SERIE DE OBRAS DE FELICIANO ACOSTA - Comentario de TICIO ESCOBAR

FELICIANO CENTURIÓN

JARDÍN JAPONÉS/ SOY ALMA EN PENA/

SERIE FLORES DEL MAL DE AMOR

TRES OBRAS BORDADAS SOBRE FRAZADAS

LUZ DIVINA DEL ALMA/REPOSA/SOLEDAD

TRES OBRAS BORDADAS SOBRE ALMOHADAS

MIS GLÓBULOS ROJOS AUMENTAN.../SOY EL VIENTO QUE NUNCA MUERE

DOS OBRAS BORDADOS SOBRE FRAZADAS

MIS CÉLULAS SE FORTALECEN, EL AMOR ES EL ÚNICO BÁLSAMO

BORDADO SOBRE FRAZADA

1995-1996

Propiedad de la familia del artista.

Los soportes que trabaja Feliciano nombran, en primer lugar, la cuestión que enfrenta lo artesanal y lo seriado. El problema del aura, el tema de lo reproducible y de lo único, de lo creativo y lo técnico; asuntos que obsesionan a una cultura asediada por el desborde de estereotipos y de moldes, preocupada en secreto por el destino de la materia elemental y el hacer primero. El artista promueve un debate entre los diseños de fábrica de las frazadas, las carpetas y los gobelinos y las intervenciones que él mismo genera a través de pinturas acrílicas, aplicaciones y bordados. Al enfrentarse una y otra, la manualidad más directa y la factura industrial liberan una constelación de significados dispersos que involucran el problema de la «buena sensibilidad» y lo masivo, dula calidad del material y el valor de lo meramente ornamental.

Por otra parte, la presencia de las manualidades ligadas al mundo cotidiano femenino e identificadas con las destrezas menores y las estéticas de segunda (poéticas del bordado y la costura, valoración de los afanes hacendosos, nostalgia de un mundo de pequeños saberes perdidos), se enfrenta con el prestigio de las grandes formas del arte. Así, las pequeñas carpetas bordadas de Feliciano trabajan lo cursi y lo trivial hasta un extremo radical. Los trozos de encaje y gobelino son bordados manualmente con leyendas breves que hablan de amores ideales, de miedo a la soledad, de despedida fatal y esperanza porfiada. Son conjuros nimios, lugares comunes rehabilitados por la verdad de una situación que los torna vibrantes y extremos, circunspectos casi.

Hasta el final, Feliciano no pierde el filo del humor ni abandona el juego paródico con el lenguaje pero su búsqueda del revés de un aforismo gastado lo lleva a entrever el detrás de los clisés y sugerir la vena dramática que anima el signo más pequeño cuando éste es gritado con fuerza genuina.

El artista ha callado ahora. Nos quedan las claves inquietantes de su mundo de imágenes cotidianas que, desde el signo menudo y el ornamento vano, conjuran, vigilantes la muerte y guardan su secreto remendado.

TICIO ESCOBAR (fragmento)

FELICIANO CENTURIÓN

Nace en 1962 en San Ignacio, Paraguay. Se radica en Argentina en 1974. En 1988 egresa de la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. En ese año realiza su primera muestra individual. Ha participado en diversas muestras internacionales y sus obras integran colecciones privadas de Paraguay, Argentina, Brasil, EEUU y Suiza. Fue profesor de pintura en la Escuela P. Pueyrredón y en la Escuela de Bellas Artes E. de la Cárcova. Fallece en 1996, en la ciudad de Buenos Aires. Su obra está representada en el CAV/ MUSEO DEL BARRO.