ROCA, TRISTÁN
Santa Cruz de la Sierra/ Bolivia, 1826 - San Fernando/Paraguay, 1868. Poeta y ensayista.
Aunque boliviano de nacimiento, su vida y su obra están profundamente asociadas con el Paraguay. Cuando llegó a este país, en setiembre de 1866, huyendo de los asedios del General Mariano Melgarejo, tirano de su pueblo, el Mariscal López - no obstante hallarse la nación en guerra - le concedió asilo, junto con otros de sus compañeros de lucha.
Comenzó a colaborar, en prosa y verso, en “SEMANARIO” y en 1867 pasó a residir en Areguá.
Fue director y redactor de EL CENTINELA y escribió poemas patrióticos, entre ellos:
· “Canción de las areguanas (sic)”,
· “Canto de las mujeres de la capital y Areguá”,
· “Himno al Ser Supremo”,
· “Fragmento de una balada”
· y un ensayo teatral: “La conferencia de Don Pedro II”.-
En 1867 publicó dos importantes ensayos: “Literatura guaraní” y “Literatura nacional”, verdaderos anticipos de su tiempo. Murió incomprensiblemente en aquella jornada de horror que fue San Fernando, pero su nombre está asociado a la evolución del romanticismo paraguayo, del cual supo ser generoso partícipe.-
Sus connacionales de Santa Cruz de la Sierra le han rendido el debido homenaje, entre los que se destaca la biografía del historiador cruceño don Hernando Sanabria Fernández. Asimismo le está destinado uno de los capítulos de Areguá en las letras paraguayas, libro (aún inédito) del conocido crítico e investigador Raúl Amaral.-
Fuente: "BREVE DICCIONARIO DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 2da. Edición – AUTORA: TERESA MENDEZ-FAITH ** Editorial EL LECTOR, Asunción - Paraguay 1998
TRISTÁN ROCA - EL EXILIADO BOLIVIANO (X) por: CÉSAR GONZÁLEZ PÁEZ
Hoy hablaremos de un caso atípico en Paraguay, ya que estamos acostumbrados a que los intelectuales de muy merecida fama tengan que irse del país por persecuciones políticas. Entonces, comprobar que un hombre poderoso como el MARISCAL LÓPEZ haya aprobado el asilo de un hombre que huía de otro régimen dictatorial en Bolivia, es algo que genera curiosidad histórica.
Nos referimos concretamente a un hombre nacido en Santa Cruz de la Sierra. Se llamaba TRISTÁN ROCA (1826-1868) y fue poeta y ensayista, logrando ocupar un lugar en las letras nacionales. El DICCIONARIO DE ESCRITORES PARAGUAYOS, de TERESA MÉNDEZ-FAITH, lo incluye, señalando que, aunque boliviano de nacimiento, su vida y su obra están profundamente asociadas con el Paraguay.
Apuntan que cuando llegó a este país, en setiembre de 1866, huyendo de los asedios del general MARIANO MELGAREJO, tirano de su pueblo, el Mariscal López –pese a hallarse la nación en Guerra- le concedió asilo, junto con otros compañeros suyos de lucha.
Su desempeño literario comenzó a evidenciarse en prosa y verso en El Semanario, y en 1867 pasó a residir en Areguá. Fue director y redactor de El Centinela y escribió poemas patrióticos, entre ellos: CANCIÓN DE LAS AREGUANAS (SIC), CANTO DE LAS MUJERES DE LA CAPITAL Y AREGUÁ, HIMNO AL SER SUPREMO, FRAGMENTO DE UNA BALADA.
Se sintió atraído por el ensayo teatral con el trabajo titulado LA CONFERENCIA DE DON PEDRO II. En 1867 publicó dos importantes ensayos: LITERATURA GUARANÍ Y LITERATURA NACIONAL, verdaderos anticipos de su tiempo.
Teresa Méndez-Faith señala, asimismo, que murió de manera incomprensible en aquella jornada de horror que fue San Fernando, pero su nombre está asociado a la evolución del romanticismo paraguayo, del cual supo ser generoso partícipe. Sus connacionales de Santa Cruz de la Sierra le han rendido el debido homenaje, entre los que se destaca la biografía del historiador cruceño don HERNANDO SANABRIA FERNÁNDEZ. Asimismo le está destinado uno de los capítulos de AREGUÁ EN LAS LETRAS PARAGUAYAS, libro de la autoría del conocido crítico e investigador RAÚL AMARAL.
En Bolivia también se habla de nuestra figura de hoy, señalándose que los escritores de esa época dedicaban sus letras a las glorias de los caudillos victoriosos o a la triste condición del país. La poesía boliviana de la independencia está impregnada de las pasiones políticas.
Entre los poetas más destacados de este periodo incluyen a Tristán Roca, a pesar de su alejamiento forzoso.
(x) Del diario ÚLTIMA HORA (El Correo Semanal), 12-13 de mayo de 2001 (Asunción, Paraguay).
ACOTACIÓN DE FA-RE-MI: En el libro “MÚSICA Y MÚSICOS DEL PARAGUAY” del Dr. JUAN MAX BOETTNER (reeditado por nuestra Revista en 1997), en las págs. 109/110 trae a colación una de las poesías que se menciona en este comentario. Lo curioso es que no tiene autor; pero sí la fuente donde fue publicado. Además, la obra poética se llama solamenteCanción. Veamos lo que escribe el Dr. Boettner:
El Cabichuí del 9 de enero de 1868, fechado en Paso Pucú trae la siguiente poesía que aún espera de un buen músico que la ponga en pentagrama. Es por otra parte, impresionante por destacar la situación extrema que obligó a las mujeres a empuñar un fusil.
CANCIÓN
Marchemos, marchemos
Volando a la lid
Y toda Areguana
Empuñe un fusil.
Dejemos las ruecas
Que suena el clarín
Y toda Areguana
Empuñe un fusil.
Broten lindas flores
En nuestro Pensil
Que toda Areguana
Empuñe un fusil.
Que ajite sus olas
Ipacaray
Que toda Areguana
Empuñe un fusil.
El campo se cubra
De rosa y jazmín
Que toda Areguana
Empuñe un fusil.
Tiemblen las legiones
De cobardes mil
Que toda Areguana
Empuñe un fusil.
Que vengan los negros
De inmundo redil
Que ya la Areguana
Empuña un fusil.
Y jurando todas
“Vencer o morir”
Diga la Areguana
“Al hombro un fusil”.
Fuente digital: PARAGUAY PROFUNDO NRO.15