Antonio Ortiz Mayans es bien conocido de nuestro pueblo. La gente sencilla del país, trabajadores, campesinos, domésticas y costureritas, mujeres vendedoras de pohã ñana y mandi'o, las burreritas de los viejos caminos de Lambaré (¡ay, hoy sólo en el recuerdo!), las lavanderitas de la ribera del río epónimo, hablan de él como de un viejo conocido. ¡Y cuántas kuñataĩ paraguayas han suspirado al escuchar sus increíbles versos en alguna serenata madruguera o a través de los visillos de ñanduti de algún ventanal paquete, por esas ciudades de su larga trashumancia! Las guitarras de mil arrieros movilizaron sus solfas, aderezando sus profundos pentagramas, para recibir su estro claro, su palabra humedecida de ysapy, su inspirada letra. Y al escucharlas, la maestrita humilde sigue soñando con el viajero sin retorno, lejano en el recuerdo, cercano en la emoción que memora los tiempos idos.
Cerebro y corazón, Don Antonio accede con el primero a las cumbres del estudio y de la investigación. De ahí sus diccionarios, sus artículos, sus monografías, sus clases de guaraní, sus conferencias en aulas universitarias, conquistando los niveles que le acuerdan sus auténticos méritos. Sus poemarios son recogidos por las antologías más autorizadas. Y su nombre está escrito en el frontispicio de la cultura paraguaya, entre aquellos que han contribuido a desarrollarla y dignificarla.
Pero Don Antonio Ortiz Mayans es principalmente un ko'embyja, lucero de la mañana, en el yvága del sentimiento popular, allí donde campea por sus respetos la humildad, don de la sencillez es la toga del alma y la emoción el alimento cotidiano de los seres que del amor hacen la causa de sus vidas. Sus poemas, sus canciones rezuman fragancia de jazmín paraguai, frescura de naranja guy, dulzura de eirete y mosto ro'ysã porã. Nos retrotraen por los caminos florecidos del recuerdo, a las simples alegrías de la niñez, a los ardores nutricios de la pasión juvenil. E insufla en nuestras venas los fuegos de la esperanza, ante el acoso de la desesperanza y del penar.
Demiurgo de un mundo mágico donde, sí, están ausentes la soberbia y la opresión, Don Antonio plasmó en las canciones de este florilegio la inmensa generosidad de su corazón, su anhelo sin medida por la justicia y la libertad, su capacidad de enfrentar todas las adversidades y de oponer su invariable optimismo a la tristeza. Caballero de cota y yelmo, pluma en ristre, nuestro poeta es un luchador, porque el amor a la paz no excluye la disposición para la lucha. Su acendrada lealtad hace que su primer amor, el de la adolescencia, el de la juventud, el de la madurez, sea el mismo: su país con sus campiñas verdes; con sus arroyos claros y murmurantes; con sus legendarias selvas; con sus hombres sufridos y trabajadores; con sus mujeres, diosas de amor, bellas, abnegadas, hacendosas; con los profundos mitos de su origen; con la milenaria lengua de su pueblo...
Pero hablemos del hombre, del intelectual, del trabajador concreto que se da a conocer a través de sus obras, de la conducta que se manifiesta en cada paso que da, en cada palabra que pronuncia, en cada letra que escribe y lo proclaman los días, meses, años de su vida fecunda, de su vida entregada a un sueño...
Y más que decir nosotros las palabras reveladoras de su personalidad y "denunciar" los hechos que conforman su "currículum vitae", su paso por este valle prodigioso que Don Antonio supo y sabe interpretar y ornar, memoremos nada más que lo que en un minuto iluminado las voces de la vida dijeran de él.
Recordamos lo que al saludar la aparición de la Décima Edición de su Diccionario Español Guaraní y Guaraní Español, el Dr. Rufino Arévalo Paris, destacado intelectual, guaraniólogo e investigador de nuestra identidad nacional, decía:
ANTONIO ORTIZ MAYANS nació en Asunción el 20 de junio de 1908. Fueron sus progenitores el Dr. Gregorio Ortiz, abogado guaireño, en su época magistrado de ilustre nombradía, miembro de la Cámara de Apelación Civil y Comercial, como interino en varias oportunidades del Superior Tribunal de Justicia y Presidente del hoy desaparecido Tribunal de Jurados, y de doña Zoila Mayans, dama de castiza prosapia española.
ORTIZ MAYANS es bachiller: perteneció al grupo rebelde del Colegio Nacional, sufriendo persecuciones por sus ideales renovadores; cursó en la Universidad Nacional los primeros años de Derecho y Ciencias Sociales; graduóse como Licenciado en Periodismo en Buenos Aires, ciudad donde contrajo enlace con la fiel colaboradora de su obra, la señora Carmen Bonavoglia, argentina.
Tiene vocación por la docencia y es de antigua data; enseñó literatura en el Colegio Natalicio Talavera de La Asunción, gramática y otras materias en bibliotecas y sindicatos obreros; también Periodismo e idioma guaraní en la Facultad de Filosofía y Letras, en Buenos Aires.
Desde los albores de la mocedad se revelan su inclinación hacia las letras de la que ya no se apeará nunca.
Comenzó a publicar en la Revista MINERVA del Colegio Nacional y fue laureado en un certamen literario con la poesía LOCURA en el Día de la Raza.
En Buenos Aires, junto con otros exiliados colaboró en revistas y diarios: "La Vanguardia", "Cine Argentino", "Paraguay"; órgano (este último) de la Agrupación Folclórica Guaraní. Obtuvo premios: "LA HISTORIA DE LA COOPERATIVA EL HOGAR OBRERO" es el más importante. Su entrañable amor al terruño le hace volver periódicamente al solar nativo.
De su PRODUCCION POETICA, nos habló también el Dr. Arévalos Paris, en aquella memorable noche de Asunción de los primeros del setenta. Recurrimos de nuevo a aquella fuente, que enumera con sinceridad aunque escuetamente, las obras principales de Don Antonio, con palabras que amalgaman admiración y emoción.
"CANTOS NUEVOS". Prólogo de Rafael Oddone. Editado en Asunción en 1930. Sus versos trasuntan la esencia de su personalidad; su estilo es remarcado con híspida prosa que dice -el prologuista-: "Canta con sencillez y allí hay más armonía que en los payadores consagrados como genios". Natalicio González expresa: "es el poeta de las ternuras recatadas, el de la fable sencilla". S. Buzó Gómez dice: "Su poesía es sencilla, casi siempre de contenido social, en español y en guaraní y en canciones que gustan al pueblo". Y Carlos R. Centurión, "Cultiva el verso en español y en guaraní. Su estilo es llano y de contenido social". Su última obra, VOCES AÑORADAS fue recibida con elogios por la prensa oral y escrita. Autor de canciones con música de compositores de altos valores de la canción nativa, como Remberto y Herminio Giménez, Pérez Cardozo, Alvarenga, Digno García, Luis Alberto del Paraná. La más emotiva y tierna de sus canciones: BURRERITA, todo un suceso popular y leit-motiv de un film, inspiró al genial Chuchín".
Otras obras de Antonio Ortiz Mayans, que acogidas favorablemente por la crítica especializada de Asunción y Buenos Aires, principalmente, viven en bibliotecas particulares y públicas de todo el país y, sobre todo, en el corazón de la gente sencilla de nuestro pueblo que sabe manifestar su emoción cuando interpretan cabalmente sus profundos sentires, sus aspiraciones y sueños.
TATAINDY NDE PYJHAREPE (Lámapra en tu Noche) es un manual de sabiduría popular; perlas diseminadas por las manos del poeta, al alcance de nuestra sensibilidad ansiosa de ternura, que como un rocío reparador llena las áridas grietas de la vida.
ZORAZABAL, SU VIDA Y SU OBRA, obra única en su género, que recoge, como nadie lo ha hecho, los perfiles de un soñador, de un poeta del lápiz, que combatió la tristeza con los trazos más hábiles y significativos de nuestro arte caricaturístico. Publicado en Buenos Aires en 1946.
EVOCACIONES DE LA ASUNCION (Asunción, 1967), con prólogo de una de las personalidades literarias más brillantes del Paraguay, Don Arturo Alsina, cuya pluma de oro vibró en mágicas sonoridades, al conjuro de las evocaciones de su amigo Don Antonio, de la Asunción del primer cuarto del siglo XX.
Pero aún no hemos hablado de lo que en realidad ocupó los más valiosos momentos de la vida de nuestro autor. Si como poeta ascendió a los cielos más altos del suave decir, como investigador de nuestra lengua autóctona, descendió a los profundos substratos del ser, superando los cansancios que proporcionan los caminos áridos de la lexicografía. Creemos como lo más atinado recurrir de nuevo al discurso del Dr. Arévalo Paris, quien al respecto dice que, "Ortiz Mayans es una especie de pionero de la reivindicación del guaraní paraguayo auténtico. El sistema lexicográfico, desde el comienzo, hace más de cinco décadas tiene un enfoque, una orientación definida: el de dotar al idioma de un instrumento flexible, actualizado, que contenga los vocablos y expresiones del Paraguay contemporáneo, que sea legible a propios y extraños".
A. Berro García, filólogo uruguayo, en el Boletín de Filología de Montevideo dice del DICCIONARIO (de Ortiz Mayans) que es una obra clara y precisa, apta para usar sin riesgos de confusión ni enredos idiomáticos por el estudioso de estas disciplinas y especialmente de esta rica y musical habla autóctona de América.
Marcos Morínigo reconoció en la presentación pública del nuevo Diccionario Español-Guaraní; efectuada el 8 de agosto de 1973 en Buenos Aires que "nuestro guaraní es mestizo, híbrido, distorsionado, pero no podemos tener otro, porque la historia cultural no puede remontar su curso, y lo mejor que podemos hacer es lo que hizo Ortiz Mayans, hacer de él un instrumento actualizado, armonioso, gracioso, dinámico, capaz de expresar con propiedad y elegancia la vida material y espiritual del pueblo".
Las palabras del Dr. Arévalo Paris fueron rubricadas y confirmadas en aquella ocasión, por las notas laudatorias de casi todos los medios de comunicación. "La Tribuna" decía: "Se trata de una obra de gran valor, que propenderá al buen uso de nuestra lengua vernácula". La revista "Ñandé", que "Ortiz Mayans merece la gratitud paraguaya por su paciente y valiosa labor". Recogemos además la opinión expresada por el profesor guaireño Don Antonio Vera Centurión, quien manifestaba que la obra de Don Antonio "es grande por el inmenso beneficio que puede reportar a nuestra gente".
En fin, la presente obra recoge la mayoría de los poemas de A. O. M. musicalizados por los más fecundos y prestigiosos compositores de nuestro país y los tenemos recorriendo los caminos y valles de la patria en las guitarras y en los labios de tantos cantores trashumantes y soñadores. Canciones como "La Burrerita" figuran obligadamente en los repertorios de emisoras radiales y festivales folclóricos. Es una pieza clásica de nuestro cancionero popular.
Nos despedimos de Don Antonio Ortiz Mayans, agradeciéndole por permitirnos la edición de "CANCIONES DE MI PUEBLO", con estas palabras: amigo, compañero, padre, hermano, gracias por existir, gracias por este manojo de olvidadas fragancias, tan necesarias a la sequedad del alma, a la insensibilidad de los soberbios de estos tiempos marginales.
FELIX DE GUARANIA
Asunción, abril de 1991
POETA PUEBLERO
de Gilberto Ramírez Santacruz
Yo te celebro,
Maestro precoz de Ajos y deletreador de mita'i,
Escudriñador etimológico de nuestra raza,
Cosechador de palabras abandonadas de Guarán,
Sembrador de versos y canciones populares.
Yo te celebro,
Padre cultural de nuestro pueblo,
Espectador de estrellas enamoradas,
Actor e intérprete del mboriahu cantor,
Escultor de burreritas pobres y dignas.
Yo te celebro,
Pastor de penurias de tu patria oprimida,
Arriero culto y culto arriero del Paraguay profundo,
Exiliado eterno de tu querida Asunción
Y palabrero feliz de claro diccionario.
Yo te celebro,
Con tus más de 50 años de destierro y canción,
Con tus libros iluminadores y luminosos,
Con tu corazón nostálgico de niño pobre,
Con tu humilde arandú y severa honestidad.
Yo te celebro,
Porque sigues cantando,
Porque el pueblo se adueñó de tus coplas
- Como quería el otro gran Antonio, Machado-
Y tienes mucha razón cuando dices:
Cuando uno canta no se va para viejo.
1986.
CHE RYKE'Y ANTONIOPE
por Gumersindo Ayala Aquino
Cuimba'e marangatu
Acóinte reyepepýva,
Nde recove rejhesýva
Reiporavóvo ñe'ẽ,
Jhi'aitégui reme'ẽ
Ne apytu'ũgui osẽva,
Arandu oicuave'ẽva
Jha omoesacãva tape.
Cuarajhy resẽ satĩ
Mimbígui ndé reipo'ova
Jha acóinte remono'ova
Tavaygua rataindyrã,
Reipotágui tecoporã
Oico ñande yvýpe
Jha mayma py'a guapype
Oyoykére yaico jhaguã.
Aníke ne cane'õ,
Ryke'y kotyj hu yára,
Pyjharégui eyapo ára
Jha pytũ emoesacã
Jha acóinte eñejha'ã
Tesape'arã moasãivo,
Osapýva remombayvo...
Yaico yoyapa jhaguã.
Nde rayjhuetéva ne irũ
Oyerure i Tupãme
Tomoĩ pe ne ñe'ãme
Jhesãiva py'aguapy;
Tajhovyũ nde yvotyty
Arapype reicocuévo,
Jha péicha ndéve jha'evo
Jhatãite roipo pyjhy.
A MI HERMANO ANTONIO
De tan singular oficio,
Un hombre a carta cabal,
No desdeña el sacrificio
En el duro trabajar.
Es su más férvido anhelo
La vocación entregar,
De su cerebro en un vuelo
Y el camino despejar.
En los rayos transparentes
Del sol al amanecer,
Recoges tan simplemente
La lumbre que a nuestro ser
Ilumine claramente
El camino a recorrer,
Serenos y diligentes
Juntos en el quehacer.
No te canses, hombre bueno,
Dueño de nuestra canción,
La noche convierte en pleno
Día de vera ablución.
Y gracias a ti seremos
Salvos de ignara acción,
En la vida bien despiertos
En un solo corazón.
El que te aprecia del alma
pide a su Dios de verdad
Ponga en tu pecho la calma
Y sana felicidad.
Verdezca siempre la palma
En tu clara humanidad.
Y de este verso en la rama
Va mi solidaridad.
* Hemos procurado dar una versión más o menos pasable del poema de Gumersindo Ayala Aquino. Es imposible vertir al español toda la riqueza de giros y maneras de expresar los sentimientos del guaraní. F. de G.
CANCIONES DE MI PUEBLO - ANTONIO ORTIZ MAYANS
PORTADA
de DARÍO GÓMEZ SERRATO
A Antonio Ortiz Mayans hace rato ya que le erigimos en vida la simbólica estatua de oro en nuestro corazón agradecido.
Talento nacido de las rojas entrañas de la tierra guaraní. Y nutrido en la enciclopédica cultura castellana. La cosmopolita y escolástica Buenos Aires, exigente y caprichosa a veces, le brindó comprensivo calor de hogar y lo supo mimar. Y esto ya nos dice de sus méritos excepcionales.
Valiosas obras didácticas, ensayos literarios, semblanzas aleccionadoras, como su gran Diccionario español-guaraní y v/v y sus múltiples poesías encuadrando paisajes del solar campestre, llenas de melancólica lejanía, de dulces añoranzas de sus pueblos, de sus hacendosas mujeres hogareñas, bellas y nunca olvidadas.
En esta nueva entrega conteniendo decenas de poesías como en un florero de emociones evocativas y sensitivas; poesías puestas en solfa por los más prestigiosos compositores músicos y entonadas por los cultores del canto que es el verso del amor todopoderoso, se puede elevar con su lectura sobre las miserias de la tierra y de la muerte.
Lo más admirable en Antonio Ortiz Mayans es su entereza moral, consecuente con su talento. Nunca supimos que haya doblado las rodillas en el gesto genuflexo del adulo hambriento de prebendas. Siempre recto, vertical, como un asta de bandera.
Todo el contenido de este florero de canciones es grato al paladar, edificante, sentimental y sano en su noble concepción, como un manjar para los espíritus superiores... Bienvenido sea. (1)
(1) Alguna vez, Don Antonio Ortiz Mayans, tras un casual encuentro, entregó este manojo de canciones al vate de Tape Pytã, quien en un rapto de entusiasmo, agregó esta breve glosa a este libro que ya él no puede ver.
TUS SANTAS MANOS
Qué recuerdo hermoso me dejó abuelita,
Con cuánta ternura todo preparó:
Una prenda hecha con sus santas manos,
Contenta y feliz me la regaló.
Al fondo del patio plantó una semilla,
Todas las mañanas íbase a regar,
Así fue que un día comprobó dichosa
Que la luz de un brote veía asomar.
Pasaron los días, la planta crecía,
Sus ramas brotaban como anunciación
De que ya muy pronto podía esperarse
Capullos benditos de blanco algodón.
Con cuánta alegría cosechó un buen día
Y redujo a hilo el capullo aquel.
Con él preparaste la joya más linda
Como elaborada con rosa y clavel.
Si está tu cariño en cada puntada,
Si toda la prenda se te debe a vos:
No existe en la tierra mayor recompensa
Que un beso del ángel o el beso de Dios.
SI SE APAGA EL CANTO
Si ya no se escucha, si es que falta el canto
Ni su ritmo vibra, ni su dulce acento,
Vendría el silencio a cubrir su manto
De olvido y tiniebla y oscurecimiento.
Nuestras esperanzas no tendrán futuro,
Se nublará el cielo a toda ascensión;
En el mundo habría camino seguro
Para la tristeza y la decepción.
¡Cuánta alegría perdida
Si solo el silencio impera!
No quedaría en la vida
Un canto, en la primavera.
Se apagaría el acento
Del arroyo cristalino
Y el susurrar del viento
Con las aves y sus trinos.
Qué pena sería si se apagara el canto,
El canto que es dulce madrigal de amor.
Será todo angustia, se oirá sólo el llanto
Que sabe a congoja, penuria y dolor.
Faltaría el alma, faltaría la vida
Si enmudece el verso o su melodía;
Ya no habría augurio de una bienvenida,
Ni el sublime canto de una sinfonía.
CANTAR AL AÑO NUEVO
o PESEBRE DE LA HUMILDAD
Ya el pueblito ha cumplido con la virgen milagrosa,
Ha pagado su promesa, ya se acerca Navidad;
Ya se aroman los hogares con esencia de las flores,
Ya se alumbran con jazmines y fragancia a resedá.
Fiesta linda florecida bajo el cielo azul zafiro,
Un pesebre se ha elevado para el Niño de Belén,
Un pesebre muy humilde señalado por el signo
Rutilante de una estrella que ilumina hacia el bien.
Ya se queman los pesares, los olvidos y discordias
En las llamas luminosas del amor y del perdón,
Y maduran las cien frutas en la tierra paraguaya:
La silvestre chirimoya junto al dulce guavirá.
Hay campanas que repican como anuncio de alegría
De gozosas esperanzas, de alborada fraternal;
Se deshacen en rubíes el chivato y el lapacho
Y se eleva en los hogares un cantar al Paraguay.
BURRERITA
No despunta aún el alba cuando inicias tú la marcha
y al mercado te diriges a llevar mba'erepy;
No haces caso de la lluvia, ni te importa si la escarcha
Sólo pueden depararte el dolor de un mba'asy.
Las penurias han curtido día a día tu existencia,
Han armado de coraje tu perenne pyjharé
Y te han dado elementales enseñanzas de paciencia
Para así en la desgracia sostenerte mbarete.
Y trotando burrerita
Desde tu humilde tapỹi,
Entre montes y praderas
Cien caminos reipycui.
Con tus árganas bien llenas
De naranja y mandi'o,
Vas por calles asuncenas
Repartiendo ca'avo.
Por el duro pan diario, legua y legua vas andando
Sobre el lomo del burrito al que tienes como irũ;
Al cruzar así las calles, al trotar tú vas dejando
Un retazo de tu vida, obrerita mboriajhu.
Son tus días tan iguales, que no tienes ni un domingo
De placeres o de goces en tranquilo pytu'u;
Burrerita paraguaya, en mis versos te distingo
Y te abrazo en mis estrofas con ardiente cunu'u.
Y trotando burrerita...
(Bis)
SAN TELMO
Barrio es éste que supo de las luces
De la primera aurora
Que América ha abierto al horizonte
En marcha redentora.
Barrio es éste que tiene en su alforjas
Brillantes pergaminos
Ganados con altura en cien contiendas,
Y así se abrió camino.
San Telmo, tus esquinas y tus calles
Sufrieron el agobio
De gritos desgarrados en la sombra:
Fue el terror y el oprobio.
Pero también, San Telmo, por tus cuestas
Se alzaron las consignas
De fe, de libertad y de esperanzas
De mañanas más dignas.
Por tus muros con altos ventanales
Hoy trepan los malvones
Y rosales en un florecimiento
De sueños e ilusiones.
San Telmo añora el vibrar de guitarras
De bravos payadores,
Que en décimas orlaban sus cantares
Con delicadas flores.
En tus casas de adobé se deslizan
Los más simples anhelos,
No conoce este barrio la imponencia
De un solo rascacielo.
Ya el silencio nocturno de tus calles
No rompen en jirones
Los negros candomberos ni serenos,
Al gritar sus pregones.
Quisiera aprisionar en estos versos
Toda tu historia viva
E iluminar tus patios y portales
Con lámparas votivas.
EL GUARANI
Quiero en mi canto, idioma indiano,
Decir lo grande que vibra en ti,
Que se difunda por cerro y llano
Este tesoro del guaraní.
Miles de puntos marcan la huella,
Selvas y valles que conocí,
Tienen sus nombres de luz de estrellas,
Tienen sus signos en guaraní.
Hay sin embargo quienes no quieren
Ver la hermosura que hay en ti;
Yo que conozco lo que tú eres
Entono loas al guaraní.
Fuiste el idioma de mis abuelos
Y me arrullaste cuando nací,
Y en mi partida será un consuelo
Oír palabras en guaraní.
DESDE TU AUSENCIA
Bien sabes, mi vida, te di la ternura de mi devoción
Cuando me llamabas, recuerdo en un tiempo, con tu dulce voz,
Sólo al recordarlo se me llena el alma de intensa emoción,
Cuando tan contentos vivimos dichosos juntitos los dos.
Muy pronto olvidaste todos nuestros sueños de amores sin fin
Y vas a otra fuente a beber el agua de un nuevo querer,
Y yo, sin embargo, todo mi cariño guardo para ti,
Pensando que un día, tal vez no lejano, vuelva a florecer.
A cada minuto pronuncio tu nombre buscando la paz
Que me dé sosiego para esta tortura que sufro por ti,
Al quedarme solo sintiendo tu ausencia cada día más,
Sin creer que es cierto lo que yo presiento, que ya te perdí.
Torciste la ruta para ir en busca de un nuevo zorzal
Y así me dejaste sumido en tristeza de un hondo penar,
Con esta amargura que punza mi vida con dardos del mal,
Que tú me causaste con tu ingrato olvido que me hace llorar.
Extraño tus ojos de mirar tan tierno, de raro fulgor,
Y extraño tus labios de sabor tan dulce que tanto gusté,
Y que fueron míos y me hablaron siempre tan sólo de amor,
De amor infinito que un tiempo dichoso feliz disfruté.