ESPANTADIABLOS
Poemario de JACOBO A. RAUSKIN
Premio Nacional de Literatura 2007
Editorial Arandurã
Asunción, 2008
(Primera Edición, agosto 2006)
Nacido en Villarrica en 1941, Jacobo Rauskin es un poeta fundamental en las letras paraguayas contemporáneas. Variada y sostenida en el tiempo con frecuentes publicaciones, su obra abarca una veintena de títulos, entre los que citamos algunos de los más recientes: PITOGÜÉ, EL DIBUJANTE CALLEJERO, DOÑA ILUSIÓN y LA REBELIÓN DEMORADA. El poeta ha recibido numerosos reconocimientos. En 2007, obtuvo el PREMIO NACIONAL DE LITERATURA por este libro que ahora ofrecemos en segunda edición: ESPANTADIABLOS. Al escribir sobre Rauskin, el poeta argentino SANTIAGO SYLVESTER nos dice: ... es la época, el inevitable presente, lo que se cuela entre los pliegues de sus asuntos poéticos: no quiere trabajar la materia heredada para eludir su tiempo, sino para insertarse en él con responsabilidad y mucha opinión. Es el "cantar opinando" de nuestro Martin Fierro, con los conflictos que se ven con sólo asomarse a la calle: por eso recorre bares, barrios populares, enumera oficios, denuncia injusticias y no tiene miedo de abrir sus poemas, de hacerlos porosos, para que por él deambule el viento.
EL TRABAJO DE JACOBO RAUSKIN
Una frase muy buena, cuyo autor desconozco, dice que en todo poema debe notarse que Homero existió. No se trata, desde luego, de replegarse a la comodidad de una tradición, ni de apoyarse en ella para legitimarse, sino casi de lo contrario: de conocer el trabajo de la humanidad, usarlo a favor, y tener la sospecha de que la historia del arte no empieza con uno y sus amigos. Y todo esto, precisamente, para no repetir, por desconocimiento, una fórmula consagrada, ya que sólo sabiendo de su existencia es posible evitarla y quizás renovarla.
Me parece evidente que en los poemas de JACOBO RAUSKIN (autor de una ya copiosa producción) hay un uso programático de ese trabajo de la humanidad, que sirve para hacernos conocer, no sólo una filiación, sino también una posible dirección, puesto que las intenciones de un poeta suelen estar cargadas de precedentes. Rauskin conoce el largo aporte que comenzó en Homero, se remansó un tiempo en esa edad de oro que fue el Renacimiento, pasó por la Ilustración, donde se cargó de sentimiento político, pegó en nuestro violento y creativo siglo XX, y nos sigue acompañando con un arrastre de materiales diversos: el magma complejo donde estamos.
De ese aporte histórico, Rauskin elige sus herramientas y las emplea para contar la experiencia de esta época; porque es la época, el inevitable presente, lo que se cuela entre los pliegues de sus asuntos poéticos: no quiere trabajar la materia heredada para eludir su tiempo, sino para insertarse en él con responsabilidad y mucha opinión. Es el "cantar opinando", de nuestro Martín Fierro, con los conflictos que se ven con sólo asomarse a la calle: por eso recorre bares, barrios populares, enumera oficios, denuncia injusticias, y no tiene miedo de abrir sus poemas, de hacerlos porosos, para que por él deambule el viento.
ESPANTADIABLOS es el título de su último libro. Sería posible, siguiendo la huella que él mismo nos deja, ponerle cara a esos "diablos" que se propone espantar; pero lo más interesante, en todo caso, es que Rauskin los espanta con plena eficacia de lenguaje, con precisión y tino poético, y que ese largo conocimiento que comenzó en Homero nos llega cargado de aciertos: nos convence de que vale la pena esa fiesta de la inteligencia y la prosodia, que es en definitiva la buena poesía.
SANTIAGO SYLVESTER
PRÓLOGO, CITA Y DEDICATORIA, TODO EN UNO
En medró de lo que nos toca vivir, algunos aún queremos pintar la realidad que nos rodea. En lo que me atañe, convierto al desasosiego en mi maestro. Las grietas de la realidad presentan su misterio sin revelarlo y, a veces, como rajaduras profundas en un muro, dejan ver el horizonte. Al ver el cielo a través de las grietas en el muro hacemos nuestra la ilusión de un espació sin límites y un tiempo inacabable. Es como para decir que los muros se llevan bien con la eternidad. Esa curiosa relación me la sugiere la pólvora en unos versos de César López que ya transcribo
Fusilamiento eterno al oscuro poeta,
gritan, siguen gritando potestades dogmáticas.
¿Por qué? ¿Por haber reconocido la peligrosa y plural existencia del Diablo? ¿Por haber fracasado más de una vez en quitárselo de encima o en sacárselo de adentro? De todos modos, en materia de conjuros contra los espíritus del mal mucho no creo en la sabiduría de nadie. Por eso, también yo me atrevo al exorcismo.
Sin más trámite de prólogo, dedico este libro a quiénes en él encuentren un poco de la poesía de sus propias vidas.
JACOBO RAUSKIN
LOS PELIGROS DE ESTA VIDA
ESPANTADIABLOS
Mirar al cielo como náufragos
y celebrar entonces nuestro encuentro
en una red que dejan caer las estrellas.
(La red, hecha de magia y noche,
puede salvarnos.)
Creo en una constelación favorable,
creo en el curso de los astros
y creo mucho más en el abrazo
de quien no quiere así desabrazarse.
Para vivir en paz o, por lo menos,
en esta intermitente tregua imperial,
no se me ocurre nada mejor
que hacer ahora un amuleto en verso,
un talismán en forma de canción.
Palabras que diremos a modo de plegaria.
En fin, un fiel espantadiablos
para impedir que alguien te asalte,
que una bala me mate,
que un deslave te siga, que un alud me persiga,
que un derrumbe brutal nos entierre a los dos.
EL SUCESOR
Ahí va, es inconfundible.
Lo anuncia el perpetuo escarbadientes
con el que emite un chasquido
que él y sólo él juzga rítmico.
Vive, es un decir, de aeropuerto en aeropuerto.
Oligarca tacaño, no da un dólar de propina a nadie.
Viaja en clase turista, es cuasifisicoculturista,
engorda y hace dieta al mismo tiempo.
No sé por qué hablamos de él, nadie espera
que las cosas mejoren con semejante líder.
Será el próximo líder, no lo dudes.
UN CONOCIDO
Despierta el alba en todas las ventanas
y en quien , joven fogoso, mira al cielo.
No intentar la acción es imposible:
la religión del peligro gana prosélitos.
Hasta aquí, muy bien, pero,
un año después todo cambia
para quien ya fue rebelde sólo por un año.
Desde entonces, trabaja en la casa de Astrea.
Apura el papeleo para los comecasas
y para los devorahuertos,
representados, todos ellos, por un cuervo
o por un vermiforme leguleyo.
Es un juez a punto siempre de no decir
una sola palabra sobre ningún asunto.
Y con mayor razón, en recepciones,
donde saluda en voz baja
usando la copa de vino como micrófono.
PASEO BAJO LAS ESTRELLAS
En una plaza, junto a gente curiosa,
buscadores de un cometa o de un eclipse,
un hombre serio, grave, de telescopio y énfasis,
suerte de líder para los suyos,
afirma que la parte del cielo que señala
haciendo un círculo con la mano
es un cementerio de estrellas, sostiene
que allá no hay estrellas vivas,
que sólo vemos una luz viajera
viajando hacia nosotros.
Me aparto yo del grupo y de su ciencia.
Sigo por una calle oscura,
a nadie encuentro;
sigo por otra, nadie aparece;
y no veo puertas abiertas
y no veo ventanas encendidas
porque los nacimientos, las muertes,
la lectura, los vasos de yogur,
las discusiones familiares,
los arrumacos y las maniobras conyugales,
ahora son ausencia.
Cierro los ojos para no ver tanta sombra
y los abro para buscar a mi estrella
por un cielo que yo recuerdo.
No soy Orfeo, no, ni es ella Eurídice,
pero sólo el presente es efímero,
la nostalgia no tiene fin.
Esa noche, ya declinando el verano,
desde un intenso instante inolvidable,
de repente, una estrella,
tiembla y tira de mí.
No sé de qué pantano me salva
esa pequeña, temblorosa y pequeña,
pequeñísima estrella estremecida,
camino de la aurora, sola,
por las desiertas calles de la ciudad.
ESPECTÁCULO
Ya oí llorar a muchos cantores.
Los buenos, desde luego, imitan al pueblo.
Y, mientras tanto, mientras el presentador,
de pie en el patio, repitiendo una fórmula,
presenta al guitarrista de la noche
y pide un fuerte aplauso, mientras saluda
a tal cantor, a tal cantante
y a la promesa que nos llega del brazo
de su igualmente promisoria madre,
algo, por suerte, nos va dejando al margen.
Susurra el viento, viaja un aroma
y, en los confines del verano,
mi estrella es un jazmín errante.
Entonces, para mí, la noche es el espectáculo.
Yo sólo escribo y digo alguna glosa nocturna,
musical, autobiográfica.
HABLA UN MARCHAND
Disculpe, seré franco,
no le veo futuro
a un pintor paraguayo.
Admitirlo ya es duro
y peor es negarlo.
Con todo, ser artista.
Quiere usted ser artista.
Reflexione, mi amigo.
Pintar... ¿Qué? ¿Un cuadrito
con un lapacho lila?
¿Vivir de los retratos?
Por favor... Vamos... Vamos...
Si a la dicha la pintan
aquí de contrabando.
HERÁLDICA
La calle por paisaje.
Se retira un emblema:
no volverás a ver
la concha de la Shell.
No me cambies de tema,
la situación es grave.
INFORME SOBRE LA SITUACIÓN
Algunos van al sur, otros a España.
No pocos van al norte, desembarcan
en el nido del águila
y balbucean en inglés hasta el fin de sus días.
Quienes aún no emigran, enseñan
carreras universitarias
con salida laboral.
Y puesto que la educación
es un entrecortado blablá de gente inculta,
un número creciente de plumas hoy prefiere
estibar cuidadosamente palabras
a sueldo del periódico que vende,
con noticias, cualquier cosa.
El resto es un tributo a la inercia.
Es caña de almacén para beber de pie,
para limpiar el mostrador con los codos,
para seguir después
como un lento caballo de tiro tirando todavía.
YES
AMERICAN CLASSIC
Botellas rotas contra
cráneos de asfalto, creo,
en la noche de un año viejo.
La ciudad duerme o muere.
Y nadie sabe nunca nada.
Él bebe solito en el bar.
Ella bebe con otro y luego
canta divinamente un rato.
Él la acompaña al piano,
es su trabajo en ese oscuro
establecimiento nocturno.
Permíteme aplaudir ahora
o tartamudear ahora
este homenaje a mi manera.
UNA CARRERA EN WASHINGTON
Notable diplomacia sin secretos.
Inevitable desembarco a la vista.
Ultimátum es visa, portavoz
es prologuista de portahelicópteros.
Esposa, dos hijos, un gato persa, libros.
Un día la escena cambia sin que nadie sepa
decir por qué o por qué tan de repente
Puerto Príncipe es un fracaso y Beirut un caos.
Se intenta algún arreglo, según la prensa.
Y los ojos de la censura parpadean.
No hay datos disponibles
en términos de público despacho.
"No es cuestión de mapas, es la carrera,
se trata de poner buena voluntad, nada más."
Así decía el hombre y se ajustaba los lentes
que, redondísimos, iban bien, a su manera,
con el óvalo del rostro y la escultórica
ÍNDICE
PRÓLOGO, CITA YDEDICATORIA, TODO EN UNO
LOS PELIGROS DE ESTA VIDA : Espantadiablos/ Nadie sabe decirme nada/ Cielo para seguir andando/ Medianoche/ Venenos y antídotos/ Con el dinero justo/ Homenaje a Hérib Campos Cervera/ En la terminal/ El Segundo Reconstructor/ Doña Droga/ Puntería/ Es curioso/ Hojas del Jejuí: 1 - 2 - 3/ La musa de la gente común/ El sucesor/ Un conocido/ Coro de partiquinos/ La piedra y el caminante/ Sobre una expresión que podríamos grabar en la piedra del camino/ Al que pone la piedra/ Paseo bajo las estrellas/ Espectáculo/ Habla un marchand/ Río de flores/ Los perros de Santiago Salvi/ Clasificador nocturno/ Breve ronda del pan duro/ De tal clase, tal encanto/ El señor Malaespina recibe una invitación/ Heráldica/ Informe sobre la situación.
YES: Invierno en el norte/ American Classic/ Una carrera en Washington.
CUADERNO DEL APRENDIZ: El aprendiz/ Preludio/ Ella/ Esa canción tan conocida/
Alguna cosa/ El ángel de la fiesta/ Al sur del Río Grande/ Música/ Para nombrarte/ Afinidad/ Una ciudad en la gira/ Percepción de un destello/ El fetiche, la mercancía y la imagen/ Un recuerdo/ Un capo del micrófono/ Radio Zen anuncia su aparición en esta página/ El torbellino/ Sublime simbiosis erótica/ Copyrzght/ Blues/ Blues del día siguiente.
BIBLIOGRAFÍA DE J. A. RAUSKIN.
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