productivos  (9): Como en otros casos no se llega a cuestionamientos de fondo del orden social.

En Tres Fronteras las manifestaciones de los sacoleiros y en general de la población ligada al comercio fronterizo contra la reducción del cupo de compras de turistas brasileños en Ciudad del Este, punto clave de la triple frontera del MERCOSUR, se fue intensificando con el correr de los meses; en este caso la reducción del comercio fronterizo sin que se ofrezca alternativas de empleo afecta severamente a poblaciones pobres tanto del lado paraguayo como brasileños, ya que los sacoleiros propiamente dichos son brasileños que si bien compiten en Ciudad del Este con mano de obra paraguaya, se ven igualmente afectados por las medidas de la Receita Federal del Brasil; las movilizaciones en este región caliente derivó a principios de este mes en una gran manifestación por la paz. Esta concentración con varios miles de manifestantes fue una reacción contra el clima de opinión, alimentado por intervenciones policiales para detener a Árabes sospechosos, que apunta a las Tres Fronteras como refugio de terroristas. Los episodios últimos se dan ya en el contexto de la nueva realidad internacional -que globaliza las medidas de seguridad y represión-- muestra las ventajas que ofrece un gobierno como el paraguayo de cara a la operación abierta y/o encubierta de fuerzas extraterritoriales de control ligado a lo que llaman seguridad, que a cambio de cooperación puede apuntalar a gobiernos carentes de legitimidad,

Desde la sociedad civil se levantan también voces de protesta contra la violación de derechos humanos y la corrupción. Las ONGs cada vez más insertas en la red y más disociadas de los procesos sociales se sumaron a esas protestas y denuncian excesos del neoliberalismo; en el caso de las ONGs ambientalistas son llamativas las denuncias contra la globalización de la biopiratería asociada al delirio de las patentes promovidas por los colosos de la biotecnología.

 

LAS DEMANDAS Y PLANTEOS DE GRUPOS DOMINANTES

 

El sector del empresariado agrícola movilizado en el tractorazo de marzo, sumado al gremio de ganaderos latifundistas es el que participó en un diálogo nacional promovido por la Asociación de Empresarios Cristianos que planteara consensos acerca de salidas a la crisis política, económica y social que se agudiza. En esas jornadas realizadas en el marco del Acuerdo Ciudadano participaron actores diversos de la sociedad civil (más de un centenar de organizaciones), aunque notándose la ausencia de representantes de organizaciones populares urbanas y organizaciones campesinas.

No obstante estas ausencias el consenso de un sector de la sociedad es presentada como expresión del conjunto de la sociedad; el "Acuerdo Ciudadano" en cuestión se suma al Diálogo Nacional propuesto por la Iglesia, y que es visto por cierto sectores como un medio de oxigenar un sistema político completamente desligitimado. El Acuerdo se presenta como una iniciativa de articulación de la sociedad civil paraguaya, y en su asamblea constitutiva participaron 64 organizaciones que se movilizaron en el lanzamiento de su plan de acción que plantea la reforma constitucional y la articulación de la sociedad civil para profundizar la democracia y la participación de modo a promover los cambios necesarios.

En este discurso se insiste más en el cumplimiento de la ley que en la necesidad de su transformación y no condena la concentración de la tierra y de los otros factores de exclusión social; en realidad se trata de un emprendimiento liderado por fracciones de un empresariado marcado por una debilidad que contrasta con los cohesionados grupos dominantes y que no plantea una propuesta que incluya los intereses sociales mayoritarios. Esta circunstancia es sintomática, ya que en ausencia de una fracción progresista de la burguesía deja sin aliados posibles a los grupos subalternos, a su vez débiles y fragmentados.

Una manifestación de la crisis de gobernabilidad se dio con la huelga de los transportistas que demandaban el aumento del precio del pasaje. Los empresarios del transporte con piquetes declarados ilegales bloquean avenidas y sus manifestaciones tuvieron un desenlace inesperado: la prisión de dirigentes de las empresas de transporte. Esta colisión no afecta al bloque en el poder dada la escasa envergadura de los empresarios del transporte.

Los empresarios árabes de Ciudad del Este también expresan su protesta pero con mucha discreción contra la forma como se expresan los prejuicios contra los Árabes y aclaran que no es correcto generalizar que todos ellos sean terroristas; se trata de una forma novedosa de movilización de recursos en respuesta al contexto internacional emergente.

La misma extrapolación de la parte al todo planteada por el Acuerdo Ciudadano se repitió en una discusión en la arena legislativa del proyecto de ley que establece el Estatuto Agrario, que se mantuvo en la congeladora por veinte años por decisión del gremio de latifundistas. En la sanción de la referida ley quedó mas claro que en las esferas del estado no existe una genuina representación de intereses sociales sino más bien la protección de formas de acumulación irregular al margen de la economía de mercado y dio la razón a los líderes campesinos que consideraron que ante la pérdida de la poca legitimidad que quedaba a los políticos, y al divorcio entre la dirigencia y sus bases sociales solo quedaban las vías de hecho.

Esta cancelación de la perspectiva de lucha por canales institucionales es contradictoria y parcial; en la discusión del proyecto de ley que establece el Estatuto Agrario las principales organizaciones no participaron porque ello hubiera significado -en la visión de sus lideres-- calentar inútilmente las sillas, y tampoco participaron en el diálogo convocado por los empresarios cristianos. Los representantes de organizaciones campesinas si participaron en negociaciones para lograr la financiación de pequeños proyectos productivos que permitan mitigar la pobreza y plantear otras demandas, básicamente al estado y no a otros actores sociales.

La referida percepción que el sistema político en su conjunto, comprendiendo las diversas esferas del estado, no tiene condiciones ni interés en atender las demandas sociales, sin embargo no impidió numerosas e interminables negociaciones promovidas por representantes de organizaciones campesinas que llevaron a muchos acuerdos firmados con referentes del estado, en su gran mayoría luego desconocidos, --y aunque cumplidos no resolvían los problemas de fondo - pero en el curso de las negociaciones en cuestión lograron ser reconocidos como interlocutores. En ese marco se dieron también movilizaciones puntuales para reivindicaciones específicas, tales como la condonación de deudas, que no representan una solución de fondo pero da una legitimidad por lo menos temporal a las organizaciones campesinas y a sus líderes, y alivia temporalmente la situación económica de sus adherentes.

 

3.2. ALGUNAS MOVILIZACIONES DEL 2.002.

 

Si en el 2001 se observó la emergencia de clases populares como actor político central con un rechazo claro de la propuesta neoliberal el año siguiente este actor fue el único portador de orientaciones contestatarias en relación al proyecto del orden hegemónico; en estas notas a guisa de ejemplo solo mencionados movilizaciones puntuales. Ya en los primeros meses del año organizaciones de derechos humanos se movilizaron en repudio al terrorismo de estado manifestado en el secuestro de dos militantes de organizaciones progresistas. En Mayo el Congreso Democrático del Pueblo convocó a una movilización nacional comprendiendo cortes de ruta en todo el país en prosecución de reivindicaciones puntuales:

derogación de la Ley 615 de privatizaciones

contra el terrorismo de estado y el proyecto de Ley Antiterrorista

contra la reforma de la banca pública

contra la corrupción y la impunidad

La totalidad de las reivindicaciones planteadas fueron logradas y el referido Congreso puntualizaba sus posturas críticas "frente a una ofensiva de sectores conservadores que defienden la privatización, gremios empresariales, presiones del FMI y del BM y una aguda crisis política de consecuencias no previsibles". (10) .

 

 4. LOS LÍMITES DE LAS MOVILIZACIONES MÁS EFECTIVAS

 

La efectividad de movilizaciones ha sido clara en casos de demandas de recursos para la financiación de proyectos productivos y en las ocupaciones de tierra, destacándose en estas situaciones la notable cohesión de los grupos movilizados en la medida que el interés ideal -lo que se ha dado en llamar economía moral campesina-- definido por la convicción de los movilizados de que la distribución concentrada en la tierra es injusta en contraste con las necesidades de los campesinos sin tierra que reclaman el acceso a ella para cubrir el sustento de su familia.

Esta convicción firme, asociada a un interés material concreto de campesinos desposeídos de tierra dio impulso a ocupaciones exitosas de grandes fracciones. En esos casos grupos campesinos se movilizan como clase, pero más como colectividad étnica; sus demandas se plantean al estado para que afecte a la colonización -que les permita el acceso a la parcela familiar-- latifundios improductivos, y en sus movilizaciones se expresan como campesinos paraguayos que comparten, además de la pobreza, una lengua y una historia de opresión pero también de resistencia y lucha . Cuando la diferenciación social se corresponde con la etnocultural el potencial de movilización es mayor, aunque los rasgos estamentales son compartidos con otros portadores de la misma cultura que hablan la misma lengua y reconocen los mismos orígenes, aunque pertenecen a otras clases sociales y sus intereses materiales pueden ser diferentes y hasta antagónicos . Esta circunstancia explica la rápida desmovilización de los campesinos una vez que logren el acceso a la parcela familiar.

Las ocupaciones se dan en el marco de desalojos con quemas de ranchos, apresamientos de campesinos y marchas y acampamiento en carpas frente a de dependencias de los poderes del estado reclamando libertad de los compañeros detenidos y solución a las demandas, y permanencia en carpas a los costados de las tierras reclamadas.

Debe apuntarse también el impacto de las luchas de la Federación Nacional Campesina en torno a la necesidad de industrialización del algodón; en realidad se trata de la propuesta mas seria de desarrollo nacional, que a contracorriente del planteo neoliberal propone la expansión del mercado nacional como condición para la defensa de la soberanía nacional; los reclamos incluyen un paquete amplio: provisión subvencionada de semillas controladas (descartando la variedad Delta Pine de la Monsanto), crédito productivo, provisión de defensivos químicos e industrialización interna de por lo menos el 30 % de la producción.

Fuera de movilizaciones en torno a reivindicaciones puntuales las organizaciones campesinas no participaron en la discusión de propuestas legislativas o en procesos de tomas de decisión referidas a políticas públicas; en la visión campesina en el ámbito de las instituciones políticas nada se puede hacer ya que los acuerdos de cúpula son ajenos a los intereses populares y solo queda el poder de la insubordinación. El descontento popular creciente fue visible pero no articulado; la protesta fragmentada que se corresponde con una estructura social con predominio de población campesina golpeada por el crecimiento de la pobreza y de la concentración de capital y de ingresos; esta misma pauperización limita las posibilidades de movilización continuadas, por lo menos en la capital, y determinó la regionalización de las movilizaciones.

En este punto debe tenerse en cuenta que la economía decreció en los últimos dos años, y en términos del PIB la caída del 2000 fue del 3,2%, llegando en el 2000 la población en extrema pobreza a aproximadamente 900.000 habitantes, de los cuales el 80% se encuentra en áreas rurales. En este contexto no puede sorprender la facilidad relativa de movilizaciones locales y regionales, tal como la de 5.000 campesinos en Cordillera en un día, en contraste con movilizaciones mas prolongadas en la capital, más difícil a grupos cada vez más pauperizados.

En una recapitulación debemos notar que la protesta social, contracara del descontento popular creciente, se torna más intensa y variada , aunque en ellas predominan inevitablemente las movilizaciones campesinas; en una sociedad con una industrialización apenas embrionaria la fuerza obrera tiene escasa significación -y con infortunada frecuencia tienen a sus dirigentes comprometidos en hechos de corrupción-- los marginales urbanos que crecen en los últimos años al no tener un antagonista común tienen dificultades para trascender movilizaciones que reivindican el techo; la atomización social de grupos sociales pauperizados y anómicos, sin relaciones internas de interdependencia, --que se corresponde con la fragmentación de la sociedad-- los lleva a alimentar diversas formas de violencia callejera que impulsan procesos de desintegración de la sociedad en su conjunto.

En este contexto la protesta crece asociada a la pobreza, la recesión y la concentración del ingreso y del capital; la misma aunque creciente está pobremente articulada. En respuesta a la creciente protesta los sectores ultraconservadores, sin condiciones para plantear un proyecto nacional ante el agotamiento definitivo del tipo de desarrollo que estuvo vigente --y que no fue reemplazado-- plantea la criminalización de las movilizaciones sociales.

Lo central del recuento apunta a las movilizaciones campesinas que cuestionan tanto la legitimidad del gobierno y la ausencia de políticas como los excesos de la globalización neoliberal. Los campesinos son concientes que con la financiación para pequeños proyectos productivos disociados de una propuesta inclusiva, o la condonación a sus deudas, no están planteando soluciones de fondo ni ganan espacios en las estructuras del estado donde se toman las decisiones que los afecta, aunque si están ejerciendo el poder creciente de la insubordinación y de la resistencia, y para ello apelan al legado cultural de sus ancestros, que constituyen una cepa resistente a toda forma de opresión.

Las movilizaciones referidas que cuestionan las prácticas hegemónicas siendo centrales para un proyecto político emancipador son insuficientes ante la creciente atomización social, que refleja la pobreza que se extiende, y que dificulta la percepción de intereses materiales compartidos. Para ir más allá de la resistencia y del ejercicio de la capacidad de veto se necesita precisar en una visión unificada no solo qué cosas cambiar, sino también cuáles son las alternativas y cómo lograr esos cambios. Los avances en ese proceso emancipador requiere también canales políticos nacionales que reemplacen a los referentes del sistema institucional en crisis, que no permite encarar los problemas que generó. Sin esas organizaciones que unifiquen la diversidad con propuestas claras los procesos marcados por las dogmáticas propuestas neoliberales podrán endentecerse pero no cambiar de rumbo.
 

 

     

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

1. El sistema de dominación en cuestión tiene como componente importante modalidades de control territorial.. Sobre el análisis del sistema hegemónico y las resistencias véase: Cedeña, A..E.y Sader, E. "Hegemonias y Emancipaciones. Desafíos al pensamiento libertario", en Cedeña y Sader. La Guerra infinita y terror mundial. CLACSO 2.002.

2. Mientras los pagos de la deuda --capital más intereses-- se aproxima al 20 % de las exportaciones. Sobre este punto véase Arceo, E. "Hegemonía estadounidense, internalización financiera y productiva, y nuevo pacto colonial"., en Cedeña y Sader. La Guerra infinita y terror mundial. CLACSO. 2002.

3. El papel más saliente de estas instituciones pasa a ser el levantamiento de restricciones a la libre circulación del capital en la periferia y de proteccionismo creciente en los países desarrollados con un régimen de patentes que garantizan descomunales ganancias para las grandes corporaciones.

4. Acerca del poder creciente de las grandes corporaciones véase Chomsky, N. "El 11 de Setiembre y sus consecuencias", en Observatorio Social de América Latina. N° 6. CLACSO. 2002.

5. Acerca de la concepción de la seguridad con alcance global véase Martin, J.(ed) Defeating Terrorism. Strategic Issue Analices. Strategic Studies Institute. U.S. Army. War College.

6. Ibid.

7. Véase Sader, Emir "Hegemonía y contrahegemonia en tiempos de guerra e de recessao" en Cedeña y Sader, cit.

8. Véase Pineda, F. "La Guerra de la desinformaciónen la Era de la información", en Cedeña y Sader, cit.

9. Véase Ultima Hora 15/11/2001, p.. 39.

10. Véase Comunicado N° 1 del Congreso Democrático Popular.

 

 

NOVAPOLIS – REVISTA DE ESTUDIOS POLÍTICOS CONTEMPORÁNEOS

EDICIÓN Nº 3 – AGOSTO DE 2003

SISTEMA ELECTORAL EN PARAGUAY

APUNTES SUELTOS PARA EL DEBATE

 

 

Fuente: http://www.novapolis.pyglobal.com

(Registro: Setiembre 2011)

 

 

 

 

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