HERIBERTO FERNÁNDEZ ESCRIBIENDO
PARÍS, Mayo 1924
Obra de JAIME BESTARD
Pastel sobre papel de 44 x 32 cm.
Colección PRIVADA
Tema INTERIORES REALIZADOS EN PARÍS
RECORDANDO A BESTARD
OLGA BLINDER
Comentarios 1956-1985, Oiga Blinder, pág. 50/52
(Publicado en ALCOR Nº 37-38 JULIO-Octubre 1965)
Al visitar la exposición de las obras de Jaime Bestard vemos primero el dibujo, trabajo de adolescente, y después la última pintura, inconclusa. Rendimos así nuestro sincero homenaje al pintor. Pintor en el más profundo sentido de la palabra, viviendo de y para la pintura, entregándose a ella en un enlace que sólo la muerte pudo destruir. El pintor y la pintura, y en esta fiel unión también hubo altibajos, alejamientos, infidelidades pasajeras -el teatro, la novela... -momentos más felices y períodos más opacos.
Recorriendo los salones del Unión Club en que se realizó la muestra acompañamos espiritualmente la vida del artista, que quedó grabada en los episodios de sus obras. Desde aquellas primeras pinturas anteriores a su viaje a Europa, en que aún no se advierte el saber que ese viaje le proporcionó; pinturas, si se quiere, intuitivas, en las que se siente ya el pintor, pero sin el dominio total de sus herramientas.
Vienen después las obras de París, con otra atmósfera, que nos trasladan en variado vuelo a aquel mundo que fue el suyo durante nueve años en los que aprendió a crear con los colores, los pinceles y la espátula el clima que nos envuelve al mirar aquellos cuadros.
Frío, llovizna, escasez, el atelier del artista, los puentes, el crepúsculo parisién... y más tarde los cuadros del regreso. Redescubrir el sol, el calor, la vegetación, el color. Vibraciones cálidas, espesas; los patios, la espátula, los crotos. Seguramente el Bestard que quedará en la historia es el de los patios y los crotos, pero él siguió pintando y cambiando. Post-impresionista cuando hacía más de cuarenta años que Kandinsky escribiera su "De lo espiritual en el arte", manifiesto del arte abstracto, Bestard no ignoraba el continuo movimiento de la pintura. Pero dudaba y sin aferrarse a nada, con auténtica sinceridad seguía pintando. Simultáneamente, en notoria contradicción, acusaba al arte moderno y realizaba pequeñas obras maestras sobre hojas de revistas y diarios viejos, con un sentido abstracto del color y de la forma en que se revela el dominio de la pintura acumulado a lo largo de años de trabajo y dedicación.
Todas estas obras estarán diseminadas por el mundo y nuestros museos, cuando decidan reunir para el futuro lo mejor del arte paraguayo, tendrán que conformarse con lo que puedan adquirir, sin tener la opción por lo mejor. En oportunidad de la muestra retrospectiva organizada por Amigos del Arte en el Unión Club se podía haber elegido aún, con sentido de responsabilidad nacional, aquello que Jaime Bestard seguramente hubiera preferido dejar a sus compatriotas como su mejor recuerdo, su homenaje a la patria y al arte. Y quizá habrían sido esas sus mejores obras, realizadas con la libertad del que está jugando, como un niño, a ser pintor y vuelca en ésos juegos, inconscientemente, siglos y siglos de arte.
OLGA BLINDER (1921-2008)
Pintora, dibujante, docente y grabadora. Realizó exposiciones individuales desde 1950. Expuso desde 1953 en muestras internacionales de arte. En 1954, conjuntamente con Josefina Plá, Lili del Mónico y José Laterza Parodi fundaron el GRUPO ARTE NUEVO. Hasta su deceso, mantuvo una activa participación en el mundo del arte y la docencia; se desempeñó como directora del Instituto Superior de Arte dependiente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción; fue miembro del CONEC (Consejo Nacional de Educación y Cultura) y dictó charlas sobre arte y educación.
FUENTE (ENLACE INTERNO)
JAIME BESTARD - ARTE Y DIGNIDAD
Por AMALIA RUIZ DÍAZ
Publicación realizada con el apoyo del FONDEC
© Amalia Ruiz Díaz
Fotografía: Amalia Ruiz Díaz y Juan Carlos Meza
Asunción-Paraguay 2009 (150 páginas)