GUIDO BOGGIANI

Italiano, nació en Stresa, en 1861. Abandonó la carrera de derecho por el arte, y a los veinte años de edad ya expuso sus primeros cuadros, con gran éxito, en la inauguración del Palacio de Bellas Artes, en Roma. Siguió cosechando éxitos de crítica y premios, hasta que en 1887, dejó los círculos intelectuales de sabios, escritores y artistas, y se trasladó a la Argentina; al año sgte. llegó al Paraguay. Boggiani desarrolló aquí una fecunda actividad repartida entre la ciencia y el arte; exploró una y otra vez la hostil naturaleza chaqueña estudió profundamente la etnografía referida a importantes parcialidades indígenas; chamacocos, caduveos (mbayá o guaicurú), guaná, tobas, lenguas, angaités, sanapanas. Mediante conferencias y publicaciones en revistas especializadas; en Asunción, Buenos Aires, Roma y comunicaciones a Congresos científicos, divulgó los valiosos resultados de sus investigaciones. Publicó artículos en defensa del idioma guaraní, y formó una valiosa colección de piezas y fotografías referidas a las parcialidades estudiadas. Boggiani fue animador de las actividades culturales del Instituto Paraguayo y Director de su Revista.

Allá por 1894, escribe RF Giusti, cuando el Chaco paraguayo le había descubierto muchos de sus secretos geográficos, étnicos y lingüísticos, regresa a Italia, rico de sus colecciones etnográficas, adquiridas luego por los museos de Berlín y de Roma... concurre a los cenáculos literarios, escribe para las publicaciones especiales, lee conferencias en las sociedades científicas, y edita, profusamente ilustrados, sus dos libros sobre los indios chamacocos y los caduveos, éste último el principal. . . " Boggiani regresó al Paraguay en sucesivas entregas publicó Etnografía del Alto Paraguay, Discusiones sobre Filosofía Etnográfica y Geografía Histórica, con Manuel Domínguez y Compendio de Etnografía Paraguaya Moderna. Y se internó de nuevo en el Chaco; pasaron casi 2 años, y no se tuvo más noticias de los expedicionarios. Hasta que una comisión en su búsqueda encabezada por el español José Fernández Cancio, halló sus restos en 1902; fueron muertos a mazazos por los indígenas.

La muerte de Boggiani fue muy sentida por la intelectualidad paraguaya; no sólo puso las bases del aprendizaje académico de las artes plásticas, fue también el gestor de las becas que beneficiaron a varios jóvenes. El notable artista que era, dejó perdurable testimonio; en sus óleos y acuarelas tradujo con notable fidelidad las características de las individualidades indígenas y las bellezas de la variada y agreste naturaleza paraguaya. Hoy integran múltiples colecciones privadas y musearias, en América y Europa.

Fuente: BREVE HISTORIA DE GRANDES HOMBRES. Obra de LUIS G. BENÍTEZ. Ilustraciones de LUIS MENDOZA, RAÚL BECKELMANN, MIRIAM LEZCANO, SATURNINO SOTELO, PEDRO ARMOA. Industrial Gráfica Comuneros, Asunción – Paraguay. 1986 (390 páginas)

BOGGIANI, GUIDO

Nació en Omegna, Italia, 1861 y falleció en 1902, en el Chaco Paraguayo. Célebre artista, fotógrafo e investigador.

Estudió pintura en Milán, donde expuso por primera vez, en 1883, en oportunidad de la inauguración del Palacio de Bellas Artes, con el aplauso de la crítica.

Fue galardonado en su país con el premio "Humberto I'' y al año siguiente en Mónaco.

Primero vino a la Argentina y luego pasó a conocer el Chaco paraguayo, donde aprendió lenguas indígenas, dibujó y definió tipologías, describió y fotografió a los nativos, clasificó tribus, localizando sus ubicaciones geográficas.

Volvió varias veces a su país, para afincarse luego definitivamente en 1896 en Paraguay.

(Fuente: "DICCIONARIO DE LAS ARTES VISUALES DEL PARAGUAY", de LISANDRO CARDOZO, EDITADO CON EL APOYO DE FONDEC (FONDO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES), Asunción-Paraguay 2005).

GUIDO BOGGIANI

¿Qué extravagante curiosidad atrajo por primera vez al Paraguay a este artista casi adolescente, que en su Italia natal había conocido ya los halagos del éxito. "Un Ulises era -le cantó Gabriel D'Annunzio en uno de sus laudi-. Perpetuo anhelo de la tierra incógnita, tenaz le trabajaba el insaciable corazón: anhelo de errar constante hacia más grande espacio y adquirir siempre nuevas experiencias de gente, de peligros y de olores terrestres...". Guido Boggiani había abierto los ojos a la deleitosa luz itálica en la Villa de Omegna, provincia de Novara, en 1861. Su vocación inicial lo llevó al arte pictórico, cuyo estudio comenzó en la Academia de Brera. Discípulo predilecto de Felipe de Cárcano, a los veinte años exponía ya en Roma y en París sus primeras telas a la atención de la crítica.

Apuesto, distinguido, rico, culto, mimado en el mundo elegante y artístico, Guido Boggiani abandonó repentinamente el medio en que vivía y viajó a la Argentina, donde residió un corto tiempo. De Buenos Aires pasó a establecerse al Paraguay planeando temerarias empresas de colonización. El pintor, que era también músico y poeta, se convirtió así de la noche a la mañana y por puro e incontenible espíritu de aventura, en comerciante y explorador. Trabajó en selvas explotando madera, traficó en cueros, organizó colonizaciones italianas. Pero en el año 1894 abandonó todo eso y se internó en el Chaco boreal tratando de arrancarle sus secretos geográficos, geológicos, étnicos y lingüísticos, cuando el Chaco era todavía un impenetrable infierno verde, poblado de peligros. Allí se puso en contacto con los indios chamacocos y caduveos -dos ramas de la gran familia Mbayá-, estudió su lengua y sus costumbres y los retrató en sus telas.

Con una rica colección etnográfica, adquirida luego por museos de Roma y Berlín, el artista explorador retornó a Italia. En sus ciudades escribió crónicas apasionantes sobre sus andanzas chaqueñas, dio conferencias científicas y editó en Roma, profusamente ilustrados, sus dos libros sobre la civilización de los chamacoco y los caduveo, bajo el título genérico de Viajes de un artista por la América meridional.

Después de exponer en la exposición mundial de Chicaco y de un crucero por el Mediterráneo, invitado por D'Annunzio, en el yate Fantasía, regresó al Paraguay a reanudar sus investigaciones etnográficas. Publicó en la Revista del Instituto Geográfico Argentino su Etnografía del Alto Paraguay y editó en Asunción, en 1900, el Compendio de etnografía paraguaya. Luego, lleno de proyectos grandiosos, se internó nuevamente en las selvas chaqueñas. Tenía pensado viajar a Italia en 1901, apenas terminara su exploración del Chaco hasta Bolivia. Pero el silencio cayó entonces sobre el osado explorador, un silencio cargado de tristes presagios. Transcurrían los meses y nada se sabía de su suerte. Hasta que llegaron confusos rumores de su desaparición.

Se organizó en Asunción una expedición para su búsqueda, en 1902, al mando del español José Fernández Cancio, quien encontró sus huesos blanqueando al sol, en un abra del monte. Guido Boggiani había sido asesinado, juntamente con su fiel criado paraguayo Gavilán, por los propios guías caduveos. "Muerte injusta a los ojos de los cielos. Si su destino era morir en una de las tantas asechanzas de la selva, no debió caer a manos de los indios. Pocas veces el sincero afecto que sentía Boggiani por los salvajes ha sido igualado en el corazón de exploradores y viajeros". Paraguay tiene una deuda de gratitud con el artista y etnógrafo italiano. Hasta hoy es el único que ha emprendido un estudio serio de aquellas civilizaciones indígenas del Chaco.

BIBLIOGRAFÍA

Viriato Díaz Pérez: Coronario de Guido Boggiani.

Diego Angeli: Guido Boggiani, en Nuova Parola.

José Fernández Cancio: En busca de Guido Boggiani.

Juan Silvano Godoy: Guido Boggiani.

Fuente: CIEN VIDAS PARAGUAYAS Por CARLOS ZUBIZARRETA. Prólogo a esta edición CARLOS VILLAGRA MARSAL. Prólogo a la 2ª edición de 1985 ALFREDO M. SEIFERHELD. Comisión Nacional de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia del Paraguay. Biblioteca Bicentenario Nº 6. EDITORIAL SERVILIBRO. Asunción – Paraguay. 2011 (240 páginas)