EL MINISTERIO DE LA DIGNIDAD

Por PEPA KOSTIANOVSKY

Si tuviera 20 años menos… Poquita cosa ¿verdad? ¿Quién no lo quisiera? Pero se me ocurre pensar en ese imposible porque, entre todo lo que me gustaría haber hecho, o haber dejado de hacer, lo que ahora hubiera querido es ser ministro de Trabajo. En especial porque han desmembrado lo que por mucho tiempo fue un gemelage absurdo: Justicia y Trabajo. Los dejaron ahí concentrados en un solo ministerio, como si fueran rubros de poca monta. Vaya uno a saber con qué criterios los amontonaban. En fin. Ya no es así y hoy el Poder Ejecutivo dispone de un Ministerio de Trabajo, exclusivamente.

Si yo fuera ministro de Trabajo, dispondría inmediatamente de la creación de Bolsas de Trabajo en todas las gobernaciones e incluso en municipios, en todos los medios de comunicación disponibles, dotadas de funcionarios que asistieran y sirvieran de guía a los usuarios. Con una amplia difusión, en especial en los medios más populares. Facilitando el acceso y la comunicación entre los que ofrecen y los que buscan empleo, en todos los rubros. El presidente electo, Santiago Peña, ha prometido y reiterado su intención de crear durante su mandato, nada menos que 500.000 puestos de trabajo en el sector privado.

Sobre una población de 7 millones de habitantes, de los cuales casi el 40 por ciento está en “edad laboral”, el objetivo de Peña suena hasta utópico. En especial si consideramos que según los teóricos de la economía, la creación de un puesto de trabajo implica una inversión de 5.000 dólares. Desde esa premisa, lo que pretende Peña es una inversión privada en USD 2.500.000.000, ya se trate de generadores de energía, grúas, maquinarias pesadas, carretillas, baldosas o gorros de cocinero. En resumen, la intención es que haya capacidad de demanda y empleo para 500.000 personas. Sean ingenieros, médicos, gerentes, mecánicos, obreros, albañiles o guitarristas. Lógicamente, correspondería, corresponderá mejor dicho, a ese ministerio, en coordinación con el de Educación, la CAPACITACIÓN de los aspirantes a ocupar dichos puestos. Por lo que se impone un PROYECTO INMEDIATO de centros de capacitación, así como un sistema de beneficios que aliente a las mismas empresas a instruir a jóvenes en los menesteres de oficios y manejo de los distintos elementos que imponga la labor.

Creo que lo que dije antes lo puede saber cualquiera que vaya a asumir el Ministerio de Trabajo. Lo que no cualquiera tiene es la empatía, la solidaridad y la valorización de los derechos del trabajador.

El MINISTERIO DE TRABAJO DEBE SER EL MINISTERIO DE LA DIGNIDAD

El presidente electo fue bien claro al reiterar que esa creación de fuentes de trabajo tiene un objetivo superior, que es la lucha CONTRA LA POBREZA. Lo que se pretende es que toda esa gente acceda a los beneficios elementales, que implican SALARIO JUSTO, SEGURIDAD SOCIAL (SALUD Y JUBILACIÓN), HORARIOS, VACACIONES, AGUINALDO, y todas las condiciones humanitarias.

El MINISTERIO DE TRABAJO deberá ser estricto en el cumplimiento en tiempo, monto y forma de los pagos de salarios y esencialmente de los pagos al INSTITUTO DE PREVISIÓN SOCIAL. Hoy se toleran las desgraciadas situaciones de empresas (privadas y públicas) que demoran sus prestaciones al IPS. Y este simplemente niega los servicios de salud y jubilación a sus empleados. El IPS debe prestar el servicio y proceder demandando, sin concesiones ni " simpatías” a la empresa o institución en mora.

Le cabe al MINISTERIO DE TRABAJO el absoluto y celoso control del cumplimiento de los DERECHOS DEL TRABAJADOR, en todas las instancias. De otro modo, y mientras el puesto de trabajo no sea para el ciudadano y su familia, la garantía de una vida digna, no vamos a estar logrando progreso alguno. Simplemente, serviremos a los capitales como proveedores de trabajadores esclavos. Para eso, que no vengan.

Fuente: www.lanacion.com.py

Sección: POLÍTICA

Domingo, 02 de Julio de 2023

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