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GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ

  LEVIATAN ET CETERA - Poesías GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ - Año 1981


LEVIATAN ET CETERA - Poesías GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ - Año 1981
LEVIATAN ET CETERA
 
 
 
 
 
 
 
Serie Poesía – Nº 1 – Junio 1981
 
Hecho el depósito que marca la Ley
 
Impreso en Paraguay
 
EDITORA LITOCOLOR
 
Mayo 1981
 
Asunción – Paraguay (pp. 64)
 
 

ADVERTENCIA DEL AUTOR
El presente libro es una colección de poesías escritas entre 1976 y 1979 - aproximadamente. La primera parte, LEVIATÁN, alude a la bestia bíblica que ha pasado a ser sinónimo de totalitarismo. La segunda, ET CÉTERA, tiene poca o nula unidad temática, pero quería publicarla. Gracias.
 

 
PARTE I
LEVIATAN
 
 
ARTE POÉTICA

El dios Apolo llegóseme y me dijo:
 
"-A ti, el más humilde de mis hijos
te ha cabido la gloria (la tarea)
de enumerar las miles de batallas
del hombre por la vida y su escenario;
pacientemente anota
el paso de la lluvia sobre el aire
el amor de las múltiples mujeres
las generaciones y los barcos
las amapolas rojas y las sangres.
 
A ti se te encomienda
la guía de teléfono divina
que registre los números oscuros
direcciones remotas y los nombres
de pueblos apagados y suburbios,
las bodas y las muertes sospechosas
en Paraguay, en Chile, en Argentina.
 
Escucha bien, vate alado,
poeta,
las tablas que te han dado
aquella máquina
para escribir más rápido,
tu corazón sangrando en el crepúsculo
tus lagos, tus mujeres solitarias,
hoy día tienen dueño
-se trate de Olivetti
del lago de Palermo
de Play Boy Magazine.
 
Definite chamigo, en las praderas
bordadas de asfodelos
en la noble colina del Parnaso
se tira a la derecha o a la izquierda.

 
LEVIATAN

Los ríos van al mar, pero del viento
se conoce muy poco;
nadie sabe si es heraldo de arcángeles
o escritura de un libro misterioso.
Nadie lo ha visto, pero el hombre sabio
apuesta por su símbolo.
 
Las tribus más feroces
siguen al Behemoth, encandiladas
por su frente de oro,
por sus ojos de piedra
de estúpido becerro.
 
"-Comedores de viento -nos han dicho-
de vuestro dios oscuro, ¿ qué se sabe ?
¿ Quién le ha visto los pies ?
Ante los cuernos duros
de nuestro dios se humillan las falanges
de Babilonia y Tiro
y caen sus murallas. El dios potente
de la Nueva Israel es con nosotros.
Suya es la gloria, suyos nuestros ojos
y aún tus ojos necios al mirarle
porque suyo es el culo de tu esposa
y aún tus diversiones semanales.
El nos entrega el mundo
sin requerir el corazón a cambio.
Nuestro señor banquero, fifty-fifty,
reparte las ganancias con nosotros.
Habrá sangre en su altar. Eso lo admito.
Mas homo homini lupus, es preciso
sobrevivir, darle empleo a la gente
en este mundo nuestro
el mejor entre todos los posibles.
 
Hijo mío, te lo dice este anciano,
no escuches sus palabras
ni sus ofrecimientos de trabajo.
No los sigas en sus orgías insensatas
en los burdeles de Babilonia o de Manhattan.
No ames a las mujeres rojas de Penthouse.
No te arrodilles ante falsos dioses
ni blasfemes con sus coroneles.
 
Hijo mío, mira a su dios estúpido,
mira al torpe becerro consagrado:
No puede ver, mas ojos no le faltan
no puede caminar, no puede amar
con su callado corazón metálico.
Somos hombres, fabricamos los dioses,
mas somos a su imagen.
Si amas al hombrecillo de oro
se secará tu sangre como el metal
se secará tu lengua
se secarán tus ojos
se secarán tus manos y tu vientre.
 
Ama al Dios verdadero sin retratos
ni templos ni moradas
porque El no tiene cara
y El es todas las caras. Y El no está.
Búscalo en el silencio.
 
A veces pasa un ángel
con su carro de fuego, pero el ángel
es apenas su huella
en el espejo cóncavo del viento.
Y el templo es sólo un punto en su escritura.
Y eres templo también,
tú eres el templo.
 
Vela, hijo mío,
acecha en el silencio
en la noche profunda de tu pecho
la palabra preciosa
que saciará tu impura sed de imágenes.
 
El llegará. La espera no es estéril.
Es el agua fecunda
con que la lluvia limpia los barbechos
antes de la cosecha.
En tu puro silencio, en tu blasfemia rota
se incuba un hondo canto
que romperá la valla de los siglos
y atravesará las constelaciones
y las comisarías de los hombres
para llegar, volando, de hombre a hombre.
 
Acepta tu penumbra, tu rabia y tu silencio.
Pasarán largos años, pero un día
podrá llegar el Hombre
su Profeta
su Nuncio prometido.
Sus palabras
serán corno una espada fulgurante
para quemar el aire
y desnudar el alma de las cosas.
Ese día quedarán revelados los pergaminos sabios
que guardan los ancianos de la tribu.
 
Pero (escúchame) el Hombre
no llevará señal sobre la frente
ni hablará con parábolas;
dirá las cosas simple, claramente,
hablará en las cafeterías y los circos.
El beodo, el colérico, el nigromante falso
no oirán sus palabras
entorpecidos por el vino rojo
de la vid, el rencor y de la magia.
 
Animará la música dormida
en las rosas oficiales
y en los pechos
de las muchachas vírgenes.
Se elevará su sol resplandeciente
-el de la vida-
más que el sol de Hiroshima.
 
La negra Ker, la Parca de Quevedo
recibirá patadas en el culo
y todos cantaremos al unísono:
- ¿ Dónde está, oh muerte, dónde, tu victoria ?
 
(Esto que yo te cuento, hijo querido,
pasó hace mucho tiempo).
 
Ya la vida me deja.
Es preciso iniciarte., ya eres hombre,
acércate y escucha
mi palabra final:
Ya no es secreto el Símbolo.
Tú puedes ser el Hombre.
Yo puedo ser Elías, San Juan o Juan González.

 
CÉDULA DE IDENTIDAD

¿Por qué no biografía?
La mía, paraguaya,
algún temblor de esteros imantados
por la luna del trópico,
la noche tropical y las mujeres
más hondas que la noche;
por qué no guacamayos luminosos
rojas aves del sueño, caimanes fabulosos
la vacilante luz de los jazmines,
naranjas perfumadas por la noche;
el inventario
fascinante y folklórico
que nos atan al cuello
cada vez que queremos
hablar como nosotros.
 
Pero no, compañeros,
la luna es siempre la luna
el aire es aire
pero el hombre no es Hombre
algunas veces,
a veces, cuando olvida
su cara en un espejo.
 
Te agradezco, Abenámar,
tu cortesía aquesta
mas disiento.
Si vine a hablar de mí
frente a vosotros,
si he venido a explicarme
no haré ningún discurso
ni tronaré, patético,
en el podio.
Con toda cortesía
(todo orgullo)
me llevare la mano a los bolsillos
al corazón, al cuello
al calzoncillo
para hallar y enseñar
discretamente
esta raíz oscura e incompleta
que me crece por dentro.

 
HABLANDO CON LA MADRE PATRIA

Hablando claramente
podríamos decirte
por qué has quedado pálida
al leer las noticias del diario
frente a un hecho
que quizá no es lo básico.
 
Podríamos decirte en qué la luna
difiere de las lunas del teatro
de tus fiestas paganas u oficiales
o judeocristianas, o simplemente
obscenas e importadas.
 
¿Alguna vez pensaste para dónde
te han llevado tus pasos?
¿Vuelves a ti después de cada noche
y te miras, y adviertes el cansado
color de tus miradas y tus trajes
y el revuelo insolente de las luces
del carnaval ridículo en que bailas?
 
Desde lejos te alcanzo para verte
como una dama gorda y recatada
que ha perdido su tiempo en reuniones
y a veces (digo las más) se calla
o llora o va de compras, pero siempre está sola.
 
Mas déjame decirte que te quiero
con un amor convulso como el odio
con el amor del odio.
Que desde lejos vuelven tus contornos
hasta mí, con tu suma y tus fracciones
tu agonía ridícula, tu corazón en babia.
 
Pero, ¿cómo decirte lo que eres
si es la sangre un mensaje más intenso
que tu callado río innumerable
y somos sangre y sangre y agua y agua
y respiras conmigo, feto y madre?
 
A veces es preciso, sin embargo,
utilizar palabras como piedras
para llamar al alma;
te tiro mis palabras como el niño
las tira a la ventana
para dejarte algunas piedras blancas
sobre una piedra negra
o quizá solamente piedras negras.
 
Oh patria, nombre único
multitud de luceros y de sábanas
oh cáliz de las luces, puerta amarga.
Patria, maldad, mis pantalones largos
mi primera aventura, oh todos mis amigos...
... ¿Los puedes recordar?...
¿Verás a Pocho y Jorge como niños
o durmiendo, tirados en la calle
en un sueño de balas y gendarmes?
¿Pensarás en René? ¿Podrás ver a Juan Carlos
como a un muerto
a quien le van muy chicas cuatro tablas?
 
Déjame que te cuente. Un día despertamos
(nosotros, los muchachos, la perrada)
"ebrios de fiestas" si así te gusta, o
simplemente un poco empelotados.
Mi madre no me había acostumbrado
a ver la muerte. Un día despertamos
y allí estaba la tipa. No sabía
que se puede morir también de siesta.
Que a las tres o las cuatro de la tarde
llega la camioneta colorada y opama.
Y ves hermano
cómo todo se acaba y nuestras vidas
son ríos literarios
porque en verdad el río de la muerte
o el mar que es el morir es pura fábula
y un día se te acaba y eso es todo.
Y lo peor que nadie te recuerda
y que siguen los bailes
y ayer se fue tu hermano pero estamos
con elección de reina como nada...
 
Es por algo (te dije) madre patria
que a veces te quedás sobresaltada
cuando un pelo en la sopa, una pavada
(cuando un acto fallido, como dicen
los señores psicólogos)
de golpe te recuerda alguna cosa
que no sabés muy bien y estás tan pálida. . .
 
. . . Es por algo, te digo, alguna cosa
que conocemos todos. No es por nada.
 

 
PARTE II
ET CETERA

 
Cuando crece la sombra
cuando la tibia noche en torno a ti adelanta
tú floreces y vuelvo a tu mirada
vuelvo a tu boca terca, a tu temblor, tu celo,
vuelvo a tu luz y a tu piel insistente.
 
Llegas de pie, como una lenta música
como el vestido blanco de la lluvia,
llegas como vestida de estaciones
llegas trayéndome un cierto poniente
una luna perdida, alguna tarde
caída sobre el agua, una mañana,
llegas de golpe con las manos llenas.
 
Y entonces, ¿dónde estamos
cuando al día enemigo
sigue la noche lenta de los besos,
sigue tu amor, caliente como un templo
de plata incandescente,
la llama demorada de tus ojos,
el impaciente abrazo de los muslos
y tu piel y tus manos, tu cabello
como una noche fresca que me abraza
y somos en silencio, entre sollozos,
entre quietos relámpagos,
entre sueños que vuelven, entre sábanas?
 
Veré caer el sol como una dura piedra
del corazón amigo de la noche;
las casas serán casas
los árboles los árboles.
Y su luz implacable
ordenará las cosas.
las calles poluídas de automóviles
entregarán su carga de empleados
a cientos de oficinas. Renovarán las máquinas
su canto de sirenas invencibles.
Por todas las esquinas recorridas
me seguirá un ejército de nombres.

 
MIRANDO EL RIO PARAGUAY

Mis ojos no miraron
más que el poniente estático
de la tarde caída en la mirada
de una novia ya extraña.
 
Acaso como en sueños
no sabía que el río tiene historia
que en su esplendor, su ocaso, su agonía
bogaron carabelas y piraguas.
 
Sentí la tarde enorme poseída
de una sola presencia. Ahora vuelvo
a caminar por esa misma orilla
y veo que hasta el aire está poblado.
 
Discurre el corazón entre perfiles
de acero. Si ha perdido
su inconsistente encanto adolescente
decidme donde estoy. Decidme donde estuve
Discurre el río
con su ominoso cinturón de aceite.

 
CREPÚSCULO

Momento de presencias
cuando crecen las sombras y las bestias
y el corazón, una campana oscura,
golpea desde adentro.
 
Una tarde que llega
con residuos
de mi forma de ser.
 
Recobro una mirada
la argentería frágil
de palabras y sueños.
 
Algo que vuelve acaso
como un barco
bogando por un río inexistente;
como un espejo roto
con el marco
cerrando el agujero
donde se ve la imagen
que niegan los espejos.

 
MUJERES DEL SUBURBIO

(Chacarita, Asunción)

I
Mujeres, carne oscura
carne tempranamente inaugurada
trabajarla sin término
por el limo del río poluído
por el hombre sin nombre
el hombre sin palabras
que llega pero pasa como el río
dejándote un remanso
de camalotes secos en el alma.

II
Mujeres, Severina
María, Juana, lgnacia, rostros duros
y manos destruidas:
¿Habéis oído acaso de la reina
de aquella Cleopatra
de piel gloriosa, clara
sedosa y delicada como el alba
donde halló trono el hombre
que cambió su corona por sus manos?

III
Rapunzel, lirio blanco
le tiende sus cabellos al amante
y Margarita sueña
y dona Sol pasea por el parque
donde la luna es plata
y el amor estandarte
¡Oh mujeres sutiles cinceladas
por artistas y amantes!
¡Mujeres con brillante y con esclava!

IV
Pero a vosotras, niñas
sin doncellez, mujeres sin amante
¿qué príncipe constante
o, más modestamente, que operario
constante os amaría?
Hay que tender la ropa
coser, lavar, zurcir, fregar el piso
(si hay piso) cada día
darle el pan, la cama y la alegría.

V
En la noche del río
sin ruiseñor ni perla ni jardines
sin duelo ni suspiros
el sueño llega torpe y sin sonido
cayendo como oscura.
piedra en el agua inmóvil.
¿Podéis pensar acaso en otro empeño
más real que el dormir
el corazón sin pena ni sentido?

 
ESPERA

Dije a mi corazón: No te apresures
si ves el agua muerta del invierno
que se pudre en las hojas,
si ves la nieve adentro y por afuera
señales sin sendero.
 
Aún tú puedes ver el mar Cantábrico
cuando latía el Can, la pedrería
sin número del cielo. Quedan puertas.
Y has besado muy poco. Todavía
no te viste en tus sueños.
 
Sabes lo que no sabes; tu saudade
que es proyecto y recuerdo.
Apaga ese tumulto de tus voces
como apagan los cirios en la iglesia
para sentir la oscuridad poblada.
 
Aprende a amar esa pequeña historia;
tus olvidos, tus sueños incompletos.
Mira que en tus sentinas quedan pasos
todavía sin dueño. Que te llaman
aunque no sepas quien, de más adentro.

 
HALLÁZGO

Como se busca el oro en el escombro
del incendio, en las ruinas del palacio,
yo busco el resplandor de aquel espacio
en el recuerdo, el frío y el asombro.
 
Porque no estamos ya. Las soledades
que un día compartimos, la esperanza,
la claridad, la luz eso no alcanza.
Somos remotas, tercas realidades.
 
Amaste la alegría más sencilla
de lo real; la clara maravilla
de vernos y de ser y de abrazarnos.
 
También te amé pero seguí a mis sueños.
Ya te vas, ya despierto, ya soy dueño
de tu imagen final al separarnos.
 
 
 
 
 
 
 

 
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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