TIROTEOS SANGRIENTOS

Por GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ

En diez minutos, Stephen Paddock mató a cincuenta y nueve e hirió a quinientas veintisiete de las trece mil personas reunidas para un festival de música en Las Vegas (Estados Unidos). Pudo hacerlo porque en la habitación del hotel desde donde disparó contra la multitud antes de suicidarse, la policía encontró diecinueve armas de alto poder; en su casa, la policía encontró veintitrés armas más. Esto ha llevado a replantearse la pregunta de si se debe restringir la venta y tenencia de armas de fuego. En Estados Unidos, según estimaciones, existen 300 millones de ellas en manos de particulares; vale decir, más de una por adulto.

Sobre el asunto, quiero compartir la información del artículo de Mona Chalabi aparecido en The Guardian el viernes con el título How bad is US gun violence? (¿Cuán mala es la violencia armada en Estados Unidos?).

Según la autora, entre los países ricos, ninguno tiene tantas armas de fuego por persona, ni tantas muertes provocadas por ellas, como Estados Unidos.

Desde 1968, hubo allí 1.516.863 muertes causadas por esas armas; vale decir, más que en todas las guerras civiles e internacionales en que participó ese país desde su formación. Esto incluye la guerra de la independencia, la de México, la Primera y la Segunda mundiales, la de Vietnam, las de Irak, etc., que todas juntas suman un total de 1.396.733 muertes para el país del Norte. (La diferencia podría ser mayor, ya que las estadísticas comenzaron a recabarse a partir de 1968).

Los grandes tiroteos, como el del domingo pasado en Las Vegas, son solo una parte de la tragedia: solo un 1,5% de las víctimas, mientras que los tiroteos menores, menos publicitados, se han cobrado más vidas. Si se incluyen los suicidios, que hacen dos tercios de la cifra, en los últimos años las armas de fuego se han cobrado como promedio unas 33.000 vidas cada año (a esto deben sumarse los 70.000 heridos). Esto dice el artículo de The Guardian, que no hubiera creído de no estar respaldado por informaciones de otros medios responsables, como la BBC. En un artículo del 5 de enero de 2016 (Guns in the US), dice la BBC que las muertes provocadas por armas de fuego en Estados Unidos son treinta veces mayores que las provocadas en Inglaterra, donde existe un control mayor de la venta y tenencia de las mismas. En los Estados Unidos, las armas causan el 60% de las muertes violentas, y matan mucho más que el terrorismo: entre 2001 y 2011, excluyendo el atentado del 11 de setiembre de 2001, el terrorismo ha ultimado, como promedio, unos 31 norteamericanos cada año, aunque la lucha contra el terrorismo se haya llevado cerca de un billón de dólares del presupuesto público.

Teniendo en cuenta estos números, resulta imposible aceptar el argumento de que los ciudadanos tienen el derecho de armarse para defenderse: a más armas, más inseguridad. El derecho a la defensa es la letanía de los fabricantes de armas, que no quieren renunciar a un floreciente negocio y están empeñados en ganar dinero a cualquier precio. Supuestamente, esos señores tienen la Constitución de su lado; a la Constitución se la interpreta como se quiere, sobre todo cuando se financian campañas políticas. La codicia es funesta, y no solamente en el Norte, sino también aquí, por la manía de imitar lo malo: lo bueno no se imita.

Fuente: ÚltimaHora (Online)

Sección: Opinión

Domingo, 08 de Octubre de 2017, 01:00

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