CUENTOS Y POESÍAS DE NILA LÓPEZ
EL AZAR, LA VIDA Y LA MUERTE
Hace una semana un amigo, refiriéndose al entierro de una persona, un poco distraídamente me dijo: "Fueron a entregar el cuerpo". E inmediatamente se corrigió: "A enterrar". Notó que se trataba de un error involuntario, de esos que nos hacen pensar en que la lengua moviéndose dentro de la boca a veces se va para otro lado, y nos trabamos o tartamudeamos sin relacionar el hecho con cosas que operan más allá de lo puramente verbal.
Probablemente cuando él me dijo "entregar" el cuerpo, estaba sintiendo esa condición de préstamo implícita en determinadas culturas, con respecto a la vida. ¿Nos prestan por un rato, un tiempo arbitrario, a la existencia terrena? Y luego, ¿devuelven nuestra vida cumplido su ciclo de desarrollo y su finalidad histórica?
El misterio de la creación y de la evolución humana. Olores, aromas, el monaguillo recorriendo el pasillo central e invadiendo el recinto con el humo del incienso. Desde lejos, algún sacerdote recitaba: "Esta vida no nos pertenece, es de Dios". ¡Cuán espantada buscaba entonces, antes, al dueño inexorable de mi vida! Mientras, las maestras me repetían en la escuela que el valor de la misma se mide por el cuidado de la salud...
(De: Señales: una intrahistoria, 1995)
EN EL PAIS DE LAS NARANJAS
Es difícil sustraerse de la maravillada emoción que despierta la lectura de "Mi último suspiro", del famoso cineasta Luis Buñuel. Más aún cuando dice que en alguna parte, entre el azar y el misterio, se desliza la imaginación, libertad total del hombre.
Pero de repente, encontramos una frase suya, textual: "Steinbeck no sería nada sin los cañones americanos. Y meto en el mismo saco a Dos Passos y Hemingway. ¿Quién les leería si hubiesen nacido en Paraguay o en Turquía?".
La pregunta es lógica: ¿Qué pasa también con Buñuel? ¿Por qué siempre hay que citar a este país para hablar de lo-que-no-puede-ser? Es verdad, tal vez no sea desprecio sino afirmación de una realidad que está allí y... hazte de fama y échate a soñar...
La única ocurrencia que tuvimos en medio de la rabia –y atendiendo a que Buñuel también habla mucho de lo fortuito que en este caso nos hizo paraguayos– fue pensar cuánto tema le daría a él nada más que un fragmento de nuestra surrealista vida. Que no pase nunca casi nada... visible, ¿no está acaso más allá de lo real?
El podría subirse, por ejemplo, a un tranvía Nº 5 y seguir su itinerario desde la Iglesia Las Mercedes, por la calle de los chalecitos. Pasear luego la mirada por la Avenida España con sus viejos caserones y una que otra construcción moderna, fijarse en los árboles de naranja hái bordeando las veredas... ¡Cuánto podría decir del sopor absoluto que se siente a las cuatro de la tarde en medio del traqueteo del vetusto vehículo, al acercarse a la estación del ferrocarril que desde lejos parece una estampita de otro siglo!
Y cuánto más podría sugerir si viera a los soldaditos que compendian en sus desatinados gestos el amor callejero, en medio de las muchachas y los viejos fotógrafos, los vendedores ambulantes, las chiperas y los chiquilines de la Plaza Uruguaya. Después, en la zona principal de Asunción, vería que Palma es un racimo humano apagado y versátil al mismo tiempo: afuera los mestizos, adentro los orientales, en un práctico y económico encuentro racial.
Bien podría preguntarse por qué no nos atropellamos, por qué caminamos lentamente, por qué tenemos estas caras serias, casi meditabundas, por qué somos, sin embargo, tan naturalmente gentiles con el primero que pasa.
Si por casualidad alguien tuviera el atrevimiento de interrumpir su pacífico paseo en el travía, para contarle al señor Buñuel que esa calma chicha que se observa es sólo la engañosa fachada del paisaje, y que es normal que andemos buscando camorra, que hagamos poco y no dejemos tampoco hacer nada a los otros, que ya es un hábito sacarnos mútuamente los trapitos al viento, es probable que tan distinguido visitante no se sorprenda mucho, y con una enigmática sonrisa nos conteste: "Eso ocurre en cualquier parte, ¿no han visto mis películas? Es cuestión de escarbar en la supuesta urbanidad de la gente de las grandes ciudades para encontrar que tienen las mismas mezquindades que crecen y se reproducen en las aldeas".
(De: Señales: una intrahistoria, 1995)
EN ESCENA
De quien no fuera incierto algún destino
exclúyame de su alma si es que puede.
Apasionado, refléjese en mis días,
en la inútil partida muerto en vida.
Has bailado en mis brazos, te he adorado.
Mi alteza ha de venir, esto fue ensayo:
a tu antigua misión regresar debes.
Yo seré tu princesa enamorada.
INVITACIÓN
Aunque deambulo en mi palacio a ciegas
bien pertinaz reclamo lo negado.
En el dudoso oficio de buscarte
huyo y regreso, prolongo mi agonía.
¿Por qué tardas mi cielo presentido
y mi suerte condenas a la espera?
Ya no puedo vivir sin complacerte:
quiero en mí recibirte y a ti darme,
para añadir al peregrino escudo
la honrosa libertad de custodiarnos.
(De: La condición amorosa, 2001)
(De: "ANTOLOGÍA DE LA LITERATURA PARAGUAYA"/ 3ra. Edición
Autora: TERESA MENDEZ-FAITH
Editorial EL LECTOR, Asunción-Paraguay 2004
EL CANTO DE EVA - POEMARIO DE NILA LÓPEZ
LA PRUEBA
Si Dios te dio el trabajo
de hacer lo que Él buscó,
de ponerte la prueba
de limpios ideales,
fue porque tú, doncella,
eres hija atrevida
de un mundo vasto y simple
al que diste color.
PERDÓN
Te pusieron cadenas
para que no te fueras.
Yo sé que son pesadas
y tu carne atormentan.
¡Todo lo has confesado!
¿No rogaste perdón?
RELÁMPAGO
Observo que tus ojos
exploran el futuro:
será solo un relámpago.
¡No busques lo perdido!
MI CAPITANA
Eres mi antepasada
aunque me des la espalda.
¡Oh, mi gran capitana!
Tú diriges mis pasos.
Tú cantas cuando canto.
COLINAS INQUIETAS
Colinas del universo.
Son enigmas cerrados:
están en movimiento
aunque fijas parezcan.
Tú transitas sobre ellas,
tú eres su amada hija.
Cada rama se inclina
cuando sus hojas tocas.
HADA MADRINA
Hada madrina, amiga,
déjame a mí un espacio,
déjame que te explique
desde un breve monólogo
cuánto te necesito.
SER COMO TU FUISTE
Cuando todo me falta,
cuando todo me sobra,
escuchas mis gemidos
y pura permaneces
para que aprenda un día
a ser como tú fuiste.
SI NO MIRAS ATRÁS
¿Quién dibujó tus manos?
¿Quién te dejó las huellas
de algún ayer remoto?
¿Quién inventó tu vida
llena de cuentos raros?
¿En dónde permaneces
si no miras atrás?
EL PERFUME
Tan íntimo, tan fresco
tu silencioso olor
se convierte en perfume
y descubrimos ambas
que las predestinadas
se miran sin espejos.
PALABRAS RESBALOSAS
Cuando te sueño pienso
en ese compañero
que tú un día encontraste
y en aquel tibio encanto
te susurró al oído
palabras resbalosas.
Bañada en oro blanco
le diste tu fulgor
y en un edén fragante
él te colmó de besos.
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EL CANTO DE EVA, 2013. Poemario de NILA LÓPEZ
Editorial SERVILIBRO
Asunción – Paraguay
Octubre 2013 (116 páginas)
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