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ANÍBAL ROMERO SANABRIA
  EL ARTE DE DOMINAR EL MIEDO ESCÉNICO (Por ANÍBAL ROMERO SANABRIA)


EL ARTE DE DOMINAR EL MIEDO ESCÉNICO (Por ANÍBAL ROMERO SANABRIA)

EL ARTE DE DOMINAR EL MIEDO ESCÉNICO

Por ANÍBAL ROMERO SANABRIA

Editorial Servilibro,

Asunción - Paraguay.



El arte de dominar el miedo escénico es el titulo de la otra obra de Aníbal Romero Sanabria, allí podrá encontrar 180 secretos de la oratoria practica y eficaz; 250 pensamientos y frases celebres; también incluye 52 discursos famosos, materiales de practicas y entretenimientos para poder tener un buen y mejor léxico.

En la contratapa del libro, el autor se atreve a dirigirse al lector/ra de la sgte., manera:

“LO DESAFIO: usted puede ser un gran orador. No permita que otros opinen por usted. No deje que otros presenten sus ideas. En la empresa, en la política, en su trabajo o institución, debe dejar que escuchen sus ideas, sueños y esperanzas. Sea EL PROTAGONISTA, y conviértase en un orador proactivo y eficaz.”


Contacto: Fundación El Atelier

[ elatelier@card.net.py ] - 595 21 450.539.

Espacio web del autor: www.elatelier.org



ÍNDICE


Prólogo por Ubaldo Centurión Morínigo

Introducción

¿Qué es la oratoria?

El miedo escénico

Los principios de la oratoria moderna

¿Qué entendemos por hablar en público?

¿Se puede aprender el arte de hablar en público?

Circunstancias actuales de la oratoria

            Ritmo

            Variedad

            Seguridad

La oratoria, una cuestión de amor

            Amor al tema

            Amor al auditorio

            Amor a uno mismo

La personalidad del orador

            Cualidades intelectuales

            Cualidades físicas

            Cualidades morales

            Cualidades culturales o educativas

Partes o estructura de la oratoria

            El exordio

            La narración

            El argumento

            Final del discurso o peroración

Propongo: Apertura, cierre y conclusión

180 Secretos fundamentales para hablar en público

            Cómo se hace un Orador      

            Qué hacer y qué decir cuando nos invitan a expresar unas palabras.

            Antes de hablar, pregúntese

            Las prácticas y los ensayos

            La preparación de la charla   

            Cómo usar las ayuda memoria

            Prepárese para triunfar

            La apertura de las conferencias o charlas

            Controlando los nervios iníciales

            La vestimenta y la presencia física

            Durante el desarrollo del discurso

            Recursos como el humor, la sonrisa, la simpatía y las anécdotas

            La expresión oral

            Los ademanes, los gestos y movimientos

            El famoso micrófono

            Los audiovisuales      

            Tiempo controlado, tiempo adecuado

            Si se presentan dificultades... ¿cómo actuar?

            Lo que el orador no debe hacer        

            El silencio en la oratoria

            Enfrentando la radio, la televisión o el video

Ampliar el léxico o vocabulario del orador

            12 palabras

El trabalenguas como una herramienta lúdica del orador

            15 trabalenguas

Otra herramienta... Discursos de personalidades públicas y discursos escogidos

            "Pregunten qué pueden hacer por su país"

            (John F. Kennedy)    

            "Condénenme, que la historia me absolverá"           

            (Fidel Castro)

            "No renuncio a la lucha; renuncio a los honores"

            (Eva Duarte de Perón -Evita) 

            Mensaje del Retorno - JUAN DOMINGO PERON

            "La violencia sólo multiplica el mal"

            (Mahatma Gandhi)

            "La hostilidad entre sexos nunca fue mayor"

            (Betty Friedan)

            "Nada especial. Sólo tres historias".

            (Steve Jobs)

            Discurso de Gorbachov en la ONU anunciando medidas soviéticas de desarme

            Discurso de Wilson defendiendo la Sociedad de Naciones – 1919

            El Duce Mussolini declara la guerra a Etiopía – 1935

            «Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor» (Churchill)

            De Gaulle: Discurso en Londres 18   de junio de 1940       

            Carta de Hitler a Mussolini anunciando de la invasión de la URSS 21de junio de 1941

            Discurso de Kennedy en Berlín 11 de junio de 1963

            Extractos del discurso de Nelson Mandela pronunciado el 30 de enero de 2003 en el Foro Internacional de la Mujer

            Thatcher sobre la victoria británica en las Islas Malvinas, 1982

            Discurso del Santo Padre Juan Pablo II a los Cardenales, Arzobispos, Obispos y Prelados Superiores de la Curia Romana

            Discurso de Winston Churchill

            "Tengo un sueño", Martin Luther King Jr.

            Carta de despedida del Che a sus hijos

            Carta de JOSÉ MARIA VELAZCO IBARRA 

            Acto con escuelas de la Ciudad de Buenos Aires que llevan nombres de países del MERCOSUR. Discurso de apertura del acto por el Sr. Canciller Rafael Antonio Bielsa       

            Envejecer es obligatorio... Crecer es opcional (extraído de Internet)          

            Mi mejor amigo... (extraído de Internet) 

            Discurso pronunciado por Anna Quindlen en la clase de graduados del año 1999 en Villanova 

            Gracias a todos por estar ahí... (extraído de Internet)

            Las 10 cualidades de un ganador.

            (Patrick O'dooley)

            ¿Dónde estarán las manos de Dios?

            (Miguel Ángel Cornejo)  

            Algo que decir a los maestros.

            (María de la Paz Díaz de Azevedo)


Discursos Paraguayos

Ilustres oradores paraguayos

Homenaje de gratitud al Prof. Juan I. Livieres Argaña


DR. GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA Discurso en el primer amanecer independiente del Paraguay. ¡Somos un país independiente!

EL DR. JOSÉ GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA - Dirigiéndose al pueblo frente a la Casa de la Independencia. ¡Nuestro país es independiente! 

DR. GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA, Discurso al inaugurar sus sesiones el Congreso de la Provincia. (17 de junio de 1.811)

Junta Gubernativa: Manifiesto al Pueblo. Fulgencio Yegros, Dr. José Gaspar R. de Francia, Pedro Juan Caballero, Dr. Francisco J. Bogarín, Fernando de la Mora (Vocal Secretario) - 03 de Julio de 1811

CNEL. JOSÉ FÉLIX BOGADO - Al despedirse de sus compañeros de armas. Julio de 1826  

DON CARLOS ANTONIO LÓPEZ - Proclama del 4 de noviembre de 1.845

DON CARLOS ANTONIO LÓPEZ - EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA AL EJÉRCITO. 07-XII-1845

GRAL. FRANCISCO SOLANO LÓPEZ - ¡Viva la República del Paraguay!, ¡Independencia o Muerte!; Proclama

MCAL. FRANCISCO SOLANO LÓPEZ - Postrer manifiesto. Febrero de 1870

DR. CECILIO BÁEZ - Homenaje póstumo a Blas Garay. 1 899

HÉRIB CAMPOS CERVERA - Homenaje póstumo a Blas Garay. 18-XII-1899

DR. IGNACIO A. PANE - Homenaje a Luís A. de Herrera. 1912

DON JUAN E. O'LEARY - Ante la tumba de Don Silvestre Aveiro. 7 de junio de 1919

DON GOMEZ FREIRE ESTEVES - Hacia la unidad nacional. Marzo de 1920

SR. LORENZO E. CODAS - En la Cámara de Diputados al tratarse el aplazamiento del Proyecto de Amnistía. 23 de Mayo de 1927

DR. EUSEBIO AVALA - Al asumir el mando presidencial contesta el discurso del Presidente saliente, Dr. José P. Guggiari. 15 de Agosto de 1932

TTE. CNEL. JOSE F. ESTIGARRIBIA - Al romperse la línea de defensa del Fortín Boquerón. 26 de Setiembre de 1932

DR. EUSEBIO AVALA - Proclama del Presidente de la República con motivo de la rendición de la IV y IX Divisiones bolivianas en Campo Vía

GRAL. JOSÉ F. ESTIGARRIBIA - Comunicado N° 633. 14 de junio de 1935

GRAL. JOSÉ F. ESTIGARRIBIA - Circular N° 105 - 14 de Junio de 1935 - Hora 12. Cesación de la guerra del Chaco.

GRAL. JOSÉ F. ESTIGARRIBIA - Discurso pronunciado por el Presidente, General de Ejército don José Félix Estigarribia, luego de prestar juramento en el Palacio Legislativo, el 15 de Agosto de 1939

DON NATALICIO GONZALEZ - Al asumir el mando presidencial. 15 de Agosto de 1948

DR. MANUEL GONDRA - A la memoria de Blas Garay

250 Frases y pensamientos célebres


Para meditar...

            El hachero

            Desiderata

            Cuando vayan mal las cosas

            Las Bienaventuranzas




PRÓLOGO


            Sumamente honrado escribo este prólogo para el libro "El Arte de Dominar el Miedo Escénico - Oratoria" que se debe a la pluma de Aníbal Romero Sanabria, un inteligente y activo joven nacido en la ciudad de Encarnación, hijo de Aníbal Romero, artista de alma, y de la Prof. Nidia Sanabria de Romero, quien ejerció la docencia con altivez y dignidad por varias décadas consagrada a la formación moral e intelectual de la juventud paraguaya, de la que supo ser una educadora suavemente severa como querían los antiguos griegos.

            Aníbal Sanabria Romero realizó sus estudios primarios en la Escuela Superior República Argentina de la capital de Itapúa y en la escuela superior N° 8 José de Antequera y Castro de Asunción, y culminó exitosamente sus estudios secundarios en el colegio Cristo Rey.

            Luego, con persistente espíritu de superación, ingresó a la Universidad Nacional de Asunción en cuya más que centenaria Facultad de Derecho y Ciencias Sociales obtuvo el título de Abogado.

            Alentado por una entrañable vocación, estudió en la Escuela de Periodismo de los Reverendos Padres jesuitas del Colegio Cristo Rey.

            Con inquieta y fecunda imaginación participó en congresos, seminarios y eventos especiales habiéndose destacado como profesor de la Cátedra de Publicidad y Creatividad.

            En instituciones universitarias y en otros establecimientos de enseñanza dio numerosas disertaciones que sobresalieron por su elocuencia y amenidad. Transmitió sus convicciones con pasión y entusiasmo.

            Con notable claridad enseña en este libro qué es la Oratoria, las nociones fundamentales de la materia, e ilustra cómo brillaron destacadas personalidades en el mundo aplicando con singular éxito la teoría de la elocuencia, ofreciéndonos un valioso resumen de alocuciones antológicas.

            El fin de la oratoria es convencer, dicen algunos autores y hay otros que hablan de que en algunas circunstancias el objetivo es persuadir: por tanto, para ciertos tratadistas en oratoria una cosa es convencer y otra, persuadir.

            Convencer es una función no fácil, una función necesaria. ¿Y qué significa convencer? Convencer significa vencer con el otro, venzo con él y entonces convencemos. Quiere decir que si yo expongo una razón tengo que buscar que el otro recoja también esa razón como verdadera y ahí yo logro convencer. Cuando el auditorio dice: Ese mensaje del orador se ajusta a la verdad, yo considero que el orador dijo algo congruente, algo racional, algo lógico, y yo hago mío lo que dijo el orador, ahí hay convencimiento. Vencer juntos público y orador.

            Muy diferente a vencer. Se vence con la fuerza, con la oratoria se convence; en una guerra se vence sobre el otro, sobre el enemigo; se vence, es la fuerza que se impone con relación al otro. Y los autores que hablan de que en algunas circunstancias más que convencer se busca persuadir, establecen una diferencia entre estos conceptos, entre convencer y persuadir. Persuadir ya significaría que el orador está influyendo en la voluntad del auditorio y al convencer, por tanto, quedaría ello en un plano pasivo. Yo expongo mi argumento y ustedes concluyen, sin moverse de sus asientos, que ese razonamiento es correcto, ese argumento es cierto, pero se quedan en el plano pasivo.

            La persuasión ya sería influir poderosamente en la voluntad del auditorio y en ese caso aparece lo que sería la oratoria política cuando el orador dice: a tal profesor, con una antigüedad de 30 años, lo alejan injustamente de la cátedra; tenemos que llegar hoy mismo hasta él, ahora mismo, para llevarle nuestra solidaridad de alumnos agradecidos ante ese hecho inaudito, incalificable de su expulsión de la cátedra. Y eso llega al corazón. Ahora mismo tenemos que irnos a su casa y darle nuestra plena, viva y total adhesión. Y no solamente al público se convence sino que éste recoge la invitación, la convocatoria del orador, y todos se ponen de pie y van a la casa del maestro separado injustamente de la cátedra universitaria. ¿Se dan cuenta? Ahí el orador incitó la voluntad del público; nadie se quedó. Vamos todos, dijo el orador, y todos se fueron. Esto es tremendo en la oratoria política, el poder de persuadir, porque el orador domina voluntades, todos siguen al orador. Se impone el objetivo fijado por él para una protesta o para una reclamación ante una autoridad, movilizando a los que quedan no sólo convencidos sino que entienden que hay que moverse rápido, hay que ir a la acción, así como el orador lo está pidiendo imperiosamente. La retórica es el conjunto de reglas o de normas referidas al bien decir. Pero ¿Cómo se formó la retórica, analizándola en función de la oratoria? Se formó la retórica como resultante del recoger, de estudiar la experiencia de los grandes oradores; o sea, primero los grandes oradores, los hombres elocuentes en la historia de la humanidad, y luego vino la retórica para elaborar normas, reglas sobre la base de las experiencias y de esas aportaciones hechas con su elocuencia por oradores paradigmáticos.

            Hoy la palabra retórica no está solamente referida a la oratoria; la retórica ya se relaciona con cualquier género literario. La oratoria ¿es necesaria? Por supuesto que la oratoria es necesaria porque como dice Ortega: "El hombre no vive sino convive, el hombre no existe sino coexiste". El hombre necesita comunicarse con los demás y entonces, el hombre necesita de la palabra para dicha relación con el prójimo, con los demás y de ahí la trascendencia de la palabra.

            Ya Aristóteles decía: "Si es deshonroso no poder defenderse con el cuerpo ante un ataque, es más deshonroso que el hombre no sepa defenderse con la palabra". Tiene que valerse de la palabra para defender sus derechos, sus inquietudes, sus intereses legítimos; por tanto, ¿cómo prescindir de la palabra?, ¿cómo prescindir de la oratoria? Ella nos está indicando el vehículo de comunicación y es imprescindible para ese hombre tener la visión ortellana de la realidad y es imprescindible para ese hombre tener la visión de la realidad radical de vivir en sociedad. Esto es muy ortellano: "La realidad radical de vivir en sociedad". Estamos en sociedad, no aislados, porque lo que Robinsón Crusoe ha sido meramente una creación imaginativa, una abstracción. Nuestra realidad es ésta en el mundo como dice Julian Marias: "En el mundo ante los demás y con los demás". Y los que tienen vocación de servicio dicen "y para los demás", para mí y para los demás para eso estamos en el mundo.

            La lengua sirve al bien o la lengua costura al mal. La lengua para construir, con la lengua destruir. La lengua para expresar al amor o la lengua para expresar la perversidad. La lengua para alabar a Dios o la lengua para desafiar osadamente a Dios. Por eso se insiste tanto en la ética del orador. No solamente buscar que la palabra sea eficaz sino que eso palabra sea de servicio apuntando hacia un objetivo noble como edificante, eficaz no al servicio de fines deletéreos, negativos, que conspiren contra la convivencia, contra el entendimiento, contra la armonía entre los hombres.

            Los autores coinciden en que hay tres elementos inseparables en la oratoria: "orador, tema y publico". Por eso dice Unamuno: "para novedades, los clásicos", Pericles decía: "Todo en su medida y armoniosamente". Parece que se escribió ayer y cuantos siglos pasaron. La naturaleza nos enseña a no ser impacientes, la naturaleza construye un hombre en 25 años.

            Hay que considerar que los discursos son inseparables de la circunstancias. Esta es la realidad de la oratoria y el orador que no respeta esto, fracasa. A veces la realidad del ambiente exige al orador adecuarse a la situación modificando el plan y reduciendo el tiempo de exposición. Por ejemplo, lo que tenía que decir en dos horas y media ha disminuido considerablemente a media hora por apremiantes factores exógenos.

            "El orador no puede prescindir de sus circunstancias", decía Ortega, no puede desconocer, no puede dejar de tener en cuenta la realidad que vive con su auditorio. El orador habla para los demás. No habla para sí mismo, este es el narcisista; el narcisista es el que se cree bello, se contempla en el espejo y se cree la belleza del mundo. Y así está el orador que se siente maravillado con su palabra. Habla, habla y le parece que dice cosas con resonancias eternas. El narcisista se autocontempla, su yo sale de su propio ser y se contempla y le parece que su pieza de oratoria es magistral. El orador no tiene que ser narcisista. No tiene que ser fanático, como va a continuar hablando cuando empiecen a caer unas gotas, comience a llover y está a la intemperie. Las circunstancias lo obligan a disertar brevemente.

            Se comenta lo que le pasó a un buen orador. Se habían extendido más de la cuenta los oradores en el uso de la palabra y éste tenía que disertar sobre la fórmula para triunfar en la vida, pero, ¿qué pasaba? No solamente ese público estaba cansado, estaba interesadísimo en un clásico de futbol del país y según el programa el orador tenía que desarrollar el tema: "La fórmula para triunfar en la vida". Cuando subió a la tarima vio al público desesperado, fatigado y con la ansiedad de ver el partido. Entonces se ubicó el orador en eso dramática realidad y dijo: Yo debo disertar sobre el tema: "La fórmula para triunfar en la vida", pero todo lo voy a sintetizar en homenaje a ustedes, señores: para triunfar en la vida hay que aplicar una palabra que transmite fuerza. Salgan todos, miren la puerta. La palabra que esta ahí en el letrerito, compendia lo que en la vida hay que hacer. Todos salieron liberados, queriendo leer la palabrita ¿y qué palabrita hallaron en la puerta? EMPUJE, La fórmula para triunfar en la vida es empujar. En una conferencia ante la juventud de la Universidad de Salamanca, Unamuno exclamó: "Jóvenes empujen desde el amor", amor a la esperanza, amor al trabajo, amor a la cultura, empujen.

            El orador debe tener fe en el ideal, primero el hombre debe estar profundamente convencido de que lo que va a transmitir es un comentario justo, necesario. El orador tiene que ser orador y no un hablador o palabrero.

            Fundamentalmente, debe tener autoridad intelectual y autoridad moral.

            No basta ser sabio, el sabio puede ser inmoral. Por eso los ingleses dicen a la hora de elegir jueces: "que el juez sea honorable y si sabe derecho, mejor". Primero, lo primero la honestidad, lo primero es el requisito ético porque si no sabe derecho él va a consultar con los mejores abogados para dictar su sentencia. Así también no basta la autoridad moral, no basta la autoridad intelectual del orador, no basta la erudición. Como va a disertar sobre la paternidad responsable un hombre que tiene por ahí hijos abandonados, un hombre que está siendo demandado ante la justicia, por esa culpable indiferencia.

            En suma, estamos ante un libro interesante, ameno, claro que incita a practicar, practicar y practicar, reglas de oro de la oratoria, sobre la base de los conocimientos teóricos proporcionados en este libro diáfana y sintéticamente.

            Felicitaciones al noble e infatigable hijo de Aníbal, ese maestro del arte y de la dignidad que fue Aníbal Romero, congratulaciones sinceras por este libro que, sin duda alguna, tendrá el resonante éxito de sus anteriores obras.



            Prof. Dr. Ubaldo Centurión Morínigo

            Catedrático Titular Universidad Nacional de Asunción




INTRODUCCIÓN


            Después de varios años de enseñar el "arte de hablar en público", llegue a una conclusión: la varita "mágica" para el arte de la oratoria está construida con base en mucha práctica, amplia cultura general, mucha lectura y preparación. El orador instantáneo que se hace de golpe, no existe. Un buen orador es forjado en la fragua de la experiencia cotidiana, la lectura frecuente y la meditación permanente.

            El orador, así como el líder, se puede construir por sí mismo, siempre y cuando en su propia construcción, la fortaleza y la fuerza de sus cimientos sean la pasión, la justicia y la verdad. En tanto y en cuanto hablemos con justicia y verdad, pondremos pasión y fuego en nuestros labios. Como dice un refrán, "un ser sin pasiones es como un candil apagado; no produce llamas ni tampoco alumbra".

            La pasión está en el corazón de todo hombre o mujer, de todo ser humano; el ejecutar sus cuerdas con delicadeza, visión y misión concretas y dirigidas, hace que aflore en la piel y en los labios del orador un volcán de lavas inacabables capaz de despertar las conciencias mas frías e impenetrables y llevar a la acción a un minúsculo grupo o a una abrumadora muchedumbre.

            La pasión es la palanca que mueve al mundo, es el yunque donde se forja la excelencia del alma. ¡Qué sería del mundo sin pasión! Que sería de los liderazgos sin una pasión que los mueva, y es esa misma pasión la que nos convoca a prepararnos para combatir la más dura de las batallas contra la rutina, el acomodo y el desgano en que se encuentra sumergido el común de la gente, esperando recibir "de arriba", del mas allá, respuestas, regalías y soluciones mágicas. Allí es donde surge el orador que, soplando las brazas del espíritu, logra inflamar los corazones y las mentes en la búsqueda de soluciones inteligentes, justas y equitativas.

            Por eso, como nos señala Alfredo Mooney en su libro "Oratoria" Pág. 22: "cuando se prepara un discurso no se puede quedar el orador solo en la mera perfección formal y estilística de una obra estética. La oratoria es una comunión silenciosa, densa, plena y lograda". Hagamos pues de nuestra oratoria, espada, puente e incienso del alma.


            El Autor



¿QUÉ ES LA ORATORIA?


            En nuestros cursos de El Atelier elegimos la definición más sencilla: "Oratoria es el arte de persuadir con elocuencia y elegancia". Otros autores hacen la definición mas extensa: "Es el arte de hablar en público con elocuencia, para deleitar, persuadir, conmover por medio de la palabra". Otra definición también breve es: "El arte que ensena las reglas para llegar a ser un buen orador". De cualquier manera la oratoria es a la vez un arte, una ciencia, una técnica y un instrumento.

            • Es una Ciencia: se basa en los principios de la observación, en cuanto tiene como precepto sistematizado conocer.

            • Es un Arte: por la aplicación de los principios busca la belleza, la elegancia. Posee un conjunto de principios para hacer bien una cosa: hablar con persuasión.

            • Es una Técnica: porque posee un conjunto de procedimientos de un arte o ciencia; y además porque con habilidad procura el uso de esas técnicas o procedimientos.

            • Es un Instrumento: como herramienta es útil para realizar algo, este algo generalmente es: convencer y persuadir.

            La oratoria como ciencia tiene por objeto "medios para persuadir" pero no conviene mecanizar la oratoria en exceso, porque estaría perdiendo ritmo, vida y emoción. Por ello se halla bien dicho: "la emoción           es la fuente primigenia del arte".

            Isócrates decía: El arte oratorio es, en una palabra, creación poética. No puede prescindir de la técnica pero tampoco puede dejarse absorber por ella.

            ¿Entonces, cual es la finalidad de la Oratoria?

            El fin supremo de la oratoria es la persuasión, en la oratoria la belleza es un medio, no un fin. Su finalidad es práctica, útil e inmediata. Persuadir implica: inducir, mover, conmover, convencer. Por la persuasión se mueve la voluntad de quien nos escucha.

            En la oratoria no basta que la inteligencia se rinda, es necesario rendir la voluntad que lleva a la acción, llegar al corazón que conquista los sentimientos. Los autores discuten si la finalidad fundamental de la oratoria consiste en crear belleza, entretener, educar, etc., otros señalan que estos son solo los medios que se ponen al servicio de la persuasión a través de la palabra oral.

            La persuasión es un arte y la finalidad última de la oratoria consiste en mover la voluntad para que se haga lo que el orador indica. Orador eficaz es el que cumple con este propósito. De ahí que a la oratoria se la considera como una disciplina eminentemente practica.

            Convencer no es vender, en la oratoria, mediante la persuasión, no nos vencemos unos a otros, sino, nos convencemos por medio de la palabra, de llegar a objetivos o metas comunes a tomar una determinada dirección o ejecutar una cierta y efectiva acción.

            Decia Fernando Savater: "El lenguaje es el elemento humanizador por excelencia"

            Toda oratoria debe convocar a una acción, a un cambio, a una evolución o hasta si se quiere a una re-evolución. La oratoria hecha simplemente de hermosas palabras, así como suena bien al oído, así también no cumple con su objetivo final. Si de la publicidad decimos que es creatividad con el objeto de vender, de la oratoria podemos significar que es la elocuencia, el arte de hablar con el objeto de persuadir.

            Si más arriba hicimos una analogía con la publicidad, bien podríamos asociarla a los principios de las ventas, principios que requiere conocer las características, ventajas y beneficios de un producto o servicio para motivar la decisión final de compra. Lo mismo ocurre con la oratoria que requiere conocer las características, ventajas y beneficios "del tema" para "vender" la idea final.



EL MIEDO ESCÉNICO


            El cuerpo humano es una máquina de excelencia. Nuestro sistema nervioso está preparado para enfrentar situaciones de distintos calibres de dificultades, tanto sea para una circunstancia de peligro físico como de un estrés emocional galopante. Cualquier desafío o amenaza genera una reacción química y física en nuestro cuerpo.

            Hablar en público es para algunos una amenaza y para otros un desafío. Sea como sea se presentaran en nuestro cuerpo señales del famoso miedo escénico: temblores, contracciones desagradables de los músculos, sudor, palpitaciones, boca seca, falta de aire, dificultades para articular las palabras y hasta lagunas mentales; es decir que el cuerpo está en una alerta máxima; que esta fuerza o energía la aprovechemos a nuestro favor, hacen a la personalidad del orador y al estilo de afrontar el estrés.

            El medio escénico siempre va a existir. Es absolutamente necesario reconocer nuestras reacciones para poder comprenderlas y dominarlas, siempre señalo en mis charlas y conferencias que el miedo escénico nunca desaparece, simplemente aprendemos a manejar, a maquillar o domar ese brioso corcel galopante.

            Por lo tanto no se preocupe: "tenga miedo". Tener miedo escénico es normal; que se note es desastroso.

            ¿Como vencer el miedo escénico? Como lo señalamos, nunca lo venceremos totalmente pero:

            • Una buena respiración,

            • Relajación,

            • Excelente preparación,

            • Una buena hoja de ruta, donde prevalezcan más las ideas que las palabras...

            Contribuirán a enfrentarnos exitosamente al famoso miedo escénico.


            Destacados oradores, actores y artistas se ven invadidos del miedo escénico, cada vez que deben enfrentar a un público grande o pequeño, por lo tanto no se imagine que Ud. es el único que está pasando por esa desagradable sensación. Ahora, eso sí, es Ud. el único que debe estar preparado para enfrentar a su auditorio y recordemos que la oratoria es una cuestión de amor.. amor al tema, amor a uno mismo (autoestima) y amor al auditorio o publico. Y... finalmente quien le teme al amor..


            LOS PRINCIPIOS DE LA ORATORIA MODERNA


            Los cinco principios de la oratoria moderna son los extraídos de la oratoria ática:

Claridad, brevedad, concisión, sencillez y elegancia.


            ¿Cual es la diferencia entre la oratoria clásica y la oratoria moderna?

            Frente a la oratoria clásica que se señoreo en la antigua Grecia y Roma, donde se constituían verdaderos torneos verbales, modelos de grandilocuencia, se abre paso un tipo de oratoria menos solemne, más natural y directa, donde la retorica da paso a la objetividad de las ideas; los gestos dramáticos y ampulosos, a la sobriedad de los ademanes.

            Han cambiado las formas, se han modificado los estilos, pero siempre se mantiene incólume la imperiosa necesidad de comunicarse. Pese a las transformaciones formales de la oratoria, sus líneas maestras y milenarias aun persisten en la oratoria moderna que, a diferencia de la clásica, reemplaza los grandes efectos y los rebuscamientos, por un lenguaje claro, sobrio, aunque no privado de pasión.

            El orador moderno establece durante su discurso una vinculación estrecha entre la lógica y la pasión. El poder de la dialéctica de un discurso se ve ampliamente reforzado con pasajes conmovedores.

            No obstante, seguir los principios de la palabra clásica ayudara en el dominio del arte de persuadir por medio de la palabra oral. El orador moderno ha de conservar de las antiguas, cualidades como: sencillez, nervio, armonía de fondo y forma.

            La oratoria clásica, natural del ática o Atenas, con sus máximos expositores (Foción, Demades, Hipérides, Esquines y Demóstenes) nos ha demostrado que "la mejor manera de hablar se adquiere por la constante reacción contra lo adverso a su pureza…". Como los atenienses elaboraron su prosa y su retorica, que dieron óptimos frutos, también un hombre puede dominar la palabra mediante el oficio, pues como dice Nietzsche de la oratoria griega, "nadie debe creer que un arte así, cae sin más del cielo".


            ¿QUÉ ENTENDEMOS POR HABLAR EN PÚBLICO?


            Hablar en público es mantener una comunicación oral con una o más personas. Puede ser en grupos menores y en diálogos (de la mera conversación hasta el debate), o para auditorios (siendo aquí la oratoria individual, pues el conferenciante habla y los demás escuchan).


            ¿SE PUEDE APRENDER EL ARTE DE HABLAR EN PÚBLICO?


            Si. Definitivamente si. El arte de hablar en público se puede aprender. Es necesario para ello una capacitación y si es posible, en forma sistemática.

            El éxito depende de la combinación de lo innato y lo adquirido a través del estudio, la experiencia y la práctica. Hemos demostrado a través de nuestros programas de entrenamiento en El Atelier que cualquier persona puede aprender cómo hablar en público con éxito. Lo señaló Joseph Folliet: "No pensemos que la elocuencia sea un arte selectivo, privilegio sólo de gente ilustrada". Otro autor nos recuerda: "El líder nace, el orador se hace" (Quintiliano).

            Por lo tanto, amigo/a lector/a, todos estamos convocados a saber hablar en público. Que el entusiasmo reemplace al temor, que el desarrollo del valor y de la confianza en sí mismo sustituyan a la inseguridad; esto solo se logra con mucha práctica. Práctica que nos dará confianza, nos ayudara a vencer la timidez y a superar el miedo escénico.




LA PERSONALIDAD DEL ORADOR


            Según Platón, "El orador es un seductor de las almas a través de las palabras". Es sencillamente la persona que habla, la que da un mensaje y conmueve a su público.

            El orador es el que vence mediante razones a las inteligencias, y persuade moviendo la sensibilidad y la propia voluntad.

            Existen cualidades personales que ciertamente facilitan a las personas a desarrollar el arte de hablar en público:

            1. Seguridad en sí mismo.

            2. Timbre o potencia de la voz.

            3. Porte oratorio.

            4. Aplomo y audacia.

            5. Vitalidad, entusiasmo y pasión.

            6. Autoestima.

            Además de lo señalado, se requieren cualidades intelectuales, físicas, morales y culturales para ser un orador persuasivo.


            CUALIDADES INTELECTUALES:

           

            1. Tener la capacidad de razonamiento y disposición didáctica.

            2. Conocimiento y dominio de las ideas y seguridad en el tema.

            3. Buena memoria.

            4. Facilidad de expresión.


            CUALIDADES FÍSICAS:


            1. Timbre de voz agradable.

            2. Buena presencia y sobria elegancia.

            3. Porte oratorio.


            CUALIDADES MORALES:


            1. Cultor de la verdad.

            2. Valentía.

            3. Solidaridad (Solo el noble es solidario, porque es una capacidad espiritual).


            CUALIDADES CULTURALES O EDUCATIVAS:


            1. Tener amor al tema.

            2. Ser moral.

            3. Tener vasta cultura.

            4. Ser mentor.

            5. Ser pedagogo.

            6. Practicar constantemente.


            El orador debe tener, ante todo, una personalidad definida, ya que en oratoria "la imitación es contraproducente". Es digno transcribir en esta página lo que nos dice Abraham Lincoln respecto al orador:

            "Se puede engañar a algunos todo el tiempo, se puede engañar a todos algún tiempo. Pero no se puede engañar a todos todo el tiempo". En el hombre, la verdad es la base de la moral. Junto a un excelente código de ética y una conducta coherente en la vida y en la profesión y se construye el puente férreo de comunicación que propiciará la confianza que siempre debe existir entre quien expone y su público. Salustiano de Olózaga, con frase bella y contundente, dijo: "Si el orador no es un hombre honrado, carece de autoridad su palabra y se desconfía de los motivos que le impulsan a hablar. Esta virtud ha de nacer de la más exquisita sensibilidad del alma, ha de apoyarse en el amor perenne e inmenso a la humanidad, en la simpatía por todos los que sufren, en el deseo vehemente de emplearse en su bien, en la indignación que produce la injusticia, en el valor que inspire el amor a la patria y en la disposición a sacrificarse por la defensa de la verdad, de la justicia y el bienestar del género humano".

            Para terminar recordemos a Cicerón en su famosa sentencia: "Dadme un hombre apasionado os daré un buen orador".



            PARTES O ESTRUCTURA DE LA ORATORIA.


            Así como didáctica y tal vez con exagerada simpleza se divide el cuerpo humano en cabeza, tronco y extremidades. En nuestros cursos y talleres expresamos que la oratoria se divide en: Apertura, Desarrollo y Cierre.

            Indudablemente otros autores establecen una estructura más complicada. Algunos dividen en Exordio, Narración (puede existir o no de acuerdo con el tema del discurso), Argumento y Peroración (final del discurso).

            Con el simple deseo de que conozca la opinión del autor Alfredo Money, paso a transcribir lo establecido en el capítulo 5 - Pág. 40 al 43 del libro "La Oratoria", sobre las partes de un discurso.


            1. EL EXORDIO.


            Decía Cicerón que se debe comenzar lento, como los remos de un bote que se va internando lentamente en el mar. Empezar "lento", para que la voz y el oído nos serenen y nuestro oído se vaya acostumbrando a la acústica del salón y para que el público, a su vez, se vaya familiarizando con la voz.

            Empezar en voz algo "baja", para ir subiendo de volumen durante el discurso, así se obliga al publico al silencio para escuchar al orador.

            En lo posible se debe visitar previamente el salón donde se hablara, para "medir" nuestra voz en él; pero si no hay ocasión para ello u ocurre un cambio de local súbito y el orador debuta en un local grande, de golpe conviene usar una voz más alta que la normal al comienzo para acomodarla de a poco a la acústica del salón.

            Se ha dicho siempre por los clásicos en oratoria que el Exordio tiene como objetivo hacer atento, solicito y benévolo al auditorio.

            Contenido del Exordio

            Se ha dicho bien que "la analogía es un método tan efectivo para comenzar un discurso coma para encadenar sus secuencias, siempre que la comparación sea válida y no forzada" (Sandy Ninver: Hable bien en público. Ed. Vergara, México, 1987, pág. 113).

            Decía Cicerón: "El exordio debe ser siempre cuidado, ingenioso, repleto de pensamientos, adornado con expresiones justas y sobre todo adecuado al fundamento del discurso.

            El exordio es el que da una idea del resto del discurso y le sirve de recomendación, es preciso por ello que atraiga en seguida y se gane a los oyente".

            En síntesis, el exordio, diría Aristóteles, es "el prologo en poesía y el preludio en la música".


            Sus caracteres deben ser:

            1. sencillo

            2. breve

            3. reposado

            4. sugerente.

            Su importancia es de tal magnitud que de la mayor o menor habilidad con que se realiza depende muchas veces la suerte del orador en la tribuna.

            En el exordio se debe aflojar los hombros, distenderse poco a poco. Desahogar la angustia del pecho... respirar hondo... comenzar… recordando en el comienzo que no se debe empezar con demasiado ímpetu porque la voz se "insinúa" en el exordio y se "apodera" de uno en el patético y hay que llegar a él gradualmente.


            2. LA NARRACIÓN


            Sabemos que la narración es una parte del discurso, señala Fernández: "La narración expone hechos verdaderos o fabulosos que sucedieron o pudieron suceder según su naturaleza, el orden y regularidad de las cosas y circunstancias".

            "No todos los discursos incluyen la narración, pero si frecuentemente las oraciones forenses".

            "Si bien el orador expone los hechos para probarlos, no es forzoso poner la narración antes del argumento; en ocasiones ella misma adquiere fuerza de argumento y aunque los hechos estén reconocidos desde el principio, no es menos efectiva, pues hace más bella la oración ayudando a persuadir. Pero generalmente precede a las pruebas porque solo se puede demostrar lo que el auditorio conoce".

            "Respecto de las cualidades de la narración concuerdan los preceptistas en que ha de ser clara, verosímil, breve y agradable".

            "Hay otra cuestión sobre si la Narración debe segur inmediatamente al exordio. Los que dicen que si, parece que no les falta razón para ello. Porque como el exordio hace al juez atento, dócil y benévolo, y no se puede probar una cosa de que aun no tiene noticia, pide el orden natural que se le dé un previo conocimiento de ella". (Quintiliano, Instituciones Oratorias. Edit. Joaquín Gil, Bs. As, 1944, p.190).


            3. EL ARGUMENTO


            El orador "predispone" al público con el exordio. Luego, "fundamenta" la idea-madre.

            Mas tarde, "coloca" sus argumentos con sentido de "oportunidad" y con "orden", pues el "orden" de los argumentos da fuerza dialéctica al discurso.

            El orador debe hacer la ponderación de los argumentos y de las pruebas que se acompañen, material empírico con fuerza de persuasión en sí mismo, y según el mayor o menor "arte" con que pan sido articulados en el "todo" discursivo.


            4. FINAL DEL DISCURSO O PERORACIÓN.


            "Hay que terminar un discurso sin decirlo" recomienda algún autor, y es correcta la expresión. No hay que anunciar el final, el surge de la peroración y del remate discursivo mismo.

            Hay que elevar la voz en el final.

            Se dice que ya próximo al epilogo, hay que insinuar un gesto con la izquierda y reafirmarlo con énfasis controlado con la mano derecha, pero si bien este es un consejo que hacen algunos autores de prestigio, no parece que pueda ser tan fácil de aplicación, y seria de dudosa utilidad y aun contraproducente si el gesto no surge como una expresión coherente del hilo argumental del discurso.

            Señala Eliot que el discurso debe finalizar con un estruendo y no como un gemido. Sin hacer de esta una conclusión dogmatica, creemos que debe ser tenido en cuenta, en algunos tipos de oratoria más que en otros. Sera más usado en la oratoria política, en la oratoria proselitista y en la oratoria apologética, y menos en la oratoria académica y en la oratoria científica.

            Como el público a veces se lleva la parte final de un discurso, se debe tener presente que un buen remate oratorio, es como la faena de un diestro en una tarde de toros finalizando su tarea.

            También se debe tener en cuenta lo que aconseja un autor: "... hay que terminar cuando el auditorio todavía quiere seguir escuchando" (Ander Egg: Técnicas de Comunicación Oral. Aguilar. Pag.58).

            Como regla general, la "peroración" o "final" del discurso tiene los siguientes caracteres:

            a. No debemos decir que es el final sino "cerrar" el discurso con elocuencia sin aviso previo.

            b. Sintetizar la "idea-madre" en el final.

            c. Si el exordio debe ser suave y cauteloso como las primeras remadas en el mar esquivando los arrecifes, la "peroración" al contrario, con voz rotunda, debe ser: firme, elocuente, sugerente, salutativa, abierta al futuro, convocante a la vida y a la acción.

            d. Rematar las conclusiones insinuadas en    el discurso.

            e. Despedirse del auditorio con dignidad y decoro".



PROPONGO


            Como lo señale antes, la estructura o fases que utilizamos en las clases de El Atelier son únicamente tres: Apertura, Desarrollo y Cierre o conclusión.

            Apertura: es el momento en que se debe captar LA ATENCION del auditorio, siguiendo los principios de A.I.D.A.S.:

            - Llamar la Atención

            - Despertar el Interés

            - Crear el Deseo

            - Mover a la Acción

            - Y luego viene la Satisfacción, tanto para el público, como para el orador.


            Es la parte de la oratoria que nos permite presentarnos y presentar el tema (que quede claro de que se va hablar).


            La apertura puede ser:


            - Con una salutación (es lo más común).

            - Con una historia o experiencia.

            - Con algún cuento corto.

            - Con alguna anécdota.

            - Con alguna frase célebre.

            - Una recordación.

            - Con un poema.

            - Etc., etc., etc.


            Desarrollo: En esta fase o estructura de la oratoria damos los argumentos, características, ventajas y beneficios de nuestra idea o propuesta. Se desarrolla el tema con inteligencia, sencillez y contundencia.

            Es el momento de decir de qué y por qué les está hablando. Es la oportunidad de demostrar que ama el tema.

            El cierre o conclusión: Es la despedida, es el "broche de oro" memorable y enérgico en el cual insta, convoca, invita a tomar alguna acción, misión o decisión, dejando bien claro de que hablo y que es lo que propone. El cierre requiere CREATIVIDAD, CLARIDAD, CONCISION, PRECISION y UNA GOTA DE SORPRESA !!!




EL TRABALENGUAS COMO UNA HERRAMIENTA

LÚDICA DEL ORADOR


            En la Fundación El Atelier, aparte de insistir en la ampliación del léxico, en la lectura permanente y la amistad con el diccionario, hacemos ejercicios sencillos con trabalenguas que nos permiten vencer la mala costumbre que tenemos de hablar con la boca cerrada.

            Los Trabalenguas, que también son llamados destrabalenguas, son útiles para adquirir rapidez de habla, con precisión y sin equivocarse. A la vez, sirven de juegos y entretenimientos para ver quien pronuncia mejor y más rápidamente, nos dan agilidad mental, agilidad verbal y nos ayudan a ampliar nuestro léxico.




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CORAZÓN DE ARCILLA - POEMAS Y PENSAMIENTOS

Editorial Servilibro,

Traducción: FELICIANO ACOSTA

Asunción – Paraguay (2010)



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