Christian Ceuppens

en el vértice de la creación.

Por PATRICIA LUJ�N ARÉVALOS

Pocos artistas pueden darse el lujo de decir que lo hicieron todo. No muchos tienen la oportunidad de desarrollar sus pasiones de manera tan profunda, mucho menos de explorar cada arista que se le presenta en el camino. Christian Ceuppens partió de la arquitectura como carrera profesional, pero en todos los años que lleva ejerciéndola ha incursionado en la pintura, escultura, diseño, actuación e incluso diseño de indumentaria.

Christian Ceuppens:  Nació el 10 de enero 1965 en Asunción y cursó la carrera de Arquitectura en la Universidad Católica de Asunción, una profesión que ya se adivinaba cuando, en su niñez, empezó a desarrollar un interés por dibujar. Como él mismo dice, nunca tuvo dudas sobre lo que quería hacer de grande. Su interés por las estructuras fue creciendo tanto que llegó un punto donde crear para otros ya no fue suficiente y decidió mudarse a una de sus obras.

Jesús se llamó la edificación que construyó en Lambaré hace ya varios años. Inspirada por los nichos que usualmente se hallan al borde del camino, Jesús es una casa y también una escultura, un edificio de varias plantas de concreto y piedra unidas por cables de acero ultrarresistentes que ofrecen ese aspecto industrial que tanto gusta a Ceuppens.

Como muchos otros artistas, Christian vive rodeado (y dentro de) de sus obras; despierta rodeado de los espermatozoides de papel maché que usó en una muestra no hace mucho tiempo, come sobre muebles diseñados por él mismo y hasta duerme en una cama intervenida por su imaginario. En uno de los muchos rincones de su casa se halla una serie de cuadros que inició hace ocho años, cuyo punto de partida fue la bahía de Asunción y el sistema urbano que se desarrolla en torno a ella.

Lastimosamente, el proyecto no se desarrolló como él esperaba y entró en una etapa de letargo que duró varios años. Pero no hace mucho, Christian volvió a esa idea y empezó a crear bocetos que, en solo unos meses, se transformó en una colección totalmente diferente a la que llamó Anatomías, una serie de derivaciones que cobraron vida propia e independiente de la idea original.

Sin embargo, Profundidades estaba destinada a ser. Alrededor de su cumpleaños número 51, Christian volvió a interesarse por el tema del agua y se encontró con aquella idea que tuvo ocho años atrás. “Es un tema que en este momento se vuelve vital para la ciudad. Nuestras referencias, a nivel urbano, están en la bahía. Volví la mirada hacia la composición de la ciudad a partir de esta forma de vida y lo que genera como variable dentro de la historia del asunceno�, cuenta Ceuppens.

¿Cómo fue para vos retomar Profundidades?

Empecé a reestudiar, a redibujar y repensar mi proyecto. Es como tomar una pausa dentro de un proceso. Ahora, finalmente, vuelvo a mis pinturas con la intención de plasmar la idea de sumergirse, pero sumergirse como trasfondo, como problemática y como recomposición de paisaje dentro de ese elemento variable que es la ciudad.

¿Dirías que estás, artísticamente, en un lugar diferente al que estabas hace ocho años?

Yo creo que mi trabajo se traslada, pero yo no. Mi trabajo se traslada como es el proceso natural de la vida. Nosotros, como personas, vamos sintiendo y descubriendo cada vez más cosas, y eso es lo que nos va orientando. Cuando pensaba en esta entrevista, pensaba en qué pasó en este tiempo y, afortunadamente, pasaron muchas cosas, muchas que tienen que ver con la ciudad.

Sos docente y curador, ¿qué atractivo tiene para vos situarte en esos roles paralelos al arte?

Uno aprende de todo y de todos, aunque sea de una persona en una aproximación naive que puede tener alguien que está empezando recién. Se da un intercambio natural y saludable. Sinceramente creo que me sería muy difícil dejar de enseñar, es algo que se incorporó a mi vida y tiene muchísimo que ver con mi trabajo. Esa gran apertura hacia personas que tienen la expectativa de aprender algo es muy buena, no quiere decir que yo soy el único que está dando algo, todo lo contrario, esa persona también me está dando algo a mí, y muy valioso.

¿Te motiva incentivar a otras personas?

Enseñar no es algo que me haya propuesto. Cuando terminé la universidad me ofrecieron participar de una cátedra que había quedado vacante y me pareció una manera interesante de seguir vinculado con la universidad. Sentí que era algo que tenía que intentar hacer. La clase, para mí, es un espacio donde la gente puede tener tantas preguntas que le sea necesario moverse y emprender su propia búsqueda profesional.

En efecto, la carrera de Christian como arquitecto floreció aún más en este tiempo. Sus trabajos pueden apreciarse en distintos rincones de Asunción y sus alrededores. Su tiempo se dividió también para dar más espacio otra de sus pasiones, la docencia.

Uno de los aspectos más interesantes de su labor docente es que aparte de dar clases en su alma máter, utiliza los conocimientos que adquirió en ese ambiente para trabajar como curador con jóvenes artistas emergentes. Una de las muestras más recientes de su labor como curador se pudo apreciar en octubre pasado con la exposición Hijos de la Urbe, del ilustrador paraguayo Eduardo Vago.

De la misma manera, aprovechó el tiempo para desarrollar una serie de intervenciones propias en patrimonio de la ciudad. Con la Serie Me hizo hincapié en la necesidad de apreciar piezas de arquitectura paraguaya que corrían el peligro de caer en el olvido. Amame, Habitame, Restaurame y Protegeme conformaron el proyecto urbano que fue desarrollado en conjunto con la Arq. Natalia �ntola.

La variedad de su obra es un efecto directo del paso del tiempo y el cambio constante que se produce en su vida.

¿Se podría decir que el cambio beneficia la creatividad?

Es necesario para la creatividad.

¿Profundidades hubiera sido tal cual como hoy, si la hubieras terminado años atrás?

No, porque las cosas tienen su tiempo y eso es parte de la riqueza del arte, poder darnos el tiempo de cambiar. Es una relación diferente con la vida, no estamos ligados los artistas a las convencionalidades, entonces hay muchas concesiones que podemos darnos, si bien es cierto que a veces abusamos (risas). Sin embargo, esas concesiones tienen que ver con lo que sentimos y cuándo lo hacemos, un artista habla cuando es su momento de hacerlo.

¿Entonces todo tiene que ver con el tiempo?

No solamente, a veces tiene que ver con cuestiones técnicas. Uno puede estar en torno a la búsqueda de un medio que permita expresar algo y no llegás a la meta, y quizás toque cambiar de medio o encontrar otra salida. Todo esto quiere decir que esas pausas durante el proceso creativo se van a ir dando.

¿Hay mucha presión para terminar una colección?

Tampoco me siento como uno de esos artistas que maneja su producción con calendario, no me estoy fijando constantemente en qué fechas tengo para terminar qué cosa, por eso mi trabajo tampoco es muy comercializable. Esta es la libertad que me permití en la creación artística, y esto lo financio yo mismo con otros trabajos.

¿Cómo combinas la arquitectura y el arte?

Dibujo desde que tengo memoria. Creo que nací con un lápiz y un cuaderno en la mano. Siempre estuve seguro de que iba a poder combinar la arquitectura y el arte en mi vida adulta. Pude trabajar en lo que quise siempre gracias a que mi familia siempre me incentivó. Es algo que se dio naturalmente, no tuve que decidir qué iba a estudiar porque siempre estuvo ahí.

¿Hay un secreto para el éxito artístico?

Yo creo que mientras mayor autenticidad hay en el que produce algo, su obra tiene muchísimo más fuerza. Es mayor el impacto que tiene en su medio, que es donde uno termina alimentándose.

¿Qué es la autenticidad par vos?

La autenticidad es ser uno mismo, pero desde una posición, que es el contexto en el cual está la persona. Eso pasa en todos los lugares, digamos que no es necesario parecerse al folclore para ser auténtico; se trata de lo que puede producir un paraguayo hoy, no lo que produjo hace 50 o 100 años, pero una persona no puede alejarse de eso porque es de Paraguay y está trabajando acá.

Christian Ceuppens presentará Profundidades en los próximos meses, aunque la fecha exacta todavía no fue fijada. Esta colección, como todas las anteriores, buscará su propio espacio, uno que colabore con la transmisión del mensaje del autor. “Mi relación con la urbanidad es siempre crítica, hago denuncias sociales y esa es mi manera de expresarme. No se puede estar ajeno a lo que pasa alrededor de uno�, agrega. Mientras tanto, esperamos poder ver pronto la muestra que promete hacerse eco de la problemática que rodea a su querida bahía de Asunción.

Fuente: High Class Revista

Abril 2016

Páginas 48 al 52

www.highclass.com.py

 

 

 

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