SURUBÍ
Acrílico sobre frazada de poliéster
FELICIANO CENTURIÓN
Martes 29 de Septiembre de 2009
LA GALERÍA QUE DIO EL MAL PASO
20 años.
20 años es mucho.
Desde el artista Jorge Gumier Maier, primer curador de la galería del Centro Cultural Rojas, creador de un espacio único en los comienzos de la democracia, un espacio donde jóvenes y, por entonces, desconocidos artistas pudieron por primera vez exhibir su obras, hasta sede de la Beca Kuitca, hasta hoy, un espacio instalado en la ciudad curado por Máximo Jacoby, de todo eso cuenta la muestra retrospectiva que se enmarca en los festejos del cuarto de siglo del centro perteneciente a la Universidad de Buenos Aires.
Mapa de Londebere
La galería es 5 años más joven que el Centro.
Encargado de dar forma, valor y contenido a este recorrido ecléctico es su actual curador, el mencionado Jacoby que junto con Valeria González emprendieron la tarea títanica de bucear en el pasado y contar la historia de un espacio que fue y es vanguardia en la ciudad.
Así lo cuenta Jacoby: “Contar hoy la historia de la galería del Rojas no implica agregar a “su edad dorada” los acontecimientos de su segunda década sino dar cuenta de un nuevo contexto que puede ayudar a leer ese pasado de un modo diferente, y a superar tanto las mistificaciones como las disputas maniqueas en que quedó catalogado.
Afiche 5 en 1 sala
La exposición no enfoca hacia el modelo maduro del arte de los 90, harto conocido, sino hacia el mapa complejo y plural en que se originó la galería en 1989. No se trataba entonces de promover un arte nuevo sino de dar cabida a los jóvenes que compartían con los artistas de la generación anterior las experiencias underground de los 80. Fotografías casuales, piezas gráficas -hechas a mano como los fanzines de la época- y algunas pocas obras sobrevivientes testimonian un clima.
Feliciano Centurión
Los artistas que serían “del Rojas”, y los que fueron luego olvidados, todos, compartían una actitud transgresora y de búsqueda expresiva donde no importaban demasiado las diferentes orientaciones políticas, ni los saltos de un lenguaje a otro”.
Agradecemos a los artistas que tuvieron la fortaleza anímica de reencontrarse con sus pasados y la valentía de mostrar piezas producidas muchas veces en medio del titubeo estilístico y los descuidos técnicos de la experimentación juvenil.
En contraposición a la cuantiosa gráfica de artistas, la historia oficial se resume en algunos afiches institucionales de eventos que marcaron hitos: el nacimiento de un modelo estético (Diciembre, 1989), sus sucesivas consagraciones (1992-1999), la emergencia de la polaridad arte light/arte comprometido que paralizó durante años el debate (1993-2002).
Marcelo Pombo
La segunda década de la galería se sintetiza en experiencias vinculadas a los nuevos valores surgidos al compás de los levantamientos populares de 2001. Va desde la destrucción de la galería misma hasta el arte callejero y la estética relacional (Diciembre, 2003-2008). Este nuevo contexto nos permite tanto revisar la anquilosada categoría de “arte político” como deconstruir el silencio defensivo que rodeó al supuesto “arte light”. Tal oposición dejó de ser interesante.
Por supuesto, esta historia del Rojas no puede contarse solo con las exhibiciones que allí tuvieron lugar. El Rojas fue un emergente de una red de actores y espacios culturales diversos. Bienvenidos a los artistas que han aceptado volver a mostrar aquí, como a aquellos cuya obra entra a este edificio por primera vez”
Fuente en Internet: http://weblogs.clarin.com/itinerarte/2009/09/29/la_galeria_que_dio_el_mal_paso/
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