Portal Guaraní - APOTEOSIS DE JOSÉ ASUNCIÓN (Poesía de Manuel Verón de Astrada)

APOTEOSIS DE JOSÉ ASUNCIÓN (*)
Aunque ya no palpitas en la carne y en la sangre,
Y tu voz ya no es sollozo de la raza ausente,
Ni tu presencia luz que perfora la mañana
Y vierte resplandores en tu tierra,
Todo vibra con más intensidad en tu recuerdo.

Las multitudes múltiples se yerguen
A enarbolar tu nombre en su bandera,
Y a sostener tu obra a pulso
De laureles, auroras y leyendas.
Nada ha muerto, Maestro, con tu muerte.

Es que eres inmortal como la idea,
Como tu propia música;
Como los grandes astros que eclipsan a otros astros;
Como el albor del día después del sufrimiento;
Como la esperanza ante el imposible anhelo.

Y tus propios hermanos que negaron tu gloria,
Y quisieron sepultar tu nombre
En el resumidero del olvido.
Todos esos pequeños seres
Se han de levantar un día
A encandilarse en tu gloria incandescente;
Igual que los insectos ante la llama de una estrella...
Y el odio por primera vez
Tenderá la mano a la emoción fraterna.
¡Oh la maravilla de los grandes muertos!

Nunca el axioma es tan cierto como ahora,
Que los grandes al morir renacen;
Y tú, claro Maestro,
Has renacido al fenecer tu cuerpo.

Cantan y silban tu Guarania -panambi sonoro-
Las más sencillas gentes
Que nunca conocieron solfeo ni pentagrama.
Es evidente que eres el epónimo padre
Vivo o muerto de las armonías cumbres de tu pueblo.

Nunca podrán por eso los que creen
Que se puede despeñar una montaña
Con un mal pensamiento de regreso;
Que puede adulterar el sentimiento humano
Con metales, patrañas y mentiras.

Un caudal de pechos conmovidos
Custodia tu honor y tu memoria excelsa,
Y una indomable juventud creadora
Labra tu estatua inconmovible, eterna,
Igual que tu Guarania hecha de flores.
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