A LA MUJER PARAGUAYA
Poesía de TRISTÁN ROCA
Numancia, Esparta y la soberbia Roma
asombran al mundo con su gloria,
sus laureles aun viven, su memoria
eternamente vivirá también.
La mujer paraguaya, que esforzada
sostiene con orgullo, su bandera,
erguida se levanta cual palmera,
para ostentar su coronada sien.
En vano el invasor, en vano intenta
el nombre aniquilar del paraguayo
si en cada acero se refleja el rayo,
si en cada pecho la pujanza está.
La mujer... La mujer... Ángel del cielo,
que cubre con sus alas lo colores.
Sus alhajas, sus joyas y sus flores
en aras de la Patria ha puesto ya.
Cual cándida paloma de los valles,
que solícita cuida de su nido,
la mujer paraguaya a grito herido
ha jurado guardar su libertad.
Y esa voz temerosa y compungida,
que clama por su patria y su bandera,
hará temblar la escuadra brasileña
gritando atrás la iniquidad
Tristán Roca
Asunción, 6 de marzo de 1867.
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LA MUJER PARAGUAYA
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