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Carlos Colombino (+)
  CONCEPCIÓN - VIVENCIAS DEL 47 (Tapa: CARLOS COLOMBINO)


CONCEPCIÓN - VIVENCIAS DEL 47 (Tapa: CARLOS COLOMBINO)

CONCEPCIÓN - PINCELADAS Y VIVENCIAS DEL 47

(FUNDACIÓN – INSTITUCIONES – REIVINDICACIÓN DE

EMILIANO R. FERNÁNDEZ –

VIVENCIAS Y CALAMIDADES DE LA REVOLUCIÓN DEL 47 – COLABORACIONES)

Por Dr. PEDRO D. RUSO SKURICH

© Pedro Domingo Ruso Skurick

Tapa: CARLOS COLOMBINO

Concepción-Paraguay

2005 (603 páginas)


ÍNDICE

Presentación/ Introito

CAPÍTULO I

ORÍGENES Y PINCELADAS ANTIGUAS DE CONCEPCIÓN

Orígenes de Concepción/ Villa Real de la Concepción/ Otros Datos Fundacionales/ Ciudad de Belén/ Un enemigo de Concepción: "Toro Picha' í"/ Hechos, casos y cosas anecdóticas de Concepción/ Primer Alumbrado Público de Concepción/ "Café Europa"

CAPÍTULO II

EDUCACIÓN Y CULTURA

Educación/ Primer Colegio Nacional/ Colegio de Enseñanza Secundaria y Normal/ Escuela y Colegio Diocesanos/ Una insigne educadora: "Ramona Ferreira Ramos"/ Historia del Teatro en Concepción: Dramaturgos y Comediógrafos/ Museos de Concepción/ Monumentos y Avenidas

CAPITULO III

GALERIA DE PERSONALIDADES DE CONCEPCIÓN

La Cultura y el Periodismo en Concepción/ Políticos y Hombres Públicos/ Literatos concepcioneros/ Historiadores - Músicos: a) Sobre Emiliano Fernández -  b) Otros Músicos/ Artistas Plásticos/ Eclesiásticos/ Profesionales y Empresarios/ Magisterio Concepcionero/ Militares/ Otras Personalidades y Apellidos concepcioneros

CAPÍTULO IV

LA REVOLUCIÓN DE 1947. SUCESOS, PERSONAJES Y CALAMIDADES

Prolegómenos de la Revolución de 1947/ Los dos Frentes de Batallas/ El Desbande Revolucionario/ Teniente Sigfrido (Buby) Maluf/ Después del "Cambio de Frente" / Embajador del Brasil Francisco Negrao de Lima/ Capitán Manuel Wenceslao Chávez  / Capitán Dr. Pedro J. Carlés/ Las Desgracias/ Kilómetro 180/ Félix A. Cáceres (In Memoriam)/ Un Capítulo para la Historia/ Otro Capítulo para la Historia/ Historia de la Revolución: Capitán José Venancio González

CAPÍTULO V

REFLEXIONES POLÍTICAS

Reflexiones y Opiniones Políticas/ Intolerancia política/ Peña de Confraternidad/ Sobre las Elecciones/ Ejemplos de fanatismo/ Rechazo de Proyectos Viales/  "Misa por un Continente/ Travesuras Estudiantiles durante la Revolución/ La Agrocomercial/  Z.P.S. "La Voz de la Victoria/ Relato del Químico Farmacéutico Arnaldo Riella/ - Z.P. 1 A. L./ Presos de Loreto

CAPÍTULO VI

OBRAS BENÉFICAS Y SOLIDARIAS

Hospital de la Guerra del Chaco/ Pasantía por el Centro de Salud/ Hogar de Ancianos "Mons. Emilio Sosa Gaona"/ Proyecto Aquidabán"/  Hermanación con Burgos (España)/ Bicentenario de Concepción/  Correos de Concepción/  Campanas de la Catedral

CAPÍTULO VII

COLABORACIONES

Una acción bélica en la Revolución de Concepción de 1947: "Batalla de Piripucú"/  Batalla de Tacuatí/  Segundo frente revolucionario del año 1947/  La revolución Armada de 1947: "Esto comenzó así para mí"/  Simplemente recuerdos/ La revolución del 47: "La verdad de un colorado"/  Ruta V: Concepción - Pedro Juan Caballero/  Ruta Alternativa: Concepción - Transchaco/  Construcción de la ruta pavimentada de Concepción a Pozo Colorado: "Características principales"/  El puente sobre el río Paraguay en Concepción y la ruta a Pozo Colorado a) El nuevo puente sobre el río Paraguay y la ruta Concepción - Pozo Colorado - b) Entrecanales y Tavora S.A. - c) Fomento de Comercio S.A./ Croatas en Concepción/  Historia del "Club Concepción” - Memorias de la familia Isnardi/ Personajes pintorescos de Concepción/  Juan González

Colofón/ Bibliografía


 

 

INTROITO

Antes de lanzarme a la aventura de escribir este libro, he conversado con amigos y hombres influyentes de nuestra comunidad, pidiendo consejos. Encontré a muchos que apoyan el sello a imprimirse al libro; otros vaticinaban severas críticas; otros reproches y desaprobación; otros me decían si porqué tendría que relatarse las cosas malas del pasado y que más bien se debería hablar de las cosas buenas y también otros que más bien, mirando desde la óptica del color de sus querencias, preguntaban por qué se tendría que despotricar en contra del Partido Colorado, etc., etc.

En puridad de verdad, en el Acta Fundacional se leer "El Partido Colorado es una Asociación de hombres libres, que busca promover el bienestar del pueblo paraguayo sobre la base de la igualdad, la justicia y la soberanía popular, manifestada en la forma democrática y representativa de gobierno. El Partido Colorado se declara contrario a toda dictadura de individuos o de grupos y considera que la democracia en la cual se asegura al pueblo una participación creciente en los beneficios de la riqueza y la cultura, garantiza la evolución hacia una sociedad igualitaria, sin privilegios ni clases explotadas".

José Segundo Decoud, estratega en el ideario, el día de la fundación del Partido Colorado, el 11 de setiembre de 1887, en su discurso dijo: "El rojo pendón de la Asociación Nacional Republicana cubre a los verdaderos patriotas y jamás sus pliegues servirán para albergar a los que trafican con los legítimos intereses del pueblo, puesto que el Partido se asienta para servir a la Patria y nunca abrirá sus filas a los que procuran reavivar tiranías pasadas o por venir, que si así lo hicieren serían repudiados por los verdaderos republicanos y tachados como traidores a su credo.... Los tiempos en que en la República podía disponerse impunemente de la vida y hacienda de sus habitantes han quedado definitivamente atrás y ya nadie sería tan falto de vergüenza como para erigirse en defensor de los déspotas del pasado, cuya sombra siniestra cubre con fúnebres crespones medio siglo de continuos estremecimientos nacionales"....

Como se ve, los corruptos, bellacos y criminales que se amparan en la memoria de Bernardino Caballero y José Segundo Decoud, son los que hicieron estas historias vivenciales de la Revolución y Post Revolución del 47 y no merecen llamarse colorados. Y si el curso de la historia hubiese sido otro, siendo protagonistas liberales, febreristas o de cualquier otra creencia, el objetivo de este libro hubiese sido el mismo. Lo descrito en este libro, son testimonios de algunos que aún viven y de otros que ya han partido a la eternidad. En el transcurso de esta historia, a todos se pretende medir con la misma vara y es bueno recordar que muchos han cometido barbaridades y bestialidades amparados en el "chúmbale " de sus amos de turno y es por ello que destinamos esto a jóvenes de hoy y de mañana, para que vean con claridad meridiana hasta dónde llegó la bestialidad en pos de apetencias personales de sus antepasados y ojalá sea la inspiración que lleve por mejores senderos hacia la recuperación de la dignidad humana.

El autor quiere dejar un recuerdo de lo bueno y de lo malo, sin intención aviesa; todo para ejemplo: con lo bueno para bien y con lo malo, para bien también y ojalá se concrete un mundo más humano y más fraterno, amparados en la mano Divina del Redentor, el único que sabe perdonar a los que fueron malos a conciencia, a los que fueron cegados por el odio o a los que no sabían lo que hacían.

Es evidente que resultó un tanto difícil investigar, recolectar y compaginar datos, relatos y anécdotas, algunos trágicos, otros focosos, otros ejemplarizadores y... pasaron cincuenta años para concretar la obra y valgan también algunas salvedades.

Existen más de media docena de libros sobre la Revolución del 47 en que, unos la describen desde el punto de vista militar, otros desde la óptica cromática en que algunos están coloreados por el fanatismo. Pero hoy que estamos caminando por los senderos de una transición democrática, se puede plantear con honestidad, siempre a título ejemplificador, las bienandanzas y las malandanzas de nuestra historia, para enseñar a nuestros hijos que la maldad, el fanatismo, las ambiciones de poder y las apetencias desenfrenadas, llevan a la corrupción, a la impunidad y a enfrentamientos a veces funestos y riada positivo que nos brindan las revoluciones, las asonadas, las guerras; al final todas fratricidas con secuelas inimaginables.

Es por todo esto que este libro pretende ser diferente a los que ya conocemos. No tiene tinte militar porque no queremos entrar en el campo de las ciencias que corresponden a la milicia. Algunos hechos, sí se relatan, de boca de los que han participado de la contienda, algunos ya fallecidos y otros que aún la sobreviven, y todo esto puede tal vez contribuir al esclarecimiento histórico. Desde el punto de vista político, sólo queremos ceñirnos a lo acontecido, pero siempre la verdad de por medio.

El título que le doy: "CONCEPCIÓN: PINCELADAS Y VIVENCIAS DEL 47" no se refiere única y exclusivamente a lo ocurrido ese año. Lo centré en esa Revolución porque fui testigo (con mis diez y seis años de edad) de tantos aconteceres de entonces y sencillamente porque considero que fue uno de los tantos volcanes de la azarosa historia paraguaya, que hasta hoy lastimosamente conllevan vivencias y secuelas de la Revolución. Va también con historias anecdóticas sobre hechos jocosos, chistes y otros relatos que más tienden a hacer amena la lectura. Hay que tener en cuenta que con la rúbrica de ciertos hechos o capítulos va un "slogan" que dice: "Estas son vivencias de la Revolución, secuelas que dejan a la Nación". Una Revolución que surge contra las injusticias, las iniquidades, la corrupción, la impunidad y los crímenes de lesa humanidad que afectan a los inalienables derechos humanos, tiene otro significado, quizás más justo y noble.

Si de la lectura de este libro surgen polémicas, enhorabuena, por-que de las disensiones saltan las verdades históricas. Por tanto, aquellos parientes o amigos que se sientan ofendidos, sabrán disculparme aunque me ampare en los testigos o documentos. Comienza el libro con reminiscencias y pinceladas sobre la prolepsis que dio origen en el tiempo a la fundación de Concepción y describe algunos aspectos resaltantes de su historia, con su opulencia y su decadencia y las tragedias de guerras y secuelas hasta cincuenta años después de la Revolución del 47.

No se puede abarcar todos los avatares de la nefasta Revolución y sabemos de crímenes e injusticias de parte de ambos bandos y si en Concepción hemos vivido seis meses sin mayores sobresaltos, creemos que se debe al hecho de que éste fue el Centro de la rebelión o por la cultura de nuestro pueblo, por su conformismo, por su "no a la violencia", su sumisión al ostracismo a que se lo sometió y si bien luego de terminar la Revolución ocurrieron hechos deleznables, fueron con protagonistas allegados a los gubernistas y a quienes sin escrúpulos provenían de otras latitudes. Aquí vale la pena recordar lo que dice sobre la política la escritora Marilut Lluis O'Hara en su libro "Y NO PUDIERON CALLARME... "(pág. 25): "La política, en su concepción filosófica, es el arte de lo posible, el servicio al pueblo. Pero aquí hemos perdido la perspectiva y una función, que tendría que ser loable, fue bastardeada por payasos que lo único que buscan es la figuración y la obtención de algún cargo público para llenarse los bolsillos a costa de ese pueblo al que deberían servir. Digna de esta casta bastarda de políticos payasescos y lamentables es Del Rosario Riveros. Ya su apodo, Ña Deló, suena más a arrabalera que a representante de un sector político determinado".

Este libro es una invitación a conocer el pasado para prever un futuro mejor, a no tomar los hechos malos como ejemplos, sino más bien para rectificarlos en pos del bien que nos enseña la Moral.

Para aquellos que piensan que no se debe relatar hechos malos, les diré que alguien dijo alguna vez: "Sin la prehistoria, la historia es un enigma". "Sin conocimiento del pasado, el presente resulta incomprensible". Si a la historia se la usa para denigrar con falsedades, entonces se cae en la infamia. Pero si es el relato verídico de los hechos ocurridos, por más horrendo que fuere, puede servir como lección civilizadora para el presente y el futuro. En otras palabras: la historia relata los hechos del pasado y lo cuenta en el presente para que en el futuro se lo emule si son buenos, se los corrija si son defectuosos o se los enmiende si son malos. ¿Por qué será que la historia se preocupa del pecado original de Adán y Eva?; ¿por qué se ocupa del crimen de Caín contra su hermano Abel?; ¿por qué de la traición de Judas?; ¿por qué del pecado de la Magdalena?; ¿por qué de las eternas y horrendas guerras?; ¿por qué de la Bomba Atómica?; ¿por qué de Nerón, de Hitler y cuántos criminales internacional existieron?, etc., etc....

Los hechos malos nos llevan a la reflexión y cuántos casos se citan de arrepentimientos, restañando así sangrantes heridas, reclamando el perdón al Supremo Hacedor, que es el único que puede salvarnos del castigo eterno.

Es cierto también que debe ser doloroso para los descendientes, pero éstos no tienen la culpa de pagar el pecado de las ovejas descarriadas dentro de esas familias, pero con nobleza de espíritu se puede reivindicar y resarcir de algún modo el honor afectado.

El autor también se siente acosado por la pena al tener que contar tantas desdichas, con tanta crudeza, sencillamente porque cree honestamente que así fice y... si así no lo fue (errar es humano), me anticipo en aceptar humildemente el perdón de aquellos que se sienten ofendidos, de aquellos que no saben comprenderme y... siempre con la verdad, humildemente ofrecería mi retractación.

Pero insisto que la historia es la madre del género humano y sin historia no tendríamos experiencia para saber vivir y convivir: sería algo así como si estuviéramos inmersos en un mundo sin luz.

Se suele decir y se lee en diversas publicaciones que los pueblos que involucran a todos los hombres de la humanidad y a las instituciones, que no tienen "memoria histórica", están condenados a repetir los mismos errores que los llevarán al fracaso en la consecución de su misión.

Pedro Domingo Ruso Skurich



CAPÍTULO IV


LA REVOLUCIÓN DE 1947:

SUCESOS, PERSONAJES Y CALAMIDADES


         Los envidiosos sienten el éxito ajeno

         como una derrota propia.

         La envidia es el homenaje que la

         mediocridad le rinde al mérito


         José Ingenieros


         I. PROLEGÓMENOS DE LA REVOLUCIÓN DE 1947


         Aquí vale la pena unos comentarios extraídos del libro "MISIÓN CUMPLIDA" del Gral. Amancio Pampliega y que en su pág. 168 se lee:

         "Para el golpe del 13 de enero de 1947, atendiendo a una debilidad de Morínigo, surge la confabulación de tres personas que inclinan la balanza a favor del Partido Colorado ya que Morínigo hasta entonces era militar institucionalista y quería prescindir de todos los partidos políticos (lo que también sostenía Pampliega). Este quería llegar a la Convención Nacional Constituyente, que también hacía temer que ese evento le obligara a renunciar a la Presidencia. Por eso se les tilda como principales responsables de la masacre del 47 al Mayor Enrique Giménez, al Dr. Víctor Morínigo y a J. Natalicio González, quienes fueron los que llevaron desde ese día al poder al Partido Colorado y Morínigo, a pesar de ser astuto, no se daba cuenta que estos mismos muy pronto lo desplazarían del poder, creándole una amargura durante el resto de su vida, tal como lo había manifestado en una visita que se le hizo en Buenos Aires, diciéndole a Pampliega que hoy le daba la razón y que se arrepentía por su torpeza de entonces, ya que se hubiese esperado la resolución del Gabinete Militar que sería un freno al golpe tan intempestivo desencadenado por el mismo Morínigo, entregándose a los tres arriba citados.

         El mismo Enrique Giménez hasta perdió su carrera militar y tuvo que deambular por el exilio, como Natalicio González, tirados por sus propios correligionarios".

         Dice Pampliega que los otros grandes y conscientes responsables de la masacre de paraguayos fueron los otros dirigentes republicanos que se dejaron arrastrar por los arriba citados, como Federico Chávez, Ángel Florentín Peña (éste concepcionero) y Juan León Mallorquín, quienes propiciaban elecciones libres.

         Los dirigentes liberales, febreristas y comunistas también son considerados por Pampliega como responsables menores por haberse dejado llevar por arrebatos anarquistas. Dice Pampliega en la pág., 170: "Estoy muy seguro que otro de los responsables mayores, como Rafael Franco, habrá influido para ello. Su carácter díscolo y pendenciero no hacía presumir otra cosa".

         Sobre el mismo Rafael Franco, se lee en el libro "FRANCO" de Arturo Rahi, el juicio emitido por la historiadora Julia Velilla Laconich, quien dice: "Franco, como De Gaulle, en lo político, son susceptibles de críticas y discusión, han podido cometer desaciertos, pero nadie podrá negarle una virtud suprema: su devoción por su patria y por su pueblo; esa fe y ese amor la patria que hecho coraje los convirtió en héroes. Porque sin ese amo fanático que sentía por su patria -la primera razón de su vida- Franco no habría llegado a los lindes de lo extraordinario, no hubiera llegado a ser el héroe casi sobrehumano, el legendario Parapití Póra, temido y respetado por el adversario, valiente entre los valientes y por eso amado y admirado por su pueblo en armas, como pocos caudillos lo fueron".

         "Franco, el político, puede ser una figura discutida y discutible -un destino histórico es inseparable de muchos errores-. El Coronel Franco, soldado y héroe es una figura sin sombras, luminosa y gloriosa, ante la que se inclinará siempre reverente la tricolor patria, a la que supo honrar y defender, como sólo sabe hacerlo un paraguayo de ley".

         Dice Pampliega: "Se puede resumir entonces que los grandes responsables de la revolución fueron Higinio Morínigo, Rafael Franco, Natalicio González, Víctor Morínigo y Enrique Giménez". Los dirigentes colorados dicen que el golpe colorado del 13 de enero de 1947 se realizó para parar el golpe de los generales, desencadenado el 9 de junio de 1946 y que trajo amplias libertades durante pocos meses.

         Otro pasaje interesante que describe Pampliega es el de la reunión que tuvieron con el Gral. Perón en diciembre de 1947 en Buenos Aires los paraguayos Rafael Franco, Juan Estefanich, José P. Guggiari, Gerónimo Zubizarreta y Pampliega. Este decía "que tanto el poder como la política ofrecen posibilidades inesperadas. Ayer, enconados enemigos, hoy amigos arrepentidos. El mañana ya es cosa más difícil de predecir. Allí estábamos ex-presidentes y ex-ministros de diversos colores y matizados caracteres. Franco por ejemplo, nos había apresado a Zubizarreta y a mí en 1936, aunque el hombre decía que nunca tuvo nada contra nosotros; al primero, más que apresado, lo deportó, pero lo negaba rotundamente. No dejábamos de reírnos para adentro con el Dr. Zubizarreta cuando escuchábamos las explicaciones del irascible Coronel. Le decía yo a Zubizarreta: "el Coronel es así, aunque no es un hombre malo, pero no deja de ser algo desconcertante".

         Dice que la renuncia de los ministros febreristas, presionados por él, dio pie al golpe colorado. Franco quería hacer creer que él no era ningún dictador para no escuchar a sus colaboradores. A Pampliega, según lo dice, lo único que le preocupaba era el Paraguay, fatal perdedor en la reciente jornada sangrienta. Era tarde para borrar pasados errores. Guggiari congeniaba bastante con Franco porque éste lo ponía muy por encima del Dr. Eusebio Ayala. Zubizarreta había defendido los intereses de la República con acendrado patriotismo. Negociador hábil y astuto, fue una verdadera muralla ante los encontrados intereses bolivianos. Por su parte, el militar tenía sobrados quilates de valiente e intrépido reconocido por todos los paraguayos que lo vimos combatir en la Guerra del Chaco".

         "Perón, carismático personaje amaba al Paraguay como un hermano arrepentido, diciéndonos: La Argentina no les llevó la guerra, sino el traidor Mitre con los ingleses, nuestros grandes expoliadores".

         "Comenzó Perón preguntando: ¿Qué puedo hacer en beneficio del Paraguay?. Uds. se han dado el lujo de pelear casi 8 meses". Le salió José P Guggiari y le dijo: ¿"Por qué su gobierno ayudó a Morínigo proporcionándole toda clase de mercancías y armamentos, general?. Dijo Perón: "Con ese gobierno nuestras relaciones nunca fueron rotas Dr. Guggiari. Este replicó: "Sí, pero una vez declarado el conflicto se hubiesen mantenido neutrales y la Argentina se arrepentiría muy pronto de lo que hizo, porque con los que hoy gobiernan no existen derechos ciudadanos, sino la ley del garrote".

         Luego arremetió Franco: "Mi general, llegó el momento para que Ud. asuma el papel del Mcal. López en San José de Flores. Ayer se trataba de la desunión del pueblo argentino, hoy nos tocó el turno a nosotros".

         El canciller de Argentina Bramuglia habló con el canciller paraguayo Federico Chávez en Quintandinha y éste le dijo que el coloradismo estaba más fuerte que nunca y cuando Bramuglia le preguntó sobre el futuro democrático del país, Chávez le dijo: "La preocupación actual de su partido era sacarse de encima al Pdte. Higinio Morínigo".

         Luego habló Zubizarreta y dijo que él estaba con la propuesta de Perón de hablar con el gobierno paraguayo y llegar a una Constituyente, pero desconfiaba de la aceptación colorada, pues esa gente es de cinco pesos la puñalada y es por eso que se les sacó del Gobierno en 1904. No lo dijo con ofuscación sino con un tono de melancolía y resignación.

         Estefanich se explayó en parecidos términos que el Cnel. Franco y que dependía de la buena voluntad del Gral. Perón. Este escuchó a todos y pidió que hable el Gral. Pampliega, quien relató los pormenores de la revolución, y que el Paraguay nunca resolvería sus problemas sin el entendimiento de los partidos políticos, siendo la Constituyente el único camino. Franco no se dio por aludido y miró para otro lado. Así terminó esta entrevista y hasta la última dictadura de Stroessner, no había pasado nada.

         Sobre la afiliación partidaria de militares, desde 1916 en que fue fundada la Escuela Militar, éstos se mantenían apartidarios, bajo control de sus jefes. No obstante, no se podía evitar las preferencias de algunos militares, según expresa Pampliega en su libro, ya que alguna opinión debe tener en su fuero íntimo. Luego expresa: "ya el Cnel. Rafael Franco, en 1936, llevó a una nueva agrupación política que pretendió identificarse, y de no haber caído en agosto de 1937, hubiera comenzado la afiliación masiva al febrerismo. Aunque no llegó a eso, por poco estuvo".

         Continúa Pampliega: "Esta triste práctica se concretó al fin en el período siguiente a la revolución del 47 por parte del Partido Colorado, convencido de perpetuarse en el poder por medio de esta ingeniosa maniobra... darle al militar una formación política sectaria a modo de vacuna, es la peor orientación para quienes se encuentran a cargo de la Defensa Nacional.... las FF.AA., fueron y deben ser auténticamente nacionales. El soldado es la nación y no de la Asociación Nacional Republicana como lo es en la actualidad... sin embargo liberales y febreristas avalaron con su presencia en las jornadas constituyentes de 1967 tal situación... un Rafael Franco con todos sus errores y un José P. Guggiari jamás hubiesen aceptado tal componenda", concluye Pampliega.


         2.- LOS DOS FRENTES DE BATALLA


         Eran dos los frentes revolucionarios que estaban atrincherados sobre la margen derecha del río Ypané, estando comandados el uno desde la desembocadura en el río Paraguay hasta Belén con su P.C. en "Paso de Patria" una cascada ya cerca de Belén, en el campo ganadero de "Zarza Hnos.", por el Cnel. Rafael Franco; era el sector Oeste. El sector Este iba desde Belén hasta Pedro Juan Caballero, comandado por el Cnel. Alfredo Ramos, aunque desde Tacuatí a Pedro Juan estaba prácticamente desprotegido por ambos bandos.

         Ocurrieron muy interesantes hechos y maniobras militares que no viene al caso rememorar, ni cronológicamente siquiera, porque ya fueron exhaustivamente analizados y comentados por otros autores civiles, políticos y militares.

         Pero hay hechos que los describo porque fueron protagonizados por amigos personales que me los han relatado, la mayoría ya fallecidos, pero a quienes siempre he dado fe. En un momento dado, el grueso del ejército gubernista ocupaba una colina rodeada totalmente de esteros (sería el Piripucú al norte de Paso de Patria) y ahí preparó el Cnel. Franco una maniobra envolvente, pero como faltaba apoyo en hombres, este Coronel envió a su secretario particular, el estudiante Carlos Manuel Paradeda Quevedo, un amigo hermano en el afecto desde la infancia hasta recibirnos juntos de médicos, junto al Cnel. Alfredo Ramos, quien tenía su PC en las cercanías de Tacuatí y a quien transmitió el pedido de tropas de refuerzo para dicha maniobra. El Cnel. Ramos estudió la maniobra e hizo decir al Cnel. Franco que no podía sacrificar su frente por algo que él consideraba suicida e impracticable porque los soldados tendrían que permanecer en el agua y serían blancos de los gubernistas, quienes se encontraban cómodamente apostados en la colina. Algunos comentan que esta negativa disgustó al Cnel. Franco y no obstante ello, se lanzó a la aventura. Al margen, Ramos le pidió a Paradeda Quevedo que se quedara con él como su secretario y fue así que ya no volvió al frente Oeste. Rodearon la colina, pero tal como se le había prevenido, no pudieron llegar a enfrentar a los gubernistas y muchos fueron heridos, cayendo al agua y muriendo ahogados y cuentan los testigos que tuvieron que permanecer siete días en el agua, cayendo ahogados algunos por cansancio y agotamiento. Los que pudieron, regresaron a su frente al otro lado del Ypané, en la margen derecha. Uno de los participantes fue el Sr. Guido Bonzi Quevedo quien nos detalló la verdadera tragedia por la que pasaron y que fue un fatídico episodio para los rebeldes. Otro de los heridos en esa acción fue el Sr. Manuel Benítez, a quien se lo apodaba Mayor Benítez, quien recibió un balazo en el hombro derecho, quedando paralítico definitivamente ese miembro superior derecho. Este señor era muy amigo de mi casa y concurría con muchos amigos para el aperitivo diario y fue ahí donde nos relató igualmente lo ocurrido, en coincidencia con el Sr. Bonzi.

         Las fuerzas gubernistas, conscientes de que no podría avanzar a través de esos esteros, se desplazaron hasta Tacuatí, donde instalaron el grueso del ejército, con la intención de dar el golpe final, tomando Horqueta, Belén y Concepción. Previendo semejante descalabro, me contaba Paradeda, que el Cnel. Ramos tomó una desesperante determinación de envolver a ese grueso, tomándolos a todos en sueño y de ahí continuar a Asunción. Preparó su maniobra contando con un lugar llamado "Paso Sena", muy cerca de Tacuatí, según me relató un conocido de esa zona, Don Emilio Olmedo Gilli, y único lugar donde había una balsa. Había una sola carretera desguarnecida, la que conducía a "Agüerito" y que no se pudo cubrir para evitar el escape de los gubernistas, porque el Cnel. Ramos, a su turno, solicitó al Cnel. Franco que le enviara 120 soldados para cubrir esa carretera.

         Ahora no podemos aseverar si esta negativa obedecía a una represalia por aquella negativa de Ramos de enviar refuerzos para la fracasada maniobra citada o era algún criterio razonable del Cnel. Franco. Entonces comenzó la maniobra a la medianoche, del amanecer ya del 11 de junio, cruzando el grueso en el "Paso Sena", con la balsa y otro grupo frente mismo a Tacuatí, en el que se llama "Paso Toro", pero con lianas formando improvisadas maromas. Ahí el Mayor Hermes Saguier con otros jefes, logró sorprender en sueño a la tropa, tomando doscientos prisioneros, que al día siguiente llegaron por tren a nuestra ciudad en ropas menores y recuerdo que estuve curioseando con otros amigos en la terminal y acompañamos a estos doscientos prisioneros por frente a la Catedral y a quienes se les alojó en el local de la Masonería y en la Delegación de Gobierno. Entre ellos estaba el Cap. Viedma, que luego pasó al campo de concentración del km. 180 y el Tte. Ñeñe Talavera Goiburú, muy mal herido en el cuello, sangrando profusamente, cuentan los que le acompañaban en el tren que a cada rato se le hacía curaciones y él arrancaba las vendas y se negaba rotundamente a recibir transfusión de sangre, que dicen, tenían en suficiente cantidad a disposición, gritando: "Como colorado, prefiero morir antes que caer en manos de los comunistas" y fue tan importante la hemorragia que, según relatan, cuando ya llegaban a Concepción falleció este heroico militar paraguayo. Recuerdo que este supremo sacrificio fue comentado como un gran gesto heroico y dado que tenía familiares en Concepción, sus restos fueron velados en la casa de la familia Ortiz Sisa y sepultados cristianamente con honores militares y la asistencia compungida de familias y ciudadanos.

         En Tacuatí se tuvo poco tiempo, llegando a pasarse por el Ypané algunos armamentos pesados, pues los gubernistas tuvieron tiempo, al correr en calzoncillos, entre ellos el Gral. Francisco Caballero Álvarez, de retirar los percutores y destruir los aviones que estaban en pista. Entre las vituallas tomadas habían muchas botas rojas, que eran preparadas para la entrada triunfal a Concepción y para un almuerzo gigante contaban con camiones y carretas cargados con alimentos enlatados, cubiertos en cantidad impresionante y muchas otras cosas para la recepción al ejército gubernista y a las familias coloradas de Concepción.

         El Mayor Alfirio Canata logró escabullirse entre la oscuridad de la noche y escapó con los soldados que pudo por la carretera a Agüerito y así fue que logró reorganizar su ejército y volver a la carga sobre los rebeldes, que apresuradamente emprendieron el regreso a su antiguo PC.

         Muchos opinan que la exitosa Victoria de Tacuatí del 11 de junio hubiese marcado el más fundamental paso para el triunfo revolucionario si es que se hubiese contado con los 120 soldados pedidos para cubrir la carretera a Agüerito, por lo que hubiesen caído no solamente la totalidad de soldados sino todos los pertrechos de guerra y la treintena de vehículos con el antedicho gigantesco cargamento. La hazaña de tirar los percutores, los cañones y armas al Ypané se atribuye a un heroico y desesperado accionar del Tte. Ñeñé Talavera Goiburú.

         Como los rebeldes estaban bien atrincherados, los gubernistas se desplazaron nuevamente hacia Belén y ahí lograron vadear el Ypané en la primera quincena de julio, atacando en la zona de "Paso de Patria", y sorprendiendo al Jefe Cnel. Rafael Franco en su PC. Cuentan que un soldado llegó hasta el PC sobre la Ruta V y advirtió al Cnel. Franco que los gubernistas estaban cruzando con maromas y le ordenó que vaya a resistir hasta morir. Mientras, al parecer se festejaba algo en el PC donde Franco se encontraba con la mujer llamada "La Gata", que le acompañó en toda la campaña. Cuando de repente las balas silban sobre el PC, entonces el Cnel. Franco toma su jeep con su plana mayor y se dirige a la División. Aquí es donde existen muchas conjeturas y algunos hablan de que ante la gravedad del pasaje de las fuerzas gubernistas, esto indudablemente cierto, se reúnen los integrantes del Gobierno Revolucionario: el triunvirato formado por los Coroneles Alfredo Galeano, Fabián Saldívar Villagra y Espiridión Chamorro, decidiendo designar único Comandante de todo el Frente Revolucionario al Cnel. Alfredo Ramos.

         Esto también fue verídico y la prueba es que la gran maniobra secreta del desbande revolucionario por el río Paraguay hacia Asunción fue obra exclusiva y brillantemente planeada por el Cnel. Alfredo Ramos, maniobra que se describe en otro capítulo.

         No existe el deseo de polemizar en este libro, que como se dijo en otro apartado, solo busca el relato de algunos hechos ocurridos y detallados por amigos personales y personas confiables.

         La polémica de que la verdad histórica aflore alguna vez, queda ya a cargo de los especialistas estudiosos de las cuestiones militares y la confrontación entre las distintas obras editadas y lanzadas al público en sus respectivos momentos. Mientras, digamos que son relatos que bien pueden venir a cuentos solamente. Pero, de que hay mucho de verdad en lo expuesto, es evidente y patente. Con lo que no pudiera ser así como se describe, mi descargo como un ciudadano paraguayo más.


         3.- EL DESBANDE REVOLUCIONARIO


         El jueves 31 de julio de 1947 fue el día en que las tropas revolucionarias emprendieron el viaje hacia el puerto de Concepción, ¿de dónde partirían hacia dónde? Allí esperaban 36 embarcaciones, algunas de Concepción, otras de bandera argentina, entre chatas y remolcadores que justamente habían traído cargamentos enormes de trigo que, según cuenta, serían unas 1.500 toneladas para el Molino Harinero de los Hermanos Villagra y cuando ya estaban por partir de regreso a la Argentina con grandes cargamentos de rollos de maderas, estalló la revolución en la madrugada del 8 de marzo de 1947. No pudieron regresar, quedando retenidas todo el tiempo que duró la revolución. Uno de los remolcadores se hizo famoso, el llamado "Desarrollo" que fue artillado con un cañón antiaéreo precediendo a las 35 embarcaciones rumbo al sur, a la Capital.

         Pero es interesante rememorar algunos hechos históricos que hacen relación con anécdotas ocurridas entonces.

         Unos días antes del 31 de julio ya circulaban rumores de que las fuerzas rebeldes abandonarían Concepción, lo que creó gran zozobra en la población, a tal punto que centenares de familias emprendieron un éxodo aguas arriba, hasta la ciudad brasileña llamaba Puerto Murtinho, donde fueron recibidas y alojadas como refugiadas: la mayoría eran señoras, señoritas y niños que temían lo peor por los comentarios de que las fuerzas gubernistas cometerían desmanes al tomar Concepción. Por otra parte, muchas familias que no quisieron abandonar la ciudad, prepararon para sus refugios: las niñas en el Colegio "María Auxiliadora" de las Hermanas Salesianas, los niños y jóvenes en el "Instituto San José" de los Padres Salesianos y unas trescientas personas en el Palacio Episcopal y sus patios. Como ejemplos: mis dos hermanas, María Ana Ruso (13 años) y Lucía Benita Ruso (9 años quedaron en el Colegio (María Auxiliadora" y mis padres fueron al Hospital Regional con las mercaderías de su "Almacén Europa" que quedaron así a salvo en los sótanos de la vivienda de las monjas del Hospital, quienes en su mayoría eran compatriotas de nacionalidad yugoeslava. A mí me tocó guarecerme en el Palacio Episcopal, pues con mis 16 años de edad no era partícipe de las fuerzas revolucionarias. En el zaguán se instaló una tuca con fardos de algodón para defensa contra los bombardeos, habiendo ocupado yo ese techo de algodón con otros amigos. El techo iba tan solo hasta el dintel del frente y de la puerta cancel trasera. Era un refugio de mucha seguridad porque por encima del techo de durmientes y fardos de algodón había un espacio de dos metros hasta el entrepiso de la segunda planta y a los que se sumaba el techo del edificio.

         Como en esos momentos ya no había peligro de bombardeos, nos ubicamos en el techo de durmientes con nuestros colchones los hermanos Nicola ( ) y Luca Niksich, Yamil "Chiquitín" Maluf ( ), Andrés Bonzi (h), Juan B. Villa Cabañas ( ) y su hermano Helios Villa Cabañas. Nos pasábamos mirando a través de la banderola del zaguán a los que transitaban por la calle Mcal. Estigarribia, que eran soldados de las fuerzas revolucionarias que en silencio caminaban con sus equipos de guerra hacia el puerto y reconocíamos a muchos de ellos como amigos y vecinos. Convoyes de tropas en camiones venían por la Ruta V otros por tren, que desembarcaban en la estación terminal y ya a la noche los últimos del frente venían caminando por la trocha angosta del ferrocarril. Como no era obligatorio embarcarse con destino desconocido, muchos prefirieron quedarse voluntariamente u obligados por sus padres.


         ANTES DEL CAMBIO DE FRENTE


         Unos días antes del 31 de julio ocurrió algo fortuito que, no obstante nuestra juvenil adolescencia, nos llamó la atención. La vieja casona de Mcal. López esq. Iturbe que fuera inaugurada en 1862 y donde estuviera bailando en una recepción el entonces Gral. Francisco Solano López, este local pasó a ser hospital de sangre durante la Guerra del Chaco, posteriormente casa del Dr. Nicanor Duarte donde también vivieran su hermano el Dr. Cristóbal Duarte y otro abogado sobrino, el Dr. Jorge Raúl Trigüis, pasó a pertenecer en la década del 40 al Sr. Juan A. Caballero, casado con Sara Maciel y donde vivían también una hermana de la citada esposa, doña Ernesta Maciel Vda. de Gill. Ahí don Juan tenía su famosa "Librería e Imprenta Minerva" donde se editaron "Correo del Norte", "Municipio" y otros periódicos.

         Durante la revolución, se hospedaba en casa de Don Juan, su amigo el Cnel. Alfredo Ramos. En la esquina, en sendos sillones de mimbre se sentaban después de la cena Don Juan y el Cnel. Ramos a platicar durante horas. Mi domicilio ya era el actual de la calle Mcal. Estigarribia esquina Iturbe y frente a la casona de don Juan estaba el viejo edificio de dos plantas, donde funcionara en el siglo pasado la primera Escuela Normal, adquirido posteriormente por don Blas Aquino Quevedo, quien durante la Revolución alquiló al ciudadano libanés don Salín Maluf. El hijo mayor de don Salín fue el brillante cadete Sigfrido Maluf que escapó de la Escuela Militar, cruzando a pie todo el Chaco hasta llegar a Concepción para adherirse a la Revolución, dada su condición de ciudadano con tendencia liberal e institucionalista en el campo militar. Otro hermano menor llamado Yamil (Chiquitín) Maluf era mi contemporáneo y amigo de infancia, época en que desde entonces nos pasábamos jugando en las esquinas de las calles. Un buen día, por la noche, estábamos charlando sentados a tres metros aproximadamente del lugar donde se columpiaban en sus mecedoras Don Juan y el Cnel. y de casualidad escuchamos decir al Cnel. Ramos: "Mire don Juan, mi plan es desplazarnos con 36 embarcaciones hacia el norte con los motores a toda marcha y las luces de la ciudad encendidas, para que la población se hiciera la idea de que nos iríamos a crear otro frente, pero al llegar al extremo norte de la Isla Chaco-í, apagando luces y motores, nos dejaríamos llevar por la correntada del brazo oeste llamado "Riacho Negro" rumbo a la Capital donde pienso llegar en 36 horas y sorprender al gobierno moriniguista totalmente desprevenido".

         El convoy era punteado por el remolcador "Desarrollo" que a eso de las 3 de la madrugada sorprendió y abordó el buque gubenista insignia "Tte. Praats Gill" y simultáneamente llegaba por tierra el Regimiento R.I. 1 "2 de Mayo" al mando del Cap. Bartolomé Araújo y el Tte. Sigfrido Maluf, con otros jefes y un pelotón de soldados, constituyendo esta maniobra la más estratégica y genial de toda la Revolución que sirvió de ejemplo en la enseñanza de maniobras tácticas de ejércitos en guerra en muchos países del mundo. Fueron sorprendidos durmiendo los jefes, oficiales y marinos del "Praats Gill", siendo muertos algunos y tomados prisioneros el resto. En tierra fue lo mismo y tuvieron que desbandarse hacia el interior siguiendo la vía férrea que conducía a Punta Riel, la misma vía que usó el grueso del frente gubernista que logró vadear el río Ypané y tomar Belén, pero donde ya no encontró tropa enemiga, pues ya habían desbandádose hacia Concepción para la maniobra antedicha. Se comentaba que el jefe gubernista Gral. Feliciano Morales, al encontrarse rodeado por el Cap. Araújo y sus tropas, abandonó precipitadamente su P.C. de Pto. Yvapovó en calzoncillo.

         Por orden del Cnel. Ramos, con su programa de llegar a Asunción en 36 horas continuaron de inmediato aguas abajo. El Gobierno revolucionario viajaba en el buque-motor "Ituzaingó" y el Cnel. Ramos en otra embarcación. A la altura de "Tacurú Pytá", antes de llegar a Pto. Antequera, el Cnel. Ramos escudriñaba el horizonte con su catalejo y de pronto ve acercarse aviones NA gubernistas que se largan en picada sobre las embarcaciones, lanzando sus bombas. Alguien pidió al Cnel. Ramos que bajara a cubierta para ponerse a resguardo, a lo que hizo caso omiso y una de las bombas impactó en cubierta, alcanzando a herirle, según algunos, las esquirlas, en el costado del tórax, produciéndole fracturas de costillas y según otros, parece ser que con la explosión fue arrojado violentamente al piso de la embarcación y ahí sufrió las fracturas. Este hecho lo sacó de combate y ya tuvo que hacerse cargo de la Revolución como Comandante el Cnel. Rafael Franco. En forma inexplicable se detuvieron en Pto. Antequera y no quiso seguir avanzando hasta tanto tomaran la Villa de San Pedro e instalaran las autoridades revolucionarias, lo que significó varios días de pérdida de tiempo, ya que San Pedro queda a 13 kms. de Pto. Antequera, tuvieron que requisar alimentos y armas diversas. Lo mismo ocurrió en Pto. Rosario, de donde fueron con la misma intención a la Villa Rosario, a unos tres kilómetros de distancia.

         Esto constituyó una pérdida de unos 15 días que permitió que las fuerzas de Concepción, al no tener embarcaciones, se lanzaran a pie y sorprendieron a la retaguardia rebelde ya a la altura de Emboscada, donde se destacó la valiente actitud guerrera del Cmdte. Adalberto Canata y el Cap. José V. González. A pesar de que las fuerzas rebeldes llegaron a pocas cuadras de "Mburuvichá Róga" ya fue imposible avanzar porque se dio suficiente tiempo a que el amigo de Morínigo, el Gral. Juan Domingo Perón le proveyera de modernos armamentos desde una cañonera que llegó al Puerto de Asunción. Esto hizo sucumbir al ejército rebelde y el desbande se hizo a través del Chaco Sur por un lado, el Pto. de Villeta por el Sur de Asunción, todos disparando a la Argentina, siendo incontables los muertos caídos en las líneas rebeldes, decretándose así la victoria del Ejército Gubernista el 19 de agosto de 1947.

         De haberse llegado a Asunción en 36 horas (perfectamente factibles), de acuerdo a la magistral escapatoria del Cnel. Ramos, quizás otro hubiese sido el final de la Revolución y mismo de toda la Nación, ya que Asunción no tenía ninguna defensa, pudiendo haber caído en manos rebeldes entre el 3 y el 5 de agosto.

         Estos son hechos anecdóticos que lo obtuve por intermedio de ex combatientes amigos, de ambos bandos, que me lo han relatado con sincera franqueza y ante otras diversas opiniones sobre las causas de la derrota rebelde ya no corresponde que lo analice en este libro, ya que varios autores lo exprimieron exhaustivamente en sus obras.

         En otro capítulo se describe algunas anécdotas verídicas sobre el desbande de las fuerzas rebeldes, donde ocurrieron crímenes increíbles entre hermanos paraguayos.


         4.- TENIENTE SIGFRIDO "BUBBY" MALUF


         A título de anécdota, creo que vale la pena destacar referencias de familiares y algunos Ex-combatientes, sobre este destacado joven concepcionero llamado Sigfrido Maluf, alias Bubby (*) quien tuvo una actuación histórica y heroica en el R.I. 1 "2 de Mayo" a las órdenes del Cap. Bartolomé Araujo, cuyo frente sobre la margen derecha del río Ypané, abarcaba desde Belén (Paso de Patria) hasta la desembocadura en el río Paraguay. Sus hazañas le valieron el rápido ascenso a Teniente. Se recuerda una hazaña allá por junio o julio del 47, cuando el famoso R.I. 5 "Gral. Díaz", llamado "Poncho Pytã", estaba integrado por los reservistas colorados, vadearon el río Ypané con la intención de apoderarse del Aeropuerto, a dos kms. del Ypané y de ahí a tres kms. de Concepción, que de caer en manos de ellos, terminaba la Revolución. Estos aguerridos reservistas se encontraron con una inexpugnable resistencia del R.I. 1 "2 de Mayo". Allí fueron repelidos y muchísimos reservistas murieron acribillados y otros ahogados al intentar cruzar el río a nado. Del lado rebelde murieron cinco rebeldes y esa noche fueron velados en el salón de Actos del Palacete Municipal. Recuerdo muy bien de uno de ellos, un sargento Escalante presentaba un dantesco cuadro con el cráneo y cara totalmente destrozados por una salva de metrallas.

         A raíz de esta hazaña, se hizo famoso en el frente gubernista el nombre del Tte. Maluf, como el héroe de esa gesta, considerándosele como el revolucionario que más colorados mató en la Revolución, clamando en consecuencia, venganza. La historia no termina acá.

         Ya en pleno desbande, el 18 de agosto, un grupo de rebeldes marchaba a prisa en busca de la Argentina, allende al río Pilcomayo. Llegaron a una Estancia llamaba "Galileo" de don Froilán Zavala, que antes de llegar al Pilcomayo son alcanzados y tomados prisioneros por las fuerzas gubernistas que les seguía a corta distancia. Ahora, según relata otro concepcionero corrido, el Sr. Coco Rojas, Hipólito, al llegar a dicha zona, ya en horas de noche, encuentra al contingente arriba citado, en una isleta cerca de la estancia "Galileo", donde exhaustos, estaban durmiendo. Todos ellos cruzaron el río Paraguay a la altura de lo que hoy es Puente Remanso y en la orilla derecha había una destilería donde quedaron a pernoctar; fue el 17 de agosto y al día siguiente prosiguieron hacia el Oeste, internándose unos 10 kms. en el Chaco y ahí encontraron un Retiro de "Galileo" llamado "Mamó reí". Era el extremo este del Estero Patiño, donde pernoctaron y al día siguiente temprano tomaron varios caballos y se lanzaron hacia el sur en busca del Pilcomayo. Uno de ellos, ya agotado, tuvo que ser transportado ventralmente sobre el anca de un caballo, so pena de morir. Era un conocido concepcionero, dueño de una mueblería fúnebre llamado Silvestre Insfrán y a la noche llegaron a la isla arriba citada, donde encontraron a ese otro grupo descansando, entre ellos dos concepcioneros: Feris Maluf y un joven de apellido Ortellado conocido con el sobrenombre de "Mariscal". Era hermano del conocido sacerdote concepcionero ya desaparecido Pbro. Venancio Ortellado. Al llegar a dicho lugar, les dice Hipólito (Coco) Rojas a los dos concepcioneros: "Por qué no seguimos que están por llegar los gubernistas y nos matarán a todos". Le responde Feris que no, que están muy cansados y que quedarán a dormir para continuar al día siguiente. El resto continuó viaje y al día siguiente cruzaron el Pilcomayo a la altura de un lugar donde los caballos aceptaban vadear el río. A esa estancia llegaron ya a altas horas de la noche del 18 de agosto, donde se acostaron a dormir, pero a eso de las 2 de la madrugada del 19 de agosto, un Contador Público concepcionero de apellido Insaurralde, les despertó a todos y les dijo que debían cruzar la frontera lo más pronto posible, pues estaba remontando el Pilcomayo una lancha torpedera gubernista y todos corrían el riesgo de ser aniquilados. Así se salvaron y fueron guiados por vaqueanos de la Estancia. Fueron tomados por los argentinos y conducidos a un campo de concentración. El Sr. Insaurralde y otros no quisieron cruzar el río y siguieron a pie, costeando el Pilcomayo hasta llegar a los fondos de los campos de Carlos Casado, donde tenía unos parientes trabajando en una Estancia. De ahí, posteriormente, el Sr. Insaurralde fue a radicarse en la ciudad de Salta, donde llegó a ser Presidente del "Centro de Residentes Paraguayos", y falleció hace poco tiempo-.

         El Sr. Hipólito Rojas relata que unos días después llegaron otros refugiados y contaron que los gubernistas alcanzaron aquella noche la Isleta, sorprendieron a los que quedaron a descansar y procedieron a identificar a cada uno de ellos y cuando le tocó el turno a Feris, le dicen:

         - ¿Cómo se llama Ud.?

         Le responde: Feris Maluf!

         Ah, ¿Ud. es el Tte. Maluf?

         - Sí, el mismo. Que quizás lo dijo por el susto, inocentemente.

         Ah, entonces Ud. es el famoso Tte. Maluf, así es que, siga corriendo. Algunos refieren que en el acto fue degollado y todos sostienen que al obedecer la orden de correr, lo acribillaron a metralleta por la espalda. Triste destino, no era el de el Tte. Sigfrido "Buby" Maluf. Era su primo Féris Maluf, hijo de otro libanés llamado Abrahin Maluf.

         Ese mismo fin tuvo "Mariscal" Ortellado.

         Los restos de Feris Maluf fueron traídos a Concepción un tiempo después por sus familiares, los cuñados don Guillermo Ruotti y Herminio F. Valiente. En el lugar colocaron una cruz de hierro y todos los que pasan por el lugar, lo reconocen como "Curuzú Maluf".

         ¡Y cuántos centenares más de jóvenes rindieron tributo a sus ideales en la fratricida revolución del 47! En el bajo Chaco a orillas del Pilcomayo; en Villeta sobre el río Paraguay se vivieron las más tenebrosas escenas de la guerra fratricida. ¿Cuántos paraguayos muertos en manos de sus propios hermanos, en nombre del ciego fanatismo de los colores partidarios?!

         Hay hechos que se prestan a comentarios, pero se impone el respeto al pensamiento y a los intereses de los protagonistas. Luego de terminar la Revolución, el Tte. Sigfrido Maluf decide y se afilia al Partido Colorado y esto le permite llegar a la Presidencia de la Seccional Colorada de Trinidad, donde logra llevar adelante una de las fábricas más grandes de cerámica en el Paraguay, tal vez con la ayuda de Humberto Domínguez Dibb, su amigó y compatriota que por lazos matrimoniales lo allega al tirano Stroessner. Churchil se afilió a cinco partidos.


(*) Según un cadete llamado Raúl Friedman, quien escribió un artículo sobre los acontecimientos del 7 de marzo de 1947, en una sección dominical de un periódico de la Capital, dice que nunca había pasado por la Escuela Militar un cadete que tuviera mejores notas que el brillante Cadete Sigfrido Maluf.



         5- DESPUÉS DEL "CAMBIO DE FRENTE"


         Volviendo a la retirada del Ejercicio Revolucionario, aquel 31 de julio, centenares de familias y ciudadanos de Concepción, como se dijo antes, se refugian en el "Instituto San José", en el "Colegio María Auxiliadora" de la orden salesiana y en el Palacio Episcopal. Justo a la media noche zarparon las 36 embarcaciones y todos creían que se retiraban hacia el norte a formar otra frente a orillas del Aquidabán o del Apa. El 1 de agosto amanece Concepción con un silencio sepulcral y nadie se percata que un Parlamento designado por el Comando Revolucionario se desplaza en un vehículo hasta Belén, al encuentro del ejército gubernista. Este Parlamento lo integraban el Rvdo. Padre Heriberto Arturo Vázquez, el Rvdo. Pbro. Juan B. Queiroz, el Tte. Hérib Quinke Fernández y el Sr. Marciano Miranda. Iban en un jeep descapotado y sobre el capot apostado el joven Herminio Valiente con una bandera blanca izada a un palo de escoba. Este joven era Secretario del P. Queiroz.

         Al promediar la mañana de ese 1 de agosto regresa el Parlamento con el nuevo designado Jefe de Plaza mayor César Martínez Ruiz y se apersona a los refugiados en el jardín del Palacio Episcopal, acompañado del Rvdo. Padre Vázquez, quien lee el Acta labrada en Belén, diciendo que el Comando Gubernista prometió enviar solamente 120 hombres del Regimiento "Boquerón" para garantizar el orden y la tranquilidad de todos los habitantes y en consecuencia pide que con este documento se garantiza a que todos los refugiados vuelvan a sus casas.

         Se transcribe a continuación dicho documento que anduvo extraviado durante cincuenta años y que, en octubre de 1998, circunstancialmente pasaba por el despacho del Vicario General de la Diócesis de Concepción y con sorpresa veo el documento original encuadrado, por la pared de dicho despacho y con tanta alegría pedí me lo prestara nada más que para obtener una copia de tan valioso documento y que me había pasado averiguando durante cincuenta años con el Padre Vázquez y él nunca pudo hallarlo.

         He aquí la transcripción:

         "Comando en jefe de las FF.AA. de la Nación

         I CUERPO DE EJÉRCITO

         IIIa. División Infantería II - G

         "En el pueblo de Belén, el día primero de agosto de mil novecientos cuarenta y siete, siendo las nueve horas del día, estando reunidos en el local del Puesto de Comando de la Tercera División de Infantería los señores: Coronel don José S. Da Costa, Comandante de la División; Teniente Coronel don Antonio E. González, Jefe del Estado Mayor de la misma División; Mayor don Alcides Basualdo, comandante del Regimiento 6 de Infantería "Boquerón"; Reverendo Padre Juan B. Queiroz Candia; Reverendo Padre Heriberto Vázquez; Señor Marciano Miranda Núñez y Señor Hérib Quinke Fernández, el Reverendo Padre Juan V. Queiroz Candia pidió la palabra y expresó textualmente: "Yo, el Reverendo Padre Heriberto Vázquez y los señores Miranda Núñez y Quinke Fernández, hemos llegado hace diez minutos a las líneas de esta división, sobre el terraplén a Concepción, trayendo una bandera de parlamento con la misión de manifestar al Comando de la División lo siguiente: que en el día de ayer treinta de julio, me llamó a su presencia el Comando del Ejército Revolucionario siendo las siete horas de la tarde, rogándome transmitiese al Ejército del Gobierno, lo siguiente: Abandonamos la ciudad de Concepción para evitar más sufrimientos a esta ciudad que ya mucho ha sufrido. Pedimos a nuestros camaradas del Ejército gubernista garantías amplias para la población civil, a cambio de este abandono. Dejamos al Sargento Maravilla con diez soldados y ciento veinte animales vacunos para la provisión de carne a la población civil. En el Hospital quedan un médico y varios enfermeros. En la cárcel dos cabos del ejército y ocho conscriptos. En la Delegación de Gobierno dos soldados. Le pedimos que Ud. Padre Queiroz se apersone al Comando del Ejército del Gobierno y le haga entrega de la ciudad dentro de las condiciones que acabo de exponerle. Esperamos nosotros que los colorados sabrán respetar las condiciones que acabo de explicarle. Acompañados de estos señores aquí presentes, damos así cumplimiento al pedido del Comando del Ejército revolucionario y manifiesto también que la ciudad en este momento está sin ningún resguardo, por lo que solicito del Comando de la División el inmediato envío de un oficial y de las tropas que considere oportunas para cumplir el servicio de dar garantía a la vida y al honor de las personas de la ciudad de Concepción".

         Preguntado si sabía en qué lugares hacia el Norte y hacia el Sur de la ciudad había aún tropas revolucionarias, el Reverendo Padre Queiroz expreso que sólo sabía que dentro de la ciudad no había ni tropa alguna ni hombres armados del Ejército revolucionario.

         Consultando entre sí brevemente las circunstancias, el citado corone comandante de la División y el citado Teniente Coronel Jefe de Estado Mayor de la misma, resolviendo ocupar la ciudad de Concepción con una compañía de Fusileros del Regimiento de Infantería 6 "Boquerón" la que será relevada posteriormente por otra del Regimiento 5 "General Díaz", bajo el comando de su Jefe respectivo y a las órdenes del Mayor don César Martínez Ruiz. Que el Mayor don César Martínez Ruiz recibiría una Orden Particular escrita a la que debía ceñir su gestión en el carácter de Jefe Militar, de la Plaza de Concepción, hasta recibir nuevas órdenes de la Tercera División de Infantería respetaría escrupulosamente las condiciones solicitadas en favor de la ciudad por el Comando revolucionario por intermedio del Reverendo Padre Queiroz.

         Con lo que dio por terminada la reunión, debiendo los señores comisionados regresar a la ciudad de Concepción acompañados por el Mayor Martínez Ruiz y la compañía de Fusileros. Los señores citados en la presente acta, la firman de puño y letra para constancia.


         Cnel. José S. Da Costa           Pbro. Juan B. Queiroz Candia

         Erich Quincke Fernández                Marciano Miranda Núñez

         Tte. Cnel. Antonio E. González       Mayor Alcides Basualdo

         Rvdo. P Heriberto A. Vázquez"


         En horas de la tarde todo el mundo salió a las calles a contemplar los grupos de combatientes que llegaban a la ciudad caminando por el medio de las calzadas y pudimos apreciar que los soldados eran todos de edad media y con desaforados gritos y hurras delataban su estado de borrachera y hasta insultos proferían a cuantos se cruzaban en sus caminos. Como anécdota valga recordar que un grupo de ellos pasaba por frente de mi domicilio, donde estábamos parados mis padres y yo. Se percataron que sobre la cornisa flameaban dos banderas: una la paraguaya y otra también paraguaya pero izada al revés, con el azul para arriba y ocurrió lo pintoresco. Uno de los soldados dijo: "por lo visto Uds. son liberales y por eso ponen la bandera al revés con el azul para arriba". Estos soldados estaban borrachos y eran los famosos "Poncho Pytá" y no los del R.I. 6 "Boquerón" como habían prometido, a los que tuvimos que explicarles que así era la bandera yugoeslava y que mi padre, yugoeslavo, pensaba que de esa forma se respetaría la casa y se dieron por satisfechos. Poco después viene otro grupo en las mismas condiciones y uno de ellos, bien apintonado nos dice: "oiméne pee ruso comunista"?. Lo primero que pensé es que se trataba de algún conocido que sabía que nuestro apellido es RUSO y me apresuré en decirles: "sí, jha'é (sí, soy ruso y vos quién sos?. Me increpan: "entonces pee comunistas jhina, ayepa?" (entonces Uds. son comunistas, ¿es verdad?). Me percaté de la situación, que la consideré grave, viéndome ya entre rejas y torturado. Entonces les dije: "no chamigo, ore apellido nte co Ruso" (no mi amigo, nuestro apellido nomás es RUSO y ahí sobre vino la calma. Pero al atardecer, con unos 1.500 soldados alcoholizados se comentaba que fue el Cap. Manuel W. Chávez quien decidió tomar la ciudad. De entrada, ya al transponer la Parada "2 de Mayo", comenzaron los desmanes, instigados por correligionarios, especialmente mujeres, que solo pensaban en aprovechar la circunstancia para realizar saqueos y estas personas les indicaban cuáles eran las casas de liberales, de febreristas o de revolucionarios y la primera víctima fue la casa de don José Miguel Lambiasse, un señor admirable por su trabajo y honestidad, a una cuadra de la Parada "2 de Mayo", que a más de ser su domicilio, tenía un gran almacén y la panadería más grande de Concepción y la incendiaron totalmente y así fueron bajando hacia el centro con asaltos y saqueos sucesivos. Esto alarmó a la población y para la noche ya se duplicó el número de refugiados en el Palacio Episcopal. Por supuesto, muchas gentes fueron apresadas y conducidas a la Delegación de Gobierno, a la cárcel que quedaba frente al "Colegio María Auxiliadora" y por orden del Cap. Chávez se convirtió en cárcel el Teatro "Paradeda", que merece otro artículo en pasajes venideros.

         Al día siguiente 2 de agosto, el Jefe de Plaza Mayor César Martínez Ruiz se apersonó en el despacho de la curia del P. Heriberto Vázquez y ahí citó a señores, jóvenes y estudiantes refugiados en la Curia. Nos preguntó: "cuéntenme Uds. hacia donde partieron ayer las fuerzas revolucionarias". Nadie respondió. Nadie sabía al respecto. Solamente Yamil "Chiquitín" Maluf y el autor de este libro sabíamos la realidad. Seguramente el miedo y el susto que nos produjo por el momento que se vivía, hizo que nos calláramos como una tapia.

         Entonces dijo el Mayor César Martínez: "pues bien, ya que no saben Uds., yo les diré que fuentes fidedignas nos informaron que las tropas fueron en desbande hacia el norte y seguramente se atrincherarán sobre el Aquidabán, pero no saben que les perseguiremos y que luego tendrán que refugiarse en el río Apa, pero entonces ya estarán en el Brasil y terminará victorioso el Ejército leal al Presidente Morínigo". Ya no pude saber en qué momento se enteraron de la realidad, pero tengo entendido que ese 2 de agosto ya partió a pie el grueso del Ejército Gubernista al mando del Mayor Adalberto Canata, sorteando estoicamente esteros, selvas y ríos, pues no encontraron embarcación para lanzarse en persecución por el río Paraguay. De ahí es que las huestes de Canata tardaron casi dos semanas para sorprender por la retaguardia al Ejército Revolucionario, tal como se describe en otro capítulo.



         6.- EMBAJADOR DEL BRASIL FRANCISCO NEGRAO DE LIMA


         Poco tiempo después de iniciada la Revolución aparece -según detalles del libro de Enrique Volta Gaona sobre la Revolución del 47- el Embajador del Brasil ante el Gobierno Paraguayo, don Francisco Negrao de Lima quien fue nombrado por el gobierno brasileño para interceder por la pacificación de los paraguayos. Primero se entrevista con el Gral. Higinio Morínigo, quien impone sus condiciones, las que no son aceptadas por el gobierno revolucionario, y las que impone éste, tampoco son aceptadas por Morínigo, habiendo fracasado en consecuencia todas las negociaciones de mediación.

         Como anécdota va algo pintoresco: cuando Negrao de Lima arriba al "Hotel Francés" para la conferencia, que como conocen los nativos de Concepción, este hotel se encuentra en la intersección de las calles Pdte. Franco y Carlos A. López, en pleno centro. En el momento en que Negrao de Lima hacía su entrada en el zaguán sobre la calle Carlos A. López, con sus acompañantes, sobrevolaba la zona un avión gubernista del tipo N.A. y lanza sus cuatro bombas (solo podía insertar dos bombas debajo de cada ala y con estirar el piloto unos hilos, éstas se desprendían), haciendo explosión: una en el patio del Sr. José Bañuelos, a pocos metros del Palacio Episcopal y otra en el patio de la División, al lado de un aljibe y mata con sus esquirlas a un soldadito prisionero que estaba parado muy cerca. Estas dos bombas correspondían al ala izquierda del avión y simultáneamente hacían explosión las otras dos del ala derecha: una, a unos 100 metros de la anterior, en el patio del Sr. George Lhoman, matando un caballo del Cnel. Fernández y la otra cae en un espacio de un metro más o menos, entre la muralla y un bañito en la casa que fuera de la familia Berecochea y hoy del Dr. Romañach, más o menos a 30 metros del zaguán del Hotel Francés (calle de por medio). En ese mismo momento se estaba bañando en el bañito el compañero amigo de infancia Aníbal Gerónimo Pampliega Paradeda, hijo del héroe concepcionero de la Guerra del Chaco Mayor Rufino Pampliega, hoy médico residente en el Uruguay y es de imaginar el susto de este amigo, pero felizmente no se derrumbó ni el baño ni la murallita. Pero el mayor susto se llevó Negrao de Lima que como se dijo, la bomba explosionó en el momento en que pisaba el zaguán, a treinta metros de distancia y lo único atinado que pudo hacer fue tirarse cuerpo a tierra y lo mismo lo hicieron los acompañantes.

         Ahora, diversas conjeturas se hicieron con respecto a este incidente, pues unos pensaban que fue simple coincidencia y otros pensaban que fue un atentado gubernista contra Negrao de Lima. En cualquiera de los casos, pocos minutos antes estaba aterrizando el avión de Negrao de Lima en nuestro Aeropuerto y como es lógico pensar, detrás venía el N.A. con sus cargas explosivas y cómo es posible que el piloto no sepa que Negrao de Lima en esos momentos se dirigía al Hotel Francés para la conferencia y tan justo sobrevuela el Hotel y lanza sus bombas sobre el mismo. Quiere decir que el piloto no respetó las normas internacionales y bombardea una población civil indefensa.

         Desde luego que en las guerras, los contendientes no respetan las normas internacionales y por eso ha costado vidas inocentes los bombardeos del Gobierno a la parte civil indefensa, donde no habían objetivos militares... Estas son...


VIVENCIAS DE CONCEPCIÓN

SECUELAS DE LA REVOLUCIÓN



         7.- CAPITÁN MANUEL WENCESLAO CHÁVEZ


         Como se puede leer en el Acta del 1 de agosto de 1947, firmada en Belén con motivo de la entrega, de parte del Parlamento Revolucionario de la ciudad de Concepción totalmente, desprotegida, a las fuerzas triunfantes gubernistas, éstas se comprometieron a entrar en Concepción con un pelotón de 120 hombres del R.I. 6 "Boquerón" para garantizar el orden y la tranquilidad de los habitantes.

         No se cumplió esta promesa porque detrás mismo del R.I.6 entraron unos 1.500 hombres del R.I. 5 "Gral. Díaz", al que se lo llamaba "Poncho Pytá". Este Regimiento es el que tuvo un enfrentamiento catastrófico con los rebeldes apostados en "Caída", la desembocadura del Ypané en el río Paraguay, teniendo desde entonces la fama de ser uno de los más aguerridos combatientes de reserva colorados. Otra fama que le asignaba es que para los ataques le daban caña blanca con pólvora, según decían en aquella época, pero que se pone en duda porque parece impracticable semejante agresión al organismo humano. Como se describe en otro capítulo, estas huestes venían al mando del temible y salvaje Cap. W. Chávez, quien no impidió que comenzara a pocos metros de ingresar a la ciudad con el incendio de la vivienda, almacén y panadería del Sr. José Miguel Lambiasse, prosiguiendo con el correr de los días de otros por lo menos 150 asaltos, saqueos y robos de viviendas, instigados por otras gentes concepcioneras (mujeres y hombres) que indicaban a los reservistas cuales eran las casas de los liberales o febreristas que debían ser asaltadas.

         Es digno de mención recordar al R.P. salesiano Andrés Moleón, quien sin tregua, día y noche asistía a los lugares donde se cometían estos desmanes y fue él mismo que en ocasión de estar en una reunión de amigos mostró una lista de casas con nombres de sus propietarios y direcciones, diciendo que había registrado un total de 150 asaltos y desmanes, siendo algunas casas asaltadas en forma reiterada varias veces. Una de las anécdotas graves fue cuando se presentó a defender la casa comercial "Segura, Latorre y Cía.", ubicada en la casa de la calle Mcal. Estigarribia, esq. Yegros (hoy del Sr. Herminio F. Valiente). Uno de los soldados, bien borracho le gritó al P. Moleón: "Salga de ahí Pa'í, por lo visto Ud. es comunista por defender a estas gentes" y al descerrajar un tiro de fusil para hacer volar la cerradura, el P. Moleón interpuso su mano y felizmente el proyectil pasó rosando su muñeca. El P. Moleón merece eterna recordación y gratitud de la ciudadanía concepcionera.

         Fue entonces el Cap. W Chávez, quien entró ese día a Concepción con sus huestes y casi seguro estamos que fue quien instigó a las mismas a cometer los desmanes, dados el fanatismo de este señor que desde ese día comenzó a buscar liberales y febreristas metiéndoles en la cárcel, creando nuevos campos de concentración como el Teatro "Paradeda", ya que no había más lugares en la ciudad. El Cap. W. y el Tte. Cnel. Antonio E. González, otro de los renegados se hicieron cargo de la policía hasta que vino unos días después nombrado como Delegado de Gobierno el apreciado concepcionero Sr. Benigno Villa, capítulo que se describe en otro apartado sobre la personalidad de este buen señor, quien fue desalojado violentamente por W. Chávez por haber comenzado a liberar a tantos inocentes concepcioneros, apresado en la División del Comando en Concepción, suplantándole como Delegado este bárbaro Tte. Cnel. Antonio E. González.

         El Jefe de Plaza Militar fue el Tte. Cnel. César Martínez Ruiz, de quien no se ha recordado ningún acto inhumanitario, siendo reemplazado muy pronto por el nuevo Comando el Cnel. Alberto Grenno.

         Como no había lugar para su despacho, W. Chávez asaltó y tomó la Mansión Isnardi para sus fines, pero previamente la despojó de sus enseres, como ser los juegos de comedor, juegos de sala de estilo, el piano, las alfombras, la lencería en su mayoría sábanas y colchas de hilo de origen francés, hasta un valioso y hermoso caballito de plata, obra maciza de unos diez kilos. Ahora, como sería notorio que todo este botín lo embarcase en el Puerto de Concepción, el gran W. Chávez cargó un tren en horas de la noche, llevó todo hasta Cap. Sosa, donde terminaba la vía férrea y desde ahí lo condujo a través del río Ypané, pasando a Tacuatí y Punta Riel, donde con el tren de la firma Yvapovõ llevó hasta Puerto Yvapovõ, embarcando todo y llevándose a Asunción por vía fluvial. Hasta hoy, se sabe en qué mansión se encuentran estas pertenencias de la familia Isnardi y ninguno de los familiares, a más de 50 años del despojo, ni atinan siquiera a devolver todo, reintegrando así a la familia Isnardi. Allí, en la mansión Isnardi dispuso todas las habitaciones para sus oficinas de la Jefatura de Policía, donde era dueño y señor mío de bienes y haciendas de toda Concepción.

         Por otra parte, dispuso de la habitación de la esquina de la casa del Sr. Bernardo Ozuna, esquinada frente al Hotel Francés, donde tenía un escritorio y al que tuvimos acceso permanente por ser amigos del joven Lázaro Federico Rafael Olmedo, entonces Presidente de la Juventud Colorada de Concepción y Director de la Radio "Z.P.2 LA VOZ DEL FRENTE" que funcionaba en el mismo local. En su despacho se venían todas las bolsas de correos y allí personalmente censuraba las cartas y en la papelera siempre encontrábamos sobres rotos con direcciones de liberales o febreristas y entre éstos, muchos sobres míos del que se adueñaba por las centenares de estampillas que yo recibía en mi carácter de filatelista, de todo el mundo. En otro capítulo describo que en el año 48 organizó una Expo-Industrial en los depósitos de la Aduana y ahí expuso como suya una valiosa colección de estampillas, la que hasta hoy, con solo recordarla, me asoman a los ojos las lágrimas por tamaño latrocinio de este bárbaro.

         Otro capítulo lamentable es la toma por asalto del "Club Concepción", donde se apoderó del juego "estilo Luis XV" compuesto de sillas, sillones, mesas, esquineros y espejos que la institución había adquirido de la famosa "Casa MAPLE" de Buenos Aires, que es la que proveía todo tipo de ornamentación a Palacios y grandes mansiones del mundo. Estos muebles se adquirieron en 1923 en la suma de 22.000 pesos oro, pero felizmente no tuvo tiempo el Cap. Chávez de llevar a Asunción, habiendo depositado en otra casa, sobreviniendo entonces un enfrentamiento violento con el Presidente del "Club Concepción", el Sr. Félix A. González, figura señera de nuestra sociedad y del partido Colorado, amigo condescendiente y respetuoso con todos. Al reclamar dichos muebles, el Cap. Chávez argumentó que lo hacía por el bien del Partido y en contra de una sociedad libero-comunista, que él liquidaría el "Club Concepción" y que lo transformaría en una Escuela Pública. Don Félix no se amilanó, le dijo que él era colorado y conocía a la sociedad, por lo que a este Club que es de todos, lo voy a defender como puedo y de esta forma rescató tan preciosos muebles que hasta hoy adornan nuestro local.

         Un día acompañé a una hermana mía, Ana María (luego de Pedrozo) hasta la mansión Isnardi para conseguir un Certificado de Buena conducta y un permiso para que ella, por ser menor, pudiera viajar a Montevideo. Me fue fácil porque el Cap. Chávez conocía muy bien a mis padres desde mucho antes de la Revolución, cuando visitaba periódicamente la ciudad de Concepción como Jefe de la DENAPRO, una especie de Oficina de Informaciones al servicio del dictador Morínigo y en todas las ocasiones llegaba al "Café Europa" de mi padre para compartir un whisky con otros amigos como don Félix A. González, Don Emeterio González (alias Toribio), don George Lohman y otros espectables ciudadanos.

         Esa mañana, mientras un centenar de personas esperábamos en el amplio corredor de la mansión Isnardi, el Cap. Chávez se asomó en la puerta de su despacho (que daba con el salón corredor), ofreciendo una figura imponente, muy barbudo, semejando a la figura de un Fidel Castro y con voz potente llamó a un oficial de Planta apellidado Cabrera, reclamándole por una pistola que se le había robado de su escritorio. Cuando éste le dijo que no lo sabía, le propinó una tremenda bofetada, que lo hizo girar como a un trompo, diciéndole que si no aparecía, lo metería en el calabozo.

         Este desplante tan violento y soez causó terror entre los que estábamos ahí presentes, hasta que unos minutos después, se levanta una señora de unos 65 años de edad, con aspecto de verdadera anciana y le pide, dirigiéndose al Cap. Chávez en guaraní: "Che caraí, ndi catúi picó repoí la che memby pe, si jha'e nico inocente? (Señor, no podría Ud. dejarle en liberta a mi hijo, si él pues es inocente?). El Cap. con su bota y vestidura al estilo hitleriano, le grita a la anciana como una fiera y le dice: "Su hijo es un comunista, váyase de acá", aplicándole un punta pie en la nalga, tirándola al suelo. Esto da la pauta sobre lo que significó para Concepción la presencia de este hombre desalmado.

         El Cap. Chávez recorría las calles de la ciudad en una moto de mucha cilindrada, siendo su sola presencia atemorizante para toda la población y ni qué decir para los centenares de presos recluidos en su improvisada cárcel del "Teatro Paradeda", la mayoría personalidades influyentes y bien conocidas de nuestra sociedad, comerciantes, hacendados y hasta extranjeros que nada tenían que ver con la Revolución y que solamente estaban ahí por decisión de la mente insana y sádica del señor Doble W.

         La motocicleta la robó del Sr. Adolfo Lailla.

        

 

         CÁRCEL IMPROVISADA: "Cine Paradeda"


         Como ya se dijo, el Cap. Chávez apresó a tanta gente que ya no había suficiente espacio en la Delegación de Gobierno y en la mansión Isnardi, por lo que se le ocurrió la idea de concentrar a sus presos en el "Teatro Paradeda". Lamentablemente no se tiene una lista completa de los detenidos, pero hay que recordar que una respetable cantidad era de personas espectables, muchos de ellos extranjeros que nada tenían que ver con la Revolución. Entre ellos se pueden citar al Sr. Andrés Bonzi Giménez, respetado ganadero de nuestra comunidad, fundador y ex primer presidente del "Club Concepción", don José (Pepito) Gómez Rodríguez; don Santiago Zavala; Dr. César Guggiari, destacado médico concepcionero que quedó voluntariamente al frente del Hospital Regional para que no quedara desprotegida la población en el campo de la Salud; don Salín Maluf, ciudadano libanés; don Elías Yanho, ciudadano libanés de Loreto; don Nicola Niksich, ciudadano yugoeslavo a quien lo tuvieron encerrado tres días sin ningún motivo; don Manuel Quevedo, distinguido ganadero; don Juan Garcete, don Francisco Vásquez y otros respetables señores de Loreto, varios de ellos septuagenarios.

         Uno de los brutales castigos que les infringía el Cap. Chávez era el de hacer acarrear agua todo el día, ya que este precioso elemento vital no había en el local del "Teatro Paradeda". Para el efecto usaba un clásico carrito aguatero, pero en vez de usar a las mulas, usaba a los presos como si fueran vulgares mulas, siendo los señores más respetados, hombres de edad provecta de nuestra sociedad los que debían arrastrar a cuestas dichos carritos hasta el bajo del Molino Harinero, penetrando unos metros en la costa del río Paraguay y, ya con la pesada carga, llevaban por la pronunciada barranca y las calles céntricas hasta el "Teatro Paradeda". Me encontraba con mis amigos, entre los curiosos que íbamos a observar el nefasto espectáculo del protervo Chávez y no podemos olvidar a los que hacían de mulas; Don Santiago Zavala, Don Andrés Bonzi, Don Elías Yanho, don José (Pepito) Gómez Rodríguez y muchos otros que no vienen ahora la memoria. Al Dr. César Guggiari le daban la misión de varero, o sea se lo obligaba a que picaneara a las mulas humanas. Don Pepito Gómez, caballero muy simpático y con el humorismo siempre presente en su espíritu, tenía geniales salidas y hacía chistes jocosos para hacer más amena y agradable la brutal faena, barbarie similar a la de los nazis, concebible solamente en la mente putrefacta de un Doble V Chávez.

         Este Cap. Chávez, llamado también en la jerga popular como "DOBLEWASO", no contento con apoderarse de la Mansión Isnardi y de todas sus pertenencias, mandaba arriar vacas de la estancia de Don Hernando Isnardi para subsistencia de las tropas de su Policía y qué sabemos para quienes más también, hasta dejar el campo pelado y como se describe en otro apartado, no tuvo empacho, en un gesto de actitud demencial, mandar matar 200 (doscientos) PAVOS REALES que con cariño y alto espíritu ecologista venía criando de muchos años atrás y que según los entendidos, el pavo real reproduce un solo pichón al año. ¿Cuál era el objetivo de este Sr. Doble V.? Cuentan que lo escucharon decir que él mandaría matar todos los pavos reales porque tenían un plumaje de color azul eléctrico impresionante y precioso y que en eso venía el fanatismo del liberalismo de la familia Isnardi. Pareciera una ironía, pues el Cap. Chávez sirvió al liberalismo durante la presidencia del Dr. José P. Guggiari y testigos presenciales ya han declarado hace muchos años que fue él que con una ametralladora roció de balas, sin la orden presidencial, a los estudiantes muertos y heridos en la manifestación del 23 de octubre de 1931.

         En otro capítulo se describe anécdotas varias sobre las Jornadas de la Academia Paraguaya de la Historia realizadas en el "Club Concepción" los días 27, 28 y 29 de mayo de 1973, con motivo del Bicentenario de la Fundación de Concepción. Fue la primera vez que la Academia salía de la Capital con la casi total presencia de sus "Miembros de Número" y entre ellos asistió la gran intelectual investigadora y escritora Concepción Leyes de Chávez, justamente madre del Cap. Chávez. Nosotros alabamos y valoramos los méritos de esta notable dama paraguaya, pero también nos causa extrañeza que haya aceptado como obsequio de su "generoso" hijo todos los enseres robados de la mansión Isnardi.

         Uno de los baldones de las fechorías de W. Chávez y el Tte. Cnel. Antonio E. González (Jefe de Policía y Delegado de Gobierno respectivamente), constituye el hecho de que se los considera como responsables morales del asesinato del ciudadano concepcionero Baciano Panza, hasta hoy muy recordado en Concepción, especialmente en su Barrio "San Antonio", de donde, de su residencia lo sacaron a patadas y lo llevaron al camino del Aeropuerto, donde lo mataron miserablemente.

         Mucho se habló de asesinatos de la post revolución en Concepción y a saber a ciencia cierta, creemos que éste fue el único caso. El finado Baciano Panza fue morterista durante la contienda del 47 y refieren que al ser apresado, se lo acusaba de haber lanzado una granada de mortero, la que había caído y explotado en un núcleo de soldados gubernistas, falleciendo varios de ellos.

         De ahí surgió el rencor y la venganza. Este relato el autor lo hace porque se ha visto entre los años 1998 y 99 la repetición de escenas filmadas por el canal de TV "Cerro Corá", como relato de hechos ocurridos en Concepción, supuestamente, por artistas, novelización y teatralización que nosotros no hemos vivido acá en Concepción y consideramos que hay mucho de ficción, no ajustándose en consecuencia a la realidad y sí los asaltos a casas comerciales y de familias que fueron reales y que en un anecdotario escrito por el desaparecido don Félix A. Cáceres se puede apreciar.

         Sobre violaciones, en diversos medios de comunicación se ha relatado que luego de terminada la Revolución se corroboraron casos perpetrados por las fuerzas gubernistas. No conocemos hechos delictuosos de este tipo y en honor a la verdad es digno destacar que en este aspecto hubo respeto hacia el honor de la mujer, aunque se hablaba de atemorización dirigida a las niñas de la sociedad internadas en el Colegio de las Hnas. de María Auxiliadora. En otras comunidades a lo largo del país, sí se describieron casos concretos.


         8.- CAPITÁN DR. PEDRO J. CARLÉS


         Esta señera figura, una verdadera gloria nacional, merece un capítulo aparte, por lo que me permito relatar algunas anécdotas en su breve pasaje por Concepción y que la vivimos con varios compañeros de juventud. Fue en los primeros días del mes de agosto de 1947, cuando estaban entrando las fuerzas gubernistas al mando del Cap. Manuel W. Chávez y el Cap. Pedro J. Carlés deambulaba por nuestras calles con el verde olivo, con el grado asimilado de Tte. 1ro. del cuadro de combatientes del ejército gubernista.

         Fue en esos días de agosto en que apareció deambulando por nuestras calles un personaje, hablando y gritando todo tipo de ocurrencias, impresionando estar en avanzado estado de etilismo y que en realidad se trataba de un "Delirium Tremens", secuela del alcoholismo y en una de esas mañanas iba este señor gritando por la principal calle "Presidente Franco" en dirección al puerto, a quien le observábamos sin saber de quién se trataba. Al llegar a la altura del "Hotel Francés" vemos que el Cap. Chávez se apea de su moto y con bofetadas y patadas lo tira al suelo. Esto causó indignación en todos los que observaban el espectáculo y ahí recién nos enteramos que se trataba del Dr. Pedro J. Carlés, ese gran poeta oriundo de San Lorenzo. Al día siguiente nos encontrábamos reunidos con los amigos Juan B. Villa Cabañas (Lote), un gran pianista ya desaparecido y su hermano Helios Villa Cabañas en su domicilio y hablando del caso con su padre, el intelectual escritor concepcionero don Benigno Villa Quevedo, ya nombrado Delegado de Gobierno a poco de ingresar a nuestra ciudad con las tropas gubernistas quien nos relató que Pedro Carlés era uno de los autores de la conocida guarania "Noches del Paraguay" y que le había plagiado el famoso Samuel Aguayo y que en todas las grabaciones figuraba como letra y música de este gran plagiador y que la música pertenecía a un gran músico concepcionero llamado Belisario Medina. Según contaba don Benigno, un músico correntino llamado don Enrique Gayoso, muy amigo de Belisario Medina, a quien acompañó muchos años, le había regalado 70 pentagramas de su creación y éste, en un bar de Corrientes, entre trago y trago vendió a Aguayo las 70 obras por unos 70 pesos argentinos.

         Sabemos, por relato de familiares que luego de la guerra del Chaco, don Belisario seguía componiendo músicas y entre éstas se encuentran las más hermosas guaranias conocidas que se llaman "Oroite", "3 de Mayo" y muchas otras famosas que figuran todas a nombre de Aguayo y que nunca quiso registrarlas y que al parecer solamente una música la registró en el Ministerio de Educación.

         Belisario Medina falleció en 1939 y la menor de sus hijas tenía entonces 9 años, por lo que no puede aportar mayormente datos de su padre. Pero su esposa doña Josefa Alborno de Medina y su hermano el Cap. de Navío (P.A.N.) Juan José Alborno, ambos ya fallecidos, han dejado muchos testimonios. Según doña Josefa, a pesar de su insistencia nunca dejó partituras de todas sus obras y tampoco quería registrarlas. Belisario, de su espontánea inspiración o a pedido de alguien, en pocas horas ya tenía la música para las letras que se le presentaba. Era un musicólogo, tal vez no de la talla completa en musicología de su hermano César Medina, a quien se le dedica otro capítulo, pero cuenta el Cap. Alborno que durante la Guerra del Chaco, Belisario formó con 40 músicos la Primera Orquesta Sinfónica del Paraguay y recorrió escenarios de Concepción, Asunción y otras ciudades dando conciertos a beneficio de los combatientes. Era su costumbre, cuando pocas horas antes de los conciertos, escribía la música de alguna poesía y en pleno teatro era clásico en él anunciar al público que se estrenaba de inmediato la polca tal o la guarania tal, que le pertenece a.... (miraba a sus cuarenta músicos y apuntando decía: A Enrique Gayoso, a fulano de tal o a mengano y nunca se refirió a su autoría).

         Cuenta el Cap. Alborno que en Pto. Casado le presentaron una poesía en guaraní para que le ponga la música y en una hora estuvo hecha la composición. Era nada más y nada menos: que "NOCHES DEL PARAGUAY", pero con otro título en guaraní. Mucho tiempo después, según Benigno Villa y corroborado ante mis amigos por el mismo Carlés, él se inspiró en esa música y le puso la letra en castellano que es tal como se la conoce hoy. Según Benigno Villa y la misma doña Josefa, como así también lo atestiguan los hijos mayores, todos ellos le insistían a Belisario para que le querelle a Samuel Aguayo por haberle robado la casi totalidad de sus creaciones, pero su espíritu bondadoso y su deseo de no entrar en disputa con nadie, decía que no y que no y que sigan nomás las cosas tal como están hechas. El hijo mayor de Belisario, el Lic. Rubens Medina Alborno está radicado, desde que dejó su Concepción natal, en Washington, donde se desempeña como jefe de la Biblioteca latinoamericana del Congreso de los EE.UU. y muy conocedor de la historia de su padre, estoy esperando un relato verídico para insertarlo en esta obra como valiosa colaboración. Ya van tres años que estoy insistiendo y lamentablemente hasta hoy no tengo respuesta.

         Con respecto a esta guarania tan conocida no sólo en el Paraguay, sino también en el mundo entero, paso a relatar el testimonio de Pedro J. Carlés en aquellos días en que estaba terminando la Revolución y que ya en parte relaté más arriba. En nuestro grupo de estudiantes habían seis pianistas de muy buena formación musical y en la casa de uno de ellos: Carlos Manuel (Muby) Paradeda Quevedo( ) en el edificio italianizante de la famosa Ferretería Paradeda (de Jerónimo Paradeda y luego de su hijo Manuel Paradeda (don Lilito de grata memoria) sobre la calle Presidente Franco), nos reuníamos todos los días para el tereré y para escuchar las interpretaciones de los pianistas y fue así que, una vez conocida la identidad de Pedro J. Carlés, lo vimos acercarse por la vereda de la Mansión Irigoyen y decidimos entrar en la sala donde Carlos Manuel comenzó a ejecutar "Noches del Paraguay". Al escuchar Carlés, frenó su marcha cansina, cruzó la calzada y ya en el portal pidió permiso para entrar y nos espetó: ¿Uds. saben lo que están interpretando en el piano?. Entraba suspirando profundamente. Sí, le respondió Carlos Manuel, se trata de "Noches del Paraguay". Dirigiéndose nuevamente a los presentes dijo: Perdonen amigos que les relate la historia de esta música, la letra es mía. Yo viajaba en un trasatlántico con destino a Holanda para culminar mis estudios de Bioquímica y donde recibí el título de Doctor. Por la noche, luego de la cena, salí a dar un paseo por cubierta y lo único que podía contemplar era un cielo negro cuajado de estrellas y una hermosa luna llena, que me hizo poner la mano sobre el corazón, henchido de inspiración, pensando que esa luna hermosa me hacía recordar y añorar las noches del Paraguay, pero que en realidad no me parecía más hermosa que las del Paraguay y así nació los versos de esa hermosa canción que cruzó todas las fronteras del mundo...

 

         DULCE EN TI PIENSO

         NOCHES HERMOSAS DEL PARAGUAY…


         No pudimos sacarle las circunstancias, pero sí lo decía con evidentes muecas de nerviosismo que Samuel Aguayo le había robado, pero que alguna vez lo querellaría y recuperaría sus derechos de propiedad intelectual y Uds. llegarán a comprobar alguna vez. Ahí terminó nuestro diálogo.

         En 1950 viajamos todos los bachilleres de nuestro grupo a la Capital en pos de una carrera universitaria: Dr. Carlos Manuel Paradeda Quevedo ( ) médico cirujano; Dr. Germán Esquivel ( ) médico cirujano: Dr. Alfonso Sánchez Angot ( ) médico cirujano; Dr. Pedro Domingo Ruso Skurich, médico cirujano; Dr. Isidro Martínez Páez, médico cirujano; Dr. Luis a. Torres Salinas, médico cirujano; Fermín Miranda Montes de Oca, fallecido siendo estudiante de medicina del 3er. curso; Dr. Lázaro Quevedo Cabañas, odontólogo y Jorge Sebastián Miranda Montes de Oca, escribano público. Fue en marzo y vale la pena recordar de paso que todos, a más de 10 compañeras, cuando fuimos al Ministerio de Educación a reclamar nuestros títulos de Bachiller en Ciencias y letras para poder inscribirnos en las respectivas Facultades, se nos ha maltratado con improperios y que no se nos daría los títulos porque todos proveníamos de una ciudad rebelde y todos éramos revolucionarios execrables. Recién en junio pudimos conseguirlos y mientras, gracias a la bondad y buen sentido de comprensión, el Secretario de la Facultad de Medicina nos inscribió provisoriamente.

         Ya estábamos cursando el 3er. curso de la Facultad, en una pensión del concepcionero Sr. Arístides Maldonado Boselli, en marzo de 1953. Siempre dialogábamos con el Sr. Maldonado y comentábamos todos los pasajes de la Revolución por nuestra querida ciudad y este señor, desde el amanecer y hasta la noche tenía encendida la radio Comuneros, hasta que, un año más tarde, en marzo de 1954 nos llama apresuradamente el Sr. Maldonado y nos dice: Vengan rápido a escuchar la radio que enseguida hablará Pedro J. Carlés, a quien siempre lo estamos recordando y al rato lo anunciaba el propietario de la radio, el Sr. Juan Bernabé que ya estaba ante los micrófonos el Sr. Carlés y éste dijo, textualmente: "Estimados amigos oyentes de Z.P.9 Radio Comuneros, hace tres años que por esta misma emisora anuncié al pueblo paraguayo que viajaba a Buenos Aires por motivos de salud y que aprovecharía para querellar judicialmente al Sr. Samuel Aguayo y rescatar mis derechos sobre la autoría de NOCHES DEL PARAGUAY, que me los había robado. Pues bien, si es cierto que me llevó muchos años y mucha plata, hoy vuelvo con la satisfacción de anunciarles que he ganado el pleito y de hoy en más escucharán en todos los anuncios y verán en todos los discos, ya no aquello de "Letra y Música de Samuel Aguayo", sino: "NOCHES DEL PARAGUAY"; "Música de Samuel Aguayo y Letra de un Servidor de Uds., Pedro J. Carlés". Este preclaro poeta volvía con la satisfacción de un pleito ganado a uno de los más grandes plagiadores de músicas paraguayas y... curado de su Delirium Tremens.

         Efectivamente, para los que no conocen, les pido que revisen los discos de antaño y que lo comparen a todos los discos de hoy en CD y casettes y les será llamativo y sorprendente lo que se está aseverando.

         No me anima menoscabar los indiscutibles méritos de una gloria nacional, como lo fue Samuel Aguayo, como CANTOR, que con su melodiosa voz deslumbró a todo Buenos Aires, al Río de la Plata y al mundo haciendo conocer las hermosas polcas y guaranias del Paraguay y fue el primer difusor de esto que en aquella época podíamos escucharlo diariamente por emisoras argentinas como "Radio Mitre", "Radio El Mundo" y muchas otras más.

         Es posible que haya tenido también inspiraciones felices en creatividad de indudable belleza artística, que son méritos que nadie le regatearía. Lamentablemente, pueden atestiguar grandes músicos del Paraguay, así como escuché personalmente a aquel famoso locutor Lionel Enrique Lara, con quien toqué el tema en casa del otro gran músico, el padre del insigne cantor Casto Darío Martínez, que con Vaesken y Jonny Torales integraron el trío "Los Sudamericanos" recorriendo el mundo con la música paraguaya y latinoamericana y ellos aseveraban que evidentemente Aguayo estaba considerado como el más grande plagiador del Paraguay. Tenemos la polca titulada "don Federico", en adulón homenaje a aquel Presidente don Federico Chávez, que cuando hacían demostración con el canto, se comprobaba que era un perfecto plagio de la polca "Río de Janeiro". Otra música que estrenó Aguayo en el teatro Maipo de Buenos Aires, dedicada al Gral. Perón y que la tituló "AMANGUY YAVE" con letra de Epifanio Méndez Fleitas, según musicólogos de antes y nuestro entorno concepcionero, se asegura la música como una obra de Belisario Medina. Tal vez su más característica obra de adulón sea "Gral. Stroessner" y otro aspecto que se lo hizo reprochable es la acusación general de que Aguayo era el "Pyragué" de Perón y de Stroessner durante la dictadura. Desde luego que llama la atención que en nuestro País no se lo recuerda en ninguna manifestación artística ni ciudadana y tampoco se conoce una calle que lleve su nombre.

         Es por ello, que a más del desprestigio, por lo menos se hace justicia rescatando su portentosa voz que era comparable a la de un Ortiz Tirado, Juan Arvizu, Agustín Barboza y muchos otros grandes cantores.


UNA CARTA:

Asunción, 15 de noviembre de 1999

Sr. Cónsul Honorario de Francia en Concepción

Dr. Pedro D. Ruso S.

Concepción

        

         Distinguido gran amigo mío:

         En mi poder su atenta nota y la invitación para el lanzamiento del libro "Monseñor Aníbal Maricevich, segundo Obispo de Concepción" de su sabia autoría.

         Me complace sobremanera su atenta y la invitación que tan gentilmente me hizo llegar. Resulta sumamente, difícil que asista personalmente a la ceremonia de Homenaje Póstumo a la Memoria del preclaro hombre Monseñor Aníbal Maricevich, pero sí lo compartiré con Uds. plenamente esos momentos en mi pensamiento.

         En cuanto a la odisea y como bien lo dice Ud., durante el calvario de Loreto a Concepción de mi querido padre (finado) lo haré con mucha emoción. Apreciaremos muchísimo y nuestros agradecimientos desde ya, de mi familia y yo por dar cabida en su ilustre libro "CONCEPCIÓN, PINCELADAS Y VIVENCIAS DEL 47".

         Mi finado padre fue extranjero de origen árabe, libanés, oriundo de la ciudad de Beyrut, capital del Líbano, al decir de un agregado naval argentino "La Ciudad Luz del Medio Oriente", hoy asolada y arrasada por la guerra, se ha integrado y consubstanciado totalmente con las costumbres e idiosincrasias paraguayas, hablaba con perfección el guaraní y el castellano. Se casó con una paraguaya (mi finada madre), oriunda de Yui'y, distrito de Loreto. Crió y educó a ocho hijos maravillosos a quienes inculcó el culto a la honradez y la decencia. Nosotros sus hijos lo llamábamos "El Apóstol". Así hemos visto trascurrir su hermosa existencia.

         Su calvario comenzó con la llegada de la "Horda Roja". Así se titula el libro escrito, tengo entendido por un señor de nombre Félix A. Cáceres (ver su relato en capítulo aparte) y en el que narra la tragedia de Loreto. Fueron detenidas unas veinte personas y entre ellas mi padre. A todos se les despojó de sus pertenencias como anillos, relojes, calzados, dinero y otras pertenencias. Entre las personas apresadas se encontraban los hermanos Félix, De Jesús y Victoriano Acosta, el señor Manuel Vázquez, honorable ciudadano argentino y encargado del Despacho de Impuestos Internos, el señor Juan Garcete, Juez de Paz de Loreto y abuelo del Monseñor Oscar Páez Garcete y muchas otras personas cuyos nombres no me vienen a la memoria. Todas fueron acollaradas con un ensañamiento brutal y despiadado y descalzos fueron conducidos de Loreto a Concepción, caminando sobre una ruta enripiada de 21 kilómetros, en un peregrinar doloroso con los pies ensangrentados, llegando así hasta Concepción. Al entrar en la calle Pte. Franco fueron interceptados bajo airadas protestas, por los señores David Urquhart y Nery Huerta. Ahí mismo terminó el calvario y fueron hospitalizados por orden de estos nobles caballeros. Este relato lo estoy haciendo cual me había contado mi finado padre; yo, por entonces me encontraba en las filas revolucionarias. Mi madre y mis hermanos menores presenciaron con lágrimas en los ojos el macabro hecho.

         Dr. Ruso, un fuerte abrazo para Ud. y mis atentos saludos a su dignísima señora esposa.


         Víctor Yanho Quintana



         GESTO NOBLE


         Después de 50 años de terminada la Revolución, suena el timbre en la casa de la Sra. Olga Maluf Vda. de Ruotti, quien abre la puerta y se encuentra con un señor canoso, ya entrado en edad y le dice:

         - Buenos días, señora.

         - ¿Ud. es la Sra. Olga Maluf de.Ruotti?

         Le responde:

         - Sí, señor. Buenos días: ¿Qué dice? ¿Cómo es su nombre?

         Le dice:

         - Yo soy el Teniente Zavala Cazal, quien participó en la Revolución de 1947 y... aunque ya pasaron 50 años, vengo a pedirle perdón señora, porque fui yo señora quien le apresó a su marido el Sr. Guillermo Ruotti en aquella maldita Revolución y se lo ha remitido como prisionero al kilómetro 180 del Chaco.

         Le contesta doña Olga:

         - ¡Cuánto le agradezco y me emociona su gesto!. ¡Cómo me hubiese gustado que ésta su visita haya sido más antes, en vida de mi marido!.



         9.- LAS DESGRACIAS


         SAQUEO DE LA MANSIÓN DE DON FERNANDO ZAVALA


         Esta mansión, hoy desaparecida, se hallaba a orillas del río Paraguay, donde hoy asienta el "Hotel Piscis Marina Club" y donde vivían Don Fernando con su esposa la gran matrona concepcionera doña Adolfina Miltos de Zabala y sus hijos, que tuvieron que emigrar hacia Murtinho, corriendo de la horda que se acercaba a Concepción en la segunda quincena de julio de 1947.

         Ya entrada las huestes gubernistas al mando del Capitán Manuel Wenceslao Chávez, en los primeros días de agosto, de entre las centenares de casas asaltadas estaba la de Fernando Zavala y el famoso Capitán se hizo con todas las más preciadas prendas de la mansión. Así, se llevaron un hermoso y valioso piano alemán, un combinado de música, una heladera "Electrolux" a querosene, muebles de dormitorio importados de la Rca. Oriental del Uruguay, entre la que se destacaba una cama de bronce artística, una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, un cuadro con la Bendición del Papa León XIII hasta la quinta generación, un Título de Propiedad de Dolores Irigoyen de Miltos, muy valiosos juegos de cubiertos de plata con uno de cristales de Baccarat (francés) y una cocina de hierro a leña.


         MUJERES APRESADAS


         En la primera quincena de julio de 1947, una patrulla de soldados rebeldes armados con metralletas, bajo el mando de los voluntarios revolucionarios Sres. Julio Argentino Zavala y Félix Aníbal Albertini, procedieron a prender bajo la orden del Comando Revolucionario a las siguientes damas coloradas de las sociedad concepcionera: Sra. Olga Maluf de Ruotti, Sra. Elvira Echagüe de Delgadillo y dos hermanas más, Patrocinia de Brugada, Susana de Franco, dos Srtas. de edad, hermanas de los Sres. Luis y Edrulfo Olmedo, Srtas. Salvadora Peña, Exaltación Peña y otra hermana menor, Srta. Chela Gómez, Genara Peña de Portillo y otras varias damas más y fueron conducidas ante el Comando divisionario, quien dispuso la internación de las mismas en el "Colegio Inmaculé Conception" de las Hermanas Azules, donde fueron hospedadas con deferente atención de parte de las monjas. En dicho colegio permanecieron por más de veinte días, hasta que el 1 de agosto fueron liberadas con la entrada triunfante de las fuerzas Gubernistas.

         El pretexto que el Comando esgrimió para el apresamiento fue el de que supuestamente estas damas tenían una radio-emisora con la que se comunicaban con los presos colorados del km. 180 del Chaco. Era un pretextó absurdo, por lo que se ve que también los rebeldes cometían injusticias y este acto fue una afrenta a los Derechos Humanos y falta de respeto a las damas de una culta ciudad como Concepción. Vayan pues este comentario como desagravio a tan distinguidas matronas.



         PASO ITÁ:


         En esta localidad tenía su establecimiento ganadero el Sr. Modesto Quevedo, distante unos 35 kilómetros sobre el camino de Horqueta a Tacuatí. Cuando llegaron ahí las fuerzas gubernistas, lo tomaron prisionero al Sr. Modesto y a su hijo Alcides Quevedo, a quienes lo arrearon a pie hasta Horqueta, hasta que uno de los jefes gubernistas, el correcto militar concepcionero Cap. Ceferino Vega Gaona (siendo muy bien recordado durante la Jefatura que desempeñó en la Región Militar de Concepción ya con el grado de Gral. de División) y amigo del Sr. Gustavo Quevedo, comerciante y ganadero colorado de Horqueta, ordenó la liberación de los presos, pero, mientras, los pynadíes pelaron la Estancia.


         ANÉCDOTAS DE UN SOLDADO REBELDE:


         Descripción de Blas Echagüe

         "Ocho Días antes del inicio de la Revolución, el escritor y poeta concepcionero José D. Portillo presentó una obra teatral de su autoría en el Teatro del Colegio Salesiano titulada: "CHAKE COMUNISTA", obra que fue el motivo para que los revolucionarios persiguieran a Portillo. Los hermanos Blas e Ignacio Echagüe (revolucionarios liberales), considerando la persecución a sus amigos José D. Portillo y Antonio Delgado, ambos colorados, los protegieron en su casa y luego los trasladaron a la Estancia de su padre don Leandro Echagüe, llamaba "Cerrito Totora", a 8 kms. de Toldocué y los ubicaron en medio del bosque. Otro de los hermanitos de los Echagüe trajo de vuelta a Concepción a José D. Portillo, porque no pudo tolerar la vida en el bosque y menos entre alimañas y mosquitos y lo ubicaron en la casa paterna de don Leandro. Pero, ante comentarios de que estarían sobre los pasos del fugitivo, pidieron al Rvdo. P. Juan B. Queiroz, Director de los salesianos, para que lo albergara, y éste se negó a ello, por lo que lo trasladaron a Portillo en la casa de la Flia. De León de "Zanjacué". Los que perseguían tenazmente al fugitivo eran los comunistas Domingo Cañete, Marcos Zeida, Petrona Arzamendia, Obdulio Barthe, Emiliano Daspet y otros revolucionarios.

         Luego de terminada la Revolución, José D. Portillo se integró a las Fuerzas Gubernistas y regresó a Concepción, integrándose como funcionario de la delegación de Gobierno y pocos años después se trasladó definitivamente a la Capital donde compuso una Poesía musicalizada dedicada al entonces Presidente de la República don Federico Chávez, quien en recompensa lo nombró Secretario Privado de la Presidencia.


         BOMBARDEO AÉREO A CONCEPCIÓN


         Blas Echagüe relata que mientras se realizaba un Acto Cívico Patriótico en la Plaza "Agustín Fernando de Pinedo", con motivo del aniversario patrio, el 14 de mayo de 1947, sobrevolaban la ciudad aviones gubernistas y lanzaban sus bombas sobre la ciudad indefensa. Una cayó en el patio del Sr. Note Centurión Espínola, al costado de la División de Infantería, matando solamente a 50 gallinas y otra cayó, a eso de las 3 de la tarde, dentro del patio de la División, a escasos metros de un aljibe, estando muy cerca un prisionero, a quien Echagüe le gritó: "¡Soldado Candia, entre bajo techo que están bombardeando!, cuando en eso estalló la bomba y una esquirla le atravesó el pecho, matándolo instantáneamente, aunque se lo trasladaba urgentemente en una camioneta hacia el Hospital y a los 100 mts. (según el autor del libro que ya persiguió al vehículo como curioso) recién dejó de existir. Un poco alejado del lugar donde cayó la bomba, estaba el Escritorio del Sr. Wilfrido (Willys) Bonzi y acababa de despedir a una señora con su hija, una niñita, a quien la madre la hizo sentar en el suelo a su lado y gracias a ello no les alcanzó las esquirlas. En cambio Willy Bonzi, al salir del Despacho estalló la bomba y una pequeña esquirla dio de refilón a la altura del cuello izquierdo, pero felizmente sin consecuencia alguna.


         UNA MUERTE INJUSTA:


         En otro episodio similar, el 8 de julio de 1947, a las 7,30 hs. cae una bomba en el patio del Sr. Leandro Echagüe a pocos metros de la "tuca" protectora de la familia. Como venía sobrevolando la zona del Salesiano un avión gubernista, cuyo piloto quería bombardear la Barraca de la firma "Ruiz y Jorba" pegada al Salesiano, creyendo que ahí había un gran depósito de armas y pertrechos, erró unos 100 metros. Y la bomba cayó, como se dijo, al costado de la tuca de los Echagüe. En esta tuca, la madre de los Echagüe, doña Concepción Torales de Echagüe acababa de ubicar a tres de sus pequeños hijos, pero como una hija menor no volvía del almacén adonde se la había ocupado, al escuchar el silbido de la bomba que caía, corrió del corredor hacia la boca de la tuca y... en eso estalla la bomba a escaso medio metro donde se encontraba corriendo doña Concepción, matándola instantáneamente. La pierna izquierda fue cercenada y se la encontró en la calle, intersección de las Avenidas Pinedo y Herminio Mendoza, a unos 100 metros de la casa. La herida mortal fue una esquirla con orificio de entrada en la mejilla derecha, y el de salida, con un gran boquete, a la altura de la sien izquierda, a más del vientre que fue acribillado por un montón de esquirlas. El Comando Revolucionario de inmediato envío a la casa de la infortunada a los Dres. Joaquín Miranda, Roberto Paleari y César Guggiari, con la orden de embalsamarla. Luego de examinar, los médicos dictaminaron que era imposible embalsamar, debido a los destrozos y que se lamentaban doblemente, porque doña Concepción estaba embarazada de 5 meses, doble y triste crimen que inconcebiblemente se da en una lucha fratricida, entre hermanos de una misma raza, de una misma religión y de una misma nacionalidad.

         En gesto digno de mención, el Cnel. Juan Lisboa, quien era Jefe de Intendencia de las Fuerzas Revolucionarias, entregó al soldado Blas Echagüe dos billetes enormes de a 1000 $ c/u para sustento de la familia y a sus hermanas envió víveres y una pieza de tela negra para luto.

         El Sr. Leandro Echagüe y Flia. fueron alojados en una habitación del Colegio Salesiano, con sus hijos, durante 26 días.

         Con motivo de la toma de Concepción e invasión del campo por las huestes gubernistas (pynandíes), el Sr. Leandro Echagüe tuvo que abandonar su Estancia "Cerrito Totora", la que fue ocupada por centenares de soldados quienes, ayudados y azuzados por vecinos colorados, llegaron a faenar más de 400 cabezas vacunas para festines corridos y no contento con esto, destrozaron totalmente la Estancia. Pero el Sr. Leandro Echagüe era apresado constantemente por orden del Cap. Chávez y gracias al pedido especial del Sr. José D. Portillo, se le concedió un salvo conducto y ya no se lo molestó más, pero, lamentando las víctimas de los bombardeos, pocas por cierto en Concepción, fueron muchísimas sin embargo a lo largo y ancho de la República, perpetradas no sólo por colorados, sino también por las huestes revolucionarias, no pudiendo sopesarse hacia qué lado de la balanza se inclina uno u otro grupo. Estas calamidades sirven de ejemplo y mensaje para éstas y futuras generaciones por aquello de que "LOS HERMANOS DEBEN AMARSE LOS UNOS A LOS OTROS". Y que, en nombre de DIOS, la PATRIA y la FAMILIA, no se repitan más tamañas iniquidades.

 

         OTRAS PERIPECIAS:


         En otro pasaje, Blas Echagüe describe que en el desplazamiento de los rebeldes hacia Asunción, llegaron hasta la ciudad de "San Lorenzo", donde vivía frente a la Plaza principal una hermana suya llamada Cecilia Echagüe de Araújo, cuyo marido era colorado y tenía una de las más grandes panaderías de la zona. Al matrimonio se le dio la oportunidad de replegarse hacia Asunción para buscar refugio, pero los rebeldes le pidieron alquilar la panadería y le pagaron 100$ diarios, con lo que proveyeron de panificados a los rebeldes durante los pocos días de la ocupación y esta suma de dinero fue un gran alivio para la familia.

         Sobrevino el desbande y Blas con las tropas emprendió la fuga cruzando el río Paraguay hacia el Chaco y en busca de la escapatoria a la Argentina a través del Pilcomayo. Dice haber estado con el Tte. Feris Maluf y el Sgto. "Mariscal" Ortellado en el Retiro "Mamoreí" de la Estancia "Galileo" de don Froilán Zavala, donde se pasaron unos días jugando el "maca'í", hasta sintieron aproximarse las tropas gubernistas y los dos citados no quisieron abandonar el lugar, pues querían descansar una noche más, eso fue fatal, porque fueron ametrallados tal como el autor describe en otro apartado. De paso cita Blas Echagüe, el hecho lamentable de que en el desbande, en los alrededores de Limpio, en un paso de Arroyo Seco, llamado "Paso Ñande Yara" fueron degollados a machetazos y acribillados a metralletas numerosos soldados y oficiales rebeldes: "VAE VICTIS: (¡Ay de los vencidos!); ¡ VADE RETRO, SATANAS (Retírate Satanás)!!!!


         OTRO EPISODIO:


         El Sr. Ignacio Echagüe, hermano de Blas, actuó en la Batalla de Tacuatí y relata que en la fallida intentona de la Marina en la Capital, en el mes de abril de 1947, muchos marinos fueron tomados prisioneros y como castigo se los envió al frente de batalla gubernista. Unos días antes de la Victoria de Tacuatí por las huestes rebeldes, varios de estos marineros lograron desertar y cruzaron por la balsa de tambores del río Ypané a integrarse a las fuerzas rebeldes y ahí fue que dieron datos muy precisos sobre la ubicación y planes de los gubernistas, lo que influyó notablemente en la Victoria del Ejército comandado por el Cnel. Alfredo Ramos aquel 22 de junio de 1947.


         ÉPOCA DEL PRESIDENTE FEDERICO CHÁVEZ:


         Unos dos años después volvió al País desde la Argentina el Sr. Blas Echagüe, quien consiguió un buen trabajo en la firma "CUEVAS HERMANOS" Y como vivía en San Lorenzo, diariamente viajaba en su moto a su lugar de trabajo, hasta que un día, le pasa un coche negro largo, muy lujoso, de marca "Lincoln" y al adelantarse unos 50 mts. para el coche y se apea don José D. Portillo, quien la da un efusivo abrazo a Blas y le entrega una tarjeta para que con ella le visite en Palacio de Gobierno. Unos días después, pide permiso a sus patrones y va a Palacio, donde luego de un intenso chequeo a visitantes (como es natural y obvio) le recibe Portillo y abrazado lo introduce en el despacho presidencial y dice: "Sr. Presidente, este señor me salvó la vida en Concepción durante la revolución". Fue congratulado por el presidente y le ofreció la promesa de darle cualquier ayuda que éste necesitara. Digno de mención también, es este gesto.



         FINALMENTE, UN RECUERDO:


         El 9 de julio de 1947, en el sepelio de los restos de la madre de Blas Echagüe, la Municipalidad concedió a la familia el usufructo permanente del nicho, sin costo alguno por siempre. Pero tres años después de terminar la Revolución, Blas Echagüe volvió a Concepción y se encontró con la desagradable noticia de que un funcionario municipal llamado Luis Segovia, citó al Sr. Leandro Echagüe, increpándole a que pagara los impuestos adeudados, diciéndole que, de lo contrario "amombota la ne rembirekó reongué". De todo habemos en la viña del Señor.


         10.- KILÓMETRO 180


         En toda contienda civil, los adversarios políticos son puestos a buen resguardo, enviados a campos de concentración, tal como ocurrió en ambos bandos durante la contienda del 47. En Concepción, Puerto Pinasco, Puerto Casado, Puerto Sastre y otros puertos del litoral norte fueron apresados los colorados y enviados al Chaco, al kilómetro 180, el punto terminal de la vía férrea de la Empresa Casado que explotaba el quebracho para la elaboración del tanino. Allí estuvieron concentrados un total de 398 colorados, cuya lista para la historia se transcribe a continuación: Dr. Raúl Brugada, Salvador Bogado, José Parodi Franco, Guillermo Ruotti, Ovidio Fleitas, Sixto Velázquez, Aniano Cabrera, Nicolás Cazal Godoy, Ramón Espínola, Heriberto Concha, Juan Onieva Feltes, Julián Bobadilla, Ramón Almada, Juan Pérez Añazco, Carlos Guido, José D. Villalba, Heriberto Espínola, Catalino Franco, Leandro Torres Morínigo, Obdulio Masqueda, Antonio Aquino, Bienvenido Grossi, Francisco Pérez Ávalos, Alfonso Brassa, Leandro Dávalos, Juan H. Insfrán, Luis Segovia, Bruno Romero, Aniceto Vera, Mariano Martínez, Celestino Sánchez, Sebastián García, Martín Zanneman, José Vaucher, Eleuterio Vidal Duarte, Pedro J. Bareiro, Agustín Bogado, Eulogio Calonga, Demetrio Peralta, Rafael Fernández, Salvador Miranda, Evaristo Vargas; Expedito Alcaraz, Eleno González, Ramón Lagraña, Timoteo Ayala, Wenceslao Acosta, Adriano Ayala, Inocencio Giménez, Pedro Lugo, Rodolfo Echeverría, Gregorio Pinto, Lorenzo Benítez, Miguel E. Rolón, Víctor M. Alfonzo, César A. Rojas, Reinaldo Duarte, Miguel A. López, Fabio Queirolo, Roberto Florentín Peña, Diógenes Rondelli, Raúl Carrillo, Agapito López Benítez, Juan Guillén, Marcial Fleitas, Juan Benítez Barijó, Pedro Ortega, Adolfo Testi, Alcides Ayala, Adolfo Rojas Silva, Vicente González, Sinforoso Báez, Francisco Dinatale, José T. Rolón, Raúl Roig Ferreira, Pantaleón Torres Morínigo, Juan E. Sánchez, Guillermo Franco, Salustiano Larrea, Gregorio Cañiza, Antonio W. Galeano, Francisco Valinotti, Venerando Aquino, De los Santos Noguera, Antonio Riveros, Graciano Álvarez, Pablo Ávalos, Bernardo Zalazar, Sixto E. Medina, Estanislao Azoaga, Rofolfo González M., Clodomiro C. Candia, Eusebio Rodríguez, José Magín Fernández, Isidro Valiente, Eladio Bernal, Abraham López, José D. Genes, Rosendo Otazú, Carlos Arhens, Victoriano Mármol, Inocente E. Matos, Francisco Ramos, Teodoro Ortellado, Nicasio Ortellado, Segundo Cabrera Araújo, Alejandro Martínez, Cristino Aguilera, Anastasio Viedma, Felipe Genes Almada, Timoteo Alvarenga, Francisco Alvarenga, Miguel Alvarenga, Ismael D. Coronel, Bartolomé Gayoso, Feliciano Peralta, Osvaldo Guillermet, César Vázquez, Octavio Martínez (h), Lorenzo Mengual, Juan Dick, Víctor Alfonso Rolón, Manuel Cáceres, Bienvenido Fatecha, Juan Villa Almada, José L. Moyano, Roque D. Giménez, Juan D. Brítez, Amadeo Valenzuela, Nicolás Rodas, Arnaldo González, Enrique M. Peralta, Juan Lezcano, Ciriaco Núñez, Sergio Núñez, Máximo Fernández, Juan B. Delgadillo, Eugenio Colmán, Francisco Benítez, Prudencio Narváez, Emiliano Benítez Cardozo, Félix Salinas, Napoleón G. Rojas, Albino Cazal Godoy, Reinaldo Torrado, Juan R. Alcaraz, Félix Barrios, Julio César Ayala, Federico Cubilla, Honorio Paradeda, Josefina Candia, Pedro Gamarra, Julio Moliné, Conrado Testi, Juan Princigalli, Luis Campuzano, Pedro Marín, Segundo Ayala, Críspulo Chamorro, Miguel Vázquez, Tomás Chamorro, Bernabé Cabrera, Nicanor Cabrera, Agustín Cáceres, Artemio Soto, Darío Maldonado Boselli, Arístides Maldonado Boselli, Bonifacio Benítez, Víctor A. Soto, Vicente Castillos, Ciriaco Giménez, Avelino Amarilla, Patrocinio Patiño, Pedro Isasi Cabrera, José Roque Zárate, Natalicio Olmedo, Heriberto Olmedo, Julián Cáceres Amarilla, Gabriel Morales, Santiago Miranda, Dr. Juan Rodolfo Pecci, Pascual Benegas, Benjamín Benítez, Juan P. Sánchez, Críspulo Peralta, Diego Ruiz, Hermenegildo Medina, Evaristo Morales, Arsenio Martínez, Juan Cáceres, Ricardo Ayala, Raimundo Suberlich, Julio C. Bogarín, Braulio Bogarín, Carlos Schran, Avelino Díaz, José D. Martínez, Juan M. Gómez B., Pablo Aquino, Bernabé C. Lugo, Juan C. Cuevas, Tomás Zalazar, Juan Samaniego Vera, Benigno Martínez, Juan M. Gali, (único liberal), Ramón González, José D. Giménez, Víctor Giménez, Américo Giménez, Julio C. Maidana, Tomás Vega, Simeón Martínez, Cecilio Martínez, Ramón Ortega, Carlos Núñez, Sebastián Delmás, Elvio Echagüe Alvarenga, Martín Otazú, Asirio Gómez, José León Miño, Pedro Acosta, José Villagra, Willis Muller, Fidelino Ramos, Antonio Ortellado, Realino Arce, Miguel Chávez, Rafael Olmedo, Simeón Cárdenas, Alejo Díaz, José R. Centurión, Antolín Santacruz, Silverio Torres, Rogelio Torres, Liberato Villarta, Dejesús Ávalos, Sandalio Arévalos, Albino Espinoza, Roberto Toledo, Ernesto Pedrozo, Juan E. Mareco, Ignacio Cabañas, Francisco Mendoza, Aureliano Benítez, Demetrio Ferreira, Luciano Ferreira, Pedro Pablo Gómez, Zacarías Otazú, Basilicio Villalba, Francisco Aveiro, Gumercindo Aranda, Agustín Ramírez. Tomás Gamarra, Ernesto Carrillo, Melanio Zaracho, Alberto Gossen, Victoriano González, Pablino Bogarín, Emiliano O. Benítez, Juan Stallar, Carlos Verdina, Tadeo Echeverría, Marcos Rojas, Francisco Zacarías, Canuto Giménez, Emeterio González, Victoriano Duarte, Bruno Ávalos, Antonio Miami, Ramón Pereira, Marcelino Valiente, Eleuterio Valiente, Francisco Valiente, Luciano Valiente, Felipe Leiva, Ramón Pérez, Braulio Pérez, Marciano Gauto, Ignacio Dávalos, Ramón Vergara, Cap. Juan D. Escurra, Cap. Vicente Viedma, Juan A. Casco, Apolonio Valiente, Juan Benítez, Vicente Maldonado, Juan F. Alfonzo, Gregorio Medina, Víctor Martínez, Catalino Silva, Carlos Yud, Dionisio Mendieta, César Ramírez, Antonio Santacruz, Emiliano Velázquez, Juan C. Zárate, Porfirio Gavilán, Pedro Denis, Daniel Ibarra, Antero Barrios, Alfonso Zayas, Braulio Zayas, Juan E. Noguera, Octavio Martínez, José Arévalos, Basilio Lezme, Elamirio Brun, Gregorio Cardozo, Martín Cardozo, Marcelino Ayala Randa, Nicolás Curtide, Alejandro Ferreira, Raimundo Pereira, Andrés Ovelar, José D. Fleitas, Sacarías Barrios, Gabriel Gavilán, Juan B. López, Juan López, Pedro López, Julián Espínola, Pedro Sergio Sánchez, Juan E. Urbieta, Heriberto Ojeda, Enrique Mancuello, Olivorio Ortiz, Francisco Mora, Antonio Agüero, Bonifacio Lezme, José D. Cabrera, Aguedo Sánchez, Hilario Gómez, José D. Sánchez, Justo Pastor Díaz, Salvio Páez, Victoriano Sanabria, Juan B. De León, Juan López, Del Pilar Martínez, Francisco Gómez, José D. Taradio, Juan E. González, Carlos Cubilla, Francisco Florentín, Guillermo Cuevas, Nicasio Díaz, Marcelino Ayala, Casimiro Cubilla, Valeriano Mareco, Héctor Escobar, Carlos Ruiz González, Brígido Sanguina, Eusebio Ferreira, Alejandro Ferreira, Eustaquio Ortiz, Remigio Zayas, Epifanio Carrillo, Fidel Cardozo, Fortunato Rodríguez, Bernardino Ortiz, Francisco Stallar, Ignacio Sosa Silva, Daniel Cáceres, Narciso Zeballos, Herminio Fernández, Baltazar Méndez, Bernardino Velázquez, Víctor E. Burgos, Lorenzo Cassei, Eduardo Araújo, Agustín López, Camilo Montanía, Ramón S. Fernández, Víctor Araújo; Pastor Dávalos, Sinforiano González, Pastor Romero, Audifasio Samaniego, Alberto Cardozo, Ramón Bobadilla, Gabriel Almada, Melesio Vázquez, Luciano Enciso, Vicente Giménez, Atilo Vázquez Verón, Secundino Ojeda, Aníbal Espínola, Pedro Morales, Santiago Barrios, José D. Allende, Luis Caballero, Raúl Villagra, José Almada, Dionisio Santos G., Eleuterio González, Prudencio Medina, José Penayo y Eziquio Bogarín.

         En la primera quincena de agosto del 47 estos prisioneros fueron trasladados a Bahía Negra. La revolución terminó el día 19 de agosto y el 1° de setiembre llegaron el mayor contingente a Concepción a bordo del Vapor "TORO", otros llegaron antes y otros después.


         OTROS COMENTARIOS SOBRE EL KM. 180:


         Para comentar el pasar de los 398 colorados del campo de concentración km. 180, hemos recurrido a otros supervivientes aún de aquella contienda. El Sr. Aniano Cabrera nos hace un comentario detallado que se publica al final del libro con su firma y que es su punto de vista. Acá queremos comentar ahora lo descripto por uno de los prisioneros, el Sr. Arístides Maldonado Boselli. Ese inhóspito lugar nunca progresó porque como es sabido, donde hay una empresa negrera, como en este caso la firma Carlos Casado, todo se limita a explotar hasta el último quebracho en pie y luego lo dejan abandonado a su propia suerte. El tanino, producto obtenido del quebracho se exportaba en su totalidad a Europa favorecido por el brazo paraguayo, siempre barato y explotado por una empresa imperialista británico-argentina como la de Carlos Casado y la prueba la tenemos hoy con solo observar lo que fue su dominio, totalmente lampiñado y desértico y sus ex obreros desnutridos, en la miseria, sin porvenir alguno, sin haber percibido siquiera el salario mínimo legal. Fue en esa zona donde llegaron confinados los colorados y lo que interesa es el trato brindado a estos prisioneros, que de acuerdo a tratados internacionales deben primar el amor al prójimo, la hermandad, la conmiseración, que no siempre ocurre así.

         Nos relata Arístides Maldonado Boselli, quien compartía el Campo de Concentración con su hermano Darío Maldonado Boselli, ya fallecido, que no todo era color de rosa. Debían soportar con estoicismo la falta de comodidades. No obstante, la lógica insatisfacción del apetito, refiere que nunca faltó el desayuno, la comida y la cena. El desayuno consistía en cocido negro con dos galletas. El almuerzo diario era el clásico locro con una porción de carne. Para la cena el invariable poroto. Recibían una ración de "mboroviré" que ellos mismos debían molerlas para convertirla en yerba mate y así disfrutar de un tereré o mate.

         Una vez le dijo su hermano Darío que el tereré más bien le producía más apetito y entonces optaron por tomar el clásico cocido caliente con lo que ellos creían saciar en algo el hambre. No faltaban los maceteros que llegaban con mercancías. Entre ellos estaba el concepcionero Coquito Mazacotte de quien adquirían, los que disponían de algún dinerito: galletas, cigarrillos y golosinas. También recuerda que adquirían de los menonitas el sorgo, al que también se lo designaba con el nombre de "cafir". Este sorgo lo tostaban en un recipiente especial que no era más que una especie de caramagnola que se encontraba en el cementerio de vehículos que fueron de la Guerra del Chaco. Este sorgo no resultaban muy agradable que digamos, pero sí era más tolerable tostado y el amargor lo toleraban a sabiendas por las cualidades nutricias de este cereal, lo que a muchos desagradaba y consideraban como un trato animal hacia los seres humanos.

         En cuanto al trato que les daba sus captores, dice que no era tan inhumano que digamos. Era lógico que la autoridad, sin prepotencia, debía imponer la disciplina con energía hasta tanto finiquitara la contienda civil.

         Estos hermanos Maldonado no se explicaban porqué motivos eran muy apreciados por el Director de la prisión, el gran poeta y músico Capitán Darío Gómez Serrato, ex combatiente meritorio de la Guerra del Chaco. Relatan que en una ocasión les llegó una encomienda de sus padres, con alimentos, golosinas, otras vituallas y dentro había una botella de caña marca "Copal" de aquella época. Todo era censurado antes de entregarse a sus destinatarios, por supuesto normal en estas circunstancias. Les dijo Gómez Serrato: "Esta caña tengo prohibido entregarles, pero... les invito a que vengan por la noche a mi puesto y aperitamos juntos".

         Eran entonces acompañados por un guardia, aperitaban, charlaban y luego de un largo coloquio eran conducidos de nuevo a su campamento. Durante esos largos coloquios relataba el Cap. Gómez Serrato sus actuaciones durante la campaña guerrera del 32 al 35, confesando que entonces era un colorado entusiasta y que luego de terminar la guerra se inspiró en el Cnel. Rafael Franco, volcando su ideal hacia este guerrero, afiliándose al Partido de la "Concentración Revolucionaria Febrerista", a lo que declaraba que seguía perteneciendo. Todos lo consideraban como comunista y eso no era cierto ya que se lo consideraba así por pertenecer a un partido socialista y en esa época el "cuco mundial" era el comunismo que ha sido en verdad preocupante porque produjo una distensión escalofriante después de la Segunda Guerra Mundial.

         Ampliando estos conceptos, cabe reconocer que en la propaganda radial de "Z.P 1 Radio Nacional", Enrique Volta Gaona cumplió un papel preponderante, ya que no cesaba durante los cinco meses de contienda de meter en la cabeza de los paraguayos, que casi en un 100% son católicos, este lavado de cerebro, consiguiendo así convencer posiblemente a la mayoría de los ciudadanos paraguayos que la Revolución de Concepcionera eminentemente comunista. La verdad es que cuando estalló el 8 de marzo, aparecieron junto a los dirigentes de todos los partidos, también los del Partido Comunista paraguayo, apoyando la revuelta de los militares institucionalistas. Se los vio deambular por nuestras calles a Obdulio Barthe, a Marcos Zeida, éste casado con una concepcionera también comunista llamada Petrona Arzamendia. Fue allá por abril recién, cuando el partido Liberal dirigido por don Blas Aquino y la Concentración Revolucionaria Febrerista con los hermanos Semidei Quevedo comprometieron a sus partidos y por las audiciones radiales se les permitió un espacio a los comunistas. La Radio Rebelde era "Z.P.S. la Voz de la Victoria" y recuerdo que el 14 de mayo, apenas terminado el desfile estudiantil que se realizaba en la Avda. Agustín Fernando de Pinedo, frente al Parque del mismo nombre, comenzaron a llegar aviones gubernistas que descargaron sus bombas sobre la ciudad, pero muy lejos de la concentración popular. Una bomba cayó en el patio del Sr. Note Espínola Centurión, vecino del Cuartel Central y solo se lamentó la muerte de unas 600 gallinas y simultáneamente otra cayó en el patio del Cuartel Central muy cerca de un prisionero gubernista, recibiendo el impacto de las esquirlas. Se lo alzó en una camioneta y fue conducido al Hospital Regional, y falleció por el camino. Otras dos bombas (del total de cuatro que llevaban los aviones bajo las alas) caían simultáneamente en el patio del Sr. José Bañuelos y la otra en el patio del Sr. George Lhoman.

         A raíz de este bombardeo, tomó el micrófono de Z.P.S. el Sr. Marcos Zeida y con su característica oratoria refería que se había producido una catastrófica tragedia entre los estudiantes y pueblo concentrados, lo que por supuesto no era verdad. El Gobierno revolucionario consideró perniciosa y exagerada la propaganda de Zeida y desde ese día se le prohibió al Partido Comunista el uso de la Radio.

         La verdad es que los comunistas no tuvieron gravitación alguna en la Revolución del 47 y se los tuvo muy controlados y está a la vista que no sacaron ningún provecho, sino más bien perjudicaron la imagen de la Rebelión.

 

 

         11.- FÉLIX A. CÁCERES (IN MEMORIAM)


         Este caballero bonachón pasó su figura por nuestra sociedad en recia mansedumbre. Se lo veía todos los días, con pasos al parecer cansinos, pero que más bien delataba su prestancia. Iba a su trabajo. Era Contador de las grandes empresas y negocios de Concepción, muy eficiente y responsable en sus balances e inventarios comerciales. A la tardecita se lo veía en el "Club Concepción" o en el "Café Europa" de don Pedro Ruso, departiendo con amigo en amables coloquios y acompañado de una copita de la famosa caña "Tayi-caré", preparada con esencia de guaviramí y jarabe de azúcar quemada, que hacía la delicia de los respetables vecinos de la época. No muy entrada la noche llegaba su esposa, la buena doña Cantalicia, quien le invitaba y juntos retornaban al hogar.

         Ese era el diario vivir de la pareja y en sus horas de ocio, don Félix se sentaba en su escritorio, hoy leía, mañana escribía; le gustaba los versos y también la prosa. Lamentablemente no fue posible rescatar algunos versos, ni aquel que dedicó a Concepción; luego de terminada la Revolución y donde se lamentaba del silencio que quedó, de la ausencia de tantos amigos y familias que partieron presurosos del vendaval y muchos de ellos, que ya nunca volverían.

         Pero sí llegó a mis manos un relato que por lo visto brotó de su alma dolorida al ver tanta maldad humana, que más bien pareciera nacida de la ley de la selva. Se trata de un manuscrito, de puño y letra de don Félix, inédito y posiblemente inconcluso, pues se diluye en palabras que no parece ser el final de la historia y que su presumible continuación figuraría solamente en su mente o en algún libreto perdido en el tiempo o en el espacio. Me permito trascribir nada más que como prueba de un testimonio que no tiene visos de mentiras y si resulta doloroso para muchos, que lo tomen como ejemplos de una promesa para que futuras generaciones piensen, que recapaciten ante las circunstancias en que la vida les inciten al mal, al rencor, al odio entre hermanos. Y es este el relato:


         12.- UN CAPÍTULO PARA LA HISTORIA


         "Fue el 31 de julio de 1947 - entrada triunfal (criminal)) de los "Pynandí" en la muerta y despoblada mártir de Concepción...

         El 30 los sediciosos habían abandonado la ciudad, a media noche, después de una hábil maniobra, llevándose todos sus elementos bélicos, rumbo al sur, con la seguridad de arrollar en su camino fluvial a todo los obstáculos que se les presentaren, hasta llegar a su objetivo... Asunción.

         Amaneció el día 31 y los rebeldes habían desaparecido; nadie sabía la dirección que habían tomado. En los corrillos callejeros se comentaban los acontecimientos. Unos decían haber visto que se dirigían hacia el Norte, otros hacia el Sur. Nadie sabía nada de cierto... Ínterin, una comisión compuesta de sacerdotes y civiles, en un camión, con banderas blancas desplegadas al viento marchaban hacia el campamento de las fuerzas leales acampadas en las proximidades del pueblo de Belén, para invitarles a llegar a la Ciudad desguarnecida y abandonada por los rebeldes, para tomar posesión de ellas, de la ciudad bajo la garantía de los mismos comisionados, que eran los portadores o mensajeros de la paz para los vencedores que se aproximaban a la ciudad mártir....

         Mucho duró la expectativa. Se decía que estarían a las 20 hs., después a las 12 y por último a las p.m.

         Por fin, después de impaciente y larga espera de parte de las familias coloradas, que con sus banderitas rojas con estrellitas blancas recorrían la ciudad, se hicieron ver los primeros grupos de la vanguardia del Ejército Libertador, que entraban, caballeros extravagantes, sin jefes ni oficiales, por la calle Presidente franco con los estridentes gritos de..."Por la Liberación de la ciudad mártir, por la Patria, por los gloriosos Pynandíes, tres hurras"...

         Vox conat in auribus meis. Unas escuálidas mujeres del pueblo ataviadas de rojo de pie a cabeza, les hicieron coro... en ciudad alguna del mundo se ha registrado una entrada triunfal más impopular y decadente de todo entusiasmo que pasma a quien lo contempla y observa con espíritu sereno e imparcial.... Los chacales aullando en el vacío, las hienas mostrando sus garras filosas en busca de víctimas, las bestias con sus ojos sanguinolentos rugiendo de rabia ante su ruidoso fracaso, organizan rápidamente la revancha....

         Aquí viene lo increíble, lo inverosímil

         Los Hunos y los Vándalos quedan en unos minúsculos guerrilleros de fama apagada, ante estos libertadores de nuevo cuño, libertadores tenebrosos sedientos de lo ajeno.... ¡Ay de ti Concepción!. Pareciera verse al Cristo llorando sobre tus ruina! Cuando sonó la fatídica frase "Conceptio delenda est" envueltas en las carcajadas terribles de la fusilería, que sonaban por doquier en aquella noche trágica del 31 de julio de 1947.

         Eran las 6 o 7 de la noche, cuando empezaron por los suburbios recios tiroteos. Había sido que al amparo de esos tiroteos, comenzaba la obra inaudita: saqueo libre, premio otorgado para los "Pynandíes" a su entrada a Concepción.

         El comerciante José Miguel Lambiasse fue apresado, apaleado y conducido a la Ciudad en ropas menores, mientras su casa de negocios fue saqueada íntegramente y como corolario, incendiado su Depósito de Frutos del país, primer paso de liberación de la ciudad mártir.

         Entre tanto, se sucedían los tiroteos, cual si fuesen en los tiempos históricos de los encuentros de patrullas o fuego de hostigamiento en el frente de operaciones. No era sin embargo eso, ni cosa parecida. Eran sí fuegos de hostigamiento, para entrar de lleno al saqueo de la ciudad mártir. Era el "EUREKA" del vellocino de oro soñado y buscado por los gloriosos "pynandíes" que al fin lo hallaron y lo explotaron a gusto y paladar. Al amparo de la noche cruda de invierno que entraba navegando sobre las olas cortantes del viento Sur, que no permitía el tránsito de persona alguna y los intermitentes disparos de fusilería, continúa la criminal obra del saqueo y destrucción. Tiritaban la gente de frío, pero mucho más de miedo. Sin embargo, la plebe colorada era invitada para participar del festín se NABUCODONOSOR.... Mañana habrá terminado el "Cucú", el "Pombero", el "Yacy-Yateré", el "Curupí", para amedrentar a las criaturas y se dirán ¡Cháque pynandí"!,¡Cháque pynandí"!, y las criaturas llorosas callarán de miedo ante las amenazas de semejantes adefesios, que arruinaron la ciudad mártir de Concepción.

         La casa comercial del Sr. Fidel García, digno exponente del comercio local que permanecía cerrada por ausencia del dueño, fueron violentadas sus puertas a culatazo limpio de fusilería por los libertadores, quienes pusieron en libertad todas las mercaderías del Sr. García, repartidas entre la plebe salvaje que acompañaba a los "Libertadores" y que, hoy desesperadamente visten géneros de "Casa García". No contentos los saqueadores de la casa, hicieron volar los muebles y útiles a todas direcciones, rotas las vidrieras, hecho trizas los envases, etc., etc.

         Igual operación salvaje se llevó a cabo en la casa comercial del Sr. Heriberto Lambiasse, también fuerte firma de esta plaza, que quedó convertida en ruina, completamente liberadas sus mercaderías y limpio el salón, donde otrora estaba repleto de variada existencia de artículos de toda naturaleza.

         Simultáneamente la "obra filantrópica de liberación" se extendió a la zapatería del Sr. Ildefonso Ovelar, donde no quedaron sino cajones hechos piltrafas y añicos los papeles, rotos los espejos a tiros de fusiles, hormas de zapatos dispersas por todos lados. Sangrienta ironía!, ¡Obras constructivas coloradas!. Comunismo puro practicado por los deliciosos Guiones Rojos Pynandíes, en sus orgías canibalescas....

         A la "Comercial & Ganadera del Norte S.A.", la dejaron limpia como una patena; ni un botón para muestra, ni un alfiler, ni una nada. Solo armazones dispersos y deshechos por doquier; mostradores hechos astillas, vitrinas rotas; escritorios revueltos; cajones rotos, cajas de hierro tumbadas, cuyas puertas resistieron a los múltiples golpes de los gloriosos; muda como la boca de un muerto, guardando en sus entrañas cuantiosos intereses.... Si estos ojos no hubiesen visto la cruda y espeluznante realidad este cuadro dantesco, desolador, consumado por unos hombres llamados irónicamente: "Representantes de la Legalidad", "Orden, Dios, Patria y Familia", lo hubiera creído jamás de los jamases... Diría que fue la creación fantástica de algún cerebro enfermizo, o algún corazón atrofiado y seco de tantas maldades... sedientos de pretéritas venganzas con odios concentrados.

         "CONCEPTIO ALEA JACTA EST": Tu suerte está echada Concepción. ¡Sálvate!

         "DELENDA EST CONCEPTIO": Concepción debe ser destruida, guarida de liberales.

         Y destinada es la pobre mártir. Destinada por los canallas hambrientos, insaciables, que devoraron y destruyeron todo lo que encontraron a su paso y hasta asesinaron a humildes trabajadores como aquel Panza, por el delito de denunciar sus crímenes... Y destinada fue la pobre ciudad mártir por aquellos mismos "Pynandíes" que pululan desgraciadamente impunes por las desiertas calles de Concepción arruinada, quien sabe hasta cuándo, hasta que Dios diga basta, ¡Si Dios tiene poder para con ellos!

         A la misma hora, por otros bandoleros fieros, eran visitadas las casas comerciales de la Sucursal "Segura Latorre & Cía" y del Sr. Juan Sebastián Scarpellini (Tienda San Juan), cuyas casas fueron liberadas y limpiadas igualmente de sus mercaderías al grito desaforado de ¡Alto! y tiroteos por todas direcciones, queriendo hacer tragar a los que les escuchan que los que saquean y roban a mansalva son particulares ...SIC... Y un poco más distante de este escenario suculento y dantesco miliunanochesco que se llama "Plaza Carreta", el Sr. Santiago Zárate, luchaba a brazos partidos con los esforzados "Pynandíes" para recuperar algunos fardos de sus mercaderías rumbo a la casa de los Peña, y que gracias a la intervención oportuna de un Oficial del Ejército, que llegaba oportunamente pudo recuperarlos... algo...

         La casa del Escribano Público don Pedro J. Cáceres, el hombre más inofensivo del mundo, y contemporizador como buen guaireño con todos los ciudadanos libres y como buen demócrata, recibió también la fatídica visita de los "empalagosos Pynandíes" que efectuaran la consabida liberación de todo los muebles y ajuares de su señora, trajes y todo lo portátil, etc... encontrados en la vera de la deliberación, con principio de incendio que a estos canallas no les resultó...

         En todas las casas citadas hasta aquí se notaron principios de incendio, que felizmente no progresaron, porque las toscas manos de estos saqueadores eran más hábiles en los robos que en el incendio... por eso, el robo, la rapiña, el hurto resultaron mucho más...

         La casa comercial del Sr. Cándido Núñez se salvó del naufragio gracias a la intervención de los Sres. Jorge Sebastián Miranda y Benigno Villa, que interpusieron sus buenos oficios ante los señores libertadores.

         Así mismo, la tienda "El Baratillo de Jerusalén" del Sr. Emilio Isa, que estaba a punto de ser libertada por un pelotón de "Pynandíes" fue salvada milagrosamente mediante la Dama Colorada Doña Patrocinia Guanes de Brugada, que desplegó toda su habilidad diplomática para ponerla a salvo.

         El Sr. Agustín Scarpellini, recibió a la vez la desolada visita de ritual, que dejó liberada su casa de comercio de todas las mercaderías y enseres que tenía...

         El Sr. Sabino Sánchez, escuchó también el arrullo melodioso de la liberación de sus mercaderías, que se esfumaron como espuma de jabón al conjuro de las voces de los expedicionarios libertadores de la ciudad mártir...

         El Sr. Clemente Martínez, tras enormes palos, al igual que el Sr. José Miguel Lambiasse, después de haberlo liquidado todo lo que tenía, lo azotaron cruel y despiadadamente en presencia de su señora esposa, quien a consecuencia de semejante vejamen quedó enloquecida y.... falleció.

         ¡Vergüenza, cúbrete tu rostro! Que los libertadores preparan más festines en la misma noche tenebrosa y fría, antes de aclarar el nuevo día de agosto.

         Ramón Zárate, ¡levántate y da lo que tienes y cállate!

         J. Benito Torres, aguanta, que te visitan los libertadores!

         "Hijos de Américo V. Albertini", para vosotros, amaneció el día 1 de agosto. En pleno día vuestros intereses fueron liberados tranquilamente a la vista atónita de la población emocionada ante tamaño espectáculo.

         ¡Vulgares saqueadores, asaltantes a mansalva! .¡Bandoleros que mancháis los uniformes que os dio la Patria! ¡Os conocemos a carta cabal. Vosotros no debéis ser colorados honrados! ¡No debéis ser los herederos del Centauro de Ybycuí, el General Bernardino Caballero!.... No: vosotros sois los repugnantes "Pynandíes", caballos de batalla del más repugnante y sanguinario tiranuelo de América, el dictadorzuelo moribundo Higinio Morínigo, que las Américas miran impasibles que la dictadura florezca todavía, con flores regadas por países democráticos.... Armamentos a tutiplén para el Dictador.

         Entre vosotros es desconocido el escalafón militar. Todos sois autómatas. Todos mandáis por igual para el latrocinio y obedecéis para el robo, que es la misma cosa. Vuestro lema es "robar, saquear, destruir, romper, quebrar, mutilar, y así lo hicisteis"... Robasteis muchísimo, en Concepción. Arruinasteis a una ciudad floreciente y próspera de otro tiempo.... Y robasteis a más del Comercio, a casas particulares, desde luego, era esa la recompensa prometida por vuestro infame dictador..... Llegasteis descalzos y rotosos con trapos rojos, como distintivos de toreros a nuestra ciudad mártir, y regresasteis a vuestros hogares como gente, con vestimentas nuevas y bolsillos repletos del fruto de vuestras rapiñas... Y otros hasta con mercaderías, muebles, radios, máquinas de escribir y de coser y otros enseres.... Cumplisteis a las mil maravillas vuestra misión de "Libertadores".... Volvisteis a vuestros hogares con la bella recompensa de vuestro "amo", a quien salvasteis de un seguro naufragio....! .

         Pero, como cristianos, como decís que sois, os remorderá vuestra conciencia, si la tenéis, hasta la tumba y más allá de la tumba... ETERNAMENTE!. Mares de lágrimas, torrentes de amarguras correrán sobre vosotros...

         El inmenso dolor de todos los damnificados por vosotros, os acompañará como una eterna maldición para toda vuestra vida... El infortunio y el desastre económico de todos los perjudicados por vuestras manos enlodadas y nauseabundas, serán los índices acusadores implacables que os señalarán, ante la posteridad, como réprobos miserables instrumentos de un tirano, que se ha servido de vosotros, como palancas, para sostener su ignominiosa dictadura. El estigma denigrante candente con que os reconocerán las generaciones presentes y futuras es y será el de "LADRONES!!!!

         Y sigue la devastadora obra de latrocinio durante todo el mes de agosto... ! Ya no eran las bombas de aviones enemigos las que nos tenían enloquecidos... Esos aviones ya dejaron de surcar el espacio azul. Ya dejaron de vomitar sus cargas mortíferas... Eran sí, los tiros de fusilería de los "Pynandíes" que, entrada las noches, comenzaba, presagiando los atracos a lo ajeno. Porque detrás de los tiroteos venían los asaltos consabidos de los gloriosos hijos de Marte!....

         Y van desfilando siempre, como en una vista cinematográfica, las casas saqueadas, estén o no sus dueños, por los flamantes R.I.5 famosos, tristemente famosos por sus fechorías.

         La "Casa Hollywood" casa de modas con artículos finos, cerrada en ausencia de su dueño el Sr. E. Pereira, fue sacudida con la misma furia, por los gloriosos libertadores, que no dejaron bien limpia la casa.

         "Romañach & Marsal", gran almacén y depósito de frutos, fue así mismo arrastrada por la corriente saturadora de libertad hacia los toneles sin fondo de los gloriosos expedicionarios libertadores.

         Antonio De Giácomi (Antonio Gringo), tienda y almacén a su vez, recibió el zarpazo aleve de los democratizadores rojos, que como tales, se aprovistaron libremente del suculento granero.

         Sigue remolineando el espeso torbellino arrasador sobre la casa de Wadi Armele e Hijos, a la que dejó limpia como a las otras...

         Y el ciclón rojo, incontenible, sigue arrasando los cimientos mismos de los hogares de familias, convirtiéndolos en agrietados recintos desiertos y desmantelados totalmente...

         Doña Julia Spika de Albertini, modista, madre de muchos hijos, incansable trabajadora, modelo de madres, lloró amargamente sobre la ruina de su hogar y los humeantes escombros, hasta de intereses ajenos confiados a su cuidado, que también se esfumaron como ilusión de enamorados.

         La mansión señorial y principesca de don Hernando Isnardi, saqueada en pleno día, en el corazón mismo de la ciudad, convertida por obra y gracia de la "Falange Roja" en Delegación de Gobierno, es hoy, el local de la "Feria de los Pynandíes", donde exhiben todos los héroes de la horda, hasta los rencorosos y vengativos "Sandía Yvy-guy" de los componentes de la "Guarnición de Hierro Colorada de 180".

         ¡Esa alfombra regia y soberbia, sobre la cual se deslizaron los sedosos y dorados zapatos de la aristocracia concepcionera en días memorables de las grandes fiestas familiares, es hoy hollada, convertida hoy en un ¡Asilo de Dementes! ¡Qué sarcasmo! ¿Desde allí se predica...? ¿Qué?....

         Los hierofantes rojos sermonean! Llamando a la concordia al pueblo, al que han torturado, robado, saqueado y sepultado bajo los escombros humeantes de su heredad, que es todo su patrimonio, o su fortuna....

         Yo quisiera una melancólica flauta de cristal en mis manos, para con ella aproximarme, en esa noche de luna, en la desierta ventana del amigo ausente, para entonar el MISERERE, y remembranzas... Cantando como BECKER: "Volverán las oscuras Golondrinas, sus nidos a colgar por el alero de tu ventana... Volverán todos, sólo ya no volverán, aquellos que fueron con los GLORIOSOS VAMPIROS BERMEJOS de pañuelos rojos hasta las orejas"... de zarpas y de unas muñecas... que se llevaron, como recuerdo de la "Ciudad Mártir", liberada por ellos, por los ladrones "Pynandíes" insaciables...

         La vetusta residencia de la Srta. Manuelita Zavala, como cariñosamente se la llama, de ilustre abolengo, no fue respetada por los sádicos elementos dictatoriales, que todo llevan por delante. Violentar las puertas y entrar de lleno al pillaje, fue uno...

         ¡Cuántas prendas y objetos de valor, recuerdos de familias, volaron al conjuro de "VAE VICTIS"! Porque todo el delito de esta cristiana y santa mujer, consiste en sustentar el ideal democrático, como buena descendiente de familia democrática. Pobre Manuelita, lisiada como está, cuando vuelvas a tu hogar, como todos los buenos concepcioneros, encontrarás solo la sombra y nada más de tu casa solariega. Garantía de los pacifistas colorados, auténticos representantes de la Democracia Paraguay!! ...¡Oh Democracia!, incendian tu población cínica y desvergonzadamente. No sabemos por qué milagro, por qué suerte no la convirtieron tu casa en garage, caballeriza, gallinero o pista para la aristocracia roja novicia... ya para oficina pública, no es apta, por su presentación un tanto anticuada, para los excelsos libertadores de la ciudad mártir, que solo pretenden Palacios de cristal para sedes de sus oficinas. Los caballeros pigmeos, cabalgando sobre las flechas envenenadas de Volta Gaona, adulteraron tu alcoba y se llevaron tus alhajas, tus joyas, tus libros, tus imágenes santas y, cuanto encontraron, cuando vuelvas Manuelita, llorarás sobre tus despojos de tu hogar, antes risueños y felices!.... Maldita sea la invasión de la horda roja salvaje!.... El Padre Bolaños conjuró el desmoronamiento del lago Ypacaraí, que se produjo por un fenómeno sísmico, pero el Padre Moleón no pudo conjurar el desmoronamiento de la ciudad mártir, que se produjo por un fenómeno satánico!...

         Blas Aquino, que no podía escuchar el ruido de cadenas que arrastraban sus conciudadanos, impuestas por un obscuro dictador, por la espantosa soledad de su Patria amada, que deseaba un pueblo libre, sin tiranos ni opresores y no un rebaño abyecto y claudicante de lobos hambrientos adornados con trapos rojos carnavalescos; su delito fue su amor inmenso a la libertad para todos los hombres que habitan nuestra Patria libérrima.

         "Por la Democracia, por la libertad" fue siempre su grito de Hombre Libre.... Y, y cuando sonó el himno de la eterna Marsellesa para la Patria oprimida, el 8 de marzo de 1947, albores para él, un nuevo día de esperanza y de fe para la buena causa de que tanto suspirara, no titubeó ningún fugitivo instante. Hombre de acción, no podía permanecer indiferente ante el solemne llamado de la Patria encadenada, que quería romperla. Y se alistó en las filas de los libres, arrastrando consigo la flor y nata de la juventud concepcionera. Porque era el conductor querido de esa juventud y de su pueblo todo. Fue con ellos a enfrentarse con el tirano, a romper cadenas. No le resultó; no tuvo la culpa. Factores adversos múltiples se interpusieron a la realización de sus sueños de libertad... sueños truncos momentáneamente!... Y, la casa de Don Blas Aquino fue saqueada y adulterada por la planta inmunda de los "Pynandíes", que no por congraciarse con el ausente, arrastraron su piano bajo el desmantelado techo de un rancho, en donde los "Gloriosos" se ensayaban a ejecutar la polca colorada, ellos que nunca vieron un piano!!... ¡¡Asnos tocando arpa!!...

         Art. 21 de la Constitución Nacional: "La Constitución garantiza la propiedad privada".

         Art. 25.... En ningún caso se aplicará la pena de muerte por causas políticas, ni la confiscación de bienes.

         ¿Por qué entonces ocupan estos bandidos las casas habitaciones de Hernando Isnardi y Blas Aquino?

         ¡Adelantándose!

         Art. 27 de la Constitución Nacional: "La defensa enjuicio de la persona a los derechos es inviolable. Son también inviolables el domicilio, la correspondencia epistolar y los papeles privados. La Ley determinará en qué caso se podrá suspender la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia....

         Y, sigue la obra devastadora su curso criminal!

         Los famosos R.I.5 continúan su labor de día y de noche. La zozobra cunde en la población. De día eran tranquilamente abriendo habitaciones cerradas e incautándose de todo lo que encuentran, ya sea muebles, útiles, trajes, vestidos y cuanto hallan a su paso. Pero de noche cambian completamente. El aullido de los perros huérfanos, eran otros tanto que torturaban el alma, pues todas las noches se oía cual triste lamento de seres que añoran la ausencia de seres queridos de la familia, que se hallan lejos del hogar. Esos eran los canes sentimentales... En cambio, se oían los ladridos lejanos desesperantes nocturnales de los enemigos del hambre, ladrando por los inicuos saqueadores de sus dueños presentes y ausentes, en los momentos     , en que allanaban los hogares, para saquearlos... Y a esos fieles canes, se querían acallarlos a balazos... Pobres animales, ladraban larga y desesperadamente, mientras duraban los despojos de las casas... Cuando escuchábamos ladridos semejantes decíamos entre nosotros: ¡pobre perro! ¿Quién o quiénes ayudan o acuden en tu socorro, a espantar a aquellos ladrones?. Los ladrones se acercan... ¿Quién será la víctima? Es la interrogante que amarga a todos. Sobre qué cabeza caerá la bomba?

         Alejandro Albertini, cuando vuelvas algún día, hablaremos...

         Dr. Cristóbal Caniza, recuerdos te mandan los libertadores.

         Dr. Roberto Paleari, saludos te mandan los que con tus libros fueron.

         Dr. Joaquín Miranda, te sonríen aquellos que en tu auto, muy orondos recorrieron las calles de Concepción...

         Don Máximo Heyn Romero, hombre de familia, arrasado su hogar despiadadamente por la misma ola roja.

         Emilia Bonzi Vda. de Villalba, desvalijada sin miramiento alguno.

         Lauro Giménez, despojado de sus trajes, sombreros, zapatos, etc...

         Casimiro Giménez, saludado por los mismos en la misma forma.

         Relojería Milessi, saqueada en pleno día.

         A. Recalde - Moliné, almacenes limpiados totalmente.

         Empresa de transporte Servín, liquidada.

         José Macías, su tienda, en las postrimerías de agosto, por no salir ileso, le hicieron la visita nocturnal de costumbre, dejando limpias y bien sacudidas las estanterías.

         Braulio Ayala, Luis Diana, siguen las visitas a sus casas.

         Ezequiel Zárate, su almacén con el mismo destino.

         José Roque Zárate, un colorado bueno y muy querido, su "Zapatería" recibe la visita de los saqueadores, por equivocación, cuando este señor llegaba liberado de la prisión de 180.

         Guillermo Romañach, Manuel Alvarenga, Carlos Schaerer, José Mulé, Jacinto Emilio, Pascuala de Esteche, sus viviendas particulares recibieron del mismo modo, la desagradable visita de los impagables "Pynandíes", que siguieron ininterrumpidamente su obra de liberación de la ciudad mártir.



         13.- OTRO CAPÍTULO PARA LA HISTORIA


         La horda roja sigue su obra devastadora y se dirige al norte, va a Loreto a proseguir la liberación de esos pueblos mártires. Su entrada triunfal aquel pueblo fue idéntica a la de Concepción: atropello a los hogares, saqueos libres, maltrato a las personas, vejámenes...

         Ha llegado la hora trágica para los pobladores de aquel humilde pueblo en que debían de bailar la danza macabra sobre la cuerda floja armada por aquellos bandidos, que en nombre de "Dios, Hogar, Patria y Religión" recorren las aldeas y los pueblos sembrando el terror y desolación a su paso.

         Después de vejámenes, insultos e improperios a los principales vecinos, despojados de sus intereses, son recluidos en inmunda cárcel. Luego los sacan, los despojan de sus calzados y los atan con cuerdas a manera de rosarios, en parejas, unos tras otros, a 30 cms. de distancia, de tal modo que no podían ni caminar con cierta libertad y los remiten como a vulgares criminales, bajo custodia bien armada, destino a Concepción, distante unas ocho leguas, con un sol calcinante y lo obligan a ir descalzos sobre la tierra caliente y el duro pedregullo. Esta odisea, de estos pobres hombres, solo Víctor Hugo podría describir con verdadero colorido.

         Nuestra pluma es demasiado frágil y débil para narrar tamaña afrenta a la civilización y al género humano.

         He aquí la nómina de ese rosario macabro en marcha forzada hacia su destino: Concepción.

         1°) Don Manuel Vázquez, venerable anciano de 65 años de edad, culto caballero argentino, casado con una paraguaya, en cuyo hogar tiene cabida todo el mundo, sin distinción de matices políticos, ni de culto, ni de nacionalidad. Este señor, el paño de lágrimas de todos los huérfanos de inteligencia, o mejor dicho, el padre intelectual de todo el Departamento.

         2°) Don Elías José Yanho, hombre de trabajo, de 51 años de edad, honorable hijo de la lejana Siria, identificado con el Paraguay, su segunda Patria, donde ha formado un respetable hogar con numerosos hijos paraguayos, que muchos malos hijos de esta infortunada patria los han vejado...

         3º) Don Juan Bautista Garcete, correcto funcionario judicial de 66 años de edad, que ha formado un respetable hogar en aquel pueblo (*).

         4°) Don José Ortiz, hombre de trabajo de 66 años, que falleció poco después a consecuencia de los maltratos recibidos.

         5°) Don Vicente Cano, hombre de trabajo, meritorio paraguayo de 55 años.

         6°) Don Evaristo Toledo, hombre de trabajo paraguayo, de 54 años de edad.

         7°) Don José Loreto Martínez, hombre de trabajo y meritorio paraguayo de 35 años de edad.

         8°) Don Bernardo Fernández, hombre de trabajo y meritorio paraguayo de 46 años de edad.

         9°) Don Saturnino Fernández, otro meritorio paraguayo y hombre de trabajo.... y sus ansias locas de su libertad.

         (Observación: aquí termina la hoja y luego viene una hoja suelta que continúa así)

         Y qué diríamos de cada uno de estos hombres hercúleos, encadenados, Prometeos que cayeron en la celada, y fueron nuevos Cristos que recorrieron la Vía Crucis, con la cruz de la impotencia, hasta el Monte Calvario, donde siguieron sufriendo, como si fueran reos como los autores de semejantes humillaciones, delincuentes vulgares, pintarrajeados "Pynandíes" que arrasaron la heredad.

         Vosotros, hijos dilectos de Loreto, nombres que quedan grabados en la blanca página de nuestra historia, donde quedará como testamento escrito para vuestros hijos y para las generaciones venideras, como el mandato secreto de vuestros espíritus que supieron soportar con dignidad los desmanes de vuestros victimarios...


(Observación: hasta aquí llega el manuscrito en un macilento cuaderno, quizás con hojas perdidas o destruidas a través de los cincuenta años que van pasando desde que lo escribió don Félix A. Cáceres y que tal vez haya sido más extenso, porque tengo el testimonio del Obispo Mons. Oscar Páez Garcete, que a los 9 años de edad entonces había ido a la cárcel improvisada por el Cap. W. Chávez en el Cine-Teatro Paradeda a visitar a su abuelo y cuenta que eran doce los ilustres ciudadanos de Loreto que venían de dos en dos maniatados con cuerdas y según otros también con alambres, descalzos como castigo por no comulgar con la doctrina del déspota.

         Otro ilustre hijo de Concepción, el Dr. Víctor Torres Salinas, radicado desde hace 34 años en Filadelfia (EE.UU.), en reciente visita me autorizó a que incluya su testimonio en este libro, pues él también, de 16 años entonces fue a esa cárcel a visitar a su tío Juan B. Garcete y hasta hoy guarda en su memoria el dantesco cuadro de ver a doce respetables e inofensivos ciudadanos con los pies hinchados y sangrantes como mortadela y no tienen más que palabras de reproche a tamaña bestialidad y con dolor en el alma lamenta que los bárbaros lo hayan hecho en nombre del Partido Colorado, el partido de sus amores y de su ilustre padre, digno colorado de Concepción: don Víctor Torres Pintos. Ambos recuerdan a otros dos ciudadanos que venían como yuntas de bueyes: Don Manuel Quevedo y Don Francisco Sánchez, que aparecen en otro capítulo de este libro, cuando se habla de las hazañas de W. Chávez).


(*) El Sr. Juan B. Garcete tuvo una hija que es la madre de nuestro querido Obispo Mons. Oscar Páez Garcete, de la diócesis de Alto Paraná y Presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya. Don Juan enviudó y casó en segunda nupcias con la Sra. Vitalina Torres Pintos, fundadora y Presidenta del Primer Cuerpo de Enfermeras de la Guerra del Chaco, creado por Mons. Emilio Sosa Gaona.



         14.- HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN: CAPITÁN JOSÉ VENANCIO GONZÁLEZ


         En el diario "La Opinión" del 20 de abril de 1990 apareció un artículo recordando su actuación durante la Revolución de 1947 y decía así:

         Dice Alfredo Seiferheld: "Es muchas veces doloroso para la propia historia traer al recuerdo un pasado de violencia y de miseria... pero sin embargo, menos justo sería para con la misma verdad histórica ignorar u ocultar testimonios que puedan contribuir a despejar interrogantes sobre algunos episodios, para que nunca más los paraguayos volvamos a cometer los errores del pasado", y por ello escribió las memorias del Capitán (después Mayor) José Venancio González sobre la revolución del 47. Este militar fue un héroe de la guerra del Chaco y fue distinguido con las dos mayores condecoraciones y con su espíritu guerrero, tampoco titubeó para defender en el 47 a su Partido Colorado y hasta que, ya durante la dictadura de la post revolución dio su vida en un episodio sangriento no esclarecido hasta hoy. El 20 de abril de 1949, el Guión Rojo de J. Natalicio González ataca la caballería, la que estaba comandada por el Tte. Cnel. Enrique Giménez. El grupo del Guión Rojo estaba comandado, por el Cap. José Venancio González y al ser repelidos por la caballería de Giménez, muere descuartizado éste y se lo entierra a la vera del Arroyo Itay, según manifestación de algunos escritores, pero muchos aspectos del hecho siguen en la incógnita y hay relatos como el de su hija la poetisa Hedy González Frutos, quien entonces era muy niña. Alguna vez tendrá que aclararse este horrendo episodio entre hermanos colorados: los llamados Democráticos de Federico Chávez y los llamados "Guión Rojo" de J. Natalicio González y muchas otras asonadas en tan turbulento corto período en que se sucedieron siete presidentes (Higinio Morínigo, Juan Manuel Frutos, Federico Chávez, Gral. Raimundo Rolón, Dr. Felipe Molas López, Tomás Romero Pereira y Gral. Alfredo Stroessner) y cuya rara investigación corresponde a otros historiadores que alguna vez aclararán. Estando al frente del R.C. N° 6, aquel 31 de julio de 1947 y ya llegando en su avance hasta la picada de "Curuzú Isabel", a unos 10 kms. de Concepción, recibe con asombro la orden de detenerse y regresar a su punto de partida, un lugar llamado "Bolicho Torres".

         Se enteró por algunos prisioneros y vecinos que las fuerzas rebeldes se desprendieron de Concepción, pero confirma lo que aseveró en otro capítulo, que no sabían hacia dónde fueron.

         Efectivamente, ese primero de agosto los rebeldes forzaron "Caída" y siguieron al sur. Los leales estaban aislados, sin medios de transporte, y no tenían otra alternativa que seguir a pie y solamente un grupo logró seguir en una embarcación que no pudieron reparar los rebeldes y que luego de varios días el Contra Almirante Ramón E. Martino logró ponerla en marcha. Sobre esa lucha y el final de la Revolución el 19 y 20 de agosto ya es historia conocida a través de publicaciones periodísticas diversas y libros varios, aunque los pormenores del fracaso de los rebeldes y el triunfo de los leales tiene aún sus interrogantes.

         El trayecto a pie y a caballo del escuadrón del Mayor José V. González, éste lo describe con lujo de detalles y fue una odisea digna de la pluma de un historiador, guerrero militar, por lo que aquí no me limitaré a transcribirlo en su totalidad. Pero sí vale la pena anotar que este escuadrón bajo el mando del Cuerpo de Zapadores del Cap. Clavell encontró en la zona de "Villa del Rosario" a un grupo de niñas de San Pedro que fueron traídas como prisioneras y por supuesto, el jolgorio fue indescriptible al ser liberadas. Esto demuestra que en una contienda no hay frentes buenos, generosos, respetuosos ni condescendientes con el prójimo. En ambos bandos salta el espíritu maléfico que lo traemos incrustados en el alma a partir de Adán y Eva y describe el Cap. González que muchos de sus soldados eran oriundos de Rosario y ansiosos fueron a sus lares, y encontraron muchos de ellos verdaderos desquicios dejados por los rebeldes.

         Habla de la nobleza del soldado, que su odio y deseo de venganza es dominado por el deber, pero mi apreciación es que en el fragor de la lucha es difícil que se imponga la razón. Tanto el vencido como el vencedor no tienen corazón y la historia demuestra que las generaciones futuras deben nutrirse de estos bestiales ejemplos para imponer una conducta, un "¡¡¡BASTA, YA NUNCA MÁS!!!".




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