¿DE QUIÉN ESTÁN HABLANDO?

Por PEPA KOSTIANOVSKY

Cuando yo iba a la escuela, hace 70 años, nos enseñaban… no recuerdo bien lo que nos enseñaban, a sumar, a restar, digamos que a leer y a escribir (y digo “digamos”, porque reconocer las letras del abecedario y poder dibujarlas no es más que el inicio de un entrenamiento mucho más riguroso y razonado que entender lo que estamos leyendo o poder comunicar algo por escrito). En fin, yo sé de gente capaz de reconocer todas las letras de una biblia y no enterarse de qué se trata, o de llenar carillas de un supuesto discurso sin decir absolutamente nada. Para escribir algo trascendente hay que poder pensarlo primero. Y para crear un pensamiento hay que conocer antes algunos conceptos, datos, en fin, realidades; premisas de las cuales partir para llegar a una idea.

Bueno, todo eso, creo yo, no lo enseñaban por entonces en las escuelas, o al menos yo no me acuerdo.

Para mí, ese proceso de llegar a un resultado, o lo aprendíamos por casualidad o nos lo enseñaban ya cuando nos encontrábamos con el Álgebra y luego, ya en los umbrales de salida del secundario, con la Lógica.

Por lo demás, aprendíamos fechas y nombres de señores heroicos. Y que el cuerpo humano se componía de cabeza, tronco y extremidades.

Recuerdo que en el último curso nos enseñaban Filosofía. El texto, en el momento, era de un autor español Julián Marías, adaptado a los rigores de la España franquista. Y era una especie de resumen austero de quiénes fueron los filósofos de la historia universal. Curiosamente, no existían en ese libro ni Jesús ni Marx.

Nosotros sabíamos, porque los escuchábamos demonizar por “La Voz del Coloradismo” que había comunistas. Sabíamos que la URSS era comunista, pero no sabíamos que había habido unos señores llamados Marx y Engels, ni mucho menos de qué hablaban, a pesar de que a esa edad ya muchos jóvenes militaran clandestinamente en células.

En resumen, los que no teníamosposibilidadesde acceder a otros aprendizajes, no entendíamos nada.

De sexo tampoco sabíamos, porque nuestras hormonas ya habían reclamadoatención, peroelconocimientoerabastantetorpeporcierto.

Quierodecirquelallamadaeducaciónformalnocomplementabamínimamente lo que necesitaba una persona con un título de Bachiller, a la que ya se le podía ocurrir, por ejemplo, casarse y hacerse responsable de una familia, y si era varón, lo mandaban a recibir instrucción militar y le enseñaban a usar armas de fuego.

En estos últimos años, mucho se ha discutido sobre la necesidad de que la educación formal capacitara a los jóvenes para la vida independiente.

Entre todas las deficiencias del sistema educativo se ha percibido la ignorancia no solamente de lo que nos rodea, sino también de nuestro propio cuerpo y de ser capaces de defenderlo del abuso sexual. Una aberración horrorosamente común y rampante en todas las sociedades de la que por mucho tiempo ni siquiera se hablaba.

El niño necesita saber qué le pasa a su cuerpo y a qué está expuesto.

En casi todas las sociedades de Occidente es criterio común la inclusión de esos conocimientos esenciales en las mallas curriculares.

Aquí, no lo estamos discutiendo. Simplemente hay un enfrentamiento ciego entre sectores sociales que coinciden con ese criterio y sectores que insisten en ver ese aprendizaje como una invitación a que los niños incurran precozmente en prácticas pecaminosas. Y hablo de pecaminosas, porque el pecado es una concepción exclusivamente religiosa.

Esta semana, adelantándose incluso a la asunción del nuevo presidente de la República y previniendo que no venga con elementos satánicos, dos senadores presentaron un anteproyecto de ley por la que pretenden se prohíba terminantemente la introducción de la ideología de género en el sistema educativo.

El anteproyecto es brevísimo, sin definiciones ni argumentos. Simplemente se prohíbe radicalmente algo que ni sabemos lo que es.

Esperemos que, de ser tratado, se requiera por lo menos a sus progenitores una definición clara de qué es lo que están tratando de prohibir. Que se tomen el trabajo de describir qué implica la tal ideología. Porque así como viene, resulta algo nebulosa.

Fuente: www.lanacion.com.py

Sección: POLÍTICA

Domingo, 09 de Julio de 2023

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