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MARICRUZ MÉNDEZ VALL
  ALGUNAS MUJERES..., 2012 - Por MARICRUZ MÉNDEZ VALL


ALGUNAS MUJERES..., 2012 - Por MARICRUZ MÉNDEZ VALL

ALGUNAS MUJERES...

Por MARICRUZ MÉNDEZ VALL


Intercontinental Editora

Portada: Mirta Roa, a partir de obras de OLGA BLINDER

Colección Museo del Barro

Diagramación: Gilberto Riveros Arce

Asunción – Paraguay

Noviembre 2012 (325 páginas)

 

 

 

 

23 VOCES

 

            23 mujeres, 23 testimonios, 23 voces, múltiples tonalidades, y una entrevistadora que ha sido capaz de lograr un clima de confianza e intimidad para poder adentrarnos en sus vidas, en sus trayectorias, recuperando momentos dolorosos y también de felicidad y éxito.

            Son historias de vida de mujeres, de ciudadanas plenas, de personas comprometidas con sus proyectos y sus sociedades, algunas mujeres... nos acerca a la complejidad de la condición de ser mujer integrada al mundo, a su época y a los cambios históricos de nuestros países del Mercosur, desde voces y experiencias vitales diversas.

            Quienes hemos militado y estudiado por los derechos de las mujeres y la búsqueda de equidad entre mujeres y varones, quienes hemos luchado por las transformaciones culturales, hemos desarrollado y enriquecido -a través de la práctica- la construcción teórica que los estudios de género nos acercan. Los testimonios presentados en el libro de Maricruz Méndez Vall, permiten dimensionar las raíces de las condicionalidades de género y las diversas formas, caminos y estrategias que las mujeres vamos concretando, para ser sujetas activas en el mundo y no simplemente seres para otros, individuas reproductoras de un orden social organizado binariamente.

            Desde las artes, la filosofía, la política, el activismo social, estas mujeres expresan la ruta de construcción de una ciudadanía plena. Sus historias personales muestran las rutas históricas de nuestros países del Mercosur, nos acercan al sufrimiento de nuestros pueblos en las dictaduras, las consecuencias del exilio, la desigualdad social y económica, y las múltiples dimensiones de la exclusión social: étnica racial, generacional, de clase, de orientación sexual, además de la de género que comparten.

            Es interesante poder comparar las voces de nuestros pueblos, puestas de manifiesto por ellas, y constatar que hay mucho en común, mucho compartido, lo que nos permite pensar en los auténticos desafíos de la integración mercosuriana, actualmente tan desgastada y poco apreciada en la práctica política.

            La lectura de los testimonios, nos permite también percibir la complejidad del ser sujetas de derechos. Convertirse en sujetas históricas - creativas y comprometidas-, les ha implicado búsquedas, exigencias e incertidumbres. La conciencia de género no está presente en todas, aunque todas reconozcan las desigualdades y las exigencias diferenciales para las mujeres. Es que las transformaciones culturales que implica la utopía de la equidad de género, recorre sinuosos caminos que no alcanzan con la experiencia vital, requiere reflexión teórica y debate político ideológico.

            El feminismo y el movimiento social de mujeres, han puesto énfasis en la construcción de políticas públicas para garantizar los derechos de las mujeres y la necesidad de transformaciones sociales que sustenten una cultura de equidad.

            Es evidente que se requiere que el aparato del Estado se comprometa con las políticas de igualdad que garantice oportunidades, la redistribución de los ingresos y de los recursos económicos, superando situaciones de explotación y exclusión económica en la que viven las mujeres de nuestros países.

            El reconocimiento público de las restricciones que los estereotipos culturales generan en mujeres y varones, es un primer eslabón de la cadena de transformaciones culturales que deben ser lideradas y promovidas desde el Estado. El conjunto del aparato institucional, especialmente las instituciones de protección social, de justicia, de educación, de salud pública, deben impulsar igualdad de oportunidades y derechos. Pero el Estado y la política pública se legitiman y concretan en una ciudadanía activa que propone, exige reconocimientos y lucha por la ampliación de derechos.

            Estas mujeres nos explican y muestran estos desafíos. Más allá de las trayectorias únicas y personales, de opciones y decisiones individuales, expresan las luchas sociales y políticas por conquistar la igualdad y la realización de la gente. Ellas se sustentan en los recursos de su infancia, de sus familias, de sus comunidades para desde allí aportar a los cambios que se proponen.

            Podemos cavilar a través de muchas de ellas cómo ha sido el proceso de construcción de liderazgos, políticos y sociales, cómo el proceso de incorporarse a mundos fundamentalmente masculinos, cómo abrir canales a nuevas sensibilidades, cómo participar de la creación y el arte.

            El libro es una buena muestra entonces, del difícil camino de los liderazgos femeninos. Es que las mujeres que asumen ese desafío están rompiendo con los mandatos de género y construyendo un rol que implica el uso del poder, culturalmente asociado al mundo público y reservado para los varones. La socialización de género educa a las mujeres para evitar los espacios de poder y disfrutar de los poderes derivados de las actividades familiares y sociales.

            Es por esto que las mujeres líderezas son una excepción a los mandatos de género. El desempeño del rol muestra que se han vivido circunstancias que las predisponen a asumir los desafíos del liderazgo. En sus historias de vida pueden encontrarse hitos que les permitieron desarrollar habilidades para ello, disposición para aprender las destrezas de la negociación y la representación, y fortaleza para enfrentar el sufrimiento de la protagonista.

            Podemos ver, que el liderazgo no es sinónimo de ejercicio autoritario ni mera satisfacción de ambiciones personales, sino que implica una capacidad de influencia en otros y en el medio para transformar y transformarse. El éxito, es éxito colectivo y satisfacción por el logro de lo esperado.

            Es evidente también que para estas mujeres trasgresoras a los mandatos culturales, el ejercicio de sus liderazgos ha exigido aceptación de cambios para quienes las rodean: amigas, pareja, familia. Muchas veces logran apoyar sus trayectorias e impulsarlas, otras veces apenas las acompañan, pero en otros casos, las liderezas, deben afrontar la pérdida de vínculos afectivos o el cuestionamiento a sus opciones.

            Los liderazgos de mujeres exigen también, aprendizajes para las organizaciones representadas: lo que se espera de ellas, lo que se ve y proyecta en ellas, el margen de libertad para las decisiones: cuánto de representación, cuánto de autonomía e iniciativa propia. Este vínculo de doble vía resulta central para el logro de los objetivos y el crecimiento de la organización y para la construcción del liderazgo.

            Ser lidereza, ser referente pública, ser protagonista de su tiempo desde diferentes esferas del quehacer, exige el ejercicio del poder. Obliga a enfrentar contradicciones internas y externas, a tomar opciones para mantener sus ideales, a realizar búsquedas y concretar rupturas. Finalmente podemos apreciar los resultados de esos aprendizajes: diferentes formas y modelos de ser y actuar en el mundo de manera íntegra, comprometida, jugada.

            Invito entonces a leer este libro, a disfrutar y pensar, y acercarnos a cada uno de nuestros países del Mercosur y palpitar con el dolor, la frustración y los éxitos, nos acerca a mujeres concretas y nos acerca a nuestra historia política.

 

            Mariella Mazzotti

            Montevideo, octubre 2012

 

 

ÍNDICE

 

Dedicatoria

Agradecimientos

23 voces

De carne y hueso

En sus zapatos

 

ARGENTINAS

-           Rosario Andrada de Quispe: Mujer perseverante

-           Estela de Carlotto: Después de Laura

-           María Eugenia Estenssoro: La libertad de elegir

-           Moira Lowe: Una viajera incansable

-           Ana Pampliega de Quiroga: Surcos abiertos

-           Carmen Storani: Profunda raíz democrática

 

BRASILERAS

-           Nilce Azevedo Cardoso: El arte de enseñar y aprender

-           Emilia Fernandes: Política de raza

-           Ana María Machado Netto: Académica de matriz gitana

-           Rejane María Pereira: Silbatos contra la violencia

 

PARAGUAYAS

-           Maguiorina (Magui) Balbuena: Cuando el campo habla

-           María Angélica (Tete) Cano Radil: Política y feminista

-           Paz Encina: Hamacando sueños

-           Gloria Godoy-Rubín: Primera Ministra de la Mujer

-           Rafaela Guanes de Laíno: De pura sangre azul

-           Margarita Mbywangi: Mujer de dos mundos

-           Lorena Méndez de Gustafson: El rostro femenino de la empresa

 

URUGUAYAS

-           Annabella Balduvino: No te olvides

-           Claudia De los Santos: Tirando redes de inclusión

-           Lía Maciel: Tiempo de sueños y utopías

-           Ana María Mizrahi: Una voz comprometida

-           Glenda Rondán: Contra viento y marea

-           Lucía Topolansky: De la cárcel al poder

 

 

DE CARNE Y HUESO

 

            La IV Conferencia sobre las Mujeres de Naciones Unidas en Beijing, China, dentro de su maravilloso y directriz Plan de Acción, expresó que en el ámbito de la comunicación y la cultura era fundamental brindar una "imagen plural sobre las mujeres", para combatir la uniformidad de representaciones basadas en el preconcepto patriarcal de que todas son sólo seres reproductivos, creadas para ser únicamente esposas, madres, cuidadoras de otros/as, y dedicadas con exclusividad al trabajo de servicio a los demás. De esta forma, el texto, que fundamentó las políticas públicas en los países de las Naciones Unidas desde la década de los años 90, trataba de redefinir y proyectar la imagen de las mujeres como "imagen plural", no estereotipada, propendiendo a que las simbolizaciones sobre ella fueran lo más cercana a la vida real de las mujeres del mundo, y no al acotado imaginario machistas

            En este libro, Maricruz Méndez Vall hace un valioso aporte a esta política de Beijing: Describir a "las mujeres" de carne y hueso, desde sus inconmensurables aportes a la cultura en todos los espacios y tiempos. Y lo hace develando la riqueza humana de su gestación de conocimientos, saberes, prácticas, trabajos, luchas, como protagonistas activas de la humanidad; destacando sus miedos y sus valentías, sus sensibilidades y sus firmezas, sus virtudes y defectos, avances y obstáculos, dentro de una sociedad en cambio permanente, que crean y recrean con su hacer transformador.

            Dentro de este libro, lleno de condimentos para saborear, podremos encontrar, como mujeres, un reflejo en el que mirarnos y sentirnos felices; un momento para unirnos desde nuestras diversidades; un lugar donde descansar cómodas con nuestras historias de vida; valorándonos, y reconociéndonos como artífices de las historias de nuestros países y de nuestra América Latina.

            Los hombres podrán también habitar un espacio para reconocer a las mujeres tal cual son, múltiples y diferentes, aunque atadas a una construcción de género asignada, que, paso a paso, se está desatando, fundamentalmente en la generación de mujeres que destaca el libro: las de mediados del siglo XX al siglo XXI.

            Aquí las podemos apreciar en las luchas políticas contra las dictaduras, poniendo el cuerpo; o bregando por más y mejores lugares de decisión política. También en las reivindicaciones indígenas por la tierra y el respeto a las culturas originarias; o en las realidades y posicionamientos públicos del movimiento racial. Además, realizando aportes al arte y la comunicación; generando ideas y pensamientos filosóficos, educando. Aliándose en foros, redes, reuniones nacionales e internacionales para potenciar el cambio sociocultural desde la mirada de género en las políticas públicas, en las empresas...

            Es interesante transitar por la década del 60 a través de sus vidas, recorriendo las luchas agrarias en el campo de Paraguay desde la experiencia de Magui Balbuena, para reconocer cómo las mujeres han aportado a la presencia pública del movimiento campesino e indígena desde CONAMURI -en ese país-, o desde la parcialidad indígena aché, con Margarita Mbywangi . Pero también desde la movilización kolla en el norte Argentino, develada por Rosario Quispe. El desarraigo, la migración, la pobreza, el desconocimiento, las dificultades para la educación, se hacen eco en sus voces y nos demandan todo aquello que falta todavía lograr para el respeto a las diversidades y nuestro desarrollo sustentable en América Latina.

            Aquí también se hace presente la memoria de la esclavitud y las luchas del movimiento racial, desde los negros ojos de Rejane Pereira, en Recife, o desde la pro actividad de Claudia De los Santos y su "Mundo Afro".

            Nos conmueven las tramas de dolor, valentía, esperanza, que en la historia de dictaduras de nuestra región representan las vidas de Estela de Carlotto, Lucía Topolansky, Rafaela Guanes, Teté Cano Radil, Carmen Storani, Lía Maciel o Nilce Azevedo Cardoso. Ellas dan cuenta de que estas dictaduras fueron un plan regional orquestado para debilitar los movimientos sociales y políticos, que buscaban mejoras para las clases más desfavorecidas en esta región que presenta las mayores diferencias entre ricos y pobres: Latinoamérica.

            También se mece en este libro, Hamaca paraguaya de Paz Encina, rodeada por las fotos de Annabella Balduvino, quien retrata memorias de ausencias.

            Mientras se ocupa del pensamiento psicológico social Ana Quiroga; o de la educación y la escritura Ana María Machado; o de la comunicación Ana María Mizrahi; y María Eugenia Estenssoro combinándola con la política..., o la opción por las reivindicaciones de género de Glenda Rondán, o Moira Lowe dando cuenta de que en la esfera espiritual también existen liderazgos femeninos...

            Cómo no tener el don de empresarias, como algunas de ellas, Lorena Méndez... o poder llegar a Ministras como Emilia Fernandes o como Gloria Rubín, aunque no le envidiemos el contexto...

            Pero para qué adelantarnos, sólo podemos dar pinceladas cuando es mejor gozar de la obra entera... Las historias nos esperan... las vidas nos esperan..., para que las recorramos, leyendo, sonriendo y llorando con ellas, como sabemos hacer las mujeres juntas; esperando que los hombres también aprendan a sentir así, porque les hará bien.

           

            Carmen Colazo

            Asunción, octubre 2012

 

 

 

 

EN SUS ZAPATOS

 

            Si tuviese que buscar un inicio a la idea de este libro, podría ubicarlo temporalmente después de la partida de mi madre -enero de 2009- elaborando un duelo que me remontó a la infancia, primeros años de vida, sitios recorridos... y en especial a revalorizar -desde la ausencia- a esa figura femenina que marcó mi vida. Mi madre no fue una mujer visibilizada ni destacada públicamente. Su mérito y valentía fue acompañar a mi padre en un exilio interminable y criar, en la adversidad, a seis hijos (dos mujeres y cuatro varones). Estoy segura, mi padre no hubiera sido el que fue sin ella a su lado.

            Mi madre tenía poco más de 30 años cuando dejó su país, antes de la promulgación del voto femenino en el Paraguay en 1961. El regreso se produjo recién caída la dictadura -1989- y ahí ella ejerció su ciudadanía en la transición democrática ¡votando por primera vez en su vida, muy cerca de los 70 años! Inimaginable en esta época...

            Será de esas historias familiares que viene la necesidad mía de ser parte de las que luchan por sus derechos y la necesidad también de visibilizar el aporte colectivo.

            ¿Por qué estas mujeres y no otras en el libro? Porque si estuviesen aquéllas nos preguntaríamos por qué no éstas. Porque el acto de elegir siempre obliga a dejar de lado otras opciones, aunque reconocemos que no ha sido tarea fácil... Lo que sí es cierto que las que están sólo son algunas de las muchísimas mujeres valiosas de nuestro tiempo.

           Claro que no todas ‘las posibles’ de una larga lista inicial -propia y sugerida-, pudieron o aceptaron estar en estas páginas. Múltiples razones... Una de ellas tiene que ver con las cargadas agendas personales, y esta es una de las características más resaltantes de nuestras entrevistadas: sus días desafían constantemente al Dios Cronos. Sumado a la pasión, al compromiso que le impregnan a sus proyectos y la necesidad constante de plasmar en resultados sus acciones.

            Mujeres exitosas, con liderazgos propios, algunas más conocidas, transitando diferentes orillas temporales y de patrias, fue el denominador común de las inclusiones.

            Un collage de representaciones del mundo femenino, de la diversidad cultural e ideológica, cuyas historias de vida conforman el entramado social de un tiempo histórico marcado por dictaduras cívico-militares y reinicios de procesos democráticos, con sus consecuentes secuelas.

            ¿Uruguayas, argentinas y paraguayas...? Es que por ahí nos llevó la vida. ¿Brasileras...? Son las compañeras de ruta indiscutibles, y al igual que las demás enfrentan los mismos desafíos y esperanzas en la construcción de sociedades más justas.

            Se trata de un postergado reencuentro personal y a la vez grupal, un compartir tramos de camino en muchos casos, un reconocimiento de iguales en la fortuna de la diferencia, cuyo resultado positivo ha dado tres presidentas en la región.

            Iniciamos el proceso de entrevistas en octubre de 2011, exactamente hace un año. Hubo preguntas recurrentes al conjunto y otras específicas, teniendo en cuenta las individualidades.

            Las primeras entrevistadas fueron las argentinas, luego las uruguayas, posteriormente las brasileras y por una cuestión de practicidad las paraguayas fueron las últimas en la lista. Esto produjo que por un hecho fortuito, las mismas fueron realizadas después de la crisis democrática de junio de 2012 en el país, que produjo la caída del presidente Lugo. Por eso, las paraguayas tienen en las entrevistas el plus de esa coyuntura movilizante, y todas ellas han tenido la libertad de expresar sus ideas en tal sentido.

            Integran el libro seis argentinas, cuatro brasileras, siete paraguayas y seis uruguayas. El número fue variando de acuerdo a la posibilidad de concretar los encuentros y los viajes. La mayoría de las entre vistas las hemos realizado personalmente, las que no fueron posible por la distancia o razones prácticas, apelamos a la comunicación cibernética. Hicimos todo lo posible por contar con más compañeras brasileras, pero no pudo ser. El idioma sigue siendo un impedimento. Con ellas acordamos que sus entrevistas serian traducidas al español. Y también nos permitimos usar un mecanismo de ‘acción positiva’ para las compatriotas: un mayor número de entrevistas, en el entendido de que las paraguayas seguimos siendo las menos visibilizadas en la región.

            Si bien en un principio pretendimos buscar un criterio equitativo para la extensión de las entrevistas, en la práctica no fue posible, porque en gran medida dependió del tiempo real, en medio de sus múltiples ocupaciones, que nos pudieron brindar cada una de las veintitrés participantes. Y entonces decidimos respetar todos los tiempos.

            En todos los casos intentamos ponernos en los zapatos de las entrevistadas, con sumo cuidado, interiorizándonos en su contexto, sus vidas, algunas con heridas profundas..., caminando sus pasos, respetando sus tiempos y su modo de andar, sólo así podíamos y pudimos encontrarnos -sinceramente y sin prejuicios- con cada historia. Por eso también, al terminar de desgrabar y en el proceso de armado, hicimos lo posible para enviarles los borradores e intercambiar opiniones.

            Debemos reconocer que cada diálogo -extenso y profundo- tuvo la magia de lo distinto, de lo particular. Abrir la puerta de sus mundos no siempre se dio de la misma manera, porque las mujeres no somos iguales. Y a la vez ¡qué cosas parecidas nos suceden!

            En las veintitrés historias de vida podrán descubrir mujeres más, o quizá menos: idealistas, creativas, guerreras, esforzadas, emocionales, racionales, con conciencia de género o no, intelectuales, perfeccionistas, desconfiadas, comunicativas, ejecutivas..., pero todas apasionadas por lo que hacen.

            Apenas una fotografía, una mirada en el aquí y ahora de andares que han dejado huellas, es la propuesta. Suficiente, sin embargo, para motivar, inspirar, querer saber más de algunas y seguir su trayectoria a través de tanta tecnología al servicio de la información, que ojalá hubiéramos tenido en épocas de ‘silencio’.

            Tomamos zapatos prestados para escribir el libro, nos dio mucho gusto usarlos. Hoy los devolvemos en estas páginas, en la convicción de que cada par, único e irrepetible, merece calzar a sus dueñas, cruzar las fronteras y dar cuenta del valioso capital humano femenino con que cuenta la región.

 

Maricruz Méndez Vall

            Octubre 2012

 

 

 

 

ARGENTINAS


 

MARÍA EUGENIA ESTENSSORO:

LA LIBERTAD DE ELEGIR

 

"Soy una mujer independiente, dueña de mi vida".

 

            Se lo habrán dicho infinidad de veces: tiene un aire a Frida Kahlo, habla suave y mira firme, las ideas le brotan claras, sin rodeos.

            Es un rostro latinoamericano que ha cruzado fronteras geográficas y de las otras, está abierta a los cambios: ayer, el periodismo, hoy, la política. Aunque no puede dejar su primer amor, sigue escribiendo en medios locales y su blog oficial está al día, marcando posturas en temas de interés nacional.

            Proviene de un bisabuelo descubridor del petróleo en Bolivia, de una familia fundadora de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en su país natal, y le une parentesco con ex presidentes, Víctor Paz Estenssoro y Hugo Bánzer A los cuatro años llegó a la Argentina para quedarse, detrás de un padre ingeniero que tanto trascendió en la actividad energética, más tarde fue presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, hasta su trágica muerte en un accidente aéreo no esclarecido, en el año 1995.

            Formada en La Sorbona de París y en la Universidad de Columbia, Estados Unidos, fue conocida por su labor periodística; en los 80, corresponsal para el Cono Sur de la revista Time y en los 90, editora de economía en la revista Noticias. Desafió al bipartidismo incursionando en la política de la mano del ARI, coalición cívica liderada por Lilita Carrió. Candidata a jefa de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires en las elecciones de 2011 y senadora nacional por dicha coalición, período 2007-2013.

            Tiene un pensamiento auténticamente liberal gestado entre ideologías encontradas en el propio seno familiar; cuando asume la senaduría declara que "está de acuerdo con el casamiento entre homosexuales e incluso que tengan la posibilidad de heredarse unos a otros y de adoptar hijos también". Estudiosa del tema que marcó la vida de su familia, ella es quien desde hace años da batalla para la recuperación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales para los argentinos, "desde el modelo Estenssoro", dice. Sin embargo, no acompañó con su voto - fundamentado en una carta abierta a la Presidenta de la República Cristina Kirchner - el proyecto del Ejecutivo de recuperación del control de la política energética, que fue recientemente aprobado por el Congreso de la Nación Argentina.

           

            En este tramo de la vida, ¿cómo te definís?

            Tengo 54 años, tres hijos, dos varones, Blas, de 24, Gaspar, de 22 y una hija, Francisca, de 19. Con mi pareja, desde hace varios años, no vivimos juntos, pero sí al lado, los fondos se comunican... Puedo decir que soy casada, divorciada, madre soltera y concubina. Mi estado civil tiene todos los estados posibles o varios de los estados posibles civiles. Me gusta decirlo porque de alguna manera muestra la libertad que tenemos hoy las mujeres para elegir, cuántos hijos queremos tener. Cuando yo iba al colegio no era así, no existía el divorcio en la Argentina, uno no podía hacer muchas cosas y soy una mujer respetable, entonces digo esto porque soy una mujer independiente, dueña de mi vida.

 

            ¿Feminista?

            Hoy diría que sí, no era conscientemente, pero sí. Me parecía que tenía que tener los mismos derechos que tenían los varones, veía que la madre tenía menos libertades que el padre, admiraba mucho a mi papá y quería hacer las cosas que él hacía.

 

            Tu infancia tiene historias de viajes...

            Nací en Bolivia y al año nos fuimos a México, viví en la Argentina desde los cuatro años, íbamos todos los años a Bolivia. Mis abuelos maternos vivían en Bolivia, los paternos estaban exiliados en Perú, también tenía tíos en Bolivia.

            Vengo de familia política, por los dos lados además. Por el lado de mi padre está Paz Estenssoro y por el lado de mi madre Bánzer, en mi familia había nacionalistas, liberales, militares. Creo que en el Paraguay será lo mismo o parecido... que después, como todos somos parientes, debemos aprender a convivir los unos con los otros, con exilios, guerras, ¿no? Pero en casa, tal vez porque mi padre se fue joven de Bolivia a estudiar a Estados Unidos y porque su padre fue exiliado y murió en Perú, no volvió a Bolivia, es como que él era empresario y hablaba siempre de política, de la política argentina, pero nunca de la política partidaria, jamás en la vida pensé que yo iba a ser...

 

            ¿Política?

            Y sí... me sorprendió... cuando elegí ser periodista fue por lo que pasaba en la Argentina, los golpes, el deterioro, la decadencia... en los años 70 ya no era el país que había sido, tenía bastante inestabilidad y cuando me planteé ¿cómo yo puedo contribuir? Me salió como vocación el periodismo, la militancia me vino mucho después.

 

            ¿Cómo llegaste a la política?

            La política me eligió a mí, porque en la Argentina desde finales de los 80 tenemos ley de cupos y en cada elección los partidos tuvieron que hacer un esfuerzo enorme por buscar mujeres. Por ser periodista yo tenía un cierto renombre, entonces en las distintas elecciones en los finales de los 90, comenzaron a buscarme y a buscar que finalmente diera el sí. Ya lo había pensado..., sobre todo como periodista tenés que ser como independiente, tenés que evaluar todas las posibilidades y no tenés que mirar sólo de un solo punto de vista, estábamos en plena crisis del 2001 y tantas veces me ofrecieron... En mi familia había periodistas, políticos, los genes están y los dos aparecieron en mí.

 

            Tu rol de periodista te fue abriendo puertas...

            Sí, con el esfuerzo de mirar el primer compromiso con el país. Yo siempre tuve un compromiso, empecé mi carrera de periodista con las elecciones del 83, la campaña de Alfonsín, cubrí el juicio de la Junta Militar, porque yo trabajaba para la revista Time en ese momento y me tocó cubrir el juicio a la Junta, la democratización, los derechos humanos, y después, todos los planes económicos para tratar de enderezar la economía y la inflación y todo eso... Mi historia profesional está ligada a todo lo que hemos vivido en este proceso democrático, lo hice con compromiso y con mucha pasión y eso evidentemente fue haciendo que se me reconociera en círculos políticos.

 

            Obviaste las internas partidarias, que para las mujeres militantes es el primer filtro y a la vez desafío para acceder a cargos, tu esfuerzo fue diferente...

            La verdad es que yo no soy una mujer de partido, soy una ciudadana, soy una comprometida con la Argentina y cuando el sistema político argentino colapsó porque era un sistema bipartidista, empieza esta necesidad de crear fuerzas políticas nuevas que puedan sustituir a este bipartidismo que teníamos, que no da respuestas profundas para el país. Y es más, es desde mi compromiso ciudadano y cívico que ingreso a la política. También desde el trabajo social, a finales de los 90 empiezo a hacer trabajo social, primero trabajando en Poder Ciudadano, que es una organización que encara los temas contra la lucha de la corrupción, estuve en el Directorio de Transparencia Internacional, trabajando para organizaciones que apoyan a jóvenes emprendedores para crear, incubar una nueva generación de empresarios honestos, comprometidos con el país, y ahora trabajo, ya hace diez años para acercar las nuevas tecnologías a la gente. El trabajo social realmente a mi me hizo como ver la Argentina profunda, desde sus raíces, internamente me dio la legitimidad para hacer política, porque yo era más bien una persona intelectual, pero no de la calle ni desde la experiencia vivencial, creo que esa es la parte que el trabajo social me dio cuando todo colapsaba. Sentía que desde las ONGs se hacen unos trabajos maravillosos, sigo participando, pero es en chiquito, necesitaba meterme en el sistema político y fui porque me ofrecieron.

 

            Tu discurso en las campañas políticas transmite mucha fundamentación, a la vez hay una forma de decir elegante y educada. Con este discurso "diferente" de lo habitual, ¿se ganan elecciones?

            Mirá, sí, primero he sido una persona muy dura de joven y muy peleadora, soy ariana, aries en aries además, así que imaginate..., he tenido que tomar, domesticar y dulcificar mi propio carácter, primero para vivir mejor, creo que uno no puede querer crear un mundo mejor a las piñas, y peleando y gritando, no va...

 

            ¿Este es más bien un aporte del mundo de las mujeres?

            Ninguna duda, para mí descubrir que yo era mujer fue muy importante -no por nada de los hombres-, pero, sin embargo, tuve que usar a los hombres como modelo de lo que aspiraba de la vida, porque el discurso de las mujeres que tenía a mi alrededor era: "esto no se podía", "esto me hubiera gustado", más bien sacrificadas y resignadas, y yo quería tener todas las posibilidades que quisiera en la vida. Entonces de alguna manera negué muchas cosas de lo femenino hasta que por fin tuve hijos y se me abrió el mundo, descubrí lo valioso de la mujer y revaloricé todo su rol. Y creo que todo lo que ganamos en acciones no es para hacer más de lo mismo. A las primeras mujeres se les decía que tenían que travestirse, que debían parecer más varones, y no ser femeninas, no decir ciertas cosas porque tenían que mostrar que ellas tenían esa fuerza... Yo creo que hay modelos, como Bachelet ¿no? Hay el poder de lo femenino, nosotras tenemos que aprender hoy a ejercerlo porque en las sociedades, en los países, hay abundancia de todo.

 

            Abundancia y a la vez pobreza...

            Hoy el problema no es la escasez, el problema es cómo hacemos para, con todos los recursos que tiene el mundo, el planeta, las naciones y sus maravillas, cómo hacemos para que eso podamos compartirlos y armonizar intereses y diversidades. No para pelear y ver quién agarra la pelota y después que el otro se la saca o ver quién agarra la manija y quién somete, la historia de la humanidad es eso. Hemos aprendido la historia a través de los generales, de las guerras, de los militares. Si uno lee la historia que nos enseñan, siempre es a través de las guerras, las conquistas, los militares. Tenemos que crear una historia de la paz.

 

            ¿Qué es lo que más te ha costado en la gestión política?

            Lo que más me cuesta es que en política es difícil trabajar en equipo, es una actividad muy individualista, todo el mundo llega a un lugar y ya está pensando en el próximo al que quiere ir, entonces desatiende lo que tiene que hacer porque todo es como la campaña de la campaña, es todo muy competitivo. La política es competitiva, pero el éxito es aprender a trabajar en conjunto, a socializar, a no dilapidar esfuerzos.

 

            ¿Y con quién se trabaja mejor, con varones o mujeres?

            Mirá, yo estoy en un partido muy especial, primero que la líder, la fundadora es una mujer, allí varones y mujeres hemos compartido y compartimos todo por igual, los jóvenes también, no hay cupos. Veo en los otros partidos que la mujer tiene un rol más subsidiario. En el peronismo, donde las mujeres han tenido un protagonismo, siempre han sido "las esposas de", ese es el camino para llegar, o bien, se sabe que los maridos ponen a las esposas porque no quieren que la sucesión se abra. Entonces, Cristina Kirchner ha podido mostrar su fortaleza y liderazgo una vez que murió su esposo, a pesar de que ella tenía sus propios pergaminos. Chiche Duhalde es una mujer capaz, en realidad Duhalde la pone a ella -en el peronismo se ve, Evita Perón en principio es, porque es la esposa del líder- y es para que le cuide las espaldas. El radicalismo es un partido con pocas mujeres, ¿no? En la Coalición Cívica, para nosotros el camino está totalmente abierto, a mi me encanta trabajar con mujeres, pero trabajo muy, muy bien con hombres también. Con mi pareja trabajamos y compartimos todo, nos conocimos en la campaña política, fue jefe de campaña, y con él compartimos ratos, como la crianza de nuestros hijos, para mí es indistinto.

 

            ¿Qué estilo de liderazgo ejercen o deberían tener las mujeres?

            Creo en las mujeres con conciencia, con valores de lo femenino, creo que el liderazgo maternal, docente, de empoderar, un poco ese rol que tenemos muchas veces las mujeres, eso de que todos se lleven bien, conciliar y no pensar que porque una hable suave no es firme. Por ejemplo, Lilita me dice: "vos sos tan suave", pero yo siempre abrí camino, porque yo soy muy firme y puedo pelear y sé gritar, pero yo creo que eso no lleva a ningún lado -a menos que sea un momento en que realmente se necesite-, porque o si no andamos a los gritos y no por eso hay más autoridad.

 

            La conexión con la espiritualidad es algo importante para vos, tenés la práctica de meditar... ¿Qué suma a tu vida pública?

            Hay una frase que dice que había política entre los doce apóstoles, en todo hay política, la política está siempre... ¿Qué es la política? Tiene que ver con cómo hacemos para entendernos, cómo hacemos para trabajar con nuestros hermanos, y es con el otro, dando al otro y congeniando que nosotros crecemos espiritualmente y vamos a crecer como sociedad, a mí entonces me parece que es lo mismo. Después, a mí me encanta la frase de Gandhi "ser el cambio que quieres ver", el cambio se trata de eso, de mejorarse uno para poder empezar a cambiar el mundo. La política en Occidente ha sido siempre unos grandes enunciados, unos panfletos bárbaros y después las personas nada que ver, es por eso que la política fracasa, entonces esa unicidad, esta unidad entre dar el cambio que uno es, hace la diferencia.

 

            Se empieza por el cambio personal...`

            Que incluye darse, trabajar la intolerancia propia, la ira en nuestro tiempo, y poder verlo simultáneamente, ver cómo se vive distinto de una u otra forma y convivir uno con eso para las transformaciones, porque hoy vemos que todas las naciones están partidas...

 

            Y en lo colectivo, ¿qué transformaciones estás viendo?

            Los precios de los commodities deprimidos por décadas hoy valen más y ésta es una oportunidad para modernizarnos, para mejorar la educación. Existe una posibilidad de dar un salto cualitativo, en la calidad de vida sobre todo, y no son muchos los países que lo están haciendo, porque si no lo damos, cuando termine la fiesta, seguiremos tan desiguales y tan pobres. No por falta de recursos, sino por mal administrarlo, esta es una oportunidad única. Creo que Latinoamérica está trabajando en conjunto, hay un diálogo latinoamericano que no hubo antes ¿no? Eso es muy positivo. Latinoamérica lo necesita, así como hay un Brasil protagonista de este mundo global, Brasil no puede estar solo, es Latinoamérica, pero tiene otra cultura y otro idioma, necesita una Argentina a su lado, como partenaire, pero una Argentina que sea un poco más previsible, más confiable: El problema es que no lo es.

 

            ¿Cuál es el desafío de la Argentina de hoy?

            Que Argentina sea un poco más predecible, que sirva para unir, también va a mejorar el Mercosur, Paraguay, Bolivia, Uruguay... Es como un gran momento; yo diría que si la Argentina fuera un país menos conflictivo, más previsible, daría un beneficio político para la región y habría negociaciones conjuntas con el mundo, te hablo como argentina. Pero nos creímos más cultos, más europeos..., en realidad somos más pasionales, hemos tenido casi tantos golpes de Estado como Bolivia, después, somos muy conflictivos y de mi parte creo que debemos aprender a realizar nuestro potencial para cumplir el rol que como país tenemos. Este un buen momento.

 

            ¿Cómo ves la participación de las mujeres?

            Este siglo es el siglo de las mujeres, que nos venga la presidenta de la Unión Industrial Italiana ¡una mujer! Hay candidatas en las distintas elecciones en el mundo, pero no para ser más ni para ocupar cargos de la misma manera, sino para poner en práctica valores femeninos, como esto de ver la integridad, la totalidad. Yo no defiendo a mi grupo o a otro grupo, por eso digo, ver ese otro tipo de lógica. En Chile tuvimos una gran presidente, quien hizo su propia concertación y pensaba que lo podía hacer y hoy es la mujer más respetada, aprendió a sentarse en la misma mesa de negociación, y mostró otra manera de actuar.

 

            Mostró un camino más igualitario, más inclusivo... ¿Por ahí pasa el desafío actual?

            Creo en las mujeres, en este camino nuestro de la emancipación, de nuestro cambio personal que va a cambiar el mundo. Ahora tiene que cambiar la política para nosotras, los ciudadanos están esperando esos cambios para verlo en los partidos políticos. El desafío es humanizar la sociedad en un mundo que tiene recursos, ver las prioridades y llegar a la matriz del poder, hay mujeres que vamos llegando, hay muchos hombres también con esos valores más femeninos que se tienen que aplicar en la política, en los negocios, en la economía...

 

 

 

 

 

BRASILERAS

 

 


REJANE MARIA PEREIRA:

SILBATOS CONTRA LA VIOLENCIA

 

"Mis hermanas y yo tuvimos el destino de las mujeres negras, fuimos empleadas domésticas".

 

            Cuando recurrí a la Dirección de Políticas de Género de la Municipalidad de Asunción, buscando tomar contacto con una lidereza del Brasil profundo, Miryan Monzón, técnica y amiga, me dijo. "Hay una mujer feminista afro descendiente muy interesante, es de Recife, ciudad que tiene la Sub-coordinación de la Unidad Temática Género de Mercociudades, la Coordinación la tenemos nosotras (Asunción). Rejane trabaja muchísimo en el tema violencia y ejerce un liderazgo interesante, cuando nos reunimos las ciudades que estamos en la Red, sus compañeras de las otras ciudades brasileras naturalmente la rodean y la escuchan al momento de tomar posturas": Y así fue como intercambiamos con Rejane una correspondencia cibernética que nos permitió conocerla y tener hoy su testimonio en este libro, entre algunas...

            Es Licenciada en Historia por la Universidad Católica de Pernambuco, tiene especialización en Cooperativismo y Asociativismo, también en Políticas Públicas. Enseñó Historia y Filosofía en Colegios, integra varias redes de mujeres y actualmente es Secretaria Municipal de la Mujer de Recife.

            Ella debió y debe ser fuerte para cambiar su destino, vencer las vicisitudes de una infancia marcada por el racismo y la violencia, animarse a asumir una sexualidad "diferente"; incursionar en el sindicalismo como en la política, trabajar hoy activamente por las reivindicaciones del movimiento negro y del movimiento de mujeres.

 

            Infancia, recuerdos...

            Mi casa en un pueblo llamado Campo Grande, en Recife, mi madre, la violencia y el alcoholismo de mi padre... Nuestra casa era muy bonita, con un montón de árboles, pero mi padre nos golpeaba y humillaba a todos. Éramos diecisiete hijos e hijas (catorce mujeres y tres hombres) fruto de los cuatro matrimonios de mi madre. El dolor de recordar siempre me emociona mucho, recordar la escasez de alimentos y la violencia, que siempre estuvo presente. Teníamos que recoger basura y hueso para vender y conseguir comida.

            Recuerdo con cariño a mi madre, excelente costurera y lavandera, una figura muy interesante, estaba vinculada a la religión de origen africano, tenía su guía espiritual. Había pasado cuatro casamientos y todos sus maridos la violentaban. Siempre se resistió a la violencia, mas no consiguió vencerla. Ella era muy cariñosa y buena compañera.

            Mis hermanas (hijas de otros matrimonios de mi madre) tuvieron que salir de casa muy temprano porque mi padre las violaba, todos lo sabíamos y no podíamos hacerle frente, éramos niños...

            Jugábamos de todo hasta que mi padre llegaba, siempre a las 17 horas. Sabíamos entonces lo que iba a suceder...

            Lavábamos la ropa en el río Passarinho y en el río Morno, que tenían muchos peces, debíamos caminar mucho y siempre tenía miedo, era muy raro. Recuerdo también que había una colonia china (no entendía lo que hablaban) y allí había un "ojo de agua" que usábamos para beber, para las labores del día a día, teníamos que traerla del río y, a pesar del miedo que sentíamos, siempre era una gran fiesta.

            Mis hermanas y yo tuvimos el destino de las mujeres negras, fuimos empleadas domésticas, fui a Brasilia y a São Paulo para trabajar, volví a Recife a los 15 años de edad.

 

            ¿Viviste experiencias de discriminación?

            Soy negra, discapacitada y pobre. Tengo el pelo rizado, cuando niña y adolescente me daba vergüenza y llevaba un pañuelo en la cabeza, las personas se juntaban para sacarme el pañuelo y humillarme, decían que era muy fea. Viví el racismo en todos los espacios de la escuela, en las calles, sólo caminaba por la calle acompañada de mis hermanas y hermanos, estaba aterrorizada. Además de ser llamada "concha" por mi discapacidad.

            La gente me llamaba "mujer-hombre", "tortillera" por ser diferente, a pesar de no haber descubierto todavía mi sexualidad.

            Tenía el pelo duro y no quería ponerme "manteca de cerdo para alisar", pero tenía que usar para que dejaran de sacarme la pañoleta con la que me cubría. Siempre sufrí discriminaciones diversas, siempre fue muy difícil.

            Tenía miedo de todo, yo no hablaba, quien me oye ahora, no cree todo lo que he sufrido.

 

           

            ¿Hay vivencias positivas?

            Sí, el deseo de salir de la miseria, mi madre me alentó a estudiar, siempre me decía "un día el estudio será importante, el conocimiento muere con sus dueños", ella siempre decía que algún día llegaría a reírse de toda los aprietos que pasamos.

            El trabajo comunitario me conmovió mucho, fui alumna de D. Helder Cámara, recibí una beca para hacer teatro callejero (Proyecto Esperanza). Hice teología alentada por el padre Juan Francisco y el padre Reginaldo, que me dieron una carta de presentación, ya que yo enseñaba catecismo. Cuando terminó el curso ingresé a la Universidad Católica de Pernambuco (UNICAP) para hacer la carrera de Licenciatura en Historia.

            Lo externo me ayudó mucho, conocer nuevas canciones, libros (hasta los 22 años no tuve acceso a libros, los que tenía antes eran los que rescataba de la basura).

            Yo era Secretaria de la Asociación de Vecinos del arroyo Euclides, el intendente de la época, Gustavo Krause, me preguntó si quería un trabajo en el municipio, ya que tenía un liderazgo comunitario y tenía mucho arrastre.

            En el movimiento estudiantil fui Presidenta del Directorio Académico (DA) del curso de Historia y Vicepresidenta del Directorio del Centro de Estudiantes.

            La construcción colectiva de la Ciudadanía Femenina, Organización no Gubernamental (ONG) de mujeres, cuyo objetivo es hacer frente a la violencia contra las mujeres y la identidad racial, cambió mi vida y la de otras mujeres. Hemos recibido premios en "Apitaço" (red de mujeres que usa el silbato como un instrumento de denuncia de la violencia contra las mujeres). La identidad racial, me marcó profundamente como un reconocimiento colectivo de una lucha.

            Y haber sido invitada por el intendente para ser la Secretaria Especial de la Mujer de Recife, es muy gratificante.

 

            Hoy día, ¿cómo se conforma tu familia?

            Tengo la familia que elegí, me siento victoriosa. Tengo una compañera, dos hijos adoptados, una nuera y dos nietas: María Chara y María Luisa Chara de 3 y 2 años, respectivamente Ni remotamente recuerdo a la familia de la que provengo, del dolor, de la violencia y del abuso sexual.

            No me olvido de mi pasado, pero soy feliz con lo que construí, creo que esta construcción es el resultado del movimiento de mujeres y del movimiento negro. Mi vida es el resultado de la participación en los movimientos sociales.

 

            Ser afro descendiente en tu país ¿qué significa?

            Ser negra en ningún país es fácil, es una marca de los esclavos, puedo tener todo el dinero del mundo que no dejaré de ser negra.

            Para mí hoy es reconocer que el racismo existe, aún hoy en día todo lo relacionado a lo negro es sinónimo de que apesta. Hoy ser negro, para mí, es una actitud. Nada es favorable para nosotros. La gente sigue muriendo por el hecho de ser negra o negro. Seguimos luchando por el reconocimiento básico de nuestros derechos.

            El racismo es determinante en Brasil, en Recife no es diferente, nada está consolidado en la cuestión racial.

            La tendencia que tiene la estética afro es cambiar el cabello, yo trato de mantener mi negrura y seguir enfrentando al racismo. Sufro de racismo desde que salgo de casa, aun siendo la Secretaria de la Mujer de Recife. El racismo está presente a lo largo de nuestra trayectoria de vida.

 

 

            ¿Por qué elegiste la filosofía y la historia?

            Venía de una relación comunitaria y religiosa, al principio hice la preparatoria para biología, no pude pasar la primera prueba (hoy me alegro por ello), la segunda opción fue licenciatura en historia. Estudié historia y filosofía en la escuela media de la red privada y pública.

            Mi trayectoria de vida está relacionada con la historia, enseñaba el catecismo en la comunidad de Córrego do Euclides y ahí construí una biblioteca comunitaria. La convivencia con la filosofía comenzó en el aula, cuando enseñaba historia me enamoré de la filosofía.

            Mi vida fue transformada por la historia. La historia está relacionada con la vida de las personas y la filosofía está relacionada con el descubrimiento. Las dos disciplinas se relacionan con el movimiento negro y el movimiento de mujeres.

 

            ¿Y cómo se inicia tu militancia social?

            En los años 70 comenzó mi activismo social en la comunidad de Alto da Foice, formé parte de un grupo juvenil llamado Apertura. También formé parte del proyecto Esperanza, coordinado por D. Helder Cámara. La comunidad tenía una lucha por el reconocimiento de la tierra. Yo era parte del movimiento de la Iglesia Católica, enseñaba catecismo eclesial de base. Empecé a trabajar a los 16 años en la ciudad de Recife, a partir de la invitación del alcalde Gustavo Krause, cuando estaba de visita en nuestra comunidad.

            Después de hacer un curso de teología incentivada por el padre Reginaldo y el padre Juan, fui a la Universidad Católica de Pernambuco como estudiante de escasos recursos, al curso de licenciatura en historia. A partir de ahí empecé a participar en el movimiento estudiantil, presidiendo el Directorio Académico - DA y fue Vicepresidenta del Directorio Central de Estudiantes-DCE. Aunque nunca me distancié del movimiento barrial.

 

            ¿Después vino la militancia política?

            En el DCE conocí el movimiento partidario "Partido Comunista Brasileño" (PCB), el Brasil comenzaba el proceso de redemocratización. Desde luego integré el movimiento sindical siendo parte integrante de la directiva de la categoría Sindicato de los Trabajadores/as de la Administración Directa e Indirecta (SINDSEPRE). Paralelamente asumí el cargo de directora ejecutiva de la Central única de Trabajadores (CUT). Fue en este tiempo que me afilié al Partido de los Trabajadores (PT). Dentro del movimiento sindical comencé a reunir a las mujeres en los barrios para fomentar el cooperativismo, ya que hacía el curso de postgrado en Cooperativismo y Asociativismo en la Universidad Rural de Pernambuco.

 

            También trabajas mucho la temática de violencia de género...

            En la comunidad de Córrego do Euclides, donde nací, comencé a reunirme todos los sábados en el patio de atrás de la casa de mi hermana con las mujeres para hablar de diversos temas. El número de mujeres fue aumentando y solicité un aula de la escuela municipal de la comunidad. Luego una de las mujeres nos cedió su casa para reunirnos, a partir de ahí nace la ONG Ciudadanía Femenina, que con las acciones desarrolladas para abordar la violencia contra la mujer nació Apitago (cuando una mujer sufre violencia, otras se juntan para tocar el pito, denunciando al agresor y fortaleciendo a la mujer que está siendo violentada). Por esta acción recibimos el reconocimiento nacional a través del premio del periódico "O Globo" -categoría país- en el año 2004. Recibimos un premio de la Fundación FORD, otro de las mujeres negras y otro de los medios de comunicación libres.

            Cuando estaba en la dirección ejecutiva de la CUT se realizó la Marcha Mundial de las Mujeres y me identifiqué con la lucha de las mujeres y el feminismo. A partir de ahí me uní al Foro de Mujeres de Pernambuco (FMPE), donde conocí el Movimiento Nacional de Mujeres Negras y la Articulación de Mujeres Negras. Integré la coordinación colegiada del FMPE, del Comité Nacional de Articulación de Mujeres Brasileñas (AMB) y la Articulación Negra de Pernambuco. Integré la coordinación tripartita del Consejo Municipal de la Mujer en el seguimiento de servidoras y del Consejo de Estado de la Mujer.

 

            ¿Y cómo llegaste al cargo de Secretaria Municipal de la Mujer?

            El municipio de Recife trabaja con el presupuesto participativo, coordiné la temática del presupuesto participativo de asistencia social y la red de asistencia. Todo mi trabajo fue para las comunidades, estuve como delegada temática de la cultura, llegando a ser Coordinadora del Consejo del Presupuesto Participativo. La militancia política de servidora y de coordinadora de las organizaciones de mujeres del barrio me hicieron conocida en la política y en el activismo, proporcionándome un reconocimiento local y nacional.

            En 2010 recibí una invitación del actual intendente Juan de Costa para ser Secretaria Especial de la Mujer de Recife, cargo que ejerzo actualmente. Como secretaria participo en la organización de mujeres gestoras, en especial negras y participo de un foro nacional de gestoras.

 

            ¿Cuáles han sido los avances para las mujeres en políticas de género en tu municipio?

            Creo que el gobierno local avanzó con el reconocimiento de las organizaciones de mujeres, reconoció derechos en la creación de los consejos, conferencias. La creación de organismos de mujeres a nivel del municipio, del estado y del gobierno federal; la creación de planes de política para las mujeres; la firma de los acuerdos internacionales que fortalecen y visibilizan la política para las mujeres.

            La creación de la Ley María da Penha que tipifica como delito la violencia contra la mujer y el reconocimiento de que el racismo es un delito no susceptible de fianza. El protagonismo de las mujeres por la equidad de género y el reconocimiento ele la identidad racial.

 

            Para avanzar vos ¿con quién contás?

            Cuento sobre todo con el apoyo de mi pareja y de mi familia, la organización de las mujeres de "Ciudadanía Femenina", además del movimiento feminista, el movimiento negro y el de las funcionarias municipales.

            Las mujeres de los barrios siempre me reconocen, sin ellas no habría llegado a ninguna parte.

 

            Habrá habido muchos obstáculos, ¿cuál el más duro y cómo se afronta?

            El mayor obstáculo fue la pobreza, ser negra, fea y coja. No tener perspectiva en la vida, la tendencia de la mayoría por ser negra es ser empleada doméstica o involucrarse en el camino de la violencia.

            Procuro enfrentar las dificultades con el deseo de ganar, convirtiéndolas en un gran desafío.

            Enfrentar todos los días, principalmente el racismo y luego los prejuicios, demostrar que eres capaz. La gente me trata de manera diferente por ser negra, siempre tratan de no valorar.

            La pobreza y el racismo tienen color y sexo.

            La militancia, la participación siempre me alentó para una acción de liberación para mí y para los demás.

 

            Suelen haber costos emocionales para las mujeres en lo personal cuando se trata de ocupar cargos públicos. ¿Cuáles son los tuyos?

            La falta de tiempo, la ausencia para la vida personal, como cualquier mujer cargo con un sentimiento de culpa, no acompañé el crecimiento de mi hijo como me hubiera gustado. A pesar de todo no me arrepiento y volvería a hacerlo todo nuevamente. O si no ¿quién va a decir sobre una?, ¿quién va a contar tu propia historia?

            En este mundo de feminismo lo privado es público.

 

            ¿Qué talentos o habilidades desarrollaste que te eran impensables, para estar hoy acá?

            El hablar en público y la incidencia política, así como el ejercicio de escuchar con el fin de construir el diálogo. Ejercitar la habilidad de articulación de grupo y de personas, siempre creando mecanismos de atracción, incentivos y estímulos. Además de ejercitar la escritura y la lectura.

 

            ¿Crees en la solidaridad entre las mujeres? Y si es así, ¿cómo se construye?

            Las mujeres son solidarias y los hombres corporativistas, ellas construyen una red solidaria, sin ellas no hubiera hecho nada en mi vida y ni en la sociedad.

            La parte de la construcción del reconocimiento de la lucha de las mujeres para poder cambiar una realidad, la necesidad de darnos una vida, si no somos solidarias unas con otras ni siquiera se podrá salir de la casa, quién quedará con los niños, ya que tienen que comer todos los días, cómo ir a trabajar...

            Las mujeres construyen una red solidaria para la participación.

 

            Desde esta participación ¿qué avances hay en tu país?

            Tener a una mujer como presidenta de la república, tenemos un organismo gubernamental para las mujeres y para el desarrollo de la identidad racial en las ciudades, los estados y el gobierno federal. Y haber tenido un obrero como presidente.

            La Ley María da Penha, la creación de comisarías de la mujer, los consejos, conferencias, el reconocimiento de la lucha muy significativa del movimiento de mujeres.

 

            ¿Cuáles son los desafíos que tiene Brasil hoy en políticas de género?

            La igualdad de género en el trabajo, en la vida privada, la eliminación de la violencia contra las mujeres, superar el racismo, la legalización del aborto, la autonomía del cuerpo a través de los derechos sexuales y los derechos reproductivos.

            El reconocimiento de los derechos de las mujeres, no como privilegios, sino como políticas.

 

            ¿Y tus desafíos personales?

            Hacer la maestría sobre las mujeres negras en el mundo del trabajo, escribir sobre las mujeres negras y completar la compra de mi propia casa.

 

            Una definición de Rejane.

            Soy una mujer negra, activista política, feminista, soy una militante siempre con ganas de aprender, compartir, que quiere acción libertaria en la vida de las mujeres, como sucedió conmigo. Soy una profesora de historia.

            ¡Soy Rejane Pereira! ¡Apasionada por la lucha en defensa de las mujeres!



PARAGUAYAS

 

 

 

MAGUIORINA (MAGUI) BALBUENA:

CUANDO EL CAMPO HABLA

 

"Y a los tres días de sacarlo a Lugo del poder, ¿quiénes llegan? Las multinacionales como Rio Tinto Alcam..."

 

            La cita quedó para el 20 de junio en el local de CONAMURI (Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas). Fue acordada con antelación dado que Magui no se queda, va y viene a la Capital. Cinco días antes sucedió la masacre de Curuguaty, el desalojo de "carperos" de una finca, hecho que costó la vida a once campesinos y a seis policías en un enfrentamiento aún sin esclarecer, desencadenando la destitución del Presidente de la República en un juicio político, el viernes 22 de junio. Sin imaginarlo, transitábamos una semana dolorosa por los caídos y a la vez de profunda crispación política. Al llegar al local aquel día 20, el ambiente era tenso, de preocupación, las llamadas telefónicas y las conversaciones en un sonoro y expresivo guaraní se repetían, en tanto una reunión urgente de las organizaciones campesinas esperaba a esta dirigente que dio sus primeros pasos en la Juventud Agraria Católica (JAC). Postergamos entonces la charla hasta pasada la tormenta. En el siguiente encuentro no pudimos dejar de abordar -entre otros temas- la caída de Lugo y las consecuentes heridas abiertas en la sociedad paraguaya. En la habitación de al lado, un grupo de jóvenes del interior reía alegremente haciendo comentarios en guaraní, mientras veían el video de la obra de teatro "Kuña Yvy" ("Mujeres de la tierra". en guaraní) que había sido protagonizado por el mismo grupo, en una de las salas de la Manzana de la Rivera. Jóvenes que seguramente seguirán las huellas de Magui...

 

            Naciste en el interior, en el campo... ¿Cómo fue tu infancia?

            Yo provengo de una familia puramente campesina, porque mis padres son campesinos y toda la familia se dedicada a la agricultura. Y bueno, como campesinos, también los hijos nos dedicamos a la agricultura. Desde muy pequeña apoyamos la producción familiar para sobrevivir, porque la pobreza era tan extrema en nuestras comunidades... Donde nosotras vivíamos la pobreza era terrible, no había condiciones de superación, porque no había medios de comunicación, ni radios, no había caminos, no había apoyo crediticio, ni técnico, prácticamente no había mercado, no se sabía dónde vender los productos, los otros productos, porque si no se cultivaba algodón o tabaco, no había caso. Solamente eso se vendía, con muchos contratiempos y la esencia de pettitgrain, que mis padres cultivaban y producíamos, es una esencia de hojas de naranja agria. Son estos tres productos los que tienen mercado, mercado que también está condicionado por los intermediarios, que roban en el kilaje, roban en el precio, te hace contraer deudas y después, salís pagando toda la deuda y no te queda ni un guaraní.

 

            ¿Contaban en aquel tiempo con apoyo crediticio o técnico de parte del Estado?

            No había en ese momento, no había nada en el campo... Creo que había en algunos lugares pero mis padres no acudían porque estábamos muy aislados... De Coronel Oviedo estábamos a más de veinte kilómetros, era la referencia de ciudad. No había gente que trabajara en el campo desde las instituciones del estado.

 

            ¿Y tu familia...?

            Yo a veces hablo de mi familia, en el libro que hizo una escritora argentina hablé bastante... Tengo una familia muy linda por cierto, muy pobre, pero muy linda en el sentido de que nuestras relaciones familiares eran muy afectivas, nos cuidaban tanto nuestros padres... nos mezquinaban tanto. Si bien trabajábamos de chiquitas, ayudábamos en las labores diarias de la casa, después ya en la chacra trabajando con nuestro papá. Éramos una familia muy religiosa, de ahí que nuestra relación partía un poco de todo lo que es espiritual, religioso, y participábamos mucho en las ceremonias de la Iglesia. Mi papá y mi mamá pertenecían a congregaciones franciscanas, mi mamá era responsable de catequesis, por ahí que prácticamente nuestra vida fuera del hogar, de la familia, era la Iglesia ¿verdad?

 

            ¿Y qué quedó de esa etapa de compromiso religioso?

            He avanzado bastante, ya no estoy en esos quehaceres en los que antes estábamos, pero creo que la religión nos ayudó mucho como familia a tener una idea bastante diferente de formación, de conducta. Como se dice en el campo, "una delicadeza" que siempre nuestros padres cuidaban, de cómo ser en la comunidad, cómo comportarse y toda esa enseñanza recibíamos de la orientación religiosa. Antes no había otras organizaciones, las orientaciones más bien provenían de ese lado.

 

            La Iglesia cumplió una función educadora, ¿verdad?

            Sí, todo nuestro esfuerzo se dedicaba a eso, a construir todo para la Iglesia, a fomentar la educación religiosa, a enseñar todo. Mi madre era una activista realmente muy inteligente también y como tuvo posibilidades de ir a la escuela, entró seis años; y antes entrar seis años a la escuela -mi padre también- para ese tiempo era como terminar el bachillerato. Era una enseñanza totalmente diferente en la escuela y ellos nos contaban cómo se enseñaba, a comprender, a entender las cosas. De ahí que mi madre también tenía la posibilidad de informarse, de leer, mi padre leía todo lo que tenía a su alcance y fue un opositor a la dictadura, desde siempre. Sufrió mucho en las revoluciones; mi papá era del partido liberal, pero no era un caudillo que participaba, más bien la inclinación era hacia la Iglesia, no como político, pero siempre opositor.

 

            Vos ¿hasta qué grado llegaste?

            En el lugar de donde nosotros estábamos no había colegios, solamente escuela, hasta el sexto grado, era sólo la primaria..., no había posibilidad de seguir. Intentamos que yo pudiera seguir estudiando con las monjas, pero no hemos podido, entonces nos quedamos mis hermanas y mis hermanos, por más que algunos pudieron estudiar un poco más, ya más tarde. Nosotras somos de las primeras, las mayores, así que imagínate en la década del 60. Casi la mayoría de nuestro pueblo es analfabeto, esas eran las condiciones en que nos encontrábamos, de pobreza y de falta de oportunidad... No había ningún colegio en las comunidades como hay hoy, que existen más colegios, que se van creando a partir de las necesidades. Además, la gente exige y gestiona para tener colegio, para aumentar los grados en las comunidades y tener mayores posibilidades en la vida.

 

            ¿Qué te hubiera gustado seguir estudiando? ¿Qué soñabas?

            Bueno, en nuestra familia, algunos parientes, los que tenían oportunidad, son médicos, son enfermeras, y si yo hubiese tenido esa oportunidad, me hubiera gustado ser médica, ayudar a la gente en ese lado. Mi mamá tenía una solidaridad tan grande para curar a la gente en el vecindario; la gente cuando se encontraba mal, grave, la primera persona a quien se le convocaba era a mi mamá y ahí se iba a hacerle sus medicamentos. Mi mamá tenía un espíritu muy solidario, muy servicial, muy reconocida en la comunidad, ahora ya falleció, hace un año...

 

            También viviste el exilio... ¿Fue de chica, con tus padres?

            No, fue de más grande cuando yo empecé en la organización.

 

            ¿En qué momento entraste en la organización campesina?

            Tenía 21 años en 1971, cuando me fui a Misiones. Pude ir a Misiones porque en el lugar donde estábamos, en la jurisdicción de Coronel Oviedo, no había Ligas Agrarias Cristianas, tampoco la Juventud Agraria Católica, y Misiones ya tenía un avance importante en la organización. Como mi tío -el hermano de mi mamá- es un sacerdote jesuita que tenía parroquia en Santa María Misiones, entonces él me ofreció la posibilidad de ir a apoyar en su tarea parroquial y también participar en la organización. Decidí irme con él para trabajar y bueno, desde esa tarde de la llegada empecé a participar en las reuniones y en los cursos de formación. Porque yo no entendía, no podía comprender tanta pobreza, con todo el trabajo que desarrollaban mis padres y toda la familia, y sin embargo éramos tan pobres... Ahí entendí...

 

            ¿Qué entendiste?

            Lo que pasaba, por qué éramos pobres, por qué hay un grupo de gente que tiene todo y nosotras, las familias no podíamos avanzar en nada y ahí yo pude comprender, estando en la organización. Porque nuestros padres, mi mamá principalmente, nos decía: "los ricos no pasarán al cielo, los pobres sí pasarán al cielo en el reino de Dios" que para nosotros está allí arriba, acá el sufrimiento y bueno... O sea que tenía una explicación totalmente religiosa, idealista. Al entrar en la Juventud Agraria Católica, en los primeros cursos de formación, entendí el por qué de la pobreza y quiénes son los responsables y cuál era mi clase y por qué tenemos que luchar. A partir de allí tomé la decisión que hasta hoy mantengo, que es la de abrazar esta causa por la justicia, por la igualdad, por mejores condiciones de vida, para transformar la sociedad y con eso sigo... (Sonríe)

 

            ¿Estabas sola cuando iniciaste la militancia?

            Era soltera cuando empecé, era joven y soltera, y después sí formé pareja, tuve un hijo en Misiones, después cuando empecé el embarazo de otra hija, vino la represión sistemática, que empezó en el 75, con la desarticulación de las escuelitas y de las comunidades campesinas, que era la convivencia social -así todos, en forma conjunta- donde se reunía la gente, hacían grandes ranchos con las pocas pertenencias que tiene la familia, se trabajaba en la chacra y se tenía una vida en común, que son las comunidades campesinas, así les llamaban.

 

 

            ¿Y cuándo empieza a sentirse la represión de la dictadura?

            Y ahí empezó... la persecución era continua en esa época, por los años 71, 72... 75, 80, todo, hasta el 89 no paró la represión, era constante. Ahora sí, la desarticulación de estas dos organizaciones que te dije, más el movimiento estudiantil universitario, y también la oposición de los partidos tradicionales del Paraguay, ocurrió en el 76 con una masacre, con esa redada represiva que dejó como saldo muertos, desapariciones, hasta hoy mucha gente están desaparecidas... Comenzó el exilio, las cárceles, las torturas, también había personas que andaban prófugas de la represión, escondiéndose de aquí para allá, por el monte, por los esterales. "La Pascua dolorosa" de marzo del 76 fue muy grave, ya empezó en el 75 y en el 76 se concretó la desarticulación de todo. Sobre esos escombros, sobre esa situación tan grave que ocurrió, los que quedamos, tratamos de rearticularnos, por eso yo regresé del Brasil, del exilio, en el 77.

 

            ¿Cuándo tiempo estuviste afuera?

            Estuve más de dos años en el exilio y ya con mis hijos grandecitos, uno casi de dos y el otro de más de tres años, volví ya no a Misiones porque seguía la represión y seguían buscando a la gente que huyó de las comunidades. Fui a Caaguazú, allí nadie nos conocía y me ubiqué en Caaguazú con mis dos hijos y empecé a trabajar por la reorganización; mi compañero también trabajaba para eso, con lo poco que ganaba en Brasil también se dedicaba a esa articulación, los fines de semana él entraba y tratábamos de ubicar a la gente que estaba dispersa.

 

            El año 76 fue uno de los más duros para las organizaciones campesinas...

            Claro, porque la represión del 76 generó un gran desbande, porque, por ejemplo la gente organizada y perseguida de un departamento, como Misiones, se trasladaba toda hacia Alto Paraná por los montes. La gente que estaba en Alto Paraná se trasladaba a los montes a Itapúa, los que estaban en Itapúa se mudaban hacia Caaguazú y los de Caaguazú se iban hacia San Pedro, los de Paraguay fueron también hacia San Pedro, todos huyeron a ocupar lotes, de alguna manera, de esos grandes latifundios que había antes, y también para guarecerse de la represión que continuaba, o sea que hubo un desbande muy grande. Con la huida se pierden tantas cosas, se pierde la comunidad, se pierden los hijos, muchos fueron asesinados, fue no sé... un holocausto contra nuestro pueblo que tuvo un sufrimiento tan grande otra vez. Porque Paraguay tiene tantos golpes, guerras fratricidas, y bueno... en el 76 con la dictadura, fue tan terrible lo que sufrimos otra vez la gente del pueblo.

 

            ¿Qué te viene a la mente cuando recordás esa época de lucha, incluso el exilio?

            El sufrimiento es muy grande... Nosotros estábamos no tan lejos de la frontera con Paraguay en el Brasil, en el exilio, y escuchábamos las radios de Paraguay y entonces esa radio era un terror... "La voz del coloradismo" que encadenaba todas las radios a la mañana, al mediodía y a la noche. Ahí se escuchaba todo el desarrollo que hacían las fuerzas represivas contra nuestros compañeros y escuchábamos los nombres de ellos..." hoy fue asesinado fulano de tal" y ese era de nuestro equipo, era nuestro compañero de la JAC (Juventud Agraria Católica), era buenísimo compañero, dirigente y eso te choca, te abre una herida que difícilmente se cicatriza, o escuchás que se está ofreciendo un millón de guaraníes por la cabeza de fulano o por el sacerdote fulano. Decían: "ahora los comunistas son arrasados, exterminados", o sea que ese estado de zozobra que permanentemente uno vive es terrible... Uno siente la impotencia porque ¿qué vas a hacer estando en el exilio? Es una impotencia total, entonces te quedás así como pasmada, herida profundamente con ese dolor, sabiendo que tus compañeros están siendo asesinados o que tus compañeras fueron tomadas presas y violadas, una mujer que era tu compañera de grupo y ese dolor es muy grande... Y ahí tenés que decidir tu posición, tu compromiso con la lucha y ese profundo amor a la humanidad, a la gente, a la organización, de seguir, seguir o no en la lucha; para los militantes hay muchos momentos en los que tienen que pensar dos veces.

 

            ¿Y para una militante mujer, ¿cuesta más...?

            Las mujeres en todas las épocas son las que más reciben los impactos... Por ser una persona que menos participa, que es dominada luego, que tiene menos oportunidad y cuando hay represiones, cuando se le mata al compañero, se le lleva al compañero, la mujer queda con los hijos, con esa responsabilidad y está sorteando montón de dificultades, porque de repente el enemigo, la represión, trata de arrancar de raíz esas ideas de lucha que uno tiene, entonces persigue a las mujeres jóvenes. Por ejemplo, perseguían a las jóvenes, tanto las seccionales coloradas como los policías, para hacerles caer en la trampa de poder y someterlas. Cuando la mujer no participa y no alcanza un nivel político de posición, también puede caer en esas trampas que ellos arman, la dictadura buscó eso para nosotras, siempre, después del 76 también. Con la reorganización de las organizaciones campesinas tratamos de evaluar todo eso, del impacto que tiene en las mujeres, en la familia, la represión. Porque las mujeres quedan como carnada, entonces la dictadura trabaja para poder desterrar de su mente o, para borrar esa idea de lucha, de organización, para que ella no siga la lucha, ocupando los espacios, los puestos de luchas de sus compañeros que están en la cárcel.

 

            Y también está el temor a represalias en contra de la familia...

            Y sí, hay muchas presiones, cuando en la familia no todos los parientes están en la organización, hay mucha presión y las mujeres sortean tantas cosas de terror, de vivir el terror, porque si a vos no te llevan presa pero frente a vos matan a tu compañero o le llevan preso a tu hijo, es terrible... porque si fue barrida una familia que es miembro de la organización le llevaban a toda la familia y las mujeres se iban con todos sus hijos a la cárcel. En la cárcel de Emboscada, había de dos mil a tres mil personas en el 76.

 

            En el 89 llega la apertura democrática... ¿Qué cambios se sintieron?

            A partir de la caída de la dictadura se tuvo mayor libertad; eso no significó el fin de los asesinatos, siguieron haciéndolo; siguieron apresándonos y encarcelándonos a los referentes de las organizaciones campesinas. Sin embargo se ha tenido mayor libertad, mayor posibilidad de articulación, de hacer la unidad o sea, que el movimiento campesino del Paraguay ha dado pasos gigantescos en ese sentido.

            De hecho hubo un avance muy importante porque en la época de la dictadura con el surgimiento en la década del 60, de Las ligas Agrarias Campesinas y cuando la Juventud Agraria Católica tenía un desarrollo muy importante, nosotras siempre rescatamos ese paso que ha dado el campesinado, de empezar a organizarse, de intervenir también contra la feroz dictadura, de reclamar tierras, de reclamar reforma agraria, de hacer algunas ocupaciones de tierras, de hacer algunas movilizaciones, de crear la escuelita campesina, de vivir en comunidad, de hacer la minga. El trabajo comunitario, ese esfuerzo, esa experiencia es muy importante y se tiene que rescatar para que nos pueda servir, como una semilla, como una experiencia.

           

           

 

 

            En este momento el movimiento campesino es uno de los más organizados, a pesar de no escapar a la lógica paraguaya, las famosas divisiones...

            Creo que nuestras luchas son mucho más genuinas, porque partimos de las reivindicaciones sociales y económicas, las necesidades más sentidas de nuestro sector y con el compromiso de la organización, de su militancia, de su dirigencia demuestra que somos referentes importantes y quiérase o no, que el gobierno lo reconozca o no, sigue siendo un potencial, sigue siendo un referente, sigue siendo la organización que elabora propuestas, la que exige, la que de alguna manera, está forzando el proceso para avanzar de cara hacia la reforma agraria.

            Creo que todo este proceso de concientización, de formación ideológica, de visión, más de país y no solamente del sector, porque eso es lo que tiene el movimiento campesino muy bien definido: la visión de país, no sólo para nuestro sector, sino que aquí necesitamos el cambio de una estructuras injusta, un cambio profundo en lo económico, político y social del Paraguay.

 

            ¿Ustedes, como organización, sienten que son importantes?

            Sí, las organizaciones campesinas son una referencia importante, además, han trabajado mucho por un proyecto país, que siempre hemos venido discutiendo desde 1994, más o menos, cuando empezamos a articularnos con mayor fuerza entre todos los grupos organizados. Hemos aportado ante un vacío, desde los sucesivos gobiernos que se cambian y los candidatos y los partidos de derecha se han basado en campañas de pura propagandas electorales y no en un modelo de desarrollo diferente que nos pueda sacar de este embrollo, sacar de esta pobreza, de esta corrupción, de esta pérdida de soberanía. O bien, suben al poder y se llenan los bolsillos, sabemos que hay corrupción, que hay mafias, que hay represión, que sufrimos en nuestras propias costillas las represiones. Tenemos un pueblo trabajador y sin embargo hemos dejado que esa fuerza laboral, esa mano de obra se vaya, pasando las fronteras, buscando el pan en otros países; es una vergüenza...

 

            La juventud del interior es la que se va...

            Tenemos la mayoría de los habitantes jóvenes de este país que están enriqueciendo a otros países, vendiendo su fuerza de trabajo a otros países, en otros lugares del planeta, y dejando este país por causas de sus gobernantes, sin jóvenes prácticamente hasta hoy. Ya llegamos a una situación alarmante en el campo por la desaparición de los jóvenes, ¿y las mujeres? En esa situación de migración masiva, las mujeres son las que más migran. Encontramos más jóvenes varones en el campo que mujeres jóvenes. ¿Dónde están las mujeres jóvenes...? Algunas han terminado su primaria, otras han llegado a tercero de la media, otras han terminado, poquísimas, su bachillerato... ¿Y dónde están? Están en Asunción, como empleadas domésticas, en Argentina, en España o en Estados Unidos, o sea que esa fuerza laboral importante está fuera del país y las mujeres son las que más huyen, prácticamente de la pobreza y lo hacen silenciosamente.

 

            Habrás visto muchas mujeres dejar su pueblo...

            Encontramos comunidades vacías y cruzando la frontera a miles y miles de mujeres que van con la cabeza agachada... Suelo observar, en la ciudad de Caaguazú, que todas las semanas, especialmente en época de semana Santa, Año Nuevo y Navidad, cómo viene y cómo va la gente. Vienen a borbotones, llenan los vehículos y ómnibus, y así vuelven, al regresar algunas llevan a otras dos con ellas, son mujeres campesinas y jóvenes. Cuán triste es ver las caras de esas mujeres, que van abordando con su valijita esos ómnibus tristes, que van dejando su comunidad, su cultura. No saben lo que les espera, no son profesionales, no hablan el español. Están desafiando un futuro que ellas no saben cómo va a ser, y tantas son las que van por pura desesperación en busca de mejores condiciones y no encuentran trabajo o encuentran un mal trabajo y caen en la trampa de la trata de personas, o se les prostituye, y no pueden volver porque no tienen para su pasaje y viven en condiciones miserables.

 

            Esa migración produce un desgarramiento familiar...

            Sí, porque las mujeres tienen que dejar a sus hijos, porque los hombres no asumen su responsabilidad, les dejan con su mamá, abuela o con algún familiar y se van ellas, abandonan a sus hijos. Cuán grande ha de ser el dolor de esas madres, porque nosotras las campesinas somos madres de verdad, porque nosotras los engendramos, los hicimos nacer, los tuvimos entre nuestros brazos. Hasta el cuidado diario de las campesinas hacia sus hijos es permanente, 24 horas, nunca nos desprendemos de nuestros hijos, porque trabajamos solamente en nuestra casa, no salimos de la casa a buscar trabajo, pero con esta realidad que se nos impone, este modelo de producción, que es el agro negocio, produce la expulsión de los campesinos y campesinas de sus tierras.

 

            Así se pierden las raíces...

            Las raíces de su cultura, de una cultura milenaria. Las mujeres se enfrentan a una realidad muy terrible, principalmente las mujeres campesinas, y las mujeres indígenas más aún, porque ellas no pueden cruzar las fronteras, porque se encuentran peor que las mujeres campesinas. Como no se pueden ir, salen de sus tierras y van a las ciudades del interior, a vivir en condiciones tan inhumanas... En carpitas negras están viviendo con su familia, en la orilla de las ciudades.

 

            En tu organización ¿te sentís reconocida como dirigente?

            Bueno..., me reconocen quiérase o no ¿verdad?, pero eso no quiere decir que me den mi lugar, siempre hay una pelea por los espacios. Justamente la existencia de CONAMURI (Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas) obedece a eso, porque el lugar de compartir con equidad los espacios de poder y de direccionamiento de nuestras organizaciones no se dan para las mujeres, se sigue negando eso y por más que los varones hacen un discurso muy superficial -en la práctica es otra cosa- de que sí, a la mujer se le da oportunidad, de que sí están integradas y decidiendo también... Hay todavía mucha mentira en ese sentido y mucho por hacer todavía.

 

            ¿Decís que en todas partes es igual?

            La lucha de las mujeres, a nivel mundial y a nivel internacional, viene desarrollándose también contra toda esa marcha patriarcal, contra viento y marea como se dice. Las mujeres que tienen oportunidad y posibilidad de formarse intelectualmente, demuestran poseer una capacidad enorme para generar propuestas, nuevas ideas y para pensar en la sociedad, en resolver problemas. Por ejemplo: no tienen hoy nada para cocinar y, sin embargo, tienen en la olla algo que está hirviendo para la familia, visten al que no tiene ropa, zapato, proveen al que no tiene cuaderno; ellas saben de dónde sacar la leña, de dónde sacar el agua para lavar la ropa, a qué hora cocinar, a qué hora atender a los chicos, al marido, atender la chacra, los animales y tantas otras cosas que las mujeres mueven y coordinan.

 

            Ustedes, Lilian Soto, vos... han lanzado un movimiento con fines electoralistas Kuña Pyrendá (Plataforma de Mujeres, en guaraní) - con lista sólo de mujeres, primera en el Paraguay. ¿La sociedad está preparada para estas nuevas propuestas o sirve para negociar espacios?

            Pienso que las condiciones, así de arriba, como un regalo, no van a venir nunca. Tenemos que pelear, tenemos que romper el hielo. Creo que Kuña Pyrendá lo hizo, romper el hielo. Los hombres ni pensaban que las mujeres pudieran articularse políticamente; si bien hay organizaciones gremiales, no les pasaba por la cabeza que las mujeres también piensan y que a raíz de la exclusión histórica y que continúa, las mujeres pensaron cómo romper ese hielo, ese aislamiento.

 

            ¿Qué respuestas recibieron?

            Hubo críticas en espacios gremiales y políticos, porque cuando CUNAMURI surgió, los varones de la dirigencia social campesina decían que nosotras estábamos pateando por nuestra olla, dividiendo fuerzas y que nuestra organización estaba contra los hombres. Dijeron muchos disparates y les demostramos que es al revés. Desarrollamos una organización de clase, de etnia, y marcamos también pasos en este proceso, demostrando que sí: la mujer puede conducir. Ellos pensaban que nunca las mujeres podrían conducir una organización. Algunos más osados dijeron: "no podemos permitir que ellas conduzcan esa organización", "tenemos que entrar y tomar esa organización". Les demostramos todo lo contrario, que sí, podemos pensar con nuestra propia cabeza, podemos diseñar nuestras reivindicaciones, nuestro modelo de organización y nuestros métodos de lucha.

 

            Contame entonces los inicios de Kuña Pyrendá.

            Kuña Pyrendá surge como resultado de esa larga postergación, de la iniciativa de un grupo de mujeres que estaban en partidos de izquierda y en movimientos sociales. El proceso que vivimos en estos cuatro años fue enriquecedor, han cambiado muchas cosas acá, cambió mucho el nivel de conciencia, aunque Lugo no hizo muchas cosas. Pero es positivo el sólo hecho de que la dictadura colorada cayera, que se abran nuevas perspectivas y por lo menos, que se tengan en cuenta a las organizaciones sociales y políticas. Ese es un hecho, hay cambio. Estos partidos de derecha, colorados/liberales, nunca han podido interpretar, ni aceptar, ni convivir con otras propuestas o iniciativas. Yo creo que con el gobierno de Lugo, las fuerzas sociales también van abriendo camino, porque Lugo solo tampoco puede forzar los espacios. El resultado de pensar diferente viene desde fuerzas organizadas, ahora nos damos cuenta. El antes, el durante y el después de Lugo, cómo estamos en el nivel de conciencia. Pienso que tenemos como una conciencia mucho más crítica.

 

            ¿Por qué crees que Lugo no pudo enfocar la reforma agraria y lograr la recuperación de tierras mal habidas, que estaba en su plataforma electoral como prioridad?

            Durante la campaña, nosotros luchamos para llevar a cabo la reforma agraria. En los espacios de articulación analizamos que la "Alianza Patriótica para el Cambio"-con la que se ganó- no tenía un proyecto país, un modelo país para desarrollar; no tenía sino acuerdos que son coyunturales y apuntaban hacia un solo objetivo, sacar del poder al partido Colorado. Por eso la Alianza Patriótica, queriendo también ocupar esos espacios de poder, se alía con esas fuerzas sociales populares y muy rápidamente saca las uñas. Sabemos cuál ha sido la intención y se alía nuevamente con la ultra derecha, que son de la misma calaña; al aliarse, plantean truncar el proceso como sucedió en junio pasado. Entonces Lugo, por más que se comprometió mucho en términos de hacer la reforma agraria, atender al pueblo indígena y atender los graves problemas sociales, no lo ha podido hacer, sobre todo por un parlamento muy manejado por la derecha, con parlamentarios que no representan los intereses de las grandes mayorías en el país. Esos sectores han utilizado siempre los votos de la gente humilde, engañando a la gente y después, ellos hacen lo que quieren en el parlamento.

 

            ¿Cómo ves hoy al Paraguay?

            Hubo un quiebre institucional. A partir de este quiebre institucional que se concretó con el golpe de estado parlamentario que lo sacó a Lugo, vienen detrás con todas las intenciones que se tenían desde un principio. Acá sale a flote que, sobre un problema histórico tan grande -el problema de la tierra, la falta de reforma agraria-, sobre esa problemática, y se arma un gran circo de la masacre de Curuguaty. A los tres días de sacarle a Lugo del poder, ¿quiénes llegan al parlamento y junto a este presidente golpista? Llegan las multinacionales como Río Tinto Alcan, que es una empresa despreciada en el mundo, que desde 1800 y pico tiene una historia muy terrible, la de contaminar y de hacer trabajar como esclavos a los trabajadores, o sea muchas cosas, incluso problemas judiciales porque los han echado de algunos países. ¿Qué hay detrás del golpe de estado...? La posibilidad de estas multinacionales de enajenar nuestros recursos naturales y un acuerdo con Federico Franco y con el parlamento. Llegan, están haciendo acuerdos y Paraguay va a entregar su soberanía energética, territorial; no les importa la contaminación que pueda ocurrir. Detrás de todo esto tienen que haber repartido muchos dólares para que se porten de manera tan entreguista y entreguen nuestro patrimonio, nuestra soberanía. Después vienen los sojeros, la Monsanto con sus semillas transgénicas. Estas semillas patentadas por Monsanto tienen su dueño y tienen respaldo de las leyes. ¿Qué va a pasar con nuestras semillas? ¿Va a ser prohibida nuestra semilla?

 

            ¿Esto significa un retroceso en el proceso de inclusión social del sector campesino...? ¿Mayor pobreza...?

            Exactamente, es como dice mi hija: "nuestra suerte está echada", el futuro es tan incierto... Hay una amenaza directa de que el campo debe ser limpiado de campesinos y de familias, el campo debe quedar para las grandes trasnacionales, para los grandes cultivadores y para la exportación de granos. Porque para ellos, las comunidades campesinas son un estorbo, así como las comunidades indígenas, porque a causa de esas comunidades no pueden arrasar con este modelo, porque las familias campesinas salen a protestar, a exigir, a denunciar que están siendo asesinadas por los agro tóxicos, porque te asesinan cuando fumigan, abortas tu hijo, se enferman tus hijos, nacen con defectos y bueno, eso es lo que está ya ocurriendo.

 

            ¿Alguna vez te cansás, Magui? Física y también emocionalmente, digo...

            Tengo 62 años, yo pienso mucho qué será de mí en los siguientes años..., no voy a ser más como antes, ahora mismo ya no puedo desafiar tanto. A veces duermo a la una o una y media de la mañana, informándome, o qué sé yo, lo hago, pero cada quince días. Mi cuerpo ya no puede exagerar... Antes yo hacía todo lo que podía, nunca tuve vacaciones, no tuve dos o tres días para descansar, todo era lucha, dedicada a la actividad organizativa, y así crecieron todos mis hijos, a mi lado... Todos están grandes pero los desafíos continúan.

 

           

            ¿Hoy qué priorizas?

            Desde que se fundó: CONAMURI... porque CONAMURI me atrapó. Antes vendía empanadas, ropas, sábanas, hacía todo para sobrevivir; dejaba mi tiempo uno o dos días a la semana para hacer eso. Con CONAMURI es imposible. Esta organización es muy grande, se necesita de nuevos valores, de nueva gente, de estar construyendo porque la lideranza no se construye ni en uno ni en dos años, la lideranza se construye en un proceso, con el calor de la lucha, con desafíos, estando al frente, estar movilizadas, capacitándose, trabajando en la organización... Es un trabajo interminable y esos son nuestros desafíos: CONAMURI ha logrado incorporar ya, en la dirección de la organización, nuevos valores, son jóvenes. Eso es muy importante; hace cuatro o cinco años que empezamos y les digo que ya no soy imprescindible. Muchas jóvenes compañeras están asumiendo responsabilidades, están haciendo un gran ensayo e irán acumulando esas experiencias y en el día de mañana les dará un salto de calidad muy importante.

 

            Entonces hay satisfacciones en el camino...

            Yo estoy muy contenta con el proceso, nunca es todo cien por ciento, siempre hay desafíos porque siempre está el peligro de que las mujeres que ocupan espacios vuelvan atrás y los varones los ocupen otra vez, que vuelvan a taparlas otra vez, por otros medios. Porque eso ha ocurrido, cuando estaba en la organización gremial mixta. Me daba cuenta de que en un momento, en un congreso, asumieron cinco mujeres en la dirección y después de dos años, cuando se hizo el congreso, volvieron a elegir apenas a una mujer, porque tuvieron muchos problemas y no se les dio el espacio ni la importancia que merecían. No se trabajó para que tuvieran un crecimiento personal y político, organizativo.

            Las mujeres debemos intervenir en todos los espacios, políticamente también, tenemos que pensar más en el poder. Les digo a las mujeres que están en las organizaciones gremiales, que no dejen que su tiempo sea totalmente absorbido por el trabajo en los gremios -que es sumamente importante y no hay que descuidar-, pero está también el otro espacio más político, la opción por el poder y debemos llegar al poder para ir superando los problemas de las desigualdades.

 

            ¿Cada tanto volvés la vista atrás para evaluar los logros?

            Una tiene que hacer su evaluación para ver si ha aportado algo, aunque sea un granito de arena al proceso, eso es lo que nos toca realizar como personas humanas, en el lugar donde nos toca vivir y desarrollar nuestras capacidades y trabajar en el empoderamiento de las mujeres. Tenés el resultado final, en mi caso: cuarenta y un años en la militancia activa, porque a mí no me atajó el exilio, ni mis hijos, ni nada. Bueno, esos cuarenta años me han dado muchos momentos, así interesantes, cuando veo las conquistas, cuando veo organizaciones fortalecidas, mujeres participando, cuando veo a las mujeres indígenas liderando su comunidad, que se atrevieron a criticar al eterno líder indígena, cuando antes nunca una mujer podía levantar los ojos... Para mí esas son transformaciones muy grandes, que las mujeres indígenas también se van empoderando y criticando lo injusto, porque ellas callaron muchas injusticias, por siglos, y todo eso son avances y conquistas importantes. Analizo mucho los pasos de mi juventud, de toda esa etapa dura de la dictadura, de la construcción del movimiento de mujeres, del desafío de fundar Kuña Pyrendá; para mí sigue siendo un desafío, pero sabiendo que todos los seres humanos tenemos límites y que esos límites van llegando también...

 

 

            ¿Satisfecha entonces, aunque el camino sea largo?

            Estoy conforme, pero nunca contenta, soy una de esas personas que nunca me contento con todo lo que hacemos en CONAMURI. Siempre soy la que hace las críticas: "esto salió mal", "esto no debe ser así", "tenemos que mejorar". Las compañeras saben que soy de esas que exigen mucho, a mí misma me exijo mucho y eso decía mi hermano, que también militaba: "a Magui muy difícilmente le podes discutir cuando te señala, porque ella es la primera que hace...".

 

            ¿Y qué más es Magui?

            Soy una militante humilde que nunca he pretendido cosas que no me corresponden y nunca me aferré a ocupar un cargo. Son mis compañeras las que me impulsan a ponerme en tal o cual lugar y yo nunca tengo que pelear por eso, quiero ser siempre humilde -no sé si soy tan humilde- (sonríe), quiero mantenerme en la aceptación y tener una consulta permanente entre mis compañeras. Y en algunos momentos, cuando veo difícil la situación, cuando se necesita una orientación política o ideológica, ahí yo siempre estoy.

 

 

 

 

MARIA ANGÉLICA CANO RADIL (TETÉ):

POLÍTICA Y FEMINISTA

 

"El exilio fue una experiencia agridulce".

 

 

            De familia colorada exiliada por la dictadura stronista, pasó gran parte de su vida en la Argentina, donde obtuvo el título de Ingeniera Civil, en la Universidad de Córdoba. Se ha especializado en regulación de telecomunicaciones y en temas de la mujer. Luce juvenil, es comunicativa y aún conserva al hablar un suave acento cordobés, quizá para no olvidar aquella parte de su historia, tan querida como la patria que no la vio crecer.

           

            ¿Recuerdos de tu infancia...?

            Sí, recuerdo muchísimo mi infancia. Es más, a veces pienso que todavía vivo y revivo esos tiempos en Córdoba, República Argentina, lugar donde mi familia tuvo que refugiarse durante los años en los cuales transcurrió la dictadura de 1955 a 1989, año en que cayó. Recuerdo personas, familia, lugares, serranías y mi casa de Cuesta Blanca. No olvido el frío ni las lluvias, el sol y los arroyos, los asados y las comidas con la familia. Nunca me olvido de las ciudades, de los paseos y la escuela, de mis compañeros y compañeras; todos ocupan mis recuerdos, mis primos y primas, los tíos Chini, Emigdio, Nano, Yaroslavo (tío Negro), mis padres y mis hermanos Bebito y Rosa, así como la comunidad de familias exiliadas. Todavía tengo presente a Pedro A. Caballero, a la abuela Delia, a nuestros perros, mis estudios y mis cumpleaños; las navidades. Creo que todo lo tengo guardado en mi disco duro psíquico, intelectual, espiritual y emocional, afectivo, nada se perdió, todo está ahí, dice el poeta Serrat: "Como un ladrón te acechan detrás de la puerta" (sonríe).

 

 

 

            ¿Experiencias que te hayan marcado?

            El exilio fue una experiencia agridulce. Pienso que fue un exilio heredado y optado, elección de vida e integridad, coherencia y dignidad con convicciones soberanas y democráticas de mis padres, de los cuales estoy profundamente orgullosa. Toda la familia vivió el exilio con las mismas convicciones y firmezas de nuestros mayores, reivindicando esta epopeya familiar, social y política con gran valentía, fortaleza, compromiso y sobre todo proyectándonos hacia el futuro con nuevos desafíos y "patriadas libertarias".

            Algo que recuerdo como "marca" era el hecho de viajar a Paraguay a visitar a mis abuelos Pedro Benítez y Perseveranda (Persita) Yegros de Benítez y familiares. Mi papa, Bernardino Cano Yegros, se quedaba en Clorinda en el Hotel Buenos Aires, sin poder cruzar, triste, impotente, acompañado de otras familias de exiliados, como los Kolberg, los Bécker, Mallorquín, y otros, mientras nosotros atravesábamos con mi madre hasta nuestro pueblo natal paterno, Quyquyho, para compartir con nuestros afectos y pelearle al desarraigo con fuerza, para regresar después a Clorinda y de ahí a nuestra Córdoba, nuestro amparo.

            Recuerdo también mi Escuela Normal de Profesores, Alejandro Carbo, frente a la plaza Colón, fue lo máximo en mi educación, al igual que la Universidad Nacional de Córdoba, Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, desde donde egresé con el título de Ingeniera Civil a los 24 años, lo recuerdo con gran afecto y nostalgia, fue uno de mis logros más respetados en el ámbito académico.

            Quizás en esos momentos no lo valoré, como lo valoro ahora, a la distancia y en la línea del tiempo que lo cruza todo.

 

            ¿Alguna anécdota...?

            Hoy, en el camino, medito y recuerdo a esa joven que fui, sin mucha reflexión sobre las desigualdades de género, hija de líderes políticos exiliados, que optó por una carrera tan fuera de rango del estereotipo, que debía escuchar a sus propios profesores de facultad decir: "¿Para qué una mujer quiere estudiar ingeniería? Si te vas a casar, tener hijos y el título, si lo lográs, quedará colgado en la pared de tu casa". En el ingreso a la facultad, en el 77, éramos unos setecientos estudiantes, de los cuales cinco éramos mujeres. Si bien tuve obstáculos, el título me abrió muchísimas puertas.

            Pero no había casualidades, mi abuela Delia y mi mamá -que son argentinas- ya eran dirigentes que lucharon por el voto femenino dentro del Partido Peronista, apoyando a Evita Duarte de Perón.

 

            ¿Cómo entrás a la política?

            La política en mi familia fue parte de nuestra propia esencia. Es nuestra identidad más fuerte, fuimos, somos y seremos una familia con compromiso político y social muy claros, desde el primer momento de mi conciencia como persona, como joven y como ciudadana. Mis recuerdos, básicamente los de mi primera juventud, me traen imágenes de varios espacios de trabajo;

            Uno era la Juventud Colorada del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO) en Córdoba, ahí teníamos una juventud muy importante, en la cual militaban estudiantes paraguayos colorados, ávidos de conocer y saber más sobre estos líderes políticos colorados exiliados.

            Otro espacio era el Centro de Estudiante de mi "cole". En ese tiempo en la Argentina y en Córdoba los y las estudiantes integraban una fuerza movilizada y combativa, que luchaba por sus reivindicaciones estudiantiles, políticas y sociales. Es obvio que allí también estuve.

            En el año 1984, me mudé a vivir a Buenos Aires y me inserté en la Juventud Colorada del Exilio y Resistencia, del ANRER, movimiento liderado por don Epifanio Méndez Fleitas y el Dr. Osvaldo Chaves - desprendimiento del MOPOCO- y un sinfín de líderes colorados del exilio, Waldino Ramón Lovera, González Casabianca, entre otros, grupos de colorados desterrados que trabajaban por el inicio de un proceso democrático en Paraguay, en contra de la dictadura de Stroessner.

           

            Ser mujer en una familia política con referentes masculinos ¿implica ventajas o más bien mayores esfuerzos de diferenciación en la arena pública?

            Esta si es una pregunta provocadora. Ser mujer es de por sí un gran desafío dentro de un mundo y una cultura patriarcal, de fuertes rasgos machistas y muchas veces misóginos...

            Todas las mujeres han vivido esta realidad de desigualdad y discriminación a veces, invisibilidades otras veces, sin conciencia ni reflexión, sin duda, todas las hemos sufrido. Sin temor a equívocos la mujer que diga que nunca fue discriminada es solo que no lo vio, todavía no se le cayó la venda de los ojos.

            La discriminación por razones de género es la desigualdad más difícil de desactivar de todas las desigualdades.

            Para una mujer que milita dentro de una familia de varones políticos, la militancia, su identidad y sobre todo su visibilidad y empoderamiento político, se le hacen mucho más difíciles. No solo existe el patrón del patriarcado, sino también lo etario, la herencia del mayorazgo europeo. Es decir que primero los mayores y varones y después los menores y por último las mujeres. Pero hemos avanzado bastante...

           

            Si tuvieras que nombrar a personas claves en tu vida, que te sostuvieron, ¿quiénes serían y qué función cumplieron?

            Sin dudas mis padres Bernardino y Margarita, mi abuela Delia un lugar de absoluto privilegio, al igual que mi tía Chini, que falleció muy joven en el exilio, ellas fueron mujeres emblemáticas para mí y para todos los que las conocieron.

            El apoyo de mi hermana Rosa, mi cuñada-hermana en el afecto, Carmen Colazo y mi tía Paca Cano, que fueron personas muy trascendentes en mi formación y mis múltiples roles, también de mis vividas crisis y reflexiones de género.

            De cuando vivía en Buenos Aires, no puedo dejar de recordar con mi mayor afecto a familias emblemáticas: Cancio Ayala Cantero y Nenú, Antonio, Cristina y María Eugenia, mi segunda familia del corazón y por opción. La familia Peña Bareiro, Méndez Vall, ellos fueron y son gran parte de mi vida pasada, presente y futura. Ahí se construyeron identidades colectivas muy fuertes.

            También existe una gran identidad colectiva de mujeres formadas por múltiples redes de mujeres que iban y venían de un lado al otro, construyendo y deconstruyendo espacios para ellas. Y en nombre de ellas quiero recordar a una gran mujer y amiga, Perla Yore, capítulo aparte. Aprendí muchísimo de ella y todavía lo sigo haciendo.

            Para terminar mis hijos: María Paz, Víctor Manuel, mi nieto Matías y mi compañero de vida, Walter. Sin palabras, ellos son todo... (sonríe).

 

            ¿Cuáles son los principales obstáculos para las mujeres en la vida pública?

            Un obstáculo difícil de transitar es la cultura patriarcal y las prácticas machistas discriminatorias de las que todas las mujeres fuimos y somos víctimas.

            Otro tema no menor son las responsabilidades familiares y domésticas, es por esta razón que las mujeres debemos de pensar en una nueva "gobernabilidad doméstica", para que se redistribuyan estas responsabilidades en los ámbitos privados de la vida de las personas. Los medios de comunicación también han representado y fortalecido estos patrones culturales estereotipados. El acceso a los recursos económicos es otro tema que las mujeres políticas debemos poner en la agenda. ¿Quién financia a una mujer para un cargo público? ¿De dónde sale el dinero? ¿Quién y cómo lo controla? ¿Cómo se financian las campañas políticas?

            El apoyo familiar ayuda a enfrentar los obstáculos, sobre todo la familia que uno construye, cómo vivimos nuestra vida de afectos y con quiénes. Cómo elegimos nuestras parejas de vida. En mi caso, mi actual compañero, es una persona no sólo absolutamente comprometida con mis opciones, sino que juntos construimos una familia que nos llena de satisfacciones.

 

            ¿Y vos a qué talentos propios tuviste que apelar en tu crecimiento como mujer?

            Empoderamiento. Porque sabemos que todas las mujeres estamos genéricamente en posición de sumisión frente al poder simbólico masculino.

            Es muy claro para mí que no quiero mujeres acríticas del poder patriarcal, orgullosas de ser "incluidas" en el mismo para legitimarlo y fortalecerlo.

            Las mujeres (madres, familiares, abuelas, viudas, etc.) han aparecido en la escena pública de la política como portadoras de la memoria social de las violaciones de los derechos humanos. Su papel simbólico tiene también una carga ética significativa que empuja los límites de la negociación política, pidiendo justicia. Solo este aspecto pone en la agenda de la política la importancia de la incorporación crítica y comprometida de las mujeres en las agendas del poder.

 

            Vos volviste al Paraguay poco tiempo antes de la caída de la dictadura, ¿cómo se vive el desexilio y la inserción en aquel Paraguay, todavía de Stroessner?

 

            Esa fue una experiencia fantástica.

            Alrededor del año 1987 tuve la firme convicción de que ya había grietas en el modelo de la dictadura, que podrían generar un mínimo de garantías para que jóvenes exiliados -como era mi caso y de mi familia regresaran al país para trabajar en política. Mi padre nos dio un gran apoyo y agradezco su mirada visionaria y su valentía.

            Dentro de este convencimiento organizamos el retorno con mi entonces esposo Víctor Hugo Peña Bareiro y mi hija María Paz. ¡Me integré al toque!

            Daba clase en el Centro de Estudiantes de Economía, me sumé a la militancia en la Juventud Colorada de Exilio y la Resistencia liderada por el Dr. José Alberto Alderete y me incorporé a toda la comunidad política colorada contestataria de hombres y mujeres, jóvenes líderes que ya tenía un perfil claramente opositor al régimen dictatorial. Fue una etapa muy activa dentro de la militancia, con cuidado pero muy activa.

            La familia paterna se portó de lo mejor, quiero recordar a mi tía Eva Yegros de Muñoz, mi madrina, quien fue para nosotros, en ese momento, un segundo hogar.

 

            ¿Y cómo viviste el día del golpe en que cayó la dictadura?

            Llegó la noche del 2 y 3 de febrero de 1989.

            Esa tarde fui a llevar a mi hija a la casa de una tía, mientras yo daba clase en San Lorenzo en la Universidad de Ciencias Económicas. Llegué tarde a mi casa. Ahí ya estaba Víctor Hugo, me informa del golpe y de que recibimos instrucciones de ir a Foz de Yguazú por razones de seguridad, por si salía mal.

            Lo recuerdo como si fuese ayer.

            Le dije: "¡Jamás! Acá vamos a esperar el resultado de la gesta para bien o para mal y si sale mal ya sabremos qué vamos a hacer".

            Nos encerramos en nuestra casa de Fernando de la Mora, Km 9, y empezamos a avisar a nivel internacional a nuestros amigos y con la radio a full.

            Le avisamos al Dr. Osvaldo Chaves en Buenos Aires, él ya sabía, y a mi papá en Córdoba.

            Cuando alrededor de las una o dos de la mañana, en medio de los bombardeos, aviones rasantes y metrallas, nos llamaban nuestros amigos/as y nos pasaban la información de cómo iba avanzando el golpe, nosotros pasábamos los datos a Buenos Aries y a Córdoba, eso fue hasta alrededor de las cuatro de la mañana en que ya nos avisaron que todo había terminado, el Gral. Rodríguez ya era el presidente provisional y que estaba preparando su mensaje a la nación.

            Nos subimos al auto y nos fuimos a la casa del Dr. Juan Ramón Chaves, líder del grupo "tradicionalista" del Partido Colorado, quienes habían conspirado para la caída de Stroessner, allí ya estaban todas la banderas coloradas, azules, tricolor, festejando la democracia la libertad, un nuevo inicio y una nueva oportunidad para nuestro país.

            ¡Hoy lo recuerdo con gran emoción...!

 

            Actualmente seguís militando en el Partido Colorado de tus raíces familiares, a pesar del exilio... ¿Te sentís identificada con este partido que carga con un gran estigma como es el stronismo y que aún no ha hecho una autocrítica institucional? ¿O apostas a los cambios desde adentro?

            Este tema es de constante análisis y reflexión para mí... Mi adhesión al Partido Colorado (a los 13 años en el exilio) no sólo fue por mis tradiciones familiares, raíces o afectos.

            El Partido Colorado es la herramienta política, a mi criterio, de mayor compromiso social y progresista en el Paraguay. Claro que también tuvo vertientes más conservadoras, pero desde sus principios ideológicos y doctrinarios creo que me representa en lo que yo creo y son mis valores políticos.

            Pensadores colorados, Telémaco Silvera e Ignacio A. Pane, escribieron sobre la causa obrera y de la mujer y llevaron la corriente ideológica más de avanzada en el tema en el país. Recordemos esta célebre frase; "Se puede ser obrerista sin ser obrero y feminista sin ser mujer" (I. A. Pane, 1916).

            Por otro lado creo que, la democracia se construye a partir de actores estratégicos y estos representantes se proyectan a través de los partidos políticos.

            La cultura política del Paraguay está transversalizada por una línea imaginaria que divide, de un lado a líderes transformadores que buscan el cambio de paradigma: dejar la cultura prebendaría, hegemónica, autoritaria, tradicional, por otra con mejor calidad del sistema político, con mayor representatividad, ética en la función pública y valores de gobernabilidad democrática, incluyente, también valores de equidad de género, y por el otro lado, otros sector funcional al sistema, retrógrado y conservador.

            Ese es el desafío actual de Paraguay, mirar hacia adelante un nuevo horizonte, entre todos, desde las diversas miradas ideológicas con agendas de consenso que prioricen acciones sociales de inclusión, o seguiremos pegados al pasado con las secuelas de exclusiones sociales, con todo el peso y la marginalidad que esto conlleva.

 

            El aprendizaje está en la autocrítica para no repetir...

            Sí. Hablemos ahora un poco del stronismo. Hay que reflexionar sobre esta etapa de la vida personal y colectiva de los/as paraguayos/as. El gran desafío es dar vuelta la página del rencor y del dolor sin olvido, pero aprendiendo juntos de los errores y horrores.

            Sí, creo que no hubo una autocritica política desde el Partido Colorado, ni un duelo político real o sentido de las secuelas, de esta época dura, injusta, cruel y dolorosa.

            "Que la única noción de patria, sea esta urgencia de decir nosotros"; decía el querido y brillante Mario Benedetti. Y en esta dirección del pensamiento del poeta charrúa, hoy el Partido Colorado, desde la llanura, debería realizar una profunda reflexión sobre esta época, asumir responsabilidades y sobre todo analizar las secuelas en los liderazgos políticos que hoy proyecta el partido. ¿Quiénes son? ¿A quiénes representan?

            Las crisis son oportunidades de cambio, y ojala que esta crisis ponga al Partido Colorado de cara a la república, a sus problemas, a sus necesidades y asuma compromisos nacionales sobre los sectoriales, grupales y personales.

            Que tanto sacrificio no sea en vano... Al menos, nosotros, dejamos una lección de ética republicana para las nuevas generaciones.

 

            Recién después de 20 años de transición empiezan a tomar fuerza nuevos movimientos sociales y políticos en el Paraguay, desafiando a las estructuras de los partidos tradicionales, ¿qué lectura le das a este proceso, hasta tardío en relación a los países del Mercosur...?

            Los movimientos sociales cambian al mundo y a las sociedades; los partidos políticos los interpretan y representan. El dilema es: ¿qué tan legítimas son estas interpretaciones y representaciones? Estoy convencida de que los movimientos sociales son como la conciencia ciudadana, son su imaginario colectivo, deben desafiar las estructuras tradicionales de los partidos para marcar agendas y consensos políticos. Los movimientos sociales y políticos son las expresiones más legítimas de los intereses de la comunidad.

            Si bien dentro del Mercosur el proceso paraguayo lo podríamos denominar como tardío, no deja de ser un proceso trascendente de conciencia cívica y participación ciudadana. Recogemos todas las tradiciones progresistas de la región, libertades públicas, libertad de expresión, soberanía energética, respeto a los derechos humanos, equidad de género, respeto a las identidades de los pueblos originarios, entre otras, creo que estamos dentro de la agenda de la región en relación a las demandas y esto no es poca cosa.

 

            Hasta ahora no accediste a cargos públicos y, sin embargo, tu padre y tu hermano sí... ¿Es una cuestión de género?

            Habría que precisar cargos electivos y cargos públicos. Yo llegué a fundar la Secretaría de la Mujer de la Presidencia de la República con rango ministerial, hoy Ministerio de la Mujer recientemente promulgada, con gran esfuerzo personal y dentro del movimiento de mujeres trabajando en forma pluralista, y desde ese espacio del ejecutivo fui Directora General de Relaciones con rango de Viceministra. A este cargo accedí sin ninguna vinculación política con mi entorno familiar.

            En relación a los cargos electivos, sí creo que allí es más fuerte la cultura patriarcal jerárquica. Los cargos electivos de mi hermano en realidad fueron en gran parte méritos paternos y de toda la familia que vivió un exilio de más de tres décadas.

            La lealtad y convicción de mi padre ante la gesta colorada contestataria y su generosidad y desinterés en sus propios espacios de poder, llevaron a mi hermano a capitalizar todo ese reconocimiento político, para ser electo en varias oportunidades.

            Mi padre fue electo concejal por Asunción, como testimonio de lucha, capacidad y honestidad, cargo que honró desde su compromiso como ciudadano y colorado.

            Yo alcancé algunos lugares electivos "menores" en la estructura partidaria -sin salario, por supuesto-, pero muy representativos, llevando una agenda de género dentro del partido, cosa muy difícil porque esa actividad conlleva un gran costo político, que todas las mujeres feministas que hacemos política lo hemos pagado alguna vez.

 

            ¿Hay costos afectivos para las mujeres en la vida pública?

            Sí y muchos. Las mujeres buscan transformar sociedades sexistas, en las cuales la libertad individual y su inserción en la esfera pública son asociadas con hombres y la forma de los vínculos sociales familiares privados, con las mujeres, como si necesitáramos dos tipos de persona: una para expresar la libertad individual política y pública y otra la relación social familiares del mundo privado. Y lo más valioso dentro de la cultura del patriarcado está en la esfera pública.

            Sin duda esto trae aparejado un costo afectivo importante, para las mujeres y para su entorno familiar, cuando ellas toman conciencia y tratan de modificarlo.

            También debemos reflexionar que en estas nuevas construcciones de vida, las mujeres no solo dejan sus afectos, muchas veces dejan mucho más, dejan su propia vida...

 

            Desde que volviste al Paraguay te has dedicado con mucha pasión a la militancia por los derechos de las mujeres, y en especial de las mujeres políticas... ¿Cómo fue el proceso y cuáles fueron los logros?

            El proceso fue, es y será algo difícil de traducir en palabras, es un sentimiento, una convicción, una reflexión, también investigación, sin domingos, sin vacaciones...

            Mi primer espacio fue la Multisectorial de Mujeres Políticas del Paraguay donde conocí a mujeres imprescindibles y fantásticas, como mi amiga Perla Yore, Adalita Del Puerto de Schaerer, Adalina de Galeano, Mercedes Sandoval y muchas más que no podría seguir nombrando por temor a olvidos involuntarios.

            Desde allí llegamos de la mano a la fundación de la Secretaría de la Mujer de la Presidencia de la República, un gran logro para las mujeres paraguayas.

            ¡La lucha por el cupo fue algo histórico! Con gran orgullo fuimos las coloradas las que incorporamos ese primer 20% en la Convención del Partido, por el año 1991, fue un hito histórico.

            No sólo porque nos permitió nuestras primeras candidaturas en las ligas mayores, sino porque era reconocer políticamente la discriminación por razones de género e incorporar una normativa que la subsane, como es la cuota de participación.

            Un largo camino recorrimos las mujeres por nuestros derechos, ahora falta que esos derechos consagrados sean plenamente reales, no sólo legales.

            Quiero resaltar el Proyecto Parlamento Mujer que estamos implementando, reconocido por NN.UU. en Dubái 2007, como una buena práctica a seguir y el premio obtenido del Municipio de Asunción "Serafina Dávalos". Este proyecto, que lleva nueve años de trabajo ininterrumpido, se constituyó en iniciativa ciudadana y busca potenciar liderazgos femeninos transformadores.

 

            ¿Cuáles son los principales desafíos pendientes para las mujeres y en especial para las políticas en el Paraguay?

            Un desafío es la paridad en la política, rever el Código Electoral para garantizar la igualdad y que las mujeres que acceden al poder político lleven una agenda de equidad de género, ya que la paridad es mucho más que una cuestión de números, es un concepto ideológico progresista y transformador.

            La paridad también en cargos del Ejecutivo a nivel ministerial, es otra de las asignaturas pendientes, la brecha de género es aún muy grande.

            Otro desafío es, dentro de la dura estructura de los partidos políticos, sobre todo los tradicionales, colorado y en menor grado liberal, incluir esta agenda.

            Y también trabajar la invisibilidad de la problemática de género en la agenda pública y política. Si no se ve, si no se sabe, si no se demanda, si no se denuncia, si no se es parte de la agenda pública y política, no se avanza.

 

            Mujeres que admiras, de tu partido, de los otros, del mundo...

            Dentro del Partido Colorado una persona que admiro y quiero es la Dra. Doriña Peña de Ávila. Gran luchadora feminista, comprometida con sus décadas de militancia política colorada; a la Dra. Serafina Dávalos, ella perteneció a una familia colorada, fue una mujer libre, estudiosa y transgresora, primera defensora del feminismo en el Paraguay. Primera abogada, la primera en ocupar un puesto en la Corte Suprema de Justicia. La Dra. Inés Enciso Velloso, maestra, abogada y doctora en leyes fue delegada ante la CIM/OEA, la primera presidenta paraguaya de la CIM y luchadora por los derechos civiles y políticos de las mujeres paraguayas; la Dra. Mercedes Sandoval de Hempell, que se caracterizó por su coherencia y compromiso con la causa de la igualdad, verdadera feminista.

            Mujeres coloradas de la diáspora del exilio, evoco con gran cariño y respeto a Margarita Bibolini de González Casabianca, a doña Fredesvinda Vall de Méndez Fleitas, Elim Benítez de Goiburú y Gladys de Sannemann.

            También quiero recordar a la Sra. Ligia Prieto de Centurión, de militancia política liberal, luchadora en una época en que hacer política y ser mujer no era fácil.

            Mirando mas allá de la frontera, la mujer emblemática que viene a mi conciencia es Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile, que dejó la presidencia con una gran popularidad y con excelentes resultados en los indicadores económicos y sociales.

            De la misma forma admiro a la Sra. Eva Duarte de Perón, quien logró el voto femenino en su país. En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino y promovió medidas orientadas a mejorar la situación social y laboral de la mujer.

 

            ¿Hombres?

            En el Paraguay, Bernardino Caballero (Colorado), Eligio Ayala (Liberal); en el mundo: Martin Luther King, John F. Kennedy, Konrad Adenauer, François Mitterrand, Salvador Allende, Mahatma Gandhi, Mijail Gorbachov y actuales Nelson Mandela y "Lula" Da Silva.

 

            Háblame de tus sueños, desafíos personales...

            Sueños tengo muchos y de muy variada índole, como les digo a mis alumnos/as en la facultad, acá venimos a fortalecer y a asumir nuevos sueños, no a que se mueran. Como el de seguir luchando por un país más justo en todo sentido. Mi sueño va de la mano con la creencia de nuestros ancestros, los Tupi-Guaraní, que vivían soñando con el Yvy marae’ÿ, la prodigiosa Tierra sin Mal.

 

            ¿Cómo ves hoy la realidad política paraguaya? ¿Cuesta avanzar...?

            No la veo bien. Sí creo que cuesta avanzar, pero se puede... Debemos asumir el compromiso de movilizar recursos, acciones, pasiones todo lo necesario a favor de un nuevo Paraguay, más enamorado de la fortuna que del infortunio, parafraseando a Roa Bastos.

            Somos una nación joven, debemos aprender y tratar de construir un país incluyente para todos/as, desde las diversas miradas. Las secuelas de la colonización, guerras, dictaduras, intolerancias, exilios, guerras civiles, marcan nuestra historia y el presente.

            Paraguay transita actualmente cambios "bisagras" de una época histórica política, y debe recorrerlo con sus luces y sus sombras.

 

            Para quien no te conozca, ¿quién es Teté?

            Yo elegí ser Teté, y lo elijo todas las mañanas cuando me levanto. Me gustaría compartir con las personas que lean estas páginas, que antes que nada soy alguien que se comprometió con todo lo que creyó. Que asumió riesgos para alcanzar sus metas e ideales. Que no tuvo miedo ni límites al soñar despierta y al transitar los caminos de esos sueños. Nunca entendí bien los esquemas rígidos, muy a pesar de mis maestros ingenieros, a la libertad la puse en primer lugar en mi vida. Procuro ser útil, involucrarme, superar mis miedos, ser digna y, sobre todas las cosas, ser una persona con un profundo compromiso humano.




MARGARITA MBYWANGI:

MUJER DE DOS MUNDOS

 

"Mi ilusión es hacer el Ministerio de los Pueblos Indígenas".

 

           

            En una siesta asuncena el sol implacable cubría la Plaza de la Democracia, ahí estaba Margarita esperando, recién llegada del departamento de Canindeyú en donde vive con su comunidad. "Yo tenía que venir, porque prometí y no podía fallar" dijo, refiriéndose a nuestro encuentro. Siendo muy pequeña, en época de la dictadura stronista, la parcialidad aché fue saqueada y sus niñas y niños vendidos, entre ellos Margarita, quien hasta los 16 años vivió con una familia "adoptiva" en Ciudad del Este. Fue la primera mujer indígena en el Paraguay que asumió la Dirección del INDI (Instituto Nacional del Indígena, dependiente del Ministerio de Educación y Culto), en el gobierno de Lugo, pero resistió sólo cuatro meses en la gestión. ¿Cuáles fueron las causas de su salida? ¿Falta de apoyo político... quizás sumado a su condición de mujer? ¿O quizá, la compleja realidad de los pueblos originarios y sus reivindicaciones históricas difíciles de administrar? Margarita eligió formar su familia en la tierra de sus ancestros, pero reconoce que muchas veces piensa y siente diferente a ellos. Sabe comunicarse en su lengua aché, en guaraní o en el español que posibilitó este rico diálogo.

 

            Hace poco les fueron entregados a los Aché de la Comunidad Kuetuvy los títulos de una propiedad adquirida por el Estado en el distrito de Villa Ygatimi, en el departamento de Canindeyú, después de una larga pelea judicial y política. ¿Cómo fue eso?

            Esa lucha por las tierras hace doce años que empezó, en el 2000, nosotros vivíamos en la comunidad Chupa Poú, cuando supimos que el dueño de esa propiedad, que es un chino, la quería vender, entonces nosotros nos fuimos a pedir a la Fundación Moisés Bertoni para que nos ayudara a recuperar esas tierras, porque son tierras ancestrales de los aché. Antes de que ese señor la comprara, vivíamos nosotros en ese lugar, eso fue hasta por 1970. Ahí yo nací y ahí murieron mis padres, entonces para mí es fundamental conseguir esas tierras, porque todo, los departamentos de Alto Paraná y Canindeyú, fueron nuestras tierras ancestrales y como ya casi no tenemos nuestros territorios, dijimos, vamos a defender esta zona que quiere vender el señor. Y así que llegamos a ese lugar en el año 2000. También hubo campesinos que entraron ahí, molestaron muchísimo y nosotros hicimos un amparo. Por el año 2000 el Estado compró esa propiedad para ser transferida a nuestro nombre, pero nadie nos contó que el Estado compró esas tierras con todos nosotros adentro y que tiene que ser transferida a nombre nuestro, sin embargo, el Estado transfirió a otra dependencia estatal, la SEAM (Secretaría del Ambiente).

 

            ¿Y ustedes cuándo se enteraron?

            Nosotros nos enteramos cuando el Ministerio de Obras Públicas las transfirió a la Secretaria del Ambiente -SEAM- porque querían hacer una Reserva. Entonces nosotros hemos pedido un Convenio con el Ministro de SEAM de la época del presidente Nicanor Duarte, para gobernar esas tierras y a la vez pedir también esa propiedad. Y fue así que hicimos un convenio con SEAM por cinco años, fuimos guardabosques, cuidamos esas tierras viviendo con nuestras formas tradicionales. Nosotros sentimos mucho la pérdida de ese monte pero el Ministro de Nicanor nos dio una esperanza, nos dijo que se puede transferir por una ley y hemos pedido a un abogado para que las tierras sean transferidas a nombre de los aché. Eso hicimos en este nuevo gobierno, con Lugo. También hicimos un proyecto que presentamos en el Congreso, y los parlamentarios, tanto diputados como senadores, han votado a nuestro favor y, lastimosamente, el Presidente de la República vetó ese nuestro pedido.

 

            ¿Lugo? ¿Por qué?

            Sí, él veto todo, porque lo que pasa es que en la SEAM en ese tiempo estaba su ministro Rivas, que era un indigenista y su asesor era indigenista, y en esa propiedad vivíamos ava guaraní y aché y ellos querían la mitad de las cuatro mil y pico de hectáreas para nosotros y mitad para los avá. Por eso vetó. La ley volvió otra vez al Congreso y ellos rectificaron ese pedido y nosotros nos quedamos con esas tierras.

 

            Ah, entonces el gobierno quería distribuir entre dos parcialidades...

            Y nosotros no permitimos eso, nosotros no queríamos dar la mitad a ellos, era injusto, porque nosotros somos los que luchamos, los que defendíamos y ellos solamente son cinco familias y no puede ser que la mitad nos quiten para esas familias. Nosotros somos unas setenta familias.

 

            ¿Dónde están ahora esas familias avá guaraní?

            Están ahí, se quedaron.

 

            Entonces, ustedes no las sacaron de ahí, ustedes tienen las tierras a su nombre, pero igual siguen las familias de los avá guaraní.

            Sí, por esto que el presidente Lugo vetó nuestro pedido, y bueno, nosotros esperamos que algún Presidente haga esa transferencia a nuestro nombre, después surgió este "golpe" y subió Federico, y le pedimos otra vez a él para transferir a nuestro nombre y se hizo. Ahora el problema es con los campesinos.

 

            ¿Cómo viene el problema con los campesinos?

            Ellos al escuchar que nosotros estamos pidiendo a Federico, nos atropellaron, también querían entrar en esas tierras.

 

            Pero Federico Franco les dio, les reconoció como dueños de las tierras a ustedes...

            Sí, nosotros hablamos con el presidente Franco, le dijimos, le mostramos todo, los papeles, todos los trámites que nosotros estábamos haciendo y que eran la gente indigenista que hablaba mal de nosotros que defendían a los avá, decían que nosotros nos peleábamos entre nosotros. Era todo mentira lo que le decían a Lugo, fue por eso que el presidente Lugo no firmó a nuestro favor, pero después Federico Franco hizo la transferencia, y después vinieron estos campesinos que ahora ya salieron y estamos mejor, pero no estamos tranquilos de verdad, porque el gobierno tiene que comprar otras tierras entonces para ellos...

 

            Margarita, quiero que me cuentes ahora un poco de tu historia, tu familia...

            Como vos sabés, en los años 60 y 70 mi pueblo aché fue masacrado, fue perseguido por la dictadura, mataron a casi toda mi gente, nos quitaban forzado de nuestras tierras. Los matadores de los aché, cuando había niños los vendían, entre esos niños también estoy yo, ellos me quitaron de mi familia y me vendieron a otra familia

           

            ¿A quiénes te vendieron?

            A una familia paraguaya.

 

            ¿Hasta cuándo estuviste con la familia paraguaya?

            Yo estuve mucho, hasta los 16 años por ahí que yo estuve con ellos.

 

            ¿Después los seguiste viendo?

            Ahora hace mucho que no les veo más porque tengo tanto trabajo...

 

            ¿Y cómo te trataron?

            Me llevo bien con esa familia, la señora es un poco ... un carácter muy fuerte tiene ella. Nunca me dio amor, así... de madre ¿verdad?, pero mi papá era... yo lo digo siempre, mi papá era un señor ejemplar, era muy bueno el señor. Hasta cuando murió, él vino junto a mí y me pidió perdón y por eso yo siempre lo llevo en mi corazón a él (se emociona). Yo le soñé, era la cena y él me dijo: mi hija quiero que me perdones -me dice. ¿Y por qué papá, le digo? Yo no te di mi apellido -me dice. Eso ya terminó papá, le dije, eso ya terminó. Yo tengo mi nombre, tengo mi familia, soy feliz. Quiero que me perdones por eso... Yo te perdoné hace mucho, no tengo rencor contigo -le dije. Bueno, ahora voy a cenar -me dice... Había sido que murió esa noche.

 

            ¿Te pidió perdón en un sueño?

            Sí, así fue.

 

            ¿Pudiste ir a la escuela?

            Yo entraba a la escuela, pero no tenía documentos.

 

            ¿No te hicieron los documentos personales, cédula de identidad...?

            No, mi hermana y eso eran todos docentes, entonces ellos me llevaban..., entraba a la escuela así, pero no sé, era falsa...

 

            ¿Alguna experiencia linda o no tan linda que recuerdes de esa época?

            Nunca tuve un apoyo así, por ejemplo, de la señora, nunca tuve apoyo..., yo le contaba lo que me hacia la gente, me quisieron violar. Yo le conté eso a mi mamá, le dije, pero ella no me creyó y me dijo que "Ese señor no podía ser". Desde esa vez yo dije: ¿será que ella es mi mamá o por qué ella no me cuida?

 

            ¿Y después...?

            Bueno, como viví quince años encerrada, casi en una jaula ¿verdad?, sin amigos, sin nada y llegué a mi pueblo aché, a la comunidad de Chupa Poú, era como una libertad inmensa... Allí yo llegué y era como una libertad muy grande, ¿verdad? Me equivoqué en muchas cosas, tuve un hijo y después de tener ese hijo parece que senté cabeza, ¿verdad?, y me dije: no debo seguir así, yo vine aquí a ayudar a mi gente, porque cuando yo pasaba mal, cuando no conocía a mi pueblo decía siempre: yo voy a encontrar a mi mamá, a mi papá y voy a ayudarles ¡yo voy a ayudarles! Bueno, entonces, como no encontré a mi mamá ni a mi papá, casi que me amargué mi vida, no me importaba nada a mí, no sé, no pensaba en nada. Entonces un día, cuando pasé hambre, mucha hambre, mucho frío, mi vida era muy difícil porque yo tenía otras costumbres distintas a las de mi pueblo, ellos pasaban horas, días, esperando..., comiendo lo que tenían, entonces ahí quise ayudar a mi pueblo.

 

            ¿Cómo querías ayudar a tu pueblo?

            Para mí demasiado difícil era, hice muchas cosas que no debería hacer y tuve un hijo y a partir de eso yo pensé ayudar a mi pueblo en enfermería, era promotora de salud, cuidado de salud y eso, pasaba mis horas libres así, me capacitaba, me gusta mucho, no sé, tengo una inteligencia enorme en el tema de salud, me gusta muchísimo, entonces trabajé en eso...

 

            ¿Y quién pagaba tu salario?

            Los misioneros me pagaban, ellos me daban de comer, me ayudaban ellos en esa época y ahora tengo tres hijos, dos varones y tengo una nena.

 

            ¿Tenés esposo?

            Sí, tengo, dos de mis hijos no son de mi esposo, el de ahora, uno solo, la nena es su hija, pero él les quiere igual como sus hijos, dos son ya mayores, vivimos muy felices.

 

            Hablame de tus hijos...

            Mi hijo uno, el mayor, tiene 32 años, es docente y trabaja en mi comunidad, él sí anda detrás de mí, él es mi sucesor, yo le digo las cosas, le hablo, él ve..., él pasa conmigo mis sufrimientos, y el otro de mis hijos no estudia, es el del medio, él es un niño, tiene 20 años y la nena tiene 17 años. Ya soy abuela de seis nietos.

 

            ¿Y cómo se organizan para la subsistencia?

            Trabajamos en la chacra, nosotros tenemos yerba orgánica, la comunidad tiene yerba orgánica. Soy líder de esa comunidad, los hombres trabajan todos juntos.

 

            ¿Cómo se divide el trabajo entre los varones y las mujeres?

            No hay división, cuando hay plantación de yerba mate nosotros trabajamos todos, hasta los niños trabajan con nosotros, llevamos las semillas, ellos hacen los hoyos, plantan, plantamos todos juntos, los niños también, comemos todos juntos, siempre estamos unidos así, entonces el trabajo es de una comunidad.

 

            Tienen chacra comunitaria, ¿y tienen también una chacra familiar?

            Sí, después tenemos nuestra otra chacra particular, ahí tenemos mandioca, maíz, poroto, maní, eso... es lo que nosotros trabajamos todos los días, hay días cuando se necesita trabajar en la chacra comunal entonces nos vamos todos ahí.

 

            ¿Y quién les compra?

            La yerba mate orgánica la vendemos directamente a Estados Unidos, y nosotros -yo con mi familia- tenemos una media hectárea de yerba mate que mi esposo cuida, eso es aparte.

 

            ¿Quién les ayuda en la venta?

            Nosotros hemos conseguido, por medio de un antropólogo, a un empresario que trabaja con yerba mate y la vende en Estados Unidos, él es el dueño. El señor -el empresario- viene a nuestra comunidad, hicimos un proyecto para seguir plantando y él nos da los porcentajes de la venta de la yerba mate, o sea, trabajamos para él.

 

 

           

            Ustedes tienen mucha artesanía como pueblo aché. ¿La comercializan?

            También hacemos artesanía cuando nos piden, para ir a hacer feria y para eso hacemos en cantidad. Lo que más se pide por los aché es el arco y la flecha, eso es lo que se quiere mucho más.

 

            ¿Qué actividades tienen en la comunidad los varones y las mujeres?

            En la casa, nosotras, como todas las mujeres, de mañana ponemos desayuno. Tomamos mate, desayunamos, ponemos la mandioca, en especial siempre tiene que estar la mandioca y después limpiamos las casas o las ropas, hay algunas que tienen muchos niños y tienen que estar cuidándolos todo el tiempo y después ya no es más forzado. Algunas mujeres ayudan a sus esposos también, y algunas veces hasta los niños. Depende eso de los pueblos indígenas, algunos son muy machistas pero los aché no es tanto así, depende de los trabajos, los esposos vienen a compartir los trabajos de la casa también, siempre hacemos juntos las cosas.

 

            ¿Cómo llegas a interesarte en la política?

            Yo para llegar a la política fue así... En el departamento de Canindeyú está la reserva Mbaracayú, allí hay una asociación, un conjunto de personas que defienden las reservas y sus alrededores, son campesinos, indígenas, empresarios, ganaderos, todo eso. Nosotros nos juntamos allí y cada uno defendemos y hacemos nuestro proyecto para que la Fundación Moisés Bertoni nos ayude. Y nuestro sistema de comunidad ellos aprecian demasiado, porque nuestra comunidad es distinta a todas las otras.

 

            ¿Más organizada?

            Sí, más organizada, más unida, mi comunidad me apoya mucho y siendo mujer me valoran muchísimo. Llegamos a una reunión en la Fundación Mbaracayú y allí es que ellos decidieron, mis compañeros decidieron para que yo entre en la política, para ver si una gente de Canindeyú puede llegar al Parlamento, yo nunca decidí entrar en la política, uno porque no me gusta la forma como veo, como a la gente le pagan, le usan para la ocasión, por eso yo nunca me interesé en la política. Pero fue tan rápido, mis compañeros de la organización me dicen: vos tenés que irte, vos sós especial, te vamos a apoyar.

 

            ¿La familia te apoyó?

            Mi esposo también me apoyó, me apoyó mi familia toda, para el pueblo aché era la primera vez, nunca se nos dio esto, ni yo me imaginaba...

 

            ¿Y en el movimiento político tuviste apoyo?

            En la política hay mucha lucha, ahí mismo en la política, en el movimiento Tekojojá hubo muchísima discriminación porque estábamos muchas mujeres y era una lucha. Te discriminan, yo al entrar dije no, si es así yo no voy a entrar y los otros compañeros me decían no, vos tenés que entrar, hice lo que mis compañeros me dijeron y empecé a trabajar muchísimo por la campaña de Lugo y mucho trabajé.

 

            Imagino que en tu comunidad habrá otros liderazgos. ¿Cómo vieron tu candidatura al parlamento?

            Hay líderes también, como decimos nosotros un líder de los viejos, sí hay, yo soy más líder así de afuera, tengo que buscar proyectos y esas cosas. Yo le pedí consejo a mi pueblo, ellos me dijeron: "si a vos te queda bien, adelante, nosotros vamos a acompañar", y así fue que entré a la política.

            ¿De dónde surgió la posibilidad de entrar como Presidenta del INDI? ¿Quién te ofreció?

            En Tekojojá nosotros como políticos, después de todo lo ocurrido, de todo lo que pasó, después de las elecciones, de todo eso, uno evalúa los trabajos. Quiénes han trabajado mucho más, yo trabajé muchísimo con el senador Sixto Pereira, he trabajado muchísimo con ellos, a los campesinos les gusta cuando yo les hablo, les gusta, pero no tuve la suerte de llegar al Senado, no tuvimos esa suerte porque hubo muchísimas trampas. La presidencia del INDI se le dio a otra señora.

 

            ¿Otra mujer indígena?

            No, no, no es indígena, pero el compañero Sixto dijo que ella no merece estar ahí. Entonces evaluamos, yo les dije: si ustedes me van a acompañar, yo voy a estar, porque yo no tengo gente, yo no tengo nada. Y así fui presidenta del INDI.

 

            Y ahora que ya pasó bastante tiempo de tu salida, ¿qué te obligó a dejar el cargo? En ese tiempo los medios de prensa mostraban la presión que había en el INDI...

            Estoy contenta por lo que hice en esos cuatro meses, tenía mucho más que hacer pero en esos cuatro meses yo hice mucho más de lo que otros presidentes hicieron. Hice muchos convenios, con muchas instituciones, para que el indígena trabaje, para que los indígenas puedan estudiar, para que tengamos apoyo de otros ministerios. En esos meses hice todo lo que podía, fue todo tan rápido... y me aceptaron todos los ministros y todo a través de ese convenio agrario, los trabajos que se hacen en unión con el INDI, todo eso.

 

            Pero algo pasó... ¿No hubo voluntad política suficiente?

            Yo no tuve apoyo del ministerio, del ministro Galeano Perrone, con él lo que no pude, el ministro quería meter a su gente de confianza en la administración y yo no le permití. Si esa administración yo no voy a manejar, yo no voy a estar, le dije y por eso es que salí...

 

            Dicen que otras parcialidades no te apoyaban... ¿Ser mujer jugó en contra?

            El ministro le apoyaba a los guaraníes, entonces se produjo la división. Él mismo hizo esa división para que yo salga, porque yo le dije al ministro, la administración no te voy a dar. Eso fue lo que el ministro hizo, después la mayoría de la gente estuvo a mi favor, tuve un pequeño problema con los guaraníes, ellos son demasiado machistas, parece que les dolió que una mujer, primera mujer indígena, esté en la presidencia del INDI. Les dolió muchísimo, y más ellos se pusieron en mi contra, entonces no tuve apoyo de ellos. Ellos empezaron la manifestación y apoyada por el ministro...

 

            ¿Qué hay que mejorar o cambiar en el INDI para que sea más eficiente?

            Yo lo que creo que el INDI debe ser un ministerio, se tiene que hacer de él un ministerio, porque tiene que ser independiente, no depender de otro ministerio y estar peleándose uno con el otro para mayor manejo. Mi ilusión es hacer un Ministerio de los Pueblos Indígenas.

 

            Vos, Margarita, estás formada en dos culturas, ¿cuesta ser de dos mundos a la vez?

            Lo que a mí mucho me costó y hasta ahora mismo es... yo me acostumbro demasiado de las cosas de afuera, el estar hablando por ejemplo, nosotros siempre estamos hablando, discutiendo cosas. Los pueblos indígenas no, ellos no hablan, ellos no tienen problemas... o parece que no hay problemas..., hablan poco, ellos se olvidan, ellos no tienen para el mañana, no piensan para el mañana ¡yo sí demasiado pienso!, entonces esa es mi mayor preocupación. Ellos de mañana vos le ves o por la tarde vos le ves y ahí están..., se divierten, juegan partido, vóley, lo que hay, ellos no piensan en nada...

 

            ¿Y vos en qué pensás para el mañana?

            Yo pienso mucho para el mañana, tengo que trabajar, tengo que dejar algo para ellos, yo digo así: si yo me muero qué va a ser de todos ustedes... ¡piensen! a los jóvenes por ejemplo, les hablo mucho, ustedes tienen que defender a su gente, defender sus tierras. Cada día vienen más problemas y ellos no piensan, ¡ellos se divierten! Entonces para mí el pueblo indígena no sufre por las cosas del mañana, ni piensa en los problemas que ha tenido. Yo, sin embargo, pienso demasiado en eso, entonces eso me perjudica muchísimo también a mi porque no puedo entrar en el mundo de ellos, aunque es mi mundo, me es difícil entrar en eso...

 

            ¿Probaste otras maneras para comunicarte?

            A veces a mí esposo le agarro le sacudo y le digo algo así (en mbocaja) ¡¡y escucháme na!! Qué es esto... y se ríe nomás de mí, hasta ahora no encuentro cómo..., es que ellos no piensan, no piensan...

 

            Vos me hablaste de la Biblia. ¿Eso aprendiste con la familia paraguaya?

            Yo digo la Biblia, hablo de eso siempre, estudio, eh..., como mi..., la gente que me crió son católicos, me exigieron, me mandaron a la Iglesia. Entonces desde pequeña he leído la Biblia pero nunca entendí nada de eso que había ahí, pero ahora leo y entiendo, hay muchas cosas de verdad, hay un gran espíritu que nos ayuda.

 

            ¿Cómo te gusta que te llamen?

            Yo soy Margarita, solamente Margarita, mi mamá verdadera me puso "Mbywangi"... Ese es mi nombre verdadero: Mbywangi es un animalito que se llama acutipá y ese me puso mi mamá, mi verdadera mamá. Y mi segunda mamá me puso Margarita, entonces, como no me reconocieron como hija legítima, tengo mis dos nombres: Margarita Mbywangi.

 

            ¿Cómo se presenta entonces Margarita Mbywangi ante la gente?

            Soy una simple mujer que valoro muchísimo las cosas que he recibido porque de mucho sufrimiento llegué a un lugar donde gente que mucho dinero tienen no llegan a alcanzar. Y eso yo valoro demasiado, he viajado a muchos lugares, a muchos países, yo, siendo pobre he conocido a muchos presidentes, he conocido muchas autoridades. No es que esté orgullosa por eso que hago, premio de mi sufrimiento... Fui una esclava y de ahí salí como algo victorioso ¿verdad?, siendo esclava desde mi niñez hasta los 16 años y a partir de ahí defendiendo el monte, defendiendo a mi pueblo, al pueblo aché, defendiendo nuestros derechos como pueblos indígenas llegué a conocer muchos países y a muchas autoridades, y llegué a la máxima autoridad de un pueblo indígena aquí en el Paraguay, que es ser presidente de los pueblos indígenas -INDI- y eso no todos lo consiguen y es la primera vez que una mujer lo consigue.

 

            Hay que seguir trabajando, ¿verdad?

            Sí, seguir trabajando hasta el último, hasta que, como dice la Biblia, cada uno nace, viene ya con su trabajo, porque seguramente después de mi habrá otro que luche también por las cosas. Mi lucha es más por la naturaleza, me duele muchísimo cuando hay mucha desforestación, me duele mucho cuando no se pueden usar las aguas, eso a mí me hace mucho mal. Entonces veo a mi pueblo y a mis hermanos que son más viejos, que están muy tristes, entonces ese es mi desafío para que ellos vivan más y que lleguen a su fin, mientras que se está deforestando, se acaba la tierra, el monte, les veo a ellos muy tristes, entonces para mí, no sé cómo compensarles con esas cosas, no puedo...

 

            ¿Qué rescatás del gran espíritu de tu pueblo?

            Ellos son muy espirituales, ellos creen en el espíritu y que el espíritu los defiende de toda maldad y que con un grito, con un llanto, el gran espíritu les escucha y les ayuda. Entonces eso lo que tengo muy lindo en mí, tengo esas cosas de ellos, entonces cuando estoy muy triste y tengo que hacer una presentación o tengo que hacer algo, uso lo que ellos hacen: el grito y el llanto, y eso me da fuerza porque, como dicen ellos, tenemos que dar gracias al que nos da la carne, al que nos da fruta, tenemos que dar gracias y tenemos que no solamente orar, sino con llanto que salga del corazón, es muy bueno eso.

 

 

 

 

LORENA MÉNDEZ DE GUSTAFSON:

EL ROSTRO FEMENINO DE LA EMPRESA

 

"La condición de mujer no considero sea un obstáculo, al contrario,

es una oportunidad para desarrollar e incursionar en nuevas áreas

que en otros tiempos no fueron consideradas muy femeninas".

 

 

            La conocimos en el Foro de Mujeres del Mercosur, Capítulo Paraguay, a pesar de su agitada vida entre la familia y el mundo del trabajo, se hizo de tiempo para asumir como representante del sector empresarial de la organización en la nueva Comisión Directiva. A aquella reunión del Foro llegó sobre la hora, sin perder la sonrisa y con su pequeña hija de la mano. Es la Vicepresidenta de la Unión Industrial Paraguaya -la primera mujer en 75 años de vida institucional- comentó otra destacada compañera, Pacha Fernández. Emprendedora, pero de perfil bajo, Lorena lleva en la sangre el empuje y los desafíos heredados de su madre y de su padre. Se considera, ante todo, "muy agradecida con la vida": Con ella nos resultó más práctico intercambiar preguntas y respuestas vía mail más conversaciones telefónicas, en medio de sus viajes, congresos y compromisos familiares.

 

            Familia...

            Mis padres son Néstor Méndez Núñez, María Antonia Meza de Méndez (fallecida en 2005), mis hermanos: Oscar Ariel y María Teresa Méndez Meza.

            Mi padre es Licenciado en Contabilidad y Administración de Empresas, él había nacido en Villeta; mi madre fue educadora, nacida en Asunción, ambos trabajaron desde muy jóvenes, realizando varios trabajos en simultáneo. Nos inculcaron disciplina, responsabilidad, respeto, austeridad y amor al trabajo. En 1976 deciden comprar una sociedad anónima con el giro comercial de una industria gráfica, así tuvieron su propia empresa y administraron los horarios en la casa. Fue así como GRÁFICA ASUNCENA S.A. pasó a manos de nuestra familia. La sociedad tenía muchas deudas y el personal estaba desmotivado. Mis padres, con mucho sacrificio y sin ser expertos en el área gráfica, pudieron revertir esa situación desalentadora. En la actualidad, la segunda generación está administrando la industria, la presencia de mi padre en el área financiera es de suma importancia, porque además de transmitir la experiencia, es el pilar fundador, el que mantiene el espíritu que motivó el crecimiento y que la empresa esté a la vanguardia.

 

            ¿Qué recordás de tu infancia que te haya marcado?

            Mi madre fue educadora -entre otras instituciones educativas- del Colegio Cristo Rey (de la congregación de padres jesuitas), del cual somos todos ex alumnos, iniciamos y completamos el ciclo primario y secundario en el colegio. Ella enseñaba el nivel inicial (primer y segundo grado) y como hija mayor, la acompañaba a la salida del pre escolar. Cuando le tocó ser mi profesora, se retiró del colegio para trabajar en forma independiente, desde su propia empresa. Los años de enseñanza en el colegio, el cariño de sus alumnos (hoy amigos míos), las profesoras y directores del colegio, han marcado mi vida, llena de atenciones, amor, contención. Son recuerdos muy gratos de la infancia, como acompañar las excursiones de fin de año, festivales, etc., compartiendo con niños y profesores, ello nos dio seguridad, pero sobre todo, lo más importante, crecimos rodeados de amor.

 

            ¿Cómo se conforma hoy tu familia?

            A los 20 años me casé con Cristian Gustafson Pérez, llevamos veinte años de casados y tenemos tres hijos: Andrés (17), María Sofía (15) y María Victoria (5), muy cariñosos, respetuosos, responsables, brillantes alumnos, con mención de honor todos los años. Cursan en el colegio St. Anne School, con doble escolaridad, en lengua inglesa, para optar al título de IB- Bachiller Internacional.

            Mi esposo, además de atento y cariñoso, es muy compañero, compartimos las responsabilidades de la casa y la educación de los hijos. Es muy activo, emprendedor, él nos transmite seguridad y también su experiencia en las actividades cotidianas. Es el penúltimo hijo de siete hermanos, tengo cuñados y sobrinos con quienes conformamos una familia muy numerosa, pero sobre todo unida.

 

            Para poder desarrollar tantas actividades, ¿contaste con personas que te apoyaron?

            Sin lugar a dudas, la familia es el principal apoyo en la vida de una persona, en mi caso, es el pilar fundacional. Al terminar el colegio me inicié trabajando en la empresa familiar, en el área administrativa, luego de la facultad, tras haberme casado y la maternidad al tercer año de la facultad no interrumpieron mis labores.

            Mi esposo Cristian me ha dado su incondicional apoyo y me acompañó en las decisiones y compromisos asumidos, compartiendo las responsabilidades del hogar y la educación de los hijos.

            Mis hermanos, en especial mi hermana María Teresa, quien por ser la menor y la última en casarse, colaboró muchísimo conmigo, especialmente con mis hijos mayores, cuando debía ir a la facultad, generalmente llevaba a casa de mis padres a los pequeños. Ella es maestra parvularia y psicóloga y, por su carácter jovial, es muy compinche de mis hijos, tienen una relación de amigos.

            Soy muy agradecida con la vida, mis padres, hermanos y con todas las personas que en forma directa e indirecta me apoyan y apuntalan y, muchas veces sobrestiman, las amigas de la APEP: Natividad Fernández de Fontclara (Pacha), Aida Montalbetti de Cubilla, Celsa Medina de Llano, todas ellas socias fundadoras, Past Presidentas, han promocionado mi persona en distintos ámbitos, es decir han confiado en mí para asumir cargos tan relevantes y caros a mis afectos, ante todo son mis consejeras, amigas, cuasi madres en el camino de la fe, el amor y el trabajo.

 

            ¿Algún pasaje difícil de transitar?

            Un momento crítico en nuestra vida fue la pérdida de nuestra madre María Antonia, a los 66 años, era el pilar de la familia y de la empresa, la cara visible y el contacto primero con los funcionarios, tenía una relación muy personal y familiar, llevó su vocación de educadora a todos los ámbitos en los que le cupo desempeñarse. Nos ha llevado tiempo reorganizar la estructura empresarial, nuestro padre ha sabido delegar responsabilidades en nosotros y a la vez sentirse acompañado por la familia.

 

            ¿Y los obstáculos que se te presentan, cómo los transitas?

            Puedo decir que hasta el momento no he tenido grandes obstáculos en la vida empresarial/profesional, quizá mi carácter colabore con ello. La alta competitividad profesional, estar siempre actualizados en información, tendencias, nos obliga a salir del país en busca de conocer e innovar procesos, abrirnos a nuevos mercados.

 

            ¿Algunos por tu condición femenina?

            La condición de mujer no considero que sea un obstáculo, al contrario, es una oportunidad para desarrollar e incursionar en nuevas áreas que en otros tiempos quizá no fueron consideradas muy femeninas. El siglo XX ha marcado la incursión de la mujer hasta entonces muy comprometida con los roles reproductivos y de educadora de los hijos al ejercicio de la profesión, al rol de empresarias, con su aporte al mundo económico.

            Quizá la nota reiterativa al inicio en las reuniones sociales sobre todo, era asociarnos como esposa de algún representante, nunca me sentí molesta, por el contrario, ha sido un halago. Además nosotras siempre vamos en grupo, nos acompañamos, tenemos un grupo muy unido

 

            ¿Cómo fueron tus primeros pasos en el gremialismo?

            Mi madre fue fundadora y Past Presidenta de la APEP (Asociación Paraguaya de Empresarias, Ejecutivas y Profesionales) en el periodo 1995-1999, fue con ella cuando incursioné en el mundo gremial-empresarial de la mano de la APEP Desde el inició en la Asociación estuve como integrante de la Junta Electoral presidiéndola por varios años y luego en la Junta Directiva, como miembro titular y luego en la presidencia en el año 2007 hasta el año 2011.

            Fui socia de la Cooperativa de Mujeres Empresarias (COOMEP) fundada por la APEP, en la cual estuve como integrante de la Junta Electoral.

 

            Una de las estrategias de los movimientos de mujeres ha sido la conformación de redes, en el caso de las mujeres empresarias, ¿cuál ha sido su valor?

            El trabajo en redes es fundamental para que sean visibles los proyectos desarrollados, de lo contrario es muy difícil llegar al objetivo, produce frustración en el equipo no cumplir con las metas trazadas y generar expectativas entre los miembros de la asociación que muchas veces no se cumplen. Hemos dado especial énfasis en destacar a la mujer emprendedora en diversas áreas: profesional, industrial, comercial, servicios. Nuestra asociación es miembro de los gremios empresariales: FEPRINCO (Federación de la Producción, la Industria y el Comercio), Unión Industrial Paraguaya (UIP) y Cámara Nacional de Comercios y Servicios del Paraguay, con representación de la APEP en el Consejo Directivo y la Junta Directiva, ello nos permite dar a conocer nuestra visión en los diferentes temas: económico, social, cultural.

 

            ¿En qué proyecto por ejemplo?

            Un proyecto digno a destacar es el proceso participativo que lideró la APEP para la elaboración del proyecto de Ley MIPYMES (Micro, pequeñas y medias empresas) fue un trabajo conjunto del sector público-privado, coordinado por el Ministerio de Industria y Comercio. Como resultado, se ha conformado el GRUPO IMPULSOR MIPYMES integrado por más de ochenta instituciones, gremios y representantes del sector público. En la actualidad, la ley fue sancionada y el grupo impulsor se halla abocado a la reglamentación de la Ley. Es una Ley que tiene un alto impacto social-económico ya que nuestra economía se compone en más del 75% de micro y pequeñas empresas, con el 85% de ellas lideradas por mujeres. De ahí el compromiso de la APEP en articular las acciones que fueran necesarias para lograr este instrumento legal que permitirá ingresar a la economía formal a miles de micro empresas y con ello se permitiría un mayor acceso a fuentes de trabajo dignas para muchos jóvenes.

 

            ¿Y cómo llegas a la Presidencia de la APEP?

            La dedicación al gremio, que implica trabajo en equipo, administrar talentos de los integrantes de una Junta Directiva y captar el interés de los asociados es una tradición familiar. Mi padre fue presidente de la Asociación de Industriales Gráficos del Paraguay, presidente de la Unión Industrial Paraguaya, presidente de Feprinco. Mi madre fue presidenta de la APEP, integrante de la Junta Directiva de la Asociación de Industriales Gráficos y de la Cooperativa de Mujeres Empresarias. Es un proceso de crecimiento y madurez, y un privilegio haber acompañado a mis padres en las actividades y reuniones gremiales, comprender el sistema de trabajo, reconocer las fortalezas y las debilidades de los gremios ha contribuido, sin dudas, a mi experiencia en esa área.

            Las mujeres que han promocionado mi candidatura a la presidencia de la APEP, amigas y compañeras de mi madre, han sido el soporte fundamental para continuar la trayectoria de la APEP y dar el empuje que permita el crecimiento de la asociación. Una experiencia de inmensa satisfacción, con la contraparte del compromiso que involucró a mi familia entera.

 

            El rol de tus padres ha sido doble: acompañarte en tu crecimiento personal y también en el empresarial... luego el salto a la Vicepresidencia de la Unión Industrial Paraguaya ¿qué significó para vos ocupar un cargo tan "codiciado" y a la vez visibilizado?

            Considero que el buen trabajo desarrollado desde la presidencia de la APEP, visibilizar al gremio, destacar y promocionar los proyectos emprendidos por las mujeres, ha contribuido a conquistar este espacio. Me inicié en la UIP como miembro de la Comisión Revisora de Cuentas, por tres períodos. Al culminar el periodo me postulé como miembro titular de la lista "Renovación con Experiencia" con el Ing. Eduardo Felippo como presidente, luego de unas votaciones inéditas en la institución con la concurrencia de más de quinientos socios y gremios, con lista abierta de candidatos, fui electa por el periodo de tres años como miembro titular, desempeñando por el mismo periodo la Vicepresidencia de Servicios Empresariales de la UIP, en setenta y cinco años de vida institucional tengo el privilegio y responsabilidad de ser la primera mujer en el ejercicio del cargo.

            ¿Cuesta...?

            Con sobrada razón es muy sacrificado y exigente desempeñar tan relevante cargo, es un compromiso que afecta el normal desarrollo de la actividad profesional, empresarial y familiar. Como todo proceso, mi incursión en un espacio hasta entonces muy masculino, llevó tiempo de adaptación para ambas partes. Lograr la confianza del Presidente de la UIP y de los miembros de Junta Ejecutiva es lo más valioso, existe un ambiente de compañerismo, respeto y de inclusión, en la que todos estamos dispuestos a aprender y enriquecer con la experiencia compartida.

            Sé que me caracteriza la llegada tardía a los compromisos y reuniones, los recordatorios e insistencias con el horario, son muy frecuentes, tengo la mejor buena voluntad y el firme propósito de corregir esta falencia, muchas veces la superposición de compromisos sobrepasa mi capacidad. Siento mucho no acompañar a mis hijos en todas las actividades, ellos son muy comprensivos y mis compañeros de Junta de UIP también.

 

            El mundo del dinero, el poder que genera la macroeconomía, sigue teniendo un signo muy masculino, ¿Qué le suma la mirada femenina?

            La conciliación de roles, la vida familiar y el trabajo, la incursión de la mujer en el mundo económico-laboral, el crecimiento de mujeres en número y jerarquía, el sentido de la empresa dentro de la sociedad permite que la mirada femenina tenga una aceptación y ha significado el éxito de muchas empresas. No debemos caer en sobre adaptación de roles y comportamientos masculinos, al contrario, debemos animarnos a proponer cambios, así como a visualizar las ventajas y responder con renovado compromiso, alta idoneidad y valores en el mundo laboral.

 

            ¿Cómo ves al empresariado paraguayo? ¿Cuáles son las fortalezas y, a las vez, que falta todavía en relación al afuera?

            El empresario/emprendedor nacional se halla muy comprometido no solo con su empresa, ha dejado de ver a la misma como el centro, la empresa es un componente fundamental de la sociedad, por ello su compromiso social y la responsabilidad con el medio ambiente. La educación, no sólo escolar, terciaria y universitaria es una enorme falencia y depende de nuestro compromiso con el sector público para que mejoren las condiciones, necesitamos de jóvenes motivados y capacitados en un mundo cada vez más globalizado y tecnológicamente competitivo. Necesitamos mayor inversión en investigación, tecnología y capacitación para generar fuentes de trabajo a miles de jóvenes que se encuentran en edad de ingresar al mundo laboral.

 

            El tema de la responsabilidad social en las empresas es un concepto bastante actual de puente hacia la comunidad ¿hay empresas innovadoras en este sentido y cuál está siendo su aporte?

            La responsabilidad social empresarial es un concepto que muchas veces es visto como necesario para la competitividad de grandes empresas, pero la experiencia nos ha demostrado lo contrario, muchas empresas pequeñas en cuanto a número de funcionarios han implementado con gran éxito programas de Responsabilidad Social extendiendo los beneficios a la cadena de proveedores. Debemos iniciar con pequeñas acciones orientadas a nuestros clientes internos (funcionarios y colaboradores) generando cambios de actitud y formas de trabajo, fortalecer los lazos de compromiso interno para luego trabajar con la sociedad. La RSE es una necesidad como herramienta de competitividad mundial, que demuestra nuestro compromiso ambiental-social- personal que en muy pocos años abarcará a todas las empresas como componente de certificación de calidad.

 

            Contame en qué proyectos estás embarcada...

            Como vicepresidente de Servicios Empresariales de la UIP, soy la responsable del Área de Capacitación y Consultoría, gerente general del Centro Paraguayo de Productividad y Calidad (CEPPROCAL), hemos capacitado el año 2011 a cuatro mil cien personas tanto en cursos abiertos, cerrados en las empresas, como también consultorías. Hasta el año 2010 se han desarrollado proyectos con la cooperación japonesa de la JICA, en la actualidad Cepprocal es auto sustentable con las actividades desarrolladas, contamos con la asistencia de expertos japoneses en las áreas de consultoría, nuevos negocios, productividad, con el propósito de innovar y fortalecer las industrias paraguayas.

            Hemos desarrollado cursos en el marco de las licitaciones de SINAFOCAL (Sistema Nacional de Formación y capacitación laboral) dependiente del Ministerio de Justicia y Trabajo, en cursos de Maestro mayor de obras, diseño y colocación de aberturas de aluminio, especialista en productividad y calidad, apostando a la educación de jóvenes que se inician al mundo laboral.

 

            ¿Cómo percibís el proceso paraguayo? ¿Aprendizajes, desafíos?

            La apertura de nuestro país al mundo democrático luego de treinta y cinco años del régimen dictatorial, es un proceso que lleva tiempo, porque son generaciones que deben re aprender procesos y adaptarse a las nuevas exigencias. La educación juega un papel fundamental y sabemos nuestro gran déficit. El compromiso del sector público-privado es fundamental para emprender políticas públicas de apoyo e incentivo en las áreas fundamentales para nuestra sociedad: educación, salud, infraestructura.

 

            ¿Cuándo estás cansada... parás?

            Me gusta hacer caminatas/trotes en el parque Ñu Guazú o en el Parque de la Salud, dependiendo del tiempo con que cuente, me encanta el aire libre, estar en contacto con la naturaleza, generalmente voy sola, así aprovecho el silencio para reflexionar y ordenar mis prioridades. Hago tenis con mi hija, así comparto con ella un momento diferente. Me gusta ver películas, así paso el tiempo a altas horas de la noche esperando el horario de buscar a mis hijos de las fiestas, de lo contrario corro el riesgo de quedar dormida.

            Disfruto dormir la siesta el sábado, aunque no sea tan frecuente, las plantas del jardín y mis mascotas (dos perros y un loro) me divierten, aprovecho el tiempo en casa para atenderlos.

 

            Sos una persona...

            Soy una persona muy comunicativa, amiga, compañera, solidaria, paciente. Comparto con mi familia todos los momentos: alegres, tristes, de frustración y logros. Mis hijos y marido son mis compañeros y aliados, han hecho posible que gran parte de mi tiempo dedique al gremio y a las mujeres compañeras y amigas de la APEP, ellas forman parte de mi gran familia.

 

            ¿Una asignatura pendiente, un sueño?

            En lo personal tengo pendiente un posgrado en Administración de Empresas, quizá el próximo año pueda cursar. En lo empresarial tenemos pendiente la construcción del nuevo edificio para las instalaciones de la imprenta, debemos salir del microcentro limitante para la logística, además, me permitirá estar más cerca de mi casa.

            Sueño con ver más jóvenes y niños en las aulas, que estén mejor preparados, nosotros que tuvimos la oportunidad de acceder a una educación de primer nivel debemos ser actores principales en la relación armónica entre el sector público y el privado y generar políticas públicas que sostengan el desarrollo social-económico de nuestro país. Es el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos.

 

 

 

 

 

URUGUAYAS

 



ANA MARÍA MIZRAHI:

UNA VOZ COMPROMETIDA

 

"La conversación es un ejercicio que disfruto mucho".

 

 

            Su estilo personal marca la diferencia, detrás de sus lentes se perfila una aguda comunicadora, que por sobre todas las cosas sabe escuchar. Su primer trabajo en periodismo fue en radio. Empezó en los finales de los 80. En la década de los 90 escribió en una revista semanal, Posdata. En 1992 ingresó por primera vez a trabajar en televisión, fue productora periodística, periodista de exteriores y desde el año 2005, conductora en la Televisión Nacional de Uruguay. Actualmente conduce una revista informativa de 8 a 9 AM.

            En el año de los festejos del Bicentenario uruguayo se animó a integrar un elenco de mujeres -no todas actrices- en "También hicimos Patria", donde le tocó encarnar el personaje de la uruguaya María Eugenia Vaz Ferreira.

            La profesión le ha dado el don de la palabra justa, medida. Y la vida, un compañero -hijo de paraguaya- con quien ha formado una familia. Hubo que acomodar la antigua casa de larga escalera de un barrio cercano al Parque Rodó para la llegada de los mellizos, Inés y Federico. Ana María se considera una mujer más: "No soy nada original... me levanto a las 6 y nunca cierro antes de las 23".

 

            Recuerdos...

            El mejor recuerdo está vinculado con mis padres ya fallecidos. Ellos marcaron lo que soy actualmente. Nací en un hogar donde había mucho interés por informarse, por cultivarse, en mi casa se leían muchos libros y se escuchaba radio. Mi madre cocinaba escuchando la radio. Los fines de semana papá se levantaba temprano y compraba uno o dos diarios en el kiosco del barrio. Nací a la luz de esa formación, por eso no es una casualidad que me haya dedicado al periodismo.

 

            ¿Alguien periodista en la familia?

            No. Mis padres eran dos personas de la típica clase media uruguaya, tenían trabajos administrativos y les gustaba mucho ir al cine, ir al teatro y leer libros. Mi madre fue compañera de trabajo de Mario Benedetti (escritor uruguayo). De los tiempos en que Mario trabajaba en la Contaduría General de la Nación.

 

            ¿Cómo fueron tus primeros pasos en la profesión?

            Estudiaba Sociología cuando le confesé a mi madre que estaba confundida, me daba cuenta de que lo que estaba estudiando me interesaba, pero de modo tangencial. Recuerdo que a mi padre no le cayó nada bien mi confesión y fue mi madre la que me dijo que yo tenía alma de periodista. Me desconcertó. Le pregunté: ¿de dónde sacas que me interesa ser periodista?

            Ella me respondió: sos una persona muy curiosa y te gusta contar lo que ves.

            Mi mamá me recordó que en plena dictadura (1973-1984) habíamos ido, junto con mi padre, a un partido de básquetbol. En el partido se había armado lío, tenía 14 años y me metí en el medio de la cancha para ver lo que ocurría. Mi padre se preocupó mucho y cuando llegamos a casa me reprochó mi actitud.

            Nosotros estábamos en la tribuna y él me preguntó: ¿por qué bajaste a la cancha?

            Le contesté: quería ver de cerca para poder contarlo. Ese hecho que en su momento no significó nada para mi, con el paso del tiempo me di cuenta que tenía mucho que ver con mi forma de ser.

            Entre mis amigos me dicen Turca (mis abuelos paternos nacieron en Turquía) y una amiga en broma empezó a decirme "radio turca" decía que cuando hablaba le hacía acordar al locutor del informativo. Estas pequeñas historias hablan de mi presente

 

            ¿Cómo fuiste sorteando las dificultades? ¿Tenés presente alguna que te haya marcado?

            El proceso ha sido largo, han pasado veinticinco años. Mis primeros pasos los di haciendo una pasantía en una radio. Recuerdo que tuve maestros que me marcaron y fueron muy importantes en mi carrera, fue un proceso de acumulación y crecimiento, no puedo decir que tuve obstáculos importantes.

            Lo mío es principalmente esfuerzo, dedicación y aprendizaje permanente. Tuve oportunidades y modestamente creo que las supe aprovechar.

            En el año 1988 trabajaba en una radio uruguaya llamada CX 30 La Radio y me tocó seguir la campaña electoral del actual senador blanco Luis Alberto Lacalle. La cobertura periodística y que el Dr. Lacalle llegara a la Presidencia (1989-1994) llevó a que los responsables periodísticos me acreditaran para cubrir Presidencia de la República. Ahí entré en contacto con periodistas de otros medios de comunicación. Recuerdo que fue una colega la que recomendó mi nombre para trabajar en televisión.

 

            ¿Te sentiste alguna vez discriminada en el medio por tu condición de mujer?

            La estructura de poder es patriarcal. La mayoría de los que mandan en los medios son hombres. Sin embargo, esta situación empezó a cambiar principalmente en la televisión pública uruguaya (TNU).

            Trabajo en TNU desde el año 2001 pero fue en el año 2005, en el primer gobierno del Frente Amplio que una mujer llegó a la dirección del canal. De ahí en adelante mujeres y hombres han alternado en la conducción de las áreas estratégicas del canal.

            En los últimos años en los canales privados también empezaron a aparecer mujeres en los cargos de dirección. En la puesta al aire sin embargo, la derecha la siguen teniendo los hombres.

 

            ¿Qué falta?

            Creo que cuesta mucho democratizar las estructuras de poder, en ese aspecto la televisión pública está un paso adelante.

           

            Y en esta sociedad con características patriarcales ¿cómo compatibilizas tu vida privada con la profesional? Fuiste mamá primeriza de mellizos hace poco... ¿planificado...?

            No soy nada original si te digo que mi jornada comienza muy temprano. Me levanto a las 6 y entre mi actividad profesional y la atención de mis hijos nunca cierro el día antes de las 23.

 

            Pero postergaste por un tiempo lo que otras mujeres suelen hacer más jóvenes, ¿fue una elección?

            Fui madre recién a los 46 porque así lo determinaron las circunstancias. Cuando empecé mis primeras armas en el periodismo elegí afirmarme desde el punto de vista profesional, pero luego fueron las circunstancias las que me llevaron a quedar embarazada recién a los casi 45 años. Tengo hijos mellizos -Inés y Federico-.

 

            ¿Compartís las responsabilidades?

            Sí, con Pablo, mi pareja, los dos tenemos características similares en cuanto a que trabajamos muchas horas, pero también tenemos mucha presencia y estamos muy atentos a los niños.

 

            Pasemos a la vida pública... Dijiste que en la carrera no hubo vallas importantes. ¿Cómo fuiste conquistando tu espacio?

            Trabajé mucho y supe ser paciente. Un periodista debe buscar la verdad, lo debe hacer con responsabilidad y con independencia. No creo en la objetividad pero si en la honestidad intelectual. Mi verdad no tiene por qué ser la verdad. La verdad no es absoluta.

            Tengo un comportamiento esencialmente femenino, nunca competí por el poder. No me interesó y reconozco que me ahorró más de un problema. Reitero, las estructuras están armadas para que los lugares de poder los ocupen los hombres.

            Hay una cuestión cultural que ha ido cambiando pero no del todo, las mujeres se debaten entre el interés y el desinterés por mandar.

            Mi carrera profesional no es lo único a lo que le dedico mi tiempo, también están mis hijos, mi pareja, mi única hermana y mis amigos.

 

            ¿Cuál es la relación entre la ética, la ideología propia y la noticia? ¿Cómo conviven?

            Los periodistas somos un vehículo de comunicación. La realidad es compleja y la gente necesita herramientas para poder comprenderla. Los periodistas tenemos una responsabilidad social y esa responsabilidad es un mandato ético. Este mandato ético me lleva a buscar la verdad desde la honestidad intelectual

            Albert Camus decía: "podernos no saber cuál es la verdad, pero sabemos muy bien cuál es la mentira".

            Trabajo todo el día con información y siempre trato que la misma tenga contexto. Es decir, una información que no está contextualizada no está lo suficientemente bien brindada. La inmediatez no nos puede hacer olvidar porqué suceden los hechos

 

            ¿Hay una forma femenina de abordar o seleccionar las noticias o entrevistas?

            Si bien no creo que haya una forma femenina de dar las noticias, las organizaciones de mujeres aportaron mucho en la lucha por el cambio en el lenguaje y en la concepción. Te doy un ejemplo: en los medios de comunicación los hechos de violencia doméstica eran calificados como de dramas pasionales. Los diarios titulaban "En drama pasional: un hombre mató a su esposa". Hoy día el drama pasional es violencia doméstica, es violencia contra la mujer, es contra sus hijos. En este cambio, el trabajo de las organizaciones de mujeres jugó un papel fundamental.

 

            Entre las entrevistas realizadas, ¿algunas especiales?

            En una cárcel entrevisté a mujeres que habían asesinado a sus parejas y por ello estaban presas. Alegaban legítima defensa. Acabaron con la vida de sus parejas y esos crímenes fueron productos de la violencia a la que ellos las sometían. Para mí, sus testimonios fueron conmovedores. Después de escucharlas comprendí en lo más profundo de mí ser lo que aquellas mujeres habían vivido para tomar la decisión que asumieron.

            Por primera vez entendía lo que era la violencia doméstica.

            Salí de allí pensando que sí a mi me tocaba vivir algo similar quizás hubiera actuado igual que ellas.

            La otra entrevista que me resultó impactante fue cuando le hice un reportaje a un ex militante del MLN Tupamaros que había ejecutado a un militar en el año previo al golpe de Estado en Uruguay (1972). Esta entrevista, que fue emitida en la televisión pública de Uruguay (TNU), me valió un juicio que me iniciaron los familiares del militar asesinado.

 

            ¿Por qué decís que te valió un juicio?

            La hija del coronel que había sido ejecutado por el ex militante tupamaro me hizo juicio penal y civil porque decía que yo le había causado daño moral por haber emitido la entrevista.

            La justicia uruguaya entendió que, como periodista, no tuve responsabilidad sobre los dichos del ex militante tupamaro, que había actuado con objetividad y rigor, que no se me podía condenar por no censurar una entrevista pregrabada y que fue emitida sin cortes.

            El ex militante tupamaro se llama José Luis Rodríguez, cayó preso poco después del atentado y estuvo en prisión hasta 1984. Actualmente vive en el extranjero.

 

            ¿Quién fue el militar asesinado?

            El militar asesinado era el coronel Artigas Álvarez, hermano del dictador Gregorio Álvarez (Presidente de facto entre 1981-1985). Actualmente Álvarez está preso por crímenes cometidos durante el régimen militar.

 

            La justicia uruguaya se ha pronunciado en la condena al terrorismo de Estado... en Paraguay todavía no como hubiéramos deseado... ¿Recordás algún caso que te haya movilizado como noticia?

            Comprendí cabalmente la violencia que desataron las dictaduras en América Latina cuando conocí y entrevisté a Anatole y Victoria Julien. Ellos habían sido secuestrados en Buenos Aires y abandonados en una plaza de Valparaíso, Chile. Tenían 4 y 2 años, respectivamente. Sus padres habían sido asesinados en Buenos Aires. Los militares se los llevaron, los subieron a un avión, y los dejaron abandonados en una plaza. Habían pasado 30 años cuando los conocí y les pedí que volviéramos aquella plaza para realizar la entrevista y aceptaron.

 

            ¿Qué te atrae de entrevistar?

            Mi tarea es buscar información. La entrevista en definitiva es eso, sobre la base de conversaciones con personas conocidas y anónimas obtener información. El tipo de entrevistas que realizo son principalmente para conocer la actividad de personas que con sus acciones repercuten en la vida de los otros. Mis entrevistas son principalmente a políticos, actores sociales, economistas, intelectuales, entre otros. Intento que quien se interesa en mirar, escuchar o leer pueda tener alguna herramienta más para comprender el mundo en el que vivimos.

            La conversación es un ejercicio que disfruto mucho.

 

            Y la entrevistadora Ana María Mizrahi, ¿qué pregunta se haría a sí misma?

            Me cuesta más responder que preguntar. Aunque vivo el presente, trato de proyectar y preguntarme cómo será mi vida dentro de diez años...

 

            En este presente, ¿una definición personal?

            Soy una mujer trabajadora, más reflexiva y menos impulsiva que cuando empecé en el periodismo. Reflexiono mucho desde dónde pararme para mirar los acontecimientos y valoro la libertad y la independencia para poder informar.

 

            ¿Cómo ves a los países de la región en términos de alianzas y procesos compartidos?

            Creo en la unidad latinoamericana. Coincido en que para tejer acuerdos hay que dialogar, negociar y tener paciencia. Uruguay y Paraguay son dos países pequeños asociados a dos grandes, como son Brasil y Argentina, pero los cuatro tenemos un destino común.





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