ENCIERROS

Autora: MARICRUZ MÉNDEZ VALL

 Formato: Edición Kindle

ASIN: B095VPWYBX

 Año: 2021

Literatura Paraguaya

Algo desconocido irrumpe en el mundo, el Covid 19. Llegan los encierros, el miedo, la angustia, duelos y la incertidumbre de no saber qué vendrá. El poemario se sitúa en el contexto pandémico de un país latinoamericano, Paraguay, con sus propias contradicciones, pero que se asemeja mucho a otros países. La autora bucea en sus vivencias y emerge la palabra creadora como un hilo sanador, a veces catártico, reflexivo y crítico, pero de esperanza colectiva en tiempos donde la muerte se enseñorea.

Si bien es un libro con hondura poética y temática, es de sencillo lenguaje y fácil de abordar, tanto para ávidos lectores como para los que no son tanto. Los lectores podrán sentirse identificado/as en los diferentes poemas, cuyos títulos abarcan una gama de los sentimientos humanos que nos atraviesan en esta pandemia, más allá del sexo, edad, formación o nacionalidad.

Índice de contenido

1. Agradecimientos
2. Prólogo
3. Palabras liminares
4. Capítulo 1: Irrupción
   1. Restos
   2. Haikus en cuarentena
   3. Tregua
   4. Ollas embrujadas
   5. La flor y el gallo
   6. A(isla)miento
   7. Inventario
   8. Mudando
   9. Oficio de hija
   10. Voz profunda
5. Capítulo 2: Estados de ánimo
   1. Desamparados
   2. Descreimiento
   3. Disputa
   4. Espera
   5. Extrañamiento
   6. Heridas
   7. Identificación
   8. Inercia
   9. Intento
   10. Las cosas por su nombre
   11. Lo inconcluso
   12. Mirar submarino
   13. Muros a medida
   14. Pandemia de amor
   15. Peñón
   16. Pesadillas
   17. Posibilidad
   18. Presencia
   19. Sin salida
   20. Sobras
   21. Vida
6. Capítulo 3: Lecciones
   1. Una mujer que limpia
   2. Agenda 2020
   3. Alivio
   4. Codicia
   5. Curiosidad
   6. Escape
   7. Hachazo
   8. Humildad
   9. Lección tardía
   10. Lluvia milagrosa
   11. Remembranza
   12. Sobrevivientes
   13. Tierra mía
7. Capítulo 4: Adioses
   1. Presagio
   2. Amigo
   3. Adioses
   4. Al compañero poeta
   5. Trago amargo
   6. Viaje
   7. Duelos
   8. Grito enamorado
8. Capítulo 5: Final abierto
   1. Diciembre
   2. Destino
   3. Encuentro
   4. Deseo
   5. Mi lugar
   6. Confesiones virtuales en días nublados
   7. El último poema
9. ¡HASTA PRONTO!
10. Maricruz Méndez Vall

Agradecimientos

Agradezco las bellísimas ilustraciones “hechas a medida”, de la poeta y artista plástica Gloria Marecos Rodas. Es el segundo poemario que me acompaña, con su acostumbrada generosidad.

A Osmar Sostoa Luraghi, poeta, psicoanalista y comunicador, cuyo prólogo desnuda mi voz interior con la empatía de quienes transitan caminos comunes.

A mi hermana Teresa Méndez-Faith, por su constante presencia activa en el proceso logístico, de edición y correcciones puntuales.

A mi sobrina Samantha Méndez, fotógrafa entre otras cosas, por encargarse de las tomas y la elección de la foto que acompaña este poemario.

A Patricia Luchin, colaboradora incansable, cuyos saberes creativos llegaron en el momento justo.

Asunción, mayo, 2021

Prólogo

Poesía fresca en el tufo pandémico

Maricruz Méndez Vall tiene la virtud de saber escuchar y no sólo por los laberintos auditivos, sino por todos los laberintos de la vida que le tocó hurgar, desde su temprana infancia hasta el presente. Ese pegar el oído a la tierra para escuchar los pasos que la transitaron y escucharse a sí misma desde las profundidades de sus vivencias son la pericia existencial que la constituye. Como poeta y apasionada exploradora del psicoanálisis, escucha, comprende, elabora lo aparentemente inefable y lo convierte en metáfora, accesible a ella y a todos.

Su poemario Encierros expresa ese transitar íntimo/extimo, en el cual lo interior y exterior se atraviesan mutuamente, se expresan como un todo y parte de un todo, un sinfín de entradas y salidas. Ella misma asume ese desafío laberíntico asida a un hilo de Ariadna, el cual se va desovillando como el hilo conductor que orienta sus pensamientos, deseos y sentimientos en estos hondos versos. Por eso, ella tiene una salida para sí misma y para nosotros, plasmada en este nuevo libro suyo, una obra de sus pujantes convicciones de esperanza, de su capacidad de rumiar las angustias y soledades, las incertidumbres, las estadísticas diarias de contagios y fallecimientos de esta apocalíptica pandemia, y de convertirlas en sereno denuedo que nos llevará pacientemente a despojarnos de este cautiverio.

El vivir, pensar y hablar, van dejándonos huellas indelebles en la memoria, con representaciones vívidas y simbólicas, que en la poesía se metabolizan como el esclarecimiento potente del futuro promisorio por el cual debemos lidiar. Pensadores de nuestro tiempo nos advierten de la situación y nos proponen opciones para encontrar salidas plausibles. Mientras meditamos en ello, la poesía nos llena de confianza y expectativas, nos sacude de la misantropía ciberespacial y consumista y nos lleva a buscar el abrazo real y solidario en los afectos cotidianos del hogar y en las ollas populares.

Maricruz Méndez Vall supo desde niña, como hija de un luchador contra la dictadura, el sufrimiento del destierro, el estado de alerta permanente por las persecuciones, la añoranza por el terruño, así como la solidaridad de los perseguidos, el amor materno como infaltable pan diario, la voluntad paterna indoblegable por el porvenir patrio expresado en discursos, poesía y música. Como profesional de la salud mental, ella sabe que todo eso forma parte de las espesas y bien cimentadas capas “geológicas” de su psiquis, fundacionales de una personalidad que se plasma en su poesía comprometida con los elevados valores del humanismo, inmensa en su sencillez, bella en su orfebrería literaria, libre en sus giros sintácticos, sobria y sabia en su condensación reflexiva.

Sus afinadas y sensibles palabras se prestan a las pulsaciones de su versado espíritu y detonan en nuestras cajas de resonancia imágenes y afectos colmados de amor propio sano y amor desprendido hacia los demás.

Su espíritu latinoamericano y universal florece en sus creaciones poéticas con sutiles reminiscencias, las que nos sumergen en las bordonas de Alfonsina Storni que nos susurran: “sentirme el olvido perenne del mar”, o cuando Gabriela Mistral se rasga el pecho al confiarnos “La tierra a la que vine no tiene primavera: tiene su noche larga que cual madre me esconde”, o los diálogos reflexivos de Mario Benedetti quien advierte “no te salves, no te llenes de calma, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo”, o la franca opción de Juan Gelman al sostener “Si me dieran a elegir, yo elegiría este amor con que odio, esta esperanza que come panes desesperados”, o César Vallejo al querellar “¡Quién tira tanto el hilo: quién descuelga sin piedad nuestros nervios, cordeles ya gastados, a la tumba!”, o ecos más lejanos como la confesión de Antonio Machado: “Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera”, o el lírico epitafio de Federico García Lorca: “La muerte puso huevos en la herida a las cinco de la tarde”.

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