PANAMBÍ, 1965
Xilopintura ( madera tallada y policromada al óleo ) de 1.50 x 1.50 cm.
Obra de CARLOS COLOMBINO
Colección CAV/ Museo del Barro.
En 1960, Colombino realiza en la galería Bohéme una exposición individual de obras abstractas desarrolladas a partir de temas vegetales. Es una pintura intrincada y convulsa, pero, por primera vez, planteada con un impecable sentido de serie y secuencia que da unidad a la muestra y la convierte en un proceso coherente. A partir de allí, el artista irá afirmando su imagen pictórica. En 1962, comienza sus xilopinturas (consistentes en maderas talladas y pintadas), aún basadas al comienzo en una dinámica de recuerdos vegetales (Trópico, Pintura I, Takurú), o, después, en la tensión entre lo orgánico y lo mineral (Raíces, Ita-hû, Pirá-hũ, Yvoty, Itá morotî-1964-). El conflicto histórico; el drama humano -contenidos que marcarán a fuego toda su obra-, aparecen ya sugeridos en Cuerpos extraños en 1965 y, enseguida, irrumpen con violencia en Juana y Esbozos para un hombre aniquilado. Entonces ya quedan definidos los presupuestos básicos de esa figuración segura y potente.
Catalogadas en el CAPÍTULO IV: La apertura, página 438/439/440 del libro
UNA INTERPRETACIÓN DE LAS ARTES VISUALES EN EL PARAGUAY
Autor: Ticio Escobar
Editorial Servilibro, Octubre 2007
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