“SIN TÍTULO”
Vestidos en tul
Fundación Migliorisi, Museo del Barro, Asunción.
Año 2005
SOBRE LOS VESTIDOS DE TUL.
DESVESTIDOS
La obra de Claudia Casarino consiste en la presentación de vestidos de tul suspendidos como si se encontraren distribuidos dentro un guardarropa. Pero éste también se encuentra ausente: las vestiduras son exhibidas directamente a la mirada. Una mirada desorientada que, ante la casi ausencia de materia que le corte el paso, atraviesa la barrera levísima del tul y desemboca en la sombras nítidas que éste arroja sobre la pared cercana.
“El arte deja la presa por su sombra”, dice Lèvinas. Pero desea ambas cosas: el objeto y su imagen. En ese pendular juega y se juega: tras lo real arriesga la verdad. El vestido expulsa su propia realidad, la estampa contra el muro: revela no sólo el vacío del cuerpo humano, sino la ausencia de su propia corporalidad textil, que aparece suplantada por su reflejo.
En obras anteriores, Claudia trabajaba su propia imagen como exceso de presencia corporal. Ahora lo hace como falta: el vestido colgado recalca la ausencia de su portador con quien se identifica siempre (“hombre y atuendo, ¿son uno?”, pregunta Lacan). Los vestidos están diseñados por Claudia para su propia talle, tienen su medida y están dispuestos a su altura: son prendas pensadas para sí. Borrar el vestido (transparentarlo, volverlo espectro, sombra) es borrarse doblemente, como cuerpo (ausente) y como sucedáneo suyo que ha perdido su consistencia.
Pero el vestido permanece como tul que vela, como posibilidad de interponerse mínimamente entre el objeto y su sombra, de diferir por un instante el encuentro con la pura ausencia. Velar es tanto ocultar a medias, como anular el revelado de la imagen y custodiar el obstinado resto de la presencia.
TICIO ESCOBAR
2006
EXPOSICIÓN “PERSONA”
FREDI CASCO. BETTINA BRIZUELA. CLAUDIA CASARINO
FUNDACIÓN MIGLIORISI
ASUNCIÓN – PARAGUAY, 2005
EL DISFRAZ QUE LE OTORGA EL PODER DE PASAR DE NIÑA A MUJER EN UN ABRIR Y CERRAR DE ROPERO
Esta muestra colectiva se articula en torno a distintas miradas sobre la condición humana.
Lo familiar, lo histórico y lo ritual. La individualidad y su construcción.
F.V.D.
FREDI CASCO
Casco interviene antiguas fotografías encontradas, donde niñitas de blanco toman la primera comunión.
Apropiándose de un común gesto gráfico, el de la velación de la mirada, oculta la identidad de estas niñas y oscurece la lectura que podemos tener de imágenes tan familiares a la cultura occidental.
BETTINA BRIZUELA
Brizuela juega con la escala y la memoria, reconstruyendo una pieza clave del mobiliario familiar.
Un ropero y un roperito que se enfrentan y desencajan lo recordado de lo imaginado.
Un video y un objeto que presentan lo real y lo virtual, rasgando sus límites.
Lo familiar es alterado por lo ominoso, el cual se hace presente en la repetición de un llamado.
CLAUDIA CASARINO
Casarino habla desde el vestido en un silencioso decir, donde la mujer es protagonista y su cuerpo se evidencia en una transparencia manifiesta.
Uniformes predestinados, funciones preestablecidas.
Depósitos de expectativas históricamente instauradas toman la forma de un guardarropa imposible de vestir.
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FUNDACIÓN MIGLIORISI
CAV/ MUSEO DEL BARRO
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