EL COMPLACIENTE TRIBUNAL DEL SUR
Por ALFREDO BOCCIA PAZ
galiboc@tigo.com.py
El cura párroco de Edelira, Félix Miranda, fue encontrado culpable de abusar de un niño de 13 años, pero no irá a la cárcel, pues un Tribunal de Sentencia de Encarnación lo suplió por una donación de 5.000.000 de guaraníes al hospital local. Tanto el director de esa institución como el ministro de Salud rechazaron recibir esa indigna suma. Según estos jueces, este delito se puede arreglar con algo más de 800 dólares y no merece prisión. Un absurdo de este tamaño debe tener alguna explicación.
Los jueces benévolos son Blas Zorrilla, Fabián Iglesias y Nelio Prieto. El nombre del primero de ellos me hacía algo de ruido, así que me puse a buscar. El juez Zorrilla fue quien declaró inocente a Cicinio Cardozo, detenido en 2012 en el aeroclub de Colonias Unidas con 558 kilos de marihuana. Ese juicio tuvo que ser posteriormente anulado. Y Cicinio, unos meses más tarde, fue de nuevo apresado por la Policía bonaerense con otros 500 kilos de marihuana en una avioneta que despegó del Paraguay. El operativo se llamó “El señor de los cielos”.
El trío de jueces Zorrilla, Prieto e Iglesias es el mismo que hace poco produjo un escándalo al aplicar una pena exigua a los narcos Críspulo Garrido y Elvio Ramón Agüero, apresados en un control policial con casi 100 kilos de marihuana prensada. Esta sentencia también fue anulada por un Tribunal de Apelación en cuanto a la sanción dictada. La búsqueda me llevó a comprobar que estos tres jueces son conocidos por conceder penas bajas a narcotraficantes, violando principios constitucionales.
Abogados encarnacenos me recordaron el caso de Ismael Paredes Flor, considerado como el gran proveedor de drogas a los mercados de Argentina, Chile y Uruguay. Quizás usted recuerde su caso porque cuando fue detenido en compañía de sus hijos/colaboradores en un operativo llamado “Tormenta del Sur”, el narco exhibió un insólito hábeas corpus preventivo otorgado por la jueza de la Niñez Nilsa Monzón de Sarquis, para que la Senad no lo moleste. La Fiscalía pidió una condena de 15 años para El Patrón y 13 para sus dos hijos. Los ya citados jueces Prieto e Iglesias le dieron solo a 7 a él y absolvieron a los hijos.
Que estos jueces salven de la cárcel a un cura violador de menores no es una distracción. Nadie atenta tan bárbaramente contra el sentido común por simple despiste. Nadie provoca la indignación de la gente sin una recompensa que lo justifique. Ayer unos narcos, hoy un sacerdote, mañana un político. La Justicia paraguaya es así, un gran mercado donde todo tiene precio, donde la verdad desapareció de sus anaqueles. ¿Cómo han podido llegar hasta aquí ciertos jueces sin que ninguna estructura institucional los detenga?
Tengo fe en que, en este caso, ni los jueces ni el cura terminen tan tranquilos. Para los primeros está el Jurado de Enjuiciamiento y para el último, la Conferencia Episcopal Paraguaya. Si no va a la cárcel, por lo menos que no vaya a dar misa.
Fuente: ULTIMA HORA (ONLINE)
www.ultimahora.com
Sección OPINIÓN
Sábado, 25 de Agosto de 2018
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