EL BOSQUE CRECE
MICROCUENTOS
Obras de GENARO RIERA HUNTER
1- CUANDO ES INCOSCIENTE LA VIRTUD DEL PADRE
No acabó ni viejo, ni solterón ni infeliz. Muy bien sabía lo que es un pilar: un asiento, una roca básica en el camino del caminante, que siempre se presenta como una piedra en el camino. Después de mucho andar, desconocer y dudar, Juan Presencia Zárate comprendió lo más elemental: sin el amor al placer, que deja libre, son muy cortas las frases del gusto y lo sospechoso, siempre en primer lugar, acompaña el sueño del caminante. Es indiscutible que Juan no edificó sobre ese mal cimiento su libertad de vida. Pero recién cuando amaneció de su sueño pudo responder del porqué su amor al parasitismo que dominó su vida.
2- EL ALIMENTO DEL AFECTO
Sabía recorrer el mundo de las drogas pero no andaba bien, sus dudas mentales le gritaban de todo. Este joven logró darle un lugar a ese elemento. Necesito tiempo para estar solo, rumiaba constantemente. Mi espacio, ¿dónde está mi espacio?, se preguntaba. ¿Cuándo se perdió? Nada es malo ni bueno, todo enseña, en el techo de su casa repasaba recurrentemente mientras humeaba y ahí se le reveló que sus pisadas influían en su entorno, para bien o para mal. El fresco en la noche le trajo a su memoria sus domingos infantiles y el nido del diablo se sacudió. Se le impuso lo que en adelante fue su guía. Si no tengo tiempo para el vínculo este no existe, se empobrece; es el tiempo dedicado lo que da vida a la relación, es su alimento. La cabeza dejó de gritarle: ¡Necesito tiempo!
3- UNA PERSONA INSONDABLE
Tres ceros a la izquierda en su casa: ni voz, ni voto ni acción sostenía su inercia haragana. Toda luz era mala para registrar su presencia perezosa. Afirmaba la piedad del otro, a su entender, cuando menos méritos obtenía.
4- EL PRECIO DE QUERER EL BIEN
Ordeñaba bajo la lluvia en el corral. No tenía más de ocho años. Insultos y desmerecimiento recibía con arreador. Después de comer, se iba con hambre a traer animales. No podía quejarse a su padre, no era el que lo maltrataba. Él soñaba que su hijo vaya más lejos de sí mismo, que sus días sean de luz aguda, deslumbrante, días sin sombras. Que las noches del mañana sean místicas, extraterrenas. En el poblado, donde “trabajaba” con el tío, podía estudiar, había escuela. El niño no pudo nunca contarle nada porque el otro era un nada. Un gozoso idealista sin límite, encadenado a su ley del amor ocasionando injusticias por su estricta aplicación.
5- ¿POR QUÉ SE SOPLA LA FLAUTA?
¿Dónde se fue mi voz? ¿Por qué ahora grito? El cantante buscaba reunirse, aunque se enojaba. Insistía en reflejar el verbo con su protesta. Llamaba con su grito. El tiempo le fue pasando y los instrumentos de vientos fueron su centro de júbilo, una suerte de restitución de su pérdida mayor: quería danzar... y ser libre con su voz. Nunca supo que suspiro por realzar su voz, con el grito primeramente, con su instrumento después.
6- EL PAPEL QUE ESTÁ AHÍ Y NO SIEMPRE SE ENCUENTRA
Corrieron días, años y el caminante finalmente encontró un papel y escribió: “Vete, fuera, no quiero saber lo que está entre Dios y nosotros... la nada, el vacío, el silencio de la mirada”. Mi sombra gira alrededor de nuestra mesa. Vete... puedo desplegarme... hacer versos en la oscuridad... descubrir en mi memoria por qué razón fuiste gente en mi existencia. Te confieso, siguió escribiendo el caminante, no voy a cantar más a la ausencia. Te fuiste... no porque te fuiste. Te fuiste porque ya no sos ni el velo... ni el canto que me vigilaba. Te quiero mucho más que antes, pero te necesito un poco menos. El caminante no sintió firmar su aurora.
7- LO QUE HAGO NO SÉ DE DÓNDE VIENE
Mantenía una práctica de oposición, no una práctica violenta, no emergía de ninguna banda. Venía más bien de una experiencia conservadora, por eso es que no comprendía el porqué de su estilo opositor.
Genaro Riera Hunter
Psicoanalista
Ágape Psicoanalítico Paraguayo
12 de Febrero de 2012
Revista dominical de ABC COLOR
Fuente digital: http://www.abc.com.py