De tiempo y de metal, de pura sangre,
a golpes de palabra y agonía
se va haciendo la historia de los débiles,
con sílabas de lámpara cautiva
y un corazón de pie y una paloma.
Para siempre quizás y todavía
y falta y hace frío y sin embargo
¡qué canto inmemorial viene de pronto!,
¡qué muerte solitaria en el camino!
El pedazo eucarístico del cielo
del aire descendió en pantalones,
se puso los del hombre y su camisa,
su inmenso amor hizo el amor al viento.
La noche de la patria comunera
se abrió en cristal y en alba sonriente.
Mientras existan jóvenes, la sangre
escribirá su nombre en las paredes.
¿Por qué tienen las horas ese color de otoño?
¿Quién ha echado las cartas
de este día difícil y largamente amargo?
No se cuántas palabras y besos y agonías aguardan a mis labios.
Pero con ellos canto.
Aquí tenéis en pie mi voz contra el tirano,
a favor de las uvas, la inocencia y la vida.
Esta palabra usual.
Usadla.
Empuñadla.
1976
EPIGRAMA
Por vos, mi amor, yo daría todo.
La vida. La palabra. Enteramente.
Lo que me pidas y lo que no me pidas. Todo.
Te quiero y eso basta.