DEL MÉRITO Y LA REPRESENTACIÓN

Por  JORGE RUBIANI

Según informaciones publicadas, el presidente Cartes podría nombrar al Sr. Alfredo “Goli” Stroessner como embajador ante la ONU. ¿Puede hacerlo? Puede. El Primer Mandatario tiene atribuciones y Goli no tiene impedimentos –al menos legales– para ser designado. La cuestión es si debe apegarse al simple “che nio la amandába” para el ejercicio de su suprema voluntad, o si cree que por su aprecio al finado dictador, a su prole o progenie... debe tirar por la borda la credibilidad de su gobierno. Alguien debe avisarle, sin embargo, que decisiones como esta tendrán “efectos colaterales” que, por lo visto, no se midieron correctamente. Que nombramientos de esta importancia deben estar ligeros de cargas emocionales o afectivas y llenos de sensatez y prudencia.

Porque, si ya tuvimos que desenredar la pesada madeja del “impeachment” al presidente Lugo y todavía tenemos que afrontar el descrédito de un Estado en el que la simple e inevitable alternancia se ve manchada con acusaciones cruzadas de “arcas vacías” y “persecución a funcionarios opositores”, para qué agregarle también esta insólita como inoportuna designación. Que no es para llenar una vacancia en cualquier embajada. Se trata nada menos que de la misión ante las Naciones Unidas, nuestra embajada ante el mundo. Un representante que deberá conocer en profundidad la complicada trama de los problemas mundiales y lidiar cotidianamente con asuntos tales como el armamentismo y los enredos militares, la crisis económica, los programas humanitarios, la contaminación del planeta, los Derechos Humanos y otros. ¿Está el Sr. Stroessner capacitado para afrontarlos? O mejor: ¿QUIÉN ES EL SR. GOLI STROESSNER PARA AFRONTARLOS?

Si el Presidente no lo pensó, el Senado debe abortar este nombramiento. Si el Sr. Cartes no tuvo en cuenta el prestigio del país, si no consideró poner este cargo a la misma altura que el resto de su gabinete, en la posibilidad de fundar relaciones productivas, armónicas y respetuosas con este foro mundial y sus componentes, el Senado debe negar su conformidad para esta iniciativa. Especialmente por la necesidad de alejar definitivamente al Paraguay de la imagen poco respetable que dejó el largo, tumultuoso y vergonzoso reinado de Alfredo Stroessner.

Probablemente, en su recientemente abandonado papel empresarial, don Horacio se haya movido en ámbitos que todavía aprecian el “mundo de oportunidades” que prohijó la dictadura dentro del selecto círculo de quienes no lo cuestionaban, o directamente le rendían pleitesía. Ni se habrá percatado probablemente de que líderes mundiales sin demasiado éxito en sus respectivas gestiones de gobierno hayan gozado sin embargo de reconocimiento y respeto universales por haber luchado contra la opresión o resistido a dictaduras, y en ningún caso por haber formado parte de ellas. Y hablamos de Nelson Mandela, Adolfo Suárez, Felipe González, Vaclav Havel, Raúl Alfonsín, Ignacio Lula Da Silva, Lech Walesa, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y los mismos José Mujica y Dilma Rousseff, entre otros. Frente a ellos, las únicas referencias del exsenador que pueden ubicarse en internet refieren que fue nieto del dictador, y que ofreció una pantagruélica fiesta con motivo de “los 15” de su hija.

El poder no es el ejercicio de una voluntad sin sentido. Y tampoco deviene de una simple votación o de un coyuntural liderazgo. Pues más allá de estos y muchos otros factores, el Mandatario denota su calidad de estadista en lo que piensa, dice y hace. Información que, si es retaceada por los mecanismos que fueren, se trasluce en alguna medida, aunque de manera irrefutable, con las designaciones que haga para integrar su gobierno. Esta no es precisamente de las más acertadas, o de las que permiten avizorar nada bueno para el “nuevo rumbo” prometido. Por el contrario..., pues el apellido Stroessner en la ONU no solo desprestigiará al Presidente y al servicio exterior paraguayo, sino será también un menoscabo al Paraguay entero. Dios, la opinión pública y el Senado no lo permitan....

Fuente: ABC Color

www.abc.com.py

Sección OPINIÓN

Martes, 15 de Octubre de 2013

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