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GIRALA YAMPEY (+)
  MITOS Y LEYENDAS GUARANÍES por GIRALA YAMPEY


MITOS Y LEYENDAS GUARANÍES por GIRALA YAMPEY

MITOS Y LEYENDAS GUARANÍES

por GIRALA YAMPEY.

Editorial Manuel Ortiz Guerrero,

Patronato de Leprosos del Paraguay.

Tapa: Búho, fotografía de una cerámica indígena

Asunción - Paraguay, 2003. 177 páginas



MITOS Y LEYENDAS GUARANÍES PARA EL FUTURO

Suelen los pueblos ver su futuro en el pasado, en el pasado más remoto, en sus orígenes. Y si se trata de un pueblo que se imagina a sí mismo y se proyecta en una identidad duplicada -dos culturas, dos lenguas, por ejemplo- buscará en sus orígenes dobles la causa y razón de lo que quiere ser.

Los Guaraníes, ellos mismos raíz y cumbre mítica, no hablan de mitos, sino de Hermosas Palabras Primeras. Esta es una de las mejores definiciones que he escuchado, que no contradice las llamadas científicas sino las completa dándoles una formulación poética y práctica, que trae memoria y anuncia futuro. Porque, en efecto, lo primero, es también lo primigenio, lo primitivo y lo primordial.

En la mejor tradición de la mitología universal -que da la vuelta al mundo como serpiente que muerde su propia cola, desde la China y la India hasta Grecia, Roma y toda América para volver a los Mares del Sur-, la sabiduría del pueblo se dice en palabras luminosas, que precisamente por ser hermosas son fáciles y directas. Palabras más sencillas y simples que las de cualquier ley, y que no necesitan mayor explicación. Los mitos, creados a imagen y semejanza de los pueblos que los han imaginado, son al mismo tiempo la referencia natural y aceptable que no se discute, a la que se vuelve una y otra vez, a la que ni siquiera volvemos porque está siempre presente.

Hay que reconocer, sin embargo, que en la rutinaria monotonía en la que nos instala la modernidad autosuficiente y orgullosa, donde la variada selva se ve substituida por aburridos y peligrosos campos de soja o artificiales pastos para el ganado exclusivo, no está demás volver a los orígenes de nuestro futuro. Son los mitos y leyendas los que todavía pueden ser islas de descanso y frescor en el calor agobiante de los desiertos anunciados.

Es cierto que algunos de los mitos fundamentales de los Guaraníes, que los indígenas escuchan con alegre disposición y cuentan con bien humorado estilo, ya nos resulta de difícil comprensión. Sin duda nuestra mentalidad ya se ha alejado bastante de aquella concepción de vida y nuestra cultura ya transita por caminos más áridos y prosaicos. Es por esto mismo por lo que es conveniente y necesario volver todavía a los modelos paradigmáticos primeros para encaminarnos de nuevo por los senderos del bien y de la perfección.

Este libro que  Girala Yampey nos ofrece, sería como el guía y compañero que él mismo se ha procurado en los muchos años que lleva fuera del Paraguay, en Corrientes, sin dejar de mirarse en el espejo del río, que no divide sino une. A veces sólo la distancia permite una visión amplia y certera del propio mundo. Vestido de distancias, está más cerca de lo nuestro, que los vecinos más cercanos.

Esos mitos y leyendas se los ha contado sin duda a sí mismo muchas veces. Como ya no hay muchos contadores de esas cosas, si bien no faltan quienes nos llenan la cabeza y nos golpean los oídos con verdaderas patrañas y rumores sin sustancia, ha tenido que rebuscarse en los arcones de la memoria, en libros antiguos y tal vez en consejas de viejas, recordadas con cariño, los hilos e hitos que permitan reatar la historia y aseguren un camino más creativo hacia lo que siempre hemos querido ser porque ya lo fuimos y un futuro ya dicho en el pasado.

Los mitos y leyendas contenidos en estas páginas no pretenden ser una reproducción fonográfica y auténticamente fiel de tal o cual versión. Son versiones literarias -así lo entiendo- de un rico material que en cierta forma es ahora traducido de nuevo y de nuevo re-creado en nuevas formas. Son versiones libres, que en este caso no quiere decir fuera de la tradición, sino llenas de actualidad. He escuchado con frecuencia el relato de mitos entre los Guaraníes, y lo tradicional es que sean siempre nuevos. Es lo que pretenden, ya en otro contexto, estos textos. Una tradición no actual está muerta.

Son mitos y leyendas guaraníes y no necesariamente de los Guaraníes. Lo guaraní indígena hace siglos que se ha desdoblado en otra cultura que es la paraguaya que, por otra parte, no es una recién llegada a nuestra escena. La lengua guaraní retuvo muchas características de lo primigenio, pero no lo duplica mecánicamente, como sí la historia no lo hubiera afectado para nada.

Benditos los pueblos que piensan en y con sus mitos y son pensados por ellos. Benditos los pueblos que escuchan y hocen escuchar sus mitos y leyendas una y otra vez; que los repiten, los recrean y los re-escriben sin cansarse.

La lechuza  imagen -y logos- con que se presenta el libro, en la noche ve el día; es la noche resplandeciente e iluminada que contiene el resplandor y la luz de su nuevo día.

BARTOMEU MELIÀ,

s .j. - octubre de 2003

 


PRESENTACIÓN

De tan extendida en el tiempo, lo amistad que me une a Girala Yampey, puedo aseverarlo, se ha convertido en una verdadera hermandad.

Este estrecho relacionamiento me ha permitido conocerlo en su producción poética y en la prosa. En ambos géneros, tiene publicados vados libros.

El texto, que se presenta ahora, es producto de sus investigaciones que se refiere precisamente a los mitos y leyendas de su tierra nativa, el Paraguay; y que a pesar de haber vivido casi toda su existencia en la Provincia de Corrientes, nunca olvidó su origen humilde, reverenciándolo siempre y nutriéndose de la espiritualidad de su patria chica: Quiĩndy.

Estoy seguro que con la lectura del presente libro encontraremos un universo con el cual podremos identificarnos como hijos de esta tierra.

Me enorgullece que el hermano Yampey me haya permitido escribir esta breve presentación.

Mis agradecimientos también a la Editorial Manuel Ortiz Guerrero, dependiente del Patronato de Leprosos del Paraguay, por permitirnos la impresión de esta obra.

Asunción, Octubre 8 de 2003

ELÍAS FADLALA

 


INTRODUCCIÓN MITOS Y MITOLOGÍA

El contenido de los Mitos es motivo de interesantes reflexiones. Apreciaremos mejor sus valores si nos detenemos a observar los detalles de sus improntas, tanto por la importancia que tienen sus influencias en la formación de la cultura, como por el atractivo que ofrecen sus singulares elementos.

Como introducción, intentaremos esclarecer los conceptos que encierran las palabras MITO Y MITOLOGÍA, que ocuparán la primera parte del libro. En la segunda parte, haremos una reseña de las Leyendas. Nuestra intención es dar una visión global de los Mitos y las Leyendas guaraníes, en la que prescindiremos de muchas versiones y otras tantas variantes, constreñidos a omitir detalles por la necesidad de ser breves, aunque, seguramente, serían útiles para un estudio más amplio de la inagotable interioridad de esos temas. En especial en el caso de los Mitos, frondosos y apasionantes. Posiblemente, debido a ello, y por no contar con el rigor académico, o por desnudarlos de sus necesarios adornos literarios, caigamos en una suerte de galimatías, al no sumar descripciones esclarecedoras.

Comenzamos refiriéndonos al significado del vocablo Mito. Penetrar en el mito, fruto de la imaginación colectiva, representa mucho más de las breves definiciones citadas en los diccionarios. Es entrar en un laberinto del que no siempre es posible salir con una lúcida visión del contenido. Si superamos la dificultad de encerrar su definición en una frase corta, encontraremos nuevos obstáculos en las vallas que enfrentaremos para tomar un conocimiento acabado y profundo del asunto. Si deseamos conocer los mecanismos que conforman y movilizan a los mitos, hasta descubrir las funciones que cumplen en el pensamiento colectivo y en la conducta de individuos y comunidades, incluyendo el papel de su interacción entre las diversas culturas, notaremos también que el tema es mucho más complejo de lo que suponíamos. Desde ésta perspectiva, es posible entrever la amplia gama de situaciones y consideraciones que habría que tener en cuenta para dar al Mito su verdadera dimensión.

Entendernos por Mito, a la fabulación de una creencia que luego se erige en normativa, parámetro, arquetipo o modelo que constriñe, y azuza a la vez, a la mentalidad colectiva a cumplir ciertas conductas. Supone una forma de dependencia. Ejerce presión sobre el pensamiento. Produce miedo, temor o esperanza. Insinúa la posibilidad de la ocurrencia de algo. Lleva latente en sí un suceso o la inminencia de un acontecimiento. Presupone el posible advenimiento de alguna circunstancia o hecho que tiene que ver con el individuo o la comunidad. Tiene presencia viva en la mente y el sentir de todos. En cambio, la Mitología, nos introduce en el estudio de esas invenciones, hurgando en sus intrincadas redes para descubrir sus exigencias y entretelones, sigue los hilos conductores de sus enigmas y códigos, ayudándonos a desmadejar el ovillo misterioso de ese aspecto esencial y fundador de nuestra cultura. Fundador, porque los Mitos cumplen funciones que hacen de base y cimiento de las diversas culturas, sostenidas en ellos como si fueran anclajes y soportes, al conformar una caudalosa vertiente moldeadora de la Identidad. Todas las culturas, en sus orígenes, han sido talladas por el contenido de las invenciones del pensamiento y el sentir de los pueblos. Los paradigmas y las tradiciones, tienen componentes esenciales que han sido tomados de los mitos.

Mediante el estudio de los mitos, diversas disciplinas de la Ciencia, han encontrado caminos develadores de muchas incógnitas. Por medio del análisis de la conciencia colectiva, fue posible conocer más allá de lo que aparentan transmitir esas mismas fabulaciones, e interpretar las motivaciones, los orígenes, y el desarrollo del pensamiento colectivo. Hasta ingresar en los sistemas religiosos.

Si bien dicen, que el Mito se vincula con relatos fabulosos, ocurridos en tiempos remotos, relacionados con la creación, los cataclismos y la escatología, no es condición indispensable que se halle vinculado a una religión o esté ligado a la antigüedad. Podría afirmarse que sí, casi siempre, está conectado a cierta religiosidad, por cuanto, todo Mito, conlleva en sí mismo una creencia, aunque no responda puntualmente a una determinada Iglesia. Elaborado por la conciencia colectiva de las comunidades, es el resultado de la invención de hechos, vivencias, frustraciones, sueños, fantasías e ilusiones. Es mera ficción, sin estar limitado ni por el tiempo antiguo ni por la religión. Todas las naciones conviven con mitos antiguos y actuales, que constituyen una estructura invisible pero real que tiene sentido moralizador, explicando hechos, ocurridos o no, con intenciones de develar algún enigma o aliviar los agobios colectivos, sin ser necesariamente arcaicos o remotos. Muchos de los conocidos en nuestra zona, han llegado desde Europa, Asia o África y se han sumado a los aborígenes. Viajaron con otros elementos culturales. Algunos mantienen sus viejas vestimentas, en especial los cautivantes griegos y latinos, que son más conocidos que los propios. Otros han sufrido transformaciones, gracias a la digestión del pensamiento vivo de las naciones receptoras y, transponiendo la cortina del tiempo, se han adaptado y amoldado a este nuevo espacio. La interacción prosigue sin cesar, lleva y trae valores y recreaciones. Podemos hablar de mitos de hechuras más o menos recientes que invaden nuestro cotidiano quehacer. Es el caso, por ejemplo, del Mito del Arbolito de Navidad que ha desplazado prácticamente a nuestro tradicional y cristianísimo Pesebre, o su paralelo, el ahora popular Papa Noel que suplanta a los Tres Reyes Magos, de nuestras ilusiones infantiles.

Sin dudas, somos incurables y empedernidos mitómanos. Estamos condicionados a sus influjos. Convivimos con ellos. Mitificamos cosas, hechos y héroes. Hasta las supersticiones superan sus estadios y las introducimos en el entretejido de los mitos, convirtiéndolas en normativas de conductas o en cultos comunitarios.

El MBARETE (Autoritario, en guaraní), se ha transformado en un mito. Su Poder enerva los más caros anhelos de libertad y de creatividad ciudadana. Estamos inmersos en su invisible y nefasto influjo. El mito de la Inferioridad femenina, distorsiona hasta nuestra grafía. El Mesianismo, con su hijo, el Caudillismo, nos deja virtualmente al garete en las decisiones sobre problemas de nuestra comunidad, poniéndonos en actitud de resignada espera de un hombre providencial que solucionará por nosotros la Cuestión social y todos los problemas. La Viveza Criolla, el arquetipo del "vivo", único capaz de embromar impunemente al prójimo, es el mito del lúcido pillo, el aventajado burlador que no sufre castigos ni arrastra sentimientos de culpa. El Mito de la Bastardía nos hace despreciar lo propio y creemos que todo lo que viene de afuera es superior o, como encubierta revancha, a menospreciarlo.

Conforme a estas consideraciones, notaremos que estamos cercados por supersticiones y fetichismos. De entre ellos, emergen Mitos cuyos significados se habían tomado con una dimensión simplista sin comprender la importancia que adquieren en nuestra vida cotidiana. En una palabra, en nuestra cultura. De ahí el interés por darle el sentido amplio y esencial que tienen en nuestra existencia.

Desde la más remota antigüedad, durante todas las épocas, el hombre ha estado fabulando, inventando, y representando por medios de signos, símbolos y palabras, las elucubraciones de su mente en evolución. Asombrando ante los fenómenos naturales y atónito ante los desastres y horribles acontecimientos, había encontrado, desde aquellos tiempos, la fórmula para cobijar sus miedos y expresar sus alegrías y reencuentros. Había descubierto la solución para enlazar la realidad de sus inciertos pasos mediante las suposiciones o vislumbres sobrenaturales de las cosas. Dando brillo a sus ideas y puliendo sus sentimientos, edificó el mundo imaginario que, como un velo, cubrió su diario transitar y cimentó su vida espiritual. Ese es el espacio del Mito.

Estupefacto ante los interrogantes de su entorno; pretendiendo interpretar los enigmas de la vida y de la muerte; del amor y las desventuras, del dolor y la esperanza, requiriendo respuestas sobre los orígenes y el destino final del ser y de las cosas. Espantado ante los abismos que poblaban su mente y el pensamiento colectivo, y a la vez, admirando las generosidades de la hermosa senda de la vida, el hombre se afanó por encontrar fórmulas para simbolizar sus ideas. Utilizó signos y figuras, metáforas y narrativas, depuró las supersticiones, recurrió a los valores de su imaginación y amasó el tesoro de sus Mitos. De esa forma pudo explicarse a sí mismo lo que le era inexplicable por vía de lo histórico real. Creó el Mito y conformó su identidad en él. Inventó arquetipos, paradigmas, héroes culturales y las más fantasiosas descripciones del origen del mundo y la especie humana, oteando un destino feliz. Se dio ánimo y Fe a sí mismo, en la desoladora senda, insoportable sin esas visiones, y encontró el camino válido para elevar su religiosidad.

Esa fue y sigue siendo la función del Mito. Un remanso, un asidero, una bitácora que sostiene la brújula orientadora. Un punto de afianzamiento, para dar sentido a la vida. Algo intangible que alivia de agobios y permite conservar alguna esperanza.

Los Mitos están siempre con nosotros, lo seguirán estando mientras seamos capaces de inventar fábulas, de soñar promesas, de buscar horizontes que liberen nuestras angustias, o explicaciones a los sucesos inexplicables, o indagando sobre el origen y el destino de las cosas. Todas nuestras creencias tienen un entramado urdido en mitos. Nuestros rituales, nuestras ceremonias, nuestras costumbres y nuestras tradiciones, están saturados y pautados por Mitos. O al revés, en los Mitos se reflejan todas las azarosas y bellas aventuras del pensamiento colectivo, nuestra identidad y los diversos aspectos de nuestra cultura.

A su vez, los guaraníes, habían creado un maravilloso mundo mítico. A poco de conocerlo, despertó nuestra curiosidad y admiración. Verdaderos profetas de la selva, sin dejar sus improntas en monumentos imperecederos, sin llegar a la escritura, nos legaron, a través de su bello idioma, un rico y singular mundo mitológico. Apenas si llegamos a conocer los perfiles fragmentados de esas creencias. Grandes retazos, seguramente valiosos, han quedado extraviados entre los zarzales del camino, olvidados en el pisoteo invasor, perdidos en las prohibiciones de quienes llegaron desde afuera. Pero, lo que recibimos, fue suficiente para deslumbrarnos mediante el poético adorno de una lengua precisa, aglutinante y dulce Lo recibimos emocionados, como producto de una admirable y peculiar cultura silvícola, que ha sido plasmada en brillantes pensamientos que ennoblecen a la estirpe.

Para incursionar en los Mitos y las Leyendas, de origen guarani, hemos consultado las obras citadas en la bibliografía. Además, nos ayudan las vivencias propias, la "experiencia de campo", por acto de presencia, circunstancia que nos permite comprender medianamente el estrecho contacto mantenido entre los Mitos y el comportamiento colectivo, como un río mágico que corre de mente en mente, conduciendo las singulares estructuras que vigorizan la identidad cultural

Aunque no desearnos emitir juicios de valoración, creemos oportuno decir que resistimos la actitud de mirar las cosas en Negro y en Blanco. No todo es absolutamente Malo ni absolutamente Bueno. Las cosas, los hechos, las circunstancias, tienen secuencias y aspectos que permiten diversas interpretaciones. Nos atrevemos a señalar que hay influencias, a veces nocivas, de creencias que nos dan a ciertas normas y fosilizan el desarrollo del pensamiento. Tienden a dificultar o inmovilizar el libre juego de la cultura, justamente allí donde juegan las imágenes, petrificando o cercenando las energías creadoras. Hay mitos que vienen como anillo al dedo para instalar en nuestras mentes el Autoritarismo o el Menosprecio a las cosas propias. Otros, detiene la evolución de las recreaciones.

Mitos fueron, aquellas fabulosas fantasías que imaginaron la existencia de la "Ciudad de los Cesares", el “Paitití” "El Dorado", y otros supuestos lugares de increíbles riquezas, desbordantes de oro y pedrerías, que deslumbraron la visión de los conquistadores. Por entonces, eran mitos y movilizaron a los aventureros en busca de fortuna. Hoy, apenas son leyendas, historias de ilusiones vanas, nada más.

Hay mitos que nos manipulan, sin que los identifiquemos, y nos constriñen a resignarnos a sus nefastas consecuencias. ¿No son acaso mitos esos "modelos", que nos imponen las multinacionales, para sus propios beneficios, como si fueran los únicos e “ineludibles” caminos? Nos manipulan norman nuestras conductas y actividades, hasta deshumanizarnos. En tanto nosotros les rindamos culto y pleitesía, ellos se regodean y lucran con el manejo de nuestras actividades. Exigen nuestro sometimiento a la supuesta fatalidad, mediante falaces teorías que cercenan los más caros ideales humanistas de nuestras sociedades.

Iniciar un proceso de desmitificación, para desembarazarnos de algunos lastres, comienza por el conocimiento de la función del Mito, por frecuentar el mecanismo de su fabulación, la manera de cómo nos sujetan muchas veces a rémoras de un pasado ya no deseado, y su injerencia en la mente colectiva. A partir de allí, podemos vislumbrar los cambios que buscan los idealistas, las ilusiones forjadas por quienes sueñan en utopías. Esa sería la forma de revalorizar algo esencial de nuestra cultura, aprendiendo a conducir nuestra propia identidad, y resolver por nosotros mismos lo que queremos ser.

Debemos capacitarnos  para desechar lo que ya resulta inútil y perjudicial. Hay que enderezar el entendimiento hacia el objetivo de desmadejar algunos Mitos, para alivianarnos de cargas que nos agobian Si ello fuera posible. Debe haber alguna fórmula que nos permita zafar de las ataduras en que se convierten esos resabios de nuestra propia identidad, al relacionarnos con elementos fanáticos y fundamentalistas. Quizás podamos ayudar a apurar el lento proceso del dispositivo regulador, que tiene en sí mismo todo mito, y que posibilita la expulsión de su propio detritus.

Gracias a la Mitología, podemos penetrar más hondamente en los entresijos de la conformación de los, Mitos, hurgando a la vez en las raíces de la Identidad de las Naciones, Mediante la Etnobotánica, a sido posible averiguar sobre los alimentos usados, y su forma de consumo, por diversas civilizaciones. Con esos estudios, se pudieron interpretar, datos sobre las creencias, costumbres, tradiciones y otros elementos culturales, que sirvieron para clarificar etapas del proceso de los pueblos primitivos. Así, desde las narrativas mayas del libro “Popul-Vuh", se han recogido los datos necesarios para diferenciar dos importantes periodos en el desarrollo de su cultura. Una, llamada civilización del Maíz.

De la misma manera, bien podría la Etnomitología, rastrear en los vericuetos mitológicos de los pueblos, como ya lo han hecho estudiosos como Mircea Eliade y Claude Lévi-Strauss, entre otros, para descubrir los entretelones del pasado, así como los entretelones del pasado, así como elementos del presente pensamiento colectivo, identificando con certeza los resortes que nos impulsan desde atrás, desde el trasfondo de las fabulaciones.

La estructura del pensamiento colectivo, caracú de las conductas y las creencias, responde a los anhelos del Ser del individuo y a las expectativas de las comunidades. Necesitamos crear condiciones adecuadas para poder entender e intentar conducir esos pensamientos y las voluntades, descorriendo el velo que oculta de nuestra visión los hilos que los manejan. Así, podríamos conocerlos adecuadamente y estar en condiciones de tomar las medidas acertadas para gobernarlas por nosotros mismos, en armonioso desarrollo. Esa sería la función de la Mitología, mejor de la Etnomitología, que, con mucha eficacia, podría ser la referente válida para las experiencias sociológicas, históricas, filosóficas, y de las demás disciplinas que se ocupan del estudio del hombre y de su obra.

 

 

ÍNDICE

Mitos y Leyendas Guaraníes para el futuro (B. Meliá).

Presentación – Introducción: Mitos y Mitología

LOS MITOS:

DESDE LOS MITOS AMERICANOS// COSMOVISIÓN GUARANÍ// MITO DE LA CREACIÓN// MITO DEL JASUKAVY// MITO DE LOS GEMELOS// MITO DEL ORIGEN DEL FUEGO// EL MITO SOLAR// EL MITOLÓGICO AÑA// URUKURE'A// LA PALABRA-ALMA// LOS MURCIÉLAGOS// MBA `EPOCHY// MBA'ERNEGÜA//  EL JAGUAR AZUL// ÂINGÛERY// COLIBRÍ LANZA RELÁMPAGOS// PINDÓ Y FIRMAMENTO// EL MESIANISMO// LA TIERRA SIN MALES// EL OMBLIGO DE LA TIERRA// EL DILUVIO// LA DANZA TANGARÁ// KURUPI// PÓRA// JASYJATERE// POMBÉRO// KA'A PÓRA// JAGUARON// LOBISÓN// MALAVISIÓN// AO – AO// KARAI OCTUBRE// KAMBA VOSA// PAYÉ// KAVURE'I// MITOS ENTRONCADOS EN EL CATOLICISMO// LOS GAUCHOS ALZADOS Y SANTIFICADOS// CRUCES Y ANGELITOS// SAN LA MUERTE// SAN SON//  SAN CEOMO// SAN PILATOS// SAN PENTECOSTÉS// SANTA LIBRADA// SAN ANTONIO//  SANTA CATALINA// SAN BALTASAR// OTROS MITOS.

 

LAS LEYENDAS:

LEYENDA DE LOS HERMANOS TUPI Y GUARANÍ// DEL KARÁU// DE LA POLLONA// DEL URUTAU// DE LA YERBA MATE// DE LA MANDIOCA// DEL YRUPÉ// DEL MAÍZ// DEL CHAHÁ//  DE LA PAJA BRAVA// DE YRYVU// DEL SUINDA// PALOMA DE LA PUÑALADA// LEYENDA DEL KOROCHIRE// LEYENDA DEL GUARIRÁ// LEYENDA DEL GUAPO’Y// DEL GUYRA CAMPANA//  DEL AGUARA GUASU// DEL HORNERO//  LEYENDA DEL AGUAPE (CAMALOTE)// LEYENDA DEL ZAPALLO// LEYENDA DE LA CALANDRIA// LEYENDA DE KA'I//  DEL MBURUKUJA// DEL KA’I// DE KEMBA NAMBI// DEL SAIHOVY//  DE LA NUTRIA// DE TAMANDERE// DEL MBIGUA// DEL YSO-ENDY// DEL CHOCHÎ// LEYENDA DEL CHINGOLO// LEYENDA DEL PITOGÜE// LEYENDA DEL AROMITO// LEYENDA DEL AJU’Y// ORIGEN DE LA DANZA// LEYENDA DEL JAKAVERE// LEYENDA DE ANAHI// COLOFÓN

 

APÉNDICE: NOVIA DE ESMERALDA// ENOJO DE ÑANDERUGUASU// EL JAGUAR AZUL// LA PALABRA// COLIBRI LANZA RELÁMPAGOS.

 

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LOS MITOS - DESDE LOS MITOS AMERICANOS

Muchos investigadores, etnólogos, historiadores y seguidores del pensamiento del hombre, se han dedicado a examinar los Mitos y demás espacios sagrados del hombre. Desde distintas disciplinas del saber, se ha buscado la forma de descorrer los velos que cubren esas estructuras y desentrañar los símbolos que encierran. En el caso americano, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, desde los Esquimales hasta los Onas, las fuentes son inagotables. Muchos estudiosos, que indagaron en el tema, han escrito sobre sus contenidos. Algunos, superando la observación superficial, han analizado a fondo cada uno, y todos ellos, desmenuzando y cotejándolos exhaustivamente, hasta descubrir los hilos originales que los relacionan, sus motivaciones, sus significados y la influencia ejercida sobre los grupos aborígenes.

Estamos convencidos de que aún quedan muchos testimonios que sirven para proseguir tales indagaciones. "Los Mitos se desmantelan y nacen otros nuevos de sus restos", dice Boas, en cita de Lévi-Strauss.

Entre las diversas parcialidades, dispersas por las Américas, aún en su estado de aculturación y abandono, hay todavía muchos elementos que son recuperables. En ese sentido, Mircea Eliade, famoso historiador de religiones, se ocupó de explicarnos muchos pun-tos indispensables para la comprensión del contenido de los Mitos. El etnólogo Claude Lévi-Strauss, en amplios y detallados estudios, recogió los Mitos de América en su monumental obra: "Mitológicas", rescatando centenares de ellos. Siguiendo las diversas transformaciones y variantes, los desarma, compara, reduce y analiza. Confrontó sus entramados hasta descubrir la "inversión" de muchos de ellos en diferentes grupos aborígenes. Penetró en la urdimbre de todos y encontró las correspondencias entre ellos, tanto de metáforas inspiradas por el Tabaco , el Fuego , lo Crudo, lo Cocida, la Miel, la Conducta, como en los distintos elementos que simbolizan y relacionan los orígenes de las cosas, las costumbres y los rituales. Así, anotó las similitudes entre los casos de los Gemelos, que resulta ser un Mito presente en todas las Américas, con algunas variaciones en cada región. Lo mismo sucede con otros, conforme al extenso y meticuloso estudio citado. Los mitos de una región vuelven a ser encontrados en otras, con pequeños o con grandes cambios. A veces, con sus elementos ubicados en forma invertida pero siempre respondiendo a las mismas motivaciones. Hay mitos del Norte muy próximos a otros del Sur. Entre ellos, hay relación y asociación.

Al referirnos a los Mitos Guaraníes, es conveniente recordar, la distribución geográfica de los "Genuinos guaraníes" al decir de la antropóloga Branislava Susnik. Ella, demarca el área ocupada por los grupos de ésta singular cultura silvícola, cuyos territorios se dividían en GUÁRA (provincias), y el desarrollo de su TEKO (forma de vida).

Podríamos resumirla diciendo que los lugares de asentamiento incluían todo el Paraguay Oriental; parte de la región chiriguana (donde habían emigrado grupos de guaraníes Itatines, que guaranizaron a los habitantes vecinos), todo el Sur del Brasil, hasta el Océano Atlántico (carioca quiere decir tierra de los KARI'O), las actuales provincias argentinas de Corrientes y Misiones, y las Islas y orillas del Paraná hasta el sur de Buenos Aires. Generalmente, los grupos vecinos eran guaranizados, es decir, por contacto o imposición, se habían contagiado en gran medida de la cultura guaraní: creencias, costumbres (siembras) y hasta el idioma.

Hoy en día, los restos de Genuinos guaraníes sobreviven en grupos dispersos y desvalidos. Por un lado, los chiriguanos, en las fronteras de Bolivia, Argentina y Paraguay. Por otro lado, en la Región Oriental del Paraguay, las parcialidades PA'Ÿ-TAVYTERÂ, AVA-CHIRIPA, ACHE-GUAJAKI y los MBY'A-GUARANÍ. Estos últimos, también se encuentran en la provincia argentina de Misiones (al parecer deambulan a su antojo, sin control, por tierras paraguayas, argentinas y uruguayas) Otros grupos dispersos, vagan o se asientan en Reducciones del territorio Brasileño.

En el Gran Chaco, se encuentran diversas tribus, denominadas genéricamente Guaicurúes. La diferenciación principal entre éstos y los guaraníes se establece por el idioma, las costumbres y la cosmovisión. Los Guaicurúes vivían de la caza, la pesca y la recolección de frutos, siendo de hábitos nómades, detrás de la caza, en una geografía de tierra hostil y problemática para el armónico desarrollo de la vida. Sin dudas, ésta circunstancia ha tenido influencia en la conformación cultural. En cambio, los Guaraníes, además de esos recursos de subsistencia, se dedicaban a la agricultura en un territorio fértil y hospitalario. El indispensable o quizás forzoso asentamiento, con fines de cultivo, hizo propicio el fortalecimiento de los lazos fa-miliares y el nacimiento de virtudes y costumbres que se generan en la convivencia hogareòa y comunal.

Desde luego, los mitos guaraníes han tomado contacto con el hombre europeo, desde los tiempos de la invasión. Muchos fueron quienes escribieron sobre ellos, en crónicas y narraciones, a veces sin tener en cuenta su condición de Mitos. Algunos los hicieron con más provecho, incluyéndolos entre creencias y costumbres, o en relatos considerados herejes. Los religiosos: Juan Lery y André Thevet, quizás hayan sido los primeros en referirse a ellos. Otros, con posterioridad, se dedicaron a estudiarlos y analizarlos, como es el caso del ya citado Claude Lévi-Strauss.

Tomaremos como referentes, al brillante etnólogo paraguayo León Cadogan, quien pudo acceder a los Cantos Sagrados MBY'A, y al estudioso alemán Curt Hunkel, quien vivió 30 años entre los APÂPUKÚVA GUARANI y, acogido como un miembro más de la comunidad tribal, fue bautizado con el nombre de NIMUENDAJU por dicha parcialidad. Las obras son: de L. Cadogan: "AYVU RAPYTA", y de Curt Unkel: "LOS MITOS DE LOS APÂPUKÚVA GUARANI". Las transcripciones de los Himnos Sagrados, realizadas por ellos, en ambos grupos, son generalmente coincidentes y constituyen las fuentes principales que utilizaremos. Dichos textos, fueron traducidos por ellos y recuperados para nosotros en la palabra escrita. Aunque no conservan su integridad, constituyen la visión mística de los Genuinos guaraníes y han sido conservados en la tradición oral, guardados con celo de los oídos del invasor, por los pocos grupos que sobrevivieron al exterminio, en lenguaje aborigen, en la memoria y la palabra de quienes fueron los verdaderos dueños de éstas tierras.

Son fragmentos, apenas mantenidos en la fragilidad del recuerdo, repetidos de boca en boca, trasegados de mente en mente pero que, aún así, nos deslumbran por la asombrosa belleza de sus expresiones y la construcción de un Templo, intangible sí, pero que nos presenta un mundo maravilloso de pulidos pensamientos que enaltecen la religiosidad aborigen.

Los relatos sobre la cosmología guaraní, contenidos en dichos Himnos, describen el origen del mundo, de la tierra, de las cosas y del mismo Dios guaraní. ÑANDERUGUASU (Nuestro Gran Padre), surge de las tinieblas primigenias y crea para sí mismo su cuerpo, hace que se hinche la tierra, trae el esencial elemento del agua y luego, crea: la Palabra-Alma, una fracción de Himno Sagrado y una porción de Amor al semejante, que sus numerosos futuros hijos debían desarrollar. Las fabulosas narrativas, creadas por la imaginación de los hombres de la selva, que conformaron la mentalidad y la cultura del admirable pueblo guaraní, prosiguen con otras descripciones, incluyendo un gran incendio seguido por el Diluvio que cubrió la faz de la Tierra. Luego fue reconstruida por designios de Ñanderuguasu. Según vaticinios, sería nuevamente aniquilada para su posterior redención en otra, libre de males.

Los Mitos contenidos en los Himnos Sagrados, son de construcción poética, sumamente exaltadora de la nobleza del pensamiento guaraní. Entre ellos, encontramos muchos pasajes significativos, como las andanzas de los Gemelos, la obtención del Fuego, la misión del JAGUARETE HOVY (jaguar azul), la función del Colibrí lanza relámpagos, de la lechuza, de AÑA, MBA'E-POCHY, y MBA'E-MEGÛA, la conformación de tres almas en el hombre, y otros elementos sumamente interesantes.

Todas estas creencias, que forman parte de la religión de los genuinos guaraníes, fueron rechazadas, prohibidas y a veces ocultadas por ser consideradas herejes. De ahí su desfiguración y las distorsiones que han sufrido hasta llegar a nuestro conocimiento. Recién con las investigaciones de Curt Unkei, bautizado: NIMUENDAJU, por los APÂPUKÚVA, y las de León Cadogan, también bautizado con el nombre de ÑANDERU KUCHUVI VEVE, por los MBY'A, hemos podido acceder a las fuentes originales, aunque en retazos, de estos textos sacralizados, los ÑE'Ê PORÂ TENONDE (primeras hermosas palabras), como los llaman los guaraníes.


APÉNDICE

 

NOVIA DE ESMERALDA.

 

La mágica vara de Ñanderuguasu

es la fuerza celestial de la creación,

el fervor divino de los sentimientos,

la unicidad de Sol, agua y viento.

Es efluvio de esmeraldinos silbos,

el bastón del espacio estelar,

la pulsación del gozo de vivir.

Es la verde novia de la selva,

que expande el aliento del lenguaje

y convoca a desatar la memoria

para que prosiga el fantástico latido.

Por bóvedas sonoras,

es el cobijo del sentimiento,

la comunión del rocío y del pájaro,

el albergue de las promesas.

No escribe epitafios de odios,

y es libre la libertad, cada mañana,

en cientos de senderos que ofician de altares.

Por algo pervive su halo de milagros

donde el Jasukavy protege la existencia

y miles de ojos regresan al bautismo.

 

 

ENOJO DE ÑANDERUGUASU.

 

Ocurrió hace mucho tiempo.

Ñanderuguasu, con pectoral luminoso,

y el poder de su vara creadora,

hizo que se hinchara la tierra

y trajo el líquido esencial.

En ésa época se enojó,

después de crear, para sí mismo,

las hermosas plantas de los pies,

las manos con sus ramas florecidas,

y los órganos para ver, y oír, y respirar.

Luego de idear el fundamento de la palabra,

de componer un trozo de Himno Sagrado,

de germinar una porción de amor al prójimo,

de crear los Ñanderu, compañeros sin ombligo,

y de sembrar la primera chacra terrenal,

al descreer Ñandesy de sus poderes,

se enojó y se marchó a su Yvága.

Pero, sigue evitando que los murciélagos,

eternos enemigos del saber,

devoren los fuegos y las luces.

Su enfado no ofrece castigo

ni purgatorios ni infiernos,

y los Ñanderu, de corazón grande,

miran, continuamente a sus hijos,

dando fervor a los sentimientos

y moderación a las pasiones.

Envían lluvias para los sembrados,

y neblinitas y vientos favorables

para la maduración de los frutos.

Pero, Ñanderuguasu, no ha vuelto,

disfruta en ocio la dicha del goce pleno.

El buen Padre sonríe benevolente,

indulgente con nuestras necedades.

 

 

EL JAGUAR AZUL.

 

La hamaca celestial, de compás milenario,

hamaca el reposo de Ñanderuguasu.

El Jaguar Azul, mira nuestros sueños

y escucha el chas-chas de las maracas

con clamores que llegan desde la tierra.

Allí, entreveros de lanzas reclamantes

galopan rebeldes, sin descanso,

en inmensas llamadas que parpadean

a lo largo del sapukái que ha estallado.

Más allá, en el fondo de los valles,

se levantan otras voces no vencidas

en asoleos de arcos que originan

borbollones de sangre amotinada.

Es la sangre aborigen, mestizada

de nietos del jaguar que se ejercitan

y encienden fogatas convocantes

en la noche de la estirpe avasallada.

El abuelo Jaguar, vendrá cantando

a devorar a ladrones y falaces,

y a todos los tiranos y corruptos,

redimiendo a la raza sometida.

Los guerreros lucirán sus jeguaka

desenterrados desde el amparo

del pindo sagrado, indestructible,

y los mimby dejarán su largo exilio

junto al chús-chús de tacuaras rituales

que de nuevo sonarán, recuperadas.

Resurgirá de su largo cautiverio

la memoria sometida de los pueblos

y, engolfada en vientos primigenios,

alcanzará el Kandire de éstas tierras

para que el desquite del Jaguar sea cumplido.

 

 

LA PALABRA.

 

Velamen navegante de trajín empedernido,

amparo de soledades, muleta de balbuceos,

creada por Ñanderuguasu, con ecos del universo,

florecido en nuestros labios para construirnos,

te reconozco, colmena atropellada

en la garganta, recreada durante siglos.

Realidad y nada, incandescencia,

de boca en boca, de mente en mente,

trasvasada en vitales sonidos.

En ocasiones, sólo murmullo y, a veces,

huracán que destroza barreras opresoras.

Te reconozco, reveladora de signos,

más allá del signo mismo.

Soy un tosco aprendiz de tus sonidos,

y afanoso construyó puentes,

entre mi isla y tu y el Universo.

Deslumbrado, me detengo a descubrir

los secretos de tus fonemas;

quiero explorar tu arcilla, forjarme en ti,

ánima sonora del Padre Primero.

 

 

COLIBRÍ-LANZA RELÁMPAGOS.

 

Parábola azul, reflejo tornasolado

de la sortija de Kuarahy,

Colibrí-lanza relámpagos,

quiero que dances los brillos

mensajeros de Ñanderuguasu.

Le diste el frescor de tus aleteos

y el néctar del Jeguaka celestial,

ahora, cuéntanos las buenas nuevas,

alumbra con tus colores al corazón.

Danza duende divino,

tal vez anuncies nuevos retoños

o lluvias para los sembrados;

quizás alivio de alguna dolencia

o traes algo para alegrarnos.

Revolotea, moñito de soles,

bebe el néctar de nuestras vidas

y ve a contar al Padre Primero

que fuimos felices, como los árboles;

ahora somos ranas en boca del kuriju.

Pídele verdor para las chacras,

y risas para los niños,

armonía entre los hermanos

y sosiego para las madres.

Vuélvete danzando junto a Él,

háblale de nuestras alegrías,

y cuéntale de nuestras penurias,

consumado bailarín,

enviado de Ñanderuguasu.

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

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