ROSTROS
Óleo de OLGA BLINDER
Colección del PORTALGUARANI.COM
En su libro: “EL MUNDO IMAGINADO POR OLGA BLINDER: SUS PINTURAS” (AECI, Asunción, Paraguay, 2007), William Paats Martínez divide la pintura de Olga Blinder en cinco periodos:
A- EL PRINCIPIO DEL VIAJE ( 1950 – 1959)
“Al observar la temática elegida para la representación, nos encontramos con una vasta gama de situaciones tomadas de la realidad cotidiana: composiciones realizadas con objetos varios de pertenencia de la artista como su caja de pintura, su paleta y pinceles, o el bolso de la compra diaria, flores y hojas del jardín familiar, etc. En todas las pinturas se siente una alusión a la mujer sin representarla directamente, “una ausencia presente”, temática que más adelante irá apareciendo y que desarrollará con insistencia” (extraído de William Paats Martínez: “EL MUNDO IMAGINADO POR OLGA BLINDER: SUS PINTURAS”, AECI, Asunción, Paraguay, 2007).
B- POR LOS SENDEROS DE LA LÍNEA (1960 – 1967)
“La mujer y toda la problemática que la rodea se convierten en el eje de su obra pictórica. Son preocupación constante de Olga Blinder la represión política, el atropello a los derechos humanos, el abuso y maltrato a la mujer, la mujer trabajadora, la madre soltera, abandonada, etc. Estos temas aparecen representados con fuerte sentido de denuncia, pero sin caer en lo panfletario y con cierta poética semántica” (extraído de William Paats Martínez: “EL MUNDO IMAGINADO POR OLGA BLINDER: SUS PINTURAS”, AECI, Asunción, Paraguay, 2007).
C- IMÁGENES RECORTADAS (1968 – 1975)
“Las investigaciones formales y en técnicas diversas, como el dibujo, pintura, collage, grabado y técnicas mixtas exploran trayectos diversos, paralelos algunos, superpuestos otros, denotan su espíritu creador, inquieto en búsquedas riesgosas que la mueven desde el inicio de su carrera. El resultado obtenido en estas búsquedas hace que se anticipe a las vanguardias contemporáneas” (extraído de William Paats Martínez: “EL MUNDO IMAGINADO POR OLGA BLINDER: SUS PINTURAS”, AECI, Asunción, Paraguay, 2007).
D- DE RECUERDOS Y ALGO MÁS (1976 – 1987)
“Mirar atrás y hurgar en los recuerdos es una técnica a la que recurre Olga Blinder una y mil veces en su obra gráfica. Ahora la aplica a su obra pictórica apoyada en reproducciones fotográficas de obras anteriores y utilizando la técnica del collage crea nuevas obras y las denomina “De fantasmas y recuerdos” y vuelve sobre sí misma como interrogándose, como meditando acerca de las consecuencias” (extraído de William Paats Martínez: “EL MUNDO IMAGINADO POR OLGA BLINDER: SUS PINTURAS”, AECI, Asunción, Paraguay, 2007).
E- MANCHAS AMENAZANTES (1988 – 2008)
“En este periodo se agrupan aquellas obras en las que aparece la figura masculina como protagonista o pareja de la protagonista. Envueltas en situaciones de ternura o de amenaza algunas y de agresividad otras. Técnicamente están realizadas a partir de manchas elaboradas con pintura al óleo y/o tintas de impresión, para luego ser retocadas escasamente con el fin de dar énfasis y destaque a las figuras”
(extraído de William Paats Martínez: “EL MUNDO IMAGINADO POR OLGA BLINDER: SUS PINTURAS”, AECI, Asunción, Paraguay, 2007).
VENDEDORA DE CÁNTAROS, 1962
Técnica: Óleo sobre tela de 70 x 50 cm.
Obra de OLGA BLINDER
Periodo: POR LOS SENDEROS DE LA LÍNEA (1960 – 1967)
Fuente: www.olgablinder.com
Colección Particular
MUJER, 1962
Técnica: Óleo sobre tela de 70 x 50 cm.
Obra de OLGA BLINDER
Periodo: POR LOS SENDEROS DE LA LÍNEA (1960 – 1967)
Fuente: www.olgablinder.com
Obra: Mujeres con canasto, 1959
Técnica: Óleo sobre tela de 80 x 60 cm.
Periodo: EL PRINCIPIO DEL VIAJE ( 1950 – 1959)
Fuente: www.olgablinder.com
Colección Particular
Periodo: EL PRINCIPIO DEL VIAJE ( 1950 – 1959)
Fuente: www.olgablinder.com
OLGA BLINDER, PINTORA (Comentario de Josefina Plá)
Olga Blinder pertenece a la generación -de existencia más cronológica que otra cosa- que hacia 1950, de haber seguido la plástica paraguaya un curso normal paralelo de los medios riopiatenses, habría tenido a su cargo la apertura fácil hacía lo universal, geográfica y estéticamente hablando. La trayectoria de esta artista constituye un buen ejemplo del destino de esta generación enfrentada con un hiato evolutivo de medio siglo, desconcertada, en sus iniciales etapas, de todo contacto y estímulo vivificante, y a la cual salva esta pintora del naufragio, con su actitud, aún antes que con su obra.
En efecto, dentro de esas coordenadas de tiempo y circunstancia, Olga Blinder viene a ser el único pintor fiel a los pinceles desde su iniciación: otros pintores, sus coetáneos -casi todos mujeres- han pintado sólo por temporadas, alternando con otras actividades artísticas, o después de pintar por mucho tiempo sin lograr una caracterización personal, han abandonado la pintura definitivamente.
La vocación de Olga Blinder se mide, pues, ante todo, por el enorme voltaje de voluntad puesto en acción sin prisa ni pausa, y también sin desmayo, a lo largo de más de treinta años durante los cuales configurar -o conformar- un medio propicio era tan urgente e impostergable como conformar -o configurar- la propia dimensión creadora. (Quizá porque ambos problemas eran una sola y misma cosa).
Tenacidad, curiosidad insaciable, avidez asimilatoria, capaz de hacer sustancia útil los hechos adventicios y mínimos: perseverancia para resistir el vacío de estímulo y la ausencia de elementos útiles para decisiones en la orientación creacional; fortaleza para resistir las solicitaciones de lo más fácil o de lo más halagador. Olga Blinder fue y es todas estas cualidades sirviendo a un fuego interior siempre despierto. Es una vocación consecuente, a la vez humilde y orgullosa; un temperamento hecho por igual de crítica reflexiva - es evidente su inclinación que la sitúa automáticamente del lado de cuanto significa vigilancia de sus propios recursos.
La participación evidente de lo reflexivo colorea en forma intensa sus procesos creadores al someter a la fiscalización con frecuencia los aportes de su sensibilidad y fantasía. Quizá en ciertos casos esa facultad crítica o razonadora intervenga en exceso en sus procesos creativos: cuando esto sucede, sucede casi siempre en pintura - aunque es preciso decir que a medida que madura su arte esa intervención especulativa tiende a desaparecer. En el grabado y el dibujo, la artista ha dado siempre, desde el comienzo, más amplia opción a las intuiciones, y sus logros, menos cohibidos por ese pensamiento ordenador previo, permiten aflorar libremente una sensibilidad espontánea y fa, una imaginación fértil.
Olga es una curiosa permanentemente asomada a los balcones del mundo. Del mundo humano. No le interesa otra cosa en la naturaleza, aunque su vida cotidiana sea prueba constante de su amor a las criaturas vivas. El hombre resume para ella -conscientemente o no- todos los mundos. Es el hombre como tal, es decir, como receptáculo de un secreto de clarificación interminable, como ser camino hacia una completitud cuya meta se pierde en la eternidad, lo que acucia sus sueños y empuja su inspiración. De aquí el cariño y el tiempo que dedica a la docencia como promotora importante, en el país, de la libre expresión en el niño; por eso se mantuvo por largo tiempo - deliberada y conscientemente- dentro de los límites de lo figurativo.
El hombre no es un alma, sólo: es un cuerpo también. Para Olga, su secreto sólo puede procesarse dentro de esas fronteras físicas que desde dentro modela el espíritu. No le habría sido a Olga Blinder difícil saltar las barreras figurativas, lanzarse hacia fórmulas en que con esfuerzos menores obtuviera sensación mayor. Olga Blinder sigue fiel a ese llamado que es el de su sangre humanista.
Pero sus pinturas, mantenidas dentro de los límites formales reconocibles, se deforman al ajustarse a la angustia de ese secreto que gobierna texturas, color, diseño, composición y les imprime su torsión expresionista. El hombre en Olga Blinder -varón, mujer, niño- es el de la hora última, temeroso -más que responsable- del porvenir que acumula, porque busca el misterio de otros mundos sin haber aclarado su destino pleno sobre éste. La pintura de Olga en suma es una pintura de mensaje. Y no teme dejarlo ver. Porque la intención o el mensaje es inevadible en todo gesto y en toda presencia humana. Los extremismos actuales pretenden prescindir de intención o mensaje; pero la copiosa literatura sobre los mimos parece desmentir esa prescindencia. ¿Explicar una obra no es ya de por sí atribuirle -o buscarle- ese mensaje?. La pintura de Olga Blinder, de materia siempre atractiva, de línea atormentada, como su color, que desdeña la claridad por los senderos en sombra de la monocromía -grises, tierras- o lo problematiza en espacios no significativos; de composición en la cual encontramos a menudo una voluntad de ruptura con lo tradicional como en estas pinturas de superficies irregulares, poligonales, que plantean lo caduco en el multisecular concepto de la superficie; pero siempre perfectamente compatible con su apego a los valores sustanciales humanos, es una obra sincera y llena de fervor. Hay en su obra la sinceridad sin la cual no hubo nunca ni habrá arte pleno.
Fuente: PASIÓN DOCENTE Y VOCACIÓN PLÁSTICA: OLGA BLINDER. Autora: JOSEFINA PLÁ. Hicieron posible la edición la Embajada de España en Paraguay y el Centro Cultural de España Juan de Salazar, con la colaboración de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”. Asunción-Paraguay 2003. 71 pp.
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