Portal Guaraní - VOTACIÓN EN PASTOREO - Por ALFREDO BOCCIA PAZ

En abril de 1989 recibí la visita de Pancho De Vargas, antiguo compañero del Directorio del PLRA, quien me explicó que el partido tenía dificultades para encontrar representantes en todos los locales en los que se realizarían las inminentes elecciones generales convocadas para el 1 de mayo. Por eso estaban solicitando a personas no afiliadas o –como en mi caso– alejadas de la militancia que acepten tomar esa responsabilidad cívica. Fue así como me convertí en apoderado del PLRA en Pastoreo, nombre con el que era más conocido el distrito caaguaceño de Juan Manuel Frutos.

Emprendí viaje la tarde antes, acompañado de un jamaiquino que había venido como observador internacional. Mi acompañante parecía más preocupado por la posibilidad de que mi destartalado Escarabajo desfallezca antes de llegar a destino que por los enigmas de las primeras elecciones de la transición democrática. A los costados de la ruta aún se veían carteles de propaganda de Stroessner, derrocado hacía tres meses.

Los dirigentes locales del PLRA estaban terminando un cursito de capacitación a veedores de mesa, consistente en una única charla a jóvenes liberales maravillados de poder reunirse sin temor a ser apresados. Como el partido hacía años que no participaba de elecciones, nadie –incluido yo– conocía muy bien las reglas. Lo mismo ocurría en todos los rincones del país.

Los colorados, con más oficio, armaron las mesas y los locales el domingo muy temprano. Los liberales, menos disciplinados, fueron llegando más tarde. Los padrones electorales eran ridículos; en muchas hojas no había nombres sino números; el que no figuraba iba a la Seccional Colorada y allí obtenía una autorización para votar; los cuartos oscuros estaban repletos de gente y las papeletas opositoras desaparecían sistemáticamente. Al mediodía, nuestra tropa observaba con famélica envidia cómo los veedores de la ANR almorzaban opíparamente. Todavía no existía ni el subsidio electoral a los partidos.

El recuento de votos fue rapidísimo. Se leían los resultados de cada mesa y los guarismos se anotaban como se podía en hojas de papel. En ninguno de los locales de votación el total de votos emitidos coincidía con la suma de los sufragios de los partidos. Todo era una farsa. El apoderado colorado, Mochito Morales, quien sería años después presidente de la nueva Justicia Electoral, declaró que los comicios habían sido ejemplares y volvió raudo a Asunción. Ganaron los colorados por casi el 80% de los votos. Pero los del PLRA no terminaron tristes. Sabían que era el precio a pagar para que la transición siguiera moviéndose. Les interesaba más aplastar a los dos partidos liberales stronistas, algo que lograron con creces.

Esto ocurría hace 28 años y sirve para contestar a quienes dicen que nada ha cambiado. Aprendimos a organizar elecciones. Es casi un milagro que el TSJE, que tiene mañana una prueba de fuego, haya sobrevivido a políticos tan tramposos.

Cierto es que votar no es suficiente para una democracia, pero volver a la época de Pastoreo es mucho peor.

ENLACE INTERNO A ESPACIO DE VISITA RECOMENDADA

EL IDIOMA GUARANÍ, BIBLIOTECA VIRTUAL en PORTALGUARANI.COM

(Hacer click sobre la imagen)