Una de las funciones de la poesía y la música populares es mantener viva la memoria acerca de algunos episodios históricos que-por alguna razón-viven más allá de un tiempo dado.
El compuesto 20 DE ABRIL, con letra de TEODORO S. (SALVADOR) MONGELÓS y música de EPIFANIO MÉNDEZ FLEITAS, retrata lo ocurrido el 20 de abril de 1948, cuando un grupo de hombres intentó tomar por las armas la Caballería.
Por aquellos días en el PARTIDO COLORADO se disputaban el poder los GUIONES ROJOS, liderados por el presidente de la República NATALICIO GONZÁLEZ; y los DEMOCRÁTICOS, encabezados por BERNARDINO GOROSTIAGA y FEDERICO CHAVES, apoyados por la juventud colorada, entre los que estaban EPIFANIO MÉNDEZ FLEITAS, ARISTIDES TORANZOS, PERSIO DA SILVA y MARTÍN VALIENTE GÓMEZ, según lo escrito por DELFÍN PEÑA BAREIRO a partir del testimonio de su padre, DELFÍN PEÑA, sobreviviente de aquel trágico episodio.
Después de la Guerra Civil de 47, los Demócratas estaban heridos porque "una conflictiva y manipulada Convención partidaria, a finales del 47, terminó nominando como candidato colorado a la presidencia a Natalicio González", resultando electo en febrero de 1948.
Los DEMOCRÁTICOS pensaron que con los GUIONES ROJOS en el poder sobrevendría "una persecución salvaje"
Los jóvenes eran los que tenían mayor conciencia del peligro. "En ellos nace la idea de que era inevitable torcer el rumbo de los acontecimientos", expresa el texto inédito de Peña Bareiro. El plan era tomar por asalto el Regimiento de Caballería con asiento en la orilla de la Capital.
La conspiración tenía como sede de reunión la tintorería de Delfín Peña, en Asunción.
"No se discutía el qué hacer, sino el cómo hacerlo". Así de decididos eran. Calculaban que disponían de más de 300 hombres dispuestos a luchar y a morir.
La hora del ataque-después de varias postergaciones- llegó el 19 de abril.
Los revolucionarios se citaron en un punto del arroyo Itay, cerca de la Calle Última.
"Venían a pie, en autos, colectivos o camiones", escribe Delfín Peña. Inicialmente, los voluntarios eran muchos. Por el camino, varios desistieron. Los que estaban dispuestos al combate "apenas si llegaban a unos 80 en total". Lo único que tenían eran revólveres y pistolas. Poco después de las 10 de la noche, distribuidos en grupos de a 20, comenzaron a caminar hacia su objetivo. En la Caballería-cuyo comandante era el coronel ENRIQUE GIMÉNEZ-dormían unos 1.500 soldados, suboficiales y jefes. A1 principio, todo caminó sobre rieles. En un pabellón, sin embargo, encontraron resistencia. De ahí en más hubo corridas, disparos y sangre. Algunos murieron en la refriega, otros escaparon y fueron capturados. Unos pocos huyeron. El ataque había fracasado.
Peña cuenta que el coronel Giménez ordenó que el mayor JOSÉ VICENTE GONZÁLEZ y otros cinco fueran llevados al Piquete Tres, "que significaba cómo se procedía en la Caballería con los caballos fracturados en equitación y ya inservibles: un tiro en la cabeza". El mayor González, antes de ser sacado de la presencia del jefe de la Caballería, se responsabilizó de todo lo ocurrido. "El único responsable soy yo. . . No maten a estos jóvenes colorados", les dijo. Como respuesta, un rato después los seis fueron ejecutados y "arrojados al zanjón del Itay".
DELFÍN PEÑA, ERNESTO BARÚA y los hermanos CANCIO y BLAS ORTIZ escaparon hacia Luque. Allí fueron apresados y traídos a la Caballería. Allí también estaban JUAN VALLEJOS, TELÉSFORO ESCOBAR, JOSÉ y VIRGILIO CATALDI, JUAN GIMÉNEZ, EUSTAQUIO RODRÍGUEZ, JUAN ALONSO, MARTÍN ROMERO ORTIZ, PEDRO CORONEL COLMÁN, LINO PAREDES, CANCIO y BLAS ORTIZ, JOSÉ GASPAR ESCOBAR-muy jovencito-, AMADO SAUCEDO, ERNESTO BARÚA y MÁXIMO CORONEL.
El Dr. ÁNGEL FLORENTÍN PEÑA, miembro de la Junta de Gobierno del Partido Colorado los defendió ante el Tribunal Militar.
Después de 10 meses, a las puertas de otra conspiración, esta vez en contra del general Raimundo Rolón -Natalicio ya había sido defenestrado-, fueron liberados.
"Cuando esto ocurría, EPIFANIO MÉNDEZ FLEITAS estaba exiliado en Clorinda. Poco después de conocer lo ocurrido con sus amigos, con letra de TEODORO S. MONGELÓS, hizo la música 20 de abril, donde nombra a los combatientes y les rinde un homenaje. Se tocaba solo en la clandestinidad, porque los 'guiones' no iban a permitir su difusión pública. Se la cantó en público solo cuando cayó Natalicio", cuenta VICTORINO VELÁZQUEZ ALEMÁN, quien en el exilio, al que condenó el dictador Stroessner a los epifanistas, fue secretario y amigo de Méndez Fleitas. El autor de los versos también fue desterrado.