LA LOCOMOTORA, 2009
Obra de MICHAEL BURT
EXPOSICIÓN "DE TRENES, ESTACIONES NOSTALGIAS Y ALGO MÁS ..."
(Pinturas y fotografías de Michael Burt)
Abril de 2009. Manzana de la Rivera
Desde el lejano 1962 donde en Michael Burt ingresa al mundo del arte en una muestra colectiva al inaugurarse el hotel Guaraní, icono de la arquitectura moderna latinoamericana, numerosos han sido los críticos nacionales y extranjeros que se han ocupado de la extensa obra de este gran artista- arquitecto paraguayo.
Con la pureza de su línea va creando espacios y estructuras que con la mixturas de sus colores, fruto de investigación constante, nos va dando esa sensación de vacuidad, soledad y vida en un tiempo detenido, capturado a través del manejo equilibrado entre la línea y el color.
La línea y el color conjugados estéticamente conforman las obras líricas de Burt, así como su tema recurrente el de la soledad, el vacío rayando los límites de lo metafísico ante el "ser o no ser" eterna duda de la existencia misma.
La línea va conformando la imagen de edificios, casonas, calles, rincones, espacios interiores, paisaje y hoy, la maquina, el tren, y la figura humana que conjugándose al color, de la mano de la nostalgia nos introduce en la historia. Llegando él a constituirse como ningún otro en el gran colorista del arte moderno de nuestro País.
Su interés en el estudio de la naturaleza radica fundamentalmente en la luz, el color - calor, en el pigmento de ese bochorno que invade los mediodías y las siestas en el Paraguay del eterno verano, que va envolviendo sus formas dándoles vida, pero vida congeladas, "es un estar no estando".
En su búsqueda constante de nuevos medios para expresarse, en esta muestra se abre a una otra dimensión técnica rindiendo así homenaje a la fotograba, ese arte postergado y que ensamblándola con la pintura, como si la pintura quisiera ser fotograba y ésta volverse pintura, complementándose ambas en un equilibrio casi perfecto, dándoles el lugar que le corresponde a cada una estas artes.
Hoy Michael Burt nos recrea; el tren, objeto fetiche de la época industrial acortando distancias; las estaciones arquitecturas que acompañan a esa época; la nostalgia que enmarca el recuerdo de un tiempo que ya fue, y para mi, algo más... que se vislumbra en la aparición de esas grandes nubes amenazantes en sus límpidos cielos anunciando no ya el tiempo estático si no, la tormenta, el tiempo del cambio en este País olvidado de la historia y en la aparición de la figura humana, de esos seres que asomándose a la ventanilla del tren nos ven pasar como el tiempo, como el paisaje, como el río que pasa para nunca volver; nos miran no ya desde ese viejo tren alimentado a leña si no desde el moderno tren bala, eléctrico que los trasporta con esperanza hacia un futuro mejor.
PROF. DR. OSVALDO REAL TORRES ASUNCIÓN
Abril de 2009. Manzana de la Rivera.
Ferrocarril en la estación
Otra Estación
Salida del tren
El fogonero
Interior del vagón
Estación Pirayu
Boletería
El cuarto pasajero
El Octavo Pasajero
La pasajera
Tren Bala
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