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JORGE RUBIANI

  ¿NUEVO GOBIERNO...? - Por JORGE RUBIANI - Jueves, 07 de Junio de 2018


¿NUEVO GOBIERNO...? - Por  JORGE RUBIANI - Jueves, 07 de Junio de 2018

¿NUEVO GOBIERNO...?

 

Por  JORGE RUBIANI

 

jorgerubiani@gmail.com

De nada sirve la sucesión de mandatarios si los males de nuestro país se eternizan. Si un nuevo gobierno no destruye o corrige todo lo malo que dejó el anterior. Si tiene que contar con los “colaboradores” de siempre, con los vicios que ya conocemos. Es improcedente hablar de alternancia en los mandos de la República si lo único que se renueva es la frustración de la gente. Es inútil votar si no elegimos. Si no se castiga al que defrauda; al que miente. Si el pueblo está indefenso ante el descaro y la Justicia “decide no poder” contra la impunidad. Así de simple y triste es el panorama del Paraguay. Opuesto al modelo stronista de “democracia sin comunismo”, hoy podríamos presumir de “democracia con elecciones” para verificar que, salvando las distancias de años y estilos, el resultado es casi igual.

Veamos: ¿Dormiríamos tranquilos en una cama sucia, en una habitación desordenada, bajo un techo inseguro? ¿Haríamos un largo viaje en un vehículo destartalado? ...con las gomas gastadas? ¿Confiaríamos un trabajo minucioso a una persona irresponsable? Definitivamente ...¡No, nunca! Será entonces imposible modificar la situación descrita con el sólo cambio de un Ejecutivo de Gobierno, mientras se mantengan los demás poderes con casi los mismos componentes. Es impensable un mínimo de confiabilidad en la tarea de las autoridades, de cualquiera de ellas y de cualquier partido, cuando los espacios de trabajo como sus equipamientos, el uso de los vehículos y la conducta de los empleados públicos, sigan con la imagen que ofrecen hoy: “mal-funcionando” en edificios derruidos, sucios y faltos de mantenimiento; con ventanas rotas, muebles desvencijados y funcionarios que se preocupan poco, muy poco, de la suerte de la institución en la que se ganan la vida y en la que permanecen –o debieran permanecer– la mayor parte del día. Dilapidando recursos y sin que consideren desde luego, que están ahí para brindar a sus conciudadanos un servicio aproximado a la calidad, manteniendo lo que se ponga a su cuidado, en las mejores condiciones posibles. Defendiendo –de paso– el prestigio de la institución y del gobierno. 

Si una nueva administración se limita solamente a nombrar Ministros o renovar el plantel de Directores o Jefes, NADA va a cambiar si desde la cúpula recién instalada, no se indica algo renovador, distinto, esperanzador. Algo parecido a una filosofía, un protocolo de trabajo diferente al que rige desde hace ya mucho tiempo. Porque si nada de esto ocurriera, los nuevos funcionarios seguirán perpetuando los perniciosos “usos y costumbres” ya desarrollados por los antiguos, desde hace décadas. Con el código no escrito aunque bien sabido, de no quebrantar el statu quo para que siga vigente la mal entendida “gobernabilidad”, la solidaridad, complicidad –o como se llame la perversión– y que nadie moleste a nadie. Y sobre todo, que nada –por ninguna razón– altere la cómoda y rutinaria placidez de las oficinas del Estado. 

Los innumerables problemas de nuestros país podrían tener –tal vez– una solución muy simple. Sucederá en cuanto el Primer Mandatario, cabeza visible del sistema, inspiración y guía para funcionarios y los ciudadanos de la República, asuma su obligación de representar todo lo virtuoso, sensato, austero y eficaz de un Estado que todavía debe justificarse por el fracaso de no atenuar –al menos– nuestras tantas carencias y padeceres. Que debe contar que le rendiremos sumisión, respeto y obediencia en cuanto se apoye en los buenos y castigue a los malos de su gobierno. Que, aún con los desperfectos del sistema, le votamos para que se constituya en EL MEJOR CIUDADANO para el puesto. Pero que para la renovación de nuestra confianza, deberá ir superando un examen riguroso, todos los días, a toda hora. Actuando y comportándose como un verdadero Presidente de la República del Paraguay, una Nación que demasiado debe al sufrimiento y a la sangre de sus hijos, para que se siga deshonrando su pasado, dilapidando su presente y poniendo en riesgo su porvenir. Deberá asumir sin excusas, toda la responsabilidad de lo que se haga mal; sin esperar aplausos por lo que se haga bien. Porque un nuevo gobierno deberá entender finalmente, que SER BUENO Y EFICIENTE es obligatorio; de manera que también debe terminar el permanente reclamo de los que mandan, porque la “prensa no se ocupa de las cosas buenas que se hacen”. Esto es así porque simplemente, la prensa no debería ocuparse desde luego de lo que debe ser NORMAL. O en todo caso, sabrá otorgarle una relativa o escasa importancia a lo “malo” si en la “suma de bienes” del Gobierno, se pudo notar –como un accidente– algún error. 

Que así sea ... desde el próximo 15 de agosto y por todos los años que quedan. Amén.

Fuente: ABC Color

www.abc.com.py

Sección OPINIÓN

Jueves, 07 de Junio de 2018

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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